Elena necesitaba cariño

roman74

Pajillero
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La historia que contaré es real, me llamo Roberto y si bien es cierto no soy un muchacho bien parecido, tampoco soy un desastre, de cualquier modo a mis 39 años puedo decir que he vivido muy buenas experiencias en el plano sexual que ahora pretendo compartirlas. Esta aventura que luego ce convirtió en un pequeño romance ocurrió cuando yo tenÃ*a 25 años, en el barrio éramos un grupo de 7 amigos, tres de ellos eran hermanos, cuya madre estaba separada del padre debido a una relación extramatrimonial que le descubrieron.


Elena, asÃ* se llama la mamá de mis amigos, era en ese entonces, una señora de unos 48 años de tez clara, baja, de 1.60 cms., nada exuberante, de contextura delgada, cuidaba mucho su aspecto personal, y muy seria, a la que frecuentaba mucho por ser muy amigo de sus hijos, lo que permitÃ*a encontrarnos en las reuniones sociales del barrio por ejemplo, y el año nuevo de 1991 no fue la excepción. En esa ocasión acordamos con los muchachos del barrio hacer una fiesta y mis amigos ofrecieron realizarla en su casa. Esa reunión fue tan bien organizada por todos que a las 11 p.m. ya estaba totalmente abarrotada por todos los amigos del barrio además de la familia de mis amigos entre quienes se encontraba Elena por supuesto. La fiesta se desarrolló de manera normal, a las doce hubo una gran algarabÃ*a, vinieron los abrazos y los deseos de un buen año, seguimos bailando y tomando, inclusive estábamos al tanto de las amigas que habÃ*an llegado a ver si nos ligaba algo por ahÃ*.


La estaba pasando muy bien, eran como las 2:30 a.m., ya quedábamos pocos en la reunión, la mayorÃ*a estaban ebrios, mis amigos igual, yo me mantenÃ*a algo sobrio, no soy de tomar mucho porque me cae muy mal; de repente Elena me pide que la saque a bailar no me pareció extraño, de hecho en esa reunión ya habÃ*amos bailado en tres oportunidades, sólo pensé que hacÃ*a tiempo que no la pasaba tan bien, asÃ* que accedÃ* cortésmente y empezamos a bailar, era una salsa algo lenta y sensual, de repente en un momento siento que mi muslo derecho se vio atrapado entre las de ellas, inmediatamente retiré la mÃ*a le pedÃ* disculpas por la distracción, seguimos bailando y nuevamente ocurrió lo mismo en ese momento no dije nada por el contrario eso me hizo darme cuenta de algo: en realidad no fue una distracción mÃ*a sino que por alguna razón ella habÃ*a buscado esa postura, estaba en lo cierto, puesto que hubo un tercer intento al cual me deje llevar, mire de reojo a mi alrededor y los pocos que bailaban ni cuenta se daban, dado que estaban bastante pasados de copas, la miré de reojo y pude notar que me estaba mirando, un poco avergonzado no pude mirarla de frente estaba algo confundido, seguimos bailando sin decir nada, pero note que se acercaba bastante a mi, al terminar el baile agradecÃ* y me retiré hacia el grupo de amigos.


Después de una hora aproximadamente me encontraba conversando con un amigo, cuando de repente algo llamó mi atención; era Elena que me llamaba desde la puerta de su cocina, cuando vio que respondÃ*a a su llamado ella ingresó a la misma, con un poco de temor dado que se trataba de la madre de mis amigos, aunque a estas alturas bastante intrigado, ingresé a la cocina y la vi sirviendo dos copas de vino, me dijo que no le gustaba mucho la cerveza sino el vino y que no querÃ*a tomarlo sola, por eso me llamó, me dijo que hacÃ*a mucho tiempo que no se divertÃ*a tanto y que me agradecÃ*a porque habÃ*a disfrutado mucho al bailar conmigo, le dije que también me estaba divirtiendo mucho y que no tenÃ*a que agradecerme nada, que en realidad habÃ*a tenido mucha suerte de bailar con ella porque estaba seguro que cualquiera de los hombres en la fiesta habrÃ*a querido bailar con ella, al escuchar esto como que se emocionó porque el brillo de sus ojos cambió, me tomo la mano y me agradeció por mis palabras, en ese momento dudé un poco pero me decidÃ* finalmente, creo que ya me encontraba excitado por todos los detalles que relate anteriormente y querÃ*a continuar con la iniciativa de Elena y mas aún dar el paso crucial, pero tratándose de una señora realmente de respeto, fui lo mas cortes y educado posible, y le dije que si no fuera por el momento le confesarÃ*a un secreto, bastante intrigada y con mucha expectativa, me dijo que no interesaba el momento y que le confesara ese secreto, asÃ* que le dije que con todo respeto para mi era una mujer muy agradable y simpática a la que me agradarÃ*a besar.


Parece que las palabras surtieron efecto porque se puso un poco nerviosa y yo también, me tomo la mano y me dijo que yo también le agradaba y que se sentirÃ*a halagada si la besaba, un poco nervioso me decidÃ* y con mi mano derecha sujeté sutilmente su quijada y la besé aunque me esforcé en satisfacerla tuve mucho temor de que entrara alguien a la cocina, lo cual ella notó separándose de mi me dijo que la esperara en el jardÃ*n de atrás al cual se llegaba por la puerta trasera de la cocina, sin decir palabra alguna salÃ* hacia el jardÃ*n interior y ella regresó a la sala donde todavÃ*a quedaban algunas personas.


Regreso en unos tres minutos que para mi fueron una eternidad, si alguien de la casa aparecÃ*a por el jardÃ*n interior no hubiera sabido explicar mi presencia allÃ*, cuando ingresó por la cocina noté que cerró la puerta con llave, al llegar me dijo que la disculpara por la demora, con más seguridad la tome de la cintura y la besé con mucha pasión noté que no sabÃ*a besar muy bien pero poco a poco se dejaba llevar por mi, cuando empecé a acariciarle la espalda en principio se dejó llevar pero luego me detuvo y me dijo que debÃ*amos detenernos, que estaba mal, en ese momento yo ya me encontraba bastante excitado se trataba de una mujer apetecible y con todo lo que habÃ*a avanzado no iba a permitir que eso quedara allÃ*, actué inmediatamente y le dije que yo respetaba su decisión pero que si de mi dependÃ*a me encantarÃ*a hacer el amor con ella porque la deseaba totalmente y la besé nuevamente y estaba vez noté que se dejaba llevar mas con mis caricias hasta que logré meter mi mano por debajo de su blusa al tiempo que su respiración se hacÃ*a mas intensa, por momentos decÃ*a que no pero con cada caricia siguiente se dejaba hacer asi que aproveche para bajar mi mano derecha hasta su muslo y pude meter mi mano y acariciar su pierna, al hacer esto se estremeció quiso retirarse pero no se lo permitÃ* por el contrario la agarré con mas fuerza le bese el cuello y empecé a hablarle de una manera mas excitante, le dije que querÃ*a hacerla mÃ*a que querÃ*a gozar y hacerla gozar, al tiempo que mi mano llegaba hasta su truza logrando meterla dentro y acariciar su vagina pudiendo advertir que se encontraba bastante húmeda, en ese momento se retiró abruptamente pero para decirme que querÃ*a que fuéramos a su dormitorio que estaba en el tercer piso de su casa, al llegar cerramos con llave y nos entregamos desenfrenadamente, lo primero que hice fue sin permitirle que se despojara la ropa, la voltee le levanté la falda le baje la truza y la penetré, el grito que dio fue hermosamente excitante, claramente notaba que era una mujer insatisfecha cuando tuvo pareja y con tantos años deseando ser amada, no tardó en venirse lo cual aproveche para desvestirla y desvestirme totalmente, luego me eche boca abajo y le dije que se sentará sobre mi miembro, inmediatamente empezamos un frenético movimiento que luego de unos minutos terminó por hacerla venir nuevamente, no terminaba aún de estremecerse cuando la eche boca arriba y la empecé a besar por todo el cuerpo hasta llegar a su vagina, pego un salto me dijo que sentÃ*a que iba a gritar y yo le dije que lo hiciera, que nadie la escucharÃ*a además prendÃ* su televisor y subÃ* el volumen comprendió el mensaje asi que continué con mis caricias, a cada roce de mi lengua con su vagina y su clÃ*toris se estremecÃ*a y retorcÃ*a al tiempo que jadeaba y gritaba cada vez mas fuerte hasta tener otro orgasmo mas intenso que los anteriores, inmediatamente sin dejar que se repusiera de su último orgasmo le levante las piernas y las puse sobre mis hombros primero roce mi pene con su clÃ*toris y se estremecÃ*a porque adivinaba lo que venÃ*a, la penetré con fuerza lanzando un grito de placer al tiempo que yo le preguntaba si le gustaba a lo que ella me decÃ*a que si pidiéndome que la penetre cada vez más fuerte a lo cual yo obedecÃ* hasta que se tuvo otro orgasmo, jadeante y estremeciéndose aun me decÃ*a que me querÃ*a que era el hombre de su vida que era el mejor en fin en ese momento le dije que me gustarÃ*a penetrarla por detrás, me miró y me dijo que nunca lo habÃ*a hecho por ahÃ*, le propuse respetarla si no lo deseaba pero accedió la puse en cuatro patas y ella casi sin fuerzas obedeció, el placer que estaba experimentando, lo lubricada que estaba y la excitación hicieron mas fácil la tarea, al principio se quejo un poco pero no desistió en ningún momento al tercer intento logre penetrarla y poco a poco logré encajarle todo mi miembro y luego de unas cuantas arremetidas estábamos listos para tener juntos un orgasmo indescriptible.


Totalmente empapados de sudor nos dejamos caer en la cama ella me abrazo y casi ya sin fuerzas me dijo que me amaba, descansamos un rato como dos enamorados abrazados acariciándonos y además esperando el momento propicio para poder dejar la casa sin que me viera alguien en realidad sus hijos no lo notarÃ*an porque uno de los tres se habÃ*a retirado con su enamorada otro estaba totalmente ebrio y se habÃ*a quedado dormido y el tercero era cuestión de escuchar en que momento se retiraba a dormir.


Efectivamente a eso de las 6 a.m. escuchamos que la música paró y al cabo de unos minutos escuchamos como cerraba la puerta de su dormitorio, unos minutos después con mucho cuidado, Elena me abrió la puerta principal y me retiré, luego de esto nuestro romance continuó por espacio de tres años con muchos otros encuentros similares que los contaré posteriormente
 
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