El odio que me da placer

Registrado
Ago 26, 2008
Mensajes
48
Likes Recibidos
0
Puntos
1
Me llamo Felipe y tengo 25 años.

Lo que os vengo a contar es parte de la convivencia que tenemos en nuestra extraña
familia.

En casa somos tres y medio. Mis dos hermanas y el medio es mi madre, porque casi
nunca está en casa, siempre de viaje con su novio. Desde que tenia 15 años he
cuidado de mis hermanas, y aunque casi me comportaba como un padre cuando comenzaron
a crecer las cosas cambiaron.

Mi hermana mayor, Sonia, tiene ahora 18 años, pero ya con 16 tenia un cuerpo
espectacular. Morena, 165 de estatura, pecho muy amplio (ya de aquella tenia una
talla 90, unos pechos enormes, firmes y bien duros) y un culo que cada vez que la
veia en tanga me volvia loco (lo cual sucedia muy a menudo porque su ropa de andar por casa era
unas braguitas tanga y a veces un sujetador).

Desde siempre hemos tenido una gran confianza, y en cuestiones sexuales siempre he
sido su punto de referencia, por lo que casi fue normal que acabaramos juntos. Yo
era un pervertido y un sátiro, y ella una ninfómana, o sea que no fue nada extraño
que aprovechasemos cualquier momento de soledad para follar.

Pero habia un problema en esta vida perfecta, y era mi otra hermana, dos años menor,
Verónica.

Nunca nos habiamos llevado bien con ella, ni Sonia ni yo, pero a media que crecia
pasamos incluso a odiarla. Las putadas que nos haciamos eran continuadas, e incluso
en los "buenos momentos" Sonia aprovechaba el buen rollito para hablar con ella
e ir "convirtiéndola" poco a poco en una golfa con sus amigos, hablando siempre de
sexo y procurando enseñarle absolutamente todo, animándola a que practicara con
todos los que conocia.

Cuando Verónica cumplió los 16 comenzó a, como su hermana, andar muy ligera de ropa
por casa. Yo se lo habia permitido a Sonia porque me excitaba mucho y me gustaba
verla, pero a Verónica, pese a que también tenia un cuerpo estupendo y unas buenas
tetas como me gustan a mi, su personalidad y mi odio hacia que no me excitara tanto.

Pasaban los dias y yo veia que Verónica se esforzaba en excitarme, vistiéndose con
minifaldas y sin ropa interior, como más me excitaba a mi, masturbándose con la
puerta de la habitación abierta o duchándose de manera muy sensual delante mio.

Llevábamos quince dias asi cuando una tarde que Verónica no estaba y estaba follando
con Sonia me empezó a decir que la zorra de su hermana la habia estado tocando un
dia que yo no estaba mientras pensaba que dormia, y que se habia dejado para ver
hasta dónde llegaba. Cuando terminamos seguimos hablando de ello.

Por lo visto a nuestra pequeña y puta hermanita la ponia muy cachonda Sonia, y tras
los primeros tocamientos comenzó a lamerla, concentrándose en su coño mientras sus
manos no se despegaban de sus tetas, y con los primeros gemidos que Sonia no pudo
evitar salió corriendo de la habitación, mientras que mi zorrita tenia que echar
mano de un consolador para terminar el trabajo que Verónica habia dejado a medias.

Sonia estaba harta (y a decir verdad yo también) y me convenció para vengarnos de
ella de verdad. Nuestra madre no iba a volver en unos meses, empezaba el verano y
teniamos tiempo y medios para darle por fin su merecido.

Sonia entró en su ordenador y recogió todas las fotos y videos de las orgias en las
que Verónica habia participado, en muchas de las cuales aparecia cubierta de semen
y rodeada de pollas, o con tres y hasta cuatro hombres (algunos mayores que yo)
ocupando todos sus agujeros y turnándose.

Tenia que llegar esa noche y lo dispusimos todo. Me fui al sex-shop y compré para
Sonia un consolador para atarse a su cintura, cuatro esposas con cadena larga y
dos consoladores más. En casa Sonia preparó la cama de nuestra madre y nos dedicamos
a esperarla desnudos en el salón.

Cuando llamó diciéndonos que iba a llegar, Sonia sonrió muy excitada y se subió
encima mio, metiéndose mi polla por el culo y comenzando a moverse muy lentamente.
Ya estábamos completamente bañados en sudor cuando Verónica entró por la puerta y
pasó al salón se quedó de piedra en la puerta, mirándonos. Sonia, encima mio, no
dejaba de mirarla sonriente mientras continuaba el movimiento, cada vez más rápido.
No pude dejar de ver que los pezones de Verónica se endurecian, e inconscientemente
una mano se metió debajo de su minúscula minifalda por unos segundos, hasta que
pasados unos minutos salió del shock y nos comenzó a gritar. Sonia se detuvo,
levantamos y la cogimos, llevándola arrastrando hasta la habitación de nuestra
madre.

Verónia gritaba pero Sonia la amordazó y le dió una bofetada
- Cállate zorra, ¿querias sexo? Pues ahora vás a saber lo que es bueno perra de mierda.

La desnudamos mientras ella se resistia, aunque tras unos cuantos golpes comenzó a ser
más sumisa, pudiendo encadenarla de pies y manos a la cama.

Sonia se encontraba enloquecida de excitación. Cogió los dos consoladores y se metió
uno en su culo y otro en su coño, mientras se ataba a la cintura el tercer consolador.
Yo, sentado en la cama acariciando las tetas de Verónica, veia como Sonia no apartaba
la vista del coño de su hermana, mientras se acariciaba las tetas y no dejaba quieto
el consolador de su coño.

- Te gusta follarme por las noches, ¿verdad puta? Pues ahora te follaré yo a ti

Se subió a la cama mientras Verónica intentaba gritar a través de la mordaza y poniéndose
sobre ella le metio el consolador de su cintura con fuerza y sin compasión, comenzando
a follarla salvajemente escupiéndole en la carra. Era mi momento.

- Bueno, Vero, ahora te voy a quitar la mordaza para que seas una buena puta y me la
chupeis tu hermana y tú. No se te ocurra gritar o te daremos una paliza.

Sonia se reia, le escupia y le abofeteaba con fuerza, completamente salvaje.

- Esta guarra no dirá nada - dijo mientras sacaba el consolador y metia su mano en el coño
de Vero -, está tan mojada que me entrarian las dos manos en este coño.

Le quité la mordaza y permaneció callada, y le puse la polla en la boca y comenzó a chupar
con ganas, mientras Sonia volvia a echarse sobre ella y a meterle el consolador mientras también
chupaba mi polla. Seguimos asi un buen rato, y como la situación de ver a mis dos hermanitas
follando me excitaba tanto, me dejé llevar.

- Me voy a correr en tu boca, putita, y después me mearé. Quiero que te lo tragues todo.

Sin sacar mi polla de su boca me corri, atragantándola, y comencé a mearme mientras Sonia, que aún llevaba
los dos consoladores metidos y encendidos, no pudo contenerse más y se corrió gritando.

El trabajo de reanimarme corrió a cargo de Sonia, ya que le encantaba mi semen y era una
auténtica viciosa de las pollas, consiguiendo animarme rápidamente.

La soltamos y poniéndole las manos a la espalda la esposé de nuevo, mientras Sonia, frente a ella,
la abofeteaba sin dejar de meterse y sacarse el consolador de su coño, riendo.

- ¡Que ganas tenia de que te violaran, zorra!

La tiré con fuerza sobre la cama, atrayendo su culo hacia mi hasta que se quedó de rodillas ante ella.
Disfruté unos segundos de la vista de mi hermana completamente sometida, y se la meti por el culo.
Vero comenzó a llorar, pero tampoco podia evitar los gemidos y la mezcla de ambos me volvió loco.
Su culo estaba bastante abierto, ya habia recibido más de una polla, lo que me permitió follarla con
fuerza, mientras la cogia de su largo pelo haciéndole daño.

- Por favor, por favor... - ya no sabia si me suplicaba parar o que no dejara de metérsela, lo que me
excitó aún más y la agarré con las dos manos del pelo sin dejar de follarla.

Sonia, que no podia dejar de meterse los consoladores, se sentó en la cama frente a la cara de Vero
con las piernas completamente abiertas, se sacó el consolador del coño y se acercó más hasta que la
cara de Vero estuvo metida en él.

- Te gusta comérmelo, ¿verdad? ¡¡Cómeme ahora el coño, puta, cómemelo!!

Sus gemidos me dijeron que Vero obedeció inmediatamente. Yo le meti los dedos en el coño y lo encontré
mojadisimo, y saqué mi polla de su culo para metérsela por él, encontrándome una sorpresa.

- Vero, tengo mierda tuya en mi polla, limpiamela con la boca antes de seguir follándote, guarra.

Con una rapidez sorprendente Veró dejó el coño de su hermana, se giró y se metió mi polla en la boca
hasta llegar a la garganta, limpiándomela bien.

- Ya está, puedes seguir follándome - dijo para volver con ansia a por el coño de Sonia

Se la meti inmediatamente, pero estaba alucinado... ¡A la puta de mi hermana le gustaba que la trataran
como a una esclava! Los ojos de Sonia me dijeron que estaba pensando lo mismo que yo.
Seguimos follando y cuando noté que me iba a correr, se la meti en su culo y me corri en él.
Dejamos a Vero tirada en el suelo y la sustitui entre las piernas de Sonia hasta que los gritos de esta
mientras se corria indicaron el final de aquella "sesión".

Echados en la cama miramos a la zorra en el suelo, todavia jadeando, con su culo chorreando mi leche. Sonia
se levantó y le dió una patada en el estómago.

- Puta, desde hoy serás nuestra esclava, nos obedecerás absolutamente en todo, ¿entendido?
- Si, si
- ¡Si mi ama!-gritó Sonia mientras la cogia del pelo y la obligaba a levantarse
- Si mi ama- respondió Vero sumisa.

Sonia me miró sonriente y satisfecha, sin soltarle el pelo del que tiraba con fuerza y con una expresión
en la cara tan lujuriosa que mi polla comenzó a levantarse de nuevo.

- Tenemos un nuevo juguete hermanito.



Las semanas pasaron, mientras nuestra casa se convertia en pura perversión. Vero nos obedecia absolutamente
en todo, obligándola a insinuarse y follar con todos los repartidores de pizza y demás que
visitaban nuestra casa, con un consolador en su culo las 24 horas del dia. Sonia no dejaba de mearse en
su boca y en un par de ocasiones la encontré con el culo en la cara de su hermana mientras se cagaba y
Vero se lo comia todo.

La ropa interior desapareció de la vida de nuestra esclava, y en muchas ocasiones la haciamos viajar en
autobuses atestados para que todo el mundo pudiera disfrutar de ella, vestida con minifaldas diminutas y
camisetas tan cortas y ajustadas que casi parecia que no las llevaba de lo que se marcaban sus grandes tetas.
Cuando terminaba los viajes nos contaba cuántos le habian metido mano, o follado, ya que en muchas ocasiones
la violaron. En todas las ocasiones ella nos obedeció y se dejo hacer todo lo que sus violadores quisieron.

Era una buena vida, nos gustaba mucho cómo se comportaba ahora nuestra esclava, y cada vez nos excitábamos más
follándola o pegándole. Ella también asumió plenamente su nueva posición, llegando incluso a correrse con
una paliza que Sonia le dió mientras se masturbaba.

Después de cuatro meses estábamos una tarde en casa. Vero estaba vestida de colegiala, de rodillas comiéndole
el coño a Sonia, mientras yo me masturbaba ante el tremendo espectáculo que me estaban dando aquellas dos
zorras. Cuando la tuve bien dura me levanté, le di una patada a Vero para que se echase en el suelo y Sonia
se puso sobre ella para que siguiera comiéndole el coño. Ver a la zorra vestida con aquel traje, que era el que
más me excitaba, completamente abierta de piernas me puso a mil y me eché sobre ella, comenzando a follarla de
aquel modo salvaje que tanto me comenzaba a gustar. El placer que sentia por el húmedo coño de Vero, y las tetas
de Sonia bailando ante mi, oyéndola decir guarradas de forma continua me hizo sentir como si mi polla fuese a
explotar, me la saqué y me corri en la cara de la puta, comenzando a mearme acto seguido.

En ese momento la puerta del salón se abrió, justo cuando la zorra decia
- Si, mi amo, meate en la cara de tu puta.

Gire mi vista hacia la puerta sin dejar de mear encontrándome con la cara del más absoluto asombro de nuestra madre.
Mi excitación en aquel momento era máxima, y en la puerta no vi a mi madre, sino dos preciosas y enormes tetas (mis
hermanas no habian comprado las suyas precisamente) y el cuerpo bien cuidado de una mujer de 42 años para la cual
la figura era una parte muy importante de su vida.

Terminé de mearme en la cara de Vero y haciéndole una seña a Sonia con la cabeza nos dirigimos hacia ella. Sonia se
acercó primero y le dio una bienvenida tan normal que me hizo sonreir, con beso en la mejilla incluido. Claro que lo
siguiente que hizo fue continuar besándola y comenzar a acariciarle las tetas. Nuestra madre estaba en pleno shock
y no reaccionó, y yo me acerqué a ella y metiéndole la mano por debajo de la falda busqué su coño mientras la
besaba en la boca. Mi madre seguia sin reaccionar y yo me giré hacia nuestra puta, que seguia en el suelo, ahora
masturbándose mientras nos miraba.

- Tú, perra esclava, ven a comerle el coño a mamá, creo que lo necesita.

La zorra, obediente, corrió hasta ponerse de rodillas frente a mamá y levantándole la falda su lengua buscó rápidamente
el coño.

- ¿Qué... qué hacéis? ¡no!

Sonia y yo la agarramos más fuerte y Vero le arrancó la falda

- Mamá, por favor, deja que los amos hagan lo que quieran contigo y serás feliz, déjales que te follen y sometete a
ellos...

Nuestra madre la miró aterrada, y yo me acerqué a su oido.

- Ya has oido a la puta de tu hija favorita, sométete a nosotros, zorra, quiero una esclava nueva.

Sonia se fue mientras yo sujetaba fuerte a mamá y Vero seguia comiéndole el coño, y volvió con el consolador en su
cintura, poniéndose inmediatamente a darle por el culo a Vero.

- Yo me follo a esta puta y tú a la otra, ¿te parece?- me dijo con la mirada más lasciva que le habia visto jamás.

Mamá se giró para mirarme con los ojos llorosos. De tal astilla tal palo, me dije, y se la meti en el culo con fuerza.





Espero que os haya gustado
 

Lolitasexy

Virgen
Registrado
Ago 26, 2008
Mensajes
806
Likes Recibidos
2
Puntos
18
Muy bueno. Mme ha parecido muy excitante y pervertido ...
uno de los mejores que he leÃ*do
 
Arriba Pie