El duro culazo de mi hijastra

roman74

Pajillero
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Esta es una historia para todos los que creen que nunca puede llegar a suceder. La escribÃ* a manera de confesión hace ya más de 15 años pero para esa época no existÃ*a ninguna página web como ésta donde pudiera compartirla con ustedes. Ésta vez la compartiré a manera de relato:

A principios de los años 90’s, inicié una relación con una mujer divorciada que tenia 4 hijos, 3 varones y 1 hermosa jovencita.

Dos de los varones vivÃ*an con su abuela, mientras que el otro ya estaba casado. La hija, de 18 años, recién cumplidos, era la única que vivÃ*a junto a su madre y posteriormente su padrastro, osease yo.

Mi relación con SofÃ*a, la hija de mi nueva acompañante, Cecilia, desde un inicio fue bastante amena. Era una chica cariñosa, extrovertida y bastante alegre que gustaba de acompañarnos a los centros comerciales a su madre y yo con la intención de que la mimara y le comprara ropa. Cosa que, desde luego, yo hacÃ*a encantado. Y es que, ver a esa hermosa criatura, enfundada en aquellos trapos que le gustaba vestir, era un deleite que no se podÃ*a prohibir.

Para que se den una idea de lo que les hablo, SofÃ*a era una chica escultural de 1,74 de estatura, rubia, guapÃ*sima, con unas medidas que no quiero exagerar en absoluto, pero rondarÃ*an los 93 - 60 – 92.

Creo que fue precisamente ella, y no el escaso amor que sentÃ*a por su madre, lo que me animó a vivir con su madre y después casarme para de esa manera asegurar mi estancia cerca de esa preciosura.

Siempre supe que SofÃ*a tenÃ*a un culazo de maravilla pero al vivir con ella, y verla andar en bragas por la casa por las mañanas, supe que ese culito debÃ*a ser mÃ*o…

SofÃ*a siempre me pedÃ*a ayuda para resolver ejercicios matemáticos que le dejaban en el colegio y de los cuales no entendÃ*a nada. Yo siempre acepté gustoso ya que me permitÃ*a tenerla más cerquita y deleitarme con su belleza.

Con el tiempo nuestra relación se fue estrechando más, cada dÃ*a que pasaba nos unÃ*amos más, habÃ*a mucho respeto y amistad entre nosotros, jugábamos cartas, leÃ*amos, charlábamos, en fin, hacÃ*amos muchas cosas juntos.

Con el tiempo, SofÃ*a se encariñó tanto conmigo que incluso comencé a notar que le molestaba que yo estuviese cerca de su madre besándola o haciéndole cariños. Eso lo supe porque siempre que veÃ*a a su madre acercarse, SofÃ*a decÃ*a de manera irónica: allÃ* viene mÃ* mama otra vez a buscarte…!

Una noche las cosas dieron un giro de 360° realmente divino.

Me encontraba en mi dormitorio viendo la tele a muy altas horas de la noche cuando, entre el enorme calor que hacÃ*a y los ruidosos ronquidos de mi esposa, terminé animándome a salir a la cocina, en busca de un vaso con agua para calmar mi sed.

Al caminar por el pasillo me percaté de que la televisión de la habitación de mi hijastra estaba encendida y de su interior provenÃ*an sonidos bastante peculiares. La intriga me incitó a averiguar de que se trataba el misterioso sonido asÃ* que, sin hacer ruido, salÃ* hacia el patio y entre por un costado de la casa, que da a la habitación de SofÃ*a, con la intención de espiar por la abertura de la ventana. Lo que vi me sorprendió como no tienen idea. Era algo que jamás imagine que podrÃ*a pasar por la mente de una joven de 18 años y que yo imaginaba tan inocente.

Desde la ventana se podÃ*a ver en la televisión una pelÃ*cula pornográfica y en la cama el cuerpo de SofÃ*a completamente desnudo, pasando su mano por sus preciosos senos y la otra por su lampiña rajita. Y, los extraños ruidos no eran mas que los gemidos alcanzados por el espectacular orgasmo que ella estaba sintiendo en ese momento.

Esa escena cambio mi vida para siempre, sin hacer ruidos volvÃ* a mi cama y me acosté con la imagen gravada en mi mente de todo lo que habÃ*a visto esa noche.

En la mañana siguiente todo continuó como si nada, su madre y yo salimos a nuestros trabajos y yo deje a SofÃ*a en el colegio como solÃ*a hacerlo diario, solo que en mi mente no dejaba de pensar en la escena de la noche anterior.

AsÃ* pasaron los meses y la imagen no desaparecÃ*a de mi cabeza. Empecé a imaginarme acariciando el cuerpo de SofÃ*a y no solo eso si no que también haciéndole el amor salvajemente.

Todos los dÃ*as me masturbaba pensando en ella hasta que un dÃ*a no soporte más y decidÃ* hacer algo al respecto como el hombre de la casa que era.

Esa noche su madre y yo salimos a tomar unos tragos y llegamos a casa un poco tarde. Casi era de madrugada, y mi esposa estaba tan borracha que apenas se recostó a la cama se quedo dormida en un profundo sueño del que no la sacarÃ*a ni un mariachi en vivo.

Yo salÃ* al patio como aquella otra noche y, al echar un vistazo a la habitación de mi hijastra por la ventana, solo pude observar por la ventana, lo único que pude ver fue el cuerpo dormido de mi hijastra pero mis deseos de sexo los tenia a flor de piel y sin pensarlo dos veces decidÃ* entrar a su cuarto por la ventana!

Como pude entré y, ya estando adentro, reflexione sobre mi actitud y me quede inerte sin atreverme a nada e inmediatamente salÃ* de su dormitorio.

Esa noche no pude conciliar el sueño, me levante nuevamente decidido hacer algo, entre nuevamente al dormitorio de la chica, esta vez por su puerta sin hacer ruido, y sin pensarlo comencé a acariciar su cuerpo por encima de las sábanas.

Lo que sentÃ*a ese momento me llenaba de una lujuria indescriptible, pase mis manos suavemente por todo su cuerpo, por sus piernas, por sus senos, luego retiré la sábana y palpé toda su piel con mis manos debajo de su pijama, acaricie su conejito sin nada de pelos y la erección que tenia no la soporte mas y comencé a "pajearme" justo al frente de su rostro!

De repente ocurrió algo que no estaba en mis planes, ella se ha despertado repentinamente, tal vez mis caricias en algún momento dejaron de ser suaves y pasaron a ser mas fuertes, la verdad no lo se, solo vi el rostro sorprendido de mi hijastra que de repente me miro de pie a cabeza notando mi pene totalmente inflado y a medio cubrir por mi ropa interior.

Apenas se repuso me preguntó, que hacia yo en su habitación y en esas condiciones, sentÃ* que me tragaba la tierra, no tenia respuesta a esa pregunta, solo me limite a decir que entre a mirar como estaba y que querÃ*a asegurarme que ella estaba bien y sin mas que decir, salÃ* aterrorizado directo a mi cama, a esperar las consecuencias de mi locura.

La mañana siguiente comenzó con la misma rutina, la lleve al colegio y durante todo el camino no pronuncio palabra alguna, ese dÃ*a paso con mucha "normalidad" al caer la noche no soporte "la tortura del que pasara", me acerque a ella y le pregunte como se sentÃ*a que la notaba un poco distraÃ*da y pensativa, me respondió "tu sabes muy bien lo que tengo…. y eso no te lo voy a perdonar nunca" me invadió un miedo enorme y le respondÃ* a modo de desconcierto ¿a que te refieres?, ella empezó a reclamarme el haber entrado a su cuarto y abusar de ella mientras dormÃ*a, pero la note un poco insegura y con algunas dudas ante mi actitud frÃ*a y tranquila, eso me calmo y aproveche el momento para decirle algo que le producirÃ*a aun mas dudas "tal vez solo tuviste una pesadilla… eso fue… es tan solo un mal sueño…yo jamás entrarÃ*a a tu habitación, cálmate"


Los meses pasaron y volvÃ* a recobrar la confianza de mi hija, se acercaba el año nuevo y se hacÃ*an los preparativos para festejarlo en casa de la abuela con una tradicional cena de año nuevo.

Llego el gran dÃ*a todos estábamos muy alegres, yo salÃ* un momento en el carro a saludar a mi madre que vivÃ*a en el mismo vecindario que la abuela y por un inconveniente familiar me quede mas de la cuenta en casa de mi mama, llame a casa de la abuela para justificar mi retraso y pedirles disculpas por no poder cenar con ellos. Al resolver mi problema ya todos habÃ*an cenado, brindado por un mejor año para todos y dado los emotivos abrazos de buenos deseos por el nuevo año.

Ese comienzo de año trajo nuevas expectativas para mi, casualmente cuando regrese a casa de la abuela me recibió mi hija, se encontraba afuera de la casa sola esperando mi llegada, sin dejarme bajar del carro se lanzo por la ventanilla y me abrazo muy contenta me dio muchos besos, me deseo muchos éxitos y felicidades, estaba muy bonita con su vestidito rosa y un lazo enorme al final de su espada, al momento de salir del carro ella aun tenia su cara asomada dentro del carro, con la intención de besar nuevamente mi mejilla, pero al girar, el beso lo recibÃ* justo en los labios, la mire fijamente y ella a mi, de repente echamos a reÃ*r sin ninguna explicación.

En ese momento sentÃ* que las cosas serian diferente entre nosotros, ella paso toda la noche a mi lado no se separaba de mÃ* ni por un segundo, entonces se dio la gran oportunidad, su tÃ*o me pidió, como favor, ir en busca de unas provisiones para la fiesta y le dijo a ella que me acompañara, me sentÃ* muy complacido en ir ante tal situación, una vez solos en el carro le comencé a bromear con el beso que me habÃ*a dado unas horas atrás, le decÃ*a que se habÃ*a aprovechado del momento para besarme, ella reÃ*a y respondÃ*a que esa no fue su intención, pero yo la cuestionaba a manera de juego, hasta que de repente me pidió que detuviera el vehiculo, lo hice, y me dijo "mÃ*rame a la cara….¿ tu crees que ese beso fue intencional?" yo solo reÃ*a sin decir palabras, ella me tomo de las mejillas con ambas manos y me ha dado el beso mas apasionado que habÃ*a sentido en mi vida y luego me dijo riendo a carcajadas esto si es un beso intencional, notaste la diferencia entre uno y otro, yo respondÃ* de manera intencionada: "la verdad no…¿ me podrÃ*as explicar nuevamente?" ella sin dudar me propino inmediatamente, otro beso de igual magnitud y pregunto: ¿ahora si has notado la diferencia?. Le pregunte por que hacia todo eso, por que me besaba con tanta pasión, a lo que me respondió, que no me hiciera el desentendido, que ella sabia muy bien cuales eran mis intenciones, que desde hacia mucho tiempo notaba la manera en que yo la miraba, y que no olvidaba la vez que entre a su habitación y acaricie todo su cuerpo y me pregunto nuevamente por que lo habÃ*a hecho, me exigió esta ves le fuera sincero, le conté la escena que presencie de su masturbación y le confesé que esa era la verdadera razón de mi cambio hacia ella. SofÃ*a reÃ*a a carcajadas al saberse descubierta por mi y confeso que ese era un secreto que guardaba. Nos besamos nuevamente y muchas veces mas lo repetimos, fue algo muy excitante, pero no podÃ*amos tardar más o despertarÃ*amos muchas dudas y preguntas que no sabrÃ*amos dar respuestas por lo que regresamos a la fiesta.


Ya las cosas estaban claras entre nosotros esa noche conversamos mucho de nuestra futura relación de cómo la llevarÃ*amos sin despertar sospechas de su madre, sus hermanos y demás familiares, era algo realmente excitante, la sensación que solo da el placer de lo prohibido. Las semanas pasaron y se dio una nueva oportunidad de salir de casa solos, nunca habÃ*amos tenido una oportunidad como esa, estando nuevamente en casa de la abuela, mi mujer me pidió llevar a SofÃ*a a casa de una de sus amigas del colegio donde habÃ*a una reunión con motivo de celebrarse un cumpleaños, fiesta a la que nunca llegamos, pues en el camino nos topamos con un motel y decidimos hacer nuestra propia fiesta y sin mas invitados.

Una vez dentro de la habitación decidimos hacer nuestros sueños realidad, ella desde que descubrió su sexualidad fantaseaba con hacer el amor y yo por mi parte desde que descubrÃ* como se le veÃ*a el culo en bragas a "mi hijastra" soñé con hacerla mÃ*a y esta oportunidad no la desperdiciarÃ*amos por nada del mundo.

Nos besamos muchas veces de manera muy apasionada y comenzamos a desvestirnos, muy lentamente nos acariciamos de pie a cabeza, le bese su cuello muy suavemente, fui bajando lentamente a sus capullos (senos), y aun mas abajo hasta sus entrepiernas, jamás habÃ*a tenido tan cerca un coñito tan lindo, tan suave, tan limpio y tan excitante, no soporte mas y clave mi lengua hasta lo mas profundo que pude de su virginal coño y empecé a sentir como fluÃ*an por mis mejillas todos esos jugos vaginales que brotaban desde lo mas profundo de su abertura, escuchaba como música aquellos hermosos sonidos que meses atrás dieron origen a toda esta locura, la música no era otra que el gemir que le producÃ*a mi incansable lengua al rozar sus rosados labios vaginales y su pequeñito clÃ*toris…

Era el momento ideal de la embestida, me prepare psicológicamente para la penetración sabia de lo estrecho de su coñito y de la paciencia que debÃ*a tener para hacer de ese momento un momento placentero para ella y para mi, muy lentamente me incorpore, ella yacÃ*a de espaldas en la cama, con la piernas totalmente abiertas, ofreciéndome a plenitud lo mas puro de su ser … su virginidad, con mi verga lista para la placentera batalla de dispuse acariciar sus entre piernas y cada ve que la pasaba por su rajita sin pelos, notaba como se estremecÃ*a todo su cuerpo, indicándome el momento justo para la penetración, poco a poco fui colocando mi palo entre sus piernas sin dejar de besar su boca (en la tÃ*pica posición del misionero), sentÃ* como poco a poco, milÃ*metro a milÃ*metro avanzaba mi verga por su canal extremadamente lubricado, por todos sus jugos naturales, la sensación era indescriptible, el placer inexplicable, con su coñito bañado en su propio jugo, la suavidad de sus paredes, la estreches de su interior, y la música que producÃ*an para mis oÃ*dos sus gemidos, asÃ* fui avanzando hasta lograr guardar en su ser, cada uno de mis 20 centÃ*metros de palo. AsÃ* fue pasando el tiempo ya no habÃ*a marcha atrás, hace rato que mi verga se paseaba, entrando y saliendo sin mayor problema de su coño… Sus gemidos dejaron de ser leves para convertirse en gritos de placer con cada uno de los orgasmos que iba alcanzando… hasta que llego mi momento máximo, quise explotar dentro de ella, pero no estábamos usando ningún tipo de protección, asÃ* que saque mi palo y lo apunte a su cara, ella instintivamente y sin dudarlo se metió casi en su totalidad mi enorme polla en la boca y con un ritmo muy armonioso empezó a chupármela y casi inmediatamente empezaron a salir chorros de semen de mi verga, hasta llenar toda su boca al punto que corrÃ*a por sus mejillas y goteaba en su pecho…. La verdad fue una experiencia increÃ*ble, hay que sentirla para poder conocerla por que no existen palabras para describirla….
 
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