Fabiola 2da parte

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solrac1960

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FABIOLA - P2 por son pato (38) 22/03/2011

FABIOLA, UNA NIÑA EN LA CASA – Parte 2 En fin, ya estaba bajando las escaleras, cuando recordé que necesitaba bajar de la azotea un par de zapatillas de deporte que yo había lavado el día anterior; lo curioso es que al estar yo descalzo no se escuchaban mis pasos al subir nuevamente. Ahora les cuento que esa puerta de fierro tiene una ventanita por donde uno mete el brazo para abrir la puerta, bueno pues, esa ventanita estaba a medio abrir, y al asomarme, oh sorpresa. La vieja esa estaba oliendo mis calzoncillos, y se metía la mano bajo su falda. Yo me quedé estupefacto, apenas y pude reaccionar en esconder mi rostro atrás de la ventanita. Sin querer queriendo yo estaba espiando a esa vieja masturbarse con mis calzoncillos. Maldición, ¿por qué en esa época aun no tenía ninguna videocámara o celular con cámara para grabar esa escena tan erótica?, si hubieran visto a esa señora de 45 años, regordeta, tetona, culona, como se retorcía de placer, sobando mis calzoncillos en sus narices, para luego sobárselo con su entrepierna, la muy puta hasta se arrodilló, se levantó la falda, y se bajó un poco el calzón, chupaba mis calzoncillos, los mordía, y luego los sobaba entre sus nalgotas, y también por su concha. Yo era un espectador de lujo. Al rato ella se puso en cuclillas y vi como literalmente mojó la prenda con sus jugos vaginales. Así es, la vieja había tenido un orgasmo tremendo, entonces se repuso, se acomodó las ropas, y siguió con lo suyo. Yo, mientras bajaba sigilosamente, pensaba, ¿QUIÉN SERÁ MÁS PUTA, LA ABUELA O LA NIETA, JAJA? Mientras bajaba por las escaleras no podía evitar recordar esa imagen morbosa que acababa de ver en la azotea y cuando pensé que ya había descargado toda mi leche con la niñita, de pronto ya sentía que me estaba empalmando de nuevo. Por supuesto Fabiolita seguía jugando en el pasadizo del primer piso, así que, sin pensar más, la tomé de la mano y le dije: VEN VAMOS A SEGUIR JUGANDO, PERO VAMOS AL CUARTO DEL FONDO, VAMOS. Ella solo se dejó llevar, mientras caminábamos curiosamente se cayó su pelota del brazo y mi toalla casi al mismo tiempo. De alguna manera yo ya había perdido toda vergüenza producto de la excitación que sentía en ese momento. Al acercarse nuevamente, sin decirle nada ella solita me agarró la pichula, caray parece que a esta perrita le había gustado todo lo que había hecho con ella un rato atrás. El cuarto era un espacio en donde la dueña de casa guardaba ciertos muebles antiguos y otros objetos, se veía casi como un depósito pero afortunadamente había un sofá grande estilo colonial de esos de los años 50 tal vez, cubierto con una sábana blanca y grande, había un poco de polvo en el ambiente pero era el lugar ideal, era el cuarto más apartado de la casa. Retiré la sabana y senté a la mocosa en el mueble. Ella ya sabía qué hacer, solo bastó acercarme y mirarla con deseo y ella solita agarró mi pinga nuevamente y se la llevó a la boca, QUE RICO LA CHUPAS PERRITA DE MI AMOR, QUE RICO. Cada vez le entraba más mi pedazo de carne a su boquita, sentía su garganta cuando daba arcadas, se desprendía de mi verga y ella sonreía, para luego volvérsela a meter lo más que podía, a veces yo le jalaba de sus cabellos como haciéndole una cola de caballo para que ella levantara la carita y me mirara directo a los ojos: ¿TE GUSTA VERDAD MAÑOSITA? ¿TE GUSTA, AH?? DIME, ¿TE GUSTA? Ella sin sacar mi verga de su boca asentía con la cabeza. AHHHH QUE RICOOOOO. Ya no quería pensar en nada más que no fuera lo rico que me estaba haciendo sentir esa putilla, a pesar de que había alguien más en la casa: su abuela, en la azotea. Y aun así yo quería más, quería su conchita y su anito. Una última lamidita a mi verga y la puse de pie en el mueble, le subí la faldita para apreciar su calzoncito y sobarle ahí mismo, le bajé el calzoncito y otra vez aprecié lo rico de su conchita, su pancita, sus piernitas, no podía aguantar más. Así que se lo quité todito, ya desnudita la recosté y le empecé a lamer sus huequitos, usando harta saliva intentaba meterle mis dedos, sobre todo, en su anito que se me hacía súper apetecible, no se imaginan el olorcito que se desprendía de su piel en sus partes más íntimas. ¿Debería seguir? ¿Que estoy haciendo? Pensaba, pero el morbo era más fuerte, la acomodé bien, la jalé un poquito hacia el borde, levanté sus piernitas y empecé a penetrar su anito. Ayyyyy, gimió ella, SHHHHH CALLATE QUE SOLO TE HA ENTRADO LA CABEZA, no pensé más y zassss empujé con fuerza, le entró creo la tercera parte de mi pichula, que rico y apretado se sentía, la niña empezó a chillar y a gemir al comienzo, pero conforme empezaba yo a bombear ese rico par de nalgas, sus gemidos empezaron a tornarse más ruidosos, prácticamente ella estaba gritando que le dolía mucho, pero cada vez que ella se quejaba me excitaba aún más, y mientras más bulla hacia más la penetraba y con más fuerza. Yo ya la tenía totalmente sodomizada pues su anito cada vez más se amoldaba rico a mis embestidas, se la saqué y un hilito de sangre corría por su piernita y mi pinga estaba manchada de sangre, pero aun quería más, así que esta vez yo me senté casi al borde del mueble y a ella la senté encima mío, quedando su espalda encima de mi pecho y barriga. Ah que rico, la tenía sentadita encima mío, mi verga ensartada hasta la mitad en su culito, yo la tenía bien sujetada de sus pantorrillas, sus manitas apoyadas en mi barriga, Fabiola no sabía cómo retorcerse, por más que quería empujársela hasta al fondo, esa niñita sí que estaba apretadita; después de varios minutos de estar culeándomela en esa pose, se me hacía incómodo penetrarla por completo, así que decidí ponerme de pie sin dejar de penetrarla, solté una pierna y la agarré de su pechito y la acomodé de nuevo, esta vez sus rodillas en el borde del sofá, su carita pegada al mueble, como olvidar sus ojitos llorosos, su boquita abierta, acariciándole su cabello largo, su espalda, sus hombritos, su cinturita de muñeca, para luego posar mi lasciva mirada en su culito siendo penetrado por mi pichula que se veía descomunal ensartando ese potito blanquito y chiquito. Oh si, que rico hoyo le dejé cuando retiré mi verga de su anito, su culito todo rosadito del borde y oscurito al centro, aparté sus nalguitas con mis manos, y la vista era sencillamente espectacular, esa mocosa se había dilatado de una manera deliciosa, era exquisito ver lo que yo había logrado con esa criatura de 5 añitos, y aun así se me hacía increíble que esa pequeña ramera aguantara tanto. Escupí una y otra vez directamente hacia su ano recientemente violado para volver a posicionar la cabeza de mi verga ahí mismo, y entro tan fácil, la niña gemía, lloraba, ayyyy ya no ayyyyyy me lele mi potito, mientras que yo ignoraba como se quejaba esa niña, al contrario, me provocaba follarla más duro, era una mocosa excitante y yo estaba poseído por la lujuria y depravación, prácticamente ya le gritaba a la putita mientras literalmente le rompía el culito con mi verga. AHHHH PUTITAAAAA DIME QUE TE GUSTA… AHHHHH HIJA DE PUTA, TE LA VAS A COMER TODITA. Sus gritos y alaridos eran más fuertes pero ya no me importaba nada, ayyyyyy yaaaaaaa ayyyyyy mamiiiiiiii. Ah que rica culeada le estaba dando a esa niña en pose de perrita al borde del sofá, ya se escuchaba el chapoteo de mis bolas golpeando sus nalguitas. Había logrado meterle por completo mis 17cms en su culito infantil, era increíble, que rico era ver toda mi verga enterrada en ese hoyito ya no más virginal. Y seguía dándole sin piedad a esa zorrita, me monté más encima de ella, abriendo mis piernas lo más que pude acomodé mis rodillas también en el borde del mueble, puse mis manos en su nuca y espalda. Ella no tenía forma de moverse a ningún lado, más aún cuando minutos después posé todo el peso de mi cuerpo encima de ella y rodeé su cuerpito con mis brazos aprovechando para pellizcarle sus pezoncitos, y seguía penetrándola con fuerza, yo solo veía su carita de sufrimiento, sus lágrimas, sus cabellos alborotados. Así estuve un buen rato, hasta que me incorporé un poco volviendo a posar mis manos en su cinturita cuando oh sorpresa, sentí una sombra en el umbral de la puerta del cuarto: ¡la vieja! Mi verga salió del anito de la niña haciendo un ruido fuerte como destapando un corcho de botella, y me quedé congelado, ese breve momento pareció durar una eternidad, la escena era simplemente increíble: la niña desnudita chillando en pose de perrita y su carita pegada al mueble, yo desnudo de pie como una estatua, sudoroso, con la pinga piradísima, chorreando bastante sangre y un poco de mierda, la vieja tenía una expresión muy rara en la cara, los ojos a medio abrir y la boca abierta, finalmente reaccioné y poco a poco baje la mirada, ella tenía su falda levantada hasta la cintura y el calzón por las rodillas, metiendo prácticamente toda su mano derecha en su concha peluda. Así es, esa vieja zorra se estaba masturbando viendo a su nietita de 5 añitos siendo violada salvajemente. Yo recuperé el aliento y me sentí en la gloria. Así que ya con más confianza, empecé a menear mi verga, mostrando orgulloso mi erección, manchándome las manos con sangrecita y mierdita, volví a posicionarme para penetrar a la niña chillona una vez más, pero justo cuando iba a hacer eso, la vieja se acercó a mí, caminando graciosamente por la dificultad de tener el calzón casi por las pantorrillas, se arrodilló y como una glotona se engulló mi verga como si fuera hace muchísimo tiempo que no se comía una, que rico chupa esta vieja, pensé. Me la estaba limpiando todita, luego de eso, ella agarró las nalgas de su nieta y estrujándoselas, abriéndolas y mostrándome una vez más ese anito, prácticamente con esa cara de depravada me suplicaba, me rogaba que siguiera cogiendo a su nieta, y así lo hice, AHHHHHHHH UFFFFF, le entró toda mi verga de un solo golpe, y la niña empezó a gritar con más fuerza, sus gritos posiblemente se escuchaban en toda la casa, su abuela lamía su espaldita baja, por ratos sus muslos, sus nalguitas, su conchita dedicando sus mejores lamidas a su clítoris y miraba como hipnotizada como le entraba mi tranca en el anito de la mocosa, AHHHH ME VACEO PUTASSSS, al escuchar eso, la vieja agarró mi verga y se la metió en su boca justo en el instante que derramaba mi leche. Esa zorra se la tragó toditita, hasta la última gotita, y luego me la lamió hasta dejarla muy limpiecita otra vez. Después de esa mañana, los viajes a mi ciudad ya prácticamente no eran necesarios, no quería moverme de ese pueblito los fines de semana, pues la vieja siempre se aparecía con su nietita. Le pedí que la traiga vestida siempre con falditas que empecé a comprarle a la nena y a ella misma. Así estuvimos dándole a la pobre pequeña, a la cual empecé a querer tanto que la convertí en mi protegida. Desvirgué a esta linda niña con mis dedos primero y luego con mi verga haciendo que sufra al principio y disfrute después, logrando atorar su conchita con la mitad de mi verga en el tierno y ajustadísimo interior de su infantil vagina pero continué disfrutando de su apretado culito. Después de ella seguía la abuela a quien le fui mejorando su aspecto ruinoso por uno de mejor apariencia. Su culo me recibía con frecuencia igual que su nieta, pero verla disfrutar de mi verga en su concha la hizo apetecible cada vez más. Así estuvimos los tres por dos largos y felices meses. Me las cogía a las dos, me encantaba más follarme a la niña obviamente, pero debo confesar que darle verga por la concha a esa señora degenerada de 45 años delante de su nietita de solo 5 añitos también me satisfacía plenamente. Pero aquí no acaba esta historia erótica, como les dije, después de esos 2 largos meses de puro gozo alguien más se unió a la fiesta, y fue alguien de quien jamás se me ocurrió podría caer en esta tentación​
 

draco22

Pajillero
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uffffff buenisimo q siga se espera mas morbo
 

RADIACTIVO88

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Hasta ahí lo leí. No recuerdo tercera parte.
 
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