El hombre de la casa

roman74

Pajillero
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Hola mi nombre es Raúl, soy psicólogo y tengo 37 años. De fÃ*sico soy un hombre normal aunque bien podrÃ*a decirse que me mantengo en forma para mi edad. Soy un hombre trabajador al que le gusta esforzarse en su trabajo a tiempo completo e incluso hoy en dÃ*a tengo más energÃ*a que cuando tenÃ*a 16 años.

Hace tres años me case con una mujer divorciada 2 años menor que yo la cual tiene una hija de 16 años producto de su matrimonio anterior. Nos conocimos en el gimnasio en una de esas idas esporádicas que yo daba, ella es maestra de spinning y yo al asistir a una de sus clases resulto con que era una antigua amiga de mi hermana y en consecuencia conocida mÃ*a, de ahÃ* nos hicimos muy buenos amigos hasta llegar al matrimonio. A decir verdad mi mujer tiene un fÃ*sico muy bonito debido a la bicicleta y lo mejor es que resulto ser igual de cachonda que yo.

Desde que nos casamos y se fue a vivir conmigo follabamos a todas horas y en todos los lugares que nos era posible dejando a un lado el hecho de que ambos trabajábamos y ella tenÃ*a una adolescente que cuidar. Con todo esto yo estaba lo más cerca del cielo que podÃ*a y es que hoy en dÃ*a es raro encontrarse con una mujer asÃ*. Después de un año de casados y un ritmo sexual desenfrenado las cosas parecÃ*an ir en aumento, cada dÃ*a ella me pedÃ*a que hiciéramos cosas nuevas y yo encantado de la vida la complacÃ*a en todos sus caprichos. Cabe hacer mención que no solo por el maravilloso sexo que tenÃ*a con ella contraje matrimonio, mi mujer tiene muchas otras cualidades pero creo que ese no es tema de conversación en estos momentos.

Lo que si es tema de conversación es señalar que aunque mi mujer no es estúpida, suele dificultarse un poco la hora de poner en marcha su cerebro. Suele ponerse de un genio que ni el mismo infierno la aguantarÃ*a a la hora que mi hijastra le pide que le ayude con temas referentes a la escuela. Y es que por el otro lado, mi hijastra tiene una mente sumamente brillante. Desde antes que nos casáramos mi esposa y yo, vi que la niña tenÃ*a un potencial bastante sobresaliente. Me recordaba los tiempos en los que yo iba al colegio (y es que si yo no era asÃ* de inteligente, si era un chico bastante matadito por aquel entonces).

Bueno mi hijastra se llama Zayra y es una muchachita bastante simpática. Heredó de su madre la belleza y aunque es más bien un poco bajita de estatura se le compensa con unas nalgas y unos senos que bien podrÃ*an ser objeto de deseo de millones de hombres. Es algo llenita sin llegar a ser gorda pero de cara es bastante bonita, cada vez que la veo me recuerda a mi esposa con unos años menos y unos kilitos de más.

Zayra y yo seguido estábamos juntos haciendo cosas que a mi mujer no le interesaban por ejemplo tarea del colegio, estudiando para sus exámenes o incluso viendo pelÃ*culas de terror las cuales mi mujer aborrece. Si bien yo a mi hijastra no la veÃ*a como una hija tampoco la veÃ*a como mujer. Zayra en cambio si me veÃ*a como a un padre y me habÃ*a agarrado ya bastante cariño desde que vivÃ*amos juntos asÃ* que no era nada raro encontrarnos a los dos en el sillón abrazados sin malicia alguna.

La vida en pareja los dos primero años fue como vivir un sueño, una fantasÃ*a. Incluso era mejor que vivir soltero, nada que ver con lo que mis amigos me decÃ*an de su matrimonio que era una pesadilla.

Para mÃ* era todo lo contrario, sexo perfecto a todas horas, no tenÃ*amos problemas, nos entendÃ*amos bastante bien y la vida marital parecÃ*a ser de lo más sencilla.

Pero de pronto paso lo que tanto tiempo me habÃ*an estado advirtiendo. Mi esposa dejo el gimnasio perdiendo en poco tiempo su hermosa figura que tan atractiva me resultaba, subió sin mentirles un poco más de 15 kilos en 6 meses y ahora el cuerpo tonificado y bello era solo un recuerdo. Yo nunca le dije nada por el miedo a que ella se molestara e iniciáramos una discusión, me quedaba con la esperanza de que algún dÃ*a ella sola se viera al espejo y se diera cuenta de todo lo que habÃ*a perdido en este tiempo sin embargo nunca fue asÃ* y conforme pasaba el tiempo subÃ*a más y más de peso.

Cambio todo su guarda ropa por ropa menos sexy e informal y en eso vino lo peor. El interés por el sexo se fue desvaneciendo poco a poco hasta llegar a tal grado que tenÃ*amos relaciones una vez a la semana, después 1 o 2 veces al mes. Cansado de intentar soportar esta pesadilla le hice saber mis inconformidades respecto al sexo. Pero siento que esto fue peor que quedarme callado. Lo único que hizo fue responderme de manera serena y como si no fuera tan importante esto:

-Tranquilo amor, ahora que somos una pareja estable, el sexo no es tan importante. Ya lo dice el maestro GarcÃ*a Márquez "El sexo es el consuelo del hombre cuando no le alcanza el amor"…

Indignado por su respuesta me pregunte de cuando acá ella leÃ*a a GarcÃ*a Márquez e interpretaba sus frases. Por amor y respeto a sus deseos e ideologÃ*a decidÃ* dejar las cosas por la paz y dejar de quejarme con ella.

Los dÃ*as pasaron y aunque yo estaba molesta con su forma de ver las cosas no hacÃ*a más por molestarla y lo único que me quedaba era esperar ese dÃ*a en el que follarÃ*amos una vez o dos al mes.

Cuando me reunÃ* con mis amigos y les comente lo que me estaba ocurriendo se rieron y no pararon de decirme:

-te lo advertimos compadre, jaja al parecer es hora de que empieces a echarte a tu secretaria.

A mi secretaria? Pero si mi secretaria era una venerable anciana de 62 años, me supongo esto fue lo que más risa les causo.

El tiempo siguió su curso y las cosas parecÃ*an no mejorar. Mi esposa después de subir 27 kilos parecÃ*a estancarse en ese peso, el sexo era una vez por mes y yo me sentÃ*a más viejo y acabado. Me estaba muriendo del calor interno, estaba caliente como el infierno y le querÃ*a dar a todo lo que se moviera incluso a mi secretaria de 62 años a la cual comenzaba a ver atractiva.

Trate de todas formas de conseguir que mi esposa volviera a ser la de antes, romanticismo y seducción fueron mis armas pero parecÃ*an no tener balas pues mi mujer no tenÃ*a reacción alguna a mis disparos.

Una y otra vez me dije a mi mismo: tienes que aprender a vivir con ello. Pero mi cuerpo parecÃ*a no entender la instrucción o más bien no querer hacer caso de ello pues para mÃ* el sexo era y es lo fundamental en una pareja.

Mi esposa al estar todo el dÃ*a sin hacer nada en casa comenzó a juntarse con un grupo de señoras bastante amargadas a las que solo les interesaba tomar café y echar el chisme. Seguido se salÃ*a dejándome solo con su hija las horas, se iba con sus amigas ya sea a una casa de una de ellas o a un restaurante a platicar.

El único vÃ*nculo que me unÃ*a a mi hijastra era el establecido por la ley pues para ser un padre deberÃ*as estar a lado de la criatura desde que es pequeña y no cuando ya tiene 13 años de edad que era la edad que tenÃ*a ella cuando yo me case con su madre.

Ahora tiene 16 y para su edad es bastante madura. Cuando llegaban las tardes y estábamos juntos en casa encerrados todo el dÃ*a, no tenÃ*amos otra cosa que hacer más que ver televisión, ver pelÃ*culas o simplemente sentarnos a platicar. DÃ*as después Zayra me pidió que la llevara conmigo al gimnasio y fue asÃ* como empezamos a ir los dos juntos a entrenar.

Cuando ya tenÃ*amos tiempo yendo los dos al gimnasio me di cuenta que de la niña llenita no quedaba nada. Mi hijastra se habÃ*a convertido en una mujer bien moldeada. Si bien sus tetas y nalgas no habÃ*an perdido tamaño, ahora mostraba una cintura más marcada sin esos kilitos de más y sus piernas comenzaban a tornearse de manera muy coqueta. Su cara era la de su madre en los buenos tiempos. ParecÃ*a que habÃ*an cambiado papeles mamá e hija en su fÃ*sico pues ahora su madre era la que estaba embarneciendo y la hija delgada y con una figura superior a la que tenÃ*a su madre en los buenos tiempos.

Esta revelación hizo que mi mente volara llegando a aterrizar al mismito pecado. Un viernes en el que mi mujer se habÃ*a ido a una reunión con sus amigas en la noche, mi hijastra y yo nos encontrábamos en su cama acostados con la luz apagada. Yo se que esto puede sonar algo erótico pero no era asÃ*, la luz se habÃ*a ido esa noche y al estar los dos solos en casa habÃ*amos decidido acompañarnos uno al otro mientras su madre llegaba.

Como no habÃ*a luz en la casa, lo único que lograba iluminar un poco la habitación era una ventana que Zayra tenÃ*a en su cuarto. Esa noche habÃ*amos estado hablando de los chicos de su escuela, Zayra con esto se apenaba mucho y a mi me gustaba hacerla enrojecer con preguntas tÃ*picas de si te gusta aquel chico o cosas asÃ*. Para esto Zayra ya me habÃ*a advertido que si seguÃ*a molestándola me iba a pegar. Yo quitado de la pena y a sabiendas que esto la apenaba seguÃ* molestándola vacilándola con los chicos de su salón.

De pronto Zayra se incorporó un poco en la cama y después de decirme "te lo advertÃ*" se lanzó sobre mi intentando hacerme cosquillas. Durante el forcejeo Zayra se enrosco sobre mÃ* con sus dos piernas pasándolas por mi cintura e intento ahogarme con una almohada jugando claro.
La tome de las manos y después de retirar la almohada de un empujón la tumbe de espaldas sobre la cama para después subirme dejando caer una buena parte de mi peso sobre ella. PodÃ*a sentir la respiración agitada en sus pechotes sobre mi pecho. Con nuestras caras separadas apenas por unos 6 cm’s me di cuenta de que ya no era con una niña con la que estaba jugando a las cosquillas si no con una mujer bien hecha. Una mujer a la que yo ya le traÃ*a ganas desde que habÃ*amos empezado a ir juntos al gimnasio y su madre se habÃ*a olvidado de mÃ*.

Dios, como me dieron ganas de follarmela en esos momentos. Me daban ganas de encuerarla y ponerla en cuatro patas para después desvirgarla rompiéndole su conejito una y otra vez. QuerÃ*a que me cabalgara y oÃ*rla gemir con esa dulce voz infantil que tenÃ*a. QuerÃ*a ser el primero en robarle sus primeras palabras de amor y hacerla gemir con fuerza provocándole su primer orgasmo.

Todo esto pasaba por mi mente mientras seguÃ*amos combatiendo en la cama por ver quien le hacÃ*a cosquillas a quien pero no fue si no hasta que mi pene comenzó a reaccionar y se puso como un roble de duro que mi mente volvió a la realidad.

Antes de que Zayra sintiera mi pene la empuje hacia atrás y cuando ella volvÃ*a al ataque la luz volvió haciendo que los dos dejáramos de jugar.

Señal divina! Pensé en esos momentos asÃ* que sin decir nada me baje de la cama de mi hijastra y me fui a mi cuarto dejando a la niña exaltada y roja de las mejillas.

Bendita sea la hora en que llego la luz me dije, luego me puse a pensar en que hubiera pasado si la luz no hubiera vuelto. Seguramente Zayra habrÃ*a sentido mi pene que estaba más que duro. Que hubiera dicho la niña? Por dios, que clase de pervertido soy… le traigo ganas a mi hijastra, a mi hijastra que le llevo 21 años de edad. Que clase de pervertido soy… lo bueno es que no paso nada pensé.

Sin embargo la barrera ya se habÃ*a roto. Constantemente me excitaba el pensar como es que tenÃ*a el cuerpo de mi hijastra tan cerca del mÃ*o. Sentir sus pechos, su olor a juventud, sus risas de niña y la mirada inocente de mi hijastra hacÃ*a que quisiera acabar en esos momentos. Como psicólogo se que el secreto más salvaguardo en una familia es el hecho de que padres e hijas en algún momento de su vida sientan deseos por aquella persona a la que los une un lazo. No era mi caso pues como dije con anterioridad yo no veÃ*a a mi hijastra como una hija pero ella si me veÃ*a como a un padre.

Si la sociedad, todas las personas de mente cerrada supieran que en las familias la mayorÃ*a de los casos los padres e hijas suelen sentir afectos diferentes a los normales o incluso los hermanos y hermanas de seguro se volverÃ*a un caos. Los dÃ*as pasaron y el incidente no paso a mayores. Zayra seguÃ*a como siempre conmigo y yo luchando contra mis hormonas que cada vez deseaban más estar con ella.

Zayra como la mayorÃ*a de las chicas suele usar vestidos o ropa muy pegada al cuerpo ocasionándome terribles erecciones que solo calmaba con una rápida chaqueta en el baño o en mi cuarto a escondidas de mi mujer. VestÃ*a de una forma tan sexy que parecÃ*a ver en ella una señal que decÃ*a: "Cogeme papi aquÃ* estoy, soy toda tuya, estoy jovencita y tiernita papito ven y haré que tu pene explote en mi interior"

Por muchas semanas me la pase descargando mis ansias en el baño jalándome el pene que ya hasta me dolÃ*a de tantas jaladas. Cuando no habÃ*a nadie en casa, me regresaba temprano del trabajo y me masturbaba viendo fotografÃ*as de Zayra en la computadora que tenÃ*amos en la sala. Incluso guarde unas con nombres distintos en una carpeta diferente con la intención de que cuando Zayra decidiera borrarlas de la PC yo tuviera un respaldo y seguir disfrutando de mis horas de masturbación frente al ordenador.

Una mañana como esas en las que regrese temprano y ni mi esposa ni Zayra estaban en casa, decidÃ* darme gusto y fui a la computadora. Después de buscar mi carpeta con mis fotografÃ*as favoritas de Zayra en el disco duro (la habÃ*a escondido bastante bien con la intención de que Zayra no se diera cuenta), me encontré con una carpeta que el nombre me dio bastante curiosidad. La carpeta tenÃ*a de nombre ‘ZDP’. Lleno de curiosidad por ver de qué se trataba di clic en la carpeta y después ver que habÃ*a muchos documentos variados en ella me tope con uno en particular que decÃ*a: ZayDia. Lo abrÃ* y para sorpresa mÃ*a era el diario de Zayra.

Al parecer lo habÃ*a escondido y nombrado de forma distinta para que ni su madre ni yo nos enteráramos de que tenÃ*a un diario y fuéramos de metiches a leerlo. Lamentablemente para ella su padrastro lo habÃ*a encontrado por accidente. Al parecer el destino no le habÃ*a permitido mantener su diario del todo en secreto.

El diario comenzaba desde que Zayra era muy pequeña e incluso habÃ*a cosas que hubieran provocado que su madre se quisiera volver loca. Relataba como es que habÃ*a sido su primer periodo, lo que habÃ*a sentido y la forma en que lo habÃ*a tomado, después describÃ*a sus fantasÃ*as y deseos y poco a poco comenzaba a relatar lo más sobre saliente en su vida hasta que llego al punto que más me intereso, el sexo. Hablaba de lo que ella pensaba del sexo y de lo que serÃ*a su primera vez. DecÃ*a que su primera vez le gustarÃ*a que fuese con el hombre al amase y en un lugar muy romántico como en una cabaña rodeada de árboles y bosque, con una chimenea en la cual se reflejara el fuego de la pasión que se vivirÃ*a en aquellos momentos. Al parecer la niña era bastante romántica y ese era un punto más a su favor para que me siguiese trayendo loco. DecÃ*a que tenÃ*a miedo la primera vez porque ya varias de sus amiguitas el habÃ*an dicho que duele, también decÃ*a que su conchita se mojaba en algunas ocasiones haciéndola sentir extraña.

El diario terminaba con una nota en la que decÃ*a como es que su vida era diferente ahora que iba con su padrastro al gimnasio. DecÃ*a que su cuerpo habÃ*a cambiado y ahora habÃ*a dejado de tener esa lonjita estorbosa que tantos años habÃ*a tenido en su cintura. Ahora se podÃ*a poner ombligueras y lucir su abdomen que si bien no estaba marcado si era plano. DecÃ*a cuan orgullosa estaba de sus avances y con un breve adiós se despedÃ*a dejándolo inconcluso.

Bueno inconcluso tal vez para mi pues esperaba que mencionara algo acerca de la otra noche en que se fue la luz pero no fue asÃ*. Resignado apague la computadora al ver que mi mujer llegaba a la casa y me fui a ver televisión un rato.

Esa tarde mientras mi mujer cocinaba y yo leÃ*a un rato el periódico Zayra se fue a la computadora un rato. Ansioso porque escribiera más de su vida en aquel diario cruce los dedos señal de buena suerte y decidÃ* espiarla un poco. Pasaba por donde estaba ella para ver de reojo que estaba haciendo lo cual nunca logre. Siempre que pasaba ella cerraba lo que hacÃ*a y fingÃ*a estar oyendo música, aunque no vi lo que hacÃ*a era de imaginarse por su comportamiento que estaba escribiendo el diario.

Al dÃ*a siguiente ilusionado y esperanzado de ver lo que habÃ*a escrito volvÃ* a salirme de mi consultorio a temprana hora y al llegar a casa lo primero que hice fue encender la maquina. Después de seguir el caminito que ya me sabÃ*a para encontrar la carpeta escondida de Zayra abrÃ* el documento del diario y efectivamente habÃ*a agregado 4 hojas, quise aplaudir de la emoción pero más aun sentÃ* morirme de la emoción cuando leÃ* el contenido, decÃ*a algo asÃ* en resumen:


Hola. Hoy en la escuela mis amigas me han preguntado si tengo a un hombre ideal y quien me gustarÃ*a que fuese mi chambelán en mis 15 años.
Por alguna extraña razón a mi mente se vino la figura de mi padrastro Raúl. Yo se que esto no esta bien pero no se que me esta pasando, desde hace tiempo que traigo esta mezcla de sentimientos que en vez de hacerme sentir mal me hacen sentir lindo .El otro dÃ*a en mi casa se fue la luz, yo estaba con Raúl en mi cuarto platicando y en eso comenzamos a jugar las cosquillas pero el juego termino siendo algo distinto a lo que estoy acostumbrado no se como que sentÃ* algo raro aquÃ* abajito. Además hubo un momento en el que me dieron ganas de besarlo, Raúl me tomo en sus brazos y se subió encima de mÃ* quedando nuestras bocas muy cerca. Pensé en besarlo en ese momento pero quien sabe que hubiera hecho el, tal vez me hubiera regañado o a lo mejor no le hubiera gustado, yo nunca he besado a nadie y por lo tanto no se como hacerlo. Después de esto decidÃ* informarme en la red y encontré que las personas le dicen a todo esto incesto. Al parecer es algo indebido y es un delito, además mi mami lo ha de querer mucho y no se me hace justo que yo su hija, quiera bajarle el novio. Bueno pero por otro lado siento que ella ya no le pone atención, no se, de un tiempo acá como que ya no son los mismos de antes no se que hacer.


Me quede unos minutos sentado ahÃ* volviendo a leer cada palabra escrita por mi pequeño amor sin saber que hacer al respecto. Aún con todo lo que el diario decÃ*a yo no tenÃ*a la valentÃ*a de intentar algo con ella. Imaginar que la desvirgaba y ella después se arrepentÃ*a de haberlo hecho conmigo me daba cierta inquietud, o que tal si mi esposa nos cachaba?, si ella se lo decÃ*a a alguien y este a su vez a la policÃ*a en que clase problema nos Ã*bamos a meter. Pero por otro lado yo tenÃ*a ganas de follarla como si no hubiera mañana, era un choque entre mis deseos y mis miedos.

El sábado llego y me levanté temprano. Como no podÃ*a dormir la noche anterior pensando en Zayra, pensé en preparar un café para quitarme un poco el sueño. Mi esposa aún dormÃ*a en la cama y yo me levanté para ir a la cocina pensé en ponerme un poco de ropa pero termine yendo en bóxer que es como suelo dormir. Al llegar a la cocina me tope con Zayra que ya estaba despierta también. Mire la mesa y habÃ*a un plato vacÃ*o con un poco de cereal, al parecer ya habÃ*a desayunado.

Raúl: Que haces despierta tan temprano?

Zayra: En la compu platicando con unas amigas. Ya me voy solo vine por un vaso de agua.

De inmediato me dejo solo y se fue a la computadora. La seguÃ* con la mirada y me percate que usaba aún su camisón para dormir, era largo y cubrÃ*a la mayor parte de su cuerpo hasta las rodillas. Al diablo con el café pensé y la seguÃ* hasta la computadora. Al estar detrás de ella, me acerque a su oÃ*do y susurrándole le dije:

Raúl: Te ves muy linda esta mañana.

Zayra: Gracias…

De inmediato sus mejillas se pusieron rojas y echándole un ojo a la PC me di cuenta que solamente tenÃ*a el documento de su diario minimizado y lo de estar con sus amigas era pura mentira. No le dije nada y seguÃ* actuando como si ni si quiera me interesara el documento.

Raúl: PermÃ*teme darte un masaje linda…

La tome de sus hombros y de inmediato comencé a masajearla lentamente. En esos momentos pensé lo que serÃ*a hacerla mÃ*a o mejor dicho pensé que debÃ*a hacerla mÃ*a. No querÃ*a llegar a la vejez sin haber disfrutado de ese cuerpecito joven tan rico que tenÃ*a Zayra. Si, estaba consiente que era pecado follarme a mi hijastra pero mantenÃ*a la ideologÃ*a de que mayor pecado desperdiciar la oportunidad que la vida me ofrecÃ*a.

De sus hombros pase a su espalda la cual comencé a acariciar con mucha dedicación tratando de sacar todo el estrés de mi chiquita.

Zayra: Hmmmm se siente rico…

Me dijo y alzó un poco sus caderas haciendo que su cuerpo se estremeciera. Comencé a masajear con fuerza su espalda y ella comenzó a moverse de un lado al otro disfrutando del masaje.

Zayra: Hmm

OÃ*rla gemir hizo que mi pene se pusiera duro de inmediato y sin querer queriendo la cabeza de mi pene se salió de en medio del bóxer botándose como si fuera un resorte. Como Zayra se encontraba a espalda mÃ*as no pudo percatarse de ello asÃ* que echando un poco para atrás mÃ* cadera aleje mi pene de su espalda para que no fuera a sentirlo y se diera cuenta y continué con el masaje en sus hombros y espalda.

Zayra: Hmmm

Dios porque no tengo el valor para ponerla de pie, bajarle el calzón y mandársela hasta el fondo pensé. Era mucha tentación tenerla asÃ* de cerca, seguramente de decidirme ni darÃ*a tiempo a que ella reaccionara. Ya para cuando reaccionara tendrÃ*a mi pene bien dentro de su conchita.

Rezaba porque no se diera la vuelta pues de hacerlo verÃ*a mi enorme cabeza salida del bóxer con ganas de follar y no se que pasarÃ*a. AsÃ* que con un ojo veÃ*a a Zayra y con el otro miraba al pasillo por donde mi esposa entrarÃ*a si se despertaba. Mis manos fueron bajando por toda su espalda y llegue a su espalda baja donde comencé a masajear muy cerca de su culito.

-Por dios que delicia, que estoy esperando.- pensé al sentir los inicios de su culito que prometÃ*a ser una maravilla.

Zayra: Hmm que rico me acaricias Raúl…

Nunca antes me habÃ*a dicho Raúl, tampoco me decÃ*a papá pero por lo general me hablaba de tu, por mi nombre nunca.

Al demonio con mi esposa, al demonio con mis miedos. Es ahora o nunca me dije y sin decir nada pase una mano por delante de ella y alzándole el camisón lleve mi mano hasta su abdomen donde comencé a acariciarlo. Zayra de inmediato abrió los ojos como no creyendo de lo que habÃ*a sido capaz pero después de unos segundos los cerró y su respiración se hizo más rápida. Al parecer se habÃ*a dejado llevar por el momento.

Lleno de deseo y valiéndome madres todo, presione con mi pene sobre su espalda y la hice sentir mi dureza en su espalda. Mi mano paso de su abdomen a uno de sus pechos y metiéndole la mano por debajo del brassier comencé a acariciarle aquella maravilla de teta. Zayra se puso de pie y echo su culo hacia atrás haciendo que este quedara frotándose contra mi pene. Luego de unos segundos comenzó a mover su culito de forma circular y después de arriba hacia abajo. No hay nada más delicioso que una adolescente cachondita como esta pensé.

Baje mi mano hasta su panti y metiéndome debajo suyo comencé a acariciar sus labios vaginales que tenÃ*a poquitos pelitos. En eso su respiración se hizo más fuerte y comenzó a gemir levemente.

Zayra: Hmmm Aaaahhhh

Se dio la vuelta quedando frente a mÃ* y después de pasar sus manos por detrás de mi cuello me jalo hacia ella y nos besamos apasionadamente. Como dos amantes que llevaban años deseándose uno al otro. SentÃ* su lengua joven en la profundidad de mi boca mientras mis manos le amasaban con fuerza sus nalgas por debajo de su panti. Me sabÃ*a riquÃ*sima su boca como ninguna otra.

Alzando sus brazos le saque el camisón y sin poder esperas más la cargue como si fuera bebe para llevarla a su cuarto. Entramos conmigo cargándola como si fuera una novia, besándonos y acariciándonos con pasión. De inmediato la deposite en su cama y corrÃ* a cerrar su puerta. Al volver me subÃ* encima de ella que ya me esperaba con sus tetas desnudas bamboleándose en el aire y al hacerlo ella abrió sus piernas y me dijo:

Zayra: Hazme tuya Raúl…

No podÃ*a creerlo estaba apunto de desvirgar a la niña más hermosa en el mundo.

Raúl: Pero que hay de tus deseos, es asÃ* como quieres que pase tu primera vez?

Zayra: Raúl tómame ya no me hagas esperar más. Quiero ser tuya hazme mujer Raúl…

Raúl: No te arrepentirás?

Zayra: Te juro que no…

Mire hacia abajo y al ver mi pene gordo y grande comparado con su pequeña vagina pensé que me serÃ*a imposible metérselo. No era mi intensión lastimarla asÃ* que comencé a pasar mi pene por todo lo largo de sus labios vaginales como midiendo que tanto cabrÃ*a.

Zayra: Hazlo ya! Hazlo Raúl… Te quiero dentro de mÃ*.

Casi sin poder respirar Zayra me jalo hacia ella y me beso nuevamente de manera muy excitante jugando con nuestras lenguas mientras con una mano tomaba mi pene y lo colocaba en posición, una vez en su entrada con sus piernas me enrosco como aquella vez en la que se fue la luz y sin decir más echo para delante sus caderas y al mismo tiempo me jalo con sus piernas hacia ella haciendo que mi pene se hundiera en su vaginita.

Zayra: Aaaaaagggghhhh!!!

Pego un grito enorme cuando sentÃ* como mi pene rompÃ*a su himen. Ya era demasiado tarde, al parecer Zayra era mucho más cachonda que su madre y no le habÃ*a importado que le doliera su primera vez, lo único que deseaba era que se la metiera y eso es lo que habÃ*a conseguido.

Zayra: Aaggghhhh!!! Hmmmm

Raúl: Ooohhh!!

El placer que ambos sentÃ*amos a estas alturas era indescriptible. Nunca habÃ*a sentido algo tan delicioso en mi vida entera. Ninguna follada se acercaba a lo que era esto. Los dos gemÃ*amos como animales mientras ella no paraba de pegar de gritos.

Zayra: Aaaaaahhhh!!! Hmmmm! Ssiiii siiii siiii Raull siii asii aahhhh

Raúl: Aaaahhhh


Su suave y a la vez chilloncita voz me hacÃ*a querer venirme. Era delicioso oÃ*rla gemir con esa voz de niña chiqueadita que tenÃ*a. El cuarto de su madre estaba lejos pero en un momento me dio miedo de que fuera a escuchar los tremendos gemidos que su hija estaba pegando sin embargo era demasiado tarde para detenerme lo hecho, hecho estaba.

La follaba lento y después rápido, intercambiamos posiciones y ella me cabalgo primero de manera inexperta pero pasados los minutos ya lo hacÃ*a como una profesional.
Zayra: Aaaahhhhh hmmmmm

Raúl: Aaaahh Chiquita ricaa y apretaditaa hmmm

Los dos nos movimos hasta que no pudiendo más estalle en su interior dandole a sentir por primera vez la leche de un hombre en sus entrañas.

Raúl: Aaaaahhhhhhhh!!!

Zayra: Hmmmm aaaahhhh

Cayó a descansar sobre mi pecho y nos besamos tiernamente.

Zayra: Que rico Raúl… gracias.

Raúl: Gracias a ti hermosa. Estuviste maravillosa.

Zayra: Ya soy tuya Raúl… soy tu mujer.

Raúl: AsÃ* es chiquita eres mÃ*a…al fin mÃ*a.

Media hora después su madre nos encontró en la cocina comiendo un poco de fruta.

-Buenos dÃ*as- nos dijo seria y mal humorada.

Zayra y Raúl: Buenos dÃ*as!

Le contestamos los dos sonrientes y de muy buen humor…
 
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