Mi décimo octavo cumpleaños no fue nada importante. Fue un viernes, por lo que quedé con mis amigas el sábado ya que todas trabajamos. El caso es que a eso de las once de la noche llegó mi madre (borracha como de costumbre) de un trabajo.
-¿Hoy cumples la mayoría de edad, no es así? ¿Sigues siendo virgen? – me preguntó con su voz de borracha.
Mi madre me tuvo cuando tenía mi edad por lo que apenas llegaba a los 39. Pese a haberme parido seguía teniendo unos pechos firmes y un culo que arrastraba la mirada de los hombres cada vez que pasaba.
-Si mamá, sigo siendo pura- le dije como quien le da la razón a los locos, esperando a que no me dé una escenita como las que me ha montado alguna vez. No le mentía, obviamente a mi edad yo ya me había besado con más de un chico, pero nunca me habían penetrado. Desde que dejé los estudios no he dedicado mucho tiempo a la vida amorosa.
-Eso tiene que cambiar hoy. Te vienes conmigo. Te voy a enseñar el negocio familiar -Me dijo que nos íbamos a ir y que me pusiera modo puta y fui a mi habitación a arreglarme donde, debajo del vestido, me puse la lencería más sexy que encontré. Mi madre me llevó fuera, donde llamó a Uber. Dudo si detenerla en este momento.
"Que diablos es mi cumpleaños y la verdad es que llevó deseando que me empotren un tiempo ya". Pensé.
Salimos unas horas por garitos y bares donde tonteamos con algunos hombres. Al final las dos volvimos con el mismo conductor, pero con dos hombres de 20 años acompañándonos.
La tonta de mí se puso en el asiento de copiloto por lo que tuve que ver como el chico 1 y 2 (los voy a llamar así por que fue una noche tan placentera y de tanto pedo que ni me acuerdo de sus nombres, aunque sí de algunos rasgos suyos que ahora os contaré) besaban y tocaban a mi madre. En su cara yo vi una expresión de placer que jamás había visto en mi progenitora. Me sentía excitada como nunca antes, pero me tuve que contener ya que no quería que el conductor se llevase un mal momento.
No iba a consentir que me dejaran excluida de la fiesta en casa también por lo que cuando abrí la puerta me abalancé sobre 1 como un animal a su presa y le empecé a comer el labio. Lo conduje hasta la cama de matrimonio de mi madre.
En cuanto llegué a la habitación me acosté junto a 1 y, al tacto, comprobé debajo de su pantalón tenía un buen "ánimo", algo que ya me esperaba, así me empezó a desnudar y besar cada centímetro de mi piel que quedaba al descubierto, yo le devolvería el masaje directamente sobre sus zonas más sensibles; en esta faena conseguía el propósito de preparar a mi vagina de lo que le esperaba. Yo, desde luego, aún estaba a estrenar y mi estimulación no había conseguido bajar del taxi, sintiendo permanentemente mi vagina chorreando de deseo, por lo que, en cuanto me sintiera preparada, consumara la penetración.
Tras un largo rato de caricias recíprocas, esperando el mejor momento, en el que su lengua había recorrido todo mi cuerpo, de repente él me sujetó por la cintura y tras tumbarme en la cama boca arriba, maniobra que le dejé hacer a su gusto, se subió como un potro desbocado sobre mí y me abrió bien las piernas; yo creí que se me saldría el corazón del pecho y el miedo por lo que iba a hacer hizo acto de presencia de nuevo en mi conciencia, pero pronto me ayudaron los acontecimientos a superarlo de un solo golpe. Puso su pene en la puerta de mi vagina y tras frotar de arriba abajo dos o tres veces, empezó a penetrarme lentamente.
-Soy virgen, se gentil
Yo no pude reprimir un largo quejido de placer mientras introducía en mi interior todo su largo pene, pensaba que me dolería pero esto es diez veces mejor que cuando me tocaba el clítoris; 1, al unísono conmigo, emitió un largo suspiro de placer que luego se trasformó en un rítmico jadeo, sincronizado con el mío y que acompasaban sus vaivenes que, como un buen profesional, introducía su pene en mi interior hasta la raíz, para luego sacarlo casi en su totalidad, dándome un erótico restregón en mi clítoris vibrante. Perdí la cuenta de cuantos orgasmos tuve en ese tiempo. Así tuve posiblemente 15 minutos de éxtasis total y yo no pensaba en nada más que en gozar como no recordaba haberlo hecho antes nunca.1, estaba cumpliendo como todo un hombre.
Tras esta larga sesión de sexo intenso, noté que algo se liberaba en la vagina que me provocó otro orgasmo. Lo cierto es que este último orgasmo fue extraordinario; yo sentía mi vagina contraerse y expandirse al compás de mis espasmos y 1 eyaculaba dentro de mis entrañas con unas violentas contracciones que me hacían enloquecer.
Mientras me estremecía de placer se abrió la puerta, mi madre entró con una bata por la puerta.
-Veo que has hecho un buen trabajo. ¿Te corriste dentro? -preguntó.
-Si, su vagina estaba muy apretada creo que me dijo que era virgen. Aunque se corría tan puta como su madre. Bueno págame como prometiste.
-Me encanta que seas adicto a mí- Se quitó la bata dejando ver su cuerpo desnudo. Sus tetas, que tetas ojala tener un día una como las suyas, firmes y grandes.
1 comenzó a tocarle y besarle el cuello. Mi madre lo acostó en la cama boca arriba, yo ya recuperada del orgasmo no me quería quedar atrás fui sobre su cara apoyé mis labios vaginales sobre su boca, él me hacía un oral muy rico, no podía contener ni mis caderas que se meneaban sobre su cara, mamá comenzó a mamarlo, sus labios y su lengua bailaba sobre su pene. Tras un tiempo, comenzó a cabalgarme, gemimos al mismo tiempo, llegando juntas a un orgasmo, las dos nos tomamos de la manos cruzando nuestros dedos, me calentaba ver cómo entraba y salía su pene, sumado que ella miraba como deseosa al ver cómo un macho me comía mi el clítoris, ella salió de él, yo fui a montarlo pero invertida, él comenzó a comerle la concha, yo comencé a moverme para darle un buen espectáculo a mi progenitora, que bien me había tenido ahora que descubro que soy una zorra, 1 me empezó a dar cachetadas en el culo como si de un caballo fuera, me hizo excitar aún más.
Mi madre me guio al borde, yo me puse abajo, boca arriba, mamá, quién se puso arriba mío en cuatro, con sus piernas sostenía las mías, nuestras conchas estaban expuestas y muy juntas a nuestro pene.
Quedando muy abierta, él atrás comenzó a cogernos intenso, profundo, intercambiaba penetración entre nuestras vaginas, yo note que tenía las tetas de mi madre cerca, tan redondas, no aguantaba más y tuve que agarrarlas, a ella no le molestó en lo más mínimo, parecía disfrutarlo, nunca pensé en tener una relación lésbica, pero gocé chupar como si me lo chupara a mi. En una de esas embestidas noté de nuevo una corrida adentro mía que me provocó otro orgasmo. Empecé a gemir como nunca, a lo que mi madre respondió cerrando la boca con un beso.
Tras esto quedé exhausta y me dormí, así con todo el semen dentro y mi madre con dos depredadores en casa.
Fue así como empezó a enseñarme mi madre, junto a sus "amiguitos" me enseñaron el camino a la prostitución.
Mis padres están separados desde que tengo memoria, mi madre vive en una casa pagada gracias a sus "servicios" y mi padre vive en un piso en la parte más rica de la ciudad( aunque su casa es de las pequeñas). Siempre ha tenido parejas, más que novias yo las llamaría folla amigas.
Después mi primera experiencia sexual con mi madre no he dejado de follar todos los findes de semanas he ido haciendo nuevas amigas en las discotecas que me acompañan en tríos y orgías. Eso hace que todos los viernes nada más salgo del laburo me entren unas ganas insoportable de follar. Tanto que a veces no pongo límites de con quién lo hago.
Era viernes por la noche estaba leyendo un libro en el piso de mi padre cuando se abre la puerta. Era él con una de sus… folla amigas. Para qué negarlo mi padre tiene buen gusto con las hembras. Él es atlético; tiene 39, la misma edad que mi madre y cuando lo veo en bañador o paseando con ropa interior por la casa también veo que tiene buenos "atributos" debajo de la ropa.
Yo los saludé a los dos, él me presento a su nueva pareja y fueron directos a su habitación. Desde que entraron a casa hasta que se escuchó el primer gemido pasaron exactamente unos 2 minutos. Por los gemidos que se escuchaban la chica lo debía de estar gozando.
Cerré el libro y me empecé a tocar. Deslice suavemente la mano por debajo de mis bragas e hice círculos con los dedos por el clítoris. Ahora yo gemía bajito de forma simultánea con esa de la habitación. Me quite el jersey y con la otra mano me masajeaba las tetas. Desde que perdí la virginidad no llevo sujetador por casa por lo que se me ven las areolas. Algo que note el primer día por las miradas de deseo que me empezó a lanzar mi padre. Me metí los dedos pensando en su cara y en el bulto que se le ve cuando anda semidesnudo por la casa.
Tras 20 minutos de intensa masturbación los gemido comenzaron a subir el volumen, ahora eran gritos de placer de una perra en celo. A estos gemidos se le añadieron una segunda voz que comenzó a gritar toda clase de insultos y gritos de placer. Me encantan los hombres que gimen, aunque claro yo ya sabía que mi padre lo hacía nunca he sido sorda siempre he escuchado como empotraba a toda mujer que entraba en esta casa, excepto a mi.
Finalmente acabaron pero yo no y no podía con mi excitación por lo que me fui a mi habitación a terminar con la faena. Cuando cerré la puerta escuche otra abrirse mi padre salió al pasillo.
-Pues no ha estado mal la zorra, buen coño, buenas tetas, que pena que se haya dormido nada más empezar -logre oír. Parece que él también se ha quedado con ganas de más. Pues selo daré.
Él se metió a la ducha. Yo salí de mi habitación y me puse en frente del baño. Reflexione sobre lo que estaba a punto de hacer y sus consecuencias y pensé en dar un paso atrás pero luego recordé que mi coño seguía húmedo y abrí la puerta. Ahora estaba desnuda frente al cuerpo de mi padre detrás de una cortina.
-He escuchado todo has dejado a tu hija caliente, mereces un castigo
-Si, lo sé, he sido un padre muy malo. Merezco un castigo.
Me acerqué a la ducha y abrí la cortina. Ante mis ojos vi a un hombre musculoso, guapo, con el pene semi flácido y con la mirada fija en mi.
-Veo que ya eres toda una mujer. Eres muy guapa no sé por qué quieres hacerlo con un viejo como yo.
-La razón es que deberían ser los padres los que enseñen a sus hijas el arte de la reproducción. Debería ser su falo el primero en llegar a mis entrañas.-Mientras decía esto me metí en la ducha y empecé a deslizar mi mano desde su pecho hasta su pene, que cumplía con las expectativas hasta estando flácido.
Empecé a masturbarle mientras comenzamos a tener contacto visual que duró dos minutos que parecieron segundos. Cuando me quise dar cuenta note que ya sentía su buen "ánimo" allí abajo por lo que empecé a agacharme buscado su pene con mi boca.
Cuando lo vi erecto por primera vez no pude pensar en nada era simplemente descomunal el más grande que había visto. Ahora entiendo por qué embarazo a mi madre con 18 años y por qué las hace gemir tanto. Para qué os hagáis comparativa estando flácido es grande y es del team sangre. 20 cm de largo, una anchura descomunal, simplemente indescriptible.
Lo empecé a besar y lamer con mis labios, sabía a coño y a semen. Así que le gusta hacerlo al natural y no se corta. Seguí con un intento de garganta profunda, un grado error. Me agarró de la coleta y empezó a empujarme la cabeza hasta él. Notaba como me atragantaba cómo me empezaron a salir lágrimas por la falta de aire. Intenté empujar para que me soltara y tras varios segundos libere mi boca de su polla. Cuando me creía libre me soltó una cachetada.
-Te pego porque eres mi hija y no sabes ni mamarla bien. No sé quién te ha enseñado así. Ahora levántate probaré tu coño. Me levante mirándole y llorando. Levantó mi pierna izquierda y puso la cabeza de su pene en mi concha.
-Veo que ya estás húmeda, normal eres hija de la zorra de tu madre.- Me la metió entera de un empujón solté el grito de placer más fuerte de mi vida. No podía pensar en nada solo en que me acababan de meter 20 centímetros por mi vagina. Peor fue cuando se empezó a mover tenía orgasmo tras orgasmo y creo que se me oía en todo el bloque. Tal vez por eso decidió cerrarme la boca metiéndome su lengua entre mis dientes. Hasta eso metía bien el cabron.
Salimos de la bañera y me puso contra la pared. Me empezó a penetrar desde detrás como si fuese una perra en celo (que lo era). Tras 10 minutos así se corrió llenando todo mi útero con su semen. Yo a estas alturas ya estaba loca de placer pero el me llevo a su habitación y antes de que la gravedad expulsase a sus espermatozoides de mi cuerpo me puso a cuatro y me la metió otra vez. Se corrió dos veces más en mi útero llenando todo mi ser de mis hermanos. Hasta que lo saco y me lo metió en mi boca.
– Está es tu segunda oportunidad, aprovéchala.
Le empecé besando sus testículos hasta subir al glande luego me lo intente meter toda en mi boca y se la empecé a masajear con mi lengua. Empezó a soltar sus característicos gemidos antes de la eyaculación así que yo ya me preparaba para lo que venía y cuando salió mi boca lo recibió con buen gusto.
-¿Hoy cumples la mayoría de edad, no es así? ¿Sigues siendo virgen? – me preguntó con su voz de borracha.
Mi madre me tuvo cuando tenía mi edad por lo que apenas llegaba a los 39. Pese a haberme parido seguía teniendo unos pechos firmes y un culo que arrastraba la mirada de los hombres cada vez que pasaba.
-Si mamá, sigo siendo pura- le dije como quien le da la razón a los locos, esperando a que no me dé una escenita como las que me ha montado alguna vez. No le mentía, obviamente a mi edad yo ya me había besado con más de un chico, pero nunca me habían penetrado. Desde que dejé los estudios no he dedicado mucho tiempo a la vida amorosa.
-Eso tiene que cambiar hoy. Te vienes conmigo. Te voy a enseñar el negocio familiar -Me dijo que nos íbamos a ir y que me pusiera modo puta y fui a mi habitación a arreglarme donde, debajo del vestido, me puse la lencería más sexy que encontré. Mi madre me llevó fuera, donde llamó a Uber. Dudo si detenerla en este momento.
"Que diablos es mi cumpleaños y la verdad es que llevó deseando que me empotren un tiempo ya". Pensé.
Salimos unas horas por garitos y bares donde tonteamos con algunos hombres. Al final las dos volvimos con el mismo conductor, pero con dos hombres de 20 años acompañándonos.
La tonta de mí se puso en el asiento de copiloto por lo que tuve que ver como el chico 1 y 2 (los voy a llamar así por que fue una noche tan placentera y de tanto pedo que ni me acuerdo de sus nombres, aunque sí de algunos rasgos suyos que ahora os contaré) besaban y tocaban a mi madre. En su cara yo vi una expresión de placer que jamás había visto en mi progenitora. Me sentía excitada como nunca antes, pero me tuve que contener ya que no quería que el conductor se llevase un mal momento.
No iba a consentir que me dejaran excluida de la fiesta en casa también por lo que cuando abrí la puerta me abalancé sobre 1 como un animal a su presa y le empecé a comer el labio. Lo conduje hasta la cama de matrimonio de mi madre.
En cuanto llegué a la habitación me acosté junto a 1 y, al tacto, comprobé debajo de su pantalón tenía un buen "ánimo", algo que ya me esperaba, así me empezó a desnudar y besar cada centímetro de mi piel que quedaba al descubierto, yo le devolvería el masaje directamente sobre sus zonas más sensibles; en esta faena conseguía el propósito de preparar a mi vagina de lo que le esperaba. Yo, desde luego, aún estaba a estrenar y mi estimulación no había conseguido bajar del taxi, sintiendo permanentemente mi vagina chorreando de deseo, por lo que, en cuanto me sintiera preparada, consumara la penetración.
Tras un largo rato de caricias recíprocas, esperando el mejor momento, en el que su lengua había recorrido todo mi cuerpo, de repente él me sujetó por la cintura y tras tumbarme en la cama boca arriba, maniobra que le dejé hacer a su gusto, se subió como un potro desbocado sobre mí y me abrió bien las piernas; yo creí que se me saldría el corazón del pecho y el miedo por lo que iba a hacer hizo acto de presencia de nuevo en mi conciencia, pero pronto me ayudaron los acontecimientos a superarlo de un solo golpe. Puso su pene en la puerta de mi vagina y tras frotar de arriba abajo dos o tres veces, empezó a penetrarme lentamente.
-Soy virgen, se gentil
Yo no pude reprimir un largo quejido de placer mientras introducía en mi interior todo su largo pene, pensaba que me dolería pero esto es diez veces mejor que cuando me tocaba el clítoris; 1, al unísono conmigo, emitió un largo suspiro de placer que luego se trasformó en un rítmico jadeo, sincronizado con el mío y que acompasaban sus vaivenes que, como un buen profesional, introducía su pene en mi interior hasta la raíz, para luego sacarlo casi en su totalidad, dándome un erótico restregón en mi clítoris vibrante. Perdí la cuenta de cuantos orgasmos tuve en ese tiempo. Así tuve posiblemente 15 minutos de éxtasis total y yo no pensaba en nada más que en gozar como no recordaba haberlo hecho antes nunca.1, estaba cumpliendo como todo un hombre.
Tras esta larga sesión de sexo intenso, noté que algo se liberaba en la vagina que me provocó otro orgasmo. Lo cierto es que este último orgasmo fue extraordinario; yo sentía mi vagina contraerse y expandirse al compás de mis espasmos y 1 eyaculaba dentro de mis entrañas con unas violentas contracciones que me hacían enloquecer.
Mientras me estremecía de placer se abrió la puerta, mi madre entró con una bata por la puerta.
-Veo que has hecho un buen trabajo. ¿Te corriste dentro? -preguntó.
-Si, su vagina estaba muy apretada creo que me dijo que era virgen. Aunque se corría tan puta como su madre. Bueno págame como prometiste.
-Me encanta que seas adicto a mí- Se quitó la bata dejando ver su cuerpo desnudo. Sus tetas, que tetas ojala tener un día una como las suyas, firmes y grandes.
1 comenzó a tocarle y besarle el cuello. Mi madre lo acostó en la cama boca arriba, yo ya recuperada del orgasmo no me quería quedar atrás fui sobre su cara apoyé mis labios vaginales sobre su boca, él me hacía un oral muy rico, no podía contener ni mis caderas que se meneaban sobre su cara, mamá comenzó a mamarlo, sus labios y su lengua bailaba sobre su pene. Tras un tiempo, comenzó a cabalgarme, gemimos al mismo tiempo, llegando juntas a un orgasmo, las dos nos tomamos de la manos cruzando nuestros dedos, me calentaba ver cómo entraba y salía su pene, sumado que ella miraba como deseosa al ver cómo un macho me comía mi el clítoris, ella salió de él, yo fui a montarlo pero invertida, él comenzó a comerle la concha, yo comencé a moverme para darle un buen espectáculo a mi progenitora, que bien me había tenido ahora que descubro que soy una zorra, 1 me empezó a dar cachetadas en el culo como si de un caballo fuera, me hizo excitar aún más.
Mi madre me guio al borde, yo me puse abajo, boca arriba, mamá, quién se puso arriba mío en cuatro, con sus piernas sostenía las mías, nuestras conchas estaban expuestas y muy juntas a nuestro pene.
Quedando muy abierta, él atrás comenzó a cogernos intenso, profundo, intercambiaba penetración entre nuestras vaginas, yo note que tenía las tetas de mi madre cerca, tan redondas, no aguantaba más y tuve que agarrarlas, a ella no le molestó en lo más mínimo, parecía disfrutarlo, nunca pensé en tener una relación lésbica, pero gocé chupar como si me lo chupara a mi. En una de esas embestidas noté de nuevo una corrida adentro mía que me provocó otro orgasmo. Empecé a gemir como nunca, a lo que mi madre respondió cerrando la boca con un beso.
Tras esto quedé exhausta y me dormí, así con todo el semen dentro y mi madre con dos depredadores en casa.
Fue así como empezó a enseñarme mi madre, junto a sus "amiguitos" me enseñaron el camino a la prostitución.
Mis padres están separados desde que tengo memoria, mi madre vive en una casa pagada gracias a sus "servicios" y mi padre vive en un piso en la parte más rica de la ciudad( aunque su casa es de las pequeñas). Siempre ha tenido parejas, más que novias yo las llamaría folla amigas.
Después mi primera experiencia sexual con mi madre no he dejado de follar todos los findes de semanas he ido haciendo nuevas amigas en las discotecas que me acompañan en tríos y orgías. Eso hace que todos los viernes nada más salgo del laburo me entren unas ganas insoportable de follar. Tanto que a veces no pongo límites de con quién lo hago.
Era viernes por la noche estaba leyendo un libro en el piso de mi padre cuando se abre la puerta. Era él con una de sus… folla amigas. Para qué negarlo mi padre tiene buen gusto con las hembras. Él es atlético; tiene 39, la misma edad que mi madre y cuando lo veo en bañador o paseando con ropa interior por la casa también veo que tiene buenos "atributos" debajo de la ropa.
Yo los saludé a los dos, él me presento a su nueva pareja y fueron directos a su habitación. Desde que entraron a casa hasta que se escuchó el primer gemido pasaron exactamente unos 2 minutos. Por los gemidos que se escuchaban la chica lo debía de estar gozando.
Cerré el libro y me empecé a tocar. Deslice suavemente la mano por debajo de mis bragas e hice círculos con los dedos por el clítoris. Ahora yo gemía bajito de forma simultánea con esa de la habitación. Me quite el jersey y con la otra mano me masajeaba las tetas. Desde que perdí la virginidad no llevo sujetador por casa por lo que se me ven las areolas. Algo que note el primer día por las miradas de deseo que me empezó a lanzar mi padre. Me metí los dedos pensando en su cara y en el bulto que se le ve cuando anda semidesnudo por la casa.
Tras 20 minutos de intensa masturbación los gemido comenzaron a subir el volumen, ahora eran gritos de placer de una perra en celo. A estos gemidos se le añadieron una segunda voz que comenzó a gritar toda clase de insultos y gritos de placer. Me encantan los hombres que gimen, aunque claro yo ya sabía que mi padre lo hacía nunca he sido sorda siempre he escuchado como empotraba a toda mujer que entraba en esta casa, excepto a mi.
Finalmente acabaron pero yo no y no podía con mi excitación por lo que me fui a mi habitación a terminar con la faena. Cuando cerré la puerta escuche otra abrirse mi padre salió al pasillo.
-Pues no ha estado mal la zorra, buen coño, buenas tetas, que pena que se haya dormido nada más empezar -logre oír. Parece que él también se ha quedado con ganas de más. Pues selo daré.
Él se metió a la ducha. Yo salí de mi habitación y me puse en frente del baño. Reflexione sobre lo que estaba a punto de hacer y sus consecuencias y pensé en dar un paso atrás pero luego recordé que mi coño seguía húmedo y abrí la puerta. Ahora estaba desnuda frente al cuerpo de mi padre detrás de una cortina.
-He escuchado todo has dejado a tu hija caliente, mereces un castigo
-Si, lo sé, he sido un padre muy malo. Merezco un castigo.
Me acerqué a la ducha y abrí la cortina. Ante mis ojos vi a un hombre musculoso, guapo, con el pene semi flácido y con la mirada fija en mi.
-Veo que ya eres toda una mujer. Eres muy guapa no sé por qué quieres hacerlo con un viejo como yo.
-La razón es que deberían ser los padres los que enseñen a sus hijas el arte de la reproducción. Debería ser su falo el primero en llegar a mis entrañas.-Mientras decía esto me metí en la ducha y empecé a deslizar mi mano desde su pecho hasta su pene, que cumplía con las expectativas hasta estando flácido.
Empecé a masturbarle mientras comenzamos a tener contacto visual que duró dos minutos que parecieron segundos. Cuando me quise dar cuenta note que ya sentía su buen "ánimo" allí abajo por lo que empecé a agacharme buscado su pene con mi boca.
Cuando lo vi erecto por primera vez no pude pensar en nada era simplemente descomunal el más grande que había visto. Ahora entiendo por qué embarazo a mi madre con 18 años y por qué las hace gemir tanto. Para qué os hagáis comparativa estando flácido es grande y es del team sangre. 20 cm de largo, una anchura descomunal, simplemente indescriptible.
Lo empecé a besar y lamer con mis labios, sabía a coño y a semen. Así que le gusta hacerlo al natural y no se corta. Seguí con un intento de garganta profunda, un grado error. Me agarró de la coleta y empezó a empujarme la cabeza hasta él. Notaba como me atragantaba cómo me empezaron a salir lágrimas por la falta de aire. Intenté empujar para que me soltara y tras varios segundos libere mi boca de su polla. Cuando me creía libre me soltó una cachetada.
-Te pego porque eres mi hija y no sabes ni mamarla bien. No sé quién te ha enseñado así. Ahora levántate probaré tu coño. Me levante mirándole y llorando. Levantó mi pierna izquierda y puso la cabeza de su pene en mi concha.
-Veo que ya estás húmeda, normal eres hija de la zorra de tu madre.- Me la metió entera de un empujón solté el grito de placer más fuerte de mi vida. No podía pensar en nada solo en que me acababan de meter 20 centímetros por mi vagina. Peor fue cuando se empezó a mover tenía orgasmo tras orgasmo y creo que se me oía en todo el bloque. Tal vez por eso decidió cerrarme la boca metiéndome su lengua entre mis dientes. Hasta eso metía bien el cabron.
Salimos de la bañera y me puso contra la pared. Me empezó a penetrar desde detrás como si fuese una perra en celo (que lo era). Tras 10 minutos así se corrió llenando todo mi útero con su semen. Yo a estas alturas ya estaba loca de placer pero el me llevo a su habitación y antes de que la gravedad expulsase a sus espermatozoides de mi cuerpo me puso a cuatro y me la metió otra vez. Se corrió dos veces más en mi útero llenando todo mi ser de mis hermanos. Hasta que lo saco y me lo metió en mi boca.
– Está es tu segunda oportunidad, aprovéchala.
Le empecé besando sus testículos hasta subir al glande luego me lo intente meter toda en mi boca y se la empecé a masajear con mi lengua. Empezó a soltar sus característicos gemidos antes de la eyaculación así que yo ya me preparaba para lo que venía y cuando salió mi boca lo recibió con buen gusto.