andaveidile
Virgen
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El despertar de mi madre 3
Mi madre pasó el fin de semana en la cama, una gripe la dejó molida, me quedé a cuidarla todos los días. Tanto Raquel como Sonia me llamaron para ver si podía salir, mi madre me decía que saliese, que no pasaba nada, que estaba bien. Yo no quería salir pero ellas podrían venir a mi casa. Mi madre dijo que si, la parecía bien. Al final Raquel no pudo venir, fue Sonia la que se atrevió sabiendo que mi madre estaría con nosotros durante la cena en el caso de que se levantara para cenar, si no, la llevaría yo la cena a su cama.
Dispuse la cena para tres en la mesa, al final mi madre quería salir un poco de la monotonía de su habitación. Todo preparado.
Sonia llegó puntualmente a casa, estaba guapísima, vestía de fiesta, no me imaginaba que pudiera estar tan elegante y sexy, me extrañó un poco…
- Guauuuu, que guapa estás Sonia, estás resplandeciente, pasa por favor, que cambio –tenía una sonrisa digna de sueño-
- Muchas gracias caballero, la noche lo merece – ohhhhh-.
- Así que… cenas y te vas después a alguna fiesta? –la miré medio sonriendo- que suerte van a tener dónde vayas –Sonia me sonrió mientras guiñaba un ojo- si tienes prisa prepararé la cena rápidamente para que te de tiempo y no salgas con la comida casi en la boca, te parece?
- Para el carro, no corras tanto –reía- coge el abrigo o dime dónde lo dejo anda.
- Aquí en esta habitación, encima de la cama.
Sonia se quitó el abrigo cuidadosamente, lo dobló un poco y lo colocó encima de cama, yo la miraba expectante, miró alrededor de la habitación y después de revisar la habitación se quedó mirándome fíjamente…
- Porqué me miras así? – se puso delante de mi con los brazos en jarra y ladeando suavemente la cabeza a un lado-.
- Jo, perdona, en, no se, esto, jo que lío, estás guapísima, como siempre nos hemos visto con vaqueros y eso, no me imaginaba que…
- Quieres decir que no estoy guapa cuando voy con vaqueros? – su tono de voz cambió, noté agresividad, creo que se molestó-
- No no no no, guapa muy guapa con vaqueros y así, eso es lo que quería decirte jo, tierra trágame – entonces ella me lanzó una sonrisa que me hizo comprender que me estaba vacilando un poco-.
- Anda salgamos, quiero conocer a tu madre, cenará con nosotros?
- Me ha dicho que si, la llamaré para cenar ya…
- No tengo prisa en toda la noche, -Sonia confirmó con voz grave- no voy a ninguna fiesta por ahí, solo he venido a cenar contigo y tu madre, que me ponga algo elegante me gusta, de acuerdo?
- De acuerdo –acepté bajando un poco la cabeza- estoy encantado de que estés aquí, Raquel no vendrá, no podía me dijo.
- Lo se, la llamé para ver que pasaba, su tía de nuevo en su casa, que pesada.
Mi madre no había salido de su habitación, me quedé en la puerta y la llamé para decirla que Sonia había llegado ya. Tardaría un ratito todavía, mientras Sonia y yo fuimos al salón comedor y nos sentamos en el sofá, verla con vestido ceñido, tacones altos y maquillada me gustaba muchísimo, el que desentonaba era yo, antes de cenar me cambiaría por algo más elegante.
- Has usado lo que te di? – se colocó en el sofá poniendo las piernas encima y enseñándome su figura curvilínea mientras que sus brazos abrazaban calidamente el respaldo, era una manera más de romper el hielo y ella no se andaba por las ramas-.
- Pues no, -no dudé nada en mentir- hubo un accidente y se rompió el frasquito, que más da –bajé la cabeza y miré en otra dirección-.
- Vaya, pues no he traído ningún frasquito, de todas las maneras no lo necesitamos, verdad? –rió-.
- Puedes estar segura de ello, te quedarás a dormir?
- Me invitas? –la picara, sonreía- estoy deseando, pero y tú madre?
- No te preocupes por ella, Raquel se ha quedado varias veces, además, cuando se tome las pastillas no se enterará de nada, se queda frita – reí-.
- Raquel me ha dicho que solo sois folla amigos –Sonia siempre directa- ella conoce mis intenciones, hemos hablado recientemente sobre el tema y te quiere mucho como amigo, lo pasáis muy bien juntos, pero nada más.
- Es verdad, tenemos una buena relación.
- Cómo la nuestra? –su mirada fue calida y sensual-.
- Espero que si –contesté mirándola fijamente-.
- Tengo sed, me traes algo de beber.
- Claro, que quieres, agua cerveza, vino…
- De momento solo agua, gracias.
Fui a la cocina y preparé una jarra con agua y dos vasos, no se como iba a echar las gotas, se daría cuenta, yo lo pensaría de ser ella, no se… lo mejor es esperar, nos beberemos el agua de la jarra y verá que no pasa nada. Llené los vasos delante de ella y la dí uno, el otro era para mi, empecé a beber y di un buen sorbo mientras me sentaba a su lado, ella también bebió un poquito, oí ruidos en el pasillo, era mi madre que venía al salón comedor, me levanté rápidamente para ayudarla.
- Hola mamá, cómo estás?
- Aturdida hijo, tengo taponados los oídos, este catarro.
- Mira esta es Sonia –se levantó y fue a dar a mi madre unos besos-.
- Hola señora, su hijo me habla de usted, miente en una cosa – mi madre la miró con seriedad -es usted más guapa de lo que él dice. –sonrío-.
- Que susto, mi madre gesticuló mientras hacía aspavientos con las manos- gracias cariño, tu si que eres guapa y educada, falta hace a esta juventud…
- Mamá… vale ahora no, cena tranquila… -todos reímos-.
Nos sentamos los tres en el sofá, mi madre en medio. Creo que la noche va estar muy bien. Charlamos durante un rato de las cosas comunes, estudios y trabajo de mi madre. La televisión estaba encendida pero no la hacíamos ningún caso y decidí quitarla. Ya que me levante propuse cenar, dijeron que sí a esta propuesta. Como invitada y como madre malita hice que no me ayudaran en la cocina, de todas las maneras había hecho cena básica con algo que mi madre me enseñó, ellas se quedaron sentadas hablando de no se que. Preparada ya la mesa nos sentamos todos, anda se me olvidó la jarra con el agua…
- Perdonar voy a por la jarra de agua a la cocina.
- Vale hijo –siguieron hablando-.
Eché unas gotitas en la jarra rápidamente y salí a la mesa, llené un poco los vasos de los tres y me senté, alcé un poco la copa y propuse un brindis por nosotros, los tres empezamos a beber. Cuando noté que las dos habían bebido ya un trago de agua me levanté de la mesa tosiendo y me puse la mano en la boca, corrí hacia la cocina y eché en el fregadero el poco agua que había bebido…
- Hijo te encuentras bien? –escuché la silla de mi madre moverse-.
- Si mamá, se me ha ido el agua por otro sitio, salgo enseguida.
Mientras tanto yo las miraba por un rendija en la puerta de la cocina, vi que mi madre se volvió a sentar, cogieron las copas de agua en las manos y las dos brindaron otra vez bebiendo el resto de las copas. Tardé a propósito un rato en salir, quería ver el efecto. Ellas mientras charlaban de no se que y reían. Al cabo de un rato volví a la mesa, no se si había hecho efecto ya las gotas en ambas, probé diciendo…
- Cómo estáis chicas? – las dos me miraron-.
- Con hambre y muy calientes –rieron y se besaron en la boca-.
- De puta madre!!! –me iluminé pensando en lo que vendría después- que os parece que si después de cenar hacemos algo diferente, algo divertido, no se…
- Pues estábamos pensando en ello ahora mismo, creo que te vamos a comer todo, todo, todo… y tú nos follarás con muchas ganas –reían las dos-.
- Lo se mamá, después de cenar un poco, iréis a tu habitación y os pondréis… cómo diría yo… cómodas, ya sabes como me gusta todo, lencería, labios pintados, etc…
- Claro que si hijito, lo vamos a pasar de locura –las dos se cogieron de las manos y se miraron lascivamente-.
Después de cenar tranquilamente ellas se fueron a la habitación de mi madre a ponerse cómodas. Tenía reservado un video de mi madre follando con su amiga de la polla grande, quería ver que pasaba. Salieron de la habitación y se sentaron cada una a un lado de mi, estaban impactantes y yo estaba impaciente, mi bulto en el pantalón lo demostraba. Puse el dvd en marcha y empezó el video…
- Que cabrón eres hijo, me has grabado follando con mi amiga –miró a Sonia- que polla tiene la jodida… querida has follado con un travesti?
- Te metes esa polla dentro de tu boca? –contestó Sonia flipando-.
- Si hija y más…
- Que puta eres… me enseñarás?
- Esta noche tu primera lección, mi hijo la tiene muy bien, mira, ya la tiene dura, se la notas?
Sonia empezó bajar la cremallera, quitó el cinturón y bajó mis pantalones, mi madre metió la mano entre los calzoncillos sacando al aire mi polla, las dos se miraron a la vez…
- Mira Sonia cómo se chupa una polla como esta –abrió sus labios y empezó a succionar un poco la cabeza-.
- Si quiero verte, abre bien esa boca de putita que tienes, quiero verlo más cerca –las dos tenían sus bocas en mi polla, que bonita visión-.
Coloqué cada mano en la cabeza de las dos, de esta manera hacía que me la chuparan cuando yo quisiera, me hicieron abrir las piernas un poco más, mientras mi madre me la chupaba plácidamente Sonia me lamía los huevos mientras me miraba a la vez que sacaba la lengua, eso me pone muy cachondo y ver que mi polla se pinta un poco de color rosa de sus labios húmedos y brillantes, que foto tenían las dos. No se si Sonia se lo había montado con alguna tía aún así decidí que quería ver a las dos follándose como perras en el sofá. Las dejé el sofá para ellas y yo me senté en un sillón cerca, no me quiero perder el espectáculo, mi madre se tumbó boca arriba y Sonia se deslizaba despacio sobre mi madre, empezaba a besarle los pies, subía despacio por las piernas, cuando llegó al sexo de mi madre separó las piernas con sus manos y empezó a besar su coño afeitado, mi madre se contorneaba y estiraba, cerraba los ojos mientras la lengua se Sonia penetraba entre los labios vaginales de mamá, los sollozos de ambas eran constantes. Mi madre agarró con fuerza la cabeza de Sonia y empezó a moverla con más rapidez, soltó un quejido y paró, Sonia despego su cara de entre las piernas de mamá y fue directamente a besar la boca de mi madre con los jugos salidos de la corrida, abrió la boca Sonia encima de mi madre y cayó un hilo fino de fluido viscoso, las dos se relamían de lo lindo…
- Sonia es mi turno –dijo mi madre extasiada-.
- Estoy deseando –se besaron y cambiaron las posiciones-.
Mi visión es privilegiada en primera fila, mientras yo me toco mi polla viendo como se follan las dos, no me quiero correr aún, se que aguantaré bastante, estoy preparado. Mi madre se coloca encima de Sonia y empieza a besarla mientras mete su mano, a Sonia se le escapa un sonido gutural, abre los ojos lo máximo posible y besa desenfrenadamente a mi madre, sin duda alguna, mi madre le ha tocado la fibra sensible rápidamente. Ahora empieza a comerla el coño y añade lametazos en esos labios vaginales, las dos están salidas y frenéticas, sus movimientos y jadeos son dignos de ver, se retuercen y gimen constantemente, Sonia grita y encoje a la vez, mi madre para y saca la cabeza, la corrida de Sonia está en la boca de mi madre, otra vez se besan y tragan su jugos, que foto, una encima de la otra. Yo las miro mientras que me toco con suavidad, al cabo de un pequeño rato las dos me miran…
- Hijo que solo estás ahí –mi madre lame despacio un pezón de Sonia- que putas nos haces ser, pero nos gusta.
- tranquila mamá, estoy perfecto viendo como os devoráis las dos, han sido unas corridas muy buenas, lo habéis pasado bien?
- Ya te digo –dijo Sonia mirando a mi madre- como me ha puesto la puta de tu madre y que buena está -rieron las dos-.
- Sonia, no sabía que te gustaban las tías –pregunta jocosa-.
- Díselo a Raquel cuando la veas, nos lo montamos las dos muy bien –sonrió-.
- No jodas, Raquel también… -no me lo podía creer-.
- Y es buenísima –Sonia sacaba la lengua y cerraba los ojos pensando quizá en algún polvo entre ellas-.
De verdad que me quedé un poco descolocado pero me gustaba la idea de verlas follar delante de mi en otra ocasión, será otro plan.
La noche no había acabado, pero eso será en otro artículo, gracias por seguirme.
Mi madre pasó el fin de semana en la cama, una gripe la dejó molida, me quedé a cuidarla todos los días. Tanto Raquel como Sonia me llamaron para ver si podía salir, mi madre me decía que saliese, que no pasaba nada, que estaba bien. Yo no quería salir pero ellas podrían venir a mi casa. Mi madre dijo que si, la parecía bien. Al final Raquel no pudo venir, fue Sonia la que se atrevió sabiendo que mi madre estaría con nosotros durante la cena en el caso de que se levantara para cenar, si no, la llevaría yo la cena a su cama.
Dispuse la cena para tres en la mesa, al final mi madre quería salir un poco de la monotonía de su habitación. Todo preparado.
Sonia llegó puntualmente a casa, estaba guapísima, vestía de fiesta, no me imaginaba que pudiera estar tan elegante y sexy, me extrañó un poco…
- Guauuuu, que guapa estás Sonia, estás resplandeciente, pasa por favor, que cambio –tenía una sonrisa digna de sueño-
- Muchas gracias caballero, la noche lo merece – ohhhhh-.
- Así que… cenas y te vas después a alguna fiesta? –la miré medio sonriendo- que suerte van a tener dónde vayas –Sonia me sonrió mientras guiñaba un ojo- si tienes prisa prepararé la cena rápidamente para que te de tiempo y no salgas con la comida casi en la boca, te parece?
- Para el carro, no corras tanto –reía- coge el abrigo o dime dónde lo dejo anda.
- Aquí en esta habitación, encima de la cama.
Sonia se quitó el abrigo cuidadosamente, lo dobló un poco y lo colocó encima de cama, yo la miraba expectante, miró alrededor de la habitación y después de revisar la habitación se quedó mirándome fíjamente…
- Porqué me miras así? – se puso delante de mi con los brazos en jarra y ladeando suavemente la cabeza a un lado-.
- Jo, perdona, en, no se, esto, jo que lío, estás guapísima, como siempre nos hemos visto con vaqueros y eso, no me imaginaba que…
- Quieres decir que no estoy guapa cuando voy con vaqueros? – su tono de voz cambió, noté agresividad, creo que se molestó-
- No no no no, guapa muy guapa con vaqueros y así, eso es lo que quería decirte jo, tierra trágame – entonces ella me lanzó una sonrisa que me hizo comprender que me estaba vacilando un poco-.
- Anda salgamos, quiero conocer a tu madre, cenará con nosotros?
- Me ha dicho que si, la llamaré para cenar ya…
- No tengo prisa en toda la noche, -Sonia confirmó con voz grave- no voy a ninguna fiesta por ahí, solo he venido a cenar contigo y tu madre, que me ponga algo elegante me gusta, de acuerdo?
- De acuerdo –acepté bajando un poco la cabeza- estoy encantado de que estés aquí, Raquel no vendrá, no podía me dijo.
- Lo se, la llamé para ver que pasaba, su tía de nuevo en su casa, que pesada.
Mi madre no había salido de su habitación, me quedé en la puerta y la llamé para decirla que Sonia había llegado ya. Tardaría un ratito todavía, mientras Sonia y yo fuimos al salón comedor y nos sentamos en el sofá, verla con vestido ceñido, tacones altos y maquillada me gustaba muchísimo, el que desentonaba era yo, antes de cenar me cambiaría por algo más elegante.
- Has usado lo que te di? – se colocó en el sofá poniendo las piernas encima y enseñándome su figura curvilínea mientras que sus brazos abrazaban calidamente el respaldo, era una manera más de romper el hielo y ella no se andaba por las ramas-.
- Pues no, -no dudé nada en mentir- hubo un accidente y se rompió el frasquito, que más da –bajé la cabeza y miré en otra dirección-.
- Vaya, pues no he traído ningún frasquito, de todas las maneras no lo necesitamos, verdad? –rió-.
- Puedes estar segura de ello, te quedarás a dormir?
- Me invitas? –la picara, sonreía- estoy deseando, pero y tú madre?
- No te preocupes por ella, Raquel se ha quedado varias veces, además, cuando se tome las pastillas no se enterará de nada, se queda frita – reí-.
- Raquel me ha dicho que solo sois folla amigos –Sonia siempre directa- ella conoce mis intenciones, hemos hablado recientemente sobre el tema y te quiere mucho como amigo, lo pasáis muy bien juntos, pero nada más.
- Es verdad, tenemos una buena relación.
- Cómo la nuestra? –su mirada fue calida y sensual-.
- Espero que si –contesté mirándola fijamente-.
- Tengo sed, me traes algo de beber.
- Claro, que quieres, agua cerveza, vino…
- De momento solo agua, gracias.
Fui a la cocina y preparé una jarra con agua y dos vasos, no se como iba a echar las gotas, se daría cuenta, yo lo pensaría de ser ella, no se… lo mejor es esperar, nos beberemos el agua de la jarra y verá que no pasa nada. Llené los vasos delante de ella y la dí uno, el otro era para mi, empecé a beber y di un buen sorbo mientras me sentaba a su lado, ella también bebió un poquito, oí ruidos en el pasillo, era mi madre que venía al salón comedor, me levanté rápidamente para ayudarla.
- Hola mamá, cómo estás?
- Aturdida hijo, tengo taponados los oídos, este catarro.
- Mira esta es Sonia –se levantó y fue a dar a mi madre unos besos-.
- Hola señora, su hijo me habla de usted, miente en una cosa – mi madre la miró con seriedad -es usted más guapa de lo que él dice. –sonrío-.
- Que susto, mi madre gesticuló mientras hacía aspavientos con las manos- gracias cariño, tu si que eres guapa y educada, falta hace a esta juventud…
- Mamá… vale ahora no, cena tranquila… -todos reímos-.
Nos sentamos los tres en el sofá, mi madre en medio. Creo que la noche va estar muy bien. Charlamos durante un rato de las cosas comunes, estudios y trabajo de mi madre. La televisión estaba encendida pero no la hacíamos ningún caso y decidí quitarla. Ya que me levante propuse cenar, dijeron que sí a esta propuesta. Como invitada y como madre malita hice que no me ayudaran en la cocina, de todas las maneras había hecho cena básica con algo que mi madre me enseñó, ellas se quedaron sentadas hablando de no se que. Preparada ya la mesa nos sentamos todos, anda se me olvidó la jarra con el agua…
- Perdonar voy a por la jarra de agua a la cocina.
- Vale hijo –siguieron hablando-.
Eché unas gotitas en la jarra rápidamente y salí a la mesa, llené un poco los vasos de los tres y me senté, alcé un poco la copa y propuse un brindis por nosotros, los tres empezamos a beber. Cuando noté que las dos habían bebido ya un trago de agua me levanté de la mesa tosiendo y me puse la mano en la boca, corrí hacia la cocina y eché en el fregadero el poco agua que había bebido…
- Hijo te encuentras bien? –escuché la silla de mi madre moverse-.
- Si mamá, se me ha ido el agua por otro sitio, salgo enseguida.
Mientras tanto yo las miraba por un rendija en la puerta de la cocina, vi que mi madre se volvió a sentar, cogieron las copas de agua en las manos y las dos brindaron otra vez bebiendo el resto de las copas. Tardé a propósito un rato en salir, quería ver el efecto. Ellas mientras charlaban de no se que y reían. Al cabo de un rato volví a la mesa, no se si había hecho efecto ya las gotas en ambas, probé diciendo…
- Cómo estáis chicas? – las dos me miraron-.
- Con hambre y muy calientes –rieron y se besaron en la boca-.
- De puta madre!!! –me iluminé pensando en lo que vendría después- que os parece que si después de cenar hacemos algo diferente, algo divertido, no se…
- Pues estábamos pensando en ello ahora mismo, creo que te vamos a comer todo, todo, todo… y tú nos follarás con muchas ganas –reían las dos-.
- Lo se mamá, después de cenar un poco, iréis a tu habitación y os pondréis… cómo diría yo… cómodas, ya sabes como me gusta todo, lencería, labios pintados, etc…
- Claro que si hijito, lo vamos a pasar de locura –las dos se cogieron de las manos y se miraron lascivamente-.
Después de cenar tranquilamente ellas se fueron a la habitación de mi madre a ponerse cómodas. Tenía reservado un video de mi madre follando con su amiga de la polla grande, quería ver que pasaba. Salieron de la habitación y se sentaron cada una a un lado de mi, estaban impactantes y yo estaba impaciente, mi bulto en el pantalón lo demostraba. Puse el dvd en marcha y empezó el video…
- Que cabrón eres hijo, me has grabado follando con mi amiga –miró a Sonia- que polla tiene la jodida… querida has follado con un travesti?
- Te metes esa polla dentro de tu boca? –contestó Sonia flipando-.
- Si hija y más…
- Que puta eres… me enseñarás?
- Esta noche tu primera lección, mi hijo la tiene muy bien, mira, ya la tiene dura, se la notas?
Sonia empezó bajar la cremallera, quitó el cinturón y bajó mis pantalones, mi madre metió la mano entre los calzoncillos sacando al aire mi polla, las dos se miraron a la vez…
- Mira Sonia cómo se chupa una polla como esta –abrió sus labios y empezó a succionar un poco la cabeza-.
- Si quiero verte, abre bien esa boca de putita que tienes, quiero verlo más cerca –las dos tenían sus bocas en mi polla, que bonita visión-.
Coloqué cada mano en la cabeza de las dos, de esta manera hacía que me la chuparan cuando yo quisiera, me hicieron abrir las piernas un poco más, mientras mi madre me la chupaba plácidamente Sonia me lamía los huevos mientras me miraba a la vez que sacaba la lengua, eso me pone muy cachondo y ver que mi polla se pinta un poco de color rosa de sus labios húmedos y brillantes, que foto tenían las dos. No se si Sonia se lo había montado con alguna tía aún así decidí que quería ver a las dos follándose como perras en el sofá. Las dejé el sofá para ellas y yo me senté en un sillón cerca, no me quiero perder el espectáculo, mi madre se tumbó boca arriba y Sonia se deslizaba despacio sobre mi madre, empezaba a besarle los pies, subía despacio por las piernas, cuando llegó al sexo de mi madre separó las piernas con sus manos y empezó a besar su coño afeitado, mi madre se contorneaba y estiraba, cerraba los ojos mientras la lengua se Sonia penetraba entre los labios vaginales de mamá, los sollozos de ambas eran constantes. Mi madre agarró con fuerza la cabeza de Sonia y empezó a moverla con más rapidez, soltó un quejido y paró, Sonia despego su cara de entre las piernas de mamá y fue directamente a besar la boca de mi madre con los jugos salidos de la corrida, abrió la boca Sonia encima de mi madre y cayó un hilo fino de fluido viscoso, las dos se relamían de lo lindo…
- Sonia es mi turno –dijo mi madre extasiada-.
- Estoy deseando –se besaron y cambiaron las posiciones-.
Mi visión es privilegiada en primera fila, mientras yo me toco mi polla viendo como se follan las dos, no me quiero correr aún, se que aguantaré bastante, estoy preparado. Mi madre se coloca encima de Sonia y empieza a besarla mientras mete su mano, a Sonia se le escapa un sonido gutural, abre los ojos lo máximo posible y besa desenfrenadamente a mi madre, sin duda alguna, mi madre le ha tocado la fibra sensible rápidamente. Ahora empieza a comerla el coño y añade lametazos en esos labios vaginales, las dos están salidas y frenéticas, sus movimientos y jadeos son dignos de ver, se retuercen y gimen constantemente, Sonia grita y encoje a la vez, mi madre para y saca la cabeza, la corrida de Sonia está en la boca de mi madre, otra vez se besan y tragan su jugos, que foto, una encima de la otra. Yo las miro mientras que me toco con suavidad, al cabo de un pequeño rato las dos me miran…
- Hijo que solo estás ahí –mi madre lame despacio un pezón de Sonia- que putas nos haces ser, pero nos gusta.
- tranquila mamá, estoy perfecto viendo como os devoráis las dos, han sido unas corridas muy buenas, lo habéis pasado bien?
- Ya te digo –dijo Sonia mirando a mi madre- como me ha puesto la puta de tu madre y que buena está -rieron las dos-.
- Sonia, no sabía que te gustaban las tías –pregunta jocosa-.
- Díselo a Raquel cuando la veas, nos lo montamos las dos muy bien –sonrió-.
- No jodas, Raquel también… -no me lo podía creer-.
- Y es buenísima –Sonia sacaba la lengua y cerraba los ojos pensando quizá en algún polvo entre ellas-.
De verdad que me quedé un poco descolocado pero me gustaba la idea de verlas follar delante de mi en otra ocasión, será otro plan.
La noche no había acabado, pero eso será en otro artículo, gracias por seguirme.