En la piscina con mi tÃ*a

Leonidas150

Virgen
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Pienso que a todos los que nos gustan las maduras sin duda la que más nos atrae es nuestra madre. Creo no equivocarme, después de nuestra adorada madre suele venir alguna de nuestras hermosas titas… o todas, según sea el caso.


En mi caso, siempre me atrajo mucho mi madre. Y no me refiero a que me sentÃ*a celoso cuando mi padre la acariciaba o cuando se hacÃ*an cariños. No, me refiero a que desde los doce años más o menos tenÃ*a unas ganas tremendas de cogerla en la cama y hacerle de todo lo imaginable. No es que yo fuera un portento, sólo estaba muy caliente y veÃ*a todo tipo de revistas pornográficas que caÃ*an en mis manos e imaginaba haciéndoselo a ella.


Pero mis deseos no se hicieron realidad, al menos con mi madre. Mi primera vez fue con mi tÃ*a Ã�ngela. Mi tÃ*a estaba casada, tenÃ*a un hijo, Eduardo y una hija, Raquel de veintidós años que ya estaba casada.


Era verano y yo tenÃ*a quince años. Estaba en el chalet que mis tÃ*os tienen en el campo. Tienen piscina y lo tienen muy bien acondicionado para pasar las vacaciones. Pues en ese verano yo seguÃ*a con mi calentura y, al no estar mi madre allÃ*, tenÃ*a que cambiar la figura de ella por la de mi tÃ*a para poder hacerme pajas. Cuando estábamos en la piscina la miraba, me fijaba en su culo y en todo su cuerpo, sobre todo en sus hermosas tetas.


Un dÃ*a de aquellos mi tÃ*o se marchó a un viaje y mi primo estarÃ*a en un campamento por una semana. AsÃ* que los dos estábamos solos. Después de comer, yo estaba en el césped del jardÃ*n. Mi tÃ*a salió para tomar el sol y me preparé para ver su cuerpo. SolÃ*a utilizar bañadores de cuerpo completo, pero a mi imaginación le bastaba con ver su figura para imaginar su cuerpo. TraÃ*a un pareo puesto y después de preparar la tumbona se lo quitó para recostarse en ella.


Mi corazón se aceleró y mi pene creció de momento cuando la vi con aquel bikini que apenas le cubrÃ*a su cuerpo. Me fijé en ella pues era un pequeño tanga que apenas tapaba su raja. En la parte superior dos pequeños triángulos cubrÃ*an sus pezones que se marcaban en la fina tela. Se notaba que ya era madura en su piel y la celulitis que mostraba, pero su figura y mi predilección por las maduras me pusieron bastante cardiaco.


Se metió en la ducha de la piscina y se dirigió a la tumbona para tomar el sol. Se puso boca arriba y sus pezones parecÃ*an que iban a romper la tela, por el frÃ*o del agua se le pusieron inmensos. Yo estaba más salido que nunca y permanecÃ*a boca abajo en el césped para que no se viera mi erección.


-Enrique, - me llamó – acércate, por favor.


Me levanté y la verdad es que no sabÃ*a como hacer para que no se notara mi prominente bañador. Me acercaba a ella y era evidente que era notorio mi crecimiento pues en su boca se dibujó una sonrisa y no levantaba su mirada más allá de mi cintura. Llegué hasta donde ella estaba.


-Cariño, úntame un poco de crema por la espalda. – me dijo mirándome a los ojos y se volvió.


Era impresionante verla allÃ* tumbada. Su generoso culo estaba al aire pues el bikini era de tipo tanga y sólo un fino trozo de tela se metÃ*a entre los cachetes de su culo.


-Suéltame la parte de arriba para que me puedas extender bien la crema. – me dijo apartando el pelo de su cuello para que pudiera soltar los cordoncillos.


Eché dos o tres chorros de crema por su espalda y con mis manos empecé a extender la crema para que no quedara ninguna parte sin protección.


-Ya está. – le dije.


-Ahora los brazos. – me pidió.


Los tenÃ*a doblados hacia su cabeza y ésta descansaba sobre las manos. Empecé a untar crema sobre el brazo izquierdo y podÃ*a ver como parte de su teta sobresalÃ*a por el volumen que tenÃ*a. Aquella visión me puso más cardiaco.


-Qué bien das masajes. – su voz me sacó de la hipnosis que me habÃ*a producido la visión de su pecho y sus ojos se clavaban en los mÃ*os.


-Gracias.


Cambié al otro brazo y ella giró la cabeza para seguir mirándome. Aunque no la miraba directamente a los ojos, podÃ*a sentir como su mirada se clavaba en mÃ*. No dejó de observarme en todo el tiempo. Acabé y esperé para que me dieran nuevas órdenes, tocarla me estaba gustando y yo me harÃ*a una buena paja cuando acabase con mi tÃ*a.


-Si no te importa, dame por el culo.


No sé si la frase la dijo pensando en lo que decÃ*a, pero a mÃ* me produjo una gran excitación pues sonó como si me pidiera que la enculara. Supuse que lo hizo queriendo pues tenÃ*a una hermosa sonrisa en su boca de hermosos labios. Al igual que antes esparcÃ* crema por los generosos cachetes y con suavidad, y disfrutando del momento, puse mis manos y los acaricié.


-Qué bien lo haces. – me animaba – Esta noche me vas a dar un buen masaje. Todas las noches me echo crema para mantener la piel suave, ¿lo notas? – yo asentÃ* con la cabeza – Y esta noche me la echarás tu a la vez que me das un masaje para relajarme… si no te importa.


-Para nada tita… - dije yo.


La verdad es que estaba apunto de correrme por la excitación de tocar el cuerpo de mi tÃ*a, pero aún faltaba lo peor. Acabé de untar, y sobar, a mi tÃ*a cuando de momento se volvió y se puso boca arriba con los pechos al aire.


-Acaba echándome crema por delante.


Mis ojos se clavaron en aquellas hermosas tetas que caÃ*an a ambos lados de su cuerpo, de volumen superior, como una talla ciento diez, y con unos pezones grandes, duros y erectos, que más bien era por la excitación producida por mis caricias que por el frÃ*o pasado al ducharse.


-Perdona, te incomoda verme asÃ*. – me dijo tapando sus pechos con un brazo, aunque sobresalÃ*an por todas parte, haciéndola más excitante.


-No… - respondÃ* temblándome la voz por la excitación.


No dije nada más, cogÃ* rápidamente el bote de crema y me acerqué a ella dispuesto a seguir. Soltó sus pechos que volvieron a derramarse a ambos lados de su cuerpo. Abrió un poco las piernas.


-Primero las piernas. – me indicó.


Me senté en el filo de la tumbona y volvÃ* a mi tarea. Tocaba sus muslos al esparcir la crema y mis ojos se fijaban en su entrepierna. La tela que la cubrÃ*a era muy pequeña y supuse que tendrÃ*a su raja como las mujeres que a veces aparecÃ*an en las revistas, sin ningún pelo pues no asomaba ninguno. Dobló la pierna para que pusiera crema por debajo del muslo y, como sin querer, dejó caer la otra separándolas. Ahora veÃ*a perfectamente como la pequeña tela cubrÃ*a justo su raja y como se perdÃ*a entre sus carnes. Realmente estaba muy excitado e iba a reventar.


Tomé fuerzas y seguÃ* después con la otra pierna. La visión de mi tÃ*a allÃ* tumbada, prácticamente desnuda y tocar su piel me tenÃ*a a punto de correr. Acabé y me dispuse a levantarme por la necesidad inminente de masturbarme que tenÃ*a.


-Ahora el pecho. – me dijo.


-Todo… - dije preguntando.


-SÃ*, no me irás a dejar asÃ* ahora…


Cada frase que decÃ*a y cada movimiento que hacÃ*a era como una provocación, como si realmente quisiera que la amase allÃ* mismo. Pero era mi tÃ*a… y si me equivocaba y hacÃ*a algo improcedente que la ofendiera y después mi tÃ*o se enfadaba y mi madre… total, intenté aguantar estoicamente. Acaricie su barriga al untar la crema y poco a poco subÃ* para llegar a los pechos.


Ella estaba tumbada y permanecÃ*a con los ojos cerrados disfrutando de mis caricias. Con la misma crema que habÃ*a en mis manos empecé a acariciar sus redondos pechos. Miraba sus pezones oscuros de amplia aureola y pude ver como al comenzar a acariciarla se ponÃ*an duros y crecÃ*an hasta tomar un tamaño que nunca imaginé, por lo menos tenÃ*an tres centÃ*metros. Con ambas manos acariciaba cada pecho y no dejaba de mirar sus pezones. Ya no podÃ*a más.


-Bueno tita, ya he terminado. – me levanté y corrÃ* al interior de la casa.


Mi pene estaba más erecto de lo que nunca lo habÃ*a visto y en mi bañador asomaba una mancha producida por los lÃ*quidos que intentaba lanzar y que mi mente no dejaba. Entré en el baño y me la saqué. Pensé en la imagen de mi tÃ*a en la tumbona. No necesitaba mucho para correrme y sentÃ* como mi leche subÃ*a por mi pene para escapar. Entonces mi tÃ*a me abrazó por la espalda y me quitó la polla de la mano para acariciarme ella. Di un pequeño salto por el susto, pero al sentir su mano que me masturbaba me dejé llevar.


-Venga cariño… - me decÃ*a con una voz muy sensual – relájate y lanza su carga. – movÃ*a la mano con gran arte, como si sintiera mi pene y lo que necesitaba – Dale a tu tÃ*a que tanto te quiere tu tesoro.


Era una maravilla sentir la mano de ella que me acariciaba y me daba placer, mientras su voz resonaba en mis oÃ*dos pidiéndome de forma excitante que me corriera. Me tensé para empezar a lanzar mi esperma y ella se colocó en cuclillas delante de mÃ*. AbrÃ* los ojos y la vi allÃ*, justo debajo de mi pene con el glande más hinchado de lo que nunca lo habÃ*a visto, ella con la boca abierta y esperaba que le diera mi esperma.


Esa visión fue lo que provocó que lanzara un gran chorro que pasó por encima de su boca y cayó por su nariz, ojo y pelo. La dirigió al interior de su boca y el resto de mi semen salió encontrando su boca como recipiente. Cuando salió el último chorro, se la metió dentro de la boca y me la chupó para dejarla limpia, se tragó todo el semen que pudo. Me temblaban las piernas por el placer y tuve que sentarme en el inodoro para no caerme.


-Que buen sabor tienes. – me dijo y se levantó para limpiarse la cara y marcharse del baño. – LÃ*mpiate y vamos a nadar en la piscina.


Ella salió al jardÃ*n y yo tuve que recuperar fuerzas. Cuando salÃ*, ella estaba nadando. Me llamó y me pidió que entrara en el agua. Me duché y me tiré al agua. Nadé un poco y sentÃ*a alivio ante la ingravidez que ofrecÃ*a el agua. Mi tÃ*a me habÃ*a masturbado y realmente no sabÃ*a que hacer ahora. Nunca habÃ*a tenido ninguna relación con mujer alguna y no sabÃ*a realmente que hacer, estaba confuso, pero muy, muy excitado. Nadé y llegué hasta donde ella estaba agarrada al filo de la piscina. Me colocó contra la pared y me rodeo con sus brazos por los hombros y por la cintura con las piernas.


-Te has convertido en todo un hombre, - me dijo mientras me abrazaba - ¿te ha gustado?


-Tita… - y me calló poniendo un dedo en mis labios.


-Hoy que estamos solos, llámame �ngela. – y acercó su boca y me besó levemente en los labios para ver mi reacción.


Yo temblaba de nuevo por la excitación y mi pene estaba otra vez listo para el ataque. Ella lo sabÃ*a pues estaba sentada encima de él y notó como creció por momentos.


-Veo que sÃ* te ha gustado y además quieres más. – me dijo y su boca se comió la mÃ*a.


Sus manos acariciaban mi cabeza mientras su lengua se hundÃ*a en mi boca. Nunca habÃ*a besado a una mujer, pero aquello me estaba gustando e imité lo que ella hacÃ*a. MetÃ* mi lengua en su boca y jugábamos con ellas. Sus pezones se clavaban en mi pecho. Dejé de besarla y bajé a buscarlos. Ella se dejó caer un poco atrás para ofrecérmelos y me sentÃ* en la gloria cuando mi lengua acarició aquel largo y duro pezón. Lo envolvÃ* con mis labios y chupé.


-¡Ah, que bien lo haces! – me decÃ*a - ¡Sigue cariño, dale placer a tu tita!


Cambié de teta cada vez que tenÃ*a ganas y ella se agitaba rozando su sexo contra mÃ*.


-Tienes que darme algo… - se separó de mÃ* y me hizo salir a toda prisa del agua. – Ven cariño…


Se sentó en la tumbona y abrió las piernas. Quitó los lazos que sujetaba su diminuto bikini y se lo quitó. Como sospeché antes tenÃ*a totalmente depilada su raja. Sus labios aparecÃ*an hechos un gurruño al haber estado aprisionados por su diminuta prisión. Entonces con sus manos los separó. Apareció ante mÃ* una entrada rosada que estaba húmeda por el baño y sobre todo por la excitación del momento.


-Lámeme por toda mi raja… - me pidió con algo de desesperación.


Me incliné sobre ella y pasé torpemente mi lengua por toda su raja, de arriba abajo. Ella lanzó un pequeño gemido de placer al sentirme. SeguÃ* lamiendo y por momentos sentÃ*a como sus flujos inundaban mi boca. SentÃ*a el sabor de mi tÃ*a y no paraba de darle placer. Ella me acariciaba la cabeza y en poco tiempo empezó a gritar por el orgasmo que estaba sintiendo.


-No puedo más, dame tu polla…


Me apartó de su sexo, se puso de pie nerviosamente y me tumbó sobre una toalla. Se colocó sobre mÃ* a la altura de mi pene que estaba duro y apuntando hacia ella. Se sentó, agarró mi pene y lo dirigió a la entrada de su coño. SentÃ* como mi pene, frÃ*o por el baño, entraba en el húmedo y caliente sexo de mi tÃ*a. Entró entero dentro de ella y empezó a moverse arriba y abajo para que la fuera penetrando. Nunca habÃ*a sentido tal placer. SentÃ*a como mi glande se abrÃ*a paso dentro de mi tÃ*a.


Alargué las manos y empecé a acariciar sus hermosas tetas. Ella se inclinó hacia mÃ* para que se las chupara. Acerqué mi boca a uno de sus oscuros pezones y empecé a chupar. Con una mano sujetaba la teta que tenÃ*a en la boca mientras la otra acariciaba el hermoso culo de ella.


-¡Qué placer más grande me das! – me decÃ*a sin dejar de moverse. - ¡Dame más!


Yo no sabÃ*a que decir, simplemente me dedicaba a lamer y a dejar que ella se metiera mi pene hasta el fondo. De repente se incorporó y empezó a moverse adelante y atrás sobre mi pene. Su cara mostraba ahora que estaba próximo un orgasmo. Agarró mis manos y la llevó a sus pechos para que la acariciara mientras ella se metÃ*a mi pene todo lo que podÃ*a.


-¡Ahora cariño! ¡Ya me llega! – decÃ*a con la voz entrecortada y más excitada que nunca. - ¡Ah! – un fuerte gemido y los movimientos convulsivos de su cadera indicaban que se estaba corriendo.


Yo no sabÃ*a exactamente que hacer en aquel momento, pero ella se despachaba sola, lo único que sabÃ*a era que ver a mi tÃ*a correrse sobre mÃ* con mi polla en lo más profundo de ella me excitaba al punto que querÃ*a correrme yo también.


-Vamos cariño, suéltalo dentro de mÃ*. – me miraba a la cara y sabÃ*a que estaba a punto de darle otra carga de semen. – Vamos, un poco más adentro y lléname toda de ti.


Me tensé y sentÃ* como mi semen recorrÃ*a mi pene desde los huevos y saltaba dentro de ella. Mi tÃ*a abrió los ojos y sintió otro nuevo orgasmo con el golpear de mi semen dentro de ella y su calidez. Se volvió agitar sobre mÃ* convulsivamente y sentÃ* como se corrÃ*a con un gemido apagado.


Los dos estábamos extenuados por el placer y ella se tumbó sobre mÃ* con mi pene dentro que poco a poco menguaba e iba saliendo. Me besaba en la boca como agradecimiento. Estábamos en la gloria, nuestros orgasmos habÃ*an sido extraordinarios. El mÃ*o por ser el primero en tener con una mujer y ella por la excitación que le producÃ*a hacerlo con un joven que además era su sobrino.


-¡Cariño ya estoy en casa!


Era la voz de mi tÃ*o que se acercaba por un lado de la casa. Ã�ngela se levantó corriendo, cogió las dos partes del diminuto bikini y corrió al interior de la casa para ocultarse. Yo cogÃ* mi bañador y me tiré en la piscina. Mi tÃ*o se acercaba a mÃ* mientras yo me ponÃ*a el bañador en el agua. Cuando llegó a mÃ* ya lo tenÃ*a colocado y estaba muy nervioso.


-¿Dónde está tu tÃ*a? – me preguntó.


-Creo que está dentro… - le dije haciendo un gran esfuerzo para que no notara mi nerviosismo.


Se marchó a la casa y allÃ* encontró a mi tÃ*a que estaba duchándose, supongo que para quitar los restos de mi semen pues mi tÃ*o también era caliente y podÃ*a meterle mano en cualquier momento y notar su coño húmedo y lleno de semen de otro hombre.


Después de esta historia hubo momentos en que se venÃ*a de noche a mi cama y aunque yo dormÃ*a junto a su hijo, se sentaba a mi lado y me hacÃ*a unas maravillosas pajas a la vez que yo se las hacÃ*a a ella metiendo mi mano entre sus piernas. Nos excitaba el peligro de que su hijo o su marido nos pillara. La verdad es que me gustaba mucho pasar los veranos, y algún fin de semana, con mis tÃ*os, pero sobre todo me gustaban las noches…
 

aika

Virgen
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Re: En la piscina con mi t�*a

encantadora la tia :thumbsup:
 

foca11

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Re: En la piscina con mi t�*a

muybuena respuestaamigo
 

Stone123

Virgen
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Re: En la piscina con mi t�*a

muy buen tema..gracias
 

AlfredoBueno

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muy bueno. a mi tambien me exita mucho ver a mi madre y mis tias en la piscina
 

avac

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que buen relato hermoso sos un suertudo
 

leon77

Virgen
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Re: En la piscina con mi t�*a

me calento mucho muy bueno!!!!!!!!!!XD
 
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