FAMILIAS RICAS INTERCAMBIAN SUS NENAS parte 4 Guión de Veronicca

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Miembro eliminado 191735

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FAMILIAS RICAS INTERCAMBIAN SUS NENAS parte 4

Quisiera hacer un apunte antes de que continúen leyendo, este relato está inspirado en "Reuniones morbosas e incestuosas" de la muy admirada Veronicca, podríamos decir que es la cara B de ese relato, quizás lo que ella no se atrevió a escribir en su día. Lo hago con su autorización e inspiración,

Va por ti, VERONICCA
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Antes de empezar a leer esta 4ª parte, hago un poco de resumen, recomendable leer la PRIMERA, SEGUNDA y TERCERA

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La trama es sencilla, no hay grandes acontecimientos ni variadas acciones, pero si me gusta crear ambientes y atmósferas de pura lujuria y transportar al lector a esa atmósfera soñada, donde no hay límites.

Bien, el relato, empieza con el encuentro de dos familias exageradamente ricas con sus hijos. Por un lado tenemos a la familia protagonista, Sofia y Claudio, matrimonio joven, guapos y ricos con nene (Pablo), nena (Paola) y una bebita (Pamela) que la madre da el pecho y a la familia noruega (Bárbara y Paul) también con nene , nena y bebito, con la variante que Bárbara está embarazada de 7 meses. Ambas comparten vecindario y colegio exclusivo de los hijos, donde el incesto y las relaciones no están mal vistas, entre las diferentes familias.

Los matrimonios disponen de dos criadas jovencitas, que hacen los trabajos de la casa, pero en el caso de los protagonistas (Sofia y Claudio) disponen además de dos sirvientas filipinas, madre e hija –Veronica y Cloe- (también embarazada), casi de la familia, pues ya sus familiares, servían y sirven en el caso de la abuela, todavía a los padres de Sofía.

Los matrimonios, sin saberlo entre ellos, van descubriendo su práctica común al incesto, que vienen practicando ya con sus familias respectivas, y se prestan a intercambiarse sus nenes y su ayuda para iniciarlos. Con la complicidad de las sirvientas filipinas,madre e hija.

Inicio esta cuarta parte en casa de los protagonistas, cuando la hija, Paola, se despierta por la noche, pues en el viaje de vuelta del club, Paul jugando al caballito le provocó una irritación en su coñito, ya que no llevaba tanguita como su amiga. Las criadas intentan calmar su escozor, pero la nena reclama la cremita de papi, así van al cuarto de los papas, donde poco a poco irán iniciando a la nena.

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En la cama seguíamos estirados, la sirvienta Cloe con un baby doll, abierto enseñando su tripa de embarazada e insinuando sus tetazas ya bien crecidas en medio de mi marido y yo.

Mientras, en la puerta de nuestra habitación nos contemplaban tomadas de la mano mi hija Paola y la mamá de Cloe, Valentina, con mi bebita en brazos, las dos con un minúsculo camisoncito que les llegaba tan solo hasta el principio de los muslos, dejándonos ver todo el chochito y la mayor parte de sus nalgas.

- Hola mamita, ¿Qué hacéis?, ¿porque está Cloe con vosotros? Os está tocando

- Ven hija, ven, lo pasaremos bien, Cloe ha venido a nuestra cama, porque queríamos divertirnos con ella, mira lo guapa que está, con esta barriguita, Cloe nos está acariciando a tu papi y a mi y eso nos gusta mucho, a ti también te tocará si lo deseas.

- Si mami, claro que quiero, es que me pica mi rajita

- Lo sé, lo sé, y papi y mami te van a curar, ¿te gusta lo que ves?

- Si mami, me gusta ver como Cloe os acaricia a ti y a Papi, yo también quiero.

Valentina, ahora le hablaba a mi hija

- Mira que grande se le ha puesto el pito a tu papi, es porque mi hija lo acaricia muy bien, muy suave. ¿quieres sentarte conmigo en el sillón y vemos como lo hacen?
- Vale, si quiero mirar.

Viendo que se habían sentado una al lado de otra. Le dije a Valentina:

- Cariño, no os sentéis así, póntela en tu falda, y ya sabes…

Oh! Pensé, como se puede ser depravada, como una madre puede corromper y enviciar tanto a su hija, pero no me importaba, al fín y al cabo yo había tenido la misma enseñanza con mi familia y me había ido muy bien en la vida, pensé.

Quiero que mi hija se inicie pronto y presentarla en nuestra sociedad de intercambio, que sea la más caliente y putita, como lo fui yo. Así que alenté de nuevo a Valentina para que iniciara a mi hijita.

- Vamos Valentina, ¿Qué esperas?

La criada, susurraba a mi hija:

- ¿quieres que yo también te toque a ti, como lo hace mi hija con tus papis?

- Oh, si, claro que quiero

Valentina, mientras acariciaba a mi hija animaba a la suya que seguía en medio de nosotros haciéndonos una rica paja:

- Muy bien hija, que cochinita eres

- Claro mami, tu y la abuela me habéis enseñado a serlo y me gusta calentar a mis dueños, que me deseen y sean unos depravados conmigo, mira, mira que barriguita más bonita tengo. ¿Sabes quien me la hizo?

Mi amo querido, este rico hombre a quién le estoy pajeando, me muero por su lechita, quiero tomarla, quiero que me la dé si su mujer, mi dueña, lo quiere así. Y quiero que me la dé desde su boquita, que sabe mejor y es más caliente.

- Bien, hija, muy bien, así me gusta oírte, así me gusta que te comportes,

Yo seguía excitada, e incluso me atrevía a decirle:

- Si Cloe, continua pajeándonos, tócanos, manoséanos, no importa que te vean mis hijas, no seas tímida, que aprendan bien,


Mi marido y yo con las piernas abiertas, sin pudor, delante de nuestras hijas, mostrándoles en el caso de mi marido una polla bien dura, brillante y jugosa manoseada por la criadita descapullando bien el glande y en mi caso también exhibiendo mi rosado y depilado coñito bien abierto y mojado acariciado por la mano suave de Cloe.

Todos nos mirábamos a los ojos y sonreíamos, hasta la bebita que no comprendía, estaba despierta mirándonos, nos gustaba exhibirnos, queríamos que nos viesen como estábamos, nos excitaba lo que estábamos viendo y queríamos más.

- Hija ¿qué te pasa?. Le pregunté al verla deseosa de estar en la cama compartiendo con su papi y Cloe.

- Mami, quiero que me deis cremita en mi rajita, me escuece.

Extendiendo las manos y brazos le dije:

- Ven, ven con papi y mami que te daremos cremita buena y dulce. Tú también Valentina, deja a la bebita en nuestra cuna y ven con nosotros.

Así los cinco en nuestra amplia cama,

- Ven, ponte a mi lado, le dijo Cloe, las dos hijas estaban preciosas.

Las dos niñas de frente, se miraban. La pequeña no se atrevía, fue Cloe la que la animó:

- Paola, guapa, tócame, hazlo como yo te lo hago a ti.

Mi hija puso sus manitas sobre las generosas tetas de Cloe que pronto rebosarían de leche, yo le decía a mi marido:

- Ayúdala cariño, manoséala tú también, acarícialas, a las dos.

Mi marido, que seguía pajeado por Cloe muy lentamente, le acariciaba el chochito y también el de su hija, uno en cada mano.

La depravación y lujuria iba en aumento, yo me derretía, la miel se derramaba entre mis muslos, viendo a mi hija como estaba manoseada le dije:

- Hija, bésame, dame tus labios, dame tu lengua. Así muy bien, continúa, así, no te preocupes por nada, todo está bien, estás con papi y mami, así, no seas tímida, déjate ir, haz todo lo que quieras. ¿Quieres tocarle la rajita a Cloe?, no tengas miedo hija, hazlo, hazle lo que quieras.

- Si hija, somos tus sirvientas, tus criadas, mi hija y yo queremos que nos uses como quieras, dinos que quieres y te lo haremos.

Le decía Valentina mientras sus manos se unían para acariciar sus pechitos.

Mi hija se contusionaba, lentamente, no sabía muy bien, se derramó sobre las manos de mi marido siendo acariciada y manoseada por las sirvientas mientras conmigo seguía dándome su pequeña lengua y mi marido nos daba a chupar sus dedos compartiendo el flujo de nuestra nena. Pude sentir como un fino hilito de su baba, llegaba hasta mi lengua, sin duda mi hija se estaba corriendo por primera vez.

- Hija chúpale las tetas a Cloe, mira que grandes las tiene, a ver si se te pasa el escozor.

Mientras le hice una señal a mi marido para que fuera lamiendo su rajita.

Lentamente, con la ayuda de Valentina, le fuimos abriendo las piernas y mi marido buscó su rajita cerrada con su lengua.

Mi hija dio un respingo de sorpresa, pero después se alegró de ver a su papi entre sus piernas, lamiendo su rajita, mientras seguía mamando de las tetas de la sirvienta.

Mi hija ronroneando, preguntaba

- ¿Cuándo me daréis la cremita en mi rajita?, quiero la crema mami.

- Claro que si mi nena.

Cloe la sentó de espaldas, entre sus piernas abiertas, descansaba en su tripa, mientras, pasando sus manos por la espalda, le iba acariciando y pellizcando suavemente sus mínimos pezoncitos. Mientras le iba relatando lo que estaban viendo.

- Mira Paola, nuestras mamás, ahora excitarán más a tu papi, para que todavía se vuelva más dura su gran polla. Fíjate que reluciente está.

- Es preciosa, oímos musitar a la pequeña.

- Si, sí que lo es.

Valentina y yo, pajeábamos a mi marido bajo la atenta mirada de las hijas.

- ¿te gusta mi amor? Mira a tu hija, mira que excitada está, mira su chochito que húmedo está, bien, bien, enséñale tu gran polla, mi cielo.

Siente, siente tu leche que ya está cerca.

Ahora era Valentina la que lo alentaba.

- Mi señor, soy su putita y lo seré también de su mujer, de toda su familia, le entregué a mi hija y mire como está, preñada de usted, que gran trabajo hizo, mire que preciosidad, nuestras hijas tocándose.

Ahora dirigiéndose a Paola.

- Paola mi pequeñita, no seas tímida, pon tu manita en la raja de mi nena, vamos, pon todos tus deditos, mira de tocar al hijito que lleva dentro.

Menos mi marido que aguantaba como un toro, todas las mujeres nos estábamos mojando, nuestro muslos eran un mar de flujo.

Cloe llegaba se derretía de nuevo llegando a un nuevo orgasmo, mientras la nenita seguía hurgando en su chocho.

- Paola, mi pequeñita, que bien me tocas, le decía. Mira ahora, nuestras mamis, le van a sacar la cremita a tu papi, mira, mira que bien lo hacen.

Valentina y yo teníamos la polla de mi marido entre nuestras bocas, nuestras lenguas se entrelazaban con su gran falo.

Mi hija, no podía creer lo que estaba viendo, miraba absorta y comentó a su compañera:

- Cloe, quiero verlo más cerca, quiero sentirla.

- Si Paolita querida, ven acércate más, mira como lo hace mami.

- Ohhhhhhh, mami que bueno, siento muy rico en mi rajita, me hago pisssssssss,

- no querida, no es pis, es tu rica miel lo que sientes. ¿Te gusta lo que ves? Aprende como mami saborea la polla de papi, mira como se hace, mamá te enseñará, todo, y cuando seas un poco más mayor, tú también podrás hacerlo.

- Mami, yo también quiero probar la polla de papi como tú.

- No, mi pequeña, todavía no, pronto podrás poner tu boquita dentro, y pasar tu lengua, pero no aún. Ahora solo puedes mirar y aprender.

- Ahora verás cómo papi sacará una cremita de su polla y será la que te pondremos en tu rajita para que te calme el escozor.

- Mami, yo también quiero sacarle la lechita a papi, vamos déjame mami, por favor.

- No querida, ahora no. Ven, ven con mami. Siéntate en mi cara, verás como también te va a gustar, te voy a lamer tu rajita y te la voy a preparar para recibir la cremita de papá.

Mientras, mi marido sentado en frente de su hija, se iban dando piquitos y acariciando sus lindos pezoncitos, las sirvientas, iban saboreando la polla de su amo, alternando, mientras una le comía la otra saboreaba sus huevos, dejando caer, ya los jugos pre seminales junto con babas y saliva que hacía todo más sensual.

Mi marido, anunció su corrida,

- Yaaaaaaaaaaaaa, me corro, me voy, ahhhhhhh, que buenooooooo, hija, mira, mira la leche de papá, mira cuanta cremita para mi hija. Así, así, mis sirvientas, chupar, lamer bien, mira cuanta leche para mi pequeña.


Efectivamente, mi marido eyaculó una gran cantidad de leche, que Valentina, la madre filipina se encargó de recoger en su boca. Su hija, que era más puta y viciosa que su mamá se puso tendida en la cama con la boca bien abierta.

- Mira Paola, mira hijita, fíjate bien, como mi mamá también me da lechita, esta lechita seguro que también es buena para el nenito que llevo en mi tripita, si, el bebito que me hizo tu papi, cuando mi mami me entregó a tus papas.

La pobre Paolita, por ahora no entendía lo que Cloe le decía, pero presa de toda la lujuria que se vivía en la habitación decía.

-Ohhhhhh, como me gusta lo que me está haciendo mamá, que bien me chupas la rajita, que mojada estoy. Cloe, yo también quiero probar la lechita de mi papi.

- Espera, espera. Mira, mira.

Y ahora sí, ahora Valentina viendo a su hija preparada, tendida a mi lado, con su lengua fuera, esperando, le derramó toda la leche que guardaba en un largo hilo que era mezcla de flujo, saliva y leche.

La pobre Cloe, no podía con todo y se derramaba por sus grandes tetas y su panza.

Sin pedir autorización ni decir nada, fue mi hija, y chupó todo lo que la boca de Cloe no podía contener y le resbalaba por su voluptuoso cuerpo, mi hija lamía y saboreaba, aunque la mayor cantidad seguía en la boca de Cloe y entonces fue mi marido el que pidió su propia leche en su boca, la sirvienta le complació echando y compartiendo todo lo que tenía e igualmente la propia hija iba recogiendo los restos que caían, mirándole a sus ojos:

- Papi, que deliciosa está tu leche, me encanta, quiero más…, dámela en mi boca por favor.

Paola suplicaba, a la vez que la íbamos acariciando por todo el cuerpo, llegando de nuevo a derramarse y ya había perdido la cuenta. Mi marido me miraba, como preguntándome, si accedía o no a la petición de nuestra hija.

Yo no sabía qué hacer, presa del vicio y la calentura del momento, miraba también a las sirvientas madre e hija filipinas, y las dos al unísono me susurraban:

- Si, mi ama acceda, deje que el señor le dé la lechita a su hija, deje que nuestro amo la comparta con la nena, permita que la envicie, la llene de placer, deje que la enseñe a ser una buena amita, la pervierta y cuando crezca el bebito que llevo dentro lo pueda follar y usar como se merece, si, se lo entregaré como mi mamá me entregó a ustedes para que lo pueda usar, si es nene, su hija lo podrá follar y si es una nenita también se la entregaré para que su marido y su hijito le hagan un bebito, como a mí, en su tripa.

Oyendo esta confesión de Cloe, no pude más y me encharcaba otra vez de flujo, ayudada por la masturbación y el manoseo que entre todos me estaban dando, accedí y mi marido compartió su néctar con un largo beso que hacía que parte se derramaba por las tetitas y el cuerpecito de mi hija, solo faltaba yo para saborear la leche, así que me fundí en un largo morreo con mi propia hija para compartir el semen.

Ella miraba a mi marido y sonreía por lo bien que lo estaba pasando, pero aún le decía:

- papi, papi, me sigue escociendo mi rajita, todavía la tengo irritada, mira, mira, necesito tu cremita papi. Decía con su voz más mimosa, provocándonos aún más, sin duda, nuestra hija la estábamos convirtiendo en una nenita bien viciosa, que seguro triunfará en nuestros círculos sociales.

- sí, hija, túmbate que ahora mami te pondrá mi cremita, le decía mi marido.

Mi hija se estiró en la cama y las filipinas junto a mi marido, saboreaban su rajita y sus pezoncitos con sus diminutas tetitas. Mi marido ordenó a las sirvientas que sacaran sus lenguas en forma de cascada para que yo deslizara la cremita que guardaba en mi boca hasta el pequeño clítoris rojizo de mi hijita.

Mientras mi marido la besaba largamente, era un beso dulce y tierno, mientras mi hija sentía como la leche de su papi llegaba por fin a su chochito, que con las lenguas, esparcíamos para calmar su irritación, mi hija lo agradeció con una sonrisa de satisfacción.

- Mami, estoy en el cielo.

- Si mi hija, duerme y descansa.

Las sirvientas, empezaron a recoger un poco la habitación y se disponían a marcharse, cuando les dije:

- No, no os vayáis, quedaros con nosotros. Venid a la cama, hoy dormiremos juntos, los cinco. La cama es suficiente grande para poder estar todos juntos.

Y así fue, como nuestra hijita, se acomodó entre mi marido y yo y las criaditas en los extremos, acariciándonos la hijita a mi marido y la madre a mí, iban pasando sus suaves manos por la espalda y las nalgas, haciendo pequeñas tocamiento, insinuaciones, tan solo, en mi clítoris, poniendo algún dedito en mi interior.

También veía como la hijita masturbaba muy suavemente a mi marido, bajándole la piel ayudada con un aceite suave, perfumado y con un dedito en su agujerito más estrecho, así con ese suave placer, confundidos entre el sueño y el cansancio, nos dormimos todos.

Hasta que las otras dos criaditas encargadas de la casa, nos despertaron, era sábado, la vocecita de la más joven, una mulata de tan solo dieciséis años, con su voz melosa, nos decía:

- Mis señores, buenos días, el baño está listo, cuando deseen les ayudo a bañarse.

Uffffffff, que bien, por fin ha llegado el día pensé, mi amiga Bárbara, estará deseando que vayamos para probar a Cloe, si es de su agrado se la quedará. Bueno no me importa, pensé, con Valentina, ya nos apañaremos, además seguro que en más de una ocasión haremos intercambio, sonriendo para mí.

Después del relajante baño que nos dieron las chiquitas, fui hasta las habitaciones de las filipinas y le dije a Cloe:

- Cariño, arréglate bien y causa un buena impresión, Bárbara se muere por las nenitas elegantes, con clase y bien vestidas, seguro que sabrá recompensarte, ya verás.

Cloe apareció en el salón, estaba preciosa, la madre se encargó personalmente que estuviera muy bien presentable y gustara Bárbara, ella misma la duchó, la aseó, la perfumó, la arregló a conciencia y le hizo poner un vestidito, algo provocativo, pero sabe bien que a su nueva ama le gustará, lo hizo con dedicación y le puso su propio perfume.

Mientras yo también me arreglaba, oí como madre e hija conversaban:

- Hija debes causar una buena sensación e impresionar a Bárbara, sé respetuosa y sumisa con ella, haz todo lo que te ordene y hazlo con placer, demuéstrale que te gusta y sé más zorra y puta que ella, eso gusta mucho a los amos, que te adelantes a sus perversiones. Y a su vicio y lujuria.

Dile que te use cuando y como le plazca y que tú lo disfrutas como ella.

A media tarde, mis niños se quedaron en casa junto a su padre y solamente nos fuimos las filipinas y mi bebita.

La casa de Bárbara, es muy parecida a la mía, majestuosa y grande, con una entrada imponente rodeada de jardines y dos piscinas, una de ellas interior, practicable y con calefacción para el invierno.

Nos recibe una de las sirvientas veo que es joven, no parece tener más de 15 o 16 años, mulatita como la mía y de origen caribeño, es una preciosidad, pienso, ¿de dónde la habrá sacado?

Nos acompaña hasta uno de los jardines, pues nos dice que los señores están tomando el fresco ahí, junto a sus hijos.

Y ahí estaba Bárbara, con su cuerpo espectacular, sus largas piernas bien torneadas, llevaba un micro bikini, que era como si no llevara nada, dos minúsculos triangulitos tapaban sus largos pezones y otro para su depilado chochito, dejándonos ver todo su esplendoroso cuerpo tostado por el sol y su preciosa barriga, donde sus hijitos y su bebito desnudito jugaban con ella echándole en su tripa crema y masajeándole para evitar alguna posible estría, que seguro evitaría a toda costa.

Al vernos, Bárbara ordenó a las sirvientas se llevaran a los nenes y pidió a la madre nos dejara para poder hablar Paul y nosotras dos a solas con la hija.

Invitó a Cloe a sentarse en un sillón frente a ella, para hablar.

- Disculparme un momento,

Nos dijo Bárbara

- Tengo el bikini húmedo, voy a cambiarme

Al minuto apareció con una fina bata de seda, casi transparente, anudada en la cintura por un simple lazo, que por cualquier movimiento se abría más si cabe, dejándonos a la vista su espectacular cuerpo.

A ella, eso no le importaba y por lo que vi a su marido tampoco.

Bárbara se acomodó en el sillón del jardín con una gracia propia de las mujeres acostumbradas a esa vida de riqueza palaciega, sin duda a Cloe, la hija filipina, le puso un tanto nerviosa.

Bárbara, le ofreció un vaso de agua, ya que notó su transpiración en la frente y comenzó a hablarle con un tono afable pero absolutamente metálico, como se habla a una criada… marcó enseguida cuales serían sus tareas y que lugar ocuparía en la casa y que ante cualquier inconveniente recurra a ella o a Paul, su marido.

Bárbara, le seguía interrogando.

- ¿Tendrás algún inconveniente o reparo en cumplir las órdenes que te demos tanto mi marido como yo?

- No, señora, de ninguna manera, será un placer para mí cumplir sus mandatos y lo haré sin dudar y añadiría que pueden disponer de mí y usarme para sus caprichos, como dispongan.

- Ayyyyyyy, que, ricura, eres Cloe, seguro que nos entenderemos muy bien tú y mi familia.

Estuvimos hablando un buen rato, y me percaté que Bárbara cambiaba de postura cada cierto tiempo, cruzando las piernas, lo que generó cierto nerviosismo a la chiquita, en esos movimientos se abría algo la bata, lo suficiente para dejar entrever muy poco el coñito de Bárbara, era una visión muy excitante.

Bárbara era consciente de lo que estaba provocando en Cloe y todos nosotros, pero siguió hablando de temas generales de la casa, pero seguía moviendo sus piernas y cambiando de postura.

Hubo un momento que, sus piernas se separaron claramente, mostrando bien el monte, pudiendo ver perfectamente su vulva absolutamente carente de vello, abierta, brillante y tostadita por el sol, resultado de sus horas tomándolo completamente desnuda. Y mirando fijamente a Cloe sentenció

- ¿estas absolutamente segura de cumplir con lo que se te ordene sin reparos?

Vimos como respondía Cloe con un fino hilo de voz

- Si, mi ama y señora.

- Bien, entonces sígueme.

Nos invitó igualmente a mí y a su madre Valentina a seguirla.

- Mira, ésta será tu habitación, tienes tu baño propio y como ves está comunicada con la nuestra y la de los niños. El bebé dormirá contigo.

- Muy bien señora

- Estás muy guapa Cloe, te ves muy elegante y con clase, pareces tener un gusto refinado, sin duda, los amos que han servido tu familia te han educado muy bien, tienes categoría.

- Ahora ponte este vestido que ves encima de tu cama, es más adecuado con el ambiente que vas a vivir en esta casa, con él te verás más cómoda y sin duda más sugerente. Toma un baño antes y luego te vistes.

Las cuatro mujeres, admiramos el liviano y corto vestido, unido por unas finísimas cadenitas de oro que se sujetaban al cuello, con una amplia abertura por los costados que dejaba entrever o ver claramente las tetas.

Cloe, ante la presencia de su nueva ama, su madre y de mí, se arrodilla y viene gateando de manera muy sensual hasta los pies de Bárbara que besa y lame sus dedos uno a uno, pasando su lengua por sus uñas blancas nacaradas.

Las tres mujeres sonreímos y nos miramos sorprendidas de esta sumisión tan bien aceptada. La nena se levanta y le susurra algo a Bárbara, que la hace reaccionar.

- Ufffffffff, chiquita, pero que pronto aprendes, claro que sí, sin duda. Bésame en la boca.

Valentina y yo, nos miramos interrogando.

- Pero ¿Qué pasa?

- Pues que la zorrita de Cloe, propone que sea su mamá quien la bañe. Tú, ¿Qué opinas?, me pregunta.

- Estoy deseando verlas, como se dan jabón la nenita y su mamá.

- Bien, pues vamos a mi baño, es más grande, allí podremos acomodarnos mejor y disfrutar del espectáculo.

Compartimos un amplio sillón con Bárbara, que siguiendo su costumbre me toma mi mano, y me hace masajearle su rica panza, desplazando de vez en cuando mi mano hasta su vulva. Sin duda era una visión turbadora.

Ver como la mamá desnuda a su hijita y el dialogo que mantenían.

- Hija, que bien te has portado, estoy muy orgullosa de ti.
- Gracias mami, es fácil, siguiendo tus consejos, creo que me va a gustar, servir a Bárbara y Paul, y sus hijitos, son una preciosidad, espero que me crezca pronto mi tripita y todos puedan jugar con ella.

- Bien, bien hija, dame tu boca, muéstrale a las señoras como besas, así, dame tu lengua.

Continuará…
 

veronicca

Virgen
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Te quedó muy bien.
Creo que si consigues transportar al lector a ese ambiente de lujuria y sexo total, creando esa atmosfera que te hace perder la noción del tiempo y del lugar donde estás, cuando vives una experiencia de ese tipo.
 

angelitodemonio

Estrella Porno
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te quedó muy bien.
Creo que si consigues transportar al lector a ese ambiente de lujuria y sexo total, creando esa atmosfera que te hace perder la noción del tiempo y del lugar donde estás, cuando vives una experiencia de ese tipo.

muy bien dicho!!!!
 

rafvallone

Estrella Porno
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Impresionante,excelente,has conseguido llegar al máximo de lujuria y perversion.
Quien se puede resistir ha hacerme una paja leyendo esta maravilla de relato!.
 
M

Miembro eliminado 191365

Guest
Que buen relato, me gustan todos los de este autor
 
M

Miembro eliminado 191365

Guest
hace tiempo que no se ve a este autor, que lástima. Sus relatos eran de los mejores
 
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