Empleada Madura. En la oficina

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Virgen
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Ene 16, 2012
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Siempre me han gustado las maduras, desde que mi madre se metió en mi cama una noche de verano y me hizo hombre. Estaba trabajando en una compañía aseguradora como ejecutivo, trabajando directamente con el gerente general.
Tenía mi propia oficina como staff del gerente, las señoras de la limpieza pasaban y volvían, muchos no las saludaban, eran fantasmas que limpiaban pero yo siempre era amable con ellas cuando se asomaban por mi oficina, así me aseguraba que me limpiarán bien.
Cuando estaban de cumpleaños, les tenía un regalo, pronto entre ellas lo comentaron, así que cuando una iba a estar de cumple, me avisaban. Eran simpáticas conmigo, yo era el más joven del piso.
Un día llego mi amor, era una señora rubia delgada pequeña, tenía buen físico, la mayoría de las señoras estaban un poco pasadas de peso, pero esta su herencia seguramente europea la ayuda.
Me gusto desde el principio y no era coqueta, pero yo también le gustaba, pasaron los meses y me fui haciendo amigo de ella, siempre en tono muy formal, estábamos en el piso de la gerencia en el edificio y todos eran nos estirados.
Llego su cumpleaños, el cual me aviso el día lunes apenas paso por mi oficina. Le pregunté si quería algo especial. Me dijo: podría ser, sonriendo pícaramente.
Yo ya había averiguado que estaba separada, tenía 2 hijas casadas jóvenes, cada una con una nieta. El marido era un perdedor, que trabajaba en otra ciudad.
Qué edad tendría, es difícil saber. Considerando a las hijas, tenía más de 45 o cincuenta.
Pero para mí era la presa perfecta y lo único que quería era tenerla en cuatro mientras la sodomizaba, era pequeña así que me subiriria sobre ella como una perrita. Tenía una erección de sólo pensarlo.
De regalo, le regale un chocolate y unas medias negras.
Eran su debilidad, siempre llevaba medias. Pero estas no eran panties, cada una se ponia por separado, eran caras y de buena calidad. Al recibir el paquete no lo abrio, me dio las gracias y se fue.
Días despues cuando estaba solo en mi oficina, se aparecio y me dijo: gracias por el regalo, las voy a utilizar en alguna ocasión especial.
Le dije que eso esperaba. Llego el fin de año y mi gran oportunidad, estabamos haciendo el presupuesto del próximo año para presentarlo al directorio de fin de año.
Estuvimos trabajando 2 semanas y la noche previa cuando todo estaba listo, llegaron los inevitables cambios de ultima hora, se habian puesto ambiciosos por nuevas noticias del mercado y había que cambiar la presentación.
Así que nos quedamos hasta tarde, un par de gerentes y el gerente general. Finalizamos a las once de la noche, todo revisado 2 veces.
Recibimos felicitaciones del gerente general, el iba a exponer y no quería sorpresas con los viejitos del directorio. Todos se fueron y yo me quede para sacar la última copia impresa.
Así que me fui para mi oficina para hacerlo, estaba en eso cuando entro mi amor. Me dijo: Que sorpresa, trabajando hasta tarde. Le dije: Si es una ocasión especial.
Se sonrio: Le falta mucho, por que vuelvo en un rato, no hay nadie, así que limpio los otros escritorioas, para terminar en su oficina. Ok, vuelva en un rato.
Le mire las piernas y como siempre tenia medias, pero no las que yo le regale. Segui con mi trabajo, imprime todas las copias, las encuaderne y las puse en las carpetas correspondientes.
Ya había terminado, cuando ella llego. Se había puesto mis medias que yo le habia regalado.
No nos dijimos nada, avance y nos besamos. Era una ricura, con el cuerpo atletico, los senos turgentes.
Estaba a mil, ya tenía una erección, nos seguimos besando con pasión, ella se aparto de mí y comenzo a sacarle su traje era una blusa y una falda.
Quedo vestida solo con las medias, su coño estaba depilado. El sueño erótico de muchos.
Avanzo hacia mi y se arrodillo, me bajo los pantalones y saco mi pene, me miro, le dio un beso y comenzo a lamerlo, era increíble, una profesional, lamio mis bolitas,y siguio chupando mientras yo movia las caderas, pero no me dejo eyacular.
Se levanto, paso a mi lado y se apoyo en una de las sillas inclinada hacia adelante dejando su trasero y sus labias a mi disposición. Me desnude y avance hasta tocar con mi pene su vulva, esta humeda esperandome, me arrodille y me puse a lamer sus labias, pero ellas se quejo: No, metemelo ya, mi amor.
Me levante y nuevamente puse mi pene en su coñito depiladoEntre suavemente en ella, era una ricura.
Su vagina era un guante. Ella media 1,50 mtr y yo media un 1,80 mtr y mi miembro era bien dotado, herencia familiar. Pero la vagina es un organo flexible, así que se lo meti profundamente, era delicioso ver sus labias en torno a mi pene, comence a bombear y sus jugos lubricaban mi pene, como casi había eyaculado con su felación, estaba a punto de eyacular, le dije: voy a terminar, mientras sacaba y entraba mi gran pene en ella.
No, salete, me falta mucho, mientras me trataba de apartar con una mano.
Yo no queria decepcionar a una hembra tan deliciosa, podia obtener mucho placer de ella en el futuro pero el primer encuentro es vital amigos, si tienen un orgasmo, vendran por mas, si no te puedes despedir de su cuerpo.
Así que haciendo un esfuerzo, me sali y deje mi pene tocando sus labias, la posición todavía era peligrosa, otros valientes en la misma posición, han eyaculado de la emoción y han dejado embazarada a sus novias.
Pero mi madura tenía experiencia, se apartó rapidamente.
Hizo que me sentara yo en la silla, mi pene seguía erecto, ella se subio arriba de mi dandome la espalda, apoyo sus pies en mis muslos y habilmente se introdujo mi pene con ayuda de una mano, ahora me cabalgaría a sus gusto. Comenzo la tortura, lentamente bajaba por mi pene gozando cada cm., luego se levantaba, mi pene quedaba en el borde y nuevamente bajaba.
Yo no podia hacer nada, no me iba a permitir eyacular mientras ella no quisiera, pero ella terminó antes, fue de improviso, arqueo su espalda y tuvo un gran orgasmo mientras descendia para acoger todo mi pene.
Quedo apoyada sobre mi pecho, la levante y mi pene quedo entre sus piernas. No había eyaculado y todavía estaba erecto.
Mejor para mí, todavía quería su ano, que ya había divisado cuando me mostro su trasero.
La di vuelta y quedo de lado apoyando su cabeza en mi pecho, aproveche para besarla y acariciarla. Me dijo: gracias, lo necesitaba, tienes un pene muy lindo. Tocandomelo. Mi pene habia bajado su erección, pero estaba a su mayor extensión. Estuvimos un buen rato, besandolos y acariciandonos.
Ella tomo mi pene, que por supuesto respondio a sus caricias. Ella lo masturbo un poco, bajando y subiendo su mano, en un momento bajo su cabeza y nuevamente comenzo a darme sexo oral, era muy rica.
Pero sólo un poco, sus hoyitos hambrientos esperaban más sexo.
Me dijo ahora vas a tener tu precio, se fue a su vestido y volvio con un preservativo, no habia ahorrado en gastos, era de los mejores y texturizado. Lo abrió y me lo puso en el pene despues de lamerlo y darle un beso en el glande. Saco una crema y se la puso entre las piernas.
Se puso nuevamente de espaldas, se subio sobre mi y se puso para introducir mi pene es su ano, para ello era la crema, era una maestra. Mi pene quedo atrapado es su interior, la sensación era deliciosa, me gustaba el sexo anal, queria estar encima de ella, hacerla mi perrita, pero ahora ella mandaba.
Seguramente quería otro orgasmo, con una mano se apoyaba en mí y con la otra se masturbaba, yo tenía las manos apoyadas en sus caderas.
Ella subia y bajaba gozando nuevamente, comenzo a hacerlo mas rápido mientras se masturbaba cada vez mas, yo comence a mover las caderas para eyacular tambien, ella movia su pelvis atrapando mi pene y soltandolo, finalmente ambos terminamos, yo eyacule dos veces, pero todo el semen quedo atrapado en el preservativo, ella se salio y nuevamente se refugio en mis brazos.
Era toda una adquisición, ahora me tocaba llevarla a mi departamento para gozarla una y otra vez, todo un fin de semana. La converti en mi amante oficial, era insaciable y usaba todas las medias que le compre, de todos colores como me gustas, era mi putita.
Lamentablemente, como siempre, la presión de mi madre hizo que me tuviera que casar con una niña bien y tuve que dejar a mi putita, pero gane una suegra muy rica, que convertí en mi putita. No les decía que me gustaban las maduras.


 
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