En Vacaciones, Mi Madre

heranlu

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Esto sucedió el verano pasado. Mi mamá es una muy exitosa profesional de Informática. Llegó al puesto de Gerente en una empresa a fuerza de trabajo y sacrificio. Tiene 43 años y un cuerpo súper cuidado. Tres veces por semana al gimnasio y otras tres a andar en bicicleta. Todo ese ejercicio es no solo para mantener su físico espectacular, sino para limpiar su cabeza de trabajo, y seguramente de no tener una pareja estable hace unos tres años. Desde hace 15 años está divorciada de mi padre.

Yo tengo 25 años y este año me recibo de Ingeniero de sistemas, trabajo en el mismo rubro que mi madre, pero en distinta empresa. Desde hace 4 me fui a vivir solo, ya que conseguí un trabajo en esa época y me permitió independizarme. Todos los días que ella va al gimnasio nos vemos y compartimos un café al terminar de entrenar. Conoció varias “amigas”, y siempre hace bromas sobre los “cadáveres que quedaban a mi paso”.

“Tim, tengo ganas de hacer un viaje a Bahamas en verano, vi unos resorts en las Exumas hermosos. Este año cobre un bono muy, pero muy lindo. Te invito, vamos juntos con tu pareja si querés, yo me encargo de todos los gastos mayores, estadía, pasajes y comida. Vos lo que quieras hacer por tu cuenta fuera de eso. Mi idea es alquilar dos cabañas frente al mar. Después te paso las fotos y te fijas. Pensalo y Contame que te parece.

“Desde ya genial, pero ¿cuánto tiempo querés ir, yo solo tengo una semana?”

“Genial, es suficiente. Miro las fotos, lo charlo con Rita y te aviso”

“Dale”.

Lo charlé con Rita y le encantó la idea. Le conté a mi madre, y al día siguiente, con casi seis meses de anticipación teníamos la reserva hecha.

Faltando siete días mi novia se enfermó y decidió no viajar. Imposible modificar la reserva porque estaba todo pago.

Volamos a Nassau y de allí a Staniel Cay. El lugar tremendo, las cabañas directamente a la playa, a 15 metros, con nuestras reposeras, sombrillas, kayaks para disfrutar. Todo lo que se puede pedir. Una chica que se ocupa de recibir y limpiar las cabañas, nos acompañó y mostró todo. En algunos momentos me miraba y sonreía seductora. Su nombre era Lía

“Los dos se hospedan solos, porque figura una pasajera con Ud.” dijo Lía

“Si, es mi novia, pero no viajó” le contesté

Cenamos en el resort, nos sentamos en la playa a disfrutar la noche y charlar

“Lástima que no pudo venir Rita, ahora estas clavado con tu vieja” me dijo mi madre.

“Si, te faltó decir chota, arrugada y obesa” contesté

“Gracias, es lindo escuchar eso de un hijo”. Me dijo como haciendo pucheros

“Mamá, que no le tengas paciencia a los hombre que se te cruzan no significa que seas vieja, y mucho menos chota, arrugada y obesa. Te aseguro que Rita si te ve en malla se sentiría opacada por vos”

“Dale, no me hagas bromas” contesto

“Vos sabes que significa MILF, no te hagas la tonta. Vos sos una MILF perfecta”

“Epa, fuerte lo que me decís, medio subido de tono”

“Pero es lo que pienso”.

Se quedó callada, pensando en lo que le había dicho.

La mañana siguiente, cansado por el viaje, me desperté tarde. Puse la malla sobre la cama doble, y un toallón para secarme cuando saliera de la ducha. Me quedé un rato largo bajo la ducha. Me sequé un poco con la toalla del baño, la dejé colgada y salí del baño. Mi sorpresa fue grande cuando descubrí que en mi habitación estaba Lía, comenzando a limpiar.

Tal fue mi sorpresa que no atiné a taparme. Ella me miró, sonrió y me dijo

“Buenos días, no sabía que estaba en la ducha, perdone. Puedo pasar después, no se preocupe.” Dijo, casi sin sacar la vista de mi verga.

“He, bueno si querés no hay problema” dije confundido.

“A menos que necesite algo de mi parte” dijo ella sin levantar la mirada

“Quizás que me alcances la toalla sería un buen detalle de tu parte”, le dije ya recompuesto

La toalla estaba a solo centímetros de mi pierna, era estirarla y agarrarla

“Si, por supuesto, un gusto poder dar un buen servicio a un cliente como Ud.”

Se acercó hasta estar a milímetros mío, tomó la toalla y me miró sonriendo. Sin sacarme la mirada de mis ojos, comenzó a secar mi verga.

“Secar a los clientes no está incluido en el servicio, pero en este caso, le aseguro que será mi placer hacerlo”

Siguió y cuando estuvo bien dura, se agacho y me comenzó a chupar con ganas. De pie como estaba, solo atine a ponerla de forma de poder tocar su culo y su cancha por debajo de la pollerita del uniforme. Ya estaba mojada, y tenía unas formas de locura, como la mayoría de las mujeres del caribe. Me chupó y chupó hasta hacerme acabar en su boca. Se relamió, acomodó el uniforme y yendo hacia la puerta me dijo:

“Espero que haya sido de su satisfacción, de no ser así luego me avisa y veo como lo soluciono.” Dijo

“Gracias, debo meditarlo, cualquier cosa te aviso”

Era el paraíso total, levantarse con una bella mujer haciéndome gozar con su boca, y en ese paraíso, con las cortinas corrida, viendo el azul del océano.

Mi madre estaba sentada en la galería de su cabaña pensativa. Fui a buscarla para ir a desayunar.

“Hola hermosa, ¿cómo está?”

“Hola, bien hijo”

“Que pasa, estabas muy pensativa mirando el mar, hasta podría jurar que hablabas sola”

“Nada hijo, solo pensaba. Viste que lindo está el lugar, como en las fotos” me dijo.

“Si, ojalá pudiéramos trabajar acá todo el año.”

“Si, sobre todo por el servicio que dan, ¿viste que bueno? Pero descubrí que a algunos clientes los atienden mejor que a otros, hasta verifican que se hallan lavado bien sus partes, con la cara muy pegada…” dijo riéndose

“Vos… viste, entiendo”

“Lástima que no hay hombres para dar un servicio similar a las pasajeras” dijo, y se fue corriendo a meterse en el mar. Tenía puesta una malla enteriza que hacía que se viera espectacular.

La seguí y me metí al mar atrás de ella. Jugamos en el mar, nos tirábamos agua, empujábamos y en algunos movimientos hubo algunos roces.

Yo estaba feliz de poder disfrutar con ella, compartir tiempo, hacía mucho que no lo hacíamos, solo el café después del gim.

En un momento dado ella se quedó mirando el horizonte del mar y yo la abrace por detrás.

Puse mi cara junto a la de ella y le dije

“Te amo vieja, gracias por estos días para compartirnos. Casi que me alegro que no haya venido Rita”

“Y yo a vos Tim, hijo, pero sos malo, pobre Rita”

“Es que de esa forma soy todo para vos” le dije, sin ningún doble sentido.

Yo la seguía abrazando y nos quedamos en silencio. Sinceramente no sé cuánto tiempo pasamos abrazados. El silencio lo perturbó mi madre.

“Tim, cuidado, me parece que o te picó algo o algo se te metió en la malla” dijo separándose

Yo, con cándida inocencia, me miré y solamente estaba mi pene erecto por completo.

“¿Te das cuenta que el también piensa que sos una MILF?” Le dije para retrucar su broma

“Tim, sos un bestia, como me vas a decir eso”

“Por medio segundo olvídate que soy Tim tu hijo, ¿No te hace sentir bien, orgullosa, deseada, que un tipo de 25 años, un pendejo como decís vos, tenga tremenda erección solo por estar apoyado en vos?

Me miró tan seria que pensé que se había enojado, esquivándome volvió a la arena, se sentó en la reposera y se reclinó a tomar sol. Fui e hice lo mismo. Casi como susurro escuche que decía

“Si, claro que sí”

Fuimos a almorzar, y a caminar por el pueblo. Compramos varias cosas, tonterías, y volvimos a las cabañas. Cuando bajaba el sol, ella me dijo que no iba a cenar, pero que iba a pedir que traigan un trago caribeño con ron que nunca había probado. Se lo trajeron y le gustó mucho. Al rato yo decidí que tampoco quise cenar, solo pedí un sándwich, una cerveza y ella aprovechó para pedir otro trago.

Cuando retiraron el servicio, ella pidió otro.

“¿Qué pasa, nunca te vi tomar tanto alcohol?”

“Es que es muy rico, y te juro que no se siente el alcohol”

Desde la mañana, esas habían sido sus únicas palabras. Pero al parecer el tercer trago le dio valor para hablar

“Como mujer es lindo que un hombre se excite con una. Sabes cuánto hace que un hombre no me demuestra su calentura así, mucho. Y una piensa que ya no tiene esa magia, y cada día es peor, y hasta no querés estar con hombres para no sentir eso.

Y ahora, que estoy en la cima, que gano lo que nunca pensé ganar, que tengo un buen físico, que me mantengo bien, que visto y me maquillo bien, que ya no tengo que tomar pastillas, nada. Ni un solo orgasmo con un hombre en años.

Perdoname, no sé porque te cuento esto. Al fin de cuenta le estoy contando a mi hijo mis desventuras sexuales”

“Creo y siento que en este momento soy más un amigo. En serio. Claro, cuando nací la diferencia de edad era notoria, pero ahora, caminamos juntos y bien podríamos ser pareja. Creo que eso te da la confianza. Me vez como hombre y no como hijo”

“Es que sos un hombre ya. Gracias, amigo, por escucharme”

“De nada, Su.” dije, y usando por primera vez su nombre.

Pidió el cuarto trago y yo el primero. Mientras esperábamos los tragos, fui al baño de mi cabaña. Estaba por salir cuando golpearon la puerta. Abrí y era ella con los dos tragos. Sin dejarme decir nada, entro a mi cabaña. Puso los tragos sobre una mesa y se puso de rodillas frente a mí. Me quitó la malla y respiró hondo, y comenzó a chupar mi pija. Vi que bajaba su mano y se acariciaba por su vagina corriendo la malla.

Le baje los breteles y la parte superior de su malla, ella ayudaba con sus brazos. Sus pechos, redondos y firmes, sin una cirugía lucían un esplendor casi juvenil. Ella gozaba, por sus palabras por primera vez en años.

La hice poner de pie, y la recosté en la cama. Levanté sus piernas, y comencé a chupar su clítoris, mis dedos buscaban su punto G, entrando y saliendo. Su respiración se entrecortaba, gemía y suspiraba. Pude sentir claramente un fuerte orgasmo. Sorprendiéndola, llevé mi lengua a su ano, jugaba con él, lo apretaba con mi lengua y lo soltaba. Cada movimiento era un gemido. Cuando fui a meter un dedo, ella me dijo:

“No, nunca…”

No intenté seguir, la respeté. Volví a su concha y le saqué otro orgasmo. Fui a besar sus pechos y pezones, y lentamente fui acercando mi verga a su concha. La fui penetrando lentamente, dejando que disfrute ese momento y no sufra dolor. Al paso se iba abriendo dejándole paso. Ella gemía y suspiraba. Mis movimientos se aceleraron, ella movía su cadera acompasadamente para seguir mis movimientos, usaba sus músculos para apretar mi verga y soltarla. Que claro que sabía perfectamente como buscar el placer propio y el de su pareja.

Llegó a un orgasmo y me pidió subirse a mí. Se puso de espaldas a mí, tomó mi verga y la introdujo en su concha. Movía su cadera en círculos, de adelante hacia atrás, buscaba sentirse llena, pequeños orgasmos hacían que se pellizque los pechos. Cambió la forma de moverse, ahora subía y bajaba.

Se volteó a mirarme, y se mordió los labios. Extendió su mano y tomo la mía. Se llevó los dedos a la boca y los chupó uno por uno mientras me miraba y subía y bajaba. Tomo el índice, y lo condujo a su ano. Se quedó quieta y ella lo fue introduciendo lentamente, hasta enterrarlo por completo. Nuevamente comenzó a moverse, dejando quieto mi dedo. Ella misma se penetraba con mi verga y mi dedo. Al rato lo sacó y volvió a chupar los dedos. Cuando los humedeció bien, tomó dos, y realizó el mismo procedimiento. Soltó mi mano y se movía gozando con todo.

Sin pensarlo, golpee sus cachetes con mi mano. Ella saltó y gimió con todo y sus movimientos se aceleraron, le di otro, y tuvo el mismo efecto. Llegó a otro orgasmo y se bajó. Como hiciera yo con ella, me levantó las piernas y me chupaba la verga. Con una mano me masturbaba muy lento, y besaba mis pelotas, su lengua fue bajando lentamente hacia mi ano. Eso generaba una electricidad tremenda, mojó bien mi ano e introdujo un dedo.

Nunca ninguna mujer y mucho menos un hombre había ni siquiera hacerlo, y fue tan rápido que cuando quise reaccionar ya estaba adentro. Me miró con mucha lascivia, me miraba mientras lamia mi verga y su dedo encontraba lo que buscaba: mi próstata. Mi verga por primera vez superaba todo tamaño, en largo y grosor. Estaba roja y fenomenalmente dura.

Ella humedeció sus dedos y no pude ver donde los metía. Subió nuevamente y otra vez dándome la espalda. La tomó, me miró y sin dejar de hacerlo, la acercó a su ano, y fue bajando para que la penetre. Un grito ahogado con un gemido intenso marcaban que ya estaba adentro. Con movimientos lentos y continuos, logro que entre toda. Al hacerlo, y sin quitarme la mirada pidió.

“Pegame”

Mi reacción no se hizo esperar. Dos fuertes chirlos uno en cada nalga estallaron. Aumentó su velocidad, y pidió más y obtuvo lo que pedía. Los siguientes no los tuvo que pedir, cuando por la fuerza de mis golpes se dio cuenta que estaba por acabar, sentí como por lo menos tres dedos los metía en su concha.

Llegamos juntos, se recostó un momento sobre mi pecho, para después girar y acostarse a mi lado.

Ella se sentó con las piernas cruzadas, mirándome. Me hizo un mimo y comenzó a hablar.

“Si en este momento me reventas la cara de un sopapo o una trompada, va a ser entendible. Soy tu madre y casi que te violé. Lo sé. Y… no me arrepiento. No me arrepiento porque en ningún momento te vi como a mi hijo, solo como a un flaco con el que me había calentado y el conmigo.

Y no me arrepiento de los orgasmos que me sacaste, del placer que me hiciste sentir, ni siquiera de haber entregado mi ano por primera vez. Hasta por allí me diste placer.

También quiero decirte que con tu charla y lo de recién levantaste mi autoestima exponencialmente. Volví a sentirme mujer. Mujer, nada menos.

Tu golpe no llega, y puede ser por respeto. Ese que quizás sientas que te perdí, pero vos guardas hacia mí.

Solo dos palabras me quedan: Gracias por hacer que vuelva a quererme un poco y Perdón si por egoísmo se quiebra nuestro lazo.

Si querés decirme algo, te escucho atentamente.”

“Su, sos una estupenda amante. No recuerdo otra que me haya cogido como vos. Espero que sea el comienzo de una nueva vida sexual para vos, probando todo lo que quieras, Open Mind, como dicen.

Por mi parte, queda decirte que fue un gusto estar en la cama con vos, Su, y este, tu amigo Tim, va a estar siempre para vos”

Tras eso, la acompañé a su cabaña, nos dimos un beso en la puerta y fuimos a dormir.

La mañana siguiente de haber sido cogido por mi madre me desperté temprano, me duché y me fui la galería de la cabaña. Al rato vino Lía, que sonriendo dijo:

“OH, veo que hoy no va a necesitar la toalla”

“No, la toalla no, quizás otro servicio de tu parte… pasa.”

“Lía, no te quiero ofender pero tengo un pedido para hacerte, pero entenderé totalmente, que no des esos tipos de servicios”

“Señor, sus pedidos, créame son totalmente posibles de cumplir para mí y un gran placer también”

“Viste que en la cabaña de al lado, esta una mujer, bueno en realidad no es mi madre, sino que soy el amante.” Le dije.

Le conté mi idea, y le brillaron los ojos.

“Señor, créame que va a ser un verdadero placer complacerlo”

Fuimos a la cabaña de mi madre, y como estaban corridas las cortinas, vimos que dormía profundamente.

Entramos, y con cuidado de no despertarla, la destapamos. Dormía totalmente desnuda, eso facilitaba nuestros planes. Lía se quitó la ropa, y mirándola, me chupaba la verga metiéndose dedos en la concha. Me pidió ayuda para separar sus piernas un poco, y comenzó a chupar su clítoris. Yo me fui al baño, para ver su reacción. Aún dormida empezó a gemir, luego a acariciarse los pechos. Se llevó dos dedos a la boca y los chupaba.

Se fue despertando y sorprendida miraba a Lía que le chupaba la concha.

“¿Qué pasa, que es esto? Dijo mi madre

“Buen día señora, el Sr. Tim me dijo de su disconformidad porque no hay hombres para servicios especiales y yo me ofrecí a tratar de compensar esa desatención” le dijo y volvió a chuparla y ahora le metió dos dedos en la concha

Totalmente entregada a ese caliente despertar, se recostó dejándose hacer. Yo proveche, para salir del baño y apoyar mi pija en su boca. Abrió los ojos y se puso a chupar como loca.

“Desgraciado, mira lo que me está haciendo”

“Veo Su, te pega una buena chupada de concha, y te gusta. Y no sé si te gusta más la chupada o que sea una mujer la que te lo da. De todos modos, disfrutá”

Se dejó hacer, sin problemas, los orgasmos llegaban uno detrás del otro. Soltó mi verga y atrajo a Lía. Se pusieron de rodillas y se prodigaban besos y caricias, pero siempre una de ellas, me masturbaba lentamente. Estuvieron así un rato. Su le dijo algo al oído a Lía y hablaron unos segundos así, susurrándose al oído.

Su se puso con la cabeza colgado de la cama boca arriba y Lía formó el 69. Lía me dijo: “Cogeme”. Se la metí mientras mi madre le chupaba la concha y Lía le devolvía el favor, pero en el ano. Yo disfrutaba verlas, Su por momentos chupaba mis bolas, pero seguía ocupada en Lía. Le dio un chirlo en el culo, y Lía gimió. Como la tenía a mi madre con las piernas levantadas pude ver como le metía dos dedos en el culo. Y los movía en círculos. Su hizo que saque mi pija de su concha y me la chupó, no le importó que esté cubierta de los jugos de Lía. La puso en el ano de Lía y me dio un chirlo en el culo.

Metí toda la cabeza, Lía gimió. “Su deseo es que acabes en su culo, lo quiere lleno de tu leche”

Me puso loco, empecé a entrar y salir de ella como loco. No tardé mucho en acabar. Fue un orgasmo fuerte. Cuando la saqué, Su que no se había movido, comenzó a chuparla. Haciéndolo, y con la ayuda de lía en su culo y concha, llegó a un orgasmo.

Segundos después, Lía se paró, y dijo: “Sr., Sra, espero que haya sido de su satisfacción. Fue un total placer servirlos. Y si requieren nuevamente de mí, por favor, no duden en decirme.” Antes que se vaya y sin que se dé cuenta, puse 500 dólares en su bolsillo.

“Sos un hijo de puta, o sea mío. Esa jugada nunca la esperé. Otro debut más en la isla, con una mujer” dijo mi madre.

“Pero, te gustó”

“Y como…”

Nos bañamos desnudos en el mar, nos pusimos las mallas y unas remeras y salimos a caminar. Almorzamos en un barcito comida típica de la isla y seguimos caminando. Contratamos una lancha y fuimos a recorrer otras islas. Cuando volvimos tomamos sol, nos bañamos, y nos sentamos mirando el mar.

“Que loco, como de una idea pura, salió todo esto. Realmente hoy me seguí descubriendo. Vos, ya lo habías hecho?”

“Si, claro”

“Ah, lástima que Rita es tu novia, porque pensándolo bien, es muy deseable.”

“Si, pero te aseguro que le decís, como me pasó y sale corriendo.

Ahora, entre nosotros, cuál es tu máxima locura sexual”

“¿Aparte de cogerme a mi hijo, entregarle el culo, y hacerlo con una mujer, todo en menos de 24 h?”

“Si” le dije.

“Una vez, hace algunos años, estaba muy caliente, y una amiga, me invitó a una reunión en su casa. La cosa es que tomé de más, y terminé en un baño, con dos pijas en mi boca, y otra en mi concha. Para ellos, era una cosa, para mi ellos solo servían para llegar a un orgasmo, pero placer, cero”

“¿Y con mi viejo?”

“Solo te tuvimos a vos. Supongo que te dice algo”

“Si claro”

Cuando anocheció fui hasta el restaurant del resort y encargue para una hora después, un mezclado de mariscos y una botella de vino blanco.

Cenábamos en la galería de su cabaña. Y charlábamos.

“Su, ¿alguna fantasía, algo que siempre hayas querido o que ahora quieras hacer?

“Huy, dos, una un trio, no me importa como dos hombre o un hombre y dos mujeres, pero que yo sea el centro de atención y me hagan gozar como loca. Y el otro, filmarme, y mandarle el video a un hombre para calentarlo. Ponerlo bien loco, y que cuando me vea, descargue su calentura en mí. Quiero verlo hervir por mí, y si tengo un orgasmo, bien, genial, pero si no, no importa, quiero sentir furia.”

“Guau, te estas desatando”

Terminamos de cenar y como era temprano, y el pueblo tenía lo negocios abiertos hasta tarde, fuimos a caminar. Ella llevaba un bolso al hombro para no cargar las cosas si comprábamos algo. Efectivamente, compramos unas cosas que nos faltaban para regalar, y yo me detuve en uno que vendía cosas de fotografía.

“Ya vengo, esperame acá” me dijo mi madre

A los pocos minutos regresó, caminamos un poco más y volvimos pero al bar del resort. Ella pidió otro trago distinto al del día anterior. Yo un Gin nos sentamos en una terraza, frente al mar, estábamos solos. Nos lo trajeron. Charlamos de cosas de familia, y de pronto me preguntó

“¿Rita, en la cama, te satisface, o es medio pelotuda”

“Y… “

“Bastante pelotuda” dijo mi madre. “No se da cuenta que para que funcione una pareja la cama es fundamental. Una mujer puede no cocinar bien, pero si tiene una buena cama con su hombre, zafa todo. ¿Y vos sos feliz?“

“¿Su, me dejas la cabeza en paz? Estamos de vacaciones” le dije.

“Perdoname, tenés razón. Pero si ella te satisficiera, seguro no tendrías problemas en hablar”

“Mamá”

Hizo una seña y fue Lía a la mesa. Sugestivamente, se paró muy cerca de mi madre

“¿Hola, cómo están?” dijo

“Hola Lía, bien, disfrutando de la isla” dije

De pronto veo que la mano de Su estaba bajo la minifalda, y la acariciaba. Lía suspiró

“¿Van a desear algo más de tomar? Y dio un leve gemido.

“Si, quiero repetir” Dijo Su, al tiempo que Lía hizo un movimiento como si la hubiera pellizcado, o peor, penetrado

“Vos Tim, ¿querés repetir el gin?” me preguntó Su.

“Bueno, así será” dijo Lía al tiempo que miró a Su, y se retiró.

“Su, eso fue mucho.” Le dije.

“Bueno, fue solo un juego” me dijo y me guiñó un ojo.

Al rato cuando fuimos a pagar, pasé por la barra y pedí que lleven la cuenta a la mesa, y fui al baño.

Cuando salí era Lía la que estaba cobrándole a Su.

“Hasta mañana, que tengan una buena noche y mejor despertar” dijo picante Lía.

Estábamos llegando a mi cabaña cuando mi madre, o Su, dado que estaba un poco picada por el alcohol.

“Perdoname, pero estoy cansada, ¿No te enoja si me voy a dormir?”

“Para nada, empezó temprano y estoy cansado”

Nos dimos un besito, y me metí en la cama, como había dejado la cortina abierta podía ver la luz de la luna reflejándose en el mar. De pronto, golpean a mi puerta. Era uno de los chicos del bar.

“Sr., su vecina le envía este trago y pide que los disculpe por estar cansada”

“Gracias”

Quedé sorprendido sin saber que pensar. Me senté en la cama y lo probé. Sí que tenía ron eso. Pero la mezcla de jugos frutales y de hielo, invitaban a tomarlo. De pronto veo que pasa Lía con una bandeja y un trago para la cabina de mi madre. Otra no podía ser porque era la última. Segundos después hace el camino inverso.

Tomando el trago me sentí tonto estando dentro de la cabaña, me fui a sentar junto al mar. Estuve pensando en todo lo pasado en la isla y cuando lo terminé volví adentro. Mi teléfono marcaba con una luz un mensaje. Pensé que era Rita, pero no. Era un video de Su.

Estaba tomado desde arriba, seguramente desde los estantes que estaban en una pared

“Hola, sabes, estos tragos sí que son picantes, y me pusieron picante.” Decía su apareciendo delante de la cámara

“y por suerte como vos sos un flojo, tengo una amiguita que tiene ganas que juguemos un poco” dicho esto apareció Lía completamente desnuda y comenzaron a besarse y meterse mano. Se masturbaban, se besaban y todo delante de la cámara. Hicieron un 69 y contaban los orgasmos mirando a la cámara. Algo le dijo Su a Lía, que ella tomo un teléfono y parecía que llamaba a alguien. Siguieron dándose orgasmos y contándolos. Se escuchó que golpeaban la puerta y segundos después una chica más estaba con ellas dos. Ahora eran tres chupándose y besándose. Lía hizo que Su se ponga en cuatro y del bolso de Su, sacó dos consoladores. Uno juraría que era una copia de mi verga. El culo de Su apuntaba a la cámara. Lía puso algo en sus dedos, posiblemente una crema o aceite, y dándole un terrible golpe en el culo se los enterró. Miraba a la cámara y me relataba como entraban y salían fácil. La otra chica se puso delante de Su, y le metió el consolador en la boca, se puso de rodillas al costado y mientras lo metía y sacaba de su boca le pellizcaba con furia sus pezones o le daba cachetadas en la cara. Lia tomó el consolador y se lo enterró a Su, que se empezó a mover como loca.

Lía tomó el teléfono y lo acercó al culo y a la concha de Su, que goteaba jugos intensamente.

Mi pija estaba explotando en el short. Después mostraba como al mismo tiempo casi le metía la mano en la concha, sin sacarle el consolador del culo. Su gemía de placer, ahogada por el otro consolador. Ahora llevaba el teléfono a la cara de Su. Le sacaron el consolador de la boca y mirando el teléfono dijo:

“Mirá lo que armé porque a vos no te dan las pelotas para romperme bien el culo, dormí tranquilo, Tonto”

Allí terminó

Tiré el teléfono y fui a la cabaña, sin que me vean, pude ver por la ventana que las tres seguían jugando. Me quite la malla, y entré.

Lo primero que hice fue levantarla a Su, tomarla de los pelos y decirle: “a vos te dejo para el final” y le tiré en la cama y le metí el consolador más grande en la concha “Entretenete y mirá como me gozo a tus amiguitas”

Tomé a Lía y la otra chica de los cabellos, Lía para que me chupe y a la otra a besarla y tocarla por todo el cuerpo. Era menudita, casi sin tetas, con una concha bien húmeda. Cuando quise tocar su ano no se dejaba. Me calentó más aún. Las cambié de lugar, mientras la miraba a Su, que estaba absorta en lo que nos veía hacer.

La chica no tenía muchas ganas de chupar, y yo le metía mano a Lía que se abría todos los agujeros para que pueda meter mis dedos.

Protesté porque la pendeja no chupaba bien y Lía la hizo parar, la tomó del cuello y haciéndole faltar al aire, le pellizcaba los pezones, le daba sopapos, en la cara, hasta que casi se desmaya. La tiró boca abajo en la cama y ella se sentó en su espalda, no sin antes darle dos sopapos en la cara y un golpe en la panza que la hizo doblar de dolor.

Las piernas de la chica colgaban de la cama. Con sus dedos aún con crema le metió uno en el culo.

“Mi hermana es muy puta, pero le gusta el dolor, que la castiguen, ¿ahora ve como se calmó? Me dijo. “Dejeme chuparlo mientras se la preparo a esta puta.” Le puse la pija en la boca y era demasiado caliente la escena, Su ahora se masturbaba el culo al ritmo de los dedos de Lía que entraban y salían del culo de la hermana, que gemía de placer.

Lía vio Su que se metía el consolador en el culo-

“Sr Tim, sostenga a esta puta, y no dude en darle un buen golpe si se quiere mover.” Dijo Lía al tiempo que se corría apenas, para darle tremenda bofetada a Su. “Nada del culo, eso es para el Sr. Tim, Sra. Puta, ahora, como castigo va a tener que sacarme un orgasmo con la boca” le dijo y se sentó en su cara.

“Ve Sr. Tim, como hay que tratar a estas putas” y pasó su lengua por los labios en muestra de placer.

La hermana atinó a moverse y le di una buena bofetada en la cara y girándola un poco pellizque un pezón hasta hacerla gritar de dolor. Ahí empezó a gemir con mis dedos en su culo.

Ver eso y el trabajo de Su en su concha la hicieron acabar a Lía, que volvió a sentarse sobre la hermana.

“Perdón Sr. Tim, ya estoy de vuelta con Ud.” y me volvió a chupar la pija y sin sacar mis dedos, metió otros dos en el culo de la hermana.

“Sr. Tim, cuando guste, su verga está bien dura, rómpale es culo a esta pendeja” hizo que saque mis dedos, y con los dos de ella me mostraba que estaba casi abierto para mi.

La penetré de una, haciendo golpear mis pelotas contra su concha. Lía se sentó de forma de que le chupe la concha, y poder darle sopapos o pellizcarle los pezones. La pendeja se retorcía de placer con ms penetraciones y los golpes.

“Pendeja puta, si no haces gozar al Sr. Tim, en casa te voy a atar a la cama, te voy a meter el palo en el culo como la otra vez y vas a dormir con el palo en el culo. Acordate, dos días te cagaste encima, pendeja”

Mientras Su jugaba con su concha y la baba de calentura caía de su boca. Ella misma se pellizcaba los pezones de tal manera que se hacía doler. Lía la miraba y sonreía sádica.

La pendeja se movía como loca, gritaba de placer, hasta que llegó a un tremendo orgasmo.

Lía a Su, en la misma posición que había puesto a su hermana, se acostó sobre ella y le dijo:

“Sra. Puta, Ud. quiso este jueguito de calentar al Sr. Tim que es tan bueno. Ahora mejor que se esmere para que acabe porque le voy a hacer lo que le hice a mi hermana, y por dos días no va a poder salir del baño por miedo a cagarse.” Le dio una bofetada y le pellizcó con todo una teta y le dijo “¿Está entendido?”

Su solo asintió con la cabeza.

Se sentó sobre su espalda y le dijo a su hermana que se ponga en cuatro al lado de ella, con su culo hacia mí, le metió un consolador en el culo y le dijo que se masturbe el culo. Ella chupó mi pija y al tiempo golpeaba los cachetes de Su. Se detuvo y me miró.

“Sr. Tim, esta Sra. Puta quiso hacerlo calentar, hacerlo poner loco. Mire ese culo. Está cerrándose, rómpaselo y hágale sentir el error que cometió al burlarse de Ud.”

La hija de puta, sabía cómo hacerme calentar. Mojó apenas la punta de un dedo índice, lo apoyo en el ano, le miró a Su, que estaba con cara de terror, y dijo: “Sra. Puta, para que vea que soy buena, ya lo lubrique”. Su pedía por favor que no lo haga. Ver a la pendeja llorando y masturbándose para mí, la mirada de lujuria de Lía, hicieron que sin medir consecuencias para acá, se la entierre hasta el fondo. Su gritó de dolor y comenzó a llorar. Lía sostenía sus cachetes para que pueda meterla hasta el fondo.

Yo entraba y salía como enloquecido. Vi que un hilo de sangre salía del borde de su ano. Poco a poco Su empezó a gemir, cada vez más fuerte.

“Sr. Tim, mire la Sra. Puta como está disfrutando que le rompa el culo, se lo deje sangrando bien abierto. Siga, gócela con todo”

Lía se puso en cuatro arriba de Su, y me puso el otro consolador en la mano. Escupió la suya y la pasó por su ano.

“Sr. Tim, por favor, métame ese consolador, quiero yo también sentir su calentura.

Se lo metí hasta el fondo y seguía el ritmo de ms envestidas al culo de Su. Lía apoyo su cabeza contra la de Su y le dijo:

“Sra. Puta, no se juega con los hombres. Pueden ser muy feroces gozando a una mujer. Mira, estamos las tres enculadas por él. Y mientras él no acabe, no nos va a dejar en paz.”

Escuchar eso hizo que Su comience a subir y bajar su cadera, abriéndose ella misma el culo. No tardé mucho en acabar adentro de ella. Cuando lo hice, metí los dos consoladores hasta el fondo, y dejándolos adentro. Estuve un momento más, le di una cachetada en el culo a Su, que hizo que tuviera un orgasmo con todo, lo mismo cuando sintió que se la sacaba.

Lía se dio vuelta, y mientras limpiaba mi pija, juntaba la sangre, mi semen y jugos que salían del culo de Su, y los repartía en las bocas de su hermana y Su. Solo cuando dejo de salir y ella había limpiado mi pija se sacó el consolador, y luego el de la hermana. Las miré y me fui.

Cuando miré la hora antes de acostarme eran las 2 de la mañana. A las 8 de la mañana me despertó la voz de Lía: “Sr. Tim, vengo a limpiar el cuarto, necesita Ud. algo en especial?”

“No, Lía, gracias he tenido una noche agitada, hace lo tuyo tranquila que me voy a bañar”.

Cuando salí de la ducha me esperaba con la toalla

“Gracias Lía, es todo, gracias”

“Como Ud. diga Sr. Tim”

Me yendo al mar a darme un chapuzón y veo salir corriendo a Su de su cabina, mirando hacia todos lados, y cuando me vio, vino hacia mí.

Lía corriendo atrás con un consolador en la mano.

“Sra. Tim, solo estaba limpiando la habitación, ella se despertó y le pregunté donde lo metía, y salió corriendo” dijo Lía

Caí de rodillas en la arena de la risa.

Mi madre se tapaba como podía al ver lejos otros turistas.

Al rato vino a acompañarme al agua.

“¿Te acordás de la fantasía mía de estar con dos hombres? Me dijo

“Si, claro.”

“Pues olvídate de ser uno” y se largó a reir.

Las noches que quedaban hicimos el amor en la playa, en una lancha que alquilamos, en un banco de arena en el medio del mar. Fueron un goce total.

Cuando nos retirábamos, saludamos a todos, y Lía nos dijo que esperaba que hayamos disfrutado de las cabañas, del mar y de los servicios.

“Excelente todo, sobre todo los servicios, de primer nivel” dije

“Impecable, realmente sobresaliente. Por favor transmitan a los dueños nuestra satisfacción” dijo mi madre.

En el avión cuando volvíamos apoyo su mano en mi brazo y me dijo

“Bueno, Tim, ahora vos volves a tu vida, yo a la mía. Madre e hijo. Esto que pasó no puede cambiar las cosas de tal forma. Y yo quiero encontrar mi camino”

“Por supuesto, estoy de acuerdo” le dije.

Y fue así, por dos meses. Estábamos tomando el café en gimnasio.

“Mamá conocí una chica, te juro que un volcán, me mató en la cama”

“¿Y Rita, porque hasta hace dos días estabas con ella?”

“Pasó a engrosar tu lista de cadáveres” le dije sonriendo

“Me alegro. Yo justo te iba a contar que hace quince días estoy saliendo con un muchacho, le llevo 5 años, pero es genial”

“Que bueno, te lo merecías”

“Tim, ¿vos pensas que para el invierno, cuatro meses, sería correcto irnos de vacaciones los cuatro?

“Al resort?, no Su, no sería correcto. Le respondí

“Si, por supuesto.” Me dijo con cierta congoja.

“Si queres, y solo porque te veo muy estresada”, te puedo acompañar

Ella metió la mano en el bolso, el mismo donde había guardado los consoladores cuando los compró.

“Mamá!!!” le dije

“Tranquilo” me dijo sacando la notebook, eso está guardado para futuras ocasiones con Rob, mi chico.

“Seguimos charlando y unos minutos después al mirar la notebook su cara fue de sorpresa total, se quedó con la boca abierta y la giró para que lea.

“Estimada Sra. Susana:

Es una alegría que vuelva a pensar en nosotros para pasar unos días en Bahamas. Queda hecha la reservación de dos cabañas para fecha a coordinar del mes de Enero.

Y por su consecuencia y sus conceptos al retirarse del resort, le informamos que tienen un descuento del 50% en estadías, consumos y servicios.

Queremos hacerle saber que hemos agregado servicios, siempre para satisfacer aún más a nuestros huéspedes.

Los saluda

Lía, Propietaria del Resort Stanyel Cay”

Nos quedamos helados. Lía era la dueña y proveedora de “Servicios”

“Su, si vos querés obviamente, no tenés la noche ocupada, te espero a cenar. Ah., aprendí a hacer esos tragos que tanto te gustaban. Si querés…”

“Será un gusto degustarlos, ah y te quiero mostrar un par de cosas que me compré…”
 

heranlu

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Un par de meses después de aquellas vacaciones antológicas, mi madre me llama por teléfono para ver si a principios de agosto podía escaparme una semana al Resort de Lía.

“Me gustaría, pero estoy empezando a salir con una chica.”

“Traela…, vos sabes que por la plata no hay problemas.” Me dijo mi madre.

“Dejame hablarlo y te cuento.”

“Dale, sabes que la vamos a pasar bien.” Me dijo.

Esa noche, Clau vino a cenar al departamento.

“Clau, mi madre nos invita una semana de vacaciones al caribe, a un resort un poco especial. Ya estuvimos y la pasamos genial.”

“Que buena onda. ¿Por qué decís que es especial?” me preguntó.

“Porque puertas adentro de las cabañas, se puede gozar con todo del sexo, y dan “servicios” especiales.”

“¿Qué tan especiales?”

“Como que mí la chica que hacía la habitación, el primer día me chupó sin que diga nada.”

“Vos sabes que yo muy mente abierta no soy…” me dijo.

“Por eso te lo aclaro.”

“Y si yo no voy, ¿vos irías?”

Como la relación recién empezaba, realmente no tenía ganas de perder la oportunidad de volver.

“Si, claro que iría.” Dije seguro.

“Ah… ¿te puedo contestar mañana?“

“Si, claro. Ah, otra cosa te aclaro. Mi madre, va como Susana, una amiga, no en rol de madre.”

Al día siguiente me contestó que sí, aunque me dijo que le daba un poco de vergüenza ir con Susana.”

Le avisé a mi madre, que de inmediato hizo las reservaciones, con Lía.

Llegó la fecha, y llegamos al resort, Lía nos esperaba con una copa de bienvenida.

“Es un gusto tenerlos nuevamente con nosotros, haremos lo posible para que la pasen mejor que la vez anterior. Veo que ha traído una invitada Sr. Tim, espero que ella también disfrute…” dijo Lía con una leve sonrisa.

Fuimos a las cabañas, almorzamos y por la tarde tomamos sol y nos metimos al mar. Mi chica estaba con una bikini que mucho no mostraba. Mi madre la miraba como si preguntara para que había venido Clau si era tan pacata.

Cenamos, y luego tomamos uno de los recordados tragos. Nos sentamos los tres fuera de nuestra cabaña y pedimos otra ronda de tragos. Clau ya estaba un poco tocada por el primero, el segundo, directamente la dejó al borde del sueño. Susana se fue a su cabaña y nosotros entramos a la nuestra.

Clau se acostó solo con la tanga y 5 segundos después estaba dormida. Fui nuevamente afuera, y veo que Lía y la hermana venían con dos tragos cada una.

“Sr. Tim, ¿recuerda a mi hermana? Por favor, recuerde que si necesita algo…” me dijo Lía, y siguió caminando a la cabaña de Su, y entró.

Tomé el trago e hice pasar a la chica. Apoyé el trago en la mesa de luz, y la besé. Clau dormía. Me acosté, y puse a la chica a chuparme la pija. Hice que ponga su culo para poder tocarlo, y al hacerlo noté que estaba seca. Le di un suave golpe en el culo y empezó a chupar con más ganas. Un nuevo golpe y su concha se empezó a humedecer. Apenas mojé uno de mis dedos en sus jugos y se lo metí en el culo. Lo movía con fuerza, y ella cada vez gemía más.

Estaba disfrutando esa chupada cuando Clau se despertó y se quedó mirando como la chica me chupaba.

“Tim…”

Me puse de rodillas al costado de la cabeza de Clau, y metí mi pija en su boca.

“Chupale la concha.” Le dije a la chica.

Clau trato de sacarse la pija de su boca pero no pudo, trataba de que la chica no llegue a su concha.

“Está bien, no tengo problemas le dije a Clau.”

Puse a la chica en cuatro, de forma que mi chica viera bien, y la empecé a coger por la vagina. Golpeaba sus cachetes, tiraba de su pelo, y la chica no daba más de placer. Clau miraba y se comenzó a tocar la concha. Yo la miraba y sonreía.

De pronto la chica, llevó su mano a la concha de Clau y metió dos dedos. Ella no se opuso. La estaba pajeando una mujer. A Clau los ojos se le daban vuelta, gemía y gemía. De repente llegó a un fuerte orgasmo. La chica se salió de mi pija, y con una Claudia totalmente entregada, hizo un 69. Volvió a meter los dedos en su concha y le chupaba el clítoris. Mi chica gemía como loca. Yo, que había vuelto a meterme en la concha de la chica, disfrutaba de sus gemidos. Metí dos dedos en su boca, los humedecí bien y los metí en el culo de la chica, que dio un brinco. Apoyé mi pija en su orto, y lo comencé a meter. La chica quiso salirse, pero un golpe en su espalda la hizo desistir. Poco a poco la fui metiendo toda.

Claudia miraba azorada como ese culo se comía mi pija, y la chica lloraba y gemía al mismo tiempo. Caliente, la chica le chupaba la concha sin parar, ahora eran tres los dedos que le metía. Estuve un rato con el culo de la chica, y luego, fui a su boca, para que la limpie. Mientras me chupaba, llevé sus dedos al culo de Clau. Quiso negarse, pero la chica se sentó en su boca y la forzó a chuparla.

Nuevamente empezó a meter los dedos en el culo de Clau, ella trataba de moverse pero no podía. Me acerqué a ese culo que nunca había poseído y la chica levantó más las piernas de Clau, haciendo más fácil la penetración. Clau pedía por favor que no la meta. Lentamente la fui metiendo y sacando cada vez más profundo. Ella dejó de pedir y comenzó a gemir. Poco a poco fui aumentando la velocidad y la fuerza. La chica le chupaba el clítoris y ella misma se metía dos dedos en la concha.

Cuando acabé en su culo tuvo un orgasmo gigante, y la chica, acabó en su boca, llenándola con sus jugos.

Me salí de Clau, y tomándolas de las manos a las dos fuimos a la cabaña de Susana. Clau apenas podía caminar de los tragos y de mi pija en su culo, pero no se negaba.

Cuando abrimos la puerta, Su y Lía estaban haciendo un 69.

“Sr. Tim, estábamos recordando sus vacaciones.”

“Veo, y parece que eran buenos recuerdos…”

La chica se acercó a Lía y le dijo algo al oído.

“Sr. Tim, la Sra. Puta está lista. Permítame.” Dijo Lía y me empezó a chupar la pija. Clau y la chica miraban. Su, se metía dos dedos en la concha y dos en el culo.

Cuando estuve listo, puse a su de costado, corrí su pierna y la metí en el culo de una.”

“Ese es un macho, si, rómpeme todo el culo.”

La chica se acostó con las piernas abiertas, Lía puso a Clau en 4 patas haciendo que chupe esa concha y ella le metió un consolador en el culo. Clau quiso evitarlo y recibió un golpe en la espalda.

“Niña, Ud. debe entender que para recibir placer de un hombre, debe entregar placer, entregar todo su cuerpo. El Sr. Tim, va a cuidar de Ud. y hacerla gozar, pero primero debe aprender a entregarse.”

Mi madre gemía y apretaba sus pechos. Yo me deleitaba viendo como sodomizaban a Clau con un consolador, mientras yo lo hacía con mi madre.

Lía dio una vuelta más de rosca e hizo que mi madre y Clau hicieran un 69, con mi madre abajo. Yo aproveche y metí mi pija en la boca de Claudia, mi madre se ocupaba de su concha, feliz. Lía, seguí con el consolador en el culo de Clau, y ahora la hermana, metía otro en la concha. Clau se retorcía de placer siendo penetrada por tres lados. Cuando llegó a un orgasmo, saque la pija de su boca, y la enterré en la concha de Susana. Clau chupaba su clítoris, súper excitada.

Un rato más de entrar y salir, y me vine en la concha de Su. Saque mi pija y la puse en la boca de Clau que con mucho ahínco la dejó bien limpia, mientras seguía teniendo orgasmos con los consoladores, mientras Susana la chupaba.

Un rato después, Lía y su hermana se fueron, Clau cayo rendida igual que Su. Nos fuimos a nuestro cuarto y nos dormimos.

Cuando me desperté entre a darme una ducha mientras Clau dormía. Cuando salí del baño, ya se estaba despertando.

“Hola Tim, amor. Que noche, no doy más. Me hicieron mierda. No he tenido nunca orgasmos tan intensos.”

“Viste, aquí el sexo se disfruta más.” Le dije.

“Yo estoy loca o le chupé la concha a tu madre mientras vos la cogías.”

“A Susana, le chupaste la concha a Susana.”

“Dios mío, no lo puedo creer.”

En ese momento, golpean a la puerta avisando que traían el desayuno. Dije que pasen y era Lía.

“Buenos días Sr. Tim, Srta. Me apena no haber llegado a tiempo para secarlo, Sr. Tim. Por favor, permítame chuparlo así me castiga por llegar tarde.”

“De acuerdo.” Dije

Me chupaba y lamía todo el pene, jugaba con su lengua. Clau miraba impávida como Lía me chupaba. De pronto Lía la miró a Clau, y clavándole los ojos le dijo: “Señorita…”

Clau con cara de susto, se puso con ella a chuparme. Era un placer ver a las dos, pero sobre todo a Clau de rodillas chupando con la vista baja. Estuvieron un rato así, hasta que Lía se puso en cuatro en el borde de la cama. Mojó dos dedos en su concha, y se los metió en el culo. Clau la imitó.

“Sr. Tim, por favor castígueme por no haber llegado a tiempo y a ella por no haberlo atendido como se debe esta mañana.”

“No, eso queda para esta noche, ahora quiero ver como hacen la X y llegan al orgasmo juntas, como dos buenas putas mientras yo elijo a quien le acabo en la boca.”

Lía la puso en posición a Clau, y se empezaron a frotar sus sexos, apretaban sus pechos y pellizcaban sus pezones. Los orgasmos se comenzaron a suceder, uno tras otro, de cada una de ellas. Clau se metió dos dedos en el culo y gritaba de placer.

“Sin sacarte los dedos del culo, me vas a chupar hasta hacerme acabar en tu boca.” Le dije a Clau.

No hizo falta decirlo dos veces, chupaba como loca, mientras Lía apretaba sus pechos y retorcía sus pezones. Acabé con todo en su boca y ella no dejó caer una gota.”

Lía se vistió y se retiró de la cabaña diciendo: “Espero que disfruten su desayuno”

Clau quedó acostada, tratando de recuperar la respiración.

“Esto es una locura, me duermo cogida y me despierto y me cogen una mina y mi macho. Guau”

“Esta noche quiero que sea tu noche, si tenés alguna fantasía que podamos cumplir, cumplírtela.”

“Si, dos, aunque pueden ser juntas. Ser la perra de Su y Lía, y que después vos me hagas lo que quieras, por donde quieras y como quieras, quiero ser tu sumisa, que me castigues por haber sido la perra de ellas.”

“Listo.”

Salimos de la cabaña y nos encontramos con Su, mi madre. La miró a Clau, y como si supiera de su fantasía, le dio un beso en la mejilla, pero su mano le apretó el culo.
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“Salimos de la cabaña y nos encontramos con Su, mi madre. La miró a Clau, y como si supiera de su fantasía, le dio un beso en la mejilla, pero su mano le apretó el culo.”

Nos quedamos toda la mañana en la playa. Una de las veces que fuimos al agua, vi como Su, desde atrás, le tiraba del pelo a Clau, y le metía una mano en el culo. Clau se dejó hacer. Luego Su le dijo algo al oído.

Antes del almuerzo, fuimos a pasear y hacer algunas compras. Susana le dijo a Clau que se compre una bikini más provocativa, ella le hizo caso, pero no me dejaron verla. Después fueron al sex shop que mi madre había visitado el viaje anterior. Entraron y luego de un rato salieron con una bolsa.

Almorzamos, tomamos unas cervezas y fuimos a las cabañas. En realidad, fuimos a la cabaña que compartía con Clau. Entramos y Su le dijo que se pusiera la bikini nueva. Si bien Clau tiene un buen cuerpo, buenas tetas y culo, pero cuando la ví con la malla no lo podía creer. Abajo solo una tela de muy fina cubría su monte de venus, y un hilo corría entre sus glúteos. Arriba, dos pedacitos de tela solo tapaban lo justo y necesario.

“Ahora sí estás con una malla para el caribe.” Dijo Susana y siguió: “¿Que tenés planeado para esta noche Tim?

“Sorpresa Su, sorpresa”

Cenábamos los tres y fui al baño del bar para aprovechar y hablar con Lia. Le conté la fantasía de Clau y obviamente no tuvo problemas.”

Cada uno fue a su cabaña y más tarde Lia nos pasó a buscar. Sin mediar palabra le puso un collar y una cadena a Claudia. Se puso frente a ella y le metió un dedo en la boca que Claudia chupó.

“Ahora, serás nuestra perrita por esta noche. Y mejor que te portes bien.”

Fuimos a la cabaña de Su, que nos esperaba.

“Afuera ropa perra.” Ordenó Lia. “Igual Ud. Sra. Puta. Hoy vamos a disfrutar de esta perra.”

Lia y Su, se tiraron en la cama y se pusieron a besarse y acariciarse. Clau miraba y se pasaba la lengua por los labios. Las manos las tenía juntas al frente.”

“Chupanos un ratos las conchas.” Dijo Lia. Y Claudia obedeció. Chupaba con ganas, gemía mientras lo hacía. Luego pasó a Su, que me miraba como yo estaba sentado en una silla con un trago en la mano, aún con los shorts en su lugar. Lia fue hasta un bolso que trajo, y sacó un arnés con un consolador grande, la puso a Su en cuatro y la comenzó a penetrar. Su dio un grito de dolor cuando sintió que el consolador entraba por completo. Pero no se movió.

De a poco sus gemidos eran más fuertes, pedía más. Le tomo por los cabellos a Clau e hizo que le chupe las tetas.

“Chupa perra, chupa bien mis tetas.” Mientras Clau lo hacía, Lia le daba chirlos en el culo.

“Si llego a ver un solo dedo en tu concha o en tu culo, te juro que te empalo con un bate de béisbol. Tienes prohibido tocarte.”

No tardó mucho Su en llegar a un gran orgasmo. Lia se acostó sin sacarse el arnés y la puso a Clau a chuparlo.

“Sra. Puta, chupa mis tetas.” Dijo mientras se metía un consolador mediano en el culo.

“Así, así las dos, háganme gozar, como a la Puta Reina.” Dijo súper caliente. Su y Clau se prodigaban en chupar, las hizo cambiar y ahora era Su la que chupaba ese enorme consolador. Lia llegó a un buen orgasmo y no se detuvo. Hizo poner en 69 a las dos, Clau abajo y Su arriba.

“Srta. Puta, chupa bien esa concha, quiero que le saque un buen orgasmo jugoso.” Dijo Lia. Clau se puso a chupar, hasta que consiguió sacarle un orgasmo. Lia entonces volvió a penetrar la concha de Susana, mientras Clau chupaba su clítoris y el consolador como si fuera una pija real. Mi madre daba gritos de placer en cada orgasmo.

Lia vio que yo ya estaba desnudo y con mi pija al máximo. Sacó el consolador, me miró y sonrió, para empezar a meterlo en el culo de Su.

“No por favor Lia, me vas a desgarrar, no.” Decía Susana.

“Abrile bien el culo, porque le voy a enterrar esta pijona si o si.” Le dijo a Clau que abría los cachetes al máximo. De a poco lo fue enterrando. Su lloraba. Cuando lo tuvo todo adentro, las chupadas de Clau la empezaron a excitar. Se movía lentamente sacándolo y volviendo a poner en su culo.

Lia bombeaba con todo, del culo de Su caían jugos y gotas de sangre en el rostro de Clau. Cuando Lia llegó a un orgasmo, enterró todo el consolador y lo dejó clavado. Su casi convulsiona por el orgasmo. Lia sacó el consolador y lo metió en la boca de Clau, que casi lo rechaza pero finalmente se puso a limpiarlo. Cuando terminó, Lia me miró y me dijo:

“Sr. Tim, es su turno, la perra está muy caliente.”

“Bien, Lia, sin sacarte el arnés, acostate boca arriba.” Subí a la cama y le dije a Su, “Parada al lado mío, y abrite bien el culo.” Lo hizo y le metí tres dedos en el culo. “Clau, putita, sentate en ese consolador.” Le dije.

Mientras ella iba bajando, mi madre acariciaba mi pija, y me besaba, mientras yo la masturbaba por el culo. Claudia bajaba muy lentamente, apenas si tenía apoyado el consolador en su concha. Lia le dio una cachetada en los pechos, que quedaron marcados de rojo. Claudia bajó un poco más y dijo: “No entra”. La cachetada de Lia, ahora fue a su cara, la dio vuelta. Y moviendo su cadera la enterró un poco. Claudia dio un grito. Yo le metí la pija en la boca. Ella de a poco fue metiendo todo el consolador en su concha, y comenzó a subir y bajar. Yo le pasaba la pija por su cara y ella gemía de placer, la metía en su boca y chupaba ávida.

“Parece que a la putita le gusta más de una pija a la vez. Miren como coge y chupa, linda puta resultó”

Me volvía loco verla tan excitada, ya con su concha bien abierta, era frenético su ritmo. Busqué un par de consoladores en el bolso de Lia y de Susana, y encontré un par de esposas que esta había comprado. Puse las manos de Claudia en la espalda y le puse las esposas. En ese momento suspiró profundo, como gozando las esposas. Le di un consolador a Su para que se lo ponga en el culo y el otro para que lo ponga en la boca de Clau.

“Como te gusta que te cojan putita, pensar que hasta que llegamos, eras una mojigata. Y ahora…” dije.

“Ahora soy muy puta, tu puta.” Dijo Claudia.

Me puse detrás de ella, la empujé sobre Lia, y sin piedad le metí la pija en el culo. Ella trató de gritar, pero no pudo por el consolador en la boca. Como podía gemía y trataba de respirar profundo. Los orgasmos se sucedían.

“Como goza esta perra, voy a acabar con Uds. por favor.” Dijo Lia. Y Susana se sumó a Lia.

Cuando acabé en ella, me siguió con otro terrible orgasmo. Cuando pudo, se salió del consolador, y me limpió la pija.

Cuando terminó, tomé la correa, y sin sacarle las esposas, la llevé a nuestro cuarto. Se acostó así y se quedó dormida.

Me despertó sentir como me chupaba la pija. Al abrir los ojos, ella, con las manos esposadas, me chupaba sin parar.

“Buen día Tim, mi amor. Gracias por tanto placer anoche. Permitime darte placer esta mañana.” Y siguió chupando. Cuando Lia trajo el desayuno, Claudia seguía chupando.

“Buen día Sr. Tim, veo que la Srta. Puta, ha aprendido. Me alegro mucho”

Cuando acabé en su boca, le quité las esposas y desayunamos.

“Tim, me hiciste llegar a niveles de placer impensados, y me hiciste hacer cosas que nunca imaginé. Prometeme que me vas a coger así cuando volvamos, me encanta, y sentir que me podes hacer cualquier cosa y yo feliz.”

“Bueno, entonces así será.”

Pasamos todo el día en la playa, y al cenar, Lia nos dice: “Para esta noche, tengo preparado si desean un nuevo servicio. Le prometo a la Sra. Susana, que quedará encantada.”

“Guau, si claro. Te esperamos Lia.” Dijo Susana.

Con Clau nos quedamos tomando un trago, y Susana se fue a su cabaña. Vimos que Lia iba para la cabaña y esperamos un poco para ir. Cuando llegamos a la cabaña, vimos que Su estaba con los ojos vendados, arrodillada. Una mujer muy joven, con lindos rasgos, aún vestida, le chupaba los pechos. A su lado, un hombre con una pija descomunal, se masturbaba.

Le acercó la pija a Susana, y ella abrió la boca a más no poder. Se sacó la venda y comenzó a chupar desesperada. Apretaba la cabeza de la mujer contra sus pechos.

La miré a Clau y se mordía los labios. La pija del hombre excedía los 23 cm de largo y unos 7 de circunferencia. Susana no sabía cómo hacer para que le entre toda esa pija en la boca. La mujer se quitó la camisola que llevaba y dos tremendos pechos quedaron al descubierto. Ahí me di cuenta que era un transexual, aunque ni Su ni Clau se habían dado cuenta de tan femenina que era.

“Sacate la ropa.” Le ordené a Clau, que obedeció de inmediato. Tomé la venda y la puse en sus ojos. Toqué su concha y estaba empapada. El hombre acostó boca abajo a Susana, y la penetró sin piedad por la concha. Dio un grito, pero enseguida comenzó a gemir. Yo le indiqué a la mujer que se quite el resto de la ropa y como sospechaba, apareció un pene de buen tamaño, casi como el mío. Le indiqué que lo acerque a Clau, que lo empezó a chupar.

Susana gozaba como loca, “Si, es hermosa esta pija, una locura. Me parte, pero la quiero toda adentro.”

La hice levantar a Clau y poner en cuatro en la cama. A la mujer, que se la meta por el orto. Y yo le di de chupar mi pija a Susana, mi madre.

Cuando Susana vio que era una trans abrió los ojos gigantes. Más cuando vio como Clau se dejaba romper el culo. Cuando aquella la bombeaba duro, le saque la venda y me miró intrigada. De inmediato se dio vuelta y vio a la trans rompiendo su culo.

“Hijo de puta, me estás haciendo coger.” Dijo Clau.

“Y te gusta puta, bien que te gusta.” Le dije.

El hombre sacó la pija de la concha de mi madre, y le dije que se la dé a chupar a Clau. Al principio no quería, pero un sopapo en la cara, la hizo comenzar a chupar de a poco. Sentir todo ese pedazo de carne, la volvió a excitar, hasta que llegó a un buen orgasmo.

Me miró y me dijo “Hasta aquí”.

“Ok.” Le dije respetándola.

Yo hice acostar al trans, a mi madre montarlo y le di carta libre al hombre, que inmediatamente se apoyó la cabeza de su pija en el orto, y la comenzó a meter. Susana gritaba como loca, pedía más y más. El hombre fue cuidadoso, y siguió enterrándola despacio. Cuando la tuvo toda adentro, se empezó a mover al ritmo con el trans.

Clau empezó a chuparme la pija, mientras se masturbaba. Los gritos de placer de Susana la excitaban más. Y ver a mi madre gozar de esa forma, me ponía loco.

Clau se acercó a mi oído, y me dijo:

“Nadie iguala a mi hombre, por más pija gigante que tenga, solo con vos gozo, lo pude comprobar.” Y bajó a chuparme la pija. La tomé por la cabeza y mirándola a los ojos, literalmente, le cogí la boca. Ella tenía arcadas pero no protestaba, sus brazos caían flácidos al costado del cuerpo. Cuando acabé lo hice en el fondo de su garganta. Ella se ahogó pero tragó todo.

En ese momento, el hombre y la mujer acabaron dentro de mi madre, que inmediatamente se puso a chupar sus pijas.

Nos fuimos a nuestra cabaña y nos acostamos.

“Amor, me encanta que me cojas como me cojas, que me domines, que hagas de mi lo que quieras. No me molesta verte con otras mujeres, y me gusta compartirte con otras mujeres. Pero me di cuenta que no me gusta estar con otro hombre o con una trans perdoname.”

“Clau, no hay problemas, quise darte la oportunidad de decidir, y con un buen tronco. Claro que acepto tu gusto.”

“Y vos, ¿que fantasía tenés para cumplir en la isla?” Me preguntó.

“Te va a parecer morbo, pero me gustaría verla a Lia hacer mierda a la hermana, y después yo cogerlas a las dos, a vos y a Lia, por todas partes. Pero solo a Uds. dos.”

“No hay problema, me encanta Lia.” dijo Clau.
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A la tarde vi que Clau hablaba con Lía. Mientras cenábamos los tres había sonrisas cómplices entre Su y Claudia. Cuando terminamos, Su se retiró sola diciendo: “Chicos, los dejo, ah, voy a tener visitas… Chauuu.” Y se fue riendo.

Estábamos con Claudia tomando el segundo trago fuera de la cabaña después de cenar, cuando apareció Lia con la hermana, con un bolso grande colgado del hombro.

“Hola, Sr. Tim. Esta pendeja se ha estado portando mal. Necesitaría que me diga si el castigo que le voy a dar es suficiente, por favor”

“Pasemos.” Dije.

Entramos y sin decir agua va, le dio vuelta la cara a la hermana de una cachetada. La chica cayó al suelo pesadamente. Lia se sacó la ropa y del bolso, sacó una fusta de caballos. Le sacó la ropa, estando aún en el suelo, y le comenzó a dar con la fusta en distintas partes del cuerpo.

“Pendeja, contale al Sr. Tim por qué te castigo.” Dijo Lia.

“Por masturbarme con una botella.”

“Le parece Sr. Tim, con una botella. Ahora va a aprender.”

Me senté y Claudia en mi pierna. Lia hizo parar a la hermana y le tocaba la concha, el culo, las tetas.

“La pendeja está mojada, como le dije, le gusta que la maltraten.”

Lia tomó un consolador y se lo metió en la concha, aún parada, mientras le daba con la fusta en la espalda.

“Agarra el consolador y date como te gusta.” La chica empezó a enterrarlo y sacarlo, gemía sin parar mientras la hermana la castigaba con la fusta. Clau respiraba pesado. Por sobre la ropa, le pellizque un pezón y gimió. Frotaba sus manos en las piernas.

“Te gusta putita meterte cosas, bueno, ahora te vas a meter uno más grande.” Y Lia le dio un consolador más grande, que le costó meterlo, pero cuando lo hizo empezó a gemir y a tener orgasmos. Yo mientras tanto sobaba las tetas de Claudia, que gemía cada vez más.

“Sacate la ropa.” Le dije a Claudia. Ella lo hizo al instante y se volvió a sentar en mi pierna. Al hacerlo, mojó mi pierna.

Lia la miró, le dio un beso en la boca, y apretó uno de sus pechos.

Cuando la pendeja llegó a un nuevo orgasmo, Lia sacó un bate de béisbol y se lo dio.

“A ver si ahora te satisface tu deseo de placer.” Le dijo.

La chica lo apoyo en el suelo y fue enterrándoselo en la concha. Lia la azotaba con ganas.

“Mire que puta, como se entierra ese bate, y como goza”. Dijo Lia. Realmente gozaba la pendeja. Los orgasmos no paraban.

“¿Me presta la Srta.?” Me preguntó

Asentí con la cabeza y la tomó de la mano a Clau, le puso el consolador más grande y le dijo: “Enterralo en el culo.” Claudia, al ver que estaba con el bate en la concha, dudó. Fue suficiente para que Lia le pegue con la fusta en el culo. Claudia no gritó y solo mordió los labios. Con sus propios jugos mojó el consolador y se lo fue metiendo. La chica deliraba de placer.

Lia sacó dos broches del bolso y se los prendió en los pezones. El bate estaba unos 6 centímetros adentro de la chica y el consolador casi totalmente en el culo. Clau lo hacía entrar y salir rápido, mientras se tocaba su concha, totalmente excitada por lo que hacía.

“Parece que a la Srta. le gusta lo que hace, vamos a darle el gusto.” Y Lia le puso el arnés y trabó el consolador. Sacó el bate de la concha de la chica, la puso en cuatro en el borde de la cama.

“Ahora, date el gusto, rómpele el culo” le dijo a Claudia.

Ella totalmente excitada la sodomizaba sin piedad, la chica gozaba sin parar. De tanto darle, en un momento dado, Claudia tuvo un orgasmo y le temblaron las piernas. Lia la hizo salir, y apoyo el bate en el orto ya abierto. Lia le dio un golpe y se lo empezó a enterrar. Claudia miraba loca de placer, sin sacarse el arnés ni el consolador, se siguió masturbando, y tocándose el culo. Me miraba y mordía sus labios.

El bate de a poco entraba en el orto, la chica gritaba y pedía por favor que lo saque, que no lo iba a hacer más. Lia seguía metiéndolo, Clau se puso atrás de Lia y abriéndole los cachetes, le apoyó el consolador en su culo. Lia la miró y sonrió. Tomó el consolador y lo guio hasta que entro.

“Así, pendeja, ¿así te gusta masturbarte?” y de un empujón lo introdujo casi 5 centímetros. La chica cayó sobre la cama y Lia seguía penetrándola sin piedad. La imagen era terrible. Lia se empujaba contra Claudia enterrándose el consolador cada vez más. Cuando llegó al orgasmo, sacó el bate del orto de la hermana, y lo tiró al suelo.

“Ahora, ándate, lávate y a dormir.” Le dijo. La chica con evidentes problemas para caminar y con sangre entre las piernas, se fue de la cabaña. Claudia seguía penetrándola a Lia.

Me saqué la ropa y con mi pija ya al palo, se la di a chupar a Lia, que se prendió enseguida. Sin sacarla de Lia, hice que se acostaran las dos boca arriba, Lia sobre Clau. Yo le abrí las piernas a Lia y la tomé por la concha. Gritaba de placer, Clau retorcía sus pezones y mordisqueaba sus orejas.

Cuando Lia llegó a un orgasmo, me salí de ella, y la hice poner en cuatro, con Claudia dándole por la concha. Yo enculé a Claudia que gemía de placer.

“Así, rómpeme el culo mientras la cojo a Lia. Sos mi hombre, amo como me coges.”

Me retiré, le saqué el arnés y me senté. A ella la puse dándome la espalda y se la metí por la concha. Lia abrió más sus piernas, y comenzó a chupar su concha y apretar sus pechos.

Cuando acabé, los tres caímos en la cama. Intrigados, fuimos a ver a Susana. Le estaban dando con todo, y por todos lados. Entramos y fui directamente a ofrecerle chupar mi pija, cosa que hizo con ganas. Lia y Clau, se entrelazaron y gozaron entre ellas.

Cuando terminó la semana y nos retirábamos, Lia se acercó a saludarnos. Nos repitió la invitación y nos dio varios regalos.

En el avión, Susana comentó:

“Lia me contó, que estos servicios son solo para nosotros, que ella quedó enganchada con vos Tim, y ahí empezó todo, que le encanta como la coges, y me pidió que volvamos pronto.”

“Guau, no soy la única loca por como la coges.”

Desde ese día Claudia era una sumisa consumada. Hasta compró un collar, un par de consoladores, esposas y otros juguetes.

Varias veces al ir a su casa la encontré con chicas, incluso me ofreció participar si la chica quería. Siempre con la chica, ella era la domina.

Una tarde, cuando fui, la encontré a mi madre. Cuando Claudia me abrió, se rio y me señaló el dormitorio, Susana estaba con el culo levantado y un consolador en cada lado. Clau se sentó frente a ella para que le siguiera chupando la concha. Con una fusta le golpeó la espalda y le dijo:

“Seguí chupando, suegrita, que tengo más orgasmos para darte. Y ahora que vino mi macho, prepárate para que nos rompa la concha y el culo.”

Por lo menos una vez por mes nos encontrábamos los tres. Meses más tarde, para el verano, Susana invitó a Lia a visitarla en su quinta de veraneo. Lia vino súper feliz por la invitación
 
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