Toulouse
Estrella Porno
Como algunos sabéis, en el blog que tenemos, en verano solemos publicar un par de relatos en el mes de agosto. Este año, la historia es un poco distinta, y bueno, son 3 relatos cortos. Unas mil palabras que se leen en unos 4 o 5 minutos cada parte. Como he comentado son 3 partes que se pueden leer seguidas como una única historia, son una misma trama, o por separado ya que a su vez, son relatos autoconclusivos. Se pueden leer independientes y no afecta. Para facilitar todo, aquí pongo el primero, y las otras 2 partes, las añado como comentarios-respuesta.
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Esta historia comienza con una fortuita casualidad y termina en un incidente accidental.
Javier es amigo de Jesús, se conocen desde siempre. Mientras que María, es la hermana de Jesús. También conoce a Javier pero más superficialmente. Por supuesto hablo de antes de la fortuita casualidad, desde ese día lo conoce, se conocen, más en profundidad.
Pongamos los antecedentes. La familia de Jesús y María es lo que se puede decir una familia de valores tradicionales. Solo hay que ver los nombres de ellos. Más que tradicionales, diríamos de creencias y forma de vida regidas por aquello de la religión. Protectores de ambos, pero especialmente supervisores de la vida de la chica, María.
Siempre ha tenido que salir con su hermano, le preguntaban por las amistades, ha tenido horarios de vuelta, la ropa debía ser decorosa. Etc. Mientras que para Jesús, todo ha sido un poco más “normal” aunque siguiendo los estándares de la creencia familiar.
Vayamos con Javier. Es uno de los amigos de Jesús, por extensión conoce a María desde pequeña también. Es una persona de espíritu más libre. Espiritual, lo que se puede definir como algo más hippie. Con los años ha ido creando su propia personalidad y forma de pensar. Abraza un estilo más abierto y menos tradicional de ver la vida, aunque tiene sus puntos en común con Jesús y María. Por eso su amistad.
La fortuita casualidad nace de un día de playa normal. Javier está con un par de amigos disfrutando del Sol y de unas cervezas. Baños en el mar, etc. Como es normal, la playa se empieza a llenar. Son las horas centrales y es un bullicio de gente para aquí y para allá.
Según salen del mar, unos de los amigos de Javier, le llama la atención sobre un grupo de chicas que se han colocado al lado. Las mira y no le da más importancia salvo que una tiene unas marcas de bikini que sobrepasan a las del tanga.
Unos minutos más tarde, en ese movimiento de gente, se encuentran cara a cara. La chica del tanga y topless, resulta ser María. Que al ver a Javier se queda confundida sin saber qué hacer. No sabe si taparse, darle dos besos o hacer qué. La situación es tan incómoda que comienza a llamar la atención de los que están alrededor. Javier al verla bloqueada y ruborizada, reacciona rápido y la dice que al agua.
Ella sale corriendo y se tira. Él se queda mirando las nalgas de ella como se mueven hasta entrar al agua, y la sigue pero más tranquilo. Ya ambos con el agua al cuello y el movimiento de las pocas olas que hay, parece que se pasa la tensión. Comienzan a hablar excusándose María. Javier la tranquiliza diciendo que no tiene nada que esconder. Sabe como es el cuerpo de una mujer y no tiene nada de especial, es todo natural. Lo que le sorprende es que sea ella así. Sabiendo de donde viene, no se esperaba verla en tanga y topless en una playa. Aunque lleva marcas de sol. Ella ya algo menos agitada, le dice que con los años ha decidido experimentar y dejarse llevar. Pero que por favor mantenga su secreto a salvo. No quiere que ni sus padres ni su hermano se enteren que va enseñando las tetas o que usa tangas.
Javier le quita hierro al asunto e importancia. Incluso llega en cierta manera a despreciar el cuerpo de María. Algo que la genera inseguridad y le pregunta si realmente tiene un cuerpo tan mal. Ella es delgadita sin mucho pecho, nalgas firmes pero de poco volumen y aun lleva algo de vello púbico. recortado, pero no depilado. Javier le dice que hay muchas chicas así y que sin saber que era ella, cuando estaba tumbada, si que se ha fijado en ella, en su culo.
María, responde agradecida y que lo que más la ha impactado ha sido encontrarse a alguien conocido así. Que la haya visto desnuda. Que no estaba preparada para eso.
Javier, se sonríe y le pregunta si sigue siendo virgen con 25 años. Ella se sorprende y responde que no. Javier entonces le añade que tiene que ser más natural. El cuerpo humano es como es, no le debe de asustar. Ella replica que no le asusta, lo que le da vergüenza es que la vea alguien conocido.
Javier ágilmente la dice que eso es superar sus miedos. Él ya la ha visto y no ha pasado nada. Incluso que llevan un rato hablando y le está viendo letas y antes el culo. Ella salta reprochando que eso no es justo. Él la propone que si quite todo y experimente el mar en libertad. Él se agacha y se quita el bañador. María sin querer mirar pero con curiosidad, baja la mirada para verlo. Javier la incita a hacer lo mismo, ella lo duda pero le pide que la sujete y se quita la braga tanga. Javier la mira entusiasmado y la reclama un abrazo de celebración. Le intenta sobar la nalga y María le rechista que no aproveche. A lo que él con humor, la responde, toca tú si quieres. Ella por su parte, separa un poco su cabeza de la de él, lo mira a los ojos, y le dice, y serás capaz. Él, la contesta, eres tú la que no te atreves. Aquí no se nos ve.
Ella alarga su brazo y le agarra la polla con firmeza. Y se le escapa un vaya pollón. Javier se sonríe y la avergüenza cortándola con un toque de humor. Diciendo que si no suelta cuenta como paja. Ella con la sorpresa y cierta emoción, exclama, es que por dios, qué tamaño. Que ya se intuía pero es que…
Javier se ríe, aunque ella no lo suelta. Y le pregunta sobre eso de que ya se intuía. Ella confiesa que como se conocen desde hace tiempo, pues que lo ha visto muchas veces y en algunas, marca demasiado, pero pensaba que sería por la ropa no que tuviera ese misil.
Él va directo y le suelta que si lo quiere probar y comprobar en funcionamiento. A la vez que la acaricia el vello púbico. Ella suelta, resopla y le rechaza la proposición. Mientras que ve que se acercan sus amigas y le pide ayuda para volverse a poner el tanga.
Javier, por supuesto la sujeta y disimula con que están charlando.
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Esta historia comienza con una fortuita casualidad y termina en un incidente accidental.
Javier es amigo de Jesús, se conocen desde siempre. Mientras que María, es la hermana de Jesús. También conoce a Javier pero más superficialmente. Por supuesto hablo de antes de la fortuita casualidad, desde ese día lo conoce, se conocen, más en profundidad.
Pongamos los antecedentes. La familia de Jesús y María es lo que se puede decir una familia de valores tradicionales. Solo hay que ver los nombres de ellos. Más que tradicionales, diríamos de creencias y forma de vida regidas por aquello de la religión. Protectores de ambos, pero especialmente supervisores de la vida de la chica, María.
Siempre ha tenido que salir con su hermano, le preguntaban por las amistades, ha tenido horarios de vuelta, la ropa debía ser decorosa. Etc. Mientras que para Jesús, todo ha sido un poco más “normal” aunque siguiendo los estándares de la creencia familiar.
Vayamos con Javier. Es uno de los amigos de Jesús, por extensión conoce a María desde pequeña también. Es una persona de espíritu más libre. Espiritual, lo que se puede definir como algo más hippie. Con los años ha ido creando su propia personalidad y forma de pensar. Abraza un estilo más abierto y menos tradicional de ver la vida, aunque tiene sus puntos en común con Jesús y María. Por eso su amistad.
La fortuita casualidad nace de un día de playa normal. Javier está con un par de amigos disfrutando del Sol y de unas cervezas. Baños en el mar, etc. Como es normal, la playa se empieza a llenar. Son las horas centrales y es un bullicio de gente para aquí y para allá.
Según salen del mar, unos de los amigos de Javier, le llama la atención sobre un grupo de chicas que se han colocado al lado. Las mira y no le da más importancia salvo que una tiene unas marcas de bikini que sobrepasan a las del tanga.
Unos minutos más tarde, en ese movimiento de gente, se encuentran cara a cara. La chica del tanga y topless, resulta ser María. Que al ver a Javier se queda confundida sin saber qué hacer. No sabe si taparse, darle dos besos o hacer qué. La situación es tan incómoda que comienza a llamar la atención de los que están alrededor. Javier al verla bloqueada y ruborizada, reacciona rápido y la dice que al agua.
Ella sale corriendo y se tira. Él se queda mirando las nalgas de ella como se mueven hasta entrar al agua, y la sigue pero más tranquilo. Ya ambos con el agua al cuello y el movimiento de las pocas olas que hay, parece que se pasa la tensión. Comienzan a hablar excusándose María. Javier la tranquiliza diciendo que no tiene nada que esconder. Sabe como es el cuerpo de una mujer y no tiene nada de especial, es todo natural. Lo que le sorprende es que sea ella así. Sabiendo de donde viene, no se esperaba verla en tanga y topless en una playa. Aunque lleva marcas de sol. Ella ya algo menos agitada, le dice que con los años ha decidido experimentar y dejarse llevar. Pero que por favor mantenga su secreto a salvo. No quiere que ni sus padres ni su hermano se enteren que va enseñando las tetas o que usa tangas.
Javier le quita hierro al asunto e importancia. Incluso llega en cierta manera a despreciar el cuerpo de María. Algo que la genera inseguridad y le pregunta si realmente tiene un cuerpo tan mal. Ella es delgadita sin mucho pecho, nalgas firmes pero de poco volumen y aun lleva algo de vello púbico. recortado, pero no depilado. Javier le dice que hay muchas chicas así y que sin saber que era ella, cuando estaba tumbada, si que se ha fijado en ella, en su culo.
María, responde agradecida y que lo que más la ha impactado ha sido encontrarse a alguien conocido así. Que la haya visto desnuda. Que no estaba preparada para eso.
Javier, se sonríe y le pregunta si sigue siendo virgen con 25 años. Ella se sorprende y responde que no. Javier entonces le añade que tiene que ser más natural. El cuerpo humano es como es, no le debe de asustar. Ella replica que no le asusta, lo que le da vergüenza es que la vea alguien conocido.
Javier ágilmente la dice que eso es superar sus miedos. Él ya la ha visto y no ha pasado nada. Incluso que llevan un rato hablando y le está viendo letas y antes el culo. Ella salta reprochando que eso no es justo. Él la propone que si quite todo y experimente el mar en libertad. Él se agacha y se quita el bañador. María sin querer mirar pero con curiosidad, baja la mirada para verlo. Javier la incita a hacer lo mismo, ella lo duda pero le pide que la sujete y se quita la braga tanga. Javier la mira entusiasmado y la reclama un abrazo de celebración. Le intenta sobar la nalga y María le rechista que no aproveche. A lo que él con humor, la responde, toca tú si quieres. Ella por su parte, separa un poco su cabeza de la de él, lo mira a los ojos, y le dice, y serás capaz. Él, la contesta, eres tú la que no te atreves. Aquí no se nos ve.
Ella alarga su brazo y le agarra la polla con firmeza. Y se le escapa un vaya pollón. Javier se sonríe y la avergüenza cortándola con un toque de humor. Diciendo que si no suelta cuenta como paja. Ella con la sorpresa y cierta emoción, exclama, es que por dios, qué tamaño. Que ya se intuía pero es que…
Javier se ríe, aunque ella no lo suelta. Y le pregunta sobre eso de que ya se intuía. Ella confiesa que como se conocen desde hace tiempo, pues que lo ha visto muchas veces y en algunas, marca demasiado, pero pensaba que sería por la ropa no que tuviera ese misil.
Él va directo y le suelta que si lo quiere probar y comprobar en funcionamiento. A la vez que la acaricia el vello púbico. Ella suelta, resopla y le rechaza la proposición. Mientras que ve que se acercan sus amigas y le pide ayuda para volverse a poner el tanga.
Javier, por supuesto la sujeta y disimula con que están charlando.