Es por su bien

zoofy

Virgen
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Mar 30, 2018
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Todo comenzó tras una tragedia, paula, una joven de 24 años, alta, delgada, de pechos pequeños y un trasero respingón, era la dueña de 4 perritos, toby el mayor, reina, princesa y chiquito: unos adorables french poodle. Ella tenía una vida normal en casa con sus padres y su hermana menor diana, a diferencia de pao, ella era más gruesa, senos y trasero algo más grandes. Cualquiera que la hubiera visto jamás se imaginaria aquello que hizo por el bienestar de sus perros.
Sin embargo, esta fue testigo de una terrible tragedia, dos de sus pequeños perros fueron envenenados, al parecer por algunos de sus vecinos. Fueron días difíciles, las muertes de estos no vinieron sola, ya que a partir de esos días, los perros sobrevivientes empezaron a padecer síntomas relacionados con problemas cardiacos, tiempo después le comento el veterinario. Las recomendaciones no hicieron más que dejarla preocupada, de camino a cada recordó:
--no los dejes agitarse, que no corran mucho, no los dejes aparearse, mantenlos vigilados, quizás lo mejor sería que castres a toby y a reina la desconectes—
Lo último fue en lo que más pensaba, aunque ya tenía planeado desde hace mucho desconectar a reina, lo de toby lo veía como un crimen, no se imaginaba a su perro sin su pene, de seguro de moriría de tristeza.

Al final decidió comprar los medicamentos e iniciar el tratamiento para la enfermedad que afligía a sus mascotas, desconecto a reina, pero no fue capaz de castrar a toby, lo que trajo como consecuencia, que este estuviera excitado a toda hora, montaba la pierna de su papa, metía la nariz imprudentemente en las zonas genitales no solo de su hermana, ella y su mama, si no también en cualquier mujer que llegaba a la casa.
Sus papas la reñían a cada rato, pero no era su culpa, ni tampoco de su toby que andaba con la punta del pene afuera a cada rato. Pero ya paula no sabía qué hacer, toby no podía montar a reina, porque esta estaba desconectada, tampoco podía buscarle una perrita, porque el veterinario le había prohibido la actividad sexual. Pero fue una noche cuando se le ilumino el foco, una noche en la que estaba con su hermana acostadas en su cuarto hablando de la situación de los perros. Paula le comentaba la situación, que estaba desesperada.

–no sé qué hacer con toby, anda muy excitado y arrecho, hace rato que no me pongo faldas o batas por que el muy atrevido te quiere meter el hocico hasta el útero, además cuando me voy a agachar en 4 patas tengo que verificar que no este, porque intenta montarme—
Diana solo reía y golpeaba con su mano el colchón. El sonido hizo que toby saliera disparado debajo de la cama para subirse en ella, y aprovechando que diana estaba boca abajo, intento montarla. Ahora era Paola quien reía de la situación. Para fortuna de toby, diana en ese momento usaba una falda, y con una fuerza increíble al parecer, obligo a diana a levantar el culo levemente. La puntería del perro fue precisa, sin embargo diana en ese momento tenía una panty, pero de no tenerla la hubiera penetrado e iniciado un rápido bombeo
Diana se acomodó, y bajo su falda que se había subido un poco. Regaño a toby, lo saco del cuarto, y con cara de preocupación le dijo a su hermana. – el muy arrecho casi me coge, te juro que sentí la puntica en la entrada de la vagina— aun Paola reía y esta vez aplaudía como una foca, luego diana continuo. – Pao tenemos que hacer algo, creo que está muy necesitado, él no estaba así antes. Pao dejo de reír y con un movimiento de cabeza asintió. –Si lo sé— dijo pao— ¿pero qué podemos hacer? El doctor dijo que no podíamos dejar que montara perritas por que podía acelerarle el corazón…
Sí, yo estaba contigo, recuerdas— continuo diana— pero mira, recuerdo que una vez leí una noticia curiosa, sobre una veterinaria en donde mujeres u hombres, masturbaban perros con el fin de aliviar sus ansias sexuales, la verdad me pareció estúpido y aberrante, pero ahora que nuestro toby está en esta situación creo que entiendo a esas personas.

Pao se quedó pensando y masticando la idea. Aquella noche no sucedió más nada, solo Paola con sus pensamientos en su habitación, preguntándose, donde iban a conseguir una veterinaria que hiciera eso y si lo hacía de seguro cobrarían muchísimo, pero no creía que alguien se atreviera a eso, es más, ni ella misma se imaginaba diciéndole eso a alguien. Como pequeños rayos de luz, también pensaba que de no encontrar a alguien, seria ella quien le tocaría aliviar a su mascota, sin embargo la idea salía de su cabeza rápidamente.

Los días fueron pasando y toby seguía de impertinente, con cada travesura y regaño de su mama, la fueron convenciendo de que debía ser ella quien tenía que calmar la calentura de toby. La gota que derramo el vaso fue cuando este travieso intento montar a su mama. Aquella mañana la madre se despertó temprano como de costumbre, eran las 7 de la mañana y pao sabía que su madre ya había despedido a su papa hacia el trabajo. De repente escucha como su mama hablaba enojada de su perro, pero como era normal en ella, no le dio mucha importancia, segundos después escucho a su mama gritar, espantando el perro, a pao le tomo como un minuto reaccionar, aun se encontraba medio dormida, pero como seguía escuchando a su mama con mas desesperación, de un salto salió de su cama y abrió su puerta. Aquella escena era muy confusa, ¿qué había sucedido? No tenía ni idea. Lo que pudo observar de aquel paisaje, fue a toby huyendo hacia el patio con su pene al aire, su madre estaba en 4 patas con su bata arriba de la cintura, había quedado en la misma posición que diana, debajo no tenía nada, totalmente desnuda. ¿Sería que toby la había penetrado?

Pao corrió rápidamente a auxiliarla, le pregunto que había sucedido, al principio en su cara se mostraba enojo, pero al cruzar la mirada con la de su hija, esta cambio a una de confusión. Su madre solo le dijo que toby la tumbo, y a continuación se dirigió a su cuarto. Aquello fue el colmo, para ella su mama era sagrada, y aquel acoso era otro nivel, asi que esa misma noche se programó y mentalizo para hacerlo.

Una vez llegada la noche hizo su rutina, guardo los perros y verifico que todos estaban dormidos, era cerca de la 1 de la madrugada, fue a cada uno de los cuartos, y pegando la oreja en las puertas de la habitación, comprobó que su hermana y papas dormían profundamente. Acto seguido cargo a toby para que reina no lo siguiera, entro y cerro su puerta con seguro.

Toby inocente, jamás pensó lo que le esperaba. Pao tenía miedo, pues lo menos que quería era que toby ladrara, así que con caricias hizo que se acostara, con su mano logro que se colocara boca arriba meneando su cola, las caricias empezaron detrás de su oreja, e iban acompañadas de dulces susurros –que lindo estas mi amor, te gusta, cierto? ¿Verdad que te va a gustar esta pajita?— su mano recorrió el cuello, continuo con su panza y a dos centímetros de su pene se detuvo, dudo, pero pensó rápidamente – es por su bien— continuo las caricias, toco la salida del pene, y con dos dedos exploro el capullo, con curiosidad toco sus testículos, y volvió a tocar el capullo, pero esta vez con su mano completa, pensando en ese momento en que, no era tan diferente de un pene humano.
Toby se había quedado quieto, ¿acaso sabía lo que estaba a punto de hacer? Que más daba, ella agradeció su complicidad. Con su mano firmemente, pero sin llegar a lastimarlo, intento hacer retroceder el capullo, y dio gracias de que este no ofreciera mucha resistencia. Toby solo jadeaba, los movimientos masturbatorios de pao tomaban ritmo, la punta del pene ya era visible, ambos corazones parecían querer salir de sus pechos. Ya el pene estaba afuera y botaba liquido pre seminal por la punta, pao se sorprendió al sentir un hormigueo en su bajo vientre, ¿acaso lo estaba disfrutando ella también? Toby seguía jadeando, el pene ya estaba casi afuera, pudo observar como con admiración el gran falo que su perro tenia, las venas rojas y purpuras, esa capa brillante que lo cubría, no pudo evitar morderse un labio, pero por más que ambos lo disfrutaran, su mano se estaba cansando. Se levantó del suelo y toby tras de ella, y se sorprendió al ver que su pene se había vuelto a esconder. Abrió su armario y saco un lubricante con el que suele utilizar con su novio. Aplico una considerable dosis y repitió la acción, pero esta vez de una ataco el pene de toby, y este de inmediato adopto la pose que antes tenía.

Su mano se deslizaba muy suavemente, ahora no tocaba el capullo, si no el pene rojo directamente, toby jadeaba con más fuerza, parecía desfallecer, y ella sintió como un líquido bajaba por dentro de su vagina, más tarde se sorprendió al descubrir lo mojada que estaba. Pocos segundos de iniciar con su pajazo, su mascota llego a su clímax, el lubricante había cumplido su cometido, lo volvería a utilizar de seguro. Cuando el orgasmo llego, Se arrebató toby se puso de pie, arrojando grandes chorros de semen en su mano, piso y pie. Jadeaba mucho, pero se le veía contento, acto seguido le dio unas lamidas a la cara de pao, a su mano y luego se retiró a una esquina a lamerse su pene. Pao estaba en igual condición, su corazón latía rápido, se sentía aun excitada, fue al baño, lavo su mano y se sentó en el inodoro a consolarse ella misma. Su orgasmo fue rápido, estaba bastante cerca con toda esa actividad que tenía. Al salir del baño encontró a toby en la misma posición, tranquilo, durmiendo.

A partir de ese momento se acabaron los acosos a la familia por parte de toby. Aunque había veces, o al menos así le parecía a paola, que toby y su madre intercambiaban miradas. Cierto era que ya no andaba molestando, pero si se volvió más imprudente con pao, ya que a cada rato siempre se dirigía hacia ella con la punta del pene asomada, afortunadamente nadie parecía fijarse o al menos ella pensaba asi.

Las sesiones masturbadoras se volvieron una costumbre, cada noche esperaban hasta las 12 o 1 de la madrugada para que paola le diera placer a toby, y luego ella misma lo hiciera, algo curioso, era que toby cambiaba de posición, a veces era boca abajo como la primera vez, otras montaba sus patas delanteras encima de la cama, o también se quedaba de pie esperando la mano amiga de su dueña. Así, ambos dejaban la acción para la noche, pero toby seguía aún más imprudente, ya no solo se conformaba con las pajas nocturnas, buscaban constantemente a pao, y cuando esta le tocaba trabajar, andaba intranquilo todo el dia. Cuando llegaba a casa, pao saludaba a sus papas, a su hermana si estaba en casa y luego a sus mascotas. Toby la recibía como loco y su dueña rápidamente se fijaba en la punta que se asomaba de su capullo, rápidamente se daba cuenta de lo que quería, pero no podía hacerlo en su cuarto, pues sus padres se darían cuenta al verlo salir con el pene afuera, así que la solución era ir al patio, que para su conveniencia, era bastante grande. La práctica hace al maestro, ya pao no necesitaba del lubricante, su mano se había hecho tan experta, que fácilmente podía hacer venirse a toby en un dos por tres, así que ambos se iban al cuarto de lavabo, ubicado en el patio, o detrás de unos matorrales que los podían ocultar. Era algo rápido, asi que pao se arrodillaba y susurraba – extrañaste a mami, mi amor? Si mi bebe? Córrete rápido mi amor que ahora no tenemos tiempo— pao se lubricaba la mano con saliva y rápidamente agarraba ese largo, rojo y caliente palo. Cuando toby se corría le daban ganas de gritar, pero obvio no podía.
Con el tiempo la relación “especial” entre pao y toby fue evolucionando, aunque pao tenía su novio, esta no dejaba de amarlo, y tampoco veía esto como una traición. Las pajas habían aumentado a dos por día, y a veces a 3 los fines de semana y cuando se quedaban solos, pero una noche, toby cruzo la línea que ella creía que jamás pasaría. Cierta noche, pao se preparaba para ir a dormir, una pequeña bata y una panty de cachetero, repitió su rutina de seguridad, y verificar que nadie estaba despierto. Cerro la puerta con seguir, pero recordó que su teléfono estaba descargado y que el cargador estaba bajo su cama, confiada se agacho y se puso en 4 patas, su sorpresa fue cuando sitio la presión de las patas de toby y las embestidas que este le proporciona, recordó lo que le había ocurrido a diana, y de como ella había dicho haber sentido la punta. Pao no se inmuto, lo dejo hacer, lo considero como una nueva forma de desahogo, lo dejo hacer— es por su bien— pensó. Sentir la presión de sus patas, se sentía dominada, ella que decía que ningún hombre le diría que hacer, se encontraba de rodillas por orden se su perro, queriendo este penetrarla. Pero toby se cansó y pao le ofreció su mano para darle un pajazo.

Así que, ahí estaba paula, noche tras noche, poniéndose en 4 para primero complacer a toby de esa manera, sintiendo como el pene de su mascota punteaba su cavidad, algunas veces un leve dolor, otras un cierto placer, midiéndose el labio inferior, con la practica descubrió que agachando la cabeza, con el pecho en tierra no perdería el equilibrio y con una mano podía tocarse. Sin embargo, esa noche era especial, ya que esta vez se atrevió mas, llevaba puesto una panty hilo, con la excusa de que toda su ropa interior estaba sucia, y diciéndose una y otra vez, no es mi culpa si pasa algo más, es por su bien. Así que, ambos asumieron posiciones, pao sentía como ese pene canino tacaba directamente su piel, sentía el calor y la dureza, aquellas noches donde la montaba sin penetrarla le habían servido a toby, pues nada tardo en meter su canino pene. Pao ahogo un gritito de dolor, que en breves segundos se convirtió en placer, el roce del pene con su cavidad vaginal era la gloria, si algo le hubiera estimulado el clítoris, entonces estaría en el cielo. Pero fueron unas breves penetradas, toby se bajó y le ofreció unos lengüetazos que alcanzaron su vagina y ano, pero después de esa muestra de cariño, inicio la monta de nuevo. Esta vez sí fue decisiva, sentía la bola que tiene en la base del pene como golpeaba su vagina, sentía la respiración agitada en su espalda, sentía como las patas delanteras la mantenían prisionera y al final sentía como unos chorros de semen le llenaban su rincón más íntimo. Para fortuna de ella, no se quedó pegado, ambos jadeando, llenos de placer, se miraban mutuamente, toby había dejado de ser su mascota, ahora era un macho y ella su perra.

Al dia siguiente, pao amaneció de un muy buen humor, esperando ansiosa la noche para que toby se la cogiera, después de todo, ella era su perra.

Continuara…


Todo comenzó tras una tragedia, paula, una joven de 24 años, alta, delgada, de pechos pequeños y un trasero respingón, era la dueña de 4 perritos, toby el mayor, reina, princesa y chiquito: unos adorables french poodle. Ella tenía una vida normal en casa con sus padres y su hermana menor diana, a diferencia de pao, ella era más gruesa, senos y trasero algo más grandes. Cualquiera que la hubiera visto jamás se imaginaria aquello que hizo por el bienestar de sus perros.
Sin embargo, esta fue testigo de una terrible tragedia, dos de sus pequeños perros fueron envenenados, al parecer por algunos de sus vecinos. Fueron días difíciles, las muertes de estos no vinieron sola, ya que a partir de esos días, los perros sobrevivientes empezaron a padecer síntomas relacionados con problemas cardiacos, tiempo después le comento el veterinario. Las recomendaciones no hicieron más que dejarla preocupada, de camino a cada recordó:
--no los dejes agitarse, que no corran mucho, no los dejes aparearse, mantenlos vigilados, quizás lo mejor sería que castres a toby y a reina la desconectes—
Lo último fue en lo que más pensaba, aunque ya tenía planeado desde hace mucho desconectar a reina, lo de toby lo veía como un crimen, no se imaginaba a su perro sin su pene, de seguro de moriría de tristeza.
Al final decidió comprar los medicamentos e iniciar el tratamiento para la enfermedad que afligía a sus mascotas, desconecto a reina, pero no fue capaz de castrar a toby, lo que trajo como consecuencia, que este estuviera excitado a toda hora, montaba la pierna de su papa, metía la nariz imprudentemente en las zonas genitales no solo de su hermana, ella y su mama, si no también en cualquier mujer que llegaba a la casa.
Sus papas la reñían a cada rato, pero no era su culpa, ni tampoco de su toby que andaba con la punta del pene afuera a cada rato. Pero ya paula no sabía qué hacer, toby no podía montar a reina, porque esta estaba desconectada, tampoco podía buscarle una perrita, porque el veterinario le había prohibido la actividad sexual. Pero fue una noche cuando se le ilumino el foco, una noche en la que estaba con su hermana acostadas en su cuarto hablando de la situación de los perros. Paula le comentaba la situación, que estaba desesperada.
–no sé qué hacer con toby, anda muy excitado y arrecho, hace rato que no me pongo faldas o batas por que el muy atrevido te quiere meter el hocico hasta el útero, además cuando me voy a agachar en 4 patas tengo que verificar que no este, porque intenta montarme—
Diana solo reía y golpeaba con su mano el colchón. El sonido hizo que toby saliera disparado debajo de la cama para subirse en ella, y aprovechando que diana estaba boca abajo, intento montarla. Ahora era Paola quien reía de la situación. Para fortuna de toby, diana en ese momento usaba una falda, y con una fuerza increíble al parecer, obligo a diana a levantar el culo levemente. La puntería del perro fue precisa, sin embargo diana en ese momento tenía una panty, pero de no tenerla la hubiera penetrado e iniciado un rápido bombeo
Diana se acomodó, y bajo su falda que se había subido un poco. Regaño a toby, lo saco del cuarto, y con cara de preocupación le dijo a su hermana. – el muy arrecho casi me coge, te juro que sentí la puntica en la entrada de la vagina— aun Paola reía y esta vez aplaudía como una foca, luego diana continuo. – Pao tenemos que hacer algo, creo que está muy necesitado, él no estaba así antes. Pao dejo de reír y con un movimiento de cabeza asintió. –Si lo sé— dijo pao— ¿pero qué podemos hacer? El doctor dijo que no podíamos dejar que montara perritas por que podía acelerarle el corazón…
Sí, yo estaba contigo, recuerdas— continuo diana— pero mira, recuerdo que una vez leí una noticia curiosa, sobre una veterinaria en donde mujeres u hombres, masturbaban perros con el fin de aliviar sus ansias sexuales, la verdad me pareció estúpido y aberrante, pero ahora que nuestro toby está en esta situación creo que entiendo a esas personas.
Pao se quedó pensando y masticando la idea. Aquella noche no sucedió más nada, solo Paola con sus pensamientos en su habitación, preguntándose, donde iban a conseguir una veterinaria que hiciera eso y si lo hacía de seguro cobrarían muchísimo, pero no creía que alguien se atreviera a eso, es más, ni ella misma se imaginaba diciéndole eso a alguien. Como pequeños rayos de luz, también pensaba que de no encontrar a alguien, seria ella quien le tocaría aliviar a su mascota, sin embargo la idea salía de su cabeza rápidamente.
Los días fueron pasando y toby seguía de impertinente, con cada travesura y regaño de su mama, la fueron convenciendo de que debía ser ella quien tenía que calmar la calentura de toby. La gota que derramo el vaso fue cuando este travieso intento montar a su mama. Aquella mañana la madre se despertó temprano como de costumbre, eran las 7 de la mañana y pao sabía que su madre ya había despedido a su papa hacia el trabajo. De repente escucha como su mama hablaba enojada de su perro, pero como era normal en ella, no le dio mucha importancia, segundos después escucho a su mama gritar, espantando el perro, a pao le tomo como un minuto reaccionar, aun se encontraba medio dormida, pero como seguía escuchando a su mama con mas desesperación, de un salto salió de su cama y abrió su puerta. Aquella escena era muy confusa, ¿qué había sucedido? No tenía ni idea. Lo que pudo observar de aquel paisaje, fue a toby huyendo hacia el patio con su pene al aire, su madre estaba en 4 patas con su bata arriba de la cintura, había quedado en la misma posición que diana, debajo no tenía nada, totalmente desnuda. ¿Sería que toby la había penetrado?
Pao corrió rápidamente a auxiliarla, le pregunto que había sucedido, al principio en su cara se mostraba enojo, pero al cruzar la mirada con la de su hija, esta cambio a una de confusión. Su madre solo le dijo que toby la tumbo, y a continuación se dirigió a su cuarto. Aquello fue el colmo, para ella su mama era sagrada, y aquel acoso era otro nivel, asi que esa misma noche se programó y mentalizo para hacerlo.
Una vez llegada la noche hizo su rutina, guardo los perros y verifico que todos estaban dormidos, era cerca de la 1 de la madrugada, fue a cada uno de los cuartos, y pegando la oreja en las puertas de la habitación, comprobó que su hermana y papas dormían profundamente. Acto seguido cargo a toby para que reina no lo siguiera, entro y cerro su puerta con seguro.
Toby inocente, jamás pensó lo que le esperaba. Pao tenía miedo, pues lo menos que quería era que toby ladrara, así que con caricias hizo que se acostara, con su mano logro que se colocara boca arriba meneando su cola, las caricias empezaron detrás de su oreja, e iban acompañadas de dulces susurros –que lindo estas mi amor, te gusta, cierto? ¿Verdad que te va a gustar esta pajita?— su mano recorrió el cuello, continuo con su panza y a dos centímetros de su pene se detuvo, dudo, pero pensó rápidamente – es por su bien— continuo las caricias, toco la salida del pene, y con dos dedos exploro el capullo, con curiosidad toco sus testículos, y volvió a tocar el capullo, pero esta vez con su mano completa, pensando en ese momento en que, no era tan diferente de un pene humano.
Toby se había quedado quieto, ¿acaso sabía lo que estaba a punto de hacer? Que más daba, ella agradeció su complicidad. Con su mano firmemente, pero sin llegar a lastimarlo, intento hacer retroceder el capullo, y dio gracias de que este no ofreciera mucha resistencia. Toby solo jadeaba, los movimientos masturbatorios de pao tomaban ritmo, la punta del pene ya era visible, ambos corazones parecían querer salir de sus pechos. Ya el pene estaba afuera y botaba liquido pre seminal por la punta, pao se sorprendió al sentir un hormigueo en su bajo vientre, ¿acaso lo estaba disfrutando ella también? Toby seguía jadeando, el pene ya estaba casi afuera, pudo observar como con admiración el gran falo que su perro tenia, las venas rojas y purpuras, esa capa brillante que lo cubría, no pudo evitar morderse un labio, pero por más que ambos lo disfrutaran, su mano se estaba cansando. Se levantó del suelo y toby tras de ella, y se sorprendió al ver que su pene se había vuelto a esconder. Abrió su armario y saco un lubricante con el que suele utilizar con su novio. Aplico una considerable dosis y repitió la acción, pero esta vez de una ataco el pene de toby, y este de inmediato adopto la pose que antes tenía.
Su mano se deslizaba muy suavemente, ahora no tocaba el capullo, si no el pene rojo directamente, toby jadeaba con más fuerza, parecía desfallecer, y ella sintió como un líquido bajaba por dentro de su vagina, más tarde se sorprendió al descubrir lo mojada que estaba. Pocos segundos de iniciar con su pajazo, su mascota llego a su clímax, el lubricante había cumplido su cometido, lo volvería a utilizar de seguro. Cuando el orgasmo llego, Se arrebató toby se puso de pie, arrojando grandes chorros de semen en su mano, piso y pie. Jadeaba mucho, pero se le veía contento, acto seguido le dio unas lamidas a la cara de pao, a su mano y luego se retiró a una esquina a lamerse su pene. Pao estaba en igual condición, su corazón latía rápido, se sentía aun excitada, fue al baño, lavo su mano y se sentó en el inodoro a consolarse ella misma. Su orgasmo fue rápido, estaba bastante cerca con toda esa actividad que tenía. Al salir del baño encontró a toby en la misma posición, tranquilo, durmiendo.
A partir de ese momento se acabaron los acosos a la familia por parte de toby. Aunque había veces, o al menos así le parecía a paola, que toby y su madre intercambiaban miradas. Cierto era que ya no andaba molestando, pero si se volvió más imprudente con pao, ya que a cada rato siempre se dirigía hacia ella con la punta del pene asomada, afortunadamente nadie parecía fijarse o al menos ella pensaba asi.
Las sesiones masturbadoras se volvieron una costumbre, cada noche esperaban hasta las 12 o 1 de la madrugada para que paola le diera placer a toby, y luego ella misma lo hiciera, algo curioso, era que toby cambiaba de posición, a veces era boca abajo como la primera vez, otras montaba sus patas delanteras encima de la cama, o también se quedaba de pie esperando la mano amiga de su dueña. Así, ambos dejaban la acción para la noche, pero toby seguía aún más imprudente, ya no solo se conformaba con las pajas nocturnas, buscaban constantemente a pao, y cuando esta le tocaba trabajar, andaba intranquilo todo el dia. Cuando llegaba a casa, pao saludaba a sus papas, a su hermana si estaba en casa y luego a sus mascotas. Toby la recibía como loco y su dueña rápidamente se fijaba en la punta que se asomaba de su capullo, rápidamente se daba cuenta de lo que quería, pero no podía hacerlo en su cuarto, pues sus padres se darían cuenta al verlo salir con el pene afuera, así que la solución era ir al patio, que para su conveniencia, era bastante grande. La práctica hace al maestro, ya pao no necesitaba del lubricante, su mano se había hecho tan experta, que fácilmente podía hacer venirse a toby en un dos por tres, así que ambos se iban al cuarto de lavabo, ubicado en el patio, o detrás de unos matorrales que los podían ocultar. Era algo rápido, asi que pao se arrodillaba y susurraba – extrañaste a mami, mi amor? Si mi bebe? Córrete rápido mi amor que ahora no tenemos tiempo— pao se lubricaba la mano con saliva y rápidamente agarraba ese largo, rojo y caliente palo. Cuando toby se corría le daban ganas de gritar, pero obvio no podía.
Con el tiempo la relación “especial” entre pao y toby fue evolucionando, aunque pao tenía su novio, esta no dejaba de amarlo, y tampoco veía esto como una traición. Las pajas habían aumentado a dos por día, y a veces a 3 los fines de semana y cuando se quedaban solos, pero una noche, toby cruzo la línea que ella creía que jamás pasaría. Cierta noche, pao se preparaba para ir a dormir, una pequeña bata y una panty de cachetero, repitió su rutina de seguridad, y verificar que nadie estaba despierto. Cerro la puerta con seguir, pero recordó que su teléfono estaba descargado y que el cargador estaba bajo su cama, confiada se agacho y se puso en 4 patas, su sorpresa fue cuando sitio la presión de las patas de toby y las embestidas que este le proporciona, recordó lo que le había ocurrido a diana, y de como ella había dicho haber sentido la punta. Pao no se inmuto, lo dejo hacer, lo considero como una nueva forma de desahogo, lo dejo hacer— es por su bien— pensó. Sentir la presión de sus patas, se sentía dominada, ella que decía que ningún hombre le diría que hacer, se encontraba de rodillas por orden se su perro, queriendo este penetrarla. Pero toby se cansó y pao le ofreció su mano para darle un pajazo.
Así que, ahí estaba paula, noche tras noche, poniéndose en 4 para primero complacer a toby de esa manera, sintiendo como el pene de su mascota punteaba su cavidad, algunas veces un leve dolor, otras un cierto placer, midiéndose el labio inferior, con la practica descubrió que agachando la cabeza, con el pecho en tierra no perdería el equilibrio y con una mano podía tocarse. Sin embargo, esa noche era especial, ya que esta vez se atrevió mas, llevaba puesto una panty hilo, con la excusa de que toda su ropa interior estaba sucia, y diciéndose una y otra vez, no es mi culpa si pasa algo más, es por su bien. Así que, ambos asumieron posiciones, pao sentía como ese pene canino tacaba directamente su piel, sentía el calor y la dureza, aquellas noches donde la montaba sin penetrarla le habían servido a toby, pues nada tardo en meter su canino pene. Pao ahogo un gritito de dolor, que en breves segundos se convirtió en placer, el roce del pene con su cavidad vaginal era la gloria, si algo le hubiera estimulado el clítoris, entonces estaría en el cielo. Pero fueron unas breves penetradas, toby se bajó y le ofreció unos lengüetazos que alcanzaron su vagina y ano, pero después de esa muestra de cariño, inicio la monta de nuevo. Esta vez sí fue decisiva, sentía la bola que tiene en la base del pene como golpeaba su vagina, sentía la respiración agitada en su espalda, sentía como las patas delanteras la mantenían prisionera y al final sentía como unos chorros de semen le llenaban su rincón más íntimo. Para fortuna de ella, no se quedó pegado, ambos jadeando, llenos de placer, se miraban mutuamente, toby había dejado de ser su mascota, ahora era un macho y ella su perra.
Al dia siguiente, pao amaneció de un muy buen humor, esperando ansiosa la noche para que toby se la cogiera, después de todo, ella era su perra.

Continuara…
 
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