Filial, hetero, madre e hijo. Los dos estaban muy excitados con la nueva situación, siguieron amándose.
Hola de nuevo a todos, continuo con mi historia, no sin antes agradecer todos los mail que me mandáis pero, y a pesar de estar contenta, no recibo de madres o mujeres que estén en situaciones similares.
Bueno como recordareis, acabé el anterior episodio estando yo sentada al borde de la cama, desnuda, con mi vagina llena de flujos lechosos y pegajosos de la excitación que tenia al ver a mi hijo tumbado junto a mí lamiendo y saboreando los restos que habían sido depositados en mis braguitas. Su mirada estaba fijada en mi y me miraba con ojos de deseos y satisfacción por lo que había probado. No tuve que decirle nada, solo me acerque para que siguiera lamiéndome los pezones y los pechos como hacia tiempo ningún hombre me lo hacia, su lengua era cálida pero al mismo tiempo dura y un poco rasposa, cosa que hacia que mis areolas se irguieran para dejarse culminar por cada uno de mis pezones que ya eran como un pulgar de anchos. Oía a Pedro susurrar al mismo tiempo que me lamía y chupaba los pechos decir que le encantaban mis areolas oscuras y grandes. Yo estaba que no podía mas y necesitaba tener un orgasmo en las que poder desahogarme y gritar como hacia tiempo que no hacia. A cada movimiento de mis piernas notaba como entre mis labios vaginales había crema que hacia que se sintiera pegajosa.
Sin mas, no pude evitarlo y le dije en voz baja, que por favor si quería seguir degustando mis flujos como en las braguitas, allí abajo, señalándole mi vagina, había de sobra y se estaba enfriando. En todo esto, el todavía estaba con el pijama completo y a cada movimiento que hacia podía ver perfectamente como se movía su pene pero sobre todo como el movimiento de sus testículos hacían que su pene fuera a un lado u otro.
Me coloco de nuevo al borde de la cama y delicadamente me abrió las piernas y así los labios vaginales; yo no me recosté sino todo lo contrario pues deseaba ver a mi hijo como la hacia así que no perdía detalles. En el mismo momento de abrirme las piernas y fuerte olor a flujo vaginal me llegó a la nariz, síntoma sin duda de mi excitación sexual.
Esta llegó a su punto álgido en el mismo instante que Pedro comenzó a recoger grumos de mi vagina de forma descarada para cada vez ir introduciendo mas su lengua en mis entrañas. Parecía que le gustaba perfectamente lo que hacia y sabia como me gustaría a mí. En pocos segundos sus labios se hicieron con mi clítoris y entonces me di cuenta que ya no aguantaría mas y llegaría a un profundo orgasmo, así se lo hice saber y sin que pudiera acabar la frase con la que le quería decir que tuviera cuidado pues mi coño producía algo parecido a una eyaculación vaginal cuando llegaba al orgasmo, me llegó en tan ansiado orgasmo en la boca de mi hijo justo cuando apoyó una de sus manos en mis pechos y la otra en mi ano de forma fortuita; solté un tremendo grito profundo, con muchos suspiros, y en cada contracción podía notar como casi siempre, a mi vagina eyacular semen vaginal, a modo de flujos y ahí estaba Pedro con la boca abierta no dejando que se le escapara ninguno. Creo que fue el orgasmo mas profundo y largo de mi vida y al acabar, completamente derrotada y ya si tumbada en la cama, mi Pedro se acercó a mí para darme un beso y entonces así pude ver como había gran cantidad de flujos míos sobre sus labios, nariz, que disimuladamente me preste a limpiárselos.
Cuando me recuperé pensé que al no le había hecho nada y que también estaría a tope; con mucha vergüenza a pesar de todo, le pregunté si podía hacer lo del otro día en el baño de medico a lo cual me respondió con silencio. Lo tumbé en la cama, aunque él quiso estar con medio cuerpo apoyado en la cabecera de la misma supongo que para verme también lo que le hacia. De nuevo me volví a sentir tremendamente excitada y ya no me importaba ni como me miraba Pedro ni tampoco que pensaría en ese momento de su madre. Le baje los pantalones del pijama y los calzoncillos con sumo cuidado, y tengo que decir que me vino un embriagado r olor a genital masculin
o que hizo que me saliera de mis casillas. Tenia una polla enorme como os he contado, gruesa con un glande brillante del liquido prseminal que le había salido. así semitumbado le llegaba bastante mas arriba que el ombligo cosa que me hizo decirle, hijo mío si puedes masturbarte solo, te llegas? Él me miro como diciendo que nunca lo había probado y se rió suavemente. Una vez admirada la polla me dedique a observar con detalle sus testículos de nuevo. Me parecían maravillosos, grandes como una manzana cada uno, poco velludos, y sobre todo al tacto muy, muy pesados, evidentemente por la cantidad de esperma que almacenaba en su interior. Le tuve que separa un poco as piernas para hacer sitio a los mismos y así poder poner mis manos bajo ellos, sopesándolos y lamiéndolos con sumo cuidado como un preciado tesoro. Sin darme cuenta le estaba mamando la polla a mi hijo cosa que me costó y me sigue costando no creáis bastante, pues no estaba acostumbrada a abrir tanto las mandíbulas y al principio no podía meterme apenas el glande. Le estuve masturbando por espacio de 10 15 minutos entre la mano y mi boca en su glande, pues ya os digo, no me da la boca para más. Mi vagina ya destilaba jugos de nuevo y resbalaban por mis labios mojando incluso mi ano. Necesitaba sentirme follada por él y así sentir le dentro de mi. Le dije si lo había hecho alguna vez de nuevo y me respondió que no pero que no le importaba que sabia que ella yo le enseñaría. así, con estas palabras me puse a horcajadas suya, con mis pechos sobre su boca y yo cogiendo la punta de su glande a la entrada de mi vagina. quería hacerlo con cuidado, no tan solo por el, sino por mi y además por dos motivos, no quería quedarme embarazada (no tomaba nada) ni nunca me había metido nada parecido. así que con cuidado me la fui introduciendo no sin dejar de mirar la cara de mi hijo que pudiera indicarme su inminente orgasmo. A los cinco minutos ya la tenia toda dentro y solo puedo decir que lo sentí solo lo entenderían las mujeres que se han sentido así llenas como yo. Creía que tenia su glande en el esternón, junto a mis pechos, y notaba las paredes de mi vagina muy dilatadas, enormemente dilatadas. Con un ligero sube y baja me parecía que me estaban metiendo un palmo y además me sentía el clítoris abierto y rozado continuamente. En pocos movimientos tuve un orgasmo bestial, ahora si que grite, tanto que mi hijo me tapo la boca y me sentí mareada, con falta de aire y a punto de no saber quien era; fue increíble, y con todo esto ni me acorde de el, a ver si iba a aguantar, no fuera cosa que se corriera dentro mía (ojala, al menos ahora tomo pastillas de nuevo). Le dije que como estaba, y me dijo que tenia muchas ganas de correrse. Me salí con cuidado de el, y no os podéis imaginar como estaba su pene. Era de color rojo y blanco de mi corrida, y claro tuve que limpiársela para masturbarlo de nuevo. Cuando estaba a punto de correrse, me tumbe en la cama para que el fuera quien depositara su semen sobre mi cara , mi boca, mis pechos. No se hizo de rogar y al instante empezó a brotar semen supercaliente que introducía en mi boca con sumo cuidado pero de forma continua, me lleno la boca casi en dos o tres lecherazos y no me quedo mas remedio que tragármelos (cosa que me encanto pues sabia dulce y amargo al mismo tiempo, como algunas cremas de pastel(de ahí me vino la idea de hacer un pastel casero con relleno de su semen y frambuesas para una cena con mis amigas y algunos amigos suyos y que tuvo bastante excito pues no quedo nada pero eso ya os lo contare otro día), pero el seguía eyaculando semen que depositaba en mi cara, , mi cuello, mis pechos. Estos últimos quedaron totalmente embadurnados de esperma, las areolas no se veían y tan solo asomaban los pezones entre tanto semen; mi boca la lleno en varias ocasiones durante los 5 minutos largos que estuvo soltando esperma. El se quedo roto y yo tan solo acerté a apagar la luz de la mesita y a decirle: recuéstate mi hijito!!. Y dame un masaje e hidrátame con la leche (su esperma).
Hola de nuevo a todos, continuo con mi historia, no sin antes agradecer todos los mail que me mandáis pero, y a pesar de estar contenta, no recibo de madres o mujeres que estén en situaciones similares.
Bueno como recordareis, acabé el anterior episodio estando yo sentada al borde de la cama, desnuda, con mi vagina llena de flujos lechosos y pegajosos de la excitación que tenia al ver a mi hijo tumbado junto a mí lamiendo y saboreando los restos que habían sido depositados en mis braguitas. Su mirada estaba fijada en mi y me miraba con ojos de deseos y satisfacción por lo que había probado. No tuve que decirle nada, solo me acerque para que siguiera lamiéndome los pezones y los pechos como hacia tiempo ningún hombre me lo hacia, su lengua era cálida pero al mismo tiempo dura y un poco rasposa, cosa que hacia que mis areolas se irguieran para dejarse culminar por cada uno de mis pezones que ya eran como un pulgar de anchos. Oía a Pedro susurrar al mismo tiempo que me lamía y chupaba los pechos decir que le encantaban mis areolas oscuras y grandes. Yo estaba que no podía mas y necesitaba tener un orgasmo en las que poder desahogarme y gritar como hacia tiempo que no hacia. A cada movimiento de mis piernas notaba como entre mis labios vaginales había crema que hacia que se sintiera pegajosa.
Sin mas, no pude evitarlo y le dije en voz baja, que por favor si quería seguir degustando mis flujos como en las braguitas, allí abajo, señalándole mi vagina, había de sobra y se estaba enfriando. En todo esto, el todavía estaba con el pijama completo y a cada movimiento que hacia podía ver perfectamente como se movía su pene pero sobre todo como el movimiento de sus testículos hacían que su pene fuera a un lado u otro.
Me coloco de nuevo al borde de la cama y delicadamente me abrió las piernas y así los labios vaginales; yo no me recosté sino todo lo contrario pues deseaba ver a mi hijo como la hacia así que no perdía detalles. En el mismo momento de abrirme las piernas y fuerte olor a flujo vaginal me llegó a la nariz, síntoma sin duda de mi excitación sexual.
Esta llegó a su punto álgido en el mismo instante que Pedro comenzó a recoger grumos de mi vagina de forma descarada para cada vez ir introduciendo mas su lengua en mis entrañas. Parecía que le gustaba perfectamente lo que hacia y sabia como me gustaría a mí. En pocos segundos sus labios se hicieron con mi clítoris y entonces me di cuenta que ya no aguantaría mas y llegaría a un profundo orgasmo, así se lo hice saber y sin que pudiera acabar la frase con la que le quería decir que tuviera cuidado pues mi coño producía algo parecido a una eyaculación vaginal cuando llegaba al orgasmo, me llegó en tan ansiado orgasmo en la boca de mi hijo justo cuando apoyó una de sus manos en mis pechos y la otra en mi ano de forma fortuita; solté un tremendo grito profundo, con muchos suspiros, y en cada contracción podía notar como casi siempre, a mi vagina eyacular semen vaginal, a modo de flujos y ahí estaba Pedro con la boca abierta no dejando que se le escapara ninguno. Creo que fue el orgasmo mas profundo y largo de mi vida y al acabar, completamente derrotada y ya si tumbada en la cama, mi Pedro se acercó a mí para darme un beso y entonces así pude ver como había gran cantidad de flujos míos sobre sus labios, nariz, que disimuladamente me preste a limpiárselos.
Cuando me recuperé pensé que al no le había hecho nada y que también estaría a tope; con mucha vergüenza a pesar de todo, le pregunté si podía hacer lo del otro día en el baño de medico a lo cual me respondió con silencio. Lo tumbé en la cama, aunque él quiso estar con medio cuerpo apoyado en la cabecera de la misma supongo que para verme también lo que le hacia. De nuevo me volví a sentir tremendamente excitada y ya no me importaba ni como me miraba Pedro ni tampoco que pensaría en ese momento de su madre. Le baje los pantalones del pijama y los calzoncillos con sumo cuidado, y tengo que decir que me vino un embriagado r olor a genital masculin
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