El semen de mis hijos 4

heranlu

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Hola soy Mónica, esta es la cuarta parte de mis relatos. La primera: Me bañó con su semen. La segunda: El semen de mis hijos II. La tercera: El semen de mis hijos III
Luego de la última experiencia todo iba a cambiar, al siguiente día estaba recostada cuando de pronto sentí como me despertaba el manoseo en mi cuerpo, al reaccionar vi a Lorenzo y a Daniel, mis dos hijos, manoseándome todo el cuerpo, después de conocerlos y de saber que de nada serviría prohibirles, decidí permanecer estática, pero trataba de taparme con mi cobija, de pronto Daniel se alejó y me dijo: ¡Párate!, yo le dije que se salieran para cambiarme, a lo que ellos me aclararon que estaban con los testículos llenos de semen, y por su enfermedad necesitaban eyacular pronto sino enfermarían, yo accedí a ponerme de pie, el problema es que mi pijama no tapaba mucho que digamos, Daniel se acercó y me metió la mano en la pijama para cogerme los senos, me dijo que yo colocara las manos atrás y agachara la cabeza, ya así lo hice, solo quería terminar esto lo más rápido posible, ellos no paraban de masturbarse.
De pronto Lorenzo que me miraba dijo: estoy a punto de venirme, a lo que Daniel me dijo que me diera vuelta, yo así lo hice, sin entender mucho, luego él me cogió el cuerpo y me lo arqueó un poco, quedando agachada pero sin doblar las rodillas, en eso siento que me masajean la cola por encima de mi delgada pijama, desde aquí todo cambió, porque eso me gustó, me excité, esa fue la sensación que jamás me imaginé que sentiría en ese momento, de pronto siento como me empieza Lorenzo a lanzar chorros de semen encima de la pijama, me caían en la cola y en la espalda, eran bastantes, su problema hacía que produjera mucha cantidad de esperma, quedé empapada, demasiado semen tenía en min pijama, en ese momento me di cuenta que los dos se guardaban sus miembros, por ende me imagino que los dos se habían venido encima mío.
Me ubiqué de nuevo, Daniel dijo: eres muy linda mamá, y se acercó y me dio un pico en la boca, luego Lorenzo se acercó y me dio otro, me sentí muy extraña, ellos nunca me daban picos en la boca, me dijeron que bajara, que tenían que hablar conmigo, les dije que me bañaba, me cambiaba y bajaba, ellos dijeron que solo me bañara y bajara, que lo que me tenían que decir era urgente, me quité la pijama llena de semen y entré a bañarme, al salir con la toalla, bajé y me dijeron donde sentarme. Lorenzo empezó a hablar: mamá, para ti es difícil masturbarnos en todo momento, tenemos que aprender a hacerlo solos.
Cuando escuché eso, mi corazón saltaba de tranquilidad, me gustaba lo que escuchaba, entonces continúo diciendo: pero el problema es que no tenemos la motivación para excitarnos tanto como para que nos podamos masturbar, queremos que tú nos ayudes con esa motivación. No comprendía muy bien la idea de mis hijos, no comprendí que era lo que me pedían, yo respondí que si, que les ayudaría con lo que fuera.
-Gracias mami, sabíamos que podíamos contar contigo, entonces para nosotros es muy excitante imaginarte con ropa sexy, así que si tú usas la ropa que te digamos, con solo usarla, eso nos va a excitar mucho, igualmente si hacemos algunos cambios en la casa, como que vamos a dormir todos juntos, en la misma cama, y vamos a colocar semen en tu shampoo y crema dental, y no vas a volver a cerrar jamás la puerta del baño.
Yo quedé callada, no podía decir nada, quedé muy impresionada, después de escuchar todo eso, se notaba que lo tenían muy bien planeado. No alcancé a responder cuando Daniel dijo: sabemos que vas a aceptar todo porque tú dijiste que no querías que fuéramos donde las putas, ellas harían todo esto. Pronto dije: claro que no quiero que vayan con esas mujeres, voy a hacer todo lo que quieran, pero prométanme que jamás irán por allá. Lo prometemos, dijeron casi en coro. Daniel: entonces mami, por favor, ve y te cambias, cuando te estabas bañando te dejamos una ropa especial para ti en tu cama.
Me levanté, y me fui para la habitación, al llegar empecé a sacar la ropa, me senté pronto, pues la sorpresa era mayúscula, era un vestido muy pegado al cuerpo, era una minifalda que mostraba mucho la forma de mi cola, tenía un escote muy fuerte, mis senos quedaban muy expuestos, pero lo peor eran las medias, que no eran enterizas, sino llegaban solo hasta mi colita, era ligueros, los tacones eran muy altos, era tacón de 7.5, eso es muy alto, me dispuse a cambiarme, al terminar, me sorprendí como me veía de diferente.
Salí de la habitación y apenas me vieron dijeron: mamá, pareces una puta, yo me ofendí y le dije que ese no era vocabulario decente, ellos me explicaron que es que ellos se imaginaban que estaban con una puta y así no tenían necesidad de ir por allá, me dijeron que me fuera a trabajar, yo les dije que me veía muy vulgar, que no me hicieran eso, ellos dijeron que me veía linda, que saliera a trabajar, me empujaron a la puerta y salí, debido a que mis senos son muy grandes, me tocaba estar pendiente de acomodármelos ya que el escote se movía y me daba miedo que se me viera algún pezón.
Salí y noté como las miradas de todos llegaban a mí, me paré en el paradero y jamás había llamado tanto la atención, estoy casi segura que todo los conductores me miraron ese día, cuando llegó mi bus me subí, el problema era que me tocaba de pie, todo parecía confabularse en mi contra, afortunadamente no estaba tan lleno y nadie aprovechaba la situación para pegárseme, pero el problema fue que debido a los tacones tan altos, y todos estaban sentados, les mostraba el inicio de mi colita a quien quisiera ver, me sentí muy apenada, era impresionante ver como todo los hombres se tocaban su entre pierna, subía más gente, pero yo me acomodaba para no quedar cerca de ninguno de ellos, como no quería darle la espalda a ninguno de los hombres que llegaban, me fui arrinconando hasta quedar dándole la espalda a unos hombres que estaban sentados en la última silla, el bus saltaba, y mis senos parecía querer salir del vestido.
Luego de un eterno camino llegamos, al ir a pagar me sorprendí cuando el conductor me dijo un piropo y no me cobró, yo me bajé y me dispuse a entrar a mi oficina.
Al entrar todos estaban afortunadamente tan ocupados que no notaron como iba vestida, entré rápidamente a mi escritorio, en la entrada de la oficina del jefe (yo soy su secretaria) y me alegré por no haber causado más espectáculo, entró al rato mi jefe leyendo su periódico, de pronto me miró para saludarme y se quedó perplejo, no dejaba de mirar mi vestido, me dijo: Mónica, ¡cómo estás de linda hoy!, ven, sigue a mi oficina que necesito decirte unas cosas, yo entré, pero él me hizo entrar primero, cuando caminaba sentía como clavaba su mirada en mi cola, me senté rápidamente al frente del escritorio, él se sentó en su silla y me dijo que quería que yo me hiciera al lado de él para no gritar lo que me iba a dictar.
Yo conocía muy bien las verdaderas intenciones, solo era por morbosearme, me paré al lado de él y me dijo que mirara para el otro lado, que le diera la espalda, empezó a dictar cosas de poca importancia, luego me dijo: Mónica, tienes una colita muy linda. Yo le dije gracias y me puse muy roja, ¿Porque te has vestido así? me preguntó, le dije que había querido venir diferente, él me dijo: Mónica, quiero que hoy trabajes aquí en la oficina, no quiero que salgas, le dije que tenía mucho trabajo en mi escritorio, me dijo que no me preocupara por eso y para finalizar dijo: Mónica si tú me demuestras mucha lealtad yo te puedo dar la vida que tú quieras, menos trabajo y más sueldo.
Esa idea de más sueldo me agradaba mucho, ya que un aumento es el sueño de muchos, le dije que yo era muy leal, entonces dijo:
Ok, Mónica entonces ven y siéntate aquí en mis piernas, me puse muy roja, y le dije que no, ¿para que?, entonces me habló fuerte y me dijo: quiero que trabajes aquí al lado mío, ¿eso tiene algo de malo?. No, nada, le respondí y me acerqué, me senté de medio lado, y sentía ese gran bulto, él me acomodó y quedé sentada de frente al escritorio, al igual que él, me dijo que escribiera en el computador, mientras me dictaba, su pene lo sentí, estaba en medio de mis nalgas, me recostó un poco hacia delante para que pudiera escribir en el pc, empezó a dictarme y él se movía suavemente, yo sentía como me presionaba ese pene en mis nalgas, en un momento me dijo, mira, necesito llamar a alguien, pero no quiero que mis empleados te vean aquí, ¿me voy? le pregunté, no, respondió, métete en el escritorio y no digas nada.
Yo lo miré, esperando que me dijera que era broma, pero él me empujaba hacia abajo del escritorio, me metí quedando en una posición muy incómoda, me dijo que no dejara de mirarlo, por si me hacía alguna señal, así pues quedé agachada y mi vestido muy recogido, mis senos quedaban a su vista, se podía ver todo el volumen de mis senos, por lo espichados se veían aun más grandes, llamó a varios empleados, los cuales entraron y mi jefe metió mucho más la silla, quedando yo presionada, tan presionada que mi cabeza quedó sobre la silla al frente de su enorme paquete, él les dijo a los empleados que le expusieran unas nuevas propuesta, ellos empezaron a hacerlo y mi jefe de forma sorprendente se empezó a desapuntar el pantalón, se bajó la cremallera, yo lo miraba y él muy serio me hizo el gesto que hiciera silencio, se acomodó su ropa interior y sacó su pene, estaba muy gordo y grande, yo no hacia nada, de pronto se empezó a tocar, bajaba su mano suavemente, acariciándolo y subía la piel que cubría su pene, lo hacia sin afán, su pene se ponía muy duro, de pronto se agachó y me dijo:
Mónica, necesito que me ayudes con una manito, que necesito escribir en el computador, me cogió una mano y la puso en su pene, sacó sus manos y empezó a escribir en el computador, yo seguí masturbándolo, me sentía muy extraña, no conocía esta personalidad de mi jefe, estuve así un rato, de pronto bajó más la silla y la metió más, quedando su pene debajo de mi cara, se volvió a agachar y me dijo: Amor, no te vayas a hacer despedir, pórtate bien, yo me alarmé, no entendía porque me hablaba de despido, necesitaba mucho mi trabajo, luego bajó sus manos y me cogió la cabeza, obligándome a meterme su pene en mi boca, comprendí el chantaje y empecé a mamárselo, lo hice bien para que no pensara en despedirme.
Luego de un rato sentí como se contraía, hasta que eyaculó dentro de mi boca, me tragué todo el semen para no mancharme, además era poco semen, en comparación con lo que arrojan mis hijos, ordenó a sus empleados salir, ellos así lo hicieron, me sacó del escritorio y me dijo: Mónica, de hoy en adelante quiero que me lo mames una vez al día de esta misma forma, ¿comprendes?, yo me quedé en silencio, entonces dijo: Amor no me hagas ponerme de mal genio, ¿entiendes?, si señor, entiendo. Muy bien, ahora sal de la oficina y tómate el día libre, como ves vas a ganar mucho si te portas bien.
Salí, recogí mis cosas y al salir todos me miraban, yo sentía que sabían lo que había pasado, pero era solo impresión mía, no era más que lo llamativo de mi ropa. Salí y cogí un taxi para no brindar más espectáculos.
Al llegar a mi casa la casa estaba sola, entré a mi habitación y lloré desconsolada por horas, no entendía en que momento se había hecho un caos mi vida. De tanto llorar, me quedé dormida, de pronto sentí la puerta, eran mis hijos, había dormido un rato largo, yo rápidamente me levanté, ellos entraron a mi habitación y se sorprendieron de encontrarme, ¿que haces tan temprano en la casa?, les dije que mi jefe no había ido y yo había terminado rápido mi trabajo, ellos me dijeron que mejor para que los ayudara, yo les dije que claro que si.
Entonces ellos me dijeron que iban a llenar de semen mi shampoo y cremas de la piel y mi crema dental, yo les pedí que no lo hicieran que no era necesario, Lorenzo dijo: Mami, claro que es necesario, nos excita mucho pensar que tienes semen nuestro encima de ti, en ese momento me dieron ganas de ir al baño a hacer pis, y les dije que con permiso, iba al baño, se corrieron y entré al baño, cuando iba a cerrar la puerta me dijeron que recordara que no podía jamás volver a cerrar la puerta, yo les dije que iba a hacer pis, que no podía con la puerta abierta, ellos me dijeron que una puta lo haría, y que yo era su puta como me habían explicado en la mañana, así que arremangué mi vestido, me bajé con gran vergüenza y humillación la tanga y me senté a orinar.
Ellos me cogieron y me pararon de una, me dijeron, no señora, tú desobedeciste, querías cerrar la puerta y cuando una puta desobedece hay que castigarla, ahora como castigo vas a orinar de pie, yo les dije que no, que no podía, entonces ellos me dijeron: mira mami, si vuelves a negarte a algo, te lo juramos que salimos por esa puerta en busca de putas y no volvemos, eso me aterrorizaba y les pedí despulpas, les juré que no me volvería a negar a nada, que como prueba vieran como orinaba de pie, ellos dijeron así nos gusta y se acercaron y me dieron un beso en la boca.
Me sentí nuevamente extraña, ya que era raro sentir sus húmedos labios pegados a los míos, empecé a orinar como nunca lo había hecho y ellos veían como salía hacia el piso de la ducha un chorro de orina a presión, al terminar me alcanzaron papel para limpiarme, me dijeron que los masturbara ahí mismo, me arrodillé y ellos se sacaron sus vergas, empecé a hacer lo mío, me dijeron que alcanzara una taza para recoger su semen, así lo hice, al eyacular guardé todo ese semen, ellos lo cogieron y empezaron a frotarlo en todas mi cosas, pero sobró mucho, así que me dijeron que lo guardara.
Lo guardé y me ordenaron irme a acostar, que ellos ya irían a dormir conmigo, fui y me acosté sabiendo que ya venían, me sentía altamente humillada, al rato ellos llegaron totalmente desnudos, con su miembros al aire, cada uno se hizo a un lado y me dijeron que yo era la mejor mamá, me abrazaron y sentía sus miembros grandes pegados a mi mientras me abrazaban y me cogían mis senos y mi cola.
Lorenzo dijo, mami, ¿me das un besito de buenas noches? le dije claro amor, entonces él dijo, es que vimos una película donde daban unos besitos especiales, ¿nos darías uno así?, si amor, les dije, como es, Lorenzo me cogió la cara con las dos manos y me dijo, abre la boca por favor, así lo hice, me dijo que la abriera más, totalmente, así lo hice, me dijo que sacara la lengua, entonces él me la cogió con sus labios y empezó a succionarla suavemente, era como si le hiciera un sexo oral, eso me excitó mucho, me soltó, y me dijo que así era, Daniel me dijo, ahora yo mami, y me volteé hacia el lado de él, y me cogió la lengua y me la chupó.
Para ese momento podía sentir sus penes enormes. Les dije que si les ayudaba a desocuparse, ellos dijeron que en un momento, primero querían excitarse más, y para eso querían ver mis senos, la verdad me daba algo de pena, pero no quería desobedecer y me abrí la blusa, mis enormes senos quedaron expuestos, ellos empezaron a jugar con ellos, los manoseaban y los besaban, eso me excitaba un poco, luego me dijeron que me colocara boca abajo, así lo hice y ellos me bajaron el pantalón de la pijama, quedando mi colita con solo mi tanguita, me dijeron que levantara más la cola, así lo hice y sentí como me jalaban de arriba la tanga para que se metiera más entre mis abultadas nalgas.
Me dijeron que mis nalgas estaban muy blancas, que necesitaban más color, y empezaron a darme cachetadas en las nalgas, cada vez eran golpes más duros, ya me dolía mucho la colita, me dijeron que gritara que yo era un perra y una puta, yo no podía, me sentía muy extraña, entonces más duro me deban, empecé a gritar, me dijeron que tenia que sentirse creíble, y que inventara algo más en esa frase, ellos me golpeaban en mis nalgas: yo gritaba: ay, me duele, soy una perra, una putaaaa, ayayay, ellos me dijeron que le agregara algo excitante a esa frase, o sino me golpearían hasta sangrar.
Yo gritaba: Si señor, soy una puta, ayayay, me duele mucho, soy una perra y seré la mujer más obediente del mundooo, en ese momento me dijeron que les hiciera sexo oral, entonces me empujaron debajo de las cobijas, quedé rodeada de sus penes, hice mi trabajo, hasta que me llenaron de semen la boca y la cara, se dieron la vuelta y me dijeron que durmiera que mañana me esperaba un día muy especial.
 
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