El Placer con mi Hijo

heranlu

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Hola amigos mi nombre es Alessandra, tengo 34 años y tengo una familia hecha de mi marido y mi único hijo de 18 años. Puedo clasificarme como una madre joven pero de buen cuerpo, cabello negro largo, tetas y culo pasables según yo, aunque no me gusta mostrar mucho, soy más de pantalones y camisas grandes.

Pero hablando de lo que realmente paso, sucedió unos días de primavera cuando mi marido me había comentado que tendría que salir por 3 semanas a trabajar fueras de la ciudad, no le tomé mucha importancia porque sus viajes son frecuentes y como estaría mi hijo me sentí segura por si ocurriría un robo o algo por el estilo, debo mencionarles a este punto que mi marido y yo ya no contamos con la llama de la pasión que teníamos más antes, aún no se porque pero ambos nos alejamos de eso y yo tampoco busque o estaba interesada hasta ese momento en conseguir otra pareja para tener sexo pero esos de las infidelidades no son mi tipo bueno o creía porque al final si lo termine haciendo jajaja.

Bueno ya que los puse en contexto ya pensaran que obvio no esperaba hacer algo prohibido en esa semana. De mi hijo tampoco esperaba nada, nuestra relación antes era muy hermosa, siempre con abrazos y besitos para recordarle que es mi único hijo favorito pero algo que note en el es que en las últimas semanas se distanció mucho de mí, antes me contaba cualquier problema que tuviera pero dejo de hacerlo así como también apartarse cuando quería demostrarle afecto pero también algo que siempre me di cuenta es que nunca me había presentado o hablado de una novia y llegué a pensar que era homosexual y por eso se comportaba de esa manera pero todo lo descubrí 2 días después que se fue mi marido.

Los días primeros estuvieron normal como dije, seguíamos igual pero un día me estaba bañando y como que sentí que alguien me estaba observando y solo continúe pero de ahí se escuchó como si alguien abriera la puerta y me asusté más pensando que alguien me podría hacer algo pero solo era nuestro perro y pensé que estaba bien pero cuando salí y busque mi ropa sucia, vaya mi sorpresa no estaba mi sujetador y mi calzon, al principio obvio pensé en mi hijo porque era el único que estaba en casa y le iba a reclamar pero en el pasillo me encontré de nuevo a nuestro perro pero lamiendo mis prendas y descarte por completo lo de mi hijo.

Un poco confusa y sin decir nada decidí irme a dormir y tal vez preguntarle a la mañana siguiente a mi hijo pero como dije solo quería dormir, ahora les voy a contar en verdad lo que pasó jajaja resulta que me despierto agitada y lo primero que veo es a mi hijo penetrándome, el estaba desnudo y estaba teniendo relaciones con mi propio hijo, como no estaba tan despierta solo intenté alejarme pero era más fuerte que yo, el gemia como loco y yo al mismo tiempo estaba llorando, un poco por lo que estaba sucediendo pero también porque me dolía mucho y me di cuenta de que no tenía condón, solo le gritaba que me dejará en paz pero no resultaba a nada

- Deivid por favor para, para por favor, soy tu madre, que estás haciendo, estás loco, perdiste la cabeza estúpido, suéltame imbécil, no puedes hacerle esto a tu padre y a mí para de inmediato

Cada cosa que le decía no lo tomaba en cuenta solo me respondía con

- Ya casi acabo y podrás decir lo que quieras

Y lo cumplió, entonces sentí como soltó una gran cantidad de semen en mi vagina, sentí una sensación rara, estaba caliente y me hizo recordar a las noches que tenía con mi marido, saco su pene de mi y me dijo perdón y solo se fue de mi habitación ni siquiera pude verle la cara o su pene porque estaba muy confusa y me quedé ahí para bañarme y si podría seguir durmiendo.

En la mañana siguiente baje y note que el estaba dormido todavía, no podía ocultarlo pero me dirigí a hacer el desayuno pero no sé porque seguía pensando en esa noche, me preguntaba que tal vez por eso era así conmigo, porque tenía otras intenciones conmigo pero no sé porque no paraba de imaginarme teniendo sexo de nuevo con el, después el bajo y desayunos normal pero no le dirigí la palabra y me dirigí a cuarto a mirar televisión con privacidad y me llamo mi marido y quería decirle

- Vuelve por favor, tu hijo acaba de abusar de mi mientras tú no estás

Pero no me animé por el miedo de lo que le pueda hacer a mi único hijo, además me recordó de podría pasar más tiempo con el, cuando colgó solo seguía pensando en ser penetrada de nuevo por mi hijo y estaba muy confusa, mi moral me decía que no lo hiciera pero mi cuerpo me pedía sexo de nuevo, entonces entró mi hijo para hablar y comenzó nuestra conversación:

- Mamá puedo hablar contigo

-¿Qué es lo que quieres hablar?

- Perdón por lo de ayer

-¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hizo comportarte de esa manera?

- Mamá me gustas desde hace mucho, pero ahora que soy mayor mi deseo por ti se hizo más grande

-¿Tú eras quién estaba en el baño y robo mis prendas verdad?

- Sí y culpe al perro para no sospechar (perdón pero no sé ustedes pero eso sí fue muy buen planeado jajaja o sea me estaba riendo por dentro por ese plan jaja)

-Lo que le hacemos a tu padre no es correcto

- No tiene porque enterarse y lo siento

En eso el me robó un beso y me trataba de separar y cuando lo hice, lo vi y no se que me pasó pero lo volví a besar, yo se lo que pensaran pero como es posible que caiga con tan poca provocación pero realmente lo deseaba después de mucho tiempo sin coger.

Entonces en esos besos sentí las ganas de ambos y se empezó a quitarse la ropa y se la empecé a mamar como nunca, la tenía grande y más gruesa que la mi marido, se lo hacía por todos lo lado, me chupaba los huevos y la verga como si estuviera necesitada de esto, mi hijo notaba como también le gustaba, gemía como loco y me decía

- Mamá estás provocando que me corra, lo voy a hacer

-Aguántate, todavía no

-Lo estoy disfrutando mucho, la tienes más grande que la de tu padre

Con esa palabras se que provocaría algo y si, agarro mi cabeza e hizo que se lo hiciera más profundo y sentía como si me atragantara, también ya notaba que se iba a venir ya que sentía como esas vibraciones y en efecto lo hizo y me lleno la boca de leche y solo pude escupirla porque me estaba atragantando por la fuerza que salió

- Perdón no aguanté y con tus palabras no me resistí más

No le dije nada pero notaba que se empezaba a bajar su erección pero no quería dejar las cosas ahí, entonces me empecé a desnudar yo también pero con sensualidad para que se anime su amiguito más, me quite primero mi sujetador y vino rápido hacia mí y empezó a masajearlas y chuparlas, me retorcía del placer, tenía mucho que no me hacían ese tipo de cosas y notaba como mis propios instintos se dejaban llevar, de nuevo le empecé a tomar la verga y se la seguí jalando, mientras el me hacía todo lo que quisiera con mis tetas yo se la jalaba con fuerza para hacerle sentir más placer, pero dejo de hacerlo, me acostó en la cama y me quito mi pantalón y bajo mi tanga y no dudo primero hacerme un oral, lámina mi clítoris como si fuera un experto, gemía de la intensidad de la situación, me aferraba a las sábanas y a gritar, entonces decido meter 2 dedos y al principio lo hizo lento pero comenzó a hacerlo rápido y ya no aguantaba todo ese placer y me corrí en casi en su cuerpo y vi como rápido trato de lamer esos residuos de mi vagina y ya pude ver cómo quería penetrarme.

Entonces puso en cuatro en la cama, y me sorprendió su experiencia porque me dijo que pusiera el rostro en la cama, pecho también y que hiciera una curva con la espalda para sacar el culo, esto ya me lo sabía pero no pensaba que mi propio hijo fuera así, y me comenzó a coger, entró fácil porque ya estaba muy excitada, primero fue lento, y subió y subió hasta que me tenía que esforzar por no derribarme sobre el colchón. Me jaló el cabello y me daba nalgadas con fuerza y comencé a sentir un placer que no había sentido con mi marido, no sabía si es porque es prohibido o por si llevaba mucho sin coger.

En ese momento tuve un orgasmo y quedamos jadeantes y no se porque no paraba de arrepentirme pero al mismo tiempo lo disfrutaba, pensé que se acabaría ahí pero no está vez quiso que yo estuviera arriba y obvio me volví sumisa a él y por dios era un placer enorme que no podía contener mis gemidos de placer, pude notar que en verdad me traía ganas porque ahora se corrió pronto, inundando mi coño con su esperma y disfrute esos minutos en que estuvimos pegados.

El se veía a punto de darle punto final a esto pero no lo iba a permitir el me metió en esto y se tendrá que aguantar, así que de nuevo me metí su verga en mi vagina y lo abrace para así coger y darnos besos, pero después de eso yo quería sentir más placer así que tomé el control y comencé a cabalgarlo hasta que no aguanté más y cuando sentí que iba a tener un nuevo orgasmo, me moví más fuerte y rápido y quien gozó fue él, lanzando nuevamente chorros de esperma a mi interior, lo supe porque se retorció y gimió hasta dejar dentro de mi hasta la última gota de su semen.

Una vez más quedamos a gustos y está vez si ya no pude continuar más, estábamos tan cansados que decidimos dormirnos después. No solo ahí acabaría, hablé con el y sobre lo acontecido y parte de mi quería que solo fuera una tarde loca y sacada de contexto y ya no repetir pero no podía y el también no puso de su parte y bueno desgraciadamente o afortunadamente terminamos toda la semana cogiendo mientras su padre no estaba.

Hablaba con mi marido y solo le decía que todo estaba bien mientras su hijo me penetraba y cada día esperaba que volviera Deivid de la universidad, en cuanto llegaba se despojaba de su ropa me buscaba por todo la casa con su verga salida y yo me escondía para así tener momentos hermosos de cuando cogemos, no me preocupaba que estuviera desnudo por toda la casa de todas maneras sabíamos que haríamos en cuanto nos viéramos, lo mismo ocurría con el tema de que si nos veían los vecinos porque lo hacíamos en todas partes, además era excitante y agradable sentir su piel rozando la mía mientras jugábamos, comíamos hasta bailábamos desnudos y después nuestras rondas de agradable placer. Me encantaba sentir su pene buscando acomodo entre los labios de mi vagina, mientras su boca devoraba la mía, esperaba que pronto dejara en mi interior su semen mezclado con mi líquido vaginal y como dije había tanta intimidad entre nosotros que pasamos todos los días cogiendo, en cada ocasión disfrutando el sexo en todas las formas que el me proponía. Yo me entregaba totalmente, él me tomaba y los dos gozábamos al límite.

Con esos días de placer se nos fueron las 3 semanas que estaría fuera mi marido, cuándo volvió me preguntó si nuestra relación ya estaba mejor y obvio le respondí que como nunca jaja. Después de que el volvió obvio no paramos y lo seguimos haciendo
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Después de que mi marido regresara de ese viaje de negocios, la rutina entre mi hijo y yo se volvió un poco más normal a la que estábamos acostumbrados, no podíamos demostrar nuestro amor en la casa con él presente, pasaban los minutos, horas, días y mi marido no nos proporcionaba una oportunidad para tener nuestro momento, al principio podíamos lidiar con la idea de no coger pero realmente quien se rendiría de esos deseos morbosos de ser penetrada por tu propio hijo o en otro caso, de aguantar las ganas de follarte a tu propia madre que luce muy joven para sus 34 años.

Una noche como cualquier otra despierto a las 3 am para ir al baño y pude ver desde el pequeño pasillo cómo mi marido sigue trabajando a esas largas horas de la noche en su estudio, ya que tenía su luz encendida y sin más entro en el baño a realizar mis necesidades pero en eso pienso un poco en esos momentos mágicos dónde estaba siendo penetrada por mi propio hijo, de tan solo pensarlo hice que me mojará un poco pero para mí buena suerte, cuando salía del baño pude encontrarme con mi hijo y es como si nuestras miradas nos delataran, ambos sabíamos muy bien lo que pasaría y más si mi marido se encontraba en su estudio encerrado, no le dirigí la palabra y solo entre de nuevo al baño, dejando la puerta abierta, esperando lo que sea que pueda suceder, él también sabía lo que quería de su madre, entro al baño y comenzó lo que ambos sabíamos que algún día iba a suceder en esta casa, este o no mi marido.

Una vez que entra mi hijo, cierra con cuidado la puerta y le pone seguro, nos abrazamos al principio y con algo de dudas sobre hacerlo o no pero me quito las mismas cuando nos empezamos a besar apasionadamente, unos besos que extrañamos por días, besos en las que nuestras lenguas juegan una con la otra, nuestra oportunidad estaba lista y no había que desperdiciarla, mi hijo lo entendió y me volteo a modo qué yo estuviera de espaldas y empezó a masajear mis tetas, esas tetas un poco pequeñas pero con las cuales su madre lo amamantaba, pero yo también empiezo a darle señales de lo que deseo y empiezo a tocarle la pierna, en eso el me desabrocha mi pijama y revela mis tetas con mi sujetador, me lo quita y me las empieza a morder, chupar, besar y masajear, con eso solo podía gemir, no aguantaba mucho esa sensación extraña de que tú propio hijo te esté haciendo eso con tu cuerpo, aun así también no me deje llevar y empecé a buscar ese bulto que se le resaltaba en su short, él no tenía camisa así que también yo aprovechaba y masajeaba su pene y al mismo tiempo si cuerpo, ambos estábamos excitados con esas caricias y besos, me hacía gemir mucho por lo que hacía con mis tetas, no podía gemir tan alto porque se encontraba abajo mi marido y podría venir a revisar que estaba sucediendo pero el solo pensar eso hacía que me calentará aún más.

Sin pensarlo 2 veces y con dudas me arrodillé para poder darle una buena mamada a mi hijo, como solo tenía un short, solo fue un moviendo rápido y pude ver esos 17 cm que me vuelven loca, se lo agarré con mi mano derecha, inmediatamente sentí sus pulsaciones en su miembro, comenzaba a ponerse firme, rígido y listo para la acción, mi mano izquierda se fue hacia sus testículos, una se la jalaba y sobaba mientras que con la otra apretaba su bulto, no tardó en ponerse en total erección, un descomunal miembro, grueso, largo, cabezón. No aguantaba más las ganas y comencé a metérmelo en mi boca, sentía que me atragantaba, empecé chupándosela lento, realmente me encantaba su sabor, muchos dicen que no lo tienen pero para mí tenía un sabor exquisito, mi hijo solo podía gemir por tal mamada que le estaba dando, también vi como quería más cuando empujó mi cara más al fondo, quería que se la mamará lo más profundo y rápido, así que le metí empeño, se lo hacía más rápido y hasta al fondo mientras él me tocaba y pellizcaba mis tetas, al final se vino en mi cara y me levanté, me apoye en el lavabo, entreabrió mis piernas, paso sus manos por debajo de ellas y se apropió de mis nalgas, me bajo el pantalón de mi pijama, bajo mis pantys, me miró con una cara que me demostraba el intenso deseo que quería calmar en mí por todo el tiempo que tuvimos que esperar para este momento.

Sentí una presión fuerte en mi sexo, era su pene apuntando directamente en mis labios vaginales, empezó a penetrarme detrás mío, mí respiración me delataba, mis ojos se perdieron cuando sentí a hijo dentro de mi, mi voz estaba entrecortada y sólo se me salían pequeños gemidos que al mismo tiempo tapaba con mi mano para no hacer mucho ruido. Sentí su pene más grueso que de costumbre o solo era yo quien exageraba después de tantos días sin tener intimidad, pero lo que si sabía es que era mejor que la de mi marido, mi hijo continuaba penetrándome de una forma muy desesperada y salvaje, no tuve tiempo de decir nada porque sus manos subieron a mis tetas de nuevo, me las acariciaba, me las apretaba, me las lambía, me manoseaba toda, sin mi permiso, aunque realmente ya no lo necesitaba, pero lo hacía de una forma tan decidida, que yo solo atinaba a dejarme hacer, me tenía sumisa a sus deseos; es mas, estaba sintiendo, suplicando y rogando que me hiciera suya todas las noches de nuevo como esos días en que no estaba mi marido.

Sus besos, sus abrazos, sus caricias me tenían encendida y mi excitación igualaba a la suya, su pene erecto, duro, lo sentía adentro mío, mientras el ritmo de sus embestidas aumentaba, también lo hacían nuestras caricias, nuestros jadeos, quería tenerlo más adentro, sentir como si me rompiera por dentro, cuando me venían los primeros espasmos del orgasmo, él acelero el ritmo, quería que nos corriéramos a la vez y así fue, nos corrimos al mismo tiempo, notaba su leche caliente dentro de mí, eso era lo que él quería y yo le deje.

Estábamos cansados y un poco incómodos por el lugar, queríamos volver a hacerlo pero en eso se escuchamos que alguien venía, en efecto era mi marido, él tocó la puerta y me dijo que si tardaría, mi hijo solo podía callarse lo más que podía y yo trataba de hablar sin que se notará mi voz cansada y fatigada, le respondí que si un poco y se marchó para nuestra suerte, mi hijo se vistió lo más rápido que pudo y salió, mientras yo me tomaba mi tiempo para dirigirme a ver a mi marido.
 
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