En la Montaña con Mamá

heranlu

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Sé que es algo que se suele decir en estas páginas para aumentar el morbo, pero vengo aquí a contar una historia totalmente cierta la cual me pasó el verano pasado. Por ello mismo pido perdón ya que no soy ningún profesional escribiendo, pero espero que no se me olvide nada.

Pues bien, mi nombre es Iván, soy un chico de 21 años y actualmente soy estudiante. Como ya he dicho esta historia tiene lugar hace un año, concretamente el verano pasado. Todo comienza justo a principios de verano, y la verdad es que lo que se me venía por delante era un verano bastante normalito, sin ninguna locura. Lo más llamativo era que mis padres habían planeado pasar en familia una semana en una casa rural. La verdad es que a mí no me entusiasmaba la idea, de hecho esa semana había un par de fiestas a las que me hubiera gustado ir, pero había que cumplir.

Estábamos a miércoles por lo que ya quedaba menos para el viernes, día que cogeríamos el coche para poner rumbo a nuestras pequeñas vacaciones cuando, oh sí, sorpresa, mi padre se empieza a retrasar en volver del trabajo. Era algo común, de hecho muchas veces no cenaba con nosotros por las horas a las que llegaba, pero de pronto sonó el móvil de mi madre. Eso sí que solo podía significar una cosa. Tras colgar mi madre me confirmó que efectivamente le habían mandado volar hasta Madrid para cerrar un acuerdo con unos clientes, y eso aun habiendo avisado de que se tomaba esa semana de vacaciones. Y no solo eso, sino que debía quedarse hasta el martes, que es cuando supuestamente se haría la firma. Mi padre es un hombre normal y corriente de 55 años. Trabaja en una empresa farmacéutica, y si bien su trabajo no le quita una locura de tiempo, hay ocasiones en las que debe viajar por el país. En cuanto a aspecto es bastante parecido a mí, mide poco más de 1,75, tiene el pelo de un rubio muy oscuro y se conserva bastante bien para su edad, a pesar de tener un poco de barriga cervecera.

-Joder tu padre siempre nos tiene que hacer lo mismo -decía ella con una mezcla de decepción y enfado-, más de dos meses planeando todo y no puede olvidarse un poco del trabajo ni una mísera semana...

-Bueno ya sabes cómo es, quiere siempre que todo salga a la perfección y se involucra demasiado -yo le quería quitar hierro al asunto porque conociendo a mi madre iba a estar enfadada ya por el resto de semana-.

-Pues mira, ¿sabes qué? Que le den, no me pienso amargar en casa teniendo ya pagada toda la semana. Si quiere que venga él directamente el martes o no, me da igual, así pasaremos un fin de semana madre e hijo.

-Ah ¿pero entonces no se cancela? -dije ya con la idea de librarme y hacer otros planes obviamente-.

-¿Cómo cancelar? Hombre ya sé que piensas que tu madre está vieja y fea, pero tampoco creo yo que sea para tanto pasar un fin de semana con ella.

Mi madre siempre está con esos rollos de que ya es vieja y que por eso no paso tanto tiempo con ella como lo hacía antes, lo cual es una tontería. Es ama de casa y tiene 59 años pero se conserva increíble. Tiene el pelo de un rubio un poco más claro que mi padre y que yo y mide 1,60 aproximadamente. Lo que más destaca de ella sin duda son sus tetas, tetas las cuales a pesar de estar algo caídas por su propio peso, siguen la mar de firmes. De hecho por aquel entonces me había llegado a plantear alguna vez el sí serían o no operadas (intentaré dejar una foto en los comentarios cortando su cara).

En cuanto al resto del cuerpo era de esas mujeres que se mantienen bien para su edad, bastante guapa y con buenas curvas, y la verdad que personalmente son el tipo de mujeres que más me gustan, una buena madura jamona, con unas potentes caderas y un culo que pese a no ser tan firme como el de una veinteañera, se mantenía de lo más jugoso. Por mis palabras ya os habréis dado cuenta que llevaba un tiempo viendo a mi madre no solo como mi madre. De hecho durante mis primeros años de pajas fueron varias las que le dediqué, primero usando la imaginación y luego pasando a la acción buscando bragas y sujetadores usados, incluso sacando alguna foto a escondidas mientras se duchaba, todo esto sin que ella nunca se llegara a enterar claro.

-Mamá ¿ya estás otra vez con eso? Te he dicho mil veces que no eres vieja, muchas mujeres matarían por tener ese cuerpo. Estaré encantado de pasar un fin de semana con una tía buena como tú, y perdón por sonar tan brusco, pero parece que si no me crees -nada más decirlo pensé que me había pasado, ya que por simple que fuera nunca solíamos hablar de nada sexual.

-¡Pero bueno! Hay que ver las cosas que le dices a tu madre hijo jajaja. Pues nada no se hable más, esta tía buena se irá a disfrutar de unas buenas vacaciones con este yogurín -decía ella mientras reía divertida y me guiñaba un ojo-.

En ese momento noté como mi polla daba un pequeño salto y se empezaba a poner algo dura. Aclarar que mi madre suele ir por casa en verano con un camisón rosa bastante fresco el cual le llega a la mitad del muslo. No tiene escote pero nunca lleva sujetador, lo cual hace que casi siempre pueda ver sus duros y gordos pezones bien marcados y esas tetas de un lado a otro. Esto sumado al comentario de mi madre hizo que mi polla a los pocos segundos estuviera más dura que nunca. No sé por qué pero viendo la buena reacción que había tenido mi madre me apeteció seguir con el juego.

-Pues por mí perfecto mamá, eso sí, tendrás que llevar algo más que ese camisón, porque viendo ese cuerpazo que te hace no sé yo si podré quitar la vista en todo el finde -sabía que me la estaba jugando pero tenía que ver cómo reaccionaba-.

-Anda calla calla zalamero jajaja, con lo que habrás visto tú cómo vas a pensar que el cuerpo de esta vieja está de buen ver, que tampoco soy tonta hijo jajaja -decía ella divertida y bastante relajada.

-Bueno mamá claro que he visto cosas, pero créeme cuando te digo que tienes un cuerpo de infarto. De hecho, tienes las mejores tetas que he visto nunca, ale ya está, ya lo he dicho -yo iba con todo-.

-Mira el niño en lo que se fija, parece que tengo un pequeño pervertido en casa jajaja. La verdad es que no te voy a negar que de joven tu madre lucía unos buenos melones, pero a día de hoy ya parecen más unas tetas de vieja casi...

-¡Pero qué dices! Tus tetas son increíbles mamá créeme, de hecho alguno de mis amigos cree firmemente que son operadas -en realidad ninguno de mis amigos había comentado nada así, pero era mi baza para confirmar o desmentir mis sospechas-.

-¿Operadas yo? Jajaja, ay hijo ojalá tuviera el dinero pero que va que va, si pudiera operarme iban a estar así las pobres -decía divertida mientras hacía unos leves movimientos levantándolas-.

-Bueno mamá la verdad es que yo me he llegado a creer que estén operadas eh, tú dirás lo que quieras pero para tu edad están increíbles -cosa que era totalmente cierto-.

-Jajaja bueno gracias hijo gracias, a una mujer siempre le gusta recibir halagos de un hombre joven, pero aunque no me creas son naturales como la vida misma, pero no puedo demostrarlo claro...

-Hombre poder sí que puedes... -yo iba con todo, tenía la polla que me iba a reventar y era el momento de jugármela a tocar una de esas tetazas-.

-Bueno pues como no quieras buscar mi nombre en el registro de todas las clínicas de estética de la ciudad ya me dirás cómo jajaja.

-A ver, hay una forma que nunca falla, que es tocando. Pero entiendo que siendo tu hijo te dé corte y no quieras -yo jugaba un poco con ella-.

-¿Corte a mi? Cómo se nota que no sabes lo moderna que es tu madre. Además eres mi hijo, cómo me va a dar vergüenza, anda que no me las habrás tocado veces de pequeño. ¿No será que es a ti al que le da corte? -decía ella en un tono provocativo y divertido-.

-¿A mí? Vamos yo encantado de tocar ese par de obras de arte.

-Bueno bueno pues en ese caso adelante hijo, ¡todas tuyas! -decía ella mientras se incorporaba en el sofá sacando pecho hacia delante-.

Yo no me lo podía creer, sentía como mi polla estaba empajada debajo del calzoncillo, sentía cada pulsación llenando de sangre todo mi rabo a punto de explotar. Ahí fui sin pensármelo dos veces y empecé a tocar las tetorras de mi madre por encima del camisón. Hubo unos momentos de silencio por parte de los dos, silencio el cual mi madre rompió con unas leves respiraciones profundas mientras yo sentía sus pezones duros como piedras. Me pude fijar que el sofá se veía algo húmedo donde ella estaba sentada, por lo que la ''inspección'' no le estaba disgustando precisamente.

-Dios mamá sí que son naturales eh, de hecho se notan mucho mejor de lo que me había imaginado.

¿Cómo imaginado? ¿No me digas que ya habías pensado en tocarle las tetas a tu propia madre?

Yo rápidamente aparté las manos y me eché hacia atrás.

-¿Qué? Eh no... O sea... Yo no... -dios no sabía dónde meterme en ese momento-.

-Jajaja mira que rojo se ha puesto el niño jajaja -estalló ella en una carcajada- es broma tonto, no te pongas así hombre jajaja.

-Mira que eres mala eh jajaja -dije yo casi temblando por el susto.

En ese momento me relajé pero no sabía qué hacer porque estaba entre nervioso, eufórico, con miedo, pero sobretodo más cachondo que un cerdo. Tras esto rápidamente le di un beso de buenas noches y conseguí meterme en mi cuarto haciendo un gran esfuerzo por ocultar tanto mi erección como mis nervios. Una vez dentro no podía más, me tiré en la cama y debajo del colchón saqué unas bragas que había conseguido esa misma tarde mientras mi madre se duchaba. Todavía estaban húmedas y por el olor se notaba que esa mañana mi madre había estado más que cachonda por ahí abajo. Empecé a olerlas, lamerlas, y pasármelas por la polla mientras se mezclaban con todo el líquido preseminal que estaba soltando mientras gemía casi sin cortarme un pelo. Hasta que no pude más y, después de pocos minutos, exploté llenando todas las bragas de la puta de mi madre con lo que fue mi mayor corrida hasta la fecha. Nada más terminar tiré esas bragas debajo de la cama y de dormí exhausto.



Eran cerca de las 14 h del jueves y como siempre a mí se me habían pegado las sábanas, y más con lo agotado que estaba después de la montaña rusa de emociones que había vivido la noche anterior. Nada más despertarme la primera imagen que vino a mi cabeza fueron las tetas de mi madre, tetas las cuales hacía pocas horas había estado palpando a voluntad.

Dios, estaba que no me lo creía, de hecho llegué a dudar si lo había soñado o de verdad mi madre se había dejado amasar esas tetorras. ¡Y por su propio hijo ni más ni menos! Cómo no, antes de darme cuenta ya estaba con la tienda de campaña montada, lo cual me recordó que tenía que lavar las bragas que había escondido debajo de la cama para que mi madre no sospechara nada. Mi sorpresa vino cuando fui a recogerlas y no estaban. Joder puse la habitación patas arriba, busqué en todos los rincones, debajo de la cama, cajones, armario, pero nada de nada. No había duda, mi madre había entrado de buena mañana buscando ropa para lavar y se las había llevado. No había estado tan asustado en mi vida, de hecho, me quedé casi una hora sin salir del cuarto pensando cómo se lo iba a explicar.

En un momento recuerdo que me armé de valor y salí directo a la cocina para afrontar la brutal bronca que se me venía encima. Sin embargo no me encontré con mi madre, pero sí pude ver el tendal con toda la ropa recién tendida. Efectivamente, ahí estaban sus bragas perfectamente lavadas y sin una sola mancha de toda la lefada que les había caído la noche anterior. No me dio tiempo a reaccionar cuando por la espalda apareció mi madre, la cual llegaba de hacer unos recados.

-¡Hola cariño! ¿Has dormido bien? -dijo ella con una voz dulce mientras me daba un beso en la mejilla-.

-Si... -respondí rápidamente yo un poco descolocado-. Se me han pegado un poco las sábanas pero me iba a poner ahora a hacer la maleta para el finde.

Yo no entendía nada. En ese momento solo se me ocurrió hacerme el loco con esa tontería de la maleta para confirmar que todo iba bien, y que ella no quería cancelar el viaje.

-Anda, qué raro para ti no dejarlo para el último día eh jajaja. Bueno pues mientras si no te importa yo me voy a pegar una ducha, que con el calor que hace vengo empapada. Luego preparo algo de comer ¿vale?

-¡Vale mamá, por mi perfecto! -yo estaba que no me lo creía-.

La única explicación que se me vino a la mente era que seguramente habría cogido varias prendas a oscuras y las habría metido a la lavadora sin apenas mirar. Dios de la que me había librado. Eso sí, nada más meterse mi madre en el baño y una vez pasado el susto, enseguida me empezaron a volver los pensamientos calientes. La polla se me estaba empezando a empalmar cuando oí el grifo de la ducha y, sin dudarlo dos veces, allá que fui. Me asomé sigilosamente a una rendija de la puerta que dejaba ver todo el baño, rendija la cual yo había descubierto hacía ya años y que te permitía ver sin ser visto. Directamente miré a la ducha con la polla ya en la mano para deleitarme con el jugoso cuerpo de mi madre bien enjabonado.

Mi sorpresa vino cuando pese a estar el agua corriendo, mi madre no estaba en la ducha, sino que estaba sentada en el váter. Dios, nunca olvidaré lo que vieron mis ojos. ¡Mi madre se estaba masturbando como una jodida perra en celo! ¡Mi madre! Me impactó de sobremanera porque esta no era la primera ni la segunda vez que me asomaba mientras ella se duchada, pero sí la primera que la veía hacer algo así. Y no creáis que lo hacía tímidamente no, la muy puta se estaba haciendo de todo; frotándose todo su gordo y depilado coño de arriba a abajo, metiéndose los dedos a una velocidad de locos, y todo esto mientras con la otra mano se pellizcaba los pezones y se los llevaba a la boca. Estaba desatada del todo. En ese momento recordé que lo que dijo cuando llego de que estaba empapada, pero por lo visto no era sudor de lo que estaba empapada la muy cerda.

Pegué bien la oreja a la puerta y, entre el ruido de la ducha, pude distinguir unos gemidos que mi madre no se esforzaba para nada en ocultar. Cuando me quise dar cuenta mi polla estaba exactamente igual que la noche anterior, más dura que nunca y lubricadísima, por lo que no pude más y empecé a machacármela sin control alguno. Si la de la noche anterior había sido una de las mejores pajas que me había hecho en toda mi vida, está la superaba por mil. ¡Me estaba masturbando a la vez que mi madre! Yo no aguantaba más, pero estaba intentando esperar para correrme junto a ella y, entonces, sucedió. Su encharcado coño comenzó a retorcerse en espasmos expulsando toda clase de fluidos, mientras ella misma se tapaba la boca para contener los brutales gemidos que estaba soltando a la vez que se derretía del gusto ya tirada en el suelo. Yo por mi parte exploté en una corrida diez veces mayor de la que hubiera soltado nunca, formando todo un charco de semen a la puerta del baño. Dios, estaba rendido, y pese a que mi polla seguía más dura que un mástil, y de que me estaba deleitando viendo a mi madre lamerse las manos con su propia corrida, tenía que apresurarme en limpiar el estropicio que había armado antes de que me pillara con las manos en la masa, nunca mejor dicho.

Una vez después de haber comido yo me encontraba en al salón viendo una peli la cual ni recuerdo ya. En esto llega mi madre con un modelito de andar por casa espectacular el cual nunca había visto. Constaba de un camisón blanco normal y corriente pero algo corto y muy fino, lo cual hacía que se le transparentaran bastante esas gordas tetas con sus oscuros pezones. Por otro lado llevaba un short de encaje negro el cual marcaba perfectamente su jugoso culo y sus buenas caderas. En ese momento yo rápidamente me acomodé ocultando la erección que se venía.

-¿Qué te parece nene?

-¿Y eso mamá? Nunca te lo había visto -yo intentaba sonar con un tono calmado-.

-Lo vi esta mañana en la tienda de aquí abajo y no pude resistirme. Además ayer le di vueltas a lo que me dijiste de llevar el camisón rosa a la casa rural y tienes razón, es hora de renovarse un poco ¿no crees? -decía ella mientras se daba una vuelta mostrando inocentemente el conjunto-.

-Hombre mamá yo soy el primero a favor de renovar armario, pero precisamente este no es un conjunto mucho más sutil que ese camisón eh. Recuerda lo que ''hablamos'' ayer jajaja.

-Ay hijo ya lo sé, pero es que no me pude resistir al verlo en el escaparate. Si tienes razón, yo ya no tengo cuerpo para estos pijamitas de niña -decía ella algo tímida mientras se sentaba a mi lado-.

-Y dale otra vez con eso. Yo ya no sé qué tengo que hacer para que te creas el cuerpazo que tienes mamá. Precisamente me refiero a que este te queda mucho más sexy que cualquier conjunto que te haya visto.

-No ¡si al final de tanto decírmelo me lo voy a creer y todo! Jajaja -decía ella divertida sin darle mucha importancia-.

-Pues créetelo porque es cierto, aunque no lo creas las mujeres de tu edad y conservadas tan bien cómo tú son las que más nos calientan a los hombres -yo ya estaba cachondo perdido y no medía lo que decía-.

-Ya ya no hace falta que me lo jures, ayer por la noche parecía que estaba ''caliente'' la cosa por tu habitación... Jajaja.

En ese momento casi se me para el corazón. ¿Mi madre me había oído cascármela? Y eso no era lo peor. Si me había oído y no me había dicho nada hasta ahora, igual incluso sí se había fijado sus bragas usadas y lefadas. Joder, todos los nervios que se me habían quitado de la mañana volvieron de golpe como un tornado.

-Dios mamá que vergüenza. Perdón en serio yo no quería...

-Hey hey tranquilo nene no te preocupes, no estoy enfadada -me interrumpió ella-. Entiendo que a tu edad se tiene mucha energía contenida y a veces no se puede controlar -decía con una voz dulce y comprensiva- También es culpa mía. Creo que ayer no supe cortar nuestra ''charleta'' a tiempo, pero la verdad es que provocar eso en un hombre joven siempre es un halago, aunque sea en tu propio hijo claro jajaja.

-¿Entonces no estás enfadada? -yo estaba descolocado del todo-.

-¡Por dios no! Recuerdo a tu edad lo salidos que estábamos tu padre y yo... ¡Ay dios, debes de pensar que tu madre es una fresca!

-¡Para nada mamá! No hay nada que me alegre más que saber que mi madre tiene una vida sexual plena.

-Bueno tenía querrás decir -decía ella entre risas-. La verdad es que a día de hoy a tu padre y a mí se nos ha apagado un poco la llama, ya sabes, siempre está muy cansado por el trabajo y una la verdad es que sigue teniendo necesidades. Ay por favor cómo puedo estar hablando de estas cosas con mi propio hijo, qué vas a pensar de mí.

-Pues voy a pensar que mi madre es una mujer sana, y que es una pena que no reciba todo lo que necesita, eso pienso. Igualmente mamá, ya que estamos hablando sin cortarnos, ¿puedo hacerte una pregunta un poco personal? -era mi momento de atacar-

-Uy hijo miedo me das jajaja. Pregunta pregunta, al final es sano hablar de estas cosas y es algo que nunca hacemos porque, bueno, ya sabes que soy un poco cortada en estos temas.

En ese momento pensé ¿cortada? Dios pues no parecía para nada cortada cuando se estaba machacando el coño tirada en medio del baño como una cerda. Ahí quise jugar un poco con ella y ver cómo de sincera era.

-Bueno pues te lo pregunto directamente. Tú ¿te masturbas?

Es ese momento se quedó paralizada, más roja que un tomate y parecía haberse quedado sin palabras.

-Ma... ¿masturbarme yo? Bueno... la verdad es algo que hice alguna vez de joven, pero que nunca he vuelto a hacer, no... -se le notaba la mentira en la voz-

-¿No? Pues créeme que es algo que deberías tomar casi como rutina, por ejemplo en momentos como antes de irte a dormir. O incluso, en la ducha -dije yo con una sonrisa picarona-.

-Ay dios... no me digas que... -su cara era todo un poema.

-Sí mamá. Parece que no solo yo ando caliente en esta casa jajaja -dije yo dándole un codazo en tono de broma para quitarle hierro al asunto-.

-¡¡Qué verguenzaa!! ¿Pero cómo? ¿Tanto se me oía en serio? Ay por dios hijo, debes de pensar que tu madre es una descocada haciendo esas cosas...

-¡Para nada mamá! Como ya te he dicho no hay nada más sano. De verdad que no te preocupes, es algo natural que debes hacer siempre que te apetezca.

-Dios hijo te juro que no sé qué me pasó. Hacía años que no hacía algo así y hoy no sé por qué en cuanto llegué a casa no pude contenerme. ¿De verdad que no te importa que tu madre haga esas guarrerías?

-Mamá ya te he dicho que no es ninguna guarrería. Además cómo me va a importar que la mujer que más quiero en el mundo esté feliz y satisfecha.

-¡Si es que tengo el mejor hijo del mundo! -decía ella a la vez que se incorporaba para abrazarme y darme un sonoro beso, el cual prácticamente aterrizó en la comisura de mis labios-. Bueno, pues yo voy a cenar algo rapidito y terminar de hacer la maleta, que todavía tengo que meter más ropilla que he comprado.

-Pues como todos los modelitos sean como ese no te voy a poner quitar los ojos de encima en todo el finde, ¡maciza!

-Hay que ver que hijo más zalamero tengo jajaja -reía ella complacida-.

Yo por mi parte hice lo mismo, cené y terminé la maleta, la cual apenas había empezado. Tras esto me fui a la cama a eso de las doce de la noche y me puse a mirar algo en YouTube como de costumbre. Tras esto, como también era normal, me puse a ver porno para hacerme la clásica paja de antes de dormir. Aclarar que siempre que veo porno lo hago con auriculares, ya que me gusta escuchar las voces bien alto. Todo iba sobre ruedas, estaba deleitándome con un clásico vídeo de stepmom y stepson de una de mis actrices favoritas, Ava Addams.

Lo raro vino cuando empecé a escuchar unos leves gemidos, y eso que el vídeo apenas acababa de empezar. Rápidamente me quité los cascos para darme cuenta de que los gemidos venían de la habitación de al lado. ¡Mi madre se estaba tocando, y sin cortarse un pelo! Automáticamente me puse veinte veces más cachondo de lo que ya estaba, no me lo podía creer. Como dato he de decir que la cama de mis padres está pegada a la misma pared que la mía, por lo que podía sentir todos los movimientos de su cabecero. No lo dudé y empecé a pajearme junto a ella, cuando en plena euforia se me empezaron a escapar gemidos a mí también. Fue en ese mismo instante cuando pensé que me había pasado, ya que mi madre cesó sus movimientos y sonidos, seguramente al escucharme machacándomela con ella. La sorpresa vino cuando segundos después, no solo siguió, sino que con unos gemidos mucho más sonoros y un movimiento de cama más brusco. Yo en ese momento me vine arriba, seguí y seguí, incluso me salieron algunas frases cachondas para mí mismo en un tono no muy alto, juego en el que sorprendentemente ella entró de lleno.

-¡Ah dioss! ¡Joder tengo la polla durísima!

-Agghhh mi coño está encharcadísimo...

-Joder me voy a correr en cualquier momento. ¡Aahhh! ¡No puedo más!

-¡Qué puta soy pero cómo disfruto, joder! Ufff.

-Así así, sigue así perra ¡Córrete para mí!

-Aaagghhh no puedo más, ¡no puedo más!

-Me corro. ¡Me estoy corriendo! ¡¡Aagghhh toma mi leche cerdaaa!!

-¡Ay dios que ricooo! ¡¡Me voy, ¡¡me voy me voooyyy!! ¡¡¡Aaaggghhh!!!

Los dos nos fundimos en un brutal orgasmo lleno de fluidos separados por sólo unos cuantos centímetros de pared. La verdad es que después de toda la corrida soltada esa misma tarde a la puerta del baño no sé cómo, pero todavía tenía reservas de lefa, tantas como para poner perdidas las sábanas. Siempre recordaré ese instante como el momento en el que me propuse follarme a la puta de mi madre, costara lo que costara.
 

heranlu

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Era la mañana siguiente y yo no podía parar de pensar en lo ocurrido la noche anterior. No me lo podía creer, en un par de días había pasado de fantasear con las bragas de mi madre y de espiarla en la ducha, a masturbarnos al mismo tiempo a viva voz separados simplemente por una pared. Era de locos, yo seguía todavía en la cama y ya estaba más caliente imposible. Sin embargo esa misma mañana teníamos que partir hacia nuestras vacaciones. En ese momento me puse a pensar todo lo que podría ocurrir en esa casa, a solas con mi madre casi 5 días. Tenía que ir con mucha cautela para no acelerar las cosas y que ella se echara para atrás, pero también tenía claro debíamos acabar follando, sí o sí. Era todavía bastante pronto pero decidí salir a desayunar. Llegué a la cocina y ahí estaba mi madre, tomando un café y mirando al infinito con una leve cara de preocupación.

-Buenos días mamá -dije yo mientras le daba un beso.

-Ay hola cariño, no te había visto -contestó con una voz algo apagada-. Oye quería hablar contigo un segundo, antes de ponernos a preparar todo.

-Mmm vale dime, ¿todo bien?

-Bueno sí, es solo que...

-¿Es por lo de ayer verdad? -todo apuntaba a que se había jodido mi plan de llevar esto a más.

-Sí hijo sí, ayer nos pasamos de la raya. Entiendo que a tu edad es difícil controlarse, y que muchas veces todo se desmadra, pero por dios yo soy ya una mujer hecha y derecha...

-Pero mamá no hicimos nada malo, yo estaba caliente y tú también y nos ayudamos a descargar. Ni si quiera nos vimos mientras lo hacíamos.

-Ahí está el tema cielo, es algo en lo que no deberíamos ayudarnos. ¡Por dios soy tu madre! Una cosa es que cada uno satisfaga sus necesidades y otra muy distinta lo que pasó ayer.

-Que yo sepa ayer cada uno satisfizo sus necesidades, cada uno en una misma habitación y sin contacto alguno. Además en una casa pequeña como la nuestra es normal que se pasen ruidos de habitación a habitación.

-Lo sé hijo pero, no se... Bueno simplemente quería aclarar eso, a partir de ahora cuando uno quiera hacer sus cosas las hará en el baño y en silencio, ayer cruzamos una línea que nunca se debe pasar entre una madre y un hijo. Ale venga y no le demos más vueltas, en dos horas te quiero en la puerta con tu maleta preparada -su tono de pronto cambió a uno más desenfadado y alegre.

Mientras organizaba mis cosas no paraba de darle vueltas al mismo tema. ¿Así acababa esto? No podía ser, no me iba a dar por vencido. En ese momento se me ocurrieron varias técnicas que usaría a lo largo del viaje. Una de ellas fue el no llevarme ni un solo calzoncillo y usar sólo shorts de chándal. Sabía perfectamente que ella se iba a llevar esos pijamas que a mí me ponían tanto, por lo que yo pensaba llevar mi polla bien marcada todo el día, seguro que en un par de días la tendría caliente como una perra. Una vez todo organizado me planté en la puerta a la hora acordada. Ahí estaba ya mi madre con sus dos maletas preparadas. Llevaba un vestidito bastante veraniego, con un estampado de flores y un escote que marcaba bien su preciosa delantera.

-¿No te olvidas de nada verdad?

-No mamá, créeme que me he asegurado de meter todo lo necesario.

-Pues no se hable más y en marcha, que cuanto antes salgamos antes llegamos.

Una vez ya en el coche nos quedaban unas 4 horas de viaje por delante, por lo que yo aproveché para dormir un buen rato. Recuerdo que durante el tiempo que estuve durmiendo, tuve varios sueños eróticos relacionados con mi madre. Llegué a soñar de todo, cómo que ella me comía la polla, yo estrujando y lamiendo su tetazas, follando como animales en todas las posturas posibles. Pero sin duda lo que más me excitaba era comerle el coño, dios, esa jugosa, gorda y depilada vagina soltando toda clase de fluidos mientras yo me los comía todos y ella se retorcía del gusto... Era una de mis mayores fantasías, casi más incluso que follármela. Tras dos increíbles horas de sueño, me desperté ya a mitad de viaje. La cosa es que todos esos sueños tienen una consecuencia, y es que me levanté empalmadísimo. Como ya he dicho no llevaba calzoncillos, así que la erección era más que evidente. Yo rápidamente me acomodé intentando disimular.

-No no, no hace falta que lo escondas, lleva ya un buen rato... así... jajaja -decía mi madre mientras señalaba mi duro rabo-. A saber lo que estarías soñando eh guarrote jajaja -por suerte no parecía enfadada.

-Joder perdón mamá, no sé qué me ha pasado... -yo estaba cortadísimo.

-Hombre cariño tampoco hay que ser muy listo para saber qué ha pasado. Pues que estarías teniendo uno de ''esos sueños'' y el cuerpo pues reacciona jaja. Dime, ¿era con alguna chica de tu clase verdad? -me sorprendió ver a mi madre tan suelta y bromeando.

-Emm sí bueno, es algo mayor que yo, no la conoces... -obviamente quería usar dobles sentidos para referirme a ella-.

-¿Así que mayor eh? ¿Y cómo es?

-¿Que cómo es?

-Ay sí hijo no sé, que si es guapa, cómo es de cuerpo, si es maja. No sé cuéntame algo, que nunca hablamos de estos temas. -parecía que mi madre tenía de pronto interés por mi vida sexual.

-Jo pues no sé, a ver es rubia, más o menos como tú, y la verdad es que tiene un cuerpazo de infarto. De hecho tiene unas tetas increíbles, casi tan buenas como las tuyas, aunque claro, eso es imposible jajaja -si ella se soltaba yo también podía forzar un poco.

-Ay ¿otra vez con eso hijo? Ya sabes que me encantan estos halagos, pero después de lo que hablamos... jajaja -no parecía precisamente disgustada por el comentario.

-Tienes razón en lo que hablamos mamá, pero que sepas que no voy a dejar de recordarte el cuerpazo tan sexy que tienes, que parece que se te olvida cada día.

-Jajaja hay que ver cómo eres hijo -decía a la vez que bajaba la ventanilla para refrescarse un poco-. Y bueno dime... habéis... ya sabes...

-¿Follado?

-Ay no sé cómo lo puedes decir con tanta naturalidad. A mí es una palabra que me impone mucho jajaja.

-Bueno pues la verdad es que no lo hemos hecho no, pero tengo unas ganas tremendas, no te voy mentir -yo ya me estaba calentando.

-Bueno hijo pues adelante, ¡que la vida son dos días! Si tienes ganas y los dos estáis de acuerdo no hay nada mejor que un buen polvete jeje -decía ella con la boca pequeña y entre risas.

-¿Y a ti mamá? ¿No te apetece de vez en cuando echar un polvete cómo tú dices?

-Uy hijo pues claro, pero a estas edades una ya tiene que apañarse con lo que tiene. Por eso te digo que disfrutes mientras puedas, que no siempre se tiene esa -decía señalando mi todavía dura polla- energía jajaja.

-Jajaja pues eso haré mamá, ¡follaré cómo si no hubiera un mañana con esa chica!

-Hay que ver qué cosas tienes hijo jajaja -reía ella mientras bajaba más la ventanilla y se abanicaba con la mano intentando bajar el evidente calentón que llevaba.

Pasada ya la tarde llegamos a la casa donde nos quedaríamos por el resto de semana. Era una casa bastante grande, con dos pisos, tres habitaciones, dos baños. Pero lo mejor sin duda era que tenía piscina en el propio jardín. Dios ya me estaba imaginando todo el día metido en el agua y tomando el sol sin mover un dedo, y por supuesto viendo a mi madre bañarse también. Esas tetorras y ese culo bien metidos en un bikini tenían que ser un espectáculo. En la puerta nos estaba esperando una señora de unos 60 años, la cual era la propietaria y la que nos iba a enseñar todo. Era una mujer bastante normalita, ni fea ni guapa, con el pelo castaño bastante corto, delgadita y sin mucho pecho. Eso sí, no pude no fijarme en su brutal culo. Dios era increíble para una señora de esa edad. Se notaba que era de las típicas mujeres con dinero que se pasan todo el día en el gimnasio, y ahí estaban los resultados, ¡menudos resultados! Después de todo el reconocimiento de la planta baja nos llevó a los dormitorios.

-Bueno y aquí está la habitación matrimonial. La verdad es que estaréis la mar de cómodos aquí, tenéis la cama más grande de la casa, perfecta para parejitas como vosotros -dijo la mujer mientras nos guiñaba un ojo y reía.

La situación era de lo más incómoda, dios nos había tomado por un matrimonio. Rápidamente pude fijarme en que mi madre se empezaba a reír y y ofrecerle una aclaración a la mujer, por lo que estuve rápido y me adelanté a ella, había que jugar un poco.

-Ay pues perfecto, porque en la cama de nuestra casa la verdad es que no nos podemos relajar como nos gustaría jajaja -la mujer rio también mientras mi madre me miraba con cara de sorpresa.

-Me lo dicen mucho la verdad jajaja. Creedme que no sois la primera pareja que viene aquí a relajarse y tomar un descanso, ya me entendéis jajaja -mi madre no soltaba ni una sola palabra.

Después de enseñarnos el resto de la casa, finalmente llegamos a la piscina.

-Bueno y esta es la parte de piscina y terraza, obviamente sentidos libres de usar la barbacoa y todo lo que veáis, estáis en vuestra casa. Eso sí, tenemos una pequeña tradición en todas nuestras casas, y es que, a su llegada, todos los matrimonios que se hospedan deben darse un beso bajo esto. Lo llamamos arco de la pasión -decía la mujer mientras señalaba un arco lleno de enredaderas y rosas, con muérdago en la parte superior.

Yo no me creía lo que estaba pasando. Era mi oportunidad, debía convencer a mi madre para darnos ese beso. Sabía que ella de primeras iba a negarse, pero esperaba que la presión de la mujer, la cual era muy agradable, la hiciera ceder.

-Bueno pues si esa es la tradición habrá que cumplir, ¿verdad cariño? -decía yo mientras la agarraba de la cintura.

-Ay no sé yo cielo... ya sabes que me dan un poco de vergüenza estas cosas... -a ella se la notaba bastante cortada.

-Venga cariño un piquito, no es nada que no hayamos hecho antes jajaja -mientras, me acercaba levemente hacia su boca y, con mis manos, agarraba sus buenas caderas.

-Bueno, si va a ser sólo un piquito... -decía ella mientras cerraba los ojos y se dejaba hacer.

Nuestros labios se juntaros de una manera seca y suave. Después de unos segundos, yo me atreví a abrir la boca, a lo que mi madre correspondió abriendo un poco también la suya. En ese momento supe que tenía que jugármela. Comencé a meterle toda mi lengua hasta el fondo, y ella, en una mezcla de corte y confusión, respondió abriendo completamente su boca. Dios menudo momento. Justo después su lengua entró completamente en mi boca y empezamos a jugar en lo que acabó siendo un morreo en toda regla, bien húmedo y apasionado. Todo esto mientras ella se pegaba cada vez más a mi polla, la cual estaba a punto de reventar, y mientras yo le amasaba a con ganas su jugoso culazo. Sentía que iba a correrme sólo con el tremendo juego de lenguas que estábamos haciendo. Joder, a día de hoy no recuerdo cuanto estuvimos ahí enganchados, serían segundos pero para mí fueron horas. Se notaba que yo no era el único con las ganas reprimidas. Tras separarnos mi madre no podía ni mirarme a los ojos, estaba más roja que un tomate. La propietaria rompió el silencio con unos aplausos para finalmente dejarnos las llaves y despedirse.

Pasaron las horas y finalmente llegó la noche. La verdad es que fueron unos momentos bastante incómodos en los que nadie dijo nada, ni si quiera hablamos mientras cenábamos. A eso de las 11 de la noche yo me encontraba en la terraza tomándome una cerveza, cuando mi madre apareció por la puerta dispuesta a acompañarme.

-Bueno... vaya noche más buena se ha quedado eh, maridito... -decía ella en un todo bastante cortado pero divertido.

La verdad es que me sorprendió que fuera ella la que sacara el tema, y no solo eso, sino que incluso bromeara sobre ello.

-Pues sí que hace buena noche sí, cariño jajaja

-Jajaja. Hijo yo quería decirte que me gustó mucho lo que pasó antes, ya sabes que yo soy muy besucona y... bueno... que un hombre joven te bese con esa pasión, ufff... -se notaba que en su cabeza había una mezcla de remordimiento y calentura, a partes iguales.

-Mamá la verdad es que yo lo disfruté mucho también, eres una mujer muy guapa y sexy, y he de reconocer yo soy también bastante besucón jajaja -y era cierto, no hay nada mejor que un buen beso bien ensalivado y con mucha lengua.

-Pero bueno también quería dejar claro que esto no puede volver a suceder, es muy peligroso seguir por este camino hijo...

-¿Peligroso por qué mamá? Somos madre e hijo, es lo más normal que nos demos besos como muestra de cariño, ¿no?

-Bueno pero ese tipo de besos precisamente no son besos de madre e hijo... -se notaba que evitaba hacer contacto visual de lo avergonzada que estaba.

-Entiendo lo que dices mamá, pero también entiende que mientras no vaya a más, un beso es lo más inocente y bonito del mundo.

-Pero qué pensará la gente si se entera cariño, dios... tu padre... no quiero ni imaginarlo.

-Mamá -le dije yo mientras le cogía la cara por la barbilla para poder mirarla a los ojos-, aquí estamos en nuestro pequeño escondite, aquí nadie se enterará de nada. Soy tu hijo y voy a demostrarte lo mucho que te quiero...

Mientras le decía esto iba a cercándome poco a poco a su boca, creando el deseo el cual sabía que llevaba dentro, acariciándole la cara y el muslo, poniéndola cada vez más y más entregada. En ese momento nos fundimos en un cálido y húmedo beso. Nuestras lenguas se entrelazaban lentamente, saboreando bien la saliva el uno del otro. Mientras, pude notar como ella aceleraba su respiración y soltaba leves gemidos, gemidos los cuales estuvieron a punto de hacer que mi polla, la cual estaba ya empapada, estallara en una brutal corrida sin si quiera tocarla. Tras unos minutos de un intenso y cerdo morreo, separamos nuestras bocas, dejando a la vista un hilo de fluidos entre ellas. Hijo el cual yo recogí con mi mano y me tragué entero, todo ello sin apartar el contacto visual con los ojos de mi madre.

-Mmmm, dios... -decía mientras intentaba recobrar el aliento- Hacía tiempo que no me daban un morreo tan rico... -obviamente se le notaba lo cachonda que estaba.

-Mamá no sabes lo que me ha gustado, mira cómo me has puesto -dije yo mientras le mostraba el gran bulto que dejaba ver mi pantalón.

-¡Ay hijo! Pero eso te lo he hecho yo, en serio... -su voz sonaba sorprendida, pero a la vez extremadamente halagada y caliente-. Bueno pues ale ya sabes ahí tienes el baño, vete a poner solución a eso, que te debe doler y todo jajaja -se la notaba ya más relajada.

-Bueno mamá, la verdad es que había pensado en ponerle solución juntos, que seguro que tú también... -mientras decía esto intenté acercar la mano que tenía apoyada en su muslo hacia su chorreante coño, pero rápidamente ella se levantó.

-No cariño, esto es demasiado. Tenemos que ser muy conscientes de que hay líneas que no podemos cruzar. Una cosa es darse un par de besos inocentes -aunque ella sabía perfectamente que esos besos eran de todo menos inocentes-, y otra muy distinta es pasar a mayores. Recuerda que soy tu madre por dios. Ahora venga cielo, vete al baño si lo necesitas y vamos a dormir, que hoy ha sido un día muy largo... jaja

Después de decir esto me dio un piquito de buenas noches y se fue a su cuarto. Yo no esperé ni un segundo y me metí corriendo al baño. Joder, cómo me había dejado la polla la muy cabrona, sentía que en cualquier momento me iba a explotar una de las tantas venas que se podían apreciar. No podía más, empecé a darle al tema a una velocidad de locos, no quería esperar ni un minuto, necesitaba correrme. Por suerte todo el líquido preseminal que cubría mi cipote facilitaba la paja. No pasaron ni dos minutos cuando el volcán exploto, soltando hasta siete chorrazos de espesa lefa, cada uno más fuerte que el anterior. Por suerte había apuntado hacía el váter, así que no tenía que preocuparme en limpiar nada. Nada más tire de la cisterna salí hacia mi habitación, pero me percate de unos rápidos pasos que sonaron hacia la habitación de mi madre seguidos de un portazo. Estaba convencido de que mi madre había puesto la oreja, mientras yo le dedicaba toda una lefada en el baño. No tengo la certeza, pero estoy prácticamente seguro de que esa noche mi madre también se pajeó su jugoso y gordo coño más de una, y más de dos veces. Esa noche, su cama debió parecer un charco gigante repleto de corridas y hormonas.

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Era la mañana siguiente y hacía un día de lujo. Nada más levantarme me asomé por la ventana y vi a mi madre en la terraza del jardín desayunando. Hacía bastante calor, por lo que salí simplemente con shorts. Recordemos que no había llevado calzoncillos, así que mi polla iba balanceándose, cosa de la que mi madre obviamente se dio cuenta, ya que sus leves miradas la delataban.

-Hola guapa ¿qué tal? -dije yo acercándome a ella-.

-Pues bien hijo ¿qué tal has dormid...

Antes de que pudiera acabar la pregunta le planté un besazo de los buenos, bien caliente y con mucha lengua. Morreo el cual ella correspondió, obviamente.

-Mmm. Hay que ver que bien besas a tu madre cariño, con lo que me gusta a mi un buen beso... -decía ella mientras me daba un piquito para culminar nuestro ''saludo'' de bueno días-

-Pues a partir de ahora te saludaré siempre así mami, ya sabes que me encanta besar a una mujer tan guapa.

-Bueno, bueno no será para tanto jajaja. Por mi no hay problema, pero estas cosas sabes que sólo las podemos hacer aquí, nadie puede enterarse, y menos tu padre.

-Tranquila mamá, tú no te preocupes por nada... -decía yo mientras me acercaba, fundiéndonos en otro buen beso, esta vez algo más lento y apasionado-.

-Ufff cariño, menudo calor hace esta mañana ¿no? -decía ella señalando a la evidente erección que dejaba ver mi pantalón-.

-Jajaja, ¿tanto se me nota?

-Y tanto que se te nota jajajaja. Oye ya sabes que si tienes que descargar ahí tienes el baño eh, por mí que no te de vergüenza.

-Lo sé lo sé mamá, de hecho ayer hubo una descarga, y menuda descarga jajaja -sabía perfectamente que ella ya lo sabía, pero quería jugar un poco-.

-¿Ah sí? Jajaja -se hacía la tonta-.

-Pues sí. ¿Tú no te descargaste ayer?

-¿¿Yo?? No no que va, a mi edad no están las hormonas tan revolucionadas cómo a la tuya jaja... -claramente se notaba que mentía-. Bueno si no te importa me voy a pegar una ducha, que este sol ya me ha dejado sudada.

-Vale, yo desayunaré algo.

En ese momento y con mi madre ya en el baño se me ocurrió un plan. En la casa había dos baños, pero me inventaría que el otro estaba roto o cualquier tontería para entrar al suyo. Podían pasar dos cosas, una era ver a mi madre en plena faena, lo cual sería gloria pura. La otra opción era que simplemente se estuviera duchando, por lo que al menos la vería desnuda. Ahí fui, piqué muy levemente y sin dar tiempo a una respuesta entré, ya que en mi casa nunca echamos el pestillo a las puertas.

-Oye mamá necesito mear y el otro bañ....

-¿¿Hijo pero que haces?? -me interrumpió asaltada ella-

Menuda imagen, mi madre estaba totalmente desnuda y a punto de entrar a la ducha. Con una mano se cubría el coño y con la otra intentaba taparse las tetas, lo cual era imposible, ya que no conseguía abarcarlas.

-Perdona perdona mamá, pensaba que todavía no te habrías desnudado. Verás es que la cisterna del otro baño no funciona y necesitaba hacer pis, no podía aguantar -decía yo mientras me sentaba en el váter-.

-Ay hijo pero haberme avisado y me ponía algo -decía mientras se cubría con una toalla-. ¿Pero por qué te sientas si es para hacer pis?

-Bueno ya sabes jajaja.

-¿Cómo que ya sé?

-Pues... -tímidamente yo aparté las manos de mi polla, revelando mi brutal erección-

-Ah, emmm, espera no te preocupes que salgo... -mi madre estaba más roja imposible-

-Noo mamá no seas tonta, es algo normal -le decía yo mientras me levantaba y la paraba en seco-. Es que te he visto así desnuda tan guapa y uno no es de piedra jajaja.

-Anda ahora me dirás que eso te lo he hecho yo jajaja. Seguro que estabas pensando en la amiguita esa tuya eh jajaja -se la veía algo más relajada-.

-Pues claro que es por ti mamá. ¿Pero tú te has visto? Y menos mal que no te digo lo que se me pasa por la cabeza, porque entonces sí que no me creías jajaja.

-Ay hijo es que ya sé que te gusta mucho piropear a tu madre jajajaja. ¿Y qué es eso que dices que se te pasa por la cabeza? -se la veía intrigada y caliente por la situación-

-Bueno, eso son cosas que no se pueden hacer a una madre...

-Bueno hijo mientras sea solo decirlas y no hacerlas...

-Pues... me gustaría tocarte ese precioso par de tetas, ale, ya lo he dicho.

-¿Es eso en serio? Por dios cariño eso es una tontería, ya me habías asustado jajajaja. Además no es como si nunca lo hubieras hecho, hace un par de días sin ir más lejos jajaja.

-Yaa pero eso fue por encima del camisón, yo decía sin nada...

-Bueno si es sólo eso podemos ponerle solución... -se notaba que ella estaba más cachonda imposible-

-¿En serio? ¿No te molesta?

-Claro que no cariño, es sólo una caricia inocente, pero ya sabes que nadie se puede enterar -mientras decía esto dejaba caer su toalla hasta la cintura, dejando a mi alcance ese par de tetas.

Dios por fin las veía desnudas y tan de cerca, eran impresionantes. Bastante blanquitas, con un pezón algo moreno, de buen tamaño, gordos y duros. No me lo pensé dos veces y ahí fui. Comencé tocando los laterales, para después avanzar a la zona de las aureolas pero sin llegar a tocar el pezón, quería crear deseo.

Ella mientras quería hacer ver que no le importaba, con una leve sonrisa pero intentando no mostrar gusto porque su propio hijo le anduviera sobando las tetas. Tras un buen rato paseándome por todo el pecho, fui directo a los pezones, pellizcando y apretando, pero con mucha suavidad. Ahí mi madre soltó un leve suspiro, el cual seguramente llevaba reprimiéndose ya un buen rato. Su respiración comenzó a acelerarse, sus ojos se cerraron y echó su cabeza hacía atrás. En ese momento en el que no miraba yo aproveché para meterme un par de dedos en la boca y coger algo de saliva, para seguidamente pasar esos dedos por uno de los pezones, dando un masaje bien lubricado.

-Dios... -dijo mi madre con una voz suave y llena de placer-

-¿Te gusta? -decía yo mientras con mi otra mano cogía más saliva para el otro pezón-

-Mmm no... no me gust... aahhh -su voz sonaba de lo más entregada y caliente-.

En ese momento pude ver como una de las manos de mi madre se dirigía hacia su entrepierna, comenzando a frotar tímidamente su coño por encima de la toalla.

-Mmm hijo, nunca me las habían tocado de esta manera.

-Si quieres ya que te ibas a duchar puedo... enjabonarte un poco...

Ella no dijo nada, y evitando mirarme a la cara tiró al suelo su toalla y entró en la ducha. Dios su coño depilado se veía radiante, estaba tan mojado que hasta brillaba. Tras esto entró a la ducha conmigo cogido del brazo y dejó caer el agua caliente por sus hermosas tetas. Yo por mi parte, cogí el bote de jabón y me eché algo por las manos. Comencé a pasar mis manos esta vez por todo su pecho, amasando bien ese tetamen. Ella tras el primer contacto comenzó a gemir, aunque de una manera muy leve y tímida. En el fondo no quería hacer ver que le estaba gustando. Me fijé también en cómo comenzó a masturbarse muy lentamente, a lo que yo respondí dándole la vuelta, para seguir dándole ese buen masaje bien lubricado pero desde atrás. Debido a esto mi polla chocó con su gordo culo.

-Ey cuidado con eso... jeje... -no se la veía para nada asustada, pero sí precavida-

-Perdona mami, es que tú me pones así... -dije yo dándole un leve beso en el cuello-

-Mmmmm, no sabes lo que me halaga eso cariño. Pero sabes que debemos ser precav... aaagghhh -sus palabras se cortaron en cuanto me centré en sus duros pezones, retorciéndolos muy suavemente y haciendo que ella, a su vez, se retorciera de placer-.

-¿Te gusta lo que te hace tu hijo?

-Agghhh sí... digo no... -se estaba empezando a soltar-

-¿Te gusta cómo te toco las tetas? -decía yo mientras le besaba el cuello y prestaba especial atención a sus pezones. Mientras, mi polla seguía rozando su hermoso culazo-

-Si... me gusta... me encanta... ¿Y a ti? ¿Te gustan las tetas de mami? Mmm

-Me encantan, y me encantaría comérmelas.

-Mmmm no sé- decía ella con voz de niña pequeña mientras se daba la vuelta-.

Yo no esperé ni un segundo. Eché algo de agua por encima para dejarlas bien relucientes y me abalancé a chupar ese par de melones.

-Aaaggghhh... dioss... que gusto cariño... -decía mi madre mientras se introducía un par de dedos en su chorreante coño-.

Yo por mi parte no iba a ser menos, y comencé una lenta paja bien lubricada por una mezcla de jabón, saliva y preseminal.

-Dios cielo estoy cachondísima, qué comida de tetas me estás haciendo amor, mmmm.

-Así mami así, tócate bien el coño mientras tu hijo te mama tus preciosas tetaza.

-Por dios hijo que gusto le estás dando a tu madre. Mmmm pero deberías parar, estoy cerca de... aaagghh... -sabía que mi madre estaba a punto de correrse, por lo que aceleré tanto mi paja como la comida y manoseada de tetas que le estaba haciendo-.

-Mmmm, si mami preciosa, correte para mí.

-Dios cariño no aguanto más, agghhh.

-Yo tampoco mamá, sigue, sigue tocándote, ¡corrámonos juntos!

-Ay hijo me voy, ¡me voyy me vooyyy! ¡aaahhh!

Su jugoso coño explotó en una marea de fluidos de todo tipo, mientras que mi polla comenzó a expulsar chorros y chorros de espesa lefa, los cuales cayeron en su pierna, juntándose con su propia corrida. Sus piernas estaban temblando, por lo que yo solté de mi boca una de sus hinchadas tetas para darle un jugoso y salivado morreo, mientras con mis manos la agarraba por el culo. Ahí estuvimos varios minutos, con nuestros cuerpos desnudos bien pegados, llenos de corrida y jabón a partes iguales, mientras nuestras lenguas se saboreaban la una a la otra. En ciertos momentos incluso nos dedicábamos simplemente a entrelazar nuestras lenguas totalmente fuera de la boca, con toda la saliva cayendo sobre las tetas de mi madre. Un espectáculo sin duda guarro y caliente a partes iguales. Tras varios minutos después de esos calientes morreos, mi polla volvía a estar totalmente dura y lista para la acción, por lo que procedí a volver a comerme una de las tetas de mi madre mientras subía una de mis manos por su muslo, dispuesto a tocar su todavía húmeda entrepierna. Por desgracia rápidamente ella paró mi escalada hacia su jugoso coño, saliendo de la ducha y poniéndose la toalla.

-Cariño debemos parar, esto que acabamos de hacer está fatal.

-Pero mamá, sabes tanto cómo yo que te ha encantado -dije yo mientras me acercaba a ella-

-Cielo, si he de serte sincera, hacía años que no tenía un orgasmo tan intenso, pero hemos ido demasiado lejos.

-Pero mira cómo estoy -yo empezaba una suave paja mostrándole toda mi polla bien empalmada.

-Ya veo ya... no se te acaba la energía eh jaja -decía mientras se mordía el labio inferior de la boca-. Pero no cariño, esto es algo que no puede repetirse. No te voy a negar que yo también sigo caliente, pero somos personas adultas y sabemos cuando parar. Mira yo me voy a duchar al otro baño y tu quedate aquí, poniéndole solución a eso jajaja -decía mientras me guiñaba un ojo-.

-Está bien mamá, supongo que tu también tendrás ganas de ponerle solución a lo tuyo -dije yo mientras le daba un último morreo bien guarro y húmedo-.

-Mmmm... ufff... Bueno yo ya he tenido suficiente por hoy hijo, no tengo tanta energía como tú jaja -tanto ella como yo sabíamos que iba a tocarse cómo una cerda nada más llegar al baño-.

Tras esto se fue rápidamente cerrando la puerta. Yo obviamente me había quedado con ganas de algo más, sobre todo de recibir esa corrida directa del coño de mi madre a mi boca. Pero también sabía que no podía forzar más la situación, sino ella se cerraría en banda. Tras eso yo me hice una paja ya más relajada, lo justo para quitarme las ganas. El día transcurrió sin mayor novedad, salvo un par de idas y venidas al baño por parte de mi madre de las más sospechosas. Sin embargo la noche esperaba, y yo no iba a quedarme de brazos cruzados.
 

heranlu

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La tarde había trascurrido sin mayor interés, y la hora de cenar estaba cerca. Lo más destacable fue que mi madre no paró de ir al baño en toda la tarde, por lo visto el encuentro que habíamos tenido en la ducha esa misma mañana la dejó cachonda perdida por el resto del día. Ella siempre decía que a su edad no tenía tanta energía sexual, pero por las veces que fue al baño y el tiempo que pasó allí, calculo que debió tener más de 4 o 5 orgasmos a lo largo de la tarde.

Yo por mi parte estaba igual de caliente que ella o incluso más, pero decidí no tocarme, y así guardar energías para la noche. En ese momento he de reconocer que estaba cegado por volver a correrme junto a mi madre, por lo que no pensé en ningún plan en concreto, simplemente buscaba calentarla y dejar que las cosas fluyeran. Llegó la hora de la cena y decidimos picar algo en la terraza, ya que hacía bastante calor. Por eso mismo yo iba con unos shorts bien sueltos y sin camiseta, un clásico ya de esas vacaciones. Por otro lado mi madre me dio una pequeña sorpresa, sacando a relucir un conjunto que nunca le había visto. Llevaba una camiseta rosa de tirantes bastante fina que marcaba bien sus pezones, la cual era extremadamente corta, por lo que si se movía mucho podía subirse dejando asomar la parte baja de sus preciosas tetas.

Para la parte de abajo llevaba un pantaloncito gris que parecían más bien unas bragas, el cual a veces se metía levemente entre sus nalgas resaltando bien su jugoso culo.

-Wow mamá menudo conjuntito te has traído.

-Ya hijo, igual tendría que haber comprado una talla más, pero era la única que había y hace tanto calor que era o traer esto o ir desnuda directamente jajaja.

-Bueno si tienes mucho calor y quieres quitarte algo yo no te voy a decir nada eh jajaja.

-No si ya lo sé ya, si por ti fuera me tendrías en pelotas todo el día. Hay que ver que hijo más pervertido tengo jajaja -decía ella divertida y sin darle la mayor importancia-. Pero bueno así estoy fresquita también.

-Bueno pues si tú estás cómoda a mi me vale -decía yo mientras le daba un corto y seco beso, rozando levemente nuestras lenguas por un instante-.

-Mmm... Oye por cierto ¿al final metiste en el iPad aquellas pelis que te dije? Con este calor me apetece echarme en la cama y ver alguna antes de dormir.

Efectivamente yo había llevado mi iPad, ya que como sabíamos que seguramente no habría Internet, decidimos meter unas cuantas películas por si nos apetecía ver alguna. Lo que mi madre no sabía es que no sólo había metido películas, sino que también me había descargado algo de porno para mis pajas nocturnas. Obviamente esos vídeos estaban bien guardados en unas carpetas que ella no encontraría, a no ser... Ahí se me vino la idea a la cabeza. En ese momento le dije que sí había metido sus pelis, pero que tenía que ponerlo a cargar y que se lo llevaría a la habitación en una hora, por lo que después de cenar subí a mi cuarto para poner el plan en marcha. Este consistía en hacer que ''por error'' mi madre encontrara ese porno, y así encenderla un poco más y con suerte, pillarla en su habitación en plena faena. Para ello cree dos carpetas, una que ponía ''pelis mamá'' y otra llamada ''pelis Iván''. Esto lo hice porque sabía que mi madre iba a entrar a mi carpeta para cotillear que pelis iba a ver yo, ya que en cuanto a cine tenemos unos gustos bastante parecidos. Salvo que en esta carpeta no iba a encontrar mis pelis, sino un montón de porno. Y no un porno cualquiera no, porno expresamente de milfs en escenas madre e hijo, ya que con todo lo vivido últimamente estaba seguro que eso la calentaría a más no poder. Y así lo hice, después de dejarlo todo bien organizado le llevé el iPad a su habitación.

-Hola mamá, toma aquí lo tienes, ya está cargado del todo. Tus pelis están en una carpeta que se llama ''pelis mamá''.

-Ay hijo gracias, ahora en un rato me pondré alguna -decía ella dejando a un lado un libro que estaba leyendo-. Eres el mejor cariño.

Yo le di un piquito y me fui a mi cuarto, era momento de esperar. No sabía siquiera si mi madre picaría el anzuelo, por lo que me dediqué a esperar algún ruido que me indicara movimiento, dejando mi puerta algo abierta. Pasaron poco más de veinte minutos y pude escuchar cómo mi madre bajaba a la cocina a por un vaso de agua. No era nada delatador, ya que lo suele hacer antes de irse a la cama, pero por curiosidad y sin hacer mucho ruido me metí en su cuarto para ver si se había puesto una peli o todavía seguía leyendo. A primera vista no pude ver el iPad, pero acercándome un poco a la cama vi cómo lo tapaba la almohada. Mi sorpresa vino cuando al cogerlo vi cómo efectivamente había caído en mi trampa, y no sólo había visto la carpeta, sino que tenía un vídeo abierto y ya empezado. En ese momento mi polla dio un salto de excitación y el morbo invadió mi cuerpo. Justo entonces oí cómo la puerta de mi espalda se abría. Pude ver cómo efectivamente llevaba un vaso de agua en la mano, pero con la otra se tapaba la entrepierna, ya que sólo llevaba puesta la camiseta.

-Ah, emmm, ¿cariño que haces aquí? -decía ella con la voz cortada y con la cara roja a más no poder.

-Venía a pedirte el libro que estabas leyendo, ¿estás viendo esto?

-Emmm no, quería ver una peli pero por error debí dar en el vídeo equivocado.

-¿Y qué haces casi desnuda entonces?

-Yo... Emm... Bueno es que...

-Mamá no pasa nada, es normal que veas porno, yo también lo hago.

-Bueno ya, como que estaba en tu carpeta jaja... -todavía seguida cortada.

-¿No decías que había sido un error? -decía yo sonriente mientras me sentaba en la cama-

-O sea... sí... me metí a tu carpeta pero yo no...

-Tranquila mamá no pasa nada, ¿quieres seguir viéndolo?

-Bueno no te voy a mentir, estoy un poco caliente. Cuando termine si quieres te lo llevo a tu habitación.

-¿Y no prefieres que lo veamos juntos mejor?

-Hijo en serio, no podemos repetir algo como lo que pasó por la mañana. Mira si quieres cógelo hoy tú y yo ya me apaño sola.

-No te estoy diciendo de hacer nada mamá, simplemente podemos verlo un poco -dije yo mientras me acomodaba a un lado dejándole espacio a ella para que se acostara junto a mí-.

-Bueno no se... -decía mientras se acercaba tímidamente a la cama-.

-Vamos no seas tonta, ¿no es nada que no hayas visto antes verdad? Jajaja.

-Vale pero sólo verlo eh.

Ella se acostó al lado mío, pero bastante separada. Yo puse el iPad en medio de los dos, haciendo un poco de separador para que se sintiera más cómoda. El vídeo era una clásica escena madre e hijo desde el punto de vista del hijo, y creo recordar que la actriz era Julia Ann. Ella seguía tapándose el coño, ya que no le había dado tiempo a ponerse nada. Yo por mi parte, comencé a frotar mi paquete totalmente duro muy suavemente.

-Cariño qué haces, habíamos dicho que sólo ver el vídeo, no podemos dejar que esto se descontrole.

-Venga mamá, no tiene sentido ver porno si no se tocas un poco. ¿No te apetece?

-Pues claro que me apetece, pero es algo muy peligroso...

-No te estoy diciendo que hagamos nada entre nosotros, simplemente veamos en vídeo y que cada uno se vaya soltando, tú en tu lado y yo en el mío.

-Bueno... no se... -en ese momento pude ver cómo la mano que tapaba su mojado coño comenzaba a deslizarse en círculos muy suavemente.

-¿Tú también ves estas cosas mamá?

-No es algo que suela ver la verdad, pero he de reconocer que es muy caliente...

Nuestras voces comenzaban a sonar en un tono casi susurrante, muy sensual. Por lo que aproveché para sacar mi polla del pantalón, dejando a la vista de mi madre todo mi aparato dispuesto a explotar en cualquier momento.

-Dios hijo mío... -en ese momento los ojos de mi madre se clavaron en mi rabo, comenzando a tocarse ya más suelta, metiéndose un par de dedos y sobando una de sus tetas por encima de su camiseta.

-Bueno mamá, estos vídeos me ponen a cien, pero tenerte aquí a mi lado lo hace inmejorable.

-Anda teniendo a esa maciza en pantalla que más te dará tener a esta vieja al lado eh jajaja. -sabía que cuando empezaba a jugar con eso significaba que estaba caliente a más no poder.

-Bueno la verdad es que tiene unas muy buenas tetas, pero ya sabes que para mí estas son las mejores del mundo -en ese momento mi mano se fue directa a sus pechos.

-Mmm hijo ya sabes lo que me gusta que me digas eso, pero mejor simplemente veamos el vídeo -decía ella mientras me apartaba la mano.

Tras unos minutos de ambos tocándonos sin mucha prisa, y mientras nuestros suaves gemidos se mezclaban con los del vídeo, ella se atrevió a sacarse las tetas por encima del escote y comenzó a tocárselas, incrementando así sus respiraciones. Poco después nuestras miradas se empezaron a cruzar, por lo que decidí abalanzarme a besarla, estirando el cuello para permanecer a la vez alejado y así no presionarla. De esta manera nos fundimos en un húmedo y cerdo beso, el cual hizo que nuestra saliva cayera sobre sus tetas. Yo aproveché y con mucha delicadeza restregué esos fluidos por sus pezones, dándole un masaje con mis dedos a ese par de melones y haciendo que ella se estremeciera del gusto.

En este caso se dejó tocar, y así estuvimos otro par de minutos, sin desenganchar nuestras lenguas mientras yo le amasaba esas tetazas y mientras nos masturbábamos, todo esto claro con el vídeo de fondo. Tras esto yo me la jugué y solté mi polla para llevar mi lubricada mano hacia su muslo, acercándome peligrosamente a su vagina. Ella dejó de besarme y me agarró de la muñeca pero sin hacer mucho esfuerzo por impedirme lo inevitable. Y así fue, mi mano continuó hasta llegar a su empapado coño, el cual empecé a tocar por el exterior para luego centrarme en su clítoris. En ese momento ella no pudo más y soltó un gemido en toda regla, acercando de nuevo su cabeza hacia la mía y comiéndome la boca con unas ganas desenfrenadas, dios podía sentir toda su húmeda lengua inundándome la boca.

-Pero cariño qué le haces a tu madre... dioss...

-¿Te gusta mami? Mmm...

-Aagghhh... -ella prefería no decir nada y seguir disfrutando.

-Yo también tengo algo por aquí que necesita ayuda -dije mientras acercaba mi polla hacia su mano.

-Mmm no se... ¿te has portado bien? -me decía ella con voz de niña dulce al oído mientras me acariciaba el pecho.

-No sé... dímelo tú... -en ese momento le metí los dedos hasta el fondo, masajeando su punto g y a la vez frotando su sensible clítoris con la palma de mi mano.

-Aaagghhh diosss... -decía entre gemidos mientras comenzaba a regalarme una lenta y lubricada paja, centrándose en mi hinchado glande.

-Mmmm... dios mami eres preciosa...

De nuevo nos fundimos en otro largo y apasionado beso mientras nos masturbábamos mutuamente. Tras un buen rato el vídeo terminó, comenzando de nuevo, y pude ver cómo la actriz le estaba dando una mamada al chico. Yo miré a mi madre y ella me devolvió una leve sonrisa, no me hizo falta hablar para saber lo que quería. Ella por su parte apartó el iPad a un lado y se arrodilló entre mis piernas. Continuó la paja que me estaba haciendo pero esta vez con su boca bien cerca, pasándome su cálido aliento por todo el tronco. Al poco rato comenzó, a darme leves besitos por toda la polla, incluidos los huevos, para más tarde centrarse en mi glande. Empezó dando suaves lamidas como si se tratara de un helado, y poco después pasó a metérsela enterita en la boca. Joder yo estaba flipando, en apenas media hora le había tocado el coño por primera vez a mi madre y ella me estaba haciendo una mamada. La verdad es que me sorprendió bastante la técnica que tenía, era capaz de tragársela entera, sin duda la mejor garganta profunda que me habían hecho. Hubo un par de veces que estuve a punto de correrme, pero hice un esfuerzo por aguantarme, todavía quería divertirme. Tras unos minutos de mi madre tragando verga como una auténtica profesional mientras ella se daba placer con su otra mano, la cogí suavemente del cuello levantado su cara para poder besarla. Qué momento más delicioso, su saliva mezclada con mis fluidos sabía a gloria, y más en su boca. Parecía que había llegado el momento que tanto deseaba, tenía el coño de mi madre bien calentito y listo para ser devorado.

-Bueno mamá, parece que ahora te toca a ti... -dije mientras la tiraba boca arriba en el colchón y yo me agachaba lentamente.

-¿Pero hijo eso será mucha guarrada no?

-Pues como lo que me acabas de hacer a mi -decía yo mientras me volvía a incorporar para besarla de nuevo-.

-Mmmm... ¿De verdad quieres hacer algo así cariño?

-Mamá no me digas que... ¿nunca te lo han comido?

-Hombre pues claro que no jajaja, yo pensaba que eso era sólo de los vídeos.

-¿¿En serio??

-En serio te lo digo jajaja.

-Pues ya va siendo hora de que te den una buena lamida de coño esta maciza... -no esperé ni un segundo y puse mi cabeza entre sus piernas.

Comencé muy suavemente, como hizo ella. Primero le di unos suaves besos y lametones por sus muslos, acercándome progresivamente hacia su vulva. Recuerdo de cuanto más me acercaba más caliente sentía mi cara, se notaba que mi madre estaba ardiendo. Después comencé a dar largas lamidas por todo su coño, rozando por momentos muy levemente su húmedo culo. Joder era perfecto, se veía bien apretadito pero a la vez muy gordo e hinchado, y mis babas mezcladas con sus fluidos hacía que resplandeciera a más no poder. Nunca me quitaré ese sabor de la cabeza, sin duda el coño más rico y jugoso que he probado nunca.

-¡Ay cariño pero qué cerdada más rica me estás haciendo! Mmmm... No puedo creer que mi propio hijo me esté lamiendo la raja, y que además que se sienta tan bien... Uffff...

-¿Te gusta que tu hijo te coma el coño eh? -decía yo apartando levemente mi boca llena de fluidos-

-Mmmm síii... me gusta... dios no pares...

-Y esto... ¿te gusta? -en ese momento introduje dos dedos mientras mi lengua se centraba en lamer y succionar y hinchado clítoris-

-¡Ay dioss! No pares amor por favor te lo pido... Ufff... Así... ¡Así! ¡Cómele el coñito a mami!

-¿Quieres correrte verdad? ¿Quieres correrte en la boca de tu hijo no?

-¡Dios sí! Hazme acabar cariño... Haz que tu madre termine... Aagghhh

Por sus movimientos y sus gemidos, sabía que mi madre estaba a punto. Por lo que saqué mis dedos para agarrarla de las piernas y llevárselas bien hacia sus hombros, dejando expuesto todo su hinchado y rojo coño, para después hundir mi boca en su clítoris, comiéndomelo de la manera más cerda posible.

-Dios así amor mío... ¡Así! aagghhh ¡Cómele bien el coño a la putita de tu madreee!

-Mmm síii dame toda tu corrida cerda... mmm...

-Dios cariño qué rico lo que me estás haciendo... Hijo me voy... Me corro... ¡Me corro, me corro, ME CORROO! ¡aaahhh!

En ese momento el coño de mi madre comenzó a soltar un brutal squirt propio de una actriz de porno. Chorros y chorros comenzaron a salir de su vagina, chorros los cuales yo intenté tragarme enteros para después escupir sobre su rojo y húmedo coño. Mi madre por su parte estuvo casi un minuto retorciéndose en espasmos de placer. Estoy seguro de que no había tenido un orgasmo tan fuerte en su vida, y era su propio hijo con su boca el que se lo había dado. Yo mientras me tumbé a su lado, para ir dándole besos tanto en las tetas, la boca y el cuello. Mi polla a todo esto estaba a reventar, ya que yo quería más fiesta y me estaba reservando.

-Madre mía hijo... No había eyaculado de esa manera en mi vida... Solo lo había visto en algún video... -se notaba que a mi madre le costaba recobrar el aliento.

-Ha sido increíble mamá. Dime ¿te ha gustado?

-¡¿Que si me ha gustado?! Dios cielo no me habían hecho una guarrería tan rica en mi vida -decía besándome de nuevo apasionadamente mientras yo le acariciaba su encharcado coño.

-Pues todavía sé hacer cosas aún más ricas mami...

-Mmmm ¿si? ¿Y qué cosas son esas? -se notaba que a mi madre no se le habían ido las ganas-

-Bueno yo todavía sigo así, no me he corrido... -decía yo con voz de pena mostrándole mi dura verga.

-Uy pobrecito mi niño. Va a haber que poner solución a esto... ¿no? -decía ella entrando al juego y agarrándome todo el miembro.

-A eso me refería con algo rico... -de nuevo nos fundimos en un guarro beso lleno de babas y fluidos.

Tras unos breves momentos de morreos y una lenta paja proporcionada por mi madre, yo me tumbé en la cama. Mi madre como era obvio fue con su boca directa hacia mi polla, pero yo la detuve.

-No mamá, esto ya lo hemos hecho, ¿no quieres probar otra cosa nueva?

-Hijo no creo que debamos ir más lejos, esto ya es una locura...

-No vamos a hacer nada más de lo que hemos hecho, tu confía en mí.

Después de darle un corto beso, la agarré por la cintura y la puse mirando hacia mis pies mientras yo me tumbaba. Efectivamente, era el momento de hacer un 69 con la calentorra de mi madre. Su coño quedó a pocos centímetros de mi cara, goteando calientes fluidos hacia mi boca.

-Dios hay que ver que hijo más guarro tengo... jeje -decía ella caliente y divertida-

-Yo sólo quiero que disfrutes tanto como yo mamá, y esta es la mejor postura... para que los dos... disfrutemos... -de la que decía esto comenzaba a lamer lentamente toda su vagina.

-Mmmm... de verdad que no sé cómo he podido vivir todos estos años sin que me lo coman ahí abajo.

Ella obviamente se puso también manos a la obra. Empezó directamente chupándome el glande a la vez que me masajeaba los huevos con sos pequeños dedos. Si antes su boca ya se sentía increíble, ahora conmigo comiéndole el coño era como estar en el cielo. Así estuvimos enganchados varios minutos. Algunas veces ella soltaba mi polla para centrarse en sus gemidos, y otras era yo el dejaba de lamer para disfrutar bien la brutal mamada que mi madre que me estaba haciendo. Pasado un buen rato yo ya no aguantaba más, por lo que decidí empezar a comerme su coño de una forma mucho más agresiva. Efectivamente su respuesta fue soltar completamente mi polla, apoyando sus manos en mis muslos y apretando bien todo su coño contra mi boca. Joder mi madre estaba follándome la cara. Incluso a veces restregaba su coño por toda mi boca abierta, haciendo movimientos propios de cabalgar.

-Dios cariño... No me puedo creer que vaya a correrme otra vez...

-Mmmm -yo apenas podía hablar con su culo en mi cara.

-Mmmm... ¿Te gusta cómo tu madre te fo... -se notaba que la palabra ''follar'' todavía le imponía respeto-

-Agghhh

-Me corro otra vez cariño... Abre tu boquita para tragarte toda la corrida de mami... Ahh... ¡Aahhh!

-Mmmm, si mami preciosa...

-Ufff que rico... ¡Que rico! ¡Me voy, me voyy, me voyyy! ¡aahhh!

De nuevo exactamente igual que antes mi madre explotó en una marea que corrida interminable, de la cual yo saboreé hasta la última gota. Tras esto mi madre restregó durante unos segundos su encharcada entrepierna por mi empapada cara, para después caer rendida encima mío, con su cabeza a pocos centímetros de mi polla. Comenzó de nuevo a chupármela, esta vez centrándose únicamente en mi placer.

-Cariño estos días me has dado los mejores orgasmos de mi vida, ya va siendo hora de que mami te recompense... -comenzó a tragar cómo si no hubiera un mañana, podía notar cómo sus labios casi rozaban mis huevos-.

-Joder mamá, cómo sigas así no voy a aguantar mucho más -yo llevaba con unas ganas de correrme tremendas ya un buen rato, por lo que en apenas un minuto ya estaba a punto-

-Mmm... ahggg... -cada vez que se la sacaba de la boca dejaba un rastro de saliva el cual usaba para pajearme, para después volver a metérsela hasta el fondo haciendo ruidos prácticamente de arcada- Mmmm... ¿Vas a correrte para mí amor?

-Sí... sí... no aguanto masss...

-Mmmm pues ven aquí cariño...

En ese momento ella se sacó toda mi polla de la garganta para echarse al lado mío, abriendo bien la boca y agarrándose las tetas.

-Vamos amor mío, mete tu rica polla en la boquita y lléname de lechita rica...

-Dios mamá, menuda cerda estás hecha...

-Anda no tardes más y ven aquí guarrete...

No tardé ni un segundo en arrodillarme y ponerme a la altura de su boca. Cogí mi verga con la mano y empecé a pasársela por sus labios, para después meter la punta y ensartarle la boca. Era como estar follando, dios, le estaba follado la boca a mi madre. Ella mientras gemía y se acariciaba las tetas, a veces incluso se masturbaba suavemente.

-Joder mamá me voy a correr, estoy a punto... Agghhh

-Mmmm -esta vez era ella la que no podía decir palabra-

-¿Te gusta cómo tu hijo te folla la boca verdad perra? Ufff

-Uhumm -ella asentía

-Y quieres que te llene esta boquita tragona, ¿a que sí?

-Uhummm

-Vamos dímelo.

-Aghhhh -se sacaba la polla de la boca- Quiero que me llenes mi boquita de cerda amor mío...

-¿Y te vas a tragar la lefa de tu hijo?

-Siii... Me voy a tragar toda la corrida de mi hijito... Mmmm... -decía metiéndosela de nuevo hasta la campanilla.

-Dios me corro... ¡Me corroo! ¡Trágate toda mi leche mamiii! ¡aagghhh!

-mmmm

Empecé a eyacular como nunca en mi vida, directamente en la garganta de mi madre. Sus intentos por tragarse mi lefa eran inútiles, ya que con mi polla aún en su boca, toda se desbordaba, cayendo en su cara y en sus tetas. Estuvo unos minutos con mi verga bien metida, lamiéndomela y limpiándomela bien de arriba a abajo, mientras con sus manos se esparcía mi semen derramado por sus gordas tetas. Fue un buen rato el que estuvo saboreando cada gota derramada, se notaba que a mi madre le encantaba tragarse una buena corrida.

-Madre mía hijo, que corrida más rica le has dado a tu madre -decía ella chupándose los dedos-.

-Ya veo que te ha gustado ya, no dejas una gota jajaja.

-Mmmm es que no sabes el tiempo que hacía que no me tragaba una polla tan rica, y no hay cosa que más le guste a tu madre que le den lechita caliente... -decía ella dándome un guarro morreo.

-Pues mamá conmigo aquí vas a tener lechita todos los días... -de nuevo justábamos nuestras lenguas bien llenas de fluidos.

-Y no es sólo la leche cariño. Esa cerdada tan rica que me has hecho con la boca ahí abajo... dios...

-Pues voy a comerte el coño cada vez que me digas a partir de ahora. Estas vacaciones voy a darte todos los orgasmos que una madura calentorra como tú se merece...

-Ufff... qué peligroso suena eso... estamos hechos unos guarros hijo...

-Y tanto mami...

Tras esto pasamos casi una hora besándonos sin parar, morreándonos de una forma muy guarra, restregando nuestros cuerpos entre corridas y fluidos, para finalmente caer dormidos abrazados el uno al otro como dos amantes.
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Era la mañana siguiente y yo comenzaba a despertarme. A un lado pude ver a mi madre totalmente desnuda y abrazada a mí. Miré el reloj y me di cuenta de que era muy pronto todavía, apenas daban las 7 am, por lo que decidí ir al baño para luego volver a dormir un rato más. Y así lo hice, fui al baño y volví a la cama, pero cuando quise darme cuenta ya estaba empalmado. Si de normal todos nos solemos empalmar de buena mañana, la vista de mi madre desnuda con sus pechos al aire no ayudaba precisamente.

En ese momento pensé en despertarla para así divertirnos un poco nuevamente, pero decidí no hacer nada y seguir durmiendo, ya que no sabía cómo se lo iba a tomar. Y así hice, rápidamente me dormí y por suerte enganché de nuevo un sueño que había tenido durante toda la noche. El sueño era obvio, mi madre y yo follando sin parar. Ya había tenido sueños de este estilo claro, pero la noche anterior me había dado experiencia suficiente para sentir esos sueños aún más realistas y placenteros. Recuerdo que en un momento estaba soñando cómo mi madre me comía la polla, una de esas mamadas a garganta profunda bien cariñosas que sólo ella sabía hacer, porque si algo había aprendido aquella noche, era lo bien que se le daba y lo mucho que le gustaba a mi madre tragar verga.

No tengo ni idea de cuánto tiempo estuve soñando, pero en cierto momento me desperté, y ahí vino mi sorpresa. Miré hacia abajo para comprobar si me había corrido pero no, no me había corrido, sino que tenía a mi madre haciéndome una buena mamada de buenos días. Dios que sensación despertarte de esa manera. Al darse cuenta de que yo me había despertado y de que la estaba mirando, ella me regaló una sensual sonrisa, para después seguir chupando.

-Agghh, menudo desayuno de buenos días que me has preparado mami...

-Mmm, desayuno el mío querrás decir... -decía mientras se volvía a meter mi polla en la boca-

-Vaya... pensaba que estarías menos lanzada...

-Y yo también cariño, pero me he despertado y he visto esto tan rico aquí llamándome y no me he podido resistir.

-Pues disfrútala, cómo te dije a ayer a partir de ahora es tooda tuya -dije yo mientras le comenzaba a follar lentamente la boca-.

Yo estaba que no me lo creía, hacía apenas una hora tenía dudas de si estaría arrepentida de lo sucedido o no, y ahora me levanto con ella entre mis piernas totalmente entregada dándome los buenos días. Estuvimos así unos cuantos minutos, hasta que ya no pude más.

-Mamá aagghh... Dios me voy a correr no puedo más...

-¿Quieres correrte cielo?

-Sí mami, quiero correrme...

-¿Tienes muchas ganitas?

-Joder... Sii... Aaagghh...

-Mmmm... -en ese momento miró su reloj- ¡Uy pero mira qué tarde es! Vamos a tener que dejar esto para otro momento cielo, que hay que preparar el desayuno.

-¿Qué? Espera espera estoy a punto -yo no entendía nada-.

-Tranquilo cariño lo dejamos para más tarde, ¿no te importa verdad? -decía ella con una cara desafiante y juguetona, claramente quería jugar un poco conmigo-

-¿En serio me vas a hacer esto? Joder mira cómo estoy.

-Venga no seas tonto que no será para tanto jeje. Ale voy a ducharme, nos vemos abajo -decía mientras me daba un piquito y se reía-.

¡Mi madre estaba jugando conmigo! Me había despertado con una de las mejores mamadas del mundo para después dejarme a medias. Esto no podía quedar así, si quería guerra, tendría guerra. Decidí no acabarme la paja para así guardar reservas, me duché y bajé a la cocina para desayunar. Ahí encontré a mi madre haciendo unas tostadas para los dos. Llevaba bikini nuevo el cual nunca le había visto, súper sexy, con un tanga que dejaba casi todo su culo al aire y una parte de arriba con forma de triángulos la cual apenas le conseguía sujetar las tetas.

-¡Hola cariño! Ven siéntate que estoy preparando el desayuno.

-¿Qué hay para desayunar mamá?

-Pues estoy haciendo unas tostadas con tomate.

-Mmm qué pena, a mí me apetecía más otra cosa -mi voz comenzaba a sonar juguetona-.

-Vaya hombre. Bueno ¿pues no querrás que las tire no? Jajaja.

-No tranquila, me las comeré luego, ahora quiero comerte a ti.

-Iván cielo debemos echar un poco el fren...

No le dio tiempo a acabar la frase cuando me acerqué por su espalda para darle la vuelta y plantarle un buen morreo. Sabía que a mi madre le gustaban los besos tanto o más que a mí, por lo que eso la calentaría bastante. Estuvimos besándonos un par de minutos, parando sólo para mirarlos a los ojos, coger aire y seguir juntando nuestras húmedas bocas. Rato después la agarré del culo para subirla a la encimera de la cocina, para seguido abrirle bien las piernas y comenzar a masturbarla por debajo del tanga, todo esto claro mientras seguíamos dándole a la lengua.

Comencé a notar la entrepierna de mi madre más que encharcada, por lo que decidí pasar al plato fuerte. Fui bajando mientras le besaba cada rincón de su cuerpo, el cuello, las tetas, el ombligo, todo eso para llegar a ese rico manjar. Le aparté el tanga con una mano sin llegar a quitárselo, para poner degustar ese rico coño. Estaba tal cual la noche anterior, rojito, hinchado y bien jugoso, por lo que no esperé ni dos segundos y comencé a comérmelo con ansia.

-Mmmm... dios cariño, sí que te gusta comerle el coño a mami eh...

-Y a ti que te lo coma, ¿a que sí?

-Aggghhh, cómo no me va a gustar que me hagan una cerdada tan rica cómo esta... Pues claro que me gusta. ¡Me encanta! Mmm...

-Pues yo sé de algo que te gusta aún más -a la vez que le lamía el clítoris, le metí un par de dedos, ya que sabía que eso la volvía loca-

-JOD... ER... Dios nene tu sí que sabes lo que le gusta a mamá... Sí así así, méteme bien esos deditos -decía mientras se masajeaba las tetas, pellizcándose los pezones muy suavemente-.

-Mmmm...

-Ufff... Sí... Hazme acabar amor... Haz que mami se corra...

-Mmm... ¿te vas a correr para mí?

-Aggghhh... Sí cariño... Me corro, me corroo...

En ese momento me separé y me senté tranquilamente a desayunar con una sonrisa de oreja a oreja, dejándola así al borde del orgasmo, tal y cómo ella había hecho conmigo.

-¿Estás de coña? ¿En serio me vas a dejar así?

-Bueno es que vi que era tarde, y me apetecía desayunar -dije bien sonriente-.

-Menudo cabrón estás hecho jajaja -decía mientras se bajaba de la encimera-. Bueno pues ahora que me has dejado así tendré que acabar por mi misma.

-Me parece muy buena idea mamá, pero no tardes mucho en el baño que luego tengo que entrar yo.

-No tranquilo, es que hoy me apetece variar un poco -decía mientras cogía una silla y se sentaba justo a mi lado, apuntando hacia mí-.

En ese momento se quitó el bikini por completo y se sentó recostada y con las piernas apoyadas en la mesa donde yo desayunaba tranquilamente. Acto seguido comenzó a masturbarse sin cortarse un pelo, gimiendo cómo si la estuvieran follando y gritando sin vergüenza alguna. Yo estaba alucinado, mi madre había pasado de ser una mujer cortada y reservada a masturbarse sin pudor alguno en la cara de su hijo con total normalidad. Aquella escena la verdad es que me puso a cien. En algún momento pensé incluso en abalanzarme sobre ella para ser yo mismo el que le provocara el inminente orgasmo, pero sabía perfectamente que eso era lo que ella quería, por lo que reprimí mis instintos. Y no sólo eso, sino que respondí, ya que decidí hacer lo mismo que ella. Y así fue, me bajé el calzoncillo, acomodé mi silla y comencé a hacerme una lenta y lubricada paja manteniendo en todo momento el contacto visual.

Obviamente quería tentarme con sus armas, pero yo sabía perfectamente que en este punto ella se moría por mí tanto como yo por ella, y sus miradas no mentían. Comenzó a intercalar miradas entre mis ojos y mi polla mientras se mordía el labio, señal de que tenía unas ganas tremendas de saltar a mamarla. Y así estuvimos un buen rato, con cada uno de nosotros deseoso de comerse al otro, pero conteniéndonos para no perder aquel pervertido juego que habíamos comenzado.

No pasó mucho tiempo y mi madre comenzó a gemir y gritar de una manera mucho más notable, retorciéndose en leves espasmos mientras se palmeaba el coño con toda su corrida chorreándole. Esto hizo que instantáneamente yo me eyaculara sin previo aviso, con unos cinco chorros saliendo directamente hacia mi madre, chorros los cuales ella recogía con los dedos para después llevarse a la boca.

-Mmmm... Parece que hemos empatado, ¿no? Jajaja -decía ella mientras se relamía los dedos-.

-Jajaja pues eso creo mamá. Eso sí, he estado a punto de lanzarme a comerte enterita más de una vez, no sabes lo que me ha costado contenerme.

-Dios hijo la verdad es que yo también he tenido que hacer un esfuerzo. Sé que esto que estamos haciendo está fatal, y que deberíamos parar, pero no sé por qué ando cachonda perdida todo el día -se notaba que mi madre estaba desatando toda la sexualidad reprimida de años y años-.

-Bueno mamá ya sabes que esto queda entre nosotros, simplemente nos estamos divirtiendo no tengas remordimiento.

-Ese es el problema hijo, demasiada diversión es peligrosa -mi madre claramente tenía el miedo de que acabáramos follando, lo cual a este paso era cuestión de tiempo-.

-Bueno de momento con este juego me he divertido mucho mamá, supongo que estamos en paz, ¿no? Jajajaja.

Eso creo sí jajaja. En ese caso hagamos una tregua -dijo mientras me tendía la mano con la que se había masturbado, la cual estaba llena de su corrida-

-¡Tregua pues! -le dije yo dándole un apretón con mi mano llena semen mientras ambos reíamos-

La mañana pasó y llego la tarde sin ningún acontecimiento a destacar salvo algún beso cuando nos cruzábamos o algún chiste algo subido de todo, lo cual a estas alturas ya era algo prácticamente cotidiano de la convivencia. A eso de las 5 de la tarde nos pusimos a tomar el sol, yo en un bañador normal y corriente y ella con el mismo bikini que llevaba por la mañana, el cual hacía que sus tetas se vieran de lo más jugosas y apetecibles, más que de costumbre quiero decir. Junto a la piscina teníamos varias tumbonas y hamacas, por lo que los dos estábamos acostados simplemente disfrutando del sol y de la calma de la montaña.

-Oye Iván cielo, ¿te importaría echarme algo de aceite bronceador por la espalda?

-No claro mamá, ¿dónde está?

-Creo que lo metí en mi maleta de mano, está en el baño de abajo.

-Vale voy a ver.

Y así hice, fui al baño y ahí estaba la maleta. Me puse a rebuscar entre una gran cantidad de cremas que mi madre había traído cuando por fin encontré el aceite. Lo curioso fue darme cuenta que en el bote no ponía aceite bronceador, sino que ponía aceite lubricante. Mi madre nunca ha visto bien de cerca, por lo que pensé que seguramente se habría equivocado al comprarlo, ya que no era la primera vez que le pasaba algo así. Igualmente me puse a mirar toda la maleta para estar seguro de que no había realmente un bronceador, y sorprendentemente sí que lo había. Pero la verdadera sorpresa no fue esa, sino encontrarme en un doble fondo de la maleta nada más y nada menos que, ¡un dildo! Era un clásico pene de goma, sin vibración ni nada, con ventosa en los huevos y un montón de venas. Tenía un diámetro parecido al mío pero mucho más largo obviamente, sin duda un señor consolador. Ahora todo tenía sentido, ese lubricante no había sido comprado por error. De nuevo descubría una faceta de mi madre cada vez más atrevida, no paraba de sorprenderme. Así que nuevamente la oportunidad de jugar un poco con mi madre se presentaba ante mis ojos, por lo que decidí guardarme el dildo como bien pude en el bañador, coger sólo el aceite lubricante y volver a la piscina.

-Ay hijo mucho has tardado, ¿lo has encontrado?

-No mamá, sólo he encontrado este -le dije enseñándole en bote de lubricante-.

-Ah no, ese... Verás... -de nuevo mi madre se ponía roja de vergüenza-

-Este pone que es lubricante, seguramente irías a comprar sin gafas y como viste que ponía algo de aceite te confundiste, ¿verdad? -yo sabía perfectamente que no se trataba de un error, pero quería hacer que se confiara-.

-Emm, sí claro recuerdo que fui sin gafas, seguro que ni me fijé al meterlo en la maleta. Si es que tu madre ya está mayor hijo jajaja -se notaba como se quería hacer la loca-.

-Bueno pues ya que lo tenemos aquí podíamos darle un buen uso.

-Hay que ver hijo, parece que estás todo el día pensando en guarradas jajaja.

-No no mamá, yo sólo me refería a darte un masaje. ¿No serás tú la que está todo el día pensando en guarradas? Jajajaja.

-¿¿Yo?? Anda que menudas cosas tienes nene. Tu madre ya es una mujer adulta, no anda pensando en esas cosas de jóvenes jajajaja.

-Ya claro... Jajaja. ¿Bueno pues entonces qué te parece? Cómo ves que tu hijo te haga un buen masaje de espalda.

-Bueno pues la verdad es que no me vendría mal, así me relajo un poquito.

-Pues no se diga más, te voy a tratar como si estuvieras en un spa con todo incluido.

-Uy qué bien suena eso -decía ella mientras se daba la vuelta quedando boca abajo-. En ese caso adelante caballero, haga su trabajo.

-Con mucho gusta señorita.

Una vez con ella boca abajo me saqué el dildo del bañador para esconderlo debajo de la tumbona y así estar más cómodo. Comencé echando una buena cantidad de lubricante por todo la espalda, y le pregunté si le importaba quitarse la parte de arriba del bikini para hacerlo más cómodo, a lo que ella respondió quitándoselo con total normalidad sin decir apenas ni una palabra. La verdad es que era flipante como en apenas tres días el pedirle a mi madre que se quedara en tetas se había convertido en lo más normal del mundo. Tras esto comencé a darle un masaje normal y corriente, repasando toda su espalda, como haría un auténtico profesional.

Después de un rato eso sí comencé a repasar muy tímidamente el costado rozando el borde de sus pechos, ya que estando boca abajo las tremendas tetas de mi madre quedaban aplastadas y sobresalían por los lados. Tras unos quince minutos de masaje, decidí pasar a la parte inferior, echando bien de lubricante por las piernas. Comencé de nuevo un clásico masaje primero por las piernas y después centrándome en su gordo culo, el cual quedaba prácticamente al descubierto ya que el tanga que llevaba se le metía por la raja. Ella no decía nada, simplemente soltaba alguna leve risilla al echarle el lubricante, ya que este estaba bastante frio. Después de varios minutos recorriendo todo su cuerpo, decidí dar el siguiente paso.

-Oye mamá, ¿qué te pare que ahora pasemos a la parte de delante?

-Dios hijo, me estás dejando relajada a más no poder, así que no te voy a decir que no -decía mientras se daba la vuelta-.

Al quedar boca arriba pude ver cómo sus tetas se desparramaba por ambos lados de su pecho, aunque he de reconocer que me parecieron sorprendentemente firmes para estar en esa posición. De esta manera le eché de nuevo bastante lubricante por la parte alta del pecho, centrándome primero en la zona de las clavículas y el cuello para así hacerlo menos violento. Después de un rato decidí pasar a lo fuerte. Eché algo más de lubricante esta vez directamente es las tetas, y comencé un suave y sensual masaje, amasando bien ese pechamen. Joder, era un auténtico espectáculo, ver las venosas tetazas de mi madre lubricadas a más no poder, bien húmedas y brillantes, mientras a ratos apretaba muy delicadamente esos gordos y morenos pezones. Todo esto hacía que mi madre de vez en cuando soltara leves gemidos de aprobación. No se cuanto tiempo estuve amasando ese rico par de melones, los cuales casi no conseguía ni abarcar, pero sí sé que tuve que volver a echar aceite más de una vez, por lo que podéis hacelos una idea. Tras un buen rato decidí repetir lo que había hecho con ella boca abajo, pasar a las piernas. Y así lo hice, de nuevo comencé por la parte baja, para después ir subiendo por los muslos y finalmente llegar a su entrepierna.

-¿Te importa quitarte en tanga mami?

-Jajaja, hay que ver cómo aprovechas para verle el conejo a tu madre eh hijo. ¿Es que también me vas a masajear ahí? -decía ella con voz de nenita-

-Qué pasa, ¿nunca has oído hablar de los masajes con final feliz?

-Bueno sí claro, pero nunca me pensé que fuera mi propio hijo el que me haría uno...

-Y eso precisamente es lo que más cachonda te pone, ¿me equivoco?

-Serás cabrón... -decía sonriente-

Tras esto se quitó el tanga, quedando completamente desnuda y a mi disposición, con todo su cuerpo bien lubricado y caliente. Le eché algo más de aceite por toda la zona de la vulva, el cual resbalaba e iba cayendo entre los labios, llegando hasta el culo. Comencé a masajear su entrepierna, pasando la palma de la mano por todo su coño, sin dejar una sola zona sin lubricar. De todas maneras pude notar que tenía la zona ya bastante húmeda, sin duda mi madre tenía una gran facilidad para ponerse cachonda como una moto y quedar bien mojada de forma natural. Continué con los movimientos, esta vez masturbándola de una forma muy suave y cariñosa centrándome sobre todo en el clítoris. Ella por su parte comenzó a acariciarse las tetas, centrándose sobre todo en los pezones y soltando leves gemidos los cuales iban subiendo de volumen a medida que yo aceleraba mis movimientos. La cosa se empezaba a poner seria, y había que jugar.

-Mami, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Mmmm... Claro que... Ahhh... Claro que sí amor... -ella estaba con los ojos cerrados y apenas podía decir una frase de lo concentrada que estaba en su ''masaje''-.

-Te gusta que te haga, ¿esto?

En ese momento le metí un par de dedos mientras con el pulgar le seguía frotando el clítoris. A estas alturas esa combinación ya se había convertido en un clásico, y sabía que a mi madre le hacía gozar como nada en este mundo.

-¡Ahhhggg! Ufff... Ya sabes que tus dedos me vuelven loca hijo... -decía moviendo la cadera para sentirlos bien adentro-

-¿Y no te gustaría más sentir algo que no fueran los dedos? Algo como una polla...

-Dios hijo bien sabes que sí... Mmmm... Pero eso sí que es una linea que no podemos cruzar...

-Tranquila no me refiero a la mía, me refiero a... -en ese momento saqué el dildo de debajo de la tumbona-.

-¿De dónde has...? -dijo ella incorporándose exaltada-. Joder pensaba que lo había escondid...

-Shhhh... -dije sin dejarla terminar-.

Paré la explicación poniéndole la mano en la boca y recostándola de nuevo, mientras con la otra mano comencé a acercarle muy suavemente el gordo pene de goma hacia su encharcado coño. Su mirada era todo un poema, sus ojos desprendían cierto temor por lo que se venía, pero también un gran morbo y vicio. Empecé a pasárselo por la raja de arriba a abajo, muy lentamente para que esta se fuera abriendo. Sus ojos empezaron a ponerse prácticamente en blanco y su respiración comenzó a acelerarse. Después de unas cuantas pasadas introduje la punta con mucha delicadeza, y poco a poco fui metiendo cada centímetro hasta dilatar y lubricar bien el interior de su coño, dejando así el dildo casi metido del todo. Mi madre ya empezaba a retorcerse del gusto, y comenzaba a gemir tímidamente. Tras esto yo empecé a sacar lentamente el pene hasta dejarlo prácticamente fuera, para seguidamente meterlo de golpe sin avisar.

Esto hizo que mi madre soltara un grito de placer el cual se debió oír desde todos lados. De este manera comencé a follar a mi madre a un buen ritmo con ese pene de plástico, no muy rápido pero si de una manera constante. Ella comenzó a gemir ya sin cortarse, mientras se intentaba pellizcar los pezones agarrándose las tetas, las cuales estaban totalmente descontroladas rebotando en todas las direcciones. Los sonidos que se podían oír en ese momento eran como música para mis oídos, mi madre con la boca tapada gimiendo y gritando tanto como podía mientras sus tetas botaban chocando contra su cuerpo y su encharcado coño sonaba bien húmedo y jugoso con cada embestida que recibía. Yo por mi parte, que estaba arrodillado a un lado cerca de su cara, no pude más y decidí bajarme el bañador, quitándole la mano de la boca a mi madre y dejando mi polla a punto de reventar a su disposición. Ella no dudó ni un segundo en llevársela a la boca y empezar a mamar con más ganas que nunca, mientras con la otra mano seguía amasándose las tetas.

-Mmmm... ¿Has visto? Dos pollas para ti solita.

-Gghhhh -se sacaba mi pene de la boca-. Dios cielo que polla más rica tienes... Me encanta cómo me foll...

-Mmm... Vamos mamá dilo, ¿te gusta cómo te folla tu hijito?

-Mmmm... Sí... Me encanta cómo me estás... follando... Ufff sigue por dios, no parees... ¡Aaahhh! -aunque fuera sólo con un pene de goma se notaba que se había quitado un peso de encima diciéndolo, y que eso hacía que gozara más que nunca-.

Yo me abalanzaba por momentos a comerle los pechos, mordiendo suavemente sus duros y grandes pezones, dejándole varios chupetones por todo el tetamen y haciendo que ella gritara como una perra retorciéndose de placer. Había visto a mi madre gozando estos días, pero nada parecido a esto, sus gemidos eran incontrolables y parecía estar totalmente entregada a nuestro placer incestuoso.

-Mmmm así... Chupa bien de mi verga mientras yo me como estas tetitas tan ricas... Ufff sí... Hasta el fondo... -decía yo mientras le follaba la boca-

-Agghhhhh... Mmmmm.... -de vez en cuando se la sacaba de la boca para tomar aire mientras me seguía haciendo una paja bien salivada-. Sí cariño así, sigue... ¡Sigue! Fóllame bien el coño... Aaaghhhh joder me estás partiendo en dos cabronazo... Ufff que gusto... ¡Que gusto por dios!

-¿Vas a correrte mami? ¿Vas a correrte mientras tu hijo te mete una polla en el coño?

-Joder sí cariño... Dios que placer... No pares... ¡No pares por favoor!

-¿Te justa cómo te jodo tu chochito verdad? Aahhh...

-Mmmm sii... Me gusta... Párteme el conejito cielo... ¡Mierda pártele el conejito a mamá!

-Mmmm... ¿Y quieres que siga follándote ese coñito tan rico mientras mamas la polla de tu hijito?

-Uffff siii... No pares por dios... me encanta joder estoy a punto...

-Mmmm yo también amor... -era la primera vez que utilizaba una palabra de ese tipo con mi madre, pero en ese momento me salió del alma-. Aagghhh dios no voy a aguantar mucho más...

-Dios sii fóllame rico bebé... Mmmm fóllame cómo la cerdita que soy y luego córrete en mi boca… ¡Ahhhh! -todo su cuerpo botaba sin control alguno mientras disfrutaba tragando polla y recibiendo una buena cogida.

-¿Quieres que me corra en tu boca? Ufff joder... ¿Quieres que tu hijo te llene esa boquita tragona que tienes?

-Siiii... Soy tu puta amor mío... Mmmm fóllame y luego dame lechita rica cielo... ¡Agghhhh joderrr!

-Agghh joder estoy a punto... Mmmm chupa... ¡Chupa y trágate mi lefada cariño!

-Mmmm... Dios hijo que cerdada más rica estamos haciendo... mierda me corro amor mío... ¡Dios sí haz que mami se corra cielito!

-Yo tambíen mamá... Aggghhh joder me corro... ¡Me corro, me corroo! ¡Toma mi lechita perraa!

-Ufff que rico hijo... Aghhh que me voy mi amor... Me voy... ¡Me voy, me voy, ME VOOYY!

Yo comencé a soltar chorros y chorros de semen de una manera descontrolada. Los primeros cayeron sobre la cara y las tetas de mi madre, pero ella rápidamente agarró mi polla para meterse el glande en la boca y tragarse el resto de la corrida, la cual desbordaba por sus labios cayendo por toda su cara. Ella por su parte explotó soltando hasta 6 chorrazos de squirt, lo que hizo que el dildo saliera prácticamente disparado como un cohete. Joder era un espectáculo, yo no pude resistirme y en cuanto vi el primer chorro me abalancé a comerme toda su corrida, tragándome todos los fluidos que pude, escupiendo y lamiendo de arriba a abajo todo su gordo coño, el cual estaba dilatado, rojo e hinchado a más no poder.

Después de un buen rato tragándonos la corrida el uno del otro, la agarré por su húmedo culo para sentarla sobre mis piernas, poniendo eso sí una toalla entre nuestros genitales para que no se tocaran, ya que no sabía si eso le molestaría. Ella comenzó a esparcirse sus fluidos y a escupir restos de semen en sus tetas, tetas las cuales yo me comí con mucha calma mientras ella se frotaba la vagina muy suavemente. Más tarde empezamos a morrearnos como a nosotros nos gusta, chupándonos bien las lenguas y con la saliva cayendo sobre nuestros pechos. Ahí estuvimos más de una hora, frotando nuestros sucios cuerpos, los cuales estaban manchados con una mezcla de sudor, lubricante, saliva, y corridas, con ella sentada encima mío bien abierta de piernas, comiéndonos la boca como dos adolescentes en celo. Sin duda los encuentros con mi madre estaban pillando un ritmo increíble, y la el día todavía no había concluido.
 

heranlu

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Llegaba la noche y la verdad es que el día no podía haber ido mejor. Después de nuestra sesión de masajes ambos decidimos ducharnos para dejar nuestros cuerpos bien limpios y ponernos a hacer la cena. La verdad es que no nos complicamos, hicimos una buena ensalada para ambos y comimos muy cómodamente, charlando de la vida como lo harían una madre y un hijo, cosa curiosa teniendo en cuenta que hacía apenas un par de horas estábamos corriéndonos juntos cual amantes. Una vez cenados decidimos coger unas cervezas y salir a la terraza, ya que la noche estaba muy bonita. Ella llevaba un pijama algo más normal, de encaje pero con un poco más de tela. Incluso me pude fijar que llevaba sujetador, ya que la noche estaba algo fría. Yo por mi parte iba más sencillo, un típico short con una camiseta y una sudadera.

-Oye mamá, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Claro cielo, dime.

-¿En casa habías usado el dildo ese? Ese u otro vaya. Que si habías probado antes juguetes de ese estilo.

-Que va que va, para nada, este es el primero que pruebo. De hecho me lo compré justo el día antes de venir aquí.

-¿Y cómo te dio por eso?

-Si te soy sincera estaba bastante cabreada con tu padre, y la verdad es que llevamos un tiempo en el que no tenemos mucha vida sexual que digamos. Así que pasé por una tienda y me apeteció darme un capricho.

-Di que sí. Además es bueno que uno experimente consigo mismo, de hecho deberías probar algún otro juguete, que hay un montón de variedad.

-Hombre con lo que he vivido hoy ya te digo yo que alguno más probaré jajaja.

-Me alegro que hayas disfrutado.

-¿Disfrutado? Dios cariño perdóname que hable tan bruscamente, pero no me había corrido tan a gusto en años -se notaba que mi madre era muy suelta cuando ya estaba en faena, pero en frío era una mujer pudorosa-.

-Jajaja pues me alegro mami. La verdad es que estos días me lo estoy pasando muy bien.

-Yo también cariño. Hacía años que no disfrutaba tanto. Además pensarás que es una tontería, pero cuanto más rienda suelta doy más caliente ando, que vergüenza no sé cómo explicarlo...

-Sé lo que dices sí jajaja.

-Mira cielo, lo que quiero dejar claro es que tenemos que cortarnos un poco. Quiero decir, parece que hemos normalizado esto, cuando nunca se debería normalizar algo así entre madre e hijo.

-Pero mamá, yo no quiero cortar esto que tenemos.

-Hijo sé que a tu edad todo lo relacionado con el sexo es lo que más interesa, y a todos nos gusta, pero tenemos que pensar un poco en nosotros.

-Y en nosotros estoy pensando mamá. Yo no quiero hacer cosas contigo por mi propio disfrute, yo quiero verte feliz y satisfecha. Puede que pienses que hoy por la tarde estabas desatada y que lo que has hecho está mal, pero hoy yo sólo he visto a una mujer disfrutando como se merece. ¿Está eso mal? ¿Por qué un hijo puede darle un masaje a su madre, o cuidarla, o hacerle la comida, pero no puede regalarle orgasmos?

-Hijo no sabes cuanto te agradezco lo bueno que eres conmigo, pero sabes que no está bien -decía mientras me abrazaba y me daba un beso en la mejilla-. A estas alturas sé que no podemos deshacer lo que hemos hecho durante estos días, y que sepas que me has dado mayor placer del que me haya dado nunca nadie, pero lo que me da miedo es hasta donde podemos llegar.

-Te refieres a follar, ¿verdad?

-Dios sólo la palabra ya me impone respeto.

-Entiendo lo que dices mamá pero, si lo hiciéramos ¿qué pasaría?

-¿Cómo que qué pasaría? ¿Crees que podríamos seguir manteniendo nuestra relación madre e hijo después de tener sexo?

-Mamá pero, ¿qué te crees que hemos hecho hasta ahora?

-Bueno no hemos tenido sexo.

-Hombre yo creo que si jajaja -yo intentaba quitarle hierro al asunto para que ella se relajara-. Esa visión de que el sexo es sólo penetración es muy antigua mamá. Por esa regla entonces las chicas lesbianas no tendrían sexo nunca.

-Bueno... visto así sí claro...

-Pues eso mamá tu no le des vueltas a la cabeza. Estos días son para divertirnos, no para pensar de más. Disfrutemos todo lo que podamos, no hagamos nada que no queramos hacer y simplemente descansemos.

-Ay hijo no sé cómo puedes tomártelo tan a la ligera. Seré yo que me como la cabeza de más jajaja.

-Jajaja yo lo veo así no sé. Mira mamá lo que creo que tienes que hacer es relajarte y probar cosas nuevas.

-No si al final vas a tener razón hijo. La verdad es que estos años me he centrado más en la familia y en hacer feliz a todo el mundo que en explorarme más a mí misma. Supongo que también por eso ahora me está viniendo todo de golpe.

-Pues no te preocupes, cualquier cosa que necesites o que quieras probar aquí estoy.

-Ya ya, tú lo que quieres es enseñarme guarradas eh, como esa de comerme... Bueno ya sabes... Ahí abajo...

-Jajajaja no noo, yo me refiero a cosas de todo tipo. Pero eso precisamente fue un buen descubrimiento, ¿verdad? Jajaja.

-Ay hijo... De verdad que así en frío me da cosa hablar de estos temas pero... dios que gusto que da -decía ella entre risas y empujándome divertida-. Sólo hay que ver los chorros esos que suelto, te juro que nunca me había pasado. Bueno bueno voy a dejar de pensar en eso que me pongo tonta jajaja.

-Jajajaja tú habla de lo que quieras no te preocupes -decía yo tocándole suavemente el muslo-. ¿Oye y cómo es que nunca te lo habían hecho?

-Bueno antes eran otros tiempos, la gente de mi edad siempre ha sido más conservadora en el sexo. Además antes de tu padre yo tampoco es que hubiera estado con muchos otros hombres, y supongo que tu padre no es el más fogoso precisamente jajaja.

-Ya me imagino ya jajaja -ella ya estaba empezando a estar más tranquila, por lo que había que entrar un poco en acción-. Oye mamá y dime, ¿te gustó el masaje de hoy?

-¿Es una pregunta trampa o algo del estilo? Porque por cómo acabamos te puedes imaginar la respuesta jajaja.

-Ya bueno jajaja. Pero me refiero al masaje en sí, es que nunca había hecho uno en así en serio.

-Hijo pues si te soy sincera me encantó, con decirte que casi me quedo dormida y todo jajaja. Varios de esos necesitaría yo para desestresarme -en ese momento no sabía si iba con segundas o si realmente solo se refería al masaje-.

-¿Lo hice bien en serio?

-Y tanto cariño, me dejaste la espalda como nueva.

-Pues no se hable más, antes de dormir te daré otro.

-Bueno bueno hijo yo por mi encantada. Pero no será para luego querer hacer esas cosas que te gustan eh, que te veo venir jajaja -decía divertida-.

-Anda como si fuera el único aquí al que le gusta hacer "esas cosas" jajaja.

-Jajajaja -reía ella sonrojada-. Noo pero en serio hijo, un masaje normal eh, recuerda que tenemos que relajarnos un poco.

-Lo que tú mandes mamá, seré lo más profesional que se puede ser y solo haré lo que usted, mi clienta, me pida -dije en tono de broma haciendo una leve reverencia-.

-Jajajaja. Pues agradezco su seriedad caballero -decía ella siguiendo el juego-.

-No se hable más entonces. Espera aquí mientras yo preparo todo y te llamo en cuanto esté listo.

-Perfecto hijo, aquí te espero.

Tras esto yo empecé a organizar todo. Busqué por la casa y encontré un pack de velas y otro de incienso. También cogí el lubricante y un par de toallas. Encendí varias velas por todo el cuarto de mi madre para crear ambiente, prendí también un par de varas de incienso para aromatizar y puse toallas sobre la cama para no mancharla de lubricante (con esperanza de que luego se manchara de otros fluidos). Tras esto puse en el iPad un pequeño hilo musical con una música muy relajada, algo subida de tono eso sí. Una vez con todo preparado fui a avisar a mi madre.

-Mamá ya esto todo listo para tu masaje.

-Perfecto hijo. ¿Cómo me pongo?

-No no aquí no, que es de noche y empieza a hacer fresco. Te he preparado todo en tu cuarto.

-Ya decía yo que mucho estabas tardando. A saber la que me habrás montado jajaja -decía divertida mientras se levantaba y subía las escaleras hacia la habitación-.

Estábamos justo a punto de entrar, pero yo había preparado algo especial para antes del masaje. Algo que seguramente relajaría aún más a mi madre y que incluso podía hacer que se empezara a calentar por su cuenta.

-Espera un momento mamá, porque este no va a ser un simple masaje, sino que será una experiencia de spa al completo, por favor te pido que me acompañes.

-Veras... Jajaja -ella me miraba esperándose cualquier cosa-.

La guíe hasta llegar al baño, donde había llenado la bañera hasta arriba prácticamente, llena de espuma de jabones aromatizantes que había encontrado. Todo esto acompañado de unas cuantas velas. Una vez dentro su cara era de asombro total. La verdad es que me gustaba verla así de feliz.

-Pues aquí tienes mamá, antes del masaje podrás disfrutar de un relajante baño.

-Ay hijo de verdad que eres el mejor del mundo -decía dándome un abrazo para después plantarme un seco beso en los labios-.

-Te lo mereces mamá -dije yo respondiéndole con un beso también corto pero esta vez con algo de lengua-. Mira aquí te dejo el albornoz para que te lo pongas cuando salgas, así luego no tienes que andar quitándote ropa.

-Perfecto hijo, pues no te preocupes que en unos minutos estoy lista.

-No tú tranquila, es tu momento del día así que disfrútalo todo lo que quieras. De hecho en el armario del lavabo te he dejado un amiguito por si quieres entretenerte un rato.

Obviamente me refería a su dildo, el cual dejé ahí por si quería ir entrando en caliente. A esto ella respondió con una expresión un poco pudorosa pero sonriente y, tras darme un último beso, cerró la puerta para tomar su relajante baño. Yo me quede un par de minutos al otro lado intentando escuchar si abría el armario para coger su juguete, pero solo conseguí oírla canturrear mientras se metía en el agua. La verdad es que nunca sabré si lo llego a usar o no.

Tras esto me fui a la habitación a esperar a que ella terminara. Yo no tenía prisa, pero sí que cada cierto tiempo fantaseaba con la idea de mi madre metida en la bañera, bien mojada y enjabonada, quizá incluso jugando con su dildo. Era una imagen que me ponía a más no poder, pero tenía que estar sereno para cuando ella llegara, tampoco era plan de que me pillara con la polla al aire. Tras unos treinta minutos aproximadamente oí como salía del baño y se acercaba, por lo que me levanté de la cama. Abrió la puerta y ahí estaba ella, con su media melena húmeda y algo ondulada secándose al aire y con su albornoz puesto, el cual por el escote dejaba intuir que efectivamente no llevaba nada debajo.

-¿Qué tal mamá? ¿Disfrutaste de tu baño?

-Uy hijo no sabes cuanto -decía ella feliz y totalmente relajada-. Hacía años que no me daba uno de esos. Por mi hubiera estado más tiempo vaya jajaja.

-¿Por qué no te quedaste más entonces? Ya te dije que podías estar todo el tiempo que quisieras.

-Bueno pero no quería tenerte aquí esperando cariño. Además también tengo ganas de un buen masaje de los tuyos.

Lo dijo sonriente pero sin ningún tonito insinuante, por lo que no sabía si iba con doble sentido o si realmente solo se refería al masaje en sí. Eso sí, la simple duda ya me pareció de lo más erótica y levantó aún más mi "ánimo"

-Bueno bueno muchas gracias mami. Me alegro que de verdad te gusten jajaja. En ese caso... -dije yo apartándome y señalando la cama para que se pusiera cómoda-.

-Con mucho gusto...

En ese momento se abrió el albornoz dejándolo caer, mostrando todo su cuerpo totalmente desnudo sin pudor alguno ante su hijo. Estos días había visto más a mi madre desnuda que en toda mi vida, pero la verdad es que me pareció una diosa. Sus tetas brillaban de lo húmedas y limpitas que estaban. Incluso se podían apreciar leves marcas de los chupetones que le había hecho esa misma tarde. El resto de su cuerpo obviamente también estaba radiante, especialmente su jugoso y resplandeciente culo, el cual me quedé mirando embobado de la que se tumbaba boca abajo. Supongo que os haréis una idea de lo que me apetecía tirarme a comérselo cual animal, y del esfuerzo que tuve que hacer para contenerme.

Una vez con ella tumbada comencé a masajear de la misma forma que lo había hecho por la tarde. Primero la espalda y el cuello, rozando por momentos los laterales de sus aplastados pechos. Más tarde pase a las piernas, subiendo hasta el culo y centrándome un buen rato en amasarlo, como a mi bien me gustaba. Esta vez eso sí intente evitar la zona de la entrepierna, ya que quería jugar un poco con ella y no lanzarme a lo evidente. Después de un buen rato le dije que se diera la vuelta y repetí el mismo proceso. Empecé por el cuello para más tarde centrarme en sus tetazas. La verdad es que siempre me quedaba embobado con ellas. Verlas bien relucientes por el lubricante, resbalándose entre mis manos, sintiendo como la respiración de mi madre se aceleraba muy levemente cuando pasaba por sus pezones. Simplemente increíble. Más tarde como era obvio bajé hasta las piernas, eso sí evitando de nuevo la entrepierna para que se siguiera calentando. Tras un buen rato de masaje decidí decirle lo inesperado.

-Bueno mami pues ya estaría. ¿Qué tal? ¿Te ha gustado?

-Emm... Bueno sí... O sea... Sí sí ha estado genial cariño... -decía ella totalmente desconcertada mientras se incorporaba en la cama-.

-¿Qué pasa mamá? ¿No te ha gustado algo? -Decía yo haciéndome el tonto mientras me acercaba disimuladamente hacia ella-.

-Sí sí hijo me ha encantado, sólo es que conociéndote pensaba que ibas a salir con ese rollo del final feliz jajaja -lo decía en tono de broma, pero en realidad se notaba que se moría de ganas-.

-Bueno eso era otro tipo de masaje mami. Pero dime, -decía yo mientras me iba acercando más y más a su boca- ¿te gustaría?

-Bueno... -ella comenzaba a sonreír- No te voy a negar que por ahí abajo está algo húmeda la cosa...

-¿Ah sí? ¿Estás muy mojadita?

-Bueno un poquito sí... -decía sacando su lengua y metiéndola de lleno en mi boca, dándome así un húmedo morreo que daría comiendo a una interesante noche-.

-Mmm... Bueno pues hoy soy tu masajista privado, así que puedo poner solución a esto... -decía yo plantándole mi mano en su muslo-.

-¿Ah sí? ¿Y qué me hará el señor masajista? ¿Me va a tocar un poquito como antes? -Decía con esa voz de niña buena que a mí tan cachondo me ponía, signo de que ella estaba también caliente como una moto-.

-No... Ahora no te voy a tocar. Voy a hacer algo que me lleva apeteciendo toda la tarde... -dije para comerle la boca una última vez antes de poner rumbo a mi siguiente objetivo-.

Tras esto no lo dude ni un segundo y me puse encima de ella. Comencé a bajar lentamente, terminando nuestro guarro morreo para luego seguir besándole el cuello y más tarde comerme con mucha calma su rico par de melones. Los chupé bien de arriba a abajo, metiendo por momentos mi cabeza entre esas dos preciosas masas de carne. Pero en lo que más me centre sin duda fue en sus pezones. Dios me es imposible describir la sensación estar chupando uno de los pezones a tu madre mientras con una mano le amasas bien su otra teta. Todo esto claro acompañado de sus sensuales respiraciones, las cuales poco a poco se iban convirtiendo en gemidos.

Tras un buen rato seguí bajando para llegar a su entrepierna, la cual seguía cerrada. De esta manera acerqué mi cara y comencé a abrirla de piernas lentamente, dejando a la vista entre sus muslos varios hilos de sus fluidos, para que os hagáis una idea de lo mojada y cachonda que estaba mi madre en ese momento. Su coño estaba como siempre, bien depilado, mojadito y algo rojo por la excitación y la postura. Mire a mi madre a los ojos y ella asistió con la cabeza casi rogándome. Yo no me lo pensé ni dos segundos y ahí que fui directamente, comenzando de primeras a lamer toda su encharcada vagina de arriba a abajo para después centrarme en el clítoris, chupándolo a una velocidad de locos y succionando a ratos. Esto hizo que inmediatamente mi madre comenzara a gemir y chillar como una loca agarrando mi cabeza entre sus piernas, a lo que yo respondí metiéndole un par de dedos bien al fondo. Quería que se corriera lo antes posible, ya que esto sólo era el principio.

-Aagghh dios... Sii cariño... Cómeme bien ahí abajo... Jo-der que guarrada tan rica...

-Mmm... ¿Te gusta cielo? -yo levantaba a veces la cabeza para decirle cosas, mientras con los dedos seguí machacándola-.

-Joder me encanta amor... Aaghhh... Sigue por favor... Aaghh sigueee... -decía ella mientras con las dos manos intentaba agarrarse las tetas para chuparse sus propios pezones-.

-Mmmm... ¿Esto era lo que querías verdad? Querías que tu hijo te hiciera correrte ¿A qué sí?

-Mmmm... Sí... O sea no...

-¿Seguro que no? ¿No te gusta como te como este coñito gordo? -decía yo acelerando la lamida-

-Si cariño... Me encanta como me lo comes... Ufff joder me encant... ¡Aaaghhh!

-(Yo me centraba en que ella terminada de una vez)

-Ay... Ay ay hijo que me voy... Uff ufff... ¡Sii, SÍ! ¡Haz que mamá se corra!

-Si... Correte en mi boca mami...

-Aagghhh... Me voy cielo... ¡Me voy, me voy, me voy! ¡aaaggghhh!

En ese momento ella se empezó a retorcer de placer con mi cabeza atrapada entre sus piernas, mientras su coño expulsaba chorros y chorros de corrida, los cuales iban a parar directos a mi boca. Yo hacía lo que podía por tragarme todo, pero me era prácticamente imposible, por lo que mi cara quedó empapada al igual que la toalla que cubría la cama. Tras esto dediqué un par de minutos a dar leves lamidas por su rojo y palpitante coño, el cual no paraba de temblar por los leves espasmos debido al orgasmo, mientras ella aprovechaba el lubricante y sus propios fluidos para amasarse las tetas a la vez que me acariciaba la cabeza.

-Mmmm.... Me encanta comerme toda tu corrida mami -decía yo mientras subía lentamente para darle un guarro beso-

-Mmm... Dios hijo... Hay que ver qué guarradas más ricas le haces a tu madre...

-¿Te ha gustado el final feliz entonces?

-Bueno... ¿Hace falta que te responda cariño? -decía ella con una sensual sonrisa para luego continuar nuestro morreo-.

En ese momento parecíamos dos amantes. Yo estaba encima de ella, besándola mientras a ratos le tocaba suavemente su todavía caliente entrepierna. En un momento dado comencé a frotarme contra ella apoyando mi paquete sobre su coño suavemente. Ella de primeras me miró algo asustada, pero como yo todavía llevaba el pantalón puesto pareció dejarlo pasar.

-Mami sé que debemos poner límites, pero... -decía yo mientras me seguía frotando contra su vagina-.

-Hijo...

-Quiero... -me acerqué susurrando a su oído- Quiero hacértelo...

-Mmm... -ella se estremeció en una mezcla de miedo y morbo al escuchar eso- Cielo sabes que no podemos. De verdad que si seguimos así voy a acabar haciendo una locura.

-Pues hazla mamá, volvámonos locos juntos -dije yo comenzando a besarla con pasión mientras me quitaba lentamente los pantalones, dejando al aire mi tremenda erección a punto de estallar-.

-Mmm... Dios hijo hay que ver cómo estás...

-Esto es por ti mamá, así de caliente me pones.

-¿Tan cachondo te pone tu propia madre cariño? -su voz comenzaba a tornarse algo juguetona de nuevo-.

-No lo sabes su bien... Si te dijera las cosas que quiero hacerte te corrias solo de oírlas...

-Mmm... Pues de momento ven aquí, que ahora va a ser mami la que te haga algo a ti.

Tras esto ella se levantó y yo me recosté en la cama boca arriba. Se colocó entre mis piernas, por lo que yo ya me preparaba para una de sus buenas mamadas. Mi sorpresa vino cuando de repente se comenzó a echar lubricante por las tetas, algo que enseguida relacioné con lo que se venía. Así es, mi madre me iba a dar la primera cubana de mi vida.

Comenzó durante unos minutos masajeándose las tetas delante mío, apretándose los pezones, gimiendo y sonriendo mientras por momentos se masturbaba tímidamente. Un verdadero espectáculo a mis pies el cual me estaba volviendo loco. No eran pocas las ganas que tenia de saltar sobre ella y comenzar a follarla sin control, cosa que ella notaba perfectamente y que seguramente la estaría poniendo a cien.

Tras un rato así pasó al plato fuerte. Empezó a hacerme una mamada bien salivada de esas que a ella tanto le gustan y, una vez que mi polla estaba lista, agarró su gran par de melones y comenzó lo bueno. La sensación era increíble, siempre había soñado con mi madre haciéndome una cubana, pero esto sin duda superaba mis expectativas. Sus tetas subían y bajaban por todo mi pene mientras con su boca chupaba por momentos mi glande. No sé cuando tiempo estuve ahí pero recuerdo que sentía que estaba a punto de correrme desde el principio. Cuando estaba ya listo para llenarle la boca y las tetas de lefa, ella me sorprendió parando en seco y echándose boca arriba a mi lado.

-¿Mm.... Mama? ¿Qué haces por q...

-Cielo no aguanto más, ven aquí -ella me agarro y me puso encima suyo, exactamente en la misma posición que teníamos antes sólo que ahora los dos estábamos desnudos-.

-¿Qué? ¿Quieres que te lo meta?

-Sshhh -dijo tapándome la boca-. Hijo no lo metas por favor, solo frótalo por fuera...

Tras esto yo agarré mi dura y lubricada polla para empezar a frotarla muy suavemente. Era el primer contacto de mi pene con la vagina de mi madre y se sintió a gloria. Su coño estaba empapado, muy hinchado y muy rojo, seguramente al no poder usar sus manos para tocarse durante la cubana que me estaba haciendo segundos antes. Ella comenzó a gemir mientras me apartaba la mirada, se notaba que en el fondo se avergonzaba de lo que estaba haciendo.

Durante un buen rato fui recorriendo todos los rincones de ese jugoso manjar, rozando por momentos mi glande con su clítoris. Esto hacía que los dos nos retorciéramos del gusto y por momentos nos diéramos guarros morreos, llegando incluso a escupir directamente en la boca del otro. Se notaba que a mi madre y a mi nos ponían las mismas cosas, lo cual hacía de ese momento algo delicioso.

-Mmmm dios mami... Me encanta como se siente tu coño...

-Aaghh hijo no sabes lo cachonda que estoy... Ufff sí frótame bien...

-Te quiero mamá... -le dije mirándole a los ojos-.

-Yo también cariño... te amo -dijo ella mientras se incorporaba para besarme, lo cual hizo que mi glande rozara la entrada a su vagina, por lo que ella reculó-.

-Tranquila mami no pasa nada -dije yo volviendo a ponerla justo a la entrada-

-Mmm... Cielo esa zona es muy peligrosa, que no entre mucho...

-No te preocupes cariño... -dije besándola a la vez que aprovechaba para meter la punta unos centímetros dentro-

-Aaaghh cielo cuidado... Mmm...

-Shhh... Tranquila... -en ese momento comencé a metérsela muy levemente para que no se asustara. Joder entraba como un cuchillo caliente cortando suave mantequilla-

-Mmmm amor la estás metiendo mucho.... -decía mirándome a los ojos mientras se mordía el labio-. Aaaghhh sácala por favor cariño...

Para ese momento yo ya la tenía prácticamente entera dentro. Dios mi polla estaba dentro del coño de mi madre. Ojalá pudiera describir con palabras todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Sentía mi rabo caliente, inundado por los jugos que emanaban de las entrañas de mi madre mientras sus jugosas paredes me apretaban. Ella quería (o más bien decía) que lo sacara, por lo que yo comencé a sacarlo muy lentamente. Cuando lo tenía prácticamente fuera mi madre comenzó a decir entre sofocos que debíamos parar, pero yo no la dejé ni terminar la frase y sin previo aviso volví a introducir toda mi polla hasta el fondo sin darle tiempo a reaccionar.

-Aaagghhh. Cariño por dios qué haces -decía ella casi sin respiración jadeando entre leves gemidos-.

-Aghhh... Perdón mami, ¿quieres que la saque? -dije yo mientras la sacaba lentamente-.

-N...Sí. Mmmm por dios hijo est...

Yo no le dejé ni terminar la frase y de nuevo la ensarté hasta el fondo, esta vez comenzando a follarla ya en toda regla. Ella empezó a gritar y gemir sin control mientras sus intentos por apartarme se iban disipando. Yo por mi parte estaba disfrutando como nunca. A ratos le comía las tetas mientras la penetraba sin control ninguno, a lo que ella respondía abrazándome y besándome por el cuello, gimiéndome al oído y diciéndome guarradas. Se notaba que estaba desatada por completo. Su tetas botaban en todas direcciones mientras oía perfectamente su chorreante coño recibir las embestidas de su hijo.

-Aaagghh cariño sí... Mmierda me estás matando... Ufff

-Dios mami... Aaghhhh....

-Aaaghhh hijo... Pero que cerdada estamos haciendo... Uffff dios que rica se siente tu polla amor.... Aagghhhh...

-Aaghh joder mamá que apretada estás...

-Mmmm pues ábreme bien cielo... Dios sí, fóllame bien el coñito... Aaaghhhh.

-¿Te gusta verdad? ¿Te morías de ganas de que tu hijo de follara no?

-N... No... Aaaghhh... Esto está mal...

-Mmm... Entonces no te gusta... ¿esto? -ahí comencé a chuparle con fuerza los pezones mientras aceleraba algo más las embestidas-.

-Aaagghhh siii cariño siiii... Cómeme las tetas... Ufff por favor no pares... ¡No pares!

-Te voy a follar hasta que te corras. Mmm ¿Quieres correrte en mi polla mami? Aaghh...

-Aaagghhh sí cielo sí. Ufff por favor fóllate rico a tu madre y haz que se venga.

-¿Quieres correrte amor? Aagghhh... Pues voy a hacer que esta madre tan cerdita se corra...-en ese momento acérele la follada y la agarré del cuello.

Mmmm...

-Aagghhh sii amor... Fóllate a la putita de tu madre... Dios como sigas así... como sigas así... -sus ojos estaban prácticamente en blanco-.

-Aaaghhh joder mamá que bien se siente tu coño... Dios no aguanto mucho más cariño... voy a explotar...

-Yo también cielo... ¡Yo también! Aaahhh joder siguee... ¡Sigue follándome y haz que me corra cariño! joder...

-Mierda no aguanto más mamá. Joder me corro cielo, ¡me corro!

-¡No la saques hijo! Correte dentro cariño... quiero que me llenes el coñito de leche rica...

-Aaaghhh me voy mamá. ¡Ufff! ¡Joder toma mi lefada cariño!

-Ayyy yo también me corro cielo. Dios hijo que me voy... Aaghh joder que rico... ¡Que rico! ¡Que rico! ¡ahhh!

En ese momento los dos explotamos en un orgasmo sincronizado, seguramente el más intenso de mi vida. Mi madre comenzó a gritar sin cortarse un pelo mientras se corría a chorros con mi polla todavía dentro. Pude sentir la presión de esos fluidos intentando salir mientras su jugoso coño se contraía exprimiendo cada gota de mi lefada. Yo por mi parte eyaculaba inundando todo su interior. Recuerdo que obviamente no lo podía ver pero llegue a sentir como de mí salían más de diez chorros de espeso semen. Estuvimos un buen rato ahí enganchados mientras nos vaciábamos bien el uno en el otro, dándonos besos pero esta vez no tan guarros, sino algo más cariñosos, como la primera vez de dos novios.

Tras un buen rato mi polla comenzó a ponerse dura de nuevo (esto sin haberla sacado de su vagina), por lo que yo comencé a realizar de nuevo movimientos de penetración, dispuesto claro a una segunda ronda. A esto ella respondió moviendo también las caderas y comenzando a besarme ya de nuevo de una forma más sucia, pero de pronto su móvil sonó. Se estiró un poco para cogerlo de la mesita mientras yo aprovechaba para comerle las tetas, pero al coger el móvil rápidamente me apartó y me dijo que me fuera a mi habitación, que mañana hablaríamos. Esto a mi me dejó con la cabeza loca toda la noche, ya no solo por la duda de qué la habría sobresaltado, sino por todo lo que tenía que procesar. Joder, esa noche me había follado a mi propia madre.
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El resto de la noche fue un infierno de incertidumbre en el que no paré de dar vueltas pensando qué había hecho a mi madre cortar de raíz el increíble momento que estábamos viviendo. A la mañana siguiente me levanté bastante pronto, a eso de las 8, ya que si yo no podía dormir supuse que mi madre tampoco, por lo que podría hablar con ella y saber qué había sucedido horas antes. Así que así hice, me levanté y fui directo su habitación. Entré despacio sin hacer mucho ruido por si aún seguía dormida, pero no la encontré ahí, por lo que supuse que estaría abajo desayunando. Baje las escaleras y pude verla en la terraza tomando una infusión, lo cual no me decía nada bueno, ya que mi madre sólo suele tomar esas cosas cuando anda nerviosa o disgustada por algo. En ese momento se me vino a la cabeza algo como la muerte de algún familiar o algo por el estilo, ya que de hecho mi abuela llevaba un tiempo algo delicada, por lo que decidí salir junto a ella y preguntárselo directamente.

-Hola mamá buenos días -dije dándole un beso en la mejilla-.

-Ay hola cielo no te había visto -sin duda no sonaba en su clásico tono animado, además por su cara se notaba que no había dormido apenas-.

-¿Estás bien mamá? Tienes cara de haber dormido mal. ¿Ha pasado algo?

-No cielo no te preocupes, todo bien -decía ella en un tono que más que tranquilizador sonaba a intentar esquivar el tema-.

-Oye y lo de ayer...

-Hijo mejor no hablemos de lo de ayer -me interrumpió ella rápido-. No pasa nada de verdad.

-¿Cómo que no pasa nada? Mamá mira que cara tienes por dios. Vamos habla conmigo. ¿Quién te llamo ayer?

-Hijo de verdad qu...

-Mamá -dije yo en un tono serio cogiéndola de la mano, lo cual hizo que por fin me mirara a los ojos con cara de empezar a hablar-.

-Tu padre hijo, ayer me llamó tu padre.

-¿Papá? ¿Está bien?

-Sí él está bien, solo me dijo que al final no llegaría el martes, de hecho que no podría venir en toda la semana.

-Joder mamá pensaba que le había pasado algo. Pero bueno no es la primera vez que por trabajo hace algo así ya sabes como es. Pero entonces, ¿por qué estás así?

-¿Que por qué estoy así? ¿Hace falta que te lo explique? -Dijo sin levantar la voz pero en un tono algo más mosqueado-

-Mamá no será por lo de anoche, ¿verdad?

-¿Lo de anoche? Cariño, le cogí el teléfono a mi marido mientras aún tenía la polla de mi hijo en mi coño. ¿Te parece ese buen motivo para sentirme mal?

-Perdona mamá tienes razón, es culpa mía...

-No cielo por dios nada de lo que ha pasado es culpa tuya, en todo caso la culpa es mía, por no comportarme como una buena madre.

-Bueno me has cuidado bastante estos días jaja -dije dándole un codazo para intentar destensar la situación-.

-Cielo esto ya es serio. Hace unos días todavía me hacía gracia bromear con el tema, pero ahora se ha vuelto algo tan real que da miedo.

-Mamá entiendo como te sientes, pero debes saber que no me arrepiento de nada. No hemos hecho nada por obligación o con lo que nos hayamos sentido mal.

-Ese precisamente es el problema, que no me he sentido mal en ningún momento, no me he parado a pensar en las barbaridades que estábamos haciendo. Nunca le he sido infiel a tu padre en más de treinta años de matrimonio y ahora me da por traicionarle con nuestro propio hijo...

-Mira mamá no quiero sonar injusto con papá, pero esta situación no se ha dado por casualidad. Tu llevas muchos años reprimida sexualmente, y en algún punto tenías que explotar. O me vas a decir que nunca has querido tener un amante.

-Cielo eso no nos justifica y lo sabes. No te voy a negar que alguna vez he fantaseado con alguien que no fuera tu padre, pero cuando quieres una persona solo tienes ojos para ella. Además, tu padre me complacía lo justo y necesario.

-Mamá pero si nunca te había comido el coño por favor no digas tonterías.

-Ay cariño por dios no hables así.

-¿Ves? Ese es precisamente uno de los problemas.

-¿Uno de los problemas?

-Mamá tú siempre estás con el rollo este de que estás mayor, dices que estás cosas no son para ti y eres muy pudorosa hablando de todo lo relacionado. Eso sumado a que no satisfaces tus necesidades pues ha dado lugar a esto.

-Puedo reconocer que igual soy demasiado cortada en muchos temas, pero he sabido satisfacerme como para llevar una vida alejada de las tentaciones. De hecho te mentí, ese dildo no era el primer juguete que probaba, en casa ya tengo alguno desde hace unos años.

-Mamá pero no se trata de caer en tentaciones como tú dices. Si lo único que necesitases fueran un par de orgasmos esos juguetes ya te habrían cubierto las necesidades. Y en todo caso si de verdad tuvieras mucho deseo sexual sin atención, te hubieras buscado un amante hace tiempo, pero no lo has hecho porque amas a tu marido, al igual que yo amo a mi padre.

-Y entonces como explicas lo que hemos hecho.

-Lo nuestro no es simplemente sexo y lo sabes mamá. Nosotros nos queremos, pero no como se quieren en cualquier familia, nosotros hemos llegado al siguiente nivel.

-¿Cómo puedes llamar siguiente nivel a algo así? El amor entre madre e hijo es lo más puro que hay, y nosotros no hemos hecho más que destrozarlo.

-Pues yo no creo que sea así. En muchas civilizaciones antiguas se veía como lo más normal del mundo, de hecho muchos escritos y filósofos mantienen que entre una madre y un hijo hay algo más que simple amor familiar, hay una conexión que va más allá.

-Cielo pero hemos avanzado como sociedad y ahora sabemos diferenciar qué está bien de qué está mal. Precisamente porque hemos dejado de ser salvajes se han dejado de hacer ese tipo de cosas.

-Mira mamá sólo quiero que me respondas una cosa. Entiendo que lo que empezamos a hacer hace unos días lo puedas ver como un juego sexual depravado al tratarse de madre e hijo, entiendo que te chocara. Pero ayer todo cambió en el momento en que mi pene entró en...

-Hijo por favor no hablemos de eso.

-Mamá, anoche, cuando mi pene entró en tu vagina, sentí que nuestros cuerpos encajaban a la perfección. Cada uno rellenaba los huecos del otro, como dos piezas de un puzzle nunca antes completado, algo que no me había pasado con ninguna chica en toda mi vida. Y sé que tú también sentiste eso.

-Hombre mentiría si te dijera que no me gustó o que no se sentía bien pero...

-Mamá no estoy hablando del placer que te pueda dar un vibrador o incluso otro hombre, te estoy hablando de una sensación única -ella se quedó mirándome a los ojos con la cara toda sonrojada para seguidamente, asentir tímidamente con la cabeza-.

-Pero hijo qué vamos a hacer. ¿Pretendes que sigamos con esto como si nada?

-No mamá, quiero empezar de nuevo. Ayer me dijiste que había muchas cosas que nunca habías hecho, así que dejémonos llevar y empecemos a explorar. Ahora que hemos hablado las cosas podemos comunicarnos, despojarnos de tabúes e ir lento, como deberíamos haber hecho desde el principio.

-Cielo pero tu padre...

-Mamá, ¿tú amas a papá?

-Pues claro que lo amo.

-Entonces es sencillo. Tomémonos esta semana que queda como un reinicio de vida, como un retiro espiritual. Papá nunca se enterara de nada y a ti te servirá para volver con las pilas cargadas.

-Esto que voy a decir es una locura pero, creo que tienes razón. Eso sí, debemos establecer unas normas. La más importante la digo yo ya, y es que cuando volvamos a casa haremos como si nada de esto hubiera pasado, volveremos a tener una relación corriente madre e hijo.

-No sabes lo que me va a costar eso, pero todo sea por disfrutar sanamente de los que nos queda de vacaciones -dije yo haciendo gesto de brindar con una taza imaginaria, a lo que mi madre respondió un una tímida risa haciendo lo mismo con su taza de infusión-.

Tras esto la mañana transcurrió sin mayor interés, cada uno hizo un poco lo que le apeteció, leer tomar el sol, etc. Y ya sé lo que todos estaréis pensando, que después de esa conversación cómo no me lancé sobre ella a hacerle de todo. Pues la verdad es que, aunque no me creáis, yo no quería. Así es, no quería que el resto de vacaciones con mi madre en convirtiera en puro desenfreno, todo el día haciéndolo sin control. A ver que no se me malinterprete, obviamente eso hubiera sido un sueño, pero también quería disfrutar de otras cosas junto a ella. Habíamos dado un paso en nuestra relación, ya no había prisa, ya no tenía que inventarme tácticas para conseguir llevarme a mi madre a la cama, por lo que preferí relajarme y dejar que las oportunidades se fueran presentando. Además sabía que si le dejaba espacio ella estaría mucho más relajada y su deseo sexual iría creciendo, ¿o nunca habéis oído eso de crear tensión sexual?

A eso de las dos de la tarde hicimos algo sencillo de almuerzo y comimos en la cocina para no manchar mucho mientras charlábamos. Más tarde decidimos salir a tomar el sol y a bañarnos. Yo no tenía pensado bañarme, así que salí directamente al jardín con mis shorts y sin camiseta, echándome algo de crema y tumbándome sobre el césped. Mi madre por su parte subió a ponerse el bañador, por lo que tardó unos minutos más. Cuando por fin salió al jardín estaba preciosa, de nuevo deslumbrándome con otro nuevo bikini el cual nunca antes le había visto. En la parte de arriba llevaba un sostén bastante normalito de color blanco, el cual no era excesivamente pequeño, pero que para nada conseguía abarcar sus gloriosas y enormes tetas. La parte de abajo sí que era algo más atrevida, un tanga de hilo que dejaba bien al aire su gordo pero firme culo. Esto me hizo pararme unos segundos a apreciar esa masa de carne, ya que yo siempre he sido más de tetas que de culos, y nunca me había fijado del todo bien en el tremendo culazo que tenía mi madre. No sería realista decir que era igual que por ejemplo el de Kim Kardashian, pero sí que puedo decir que era una versión al natural, con alguna imperfección pero manteniendo la esencia.

Yo le pregunté si quería que le echara crema, pero ella me respondió que no, que primero se daría un baño para refrescarse. La verdad es que me apetecía echarle crema solo por el hecho de tocar de nuevo ese cuerpazo, pero en cuanto la vi sumergirse en el agua me quedé embobado mirándola. No os podéis hacer una idea de lo guapa que estaba. Su pelo mojado al sol, sus mejillas sonrojadas por la temperatura... Pero lo mejor claro, sus pezones bien marcados, los cuales podía ver a través de la mojada tela del bikini que, al ser blanca, transparentaba perfectamente.

-Vamos cielo metete un rato, que el agua está buenísima -decía ella apoyada en el borde de la piscina-

-Igual más tarde mamá, que ahora no me he bajado el bañador. Además sabes que yo no soy mucho de bañarme.

-Vaa no seas tonto hombre, que desde que hemos llegado no has metido ni un pie en el agua. No todos los días tiene uno una piscina privada a pie de casa, hay que aprovechar.

-Pero es que me da pereza subir a por el bañador. Luego si eso cuando salgas te echo crema y subo a cambiarme.

-Pero para qué quieres ir a por el bañador si aquí no hay nadie, métete en bolas hijo por dios jajaja.

-Anda mira quien habla. ¿Entonces qué haces tú en bikini si tampoco importa eh?

-Oye pues también tienes razón, mira yo que problema tengo.

Tras esto se quitó tanto el sostén como el tanga y los tiró hacia su tumbona, haciendo que una vez más mi pene diera un salto de la impresión. Por desgracia como estaba pegada al borde no pude verle ni un triste pezón, por lo que ya tenía un motivo para meterme en el agua de cabeza. Y así lo hice, nos intercambiamos un par de bromas y de vaciles mientras me quitaba el pantalón, dejando al aire mi polla la cual no estaba empalmada, pero sí algo más dura que en reposo. Una vez dentro hicimos lo típico, nadar, jugar a salpicarnos y esas cosas, pero poco a poco fuimos acercándonos más, comenzando a rozarnos de forma inocente, pero con el factor de que los dos estábamos desnudos claro. Tras un rato así yo comencé a irme hacia la zona profunda, zona que no cubría mucho ya que yo conseguía hacer pie, pero mi madre ni de puntillas llegaba.

-Venga mami vamos un rato para aquí.

-Hijo sabes que no me gusta no hacer pie, vente para aquí mejor anda.

-Ven no seas tonta que te cojo la mano -dije tendiéndole el brazo, a lo que ella respondió agarrándose y nadando junto a mi-. Bueno mamá yo creo que es hora de que superes tus miedos eh.

-Ni se te ocurra soltarme eh.

-¿Oye no habíamos dicho que esta semana iba a servir para probar cosas nuevas? Mira pues esta es una de ellas -dije mientras la soltaba y me alejaba lentamente-.

A esto ella no tardó ni un segundo en reaccionar y se abalanzó sobre mí, rodeándome con los brazos el cuello y pegando por completo su cuerpo contra el mío, por lo que pude notar como sus gordas tetas se aplastaban contra mi pecho. En ese momento nos miramos a los ojos y ambos sabíamos lo que venía. Efectivamente yo di el primer paso y me abalancé sobre ella plantándole un cálido y húmedo beso. No hacía ni medio día que no sentía la lengua de mi madre, pero ese beso se sintió como el de dos enamorados que se reencuentran después de años sin verse. Duramos así varios minutos, dando rienda suelta a un deseo que seguramente ambos nos habríamos estado aguantando durante todo el día. Yo le agarraba el culo y le acariciaba la espalda bajo el agua mientras ella con sus finas manos me agarraba del cuello y me envolvía la cintura con sus piernas. Tras un rato de caricias y con nuestras lenguas danzando, saboreando bien la saliva el uno del otro, mi polla comenzó a estar en ese estado de súper erección, algo que sólo me pasaba con mi ella. Debido a esto mi pene se posicionó en la entrada de su vagina, comenzando a abrir hueco entre sus labios superiores.

-Mmm... -suspiraba ella echando la cabeza hacia atrás-.

-Dios mamá... Hasta debajo del agua siento lo caliente que lo tienes...

-Es que tú me pones así amor... Dios no sé qué hacer para controlarme... Ufff...

-Pues entonces no te controles -dije empujando muy suavemente, introduciendo apenas un centímetro de mi glande-.

-Ahh... Espera... Quiero hacer una cosa antes...

-Mmm... ¿Si? ¿Y qué quieres hacer?

-Quiero... quiero chupártela hijo... -me dijo susurrando al oído para después darme un suave mordisco en la oreja-

Yo me moría de ganas por follármela ahí mismo, pero me era imposible decir que no a una de las mamadas de mi madre, y más aún cuando era ella misma la que me lo pedía. Así que no esperé ni un segundo y salimos del agua para ponernos más cómodos. Yo me senté en una de las tumbonas con las piernas abiertas, dejando a su disposición mi húmedo y duro miembro. Ella por su parte se arrodilló frente a mi y, tras darme un último beso con bien de lengua, procedió a meterse toda mi polla en la boca hasta la garganta y sin previo aviso. Esto me sorprendió e hizo que me recorriera un escalofrío de placer por todo el cuerpo.

-Aaaghhh joder mamá si que tenías ganas de tragártela... Ufff...

-Gggaahhh -ella hacía lo imposible por mamar mientras de vez en cuando se la sacaba de la boca para pajearme con su propia saliva- Dios hijo es que la tienes tan rica... Ayer de noche probé hasta a meterme mi polla de goma en la boca, pero necesitaba tragarme la tuya amor... -dijo para seguir chupando-

-Pues chupa... Aaghhh sí dios chupa todo lo que quieras preciosa...

-Mmm... ¿Y tú qué cielo? ¿No tienes ganas de chuparle algo a mami? -dijo ella poniendo morritos con esa voz de niña que a mí tan cachondo me ponía-

-Pensé que nunca me lo pedirías... Ven aquí amor que te lo voy a comer bien comido.
 

heranlu

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Tras esto ella se puso de pie para después sentarse en mi cara en posición de 69, de forma que pudiera seguir con su mamada. Yo por mi parte tampoco tardé en ponerme manos a la obra. Conforme su culo se acercaba a mi cara pude sentir el calor que emanaba del coño de mi madre. Estaba tan apetecible como de costumbre, gordo e hinchado y con ese precioso color rosadito que se le ponía cuando estaba cachonda a más no poder. Ahí fue y empecé a chupar su pequeño clítoris con todas mis ganas, a lo que ella contestó comenzando a gemir y frotándose contra mi cara mientras tragaba polla con más y más energía. En ese momento se me ocurrió algo que sabía que la excitaría, algo que seguramente nunca le hubieran hecho. Me chupé un par de dedos y con bastante saliva comencé a frotárselos por la zona exterior de ano introduciendo muy suavemente la falange del dedo índice, todo esto mientras continuaba con mis lamidas. Esto hizo que de primeras pegara un leve salto de la impresión, soltando incluso brevemente mi polla. Pero no pasaron ni dos segundos cuando retomó su mamada y comenzó de nuevo a disfrutar, esta vez incluso apretando más su coño contra mi boca.

Tras unos buenos minutos de los dos disfrutando tanto lamiendo como siendo lamidos, acabamos explotando en un orgasmo casi compenetrado a la perfección. Yo comencé a eyacular primero, a lo que ella respondió metiéndose mi polla en la boca para poder tragar tanta lefa como fuera posible. Apenas un par de segundos después y conmigo todavía expulsando semen, ella comenzó a correrse también gimiendo tanto como podía, ya que todavía tenía la boca ocupada. Con un dedo casi entero metido en su culo y su hijo con la boca abierta lamiendo todo su coño, de su interior comenzaron a brotar a toda potencia chorros y chorros de corrida los cuales me supieron a elixir divino.

Mantuvimos la posición unos minutos para terminar de saborear los fluidos el uno de otro. De hecho mi madre le puso tanto empeño que mi polla no dejó de estar empalmada en ningún momento pese a haberme corrido, algo que no me había pasado casi nunca. Finalmente nos desenganchamos y ella se acostó encima de mí con las piernas abiertas, restregando su todavía palpitante coño contra mi abdomen mientras nos besábamos como dos buenos amantes que, al fin y al cabo, era en lo que nos habíamos convertido.

-Dios hijo... No sabes lo mucho que me gusta eso que me haces ahí abajo...

-¿El qué? ¿Qué te coma el coñito? -le dije susurrando cerca de su boca para seguido darle un seco beso con lengua-

-Mmm... Sí... Me encanta como me comes el coñito... Pero más me encanta meterme tu polla en la boca -esta vez fue ella la que me susurraba para coronar su frase con otro corto morreo-

-Mami pues ya sabes que yo te doy polla todo lo que quieras, ya te he dicho que en estas vacaciones solo estamos tú y yo.

-Ya lo sé cariño. Ahora ya me da igual todo, pienso disfrutar todo lo que pueda.

-Di que si mamá. Ya verás, voy a hacer que te corras tanto que vas a quedar seca...

-Ufff... -se mordía el labio mientras intercalaba miradas entre mis ojos y mi boca- Pues como siga echando esos chorros que me haces echar sí que me voy a deshidratar sí...

-Bueno tu tranquila que yo ya te doy de beber lechita cariño.

-Mmm sí cielo por favor, estos días sólo me voy a alimentar de tu rica polla...

-Pues todavía sigue juguetona, tendremos que pasar al plato fuerte, ¿no?

-Vaya... No me digas que el nene quiere follarse a su mami... -su voz comenzaba de nuevo a soñar juguetona-

-¿Y la mami? ¿Mami no quiere que su hijito se la folle?

-Si cariño... Mami quiere que la follen bien rico... -dijo para seguidamente darme un profundo morreo en el cual su lengua recorrió cada rincón de mi boca-.

-Mmm... Oye mamá una pregunta...

-Dime amor.

-¿Alguna vez te han follado a cuatro?

-Mmm... ¿En perrito dices? Te vas a reír de mí pero supongo que ya sabrás la respuesta...

-Pues ven aquí cariño, que ya va siendo hora de que le claven una buena polla a esta mami tan cachonda...

Tras unos leves morreos yo me levanté poniéndome detrás de ella, mientras ella se colocó sobre la tumbona a cuatro patas, dejando sus gordas tetas colgando y su culazo bien abierto a la altura de mi cara. Comencé metiendo la cabeza entre ese rosado majar, lamiendo bien su húmedo coño para dejarlo blandito y dispuesto a ser embestido. Debido a la buena acogida de antes también decidí abalanzarme a comerle el culo, ya que es algo que me gusta bastante y que sabía que a ella también le encantaría. Y así fue, comenzó a gemir de una manera ya menos tímida mientras con una de sus manos se frotaba el clítoris. Pude apreciar como su ano se ablandó con bastante facilidad, abriéndose incluso un poco, lo cual me dio ideas para más adelante. De momento no quería pasarme y me volví a centrar en su coño, el cual después de unos minutos estaba ya chorreante y listo para ser follado.

De esta manera agarré mi polla, la cual no se había desinflado ni un poco desde mi primera corrida, y comencé a pasársela por toda la zona, rozando sus labios y su clítoris, haciendo que los dos nos derritiéramos del gusto. Tras esto decidí meterla poco a poco, llegando a estar aproximadamente la mitad dentro.

-Aaaghhh... Dios amor que bien se siente tu polla entera dentro...

-¿Entera? No está entera mami. Esto, es entera.

Era normal que si mi madre nunca había hecho esa postura no fuera consciente de lo hondo que puede llegar una polla en esa posición. Por lo que reculé un poco y le ensarté esta vez hasta el fondo todo mi miembro, haciendo que ella soltara un grito propio de escena porno, comenzando así nuestra follada.

-Aaaggghhh por dios cariño... Nunca había sentido algo tan profundo... Ufff...

-¿Te gusta mami? ¿Te gusta que te follen bien hondo verdad?

-Dios si me encanta.... Aaghhh no pares... No pares...

-Sabía que te morías porque tu hijo te volviera a follar...

-Sí cielo... llevo todo el día pensando en que me follaras... Mmm... ¿Tú también tenías ganas de volver a probar mi coño verdad?

- Es lo que más quería preciosa... joder que bien se siente mamá...

-¿si? ¿Te gusta cómo se siente mi conejito amor? Pues rómpeme lo bien... Aaahh rómpeme el coñito amor mío...

-jo-der... ¿Quieres que te rompa el coño preciosa? Mmm pues vamos a romperle el coño a esta mami tan cerdita...

En ese momento la agarré por los brazos, poniéndoselos a la espalda como si estuviera esposada. Comencé también a acelerar mis embestidas, haciendo que mis huevos chocaran contra su sensible clítoris mientras sus tetas botaban suspendidas en el aire totalmente descontroladas.

-Aaahhh... Joder cariño pero qué me haces... Ufff me estás destrozando...

-¿Querías que te rompieran el coño verdad? ¿O quieres que pare?

-Nooo... no pares por dios... ¡No pares!...

-Sí... Córrete mientras tu hijo la clava bien profundo... Aahhh...

-Joder amor me estás matando... Creo... creo que no aguanto mucho más...

-Aguanta un poco mami... aguanta y nos vamos a la vez cariño... Ufff...

-Aaahh por favor haz que me corra hijo... Mmm... Haz que mami se corra mi amor...

-Estoy a punto mamá... joder... ¿Quieres correrte mientras tu hijo te llena de lechita?

-Asiii por favor... Ufff córrete dentro de mí y hazme acabar... Joder cógeme del cuello cariño... Mmmm... Quiero correrme mientras me agarras del cuello...

Así lo hice, solté una de las manos con la que le iba amasando las tetas para agarrarla por el cuello y ahogarla muy suavemente. Con la otra mano seguí sujetándole los brazos, quedando totalmente inmovilizada ante las embestidas de su hijo mientras sus tetas botaban totalmente descontroladas chocando contra su cuerpo.

-Aaahhh dios que rico nene... Me estás haciendo acabar amor... joder siii... sigue... ¡Sigue!

-Vamos córrete preciosa... joder córrete con la polla de tu hijito...

-Joder... Joder que me voy hijo... Aahhh joder que me voy...

-Yo también mamá... mierda estoy a punto.... ¿Quiere mi cerdita leche? Uffff...

-Siii... Relléname con tu lechita cariño... ¡Relléname como la putita que soy amor!

-Ya estoy... Me voy... ¡Me voy joder me voy! ¡Aaahhh joder! ¡TOMA MI LEFADA AMOR!

-Yo también me corro hijo... Mierda que rico... ¡Que rico! Me voy... ¡Me voy! ¡ME VOY, ME VOY, ME VOYY!

De nuevo casi al mismo tiempo ambos estallamos en un orgasmo de película. Yo empecé a vaciar todo cuanto pude dentro de su coño sin parar en ningún momento los movimientos de penetración. Ella por su parte se corrió también recibiendo mis embestidas, por lo que nuestros fluidos comenzaron a salirse salpicando por todos lados como si se tratara de un aspersor. Después de habernos vaciado bien, ella cayó rendida sobre la tumbona con el culo todavía en pompa, dejando a mi vista su roja y goteante vagina bañada por completo en semen y corrida mientras sus piernas abiertas sufrían todavía leves espasmos. Yo también necesitaba un descanso, por lo que me tumbé a su lado mientras le acariciaba el pelo y la espalda.

-Madre mía cariño... No me habían... No me habían follado así nunca... -se notaba que le costaba recobrar el aire.

-Ha sido increíble mamá... -yo estaba también exhausto, sin palabras-

-Al final ibas a tener razón en eso de que nuestros cuerpos encajan a la perfección...

-Te lo dije jajaja.

-Dios cuando me has agarrado del cuello... No sé ni cómo explicarlo con palabras hijo, creía que me iba a desmayar del gusto.

-A mi también me ha encantado mamá. Y ver tus tetazas botando ya ni te imaginas.

-No me digas esas cosas que me da vergüenza...

-¿No será más bien que te ponen cachonda?

-Mmm bueno... Jajaja.

-Vaya vaya... Ya estás lista para que te de un segundo asalto o qué jajaja.

-Anda y por qué tienes que ser tú el que me dé un segundo asalto si se puede saber.

-Mamá, todavía te tiemblan las piernas.

-Pues como para que no me tiemblen cabrón, con la follada que me has pegado.

-Pues cuando quieras te vuelvo a meter una follada de esas mami jajaja.

-No te preocupes no. Ahora voy a ser yo la que te folle bien follado.

Tras esto me sorprendió levantándose y colocándose de piernas abiertas sobre mí. Empezamos a besarnos de una manera más tierna a lo habitual, de forma más lenta y parando para mirarnos a los ojos. Una vez mi polla se puso dura del todo, no tardó ni dos segundos y se la metió entera hasta el fondo, comenzando a cabalgarme con una técnica brutal. Sin duda mi madre habría hecho pocas cosas en la cama, pero las que sabía hacer las dominaba a la perfección. Sus tetas estaban a la altura de mi boca, por lo que no tardé en lanzarme a comérselas mientras ella tomaba el control. Estaban preciosas, con los pezones bien rosados por la excitación, algo lubricadas en una mezcla de agua, sudor y corrida, y con varias venas marcadas. Ahí estuve un buen rato, sometido a la cabalgada de mi progenitora mientras ella disfrutaba viéndome derretirme del gusto.

-Aaghh joder mamá... Me estás reventando...

-Pensabas que tú madre no podría follarte eh... Mmmm pues voy a hacer que te corras para mi cielo... Ahhh... -obviamente ella también estaba disfrutando, pero quiso jugar a dominarme, juego que yo acepté sin rechistar claro-.

-Dios mamá no voy a aguantar mucho más.... mierda ya estoy a punto...

-Sabía que podía hacerte acabar... vamos cariño... Córrete en mí...

-No... Quiero correrme contigo...

-Pues a mí todavía me queda... Mmmm... ¿Qué pasa? ¿Qué el nene no sabe cómo hacer que su madre se corra?

Esto lo dijo entre risas y jadeos buscando provocarme, lo cual obviamente consiguió. Reprimí todas las ganas que tenía de explotar y decidí darle su merecido. En ese momento le agarré con mis brazos la cintura, flexioné mis rodillas y comencé a tomar el control de la situación, penetrándola con todas mis fuerzas. Esto hizo que su expresión cambiara drásticamente, comenzando ya a gemir en serio mientras sus tetas subían y bajaban debido a las embestidas, excepto cuando con seguía atrapar alguna con la boca y chuparte el pezón como quién come un helado, lo cual hacía que ella se derritiera de placer.

-Cabrón pero qué me haces... Aaahhh...

-¿No querías que te follara? Pues te vas a enterar...

-Por favor para cielo... Para qué vas a hacer que me corra otra vez... Ufff...

-Eso es lo que quiero cariño... Aahhhh vamos córrete para mí...

-Cielo no puedo más... Para... Para por dios...

-Mmm... No voy a parar hasta que te corras... Vamos cariño sé que quieres...

-N... No... Aaahhhh... -en ese momento acelere aún más las embestidas mientras con las manos y la boca le pellizcaba y chupaba los pezones- Hijo me voy... me corro...

-¿Te gusta verdad? Yo también estoy a punto...

-Mierda me estoy corriendo otra vez... Que rico por favor.... Que rico... ¡QUE RICO, QUE RICO!

-Me corro mamá... ¡joder me corro!

-Noo espera correrte en mi boca amor... quiero que me des de tu lechita...

Rápidamente y con mi semen ya expulsando algún chorro, cambiamos posiciones y hundí mi polla en la boca de mi madre, soltando tantos chorros como pude de espesa lefa inundando por completo su boca y empapándole tanto la cara como las tetas. Era increíble como aun siendo la tercera vez que me corría en tan poco tiempo todavía tenía reservas. Esto también pasó con mi madre, la cual en medio de la acrobacia para poder tragarse mi polla seguía eyaculando sin parar mientras con la mano se palmeaba su encharcado y palpitante coño.

Tras esto ambos nos quedamos al sol charlando en las tumbonas, abrazados, con nuestros cuerpos llenos de saliva, corridas y sudor. Las caricias y los besos duraron bastante tiempo, al fin y al cabo no éramos mandriles salidos de deseo, también disfrutábamos de darnos cariño de una forma más romántica, como dos amantes en su luna de miel.
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Tras nuestra intensa sesión de piscina y, después de relajarnos un buen rato en las tumbonas mientras nuestros todavía sucios cuerpos reposaban al sol, ambos decidimos ir a ducharnos. Por supuesto ya habíamos desarrollado suficiente confianza como para ahorrar un poco de agua, por lo que nos metimos juntos. La ducha comenzó bastante calmada. Yo la enjabonaba a ella y ella a mí de una manera inocente, pero obviamente esto no duró mucho. Las caricias comenzaron a centrarse en sitios específicos, los besos comenzaron a aparecer, y todo se tornó algo más explícito. Las gotas resbalaban por sus enjabonados pechos mientras yo acariciaba y pellizcaba a ratos sus sensibles y oscuros pezones. Tras unos minutos ella comenzó a acariciarme mi ya erecto pene, centrándose en mi glande y empezando así una enjabonada y lenta paja. Yo intenté hacer lo mismo con ella, ya que quería darle todo el placer que ella me estaba regalando, pero me apartó la mano, arrodillándose y tragándose toda mi polla de una sentada. En ese momento me impactó bastante, llegando a sentir como mi glande pasaba mas allá de su campanilla, pareciendo por momentos que llegaría hasta su tráquea. Comenzó así una de sus deliciosas y profundas mamadas, esta vez de esas en las que parecía que tuviera prisa por hacerme acabar, cosa en lo que era experta. No fueron muchas de esas rápidas y furiosas chupadas las que hicieron falta para hacerme eyacular todo cuanto me quedaba directamente en su garganta. Ella recibió con gusto toda mi corrida, tragándose hasta la última gota y lamiendo mi pene de arriba a abajo dejándolo bien limpio. Tras asegurarse de que ningún resto se le escapaba, me dio un suave beso en los labios y cogió su toalla, dispuesta a salir del baño.

-Cielo, voy a ponerme cómoda. ¿Hacemos algo de cena más tarde? -decía sonrojada por los vapores de la ducha y con una risueña sonrisa-

-Claro mamá pero... A mí antes me apetecería cenar otra cosa... -dije yo queriendo hacerla disfrutar-

-Bueno para eso ya habrá tiempo cielo. Venga vístete y nos vemos abajo.

A mi me dejó bastante descolocado que no quisiera ir mas allá, incluso dudé si se habría arrepentido de estas nuevas confianzas que nos estábamos tomando. Después de vestirnos cada uno en sus respectivas habitaciones hicimos algo sencillo de cena y, como las otras noches, salimos a la terraza a tomar unas cervezas bajo la noche estrellada.

-Oye mamá, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Ay hijo que todavía tengas que pedirme permiso... Va, dispara.

-¿Por qué antes en el baño no me dejaste hacerte nada?

-Mmm... Bueno supongo que a veces a las mujeres nos gusta tomar el control de la situación.

-¿Pero no te apetecía ir más allá?

-Uy hijo claro que sí, estaba que me moría. Pero llevar el control de la situación hay veces que me pone hasta más.

-O sea que te va el rollo de dominar.

-Bueno, creo que normalmente me gusta más adoptar el papel de sumisa, ya viste antes cuando me cogiste del cuello; dios de solo recordarlo me tiemblan las piernas... -se le seguía notando algo de vergüenza al hablar de estos temas, pero a la vez había cogido bastante soltura-. Pero de vez en cuando me gusta mucho adoptar el papel dominante. Supongo que al no estar acostumbrada me calienta más de lo normal.

-Pues la verdad es que no tenía ni idea de que te gustaran ese rollo. O sea no que fueras sumisa o dominante, sino en general, que no te veía yo pensando en esas cosas vaya.

-Bueno hijo con tu padre sí que es todo más sencillito. Como ya te he dicho le quiero, y eso es suficiente para que nuestra relación perdure. Pero en el sexo una tiene sus inquietudes, y estas vacaciones no están haciendo más que reafirmar los pequeños deseos que ya tenía, incluso descubrir nuevas facetas de mí misma...

-Pues no sabes la alegría que me da ser parte de eso mamá. Y lo dicho, aquí estoy para cualquier cosa que quieras probar, si eso te hace feliz. O ya no sólo probar sino hablar, que no todo va a ser práctica jajaja.

-Jajaja. Hay que ver, si es que no me cansaré de decir que tengo el mejor hijo de mundo -dijo sonriendo mientras miraba el estrellado cielo-. Pues mira ahora que lo dices, se me ocurre una cosa que podríamos hacer relacionada con esto que estamos hablando.

-¿Ah si? ¿Y de qué se trata?

-A ver igual te suena un poco locura.

-Contigo nada me parece una locura mamá.

-Bueno bueno, menudo Don Juan estás hecho jajaja -se reía mientras se sonrojaba- Pues mira, se me ha ocurrido que podemos probar esto de dominar y ser dominado durante un día entero, pero para que no sea uno el que tenga el control todo el rato, podríamos hacer turnos.

Oír esas palabras salir de su boca me dejaron totalmente impactado. ¿Estaba proponiendo un juego sexual? ¿Mi madre pidiendo dominar y ser dominada sexualmente por su propio hijo? ¿Realmente estaba despierto, o todo era fruto del sueño más increíble de la historia? Sin duda habían pasado pocos días, pero la mujer que yo conocía al llegar a esta casa no era la que en ese momento me estaba hablando.

-Ya veo... Cuéntame más -dije haciendo lo que podía por mantener los nervios-.

-Pues mira, podríamos tener como varios turnos cada uno, y utilizarlos cuando veamos conveniente. Cada vez que usemos ese turno pues se nos resta uno, así hasta llegar a cero.

-Vale creo que lo pillo. Serían como una especie de tickets canjeables.

-Exacto. Lo que no se es cuantos deberíamos tener cada uno. ¿Dos te parecen bien?

-Lo veo perfecto. Pero eso sí, ¿cuánto durarían los turnos? Porque si no ponemos límite va a ser algo lioso.

-Tienes razón no había pensado en eso... Mmm... ¡Lo tengo! El turno terminará cuando el dominante tenga un orgasmo. Eso sí, el dominante puede mandar cualquier cosa, como retos, tareas del hogar, etc. No tienen por qué ser cosas sexuales, que como tú has dicho no va a ser todo práctica jajaja.

-Me parece bien, pero... el dominante entonces puede tener un turno infinito ¿no? Quiero decir, si por ejemplo es mi turno puedo no correrme en todo el día y tenerte como una esclava.

-Claro... Y me estás diciendo que tienes la oportunidad de hacer con tu madre lo que sea -dijo poniendo énfasis en esas últimas palabras-, ¿y vas a decidir no correrte en todo el día?

-Touché.

-Jajaja. Bueno pues listo entonces. Eso sí, debemos poner un par de reglas. El juego comenzará mañana cuando nos levantemos, y empezará a contar el primero que decida gastar un turno.

-Vale, me parece bien.

-Otra regla tiene que ser que no vale mandar nada en público o que implique terceras personas, que ya estoy viéndote diciéndome que tengo que ir a comprar el pan desnuda o algo así.

-Pero mamá cómo puedes pensar algo así de mí, yo nunca te haría pasar un mal momento. ¿No serás tú la que querría mandarme algo así?

-Bueno... Jajaja claro que no bobo. Como voy a hacerle pasar vergüenza a mi pequeñín -dijo abalanzándose sobre mí y dándome efusivos besos por toda la cara.

-Vale vale te creo jajaja. Bueno pues con tu permiso yo me voy a la cama, que tengo que pensar qué hacer mañana contigo -dije dándole una suave palmada en el muslo-.

-Bueno pues no pienses mucho, no vaya a ser que te me quedes sin energía para mañana -dijo ella acercándose a mi boca y dándome un cálido beso de buenas noches en los labios-.

Acto seguido subí a mi habitación, donde comencé a planear todo lo que haría el día siguiente. En un principio pensé en trazar un horario paso por paso, pero luego me di cuenta de que sería más divertido si dejaba que las cosas fluyeran. Eso sí, pensé algunas cosas básicas para darle algo de forma. Me puse a buscar en Google algún Sex Shop por la zona, y descubrí que en una ciudad cercana había un par con bastantes buenas calificaciones, por lo que decidí irme pronto a dormir para madrugar y poder acercarme a hacer algunas compras antes de que mi madre se despertara.

Me levanté a la mañana siguiente sobre las siete. Me vestí rápidamente y cogí el coche de mi madre, intentando no hacer mucho ruido para no despertarla. A eso de las siete y media ya estaba en la ciudad, que, aunque era pequeña, tenía bastantes comercios. Sabía que la tienda a la que iba a ir abría a las 8, por lo que aún debía esperar. De igual manera decidí aparcar y acercarme para ir mirando cosas desde el escaparate. Cuando llegué vi que efectivamente seguía cerrada, pero el escaparate tenía una infinidad de accesorios y juguetes, por lo que podría echar el rato. Lo primero en lo que me fijé fue en unas esposas de terciopelo rosa. Sí, lo sé, demasiado cliché en cuanto a dominación se refiere, pero es algo efectivo y que siempre da bastante juego. Además me gustaba la idea de dominar, pero nunca me ha ido el rollo agresivo, como látigos y esas cosas. También me fijé en algo que me llamó más la atención. Se trataba de uno de estos pequeños vibradores que se introducen en la vagina, y que otra persona puede controlar mediante una aplicación móvil. Sin duda sabía que esto iba a volver loca a mi madre, y para que engañarnos, la idea de controlar sus orgasmos a aplacer me ponía a mil.

Había pasado unos minutos cuando me fijé que por el escaparate se asomaba la sombra de alguien, la cual se quedó unos segundos observándome. Tras esto volvió adentro y al rato oí como la puerta principal se habría. Yo pensaba que no habría nadie, pero para mi sorpresa una chica salió a recibirme.

-Hola. Perdona, ¿te puedo ayudar en algo?

-Ah hola. Si verás, venia buscando comprar algún juguete para mi novia -obviamente no podía decir para quien iban destinados realmente esos juguetes-, pero no me fijé bien a qué hora abríais y he llegado un poco pronto.

-Que raro ver a alguien tan madrugador por esta ciudad.

-Bueno somos de fuera la verdad. Hemos venido de vacaciones a una casa rural por aquí cerca.

-Anda no me digas. ¿No será la casa de Mercedes?

-Pues ahora que lo dices no sé ni cómo se llama la mujer. La que lo organizó todo fue mi m.... -por poco la cago pensé- ...novia... mi novia.

-¿Os atendió una mujer de unos sesenta, delgada, con el pelo castaño y corto?

-Sí, creo recordar que sí.

-Pues esa es mercedes. Si te digo la verdad no eres el primero que va de vacaciones a esa casa y se pasa por mi tienda. Oye chico que no sé qué tiene ese lugar pero hace a las parejas pasárselo de maravilla.

-Y tanto que sí jajaja -si yo te contara, pensé-.

-Pero bueno mira si con la tontería son ya casi las ocho. Ven anda pasa y vemos en qué puedo ayudarte.

De la que entrábamos pude fijarme más en la chica y la verdad es que era toda una monada. Bastante bajita, de ojos verdes, muy guapa de cara y con el pelo de un color rojizo la mar de llamativo. Era delgada pero con un pecho bastante prominente. Por supuesto nada comparado con las tetazas de mi madre, pero por su estatura y complexión destacaba bastante. Debía tener unos 30 años, lo cual me agradó, ya que yo me esperaba a una señora o un señor mayor, lo que me habría dado más corte tratándose de estos temas.

-Bueno pues dime, ¿estabas buscando algo en concreto?

-Bueno, sí y no. Es decir, venía con una idea pero no conozco nada sobre juguetes y esas cosas.

-Entiendo. ¿Y qué idea era esa?

-Perdona que esté un poco cortado, es que no suelo hablar de estos temas. Además, es la primera vez que vengo a comprar algo a un sitio así.

-No te preocupes es normal. Yo antes de trabajar aquí también era bastante reservada, pero al fin y al cabo el sexo es algo que deberíamos normalizar más. Además, si yo te contara lo que me piden algunos que vienen por aquí no me creerías, así que tranquilo que no me voy a sorprender jajaja.

-Gracias, me quitas un peso de encima jajaja. Verás habíamos hablado de hacer un pequeño juego de dominación. Nada fuerte, simplemente tomar el control y esas cosas. Entonces había pensado en comprar algo para hacerlo más entretenido.

-Bueno bueno, pues has dado con toda una especialista. Sin duda desde que descubrí eso de dominar y ser dominada mis relaciones han ido a mejor. Joder, acabo de parecer un anuncio de teletienda, ¿verdad? Jajaja.

-Pues ahora que lo dices un poco sí jajaja. Verás antes mirando el escaparate he visto un par de cosas que creo que podrían estar bien.

-Una de ellas son las esposas, ¿verdad?

-¿Cómo lo has sabido?

-Es en lo que casi todo el mundo se fija, y hacen bien. Son un básico pero que puede dar mucho juego. ¿Y en qué más te habías fijado?

-Lo otro era como un vibrador con control remoto.

-Ah sí sí. Vaya parece que tienes un buen ojo para ver lo que nos gusta a las mujeres. Verás ese nos llegó hace poco y la verdad es que todas las parejas que se lo han llevado me han hablado maravillas. Yo misma de hecho lo he usado un par de veces y te puedo decir que a tu novia le encantaría.

-Genial, pues esos dos me los llevo seguro.

-Muy buenas compras sí señor. ¿Y habías pensado en algo más o quieres que te recomiende?

-La verdad es que no me queda nada en mente. ¿Hay algo que se te ocurra?

-Mira por lo que me dices hay un par de cosas básicas, pero que os pueden ir bien. Por un lado el tema de la ropa es muy clave yo creo. En el sexo la gente siempre piensa en desnudarse de primeras, pero a veces la ropa puede jugar un muy buen papel. Mira por ahí hay varias prendas, por si luego quieres echar un ojo, que igual encuentras algo que te guste.

-Vale genial lo tendré en cuenta.

-Por otro lado un indispensable son los lubricantes. Es cierto que todos los hemos usado alguna vez, pero la mayoría de gente compra los genéricos de supermercado. En un Sex Shop obviamente hay mucha más variedad; con sabores, retardador del orgasmo, especiales para penetración anal, etc.

-Bueno nosotros es verdad que usamos alguno para masajes y tal, pero como tú dices es uno cualquiera. Eso del retardador de orgasmo nunca lo había oído, ¿cómo funciona?

-Bueno es un lubricante pensado sobre todo para gente que sufre de eyaculación precoz, pero algunas parejas lo usan para que el chico aguante más únicamente por diversión -como anillo al dedo, pensé. Si nuestro juego se iba a basar en que los turnos cambiaran cada vez que el dominante eyaculara, esto me vendría de perlas. Aunque como bien dijo mi madre, sería tonto si la tuviera a mi total disposición y no quisiera correrme en todo el día, por lo que esto sería únicamente para jugar un poco con ella-.

-Anda pues está súper bien. Quiero decir, no es que tenga problemas de eyaculación precoz ni nada por el estilo -sabía que efectivamente no tenía ningún problema, de hecho con mi madre tenía hasta más aguante de lo habitual, pero al justificarme tan rápidamente parecía que así fuera-. Bueno... Pues me has convencido, me llevaré uno de esos retardantes y uno normal.

-¡Genial! Me alegro que te animes. Verás que añaden un plus muy bueno. ¿Asumo entonces que no sois mucho de sexo anal? Perdona si te sueno algo brusca jajaja.

-No tranquila tranquila, al final he venido aquí por algo jajaja. Bueno la verdad es que nunca lo hemos probado. Nunca hemos hablado de ello siquiera, pero a mi al menos la idea no me disgusta.

-Bueno pues yo si fuera tú me llevaría un bote pequeñito por si os animáis durante las vacaciones. Pero si crees que no lo vais a usar no hace falta que te lo lleves eh, que parece que te estoy intentando vender toda la tienda jajaja -se notaba que la chica aparte de maja era sincera-.

-A este paso te lo voy a comprar todo sí jajaja. Pero no te preocupes, en serio, agradezco que me aconsejes. Además creo que tienes razón, me lo llevo y si nos animamos pues oye, mejor tenerlo a mano.

-Sin duda eres de los míos jajaja. Mira y por último tengo algo un poco más atrevido, por lo que no sé si es lo que estaréis buscando. Se trata de este pack de dominación que nos ha llegado hace poco. Viene con un antifaz, un collar con correa y un conjunto de lencería especial. Puede sonar un poco fuerte el tema del collar y la correa, pero al igual que las esposas son de un material muy suave y nada agresivo. Además es algo que puede usar cualquiera de los dos, por experiencia te puedo decir que no duelen nada y que pueden dar mucho juego.

-Sí que suena un poco más fuerte de lo que tenía pensado sí -joder, por experiencia por experiencia. Parecía que la tía había probado todo lo de la tienda-. Bueno igualmente me parece que le podemos sacar partido. ¿Has dicho que la lencería era especial no?

-Bueno la mayoría de lencería está pensada para ser sexy, pero a la hora del sexo todas nos la acabamos quitando. Esta está pensada para no tener que quitarla, ya que tiene un par de cierres que se pueden abrir. Mira ven y te lo enseño.

La seguí hacia la zona de ropa, donde había un par de maniquís con conjuntos de lencería puestos.

-Mira, estos son el mismo modelo pero en distintos colores. Como ves es un conjunto de encaje de lo más típico, el cual consta de unas medias con liguero, unas braguitas, un sostén y un fino camisón. La gracia es que tiene un par de botones en sitios clave, de esta manera puedes desabrochar la parte que cubre el pecho, o la que cubre la vagina, quedando así la estructura de encaje alrededor pero dejando al aire las zonas erógenas.

-Ya veo ya. Pues me parece una idea genial, mucho más práctico que la ropa tradicional. Pues me voy a llevar el blanco, que creo que le gustará mucho a mi novia.

-Estoy segura de que sí. Mira pues si quieres yo te voy preparando todo. Mientras echa un ojo aquí a la sección textil, que igual encuentras algo más que le pueda gustar. Bueno y si ves algo más que te llame la atención o tienes alguna duda pregunta sin miedo.

-Perfecto pues voy a ver qué encuentro.
 

heranlu

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Tras esto eché un ojo más por la tienda y me decanté por comprar un conjunto más. Usé el dinero que había ganado durante el verano, dinero que tenía pensado invertir en algún viaje o festival con amigos, pero pensándolo mejor este era un plan bastante más apetecible en el que gastar. Una vez en el coche me puse a revisar todo lo que me había llevado. Por un lado teníamos las esposas, las cuales estaba seguro de que iba a usar. Por otro lado continuando en la misma línea, estaba es pack de dominación. Sabía que tanto el antifaz como la lencería los usaría sí o sí, pero el resto me daba un poco más de reparo. Abrí la caja y efectivamente el collar era muy suave, acolchado por dentro y forrado también de una especie de terciopelo, por lo que sería muy cómodo de usar. Además seguramente ambos lo íbamos a disfrutar, ya que había descubierto lo mucho que le gustaba que la agarraran del cuello, y lo mucho que me gustaba a mí agarrarla. Los lubricantes como bien decía la chica eran un básico que iba a comprar sí o sí, pero no me esperaba que con unos usos tan curiosos. Y finalmente, el vibrador control remoto, seguramente lo que más ganas tenía de probar. No hace falta que os explique el morbo de poder controlar en cualquier momento el placer de tu propia madre con un solo botón, supongo que os haréis una idea.

Con la tontería eran más de las nueve y mi madre no tardaría en levantarse, por lo que volví rápidamente a la casa. Una vez llegué le preparé un buen desayuno. Tostadas, café, fruta, de todo un poco. Una vez todo listo subí a darle los buenos días. Entré despacio a la habitación, dándome cuenta de que efectivamente seguía dormida, ya que todo estaba a oscuras. Abrí las cortinas y pude ver cómo el sol se reflejaba en su piel, tapada únicamente por un fino y fresco camisón. Sin duda mi madre me ponía a mil, pero más allá de lo sexual se podía decir que era una mujer preciosa.

-Buenos días mami -dije con un todo de voz suave mientras le daba un beso en la mejilla-. Venga que ya ha empezado el día.

-Ay buenos días cielo... -decía ella con los ojos todavía cerrados mientras se incorporaba poco a poco-. ¿Qué hora es?

-Casi las diez.

-Ayyy cariño es muy prontoo... -decía mientras se volvía a recostar, tapándose de la luz con las sábanas- Estamos de vacaciones, déjame dormir un poco más.

-De eso nada, que hoy es un gran día y hay mucho por hacer. Además ahora mismo decido empezar mi primer turno, por lo que tienes que obedecerme y levantarte -dije yo entre risas-.

-¿Primer turno? No tengo ni idea de lo que me hablas...

-Anda anda no te hagas la tonta. Venga que te he preparado el desayuno y se te va a enfriar. Además, te he comprado unos regalitos, pero solo te los daré si te portas bien claro.

-¿Desayuno? ¿Regalos? Oye pues no va a estar tan mal esto, yo que pensaba que me ibas a tener de sirvienta todo el día.

-¿Pero qué clase de hijo te crees que soy? Anda te espero abajo. -dije mientras salía por la puerta-.

Tras unos minutos mi madre por fin bajó al comedor, donde yo había preparado todo un bufet a su gusto. En ese momento me di cuenta de que eso era algo que nunca había hecho por nadie, por ninguna de las chicas con las que había estado. Es cierto que la mayoría de relaciones que había tenido (las cuales no eran muchas) habían sido rollos que solían acabar en nada, pero la sensación aquí era distinta. No puedo decir que lo que tenía con mi madre fuera una relación amorosa novio novia, pero tampoco simplemente un rollete sexual, ni mucho menos una relación madre e hijo, claro. Digamos que era una mezcla extraña. Por un lado estaba el amor incondicional que un hijo tiene hacia una madre y viceversa, lo cual no deja de ser una relación amorosa, aunque no romántica. Por otro lado claro, estaba el tema del deseo sexual. Yo hacía tiempo que tenía sentimientos de deseo hacia mi madre, algo que supongo casi todos hemos tenido alguna vez (al menos los que me estáis leyendo estoy seguro de que sí). La cosa es que ese deseo residía en una fantasía, por lo que nunca imaginé que fuese recíproco. Yo deseaba a mi madre, quería sacar mi lado más animal con ella, pero ella sentía lo mismo. Ella quería follarme a mí y solamente a mí, y yo claro quería que ella me follara. Este deseo, claramente potenciado por el factor tabú del incesto, y sumado al amor más fuerte que existe, el de una madre y un hijo, creaba una relación al siguiente nivel, una relación que me hizo ver que no solo quería sexo, sino que realmente me estaba enamorando de ella.

Después de mis reflexiones mentales comenzamos a desayunar mientras charlábamos. Obviamente comenzaron a saltar algunos chascarrillos sobre lo que ocurriría en el día, pero no se volvieron el tema principal de conversación, ni tornaron esta en algo explícito. Esto en parte me agradó, ya que podíamos hablar de cosas más allá de nuestra relación, hablar como dos personas conociéndose realmente.

-Oye cariño, ahora que lo pienso, ¿tú de dónde has sacado esos regalos que dices que tienes?

-Antes de que te levantaras cogí el coche y me acerqué a la ciudad para hacer algunas compras.

-¿Cogiste el coche? Qué raro para ti. En prácticamente el año que llevas con el carnet no has querido usarlo nunca.

-Bueno pues para que veas que me voy haciendo mayor. Además, me apetecía tener algún detalle contigo.

-Awww cielo eso es muy dulce por tu parte -dijo poniendo cara conmovida y acariciándome con ternura la cara-. Jo, ahora me siento mal, me tratas como una reina y yo no tengo nada con lo que compensarte.

-No seas tonta mamá. Tú me has dado mucho siempre, así que ahora en todo caso soy yo el que debe compensarte. Además, estas vacaciones es si mismas ya han sido todo un regalazo para mí, créeme jajaja.

-Bueno creo que para ambos han sido unas muy buenas vacaciones -dijo con cara sonrojada-.

-Me alegra saberlo. De verdad que ni en mis mayores fantasías me hubiera imaginado tener algo así contigo, es como un sueño.

-¿Fantasías? No me digas que ya habías visto a tu madre de esa manera... O sea que te sintieras... Ya sabes... -se empezaba a poner nerviosa-

-¿Cachondo por ti? Vamos mamá sabes perfectamente que me vuelves loco desde hace años. ¿O crees que cuanto te desaparecía la ropa interior era por casualidad?

-Bueno supongo que nunca me lo llegué a plantear seriamente. O sea alguna vez sí que pensé que tú me las habías cogido, pero solo porque te llamaban la atención, ya sabes, curiosidades de la edad y eso.

-Por la edad, claro. Entonces antes de venir de vacaciones, esas bragas lefadas que recogiste de mi habitación, ¿estaban así por curiosidad no?

-Bueno vale he de reconocer que ahí empecé a sospechar un poco jajaja. Bueno lo que sí sabía era que me espiabas cuando me duchaba.

Ahí si que la situación me dio algo más de vergüenza, ya que pensaba que eso era algo de lo que nunca se enteraría nadie. El día que descubrí esa rendija en la puerta del baño pensé que era de los mayores logros que había conseguido, aunque a día de hoy el considerar ver a mi madre desnuda como un logro se queda un poco corto claro.

-¿Cómo? Lo... ¿Lo sabías? ¿Y por qué nunca me echaste la bronca?

-Bueno pensé que era algo normal. Nunca he sido muy exhibicionista precisamente, de hecho todo lo contrario, pero me daba igual que mi hijo me mirara desnuda. Supuse que si tenías curiosidad mejor verme a mí que andar buscando cosas por internet o dejándote dinero en revistas.

-Pues no tenía ni idea mamá. Oye eso sí, a papá no se lo dirías, ¿no?

-Uy hijo no no, buena gana tenía yo de aguantar sermones. Eso sí, tuve que dejar de masturbarme en el baño y empecé a hacerlo en nuestro cuarto claro, que una cosa era que me vieras desnuda y otra en pleno acto.

-Vaya vaya, pues si no recuerdo mal hace unos días me dijiste que tú no hacías esas cosas eh -dije yo con un tono de broma-.

-Bueno es que una madre tiene que aparentar seriedad delante de su hijo, ¿o qué pensarías de mí si me vieras haciendo esas cosas? -ambos reímos dada la ironía-.

-Oye pues el día antes de venir aquí no te cortaste en dar rienda suelta eh, que yo te dije que te había oído pero bien que te vi ahí machacándote...

-Si te digo la verdad ni lo pensé, en ese momento estaba tan caliente que no pensé que me pudieras estar mirando. Obviamente cuando salí y vi la puerta del baño recién fregada me di cuenta de que no era la única que había disfrutado jajaja -de nuevo los dos reímos-.

-Ves mamá, si me has dado más regalos de lo que tú crees.

-Oye pues al final no voy a ser tan mala madre.

-Tan mala no, eres la mejor madre del mundo, por eso te quiero -dije acercándome a su boca-.

-Yo también te quiero cariño.

Tras esto nuestros labios se juntaron, fundiéndonos en un tierno y romántico beso que duró varios minutos.

-Eso sí mamá, estoy pensando que si de verdad quieres compensarme podrías invitarme a comer, que llevamos días encerrados en casa y apetece salir un poco, ¿no crees?

-Oye pues tienes razón. Me parece tan buena idea que voy a omitir el que me hayas hecho el lío para que sea yo la que invite jajaja.

-Jajaja. Bueno qué te parece salir de aquí a la una y media o por ahí.

-Lo veo perfecto, así me da tiempo a tomar un poco el sol y arreglarme.

Después de esto la mañana fue pasando y cada uno hizo un poco lo que quiso. Mi madre estuvo buena parte de la mañana tomando el sol y leyendo, tiempo que yo aproveché para ducharme y verme alguna serie que me había descargado en el iPad. Más tarde ella se metió en el baño para ducharse y arreglarse, ponerse guapa básicamente. Y vaya si lo hizo.

A la una y media más o menos yo ya estaba en el salón vestido y listo para irnos. No me había puesto como para ir a una boda, pero sí algo más arreglado de lo normal, con una camisa azul y unos pantalones largos blancos. Cuando por fin mi madre se presentó en la puerta casi me da in infarto de lo guapa que estaba. Llevaba unos tacones no muy altos, lo justo para resaltar su bonita figura; una falda que le quedaba por encima de las rodillas con un estampado de cuadros negros y grises, y una blusa de manga larga color verde oscuro. La blusa no tenía apenas escote, pero es cierto eso que dicen de que a veces es mejor sugerir que enseñar, y este era un claro caso. El pelo lo llevaba suelto con su ondulado natural, y además se había maquillado un poquito resaltando sus ya bonitas facciones. Sin duda una auténtica MILF de pasarela.

Tras esto nos montamos en el coche y ella condujo hasta un restaurante en el centro de la misma ciudad que horas antes yo había visitado. Era un italiano con bastantes buenas reseñas, nada del otro mundo eso sí. Un restaurante sencillo pero que tenía buena pinta. Bueno el resto ya os lo podréis imaginar, comimos, bebimos y charlamos. La gracia vino cuando, justo antes de los postres, me decidí a darle su primer regalo. Como ya os podréis imaginar, sí, me había traído el vibrador a control remoto. El tiempo que mi madre estuvo en la ducha yo aproveché para dejarlo todo configurado y vinculado con mi móvil, por lo que ella sólo tendría que ponérselo y listo. La chica del Sex Shop me lo había metido todo en unas bolsitas muy sobrias y nada reveladoras, por lo que era seguro sacarlo ahí delante sin que nadie sospechara nada.

-Bueno mamá, quería esperarme a llegar a casa pero aquí tienes, tú primer regalo.

-Ayy hijo pero no tenías por qué -dijo comenzarlo a abrirlo-.

-No no, espera. Es un poco delicado, sería mejor que fueras al baño para abrirlo.

-Uy miedo me das. Pero dame alguna pista anda.

-Nada nada, que si no se chafa la sorpresa, ve al baño y lo verás. Viene dentro un librito con los pasos que tienes que seguir.

Después de mirarme con cara dudosa e intrigada, cogió su bolso y fue hasta el baño. La caja efectivamente traía un libro donde ponía las instrucciones para ella, pero no ponía nada sobre cómo se usaba, sino que eso venía en otras instrucciones que yo mismo me encargué de quitar. De esta manera la sorpresa sería asegurada, ya que solo sabría que se trataba de un vibrador, pero no que yo podría controlarlo. Después de unos minutos volvió a la mesa con la cara algo sonrojada y mirándome extrañada.

-¿Qué tal? ¿Te ha gustado?

-Bueno mentiría si dijera que no, pero no entiendo muy bien qué es. O sea he leído lo que es, pero no hace nada.

-Pero te lo has...

-Sí sí -decía ella cortándome rápido y mirando hacia los lados algo avergonzada-.

-Pero lo llevas... Ya sabes...

-Sí bueno, es lo que ponía en las instrucciones.

-Pues no sé. Mira si quieres vete al baño y te lo quitas, no vaya a ser que esté defectuoso.

-Van a pensar mal si voy tanto al baño eh -decía ella entre risas mientras se levantaba-.

-Jajaja. Oye por cierto yo ya estoy lleno. ¿Quieres que pidamos los postres para llevar?

-Vale por mí genial, que ahora no tengo hambre pero luego seguro que me apetece.

Tras esto se levantó y se dirigió hacia el baño. Una vez vi que entraba esperé un par de segundos y decidí activar el primer nivel de vibración antes de que se lo sacara. Obviamente no pude ver lo que pasó en ese momento, pero podía imaginarme perfectamente su desencajada cara, mezcla del repentino e inesperado gustazo y la lógica confusión. No salió del baño en un buen rato, por lo que deduje que no se había sacado el vibrador, sino que habría aceptado no dejar escapar ese placer que aquel desconocido amiguito le estaba proporcionando, o más bien, yo le estaba proporcionando. Fui jugando con los niveles, subiendo y bajando, pero después de varios minutos decidí darle a máxima potencia, ya que sabía que ella estaría rogando por correrse. Efectivamente no pasó mucho tiempo para que saliera del baño, con la cara eso sí roja como un tomate y algún botón de la camisa mal abrochado. Por mi parte le dediqué una sonrisa, sonrisa que ella me devolvió con los ojos abiertos fruto de la impresión. Pagamos y nos fuimos con los postres, disimulando y sin comentar nada hasta llegar al coche, ya que el tiempo que estuvo en el baño y como salió eran suficientemente sospechosos. Una vez llegamos al coche esto cambió, claro.

-Vale, vas a explicarme ahora mismo que coño ha sido eso -decía ella sería pero para nada enfadada-.

-¿Por? ¿No te ha gustado tu regalo? -decía yo entre risas-

-¿Que si me ha gustado? Cabronazo casi me desmayo del gusto cuando ha empezado vibrar. No se cómo has hecho eso pero ha sido increíble.

-Es un vibrador a control remoto jajaja. Mira lo estaba controlando con una aplicación en el móvil.

-¿Estás de coña? O sea, que me estás diciendo que eso que he sentido, lo estabas haciendo tú desde la mesa.

-Más o menos.

-¡Menudo hijo pervertido que tengo! -por fin se rio- Pues menos mal que no había nadie en el baño, a ver cómo explico yo por qué casi me caigo al suelo jajaja.

-Jajaja. Bueno pues me alegro de que te haya gustado tu primer regalo.

-¿Primero? Joder pues como todos sean así...

-Bueno este sin duda era el mejor, pero los otros tienen su encanto.

-Con que sean la mitad de entretenidos que este me vale. Ufff que sofoco me ha dado... Oye esto me recuerda, ¿no se supone que estamos en tu turno de dominación? Porque raro me parece que todavía no me hayas pedido ninguna guarrada de las tuyas.

-¿De las mías? -dije mirándola con cara de reproche mientras ambos reíamos-. Bueno que no te pida cosas no significa que no esté usando mi turno. Por ejemplo sé que ahora me pedirías probar de nuevo el vibrador, pero soy yo el que decide cuando y donde usarlo -le dije acercándome a su boca y mirándola fijamente a los ojos-.

-Joder cielo... No te haces una idea de lo cachonda que me acabas de poner -dijo ella susurrando para seguidamente comerme la boca de una manera totalmente animal-.

-Mmmm... Pues creo que te vas a tener que quedar con las ganas. ¿Qué tal si de momento subimos a algún mirador a comernos los postres?

-Me parece que me tocará conformarme -dijo recobrando la compostura y arrancando el coche-. Aunque a mí lo que me apetecía comerme es otro tipo de postre...

-Hay que ver que madre más sucia tengo...

No os voy a negar que en ese momento tenía la polla a punto de reventar, y que de ser otra la situación hubiera rogado porque nos hubiéramos ido directos a la casa. Pero en ese momento supongo que me di cuenta de por qué el día anterior mi madre no quiso seguir con nuestros juegos en la ducha. Ciertamente hay veces que el dejar a la otra persona con las ganas de poseerte ahí mismo da un chute de morbo que pocas veces había vivido. Tras esto subimos a un mirador que se encontraba justo subiendo la montaña a unos minutos del restaurante. Decidimos salir fuera a comernos los postres mientras observábamos las vistas de la ciudad, aunque pasados apenas cinco minutos por desgracia empezó a llover a mares, por lo que de nuevo tuvimos que refugiarnos rápidamente en el coche. Esto hizo que el resto de coches que estaban por la zona y la gente que estaba paseando huyeran rápidamente, dejándonos completamente solos bajo la tormenta. Tras esto se hizo el silencio, silencio el cual únicamente rompían las gotas de agua cayendo sobre el capó del coche mientras ambos nos mirábamos a los ojos, sabiendo lo que iba a pasar.

-¿Recuerdas que me preguntaste si estábamos en mi turno de dominación?

-Hmm... -sintió ella con cara de curiosidad-.

-Pues creo que ha llegado el momento de que te lo demuestre. Vamos a la parte de atrás, que estaremos más cómodos.

Nos colamos hasta los asientos traseros para no tener que salir y mojarnos. Por suerte tenemos un monovolumen bastante grande, por lo que no hubo mucha dificultad para movernos. Una vez ya más cómodos, le ordené que se sentara sobre mis piernas y, tras acariciarle el pelo y mirarnos a los ojos, nos fundimos en un apasionado beso, lento pero sin pausa. Empezamos como si nos diera vergüenza, usando solo los labios mientras nos acariciábamos el uno al otro, pero yo no tardé mucho en comenzar a meter mi lengua y recorrer su boca. Esto dio lugar a que ese inocente beso se convirtiera en una danza de lengua y saliva como pocas he vivido, dejando algún hilo de babas entre nuestras bocas cuando parábamos para mirarnos a los ojos. Yo me quité como pude la camisa mientras ella empezó a desabrocharse su blusa, blusa de la cual se desprendió casi a la vez que del sostén. De nuevo tenía esa preciosas tetas delante mío, esas tetas a las que tantas pajas había dedicado, una vez más a mi alcance. Comencé a besarle el cuello y los hombros, bajando poco a poco mientras ella se frotaba contra mí y me acariciaba el pelo. Con ambas manos conseguí a duras penas abarcar ese par de melones, mientras mi boca comenzó a comerse esos ricos, rosados y oscuros pezones que tan loco me volvían. Esto hizo que sus movimientos empezaran a ser algo más duros, frotándose contra mi muslo y dejándome la pierna cada vez más húmeda.

-Vaya... Parece que mamá se está poniendo juguetona...

-Mmm sí cielo... Ya sabes lo mucho que me gusta que me comas las tetas... Agghhh pero ten cuidado, que sabes que las tengo muy sensibles...

-Tranquila cariño -dije entre lamidas y leves mordiscos, sumando algún que otro chupetón a sus senos-. Dime... ¿quieres que te coma otra cosita?

-Ufff si... Me encantaría...

-Pero tienes que pedírmelo por favor -dije apretando un poco más sus pezones-.

-Aghhhs sii... Por favor cielo quiero... Quiero que me lo comas... Estoy demasiado mojada y quiero que me comas el coño...

Tras esto nos dimos la vuelta y la posé sobre el asiento, quitándole todo menos la falda, la cual le daba un toque muy morboso. También le saqué el vibrador, a lo que ella puso cara de niña a la que le acaban de quitar un caramelo, pero no le importó mucho cuando recordó lo que estaba a punto de hacer. Empecé como a mi me gusta, con suaves besos por toda la zona, acercándome poco a poco mientras contemplaba ese húmedo coño. Sin un pelo, bien hinchado, algo rojo por la excitación, y emanando esos ricos y viscosos fluidos, lo cual me indicaba que estaba listo para ser comido. No la hice de rogar y le di una larga lamida, empezando casi desde ano para después pasar a sus sensibles labios menores y, finalmente, llegar a su excitado clítoris. Esto claro causó que sus rápidas respiraciones pronto se transformaran en gemidos. Después de unas cuantas lamidas decidí centrarme en succionar el clítoris mientras la penetraba con un par de dedos. Ella por su parte se concentró el gemir y gritar cada vez más fuerte mientras se intentaba llevar las tetas a la boca, lamiendo y chupando sus delicados pezones. No fueron muchos los minutos que pasaron hasta que comenzó a darme indicaciones de que estaba a punto, por lo que decidí agarra abriéndola bien te piernas, tocando prácticamente un pie cada ventanilla mientras chupaba y lamía con más fuerza que nunca. Su espalda comenzó a arquearse y sus gritos se volvieron más altos aún, soltando entre espasmos un chorro de corrida el cual fue directo a mi boca, chorro que claro yo recibí encantado, tragándome hasta la última gota que salió de las entrañas de mi madre. El orgasmo eso sí no se detuvo ahí, sino que yo seguí lamiendo sin para un solo segundo, haciendo que fueran más de una y de dos las corridas que me madre me regaló entre gemidos y espasmos de puro placer.

-Ufff cariño... No sé cómo... Pero siempre haces que me corra como un animal...

-Me encanta verte así mami -dije mientras seguía besando su encharcada entrepierna-

-Bueno... -todavía estaba recobrando el aliento- ¿Ahora me dejarás compensártelo?

-¿Qué quieres hacerme?

-Quiero chupártela cariño... ¿Puede mamá hacerte una mamada?

-Veo que vas aprendiendo a pedir las cosas. ¿Y qué pasa si te digo que no?

-Mami se pondría muuy triste -de nuevo usaba esa voz de niña buena mientras ponía morritos, señal de que estaba completamente metida en el juego-.

-Bueno si tan triste te pondrías...

Su expresión se vio inundada por una lujuriosa sonrisa mientras yo me sentaba a su lado. Tras esto se arrodilló entre mis piernas, quitándome los pantalones y agarrando mi polla para comenzar a besar la parte baja de esta. Esta vez parecía no tener prisa, dando unas lentas lamidas por el tronco, bajando hasta los huevos y metiéndoselos en la boca, para, finalmente, llegar hasta el glande. Empezó a ensalivarlo dando suaves chupadas, lo cual en verdad no hacía falta, ya que mi pene estaba embadurnado en líquido preseminal desde que comenzaron los besos. Tras un buen rato de lenta y lubricada paja comenzó lo bueno de verdad. De esta manera abrió bien la boca para tragarse toda mi extensión hasta el fondo, pero esta vez de una forma muy lenta, por lo que pude sentir cada rincón de su boca. Nunca me olvidaré de la sensación que tuve, mi pene pasando más allá de su garganta, con esta ensanchándose poco a poco, abriendo camino mientras su lengua llegaba a lamer mis huevos. Si el cielo existía no debía ser muy distinto a eso, pensé.

-Dioss mamá... Me estás matando...

-Ghhhh... -me encantaba ver como se sacaba toda mi polla poco a poco, dejando una cortina de babas las cuales recogía para poder pajearme con facilidad-. ¿Te gusta cielo? ¿Está mami haciéndolo bien? -decí con una sonrisa para seguir chupando-.

-Agghhh joder... Me encanta... Me encanta lo bien que la chupas...

-Más me encanta a mi chupártela... Mmm... Quiero comerte la polla y que luego me des lechita...

-Ufff... ¿Y dónde la quieres? ¿Dónde quieres que te de mi lefada? Agghh...

-Donde tú quieras amor... Ahora mismo soy tu puta cariño, puedes hacer conmigo lo que quieras...

-Agghhh... Pues quiero... Joder quiero correrme dentro de ti... Agghhh quiero follarte y llenarte ese coñito con mi leche...

-Pensaba que no me lo ibas a pedir nunca...

Tras esto ella me regaló una buena garganta profunda y se levantó para ponerse encima de mí exactamente en la misma posición en la que todo había empezado. No tardé mucho y dirigí mi rígido pene hacia su caliente entrada, metiéndole la punta poco a poco mientras ella se iba sentando muy lentamente. Nuestros lubricados genitales no tardaron en unirse en una lenta pero contundente penetración, sintiendo así como su estrecha y suave vagina se veía abierta y ensartada hasta su límite por mi venosa y dura polla. Comenzamos de esta manera una lenta y dulce follada, la cual dirigía mi madre con unos lentos pero profundos movimientos, disfrutando de nuestros cuerpos mientras nos besábamos y acariciábamos. ¿Sabéis esa sensación en el estómago cuando estáis en una montaña rusa? ¿O cuando un coche arranca muy rápido? Pues esa misma sensación era la que yo estaba sintiendo con cada una de esas lentas y profundas penetraciones.

-Joder mamá me encanta lo apretada que estas...

-Eso es porque tu polla me mata cariño... Aghhh la tienes tan dura que parece que me vas a partir...

-Agghhh... Pues tomate tu calma cielo... Disfruta de esta polla mientras me follas...

La cosa poco a poco empezó a tomar ritmo. Ella empezó a frotarse con algo más de ganas, apretando su clítoris contra mi pubis y comenzando a gemirme al oído, dándome incluso algún mordisco en la oreja. Yo empecé a comerle las tetas con suaves lamidas, lamidas las cuales comenzaron a tornarse más bruscas conforme mis penetraciones empezaban a tomar un ritmo más fuerte. Esto hizo que ella dejara de frotarse para empezar un sube y baja mientras sus manos se aferraban a las agarraderas del coche, demostrando así que no era su primera experiencia dentro de uno. Nuestra follada empezó a tomar velocidad y brusquedad, dando rienda a nuestra pasión incestuosa y nuestro depravado deseo. El coche botaba bajo la lluvia, pero los únicos sonidos que se escuchaban eran nuestros gemidos mezclados con los chasquidos de mis embestidas contra su palpitante y encharcado coño.

-Aaaghhh joder cariño... Si... Siii... Sigue por dios...

-¿Te gusta mami? Aghhh... ¿Te gusta andar follándote a tu propio hijo? -a mi me encantaba jugar ese juego, y sabía perfectamente que a ella la encendía a más no poder-.

-Agghhh sii amor me encanta... Ufff... Me encarta follar con mi hijo...

-Agghhh joder... Eres una mami muy guarra... Mmmm seguro que en el restaurante estabas deseando que te follara en el baño...

-Si cariño... Aghhh quería que me reventaras ahí mismo... Joder sigue... ¡Sigue! Aggghh...

-Aaghhhh sii... Cabálgame mamá... Ufff quiero que te corras con mi polla...

-Si amor por favor... Quiero correrme... Agghhh quiero correrme y que me llenes de tu lechita... ¡Agghhh!

-¿Quieres correrte? Entonces pídemelo... -dije acelerando algo más las penetraciones- ¡Agghhh joder! Pídemelo como una niña buena...

-¡Aaaghhh! ¡Por favor cariño fóllame! Ufff me encanta lo rico que me lo haces... Reviéntame hasta que me corra por dios...

-Aaghhhh joder mamá me estás matando... Mmmm... Pues te voy a dar lo tuyo... Te voy a follar y te voy rellenar este coñito tan rico que tienes... Aghhhhh...

En ese momento una de mis manos fue directa a agarrar su cuello, haciendo que mi antebrazo quedara atrapado ante ese par de tetas, las cuales rebotaban arriba y abajo, rozándome por momentos la cara. Mi otra mano se dirigió hacia su culo, concretamente hasta su ano, introduciendo con mucha facilidad el dedo corazón, para más tarde introducir un segundo dedo. Esto hizo que mi madre soltara un grito de placer el cual se tuvo que oír en toda la montaña, cosa que a ninguno de los dos nos importó.

-¡Uy así, así! Rómpeme el culo cielo... ¡Aaaghhhh!

-Te gusta que te follen el culo eh... Aghhh joder... Joder mamá estoy a punto... ¡Aaghhhh!

-Yo también amor... Aghhh sii... Fóllame rico como tú sabes nene... ¡Aagghhh joderr!

-Aaghhhh vamos cariño... Córrete para mi... ¡Aagghhh! ¡Se una putita buena y córrete para tu hijo!

-¡Sí! ¡Agghhh joder siii! -gritaba mientras ella también me agarraba del cuello-. Que rico por dios... Me corro... ¡Me corro, me corro! ¡tú puta se está corriendo cariño! ¡aagghhhh!

-Yo también me corro mamá... Mierda me voy... ¡aagghhh! ¡Me voy, me voy!

En ese momento ella cayó rendida entre espasmos sobre mi pecho mientras yo la abrazaba, manteniendo mi pene metido completamente en su vagina, como si tratara de inseminarla. Pude notar como más de seis o siete chorros se vaciaron en sus entrañas, haciendo que al rato mi semen, mezclado con su corrida y sus fluidos comenzaran a rebosar, manchando mis ya mojadas piernas. En esa misma posición y con nuestros cuerpos todavía enganchados, pasamos varios minutos abrazados, mimándonos y comiéndonos la boca, como dos amantes después de su noche de bodas. Esto claro hizo que mi polla, la cual apenas se había deshinchado dentro de su caliente y palpitante coño, comenzara a pedir algo más de acción. Lo malo vino cuando ella me recordó (con una maléfica sonrisa) que me había corrido, por lo que mi turno había acabado. Tras esto nos relajamos un poco entre caricias y arrumacos, para después limpiar como buenamente pudimos aquel estropicio que habíamos formado y regresar a casa. Era cierto que mi turno había terminado, pero me daba curiosidad y un tremendo morbo el ver lo que mi madre tendría preparado para mi.
 
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