El Plan Capitulo 21 De Compras Con Mi Hermanita

Sirango

Pajillero
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Capítulo XXI
De Compras
llegué a mi automóvil, encontré un llavero de una figura de un personaje infantil en el asiento de atrás, no sé quién era pero alguna vez lo vi por televisión, seguramente era de la hermanita, espere un par de minutos y ella bajó, vino directamente al mí, subió al auto y me dijo.
¿Me escondo?

-Sí, por favor, será solo un momento.

Está bien, ¿no puedes hacer algo?, me molesta un poco tener que hacer estas cosas.

-Creo que sí, me pondré lunas polarizadas, el trámite es algo engorroso pero con eso bastará, además ya lo había pensado.

Qué bien.
Seguimos la rutina para salir, y nos dirigimos a la clínica de la Doctora, le fui explicando los detalles, redacté una historia más compatible con su edad, le inventamos un novio de un par de años mayor, algo irresponsable que no quiso acompañarla, y que en una fiesta no lograron contenerse, incluso colaboró con un par de detalles, como que su tía era su confidente y a única que la entendía.

-¿Te lavaste bien aquí? (le acariciaba la vagina con dos dedos)

¡Basta!, claro que me lavé, pero si haces eso me ensuciaré de nuevo.

-Tienes razón, será después.

Me estacioné en una cochera a una cuadra de la clínica, ella debía ir sola el resto del camino, era un lugar discreto así que no había problema, media hora después regresó, venia algo contenta.

-¿Cómo te fue?

Muy bien, me explico más o menos lo mismo que tú, me dijo que lo más probable era que no esté embarazada, pero aún no lo podemos saber, que si hice una prueba no era buen momento recién en unos días dará un resultado creíble, ¿no lo sabias?.

-Si lo sabía, pero pensé que hacerlo te tranquilizaría un poco, pero descuida, en unos días te haremos de nuevo la prueba.

Pero esta vez la haré sola.

-No, la haremos igual, me divertí mucho esa vez.

No, es muy vergonzoso.

-Ya veremos ¿Qué más te dijo?

Pensé que me iba a regañar por tener sexo tan joven, pero pensó que tenía catorce años, además me dijo que es bueno que una muchacha como yo intenté ser responsable en mi vida sexual desde mi edad, y no le dirá nada a mi madre, solo le causaría problemas a ambas, me receto un anticonceptivo (me dio una hoja de receta), dijo que “mi tía” me ayude a comprarlo, es cierto también me dijo que quiere conocerla, le dije que no pudo venir conmigo, está de viaje.

-Bien pensado, ya veremos como lo solucionamos para la siguiente vez.

También me dijo que estas pastillas son para después de mi próximo periodo, mientras tanto debemos usar condones, y jijiji...

-¿Qué te da tanta risa?

Ya no tendrás excusa para darme por la colita.

-Jajaja, no necesito una excusa, de todas maneras te daré por ahí, nos tomaremos nuestro tiempo pero ya está decidido.

Se puso seria y cruzó los brazos, me causo algo de gracia pero aguante la risa, la jalé hacia mí y la besé.

-No te enojes, tendremos más cuidado y paciencia, vamos a hacer algunas compras, será divertido.

¿¡En serio!?, que compras, ¿no íbamos a ir a tu casa?, ya debería empezar a cocinar, para el almuerzo.

-Cocinarás la cena, iremos por algunas cosas antes, dijiste que hoy no tenías problemas con el tiempo.

Es cierto, vamos.

-Debes actuar como si fuera tu hermano o tu tío, ¿entiendes?

Sí, hermanito.
Inmediatamente saltó y me dio un beso, ¿a qué hermano se le da un beso con la lengua?, esperaba que se controle un poco en el centro comercial, primero pasamos por la farmacia, la dejé unos metros afuera, mi paranoia estaba algo justificada ahí que pensarían si me ven comprando anticonceptivos y condones junto a ella, luego fuimos a una tienda de lencería por algún atuendo de dormir mejor que su pijama infantil y de paso algo más de lencería, después de todo le quedaba muy bien y me encantaba verla, me senté a esperar en el lugar de los novios, esposos, amantes, disimulando en mi papel de hermano mayor molesto por la situación, no estaba muy llena la tienda, rápidamente quedamos solos, entonces ella vino y me dijo.

Ya escogí muchas cosas que me gustan, pero quiero tu opinión, si no será en vano.

Me cogió de la mano y de un fuerte tirón me llevo a la zona de probadores, no había nadie más, incluso las vendedoras estaban en otra parte de la tienda, comenzó a modelarme unos cuantos conjuntos de camisones con lencería para la cama, creo que los ordenó ya que cada uno era más atrevido que el anterior, logré mantener la cabeza fría y mantuve mis impulsos de meternos al vestidor y saciar la calentura que me estaba produciendo, seguramente las vendedoras se darían cuenta con lo bullanguera que es ella cuando se calienta, si me descubren así con una chica como Elizabeth será un momento penoso a lo mucho, tal vez hasta excitante, con ella en cambio seria por demás peligroso, hasta detenido con cámaras de tv en medio podía terminar en el peor de los casos (paranoico pero siempre analizo el peor de los escenarios), cuando estaba por terminar se acercó la vendedora con una pareja, tendrían alrededor de cincuenta años, la mujer se notaba muy cuidadosa de su apariencia pero los años no pasaron en vano además de unos kilos de más, el hombre algo viejo y barrigón, entonces empecé a disimular, mientras le hacía una seña para que se pusiera alerta.

-¡Por eso le dije a mamá que no quería acompañarte!, te demoras demasiado en escoger cosas sin importancia, qué más da si solo vas a dormir con esa ropa.


¡Hay hermanito!, una chica debe vestir bien hasta cuando duerme, una nunca sabe con qué o con quien se va a soñar, jijiji, no te enojes, ya casi termino.

Con eso llamamos un poco la atención de esas personas, pero la actuación fue efectiva pensé, la pareja comentó y llegué a escuchar.
ª Vez Manuel, hasta una chiquilla entiende la importancia de la ropa interior para una mujer, ¿porque los hombres son así?
º Ya para con eso, te dije que te complacería hoy, escoge algo que también me guste a mí.
ª Claro, para eso te traje viejo mañoso.
+Por acá señora, estas le quedarán divinas.
Entonces ella abrió la puerta del vestidor, llevaba puesto un conjunto de encaje blanco con algunas transparencias, tapaba lo justo y necesario, se le veía como un ángel tentador o tal vez una pequeña diablesa, me quedé con la boca abierta, pero al instante me di cuenta que el viejo estaba viendo embobado también, me acerqué y cerré la puerta.

-Ya basta, que planeas hacer usando esa ropa de mujer, aún eres una niña, mientras le hacía un gesto, ella se percató del inesperado espectador y se sonrojó.

Hay hermanito, no tiene que ver con la edad, lo bonito es bonito simplemente, con tantas novias que tienes, ¿ninguna te lo ha explicado?

-Jajaja, yo no me intereso mucho en verlas vestidas.

Eres un pervertido, no le digas esas cosas a tu hermanita menor.
Nos divertíamos con el jueguito, finalmente se puso su ropa y salió con casi una docena de conjuntos que se había probado, muy contenta, el viejo seguía mirándonos, pero no solo a ella como en otras ocasiones nos pasó, nos veía a los dos, casi me daba la impresión de que había descubierto nuestra situación, si la veía con los ojos casi saliendo, pero me veía con descaro, parecía querer interrogarme, finalmente se me acercó y me dijo.
º Linda “Hermanita” tienes.
- (Y a usted que le importa, quise decirle, pero debía actuar más tranquilo) De que habla, las niñas son un incordio a la hora de ir de compras, y si es ropa es peor aún.
º Yo la llevaría por ti si me dejas.

-Jajaja, no sabe de qué habla, (este viejo estaba por hacerme enojar), miré a su esposa y a la vendedora, además creo que usted ya está bastante ocupado, hasta luego, disfrute sus compras.

Nos fuimos a buscar a la muchacha que nos atendía para terminar la compra, sentía la mirada del viejo sobre nosotros un rato hasta que escuché a su mujer llamándolo, en el camino ella me dijo.
No puedo decidir cuales llevar, ¿tú qué opinas?

-Ni idea, no me preguntes esas cosas, por mí llévalos todos, si no puedes decidirte, no hay problema.

Seguro, son algo caros, ¿no se enojará mamá?

-No lo creo, además lo tendrá bien merecido por enviarme de compras contigo y si se enoja yo lo arreglaré (le guiñaba un ojo mientras se lo decía).

¡A veces eres el mejor, Hermanito!
Sonreía mucho, saltó y me dio un beso, esta vez en la mejilla, la pareja y la vendedora nos miraban.
ª Así debes de comportarte al pagar la cuenta, viejo.
º Claro, si luces como ella con la ropa nueva.
Mientras íbamos camino a caja, la vendedora me coqueteaba, hecho que no pasó desapercibido por ella.
+Es usted un buen hermano, yo le puedo asesorar algo sobre lencería de chicas, le servirá mucho, no solo con su hermanita, incluso se la puedo modelar (esto último en voz baja mirándome pícaramente), tenga mi tarjeta.

-Gracias, es usted muy amable, creo que le tomaré la palabra, señorita Camila ¿verdad? (leí en la tarjeta).

+Sí, no dude en hacerlo, hoy mismo si desea, salgo a las 5:30 pm.
La vendedora debería tener unos veinte años, era algo bajita pero sus curvas eran impactantes, el pelo amarrado con un gran moño, dejé de contemplarla cuando me atravesó como una flecha su voz y su mirada, ya conocía muchas de sus expresiones emocionales, incluso creo que podía averiguarlo solo con sus ojos, esta vez vi algo nuevo, creo que era de furia su mirada, y su voz sin duda hipócrita.

¡Eres todo un Don Juan, hermanito!


-Muy graciosa, terminemos de pagar y vamos a comer algo.

Hasta que salimos de la tienda me sentí observado, creo que esta vez también era la vendedora, afuera la noté algo más tranquila, fuimos a comprar unas cosas más, unas toallas, bata y sandalias de baño, su champo favorito, cepillo de dientes extra y algunas otras cosa que parecían útiles para cuando ella pasara la noche conmigo, almorzamos algo ligero y fuimos a dejar todo en el auto, estuvo algo callada y en el estacionamiento apenas estuvimos solos ella se abalanzo sobre mí, metió la mano en el bolsillo donde metí la tarjeta de la vendedora y me la quitó, se puso enfrente mío y la despedazó, estaba roja pero esta vez era de cólera.
¿A caso crees que soy tonta?, todo eso en mi cara, ¡Te odio!

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:thumbsup:
 
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