En un cine, con una golfa y su marica (MicroRelato)

Registrado
Ene 4, 2025
Mensajes
1,878
Likes Recibidos
3,533
Puntos
113
Ubicación
España
 
 
 
De Sara y Anthony ya hablé en otros relatos (“¿Qué es ser un o una PGG?”, “La mujer de mi amigo me folló a gusto”, y en el capítulo 16 de la serie titulada “Una mansión que acoge infinidad de orgías”). Con ellos me fui al cine. Mi mujer en esta ocasión no se pudo unir por motivos de trabajo.


Fuimos a la sesión de las cinco de un día laboral y la sala estaba casi vacía. Nos sentamos en una de las últimas filas (Sara a mi derecha y Anthony a mi izquierda), y esperamos a que comenzara la película. Era una de Época, de las que duran casi cuatro horas.


Sara me desabrocha el paquete, se agacha y se lo engulle casi entero. Mi polla todavía estaba morcillona.


--Hace una semana, en esta misma butaca, la furcia de tu mujer me comió la verga de lo lindo. Quedó empachada de tanta cuajada que tragó –me suelta al oído, Anthony.


--Pues ahora me tengo que desquitar, para reparar el orgullo y la honra heridos de macho hetero ibérico. Así que, ya te estás bajando al pilón y ayudando a tu mujer a comer los muchos centímetros de carne eréctil que contiene mi rabo. Ella sola no puede con tanta molla –le digo a Anthony, siguiéndole el juego.


--Pero la afrenta ya se está lavando con la comida de polla que te está haciendo mi esposa, ¿no?


--Cada uno debe pagar por sus excesos u omisiones y no delegar en otras personas. ¡Engulle mi rabo y trágate mi lechada, igual que hizo la guarra de mi Sonia!


Anthony obedece y agacha la cabeza. Le pregunta, al oído, a Sara, si la polla está a punto de caramelo. Ella asiente con la cabeza. Después se saca mi verga de la boca y le deja el sitio a su marido.


¡Por supuesto que mi polla estaba en su punto y bien ensalivada! Le calco la cabeza a Anthony, para que no deje ni un milímetro de carne fuera de su boca de mamón y a los pocos segundos comienzo a descargar mi cuajada en la garganta de aquel chapero barato de Casa de Campo.


--Aprieta fuerte los labios para que no se pierda ni una gota de simiente –le comenta Sara a su marido--. Cuando te desenganches del rabo de mi macho quiero que tengas la boca sin rastro de semen.


A los dos minutos exactos, Anthony decide soltar mi verga ya algo flácida y morrea a Sara. Juguetean con sus lenguas y Anthony le pasa a su mujer algo del aliento a polla que conserva en su cavidad bucal. Por la uretra de mi rabo asoman unas tres gotitas de semen. Sara le hace un gesto a Anthony para que los sorba. Anthony me chupetea el glande con fuerza. Luego le pasa, en un beso, a su mujer esas gotas rezagadas de lechada.


Mi capullo y resto de rabo (con sus dos huevos ya desinflados), quedaron bien limpitos. No hay como tener a una puta y a su chapero de cabecera como buenos amigos íntimos.
 
Arriba Pie