El Cumple de la Abuela

heranlu

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yo en ese tiempo tenía unos 20 años, estaba recién salido del ejército y estaba viviendo con mi abuela, la cual me quería mucho y al menos por esos tiempos me mantenía, pues tenía una pensión normalita pero que nos alcanzaba, mientras yo buscaba trabajo, ella era una mujer de unos 56 años, bajita gordita, pelo de color negro pues se lo tinturaba bastante a menudo, solía vestir bien, pues de alguna forma le recordaba viejos tiempos supongo yo, de pechos bastante normal, eso sí era muy orgullosa.

Bueno como les dije ya teníamos algunas semanas viviendo juntos, ella y yo compartíamos cuarto así que en las noches cuando se cambiaba me hacía dar la vuelta y cuando yo lo hacía pasaba lo mismo con ella dándose la vuelta, siempre muy recatada, pero yo para esos tiempos ya era un gran fan del incesto, pero no había tanto acceso como ahora, estamos hablando que eso pasó en 2007, así que todo era algo distinto.

Nunca me había fijado en ella la verdad, leía mas sobre relatos de madre e hijo, o cosas así pero nunca sobre abuelas, pero el morbo empezó a crecer en mi, sabía que mi abuela era muy orgullosa así que si me veía masturbarme o le insinuaba algo pues me podía ganar un problema enorme, pero podía ser sutil, no tenía la mente que tengo ahora, pero les contaré cómo se dio todo y bueno sabrán si se cumplió o no la meta.

Era una mañana de sábado y escucho la música de las mañanitas, era mi cumpleaños y pues ella siempre atenta me preparo un buen desayuno, me levante y viéndola aún en bata, me acerque y la abrace.

– Gracias que lindo de tu parte – le digo mientras le doy un beso en la mejilla y le veo sonreír.

– Para ti lo que quieras mi niño – me dice mientras se da la vuelta para ir a la cocinar y traer su desayuno, pero le veo su bata y donde se marca un poco su calzón el cual es de mujer mayor de esos que no d han ver nada, pero era temprano y eso me excito un poco, así que teniendo varias ideas en mi mente, me baje un poco la sudadera que llevaba de pijama deje expuesto un poco mi pene, pero me senté para que si se llegaba a ver algo o caerse mi pantalón fuera casualidad.

Cuando regreso empezamos a desayunar.

– Y que harás hoy mi niño? – me dice mientras sigue desayunando.

– Nada abue, me quedaré aquí en casa contigo quizá ahora me recuesto al pc y ya – le digo

Mientras seguía desayunando, me estaba poniendo inquieto su bata estaba más abierta y se podía ver su pecho aunque sin exponer sus senos, pero ese estímulo era bastante en ese momento, mis ideas y pensamientos sobre incesto, no hacían más que llenar mi cabeza, que locura esa situación que hacer, pero en ese momento escucho la voz de mi abuela que me devuelve a la realidad.

– Y que quiere mi niño de almuerzo? – me dice terminando de desayunar y levantándose para llevarse mi plato, en ese momento me levanto para ayudarla sin recordar que me había bajado un poco la sudadera, la cual se enreda con mi pie y se cae dejando expuesto mi pene el cual no es muy grande (16 cm) pero si es grueso, y aunque no está muy duro si genera sorpresa en mi abuela que lo mira un momento.

– Mi niño súbete eso, debes vestirte mejor, casi te pasa un accidente. – me dice mientras se queda mirando un momento, recoge la comida y se va a la cocina, mientras pasa eso me pongo de nuevo el pantalón de sudadera pero me quedo pensando en lo que pasó, ella no me regaño, y además se quedó mirando, será que tengo una oportunidad, no lo sabía pero seguía en bata y yo en sudadera, además le dije que me bañarla así que quizá tendría una oportunidad de que volviera a ver mi pene y ver qué pasaba, quizá le empezaba a gustar ver así a su nieto.

Me fui al cuarto me quite la ropa y me masturbe tratando que mi pene se pusiera lo más duro posible para que al ponerme la toalla se notará cosa que no fue difícil con lo que había acabado de pasar, después me puse la toalla y fui hacia la cocina donde estaba mi abuela dándome la espalda viéndose su ropa interior tras esa bata color crema.

– Bueno abuela me voy a duchar – le digo para que se d la vuelta, cosa que hace y volviendo a bajar su mirada solo me dice que no demore, tanto en la ducha, dándose la vuelta para seguir con sus cosas mientras camino, estoy nervioso sin saber que hacer, pero ya lo había decidido, antes de entrar a la ducha dejo la toalla en el suelo antes de entrar al baño, y comienzo mi ducha, pensando que iba a pasar, pero con mi pene muy erecto, mil cosas pasaban por mi cabeza, podía ganarme el problema de mi vida, o empezar algo maravilloso, termine la ducha, y cerrando la llave me quedé pensando, la llamaré? Seré capaz, estaba muy nervioso pero mi pene estaba como una piedra.

– Abuela ayúdame porfa, la toalla – le digo mientras quito la cortina de baño, dejando ver mi pene duro, con la cabeza muy morada de tanta excitación, mientras escucho como ella camina y abre la puerta viéndome desnudo con mi pene muy duro, mientras extiendo mi mano.

– Gracias abuelita – le digo mientras ella solo me mira y se queda fija en mi pene, era ahora o nunca

– Que pasa abuelita se ve tan mal? – le digo mientras lo toco un poco para que lo vea.

– Perdona que te lo diga ninguna mujer me había visto así – le digo con algo de pena, lujuria y excitación

– No es así mi niño, está muy bien es solo que no te había visto así. – sabía que estaba cerca de eyacular así que lo sigo tocando mientras ella solo mira como si esperara que saliera, o no lo sabía realmente pero ya no estaba pensando bien, así que tras unos pocos movimientos dejo salir varios chorros de semen que caen en suelo mientras suelto un gemido, y saliendo de mi excitación veo a mi abuela algo sorprendida mientras deja la toalla en el inodoro y sale del baño.

Me deje llevar y creo que la embarre, tomo la toalla y secándome salgo del baño, mientras mi abuela está en la cocina, me quedo apoyado en la puerta, con bastante pena, me había pasado.

– Abuela, porfa disculpa me deje llevar, te falte al respeto.

Ella no decía nada solo seguía de espaldas, carajo la había embarrado en grande, pero fue entonces cuando se volteó sería pero con una voz tranquila.

– Mientras no vuelva a pasar no pasa nada, eres joven y esas cosas las hacen ustedes pero recuerda soy tu abuela y me debes respeto. – me dice mientras vuelve a sus cosas en la cocina, pero no sin antes volver a ver hacia mi pene.

– Esta bien y perdona de igual forma. – le digo saliendo de la cocina a cambiarme, porque se quedó viendo mi pene de nuevo, quizá si le gusto solo está en conflicto, pensé y ahora que sabía que quizá si había un gusto debía seguir, pero esta vez más sutil, pero de solo pensar en verla desnuda, o sentir como la penetraba se me ponía duro, que maravilla sería eso, pero de las fantasías no quedaba nada y pues el hecho de que hubiera visto mi pene y como salía mi leche ya era un avance, ahora solo quedaba cambiarme y ver qué pasaba a la hora del almuerzo, quería tocarle el tema pero de forma muy sutil

Y así fue me quedé jugando en el pc, pero llegó la hora del almuerzo, y tras el llamado de mi abuela, me dispuse a ir con ella, me había puesto de ropa una pantalones que me llegaba hasta la rodilla, unos bóxer apretados y una camisa blanca bastante ceñida, mi abuela no se había cambiado, supongo que había estado concentrada en el almuerzo y tremendo almuerzo que me tenía, por un momento olvide todo el tema del morbo y tras sonreír y darle las gracias empezamos a comer, una delicia le decía mientras le miraba y admiraba por lo bien que cocinaba.

– Abuela cocinas delicioso, muchas gracias. – le digo con una sonrisa de oreja a oreja, pero en ese momento me quedé mirando su bata y al imaginarla desnuda, todos esos recuerdos y deseo regresaron a mi.

– Sabes abuela quería preguntar algo – dije apenado y sin saber que pasaría.

– Dime mi niño – dice mientras sigue comiendo.

– Me da pena abuelita – le digo mientras ella me mira inquieta.

– Solo dime mi niño. – me dice con una sonrisa.

– Es que cuando me viste en el la baño m quedé pensando si mi pene estará bien así como lo tengo – le dije ya había lanzado la pregunta y solo había dos opciones que me contestara de buen o de mal genio, pero se quedó en silencio como procesando la respuesta que me daría.

– Mi niño cualquier mujer le gustaría ese pene dentro dejando toda la lechita allí – jamás me espere esa respuesta pero ya lo había dicho y decir eso me excito mucho.

– Uy abue no esperaba que dijeras esas cosas – le digo como sorprendido.

– Pues querías una respuesta hay está mi niño. – me dice mientras sigue comiendo.

– Enserio es rico dejar la leche dentro? – le digo con curiosidad buscando ver qué más podría decir.

– Si mi niño es rico pero no me hagas más preguntas que es incómodo eres mi nieto. – me dice sin mirarme a los ojos.

– Perdona abue, es que oírte decir esas cosas me pone duro – le dije sin pena ni tapujo, ya solo quedaba ver su reacción.

– Enserio mi niño? – me dijo como sorprendida.

– Si quieres ver? – le dije con algo de picardía, habitando ya terminado de comer, pero reposando como le llamamos en Colombia a después de comer.

Pero no me contestaba, mientras solo quedaba en silencio, pero al momento corto ese momento mientras me levanto y bajo un poco mi pantaloneta para que lo vea, está duro y grueso palpitando cada vena.

– Si vez abuela cómo se pone al oírte decir esas cosas – le digo mientras ella lo mira sorprendida y teniéndolo más cerca.

– Si mi niño es que un pene así debe sacar buena leche, harás feliz a una mujer cuando encuentres a la mujer que amar – me dice mirando mi pene.

– Quieres tocarlo abue sería un lindo regalo de cumpleaños. – le digo mientras ella solo guarda silencio, y buscando más iniciativa le tomo la mano y la pongo en mi pene, mientras ella solo lo agarra pero sin moverlo.

– Que opinas abue? – le digo con mi pene tan duro que está cerca de explotar.

– Esta caliente me sorprende lo duro que está. – me dice mientras mueve un poco sus dedos como para sentirlo mejor

– Te dije que se puso así por ti, créeme que está cerca de explotar. – le digo super excitado.

– Explotar? – me dice.

– Esta cerca d que salga toda mi lechita la quieres abue?

Ella no decía nada solo miraba atónita a lo que pasaba mientras empezaba a usar su mano para masturbarme, se sentía muy rico, mientras ella solo apretaba con fuerza mi pene, y mi deseo aumentaba.

– Quieres ver la lechita abuelita. – le decía mientras seguía masturbándome con su mano.

– Si dámela. – dijo con pudor pero con deseo en sus ojos, yo seguía moviendo su mano mientras observaba como ella no dejaba de ver mi pene, pero quería mas.

– Abuelita sabes te quiero mucho pero como va a salir mi lechita si no la pides? – le dije en tono coqueto y pícaro, mientras seguía moviendo su mano.

– Ya te dije que la quería . – me dijo mirándome por primera vez desde que tenía mi pene en su mano.

– Pero que quieres abuelita? – quería que lo dijera, lo deseaba, hasta ese momento no sabía pero despertaría en mi un deseo dominante muy fuerte.

– Tu leche. – fue lo que dijo, con pudor y muy bajito, pero lo que hice fue quitarle la mano mientras la miraba algo decepcionado.

– Que lástima que no lo dijiste abuelita. – sin saber que hacer y desconcertada pero caliente, le oí decir.

– Quiero ver salir tu lechita, espesa y caliente mi niño. – al decir eso seguí tocando mi pene apuntando a su rostro soltando varios chorros de leche que le llenaron la carita ella no se lo esperaba, era una vista brutal, su carita llena de mi leche, mientas ella paso sus manos por carita, dejándolas llenas de mi semen.

– Que caliente y rica leche – dijo mientras un poco paso cerca de su boca y parecía que la había lamido.

– Me encantaba lo que estaba pasando, pero entonces ella se levantó y me vio muy seria.

– Esto fue tu regalo de cumpleaños mi niño nada más del tema recuerda que me debes respeto. – decía con la carita aun llena de leche, dandome la espalda mientras caminaba hacia el baño., dejándome ver esos pantys bajo su bata que deseaba quitar para meter mi pene y dejarle toda mi leche dentro.
Después de lo que había pasado con mi abuela, ella hizo todo lo posible por no darme cara durante el resto del día, supongo que le dio pena y pues no quería forzar las cosas, y pues para no hacerla sentir incómoda decidí salir de casa e irme a un internet que tenía cerca, el cual era atendido por una señora ya algo mayor parecida a mi abuelita, y mientras la veía imaginaba las cosas que haría en su casa con su esposo si es que tenía, y pensando en eso se me ocurrió una idea, y si hacía que la situación con mi abuela fuera aún más morbosa, a un punto que ella no pudiera resistir?, ya había quedado claro que le gustaba mi pene y aún más que le gustaba la sensación de mi leche, entonces porque no hacer que la situación para ella fuera aún más erótica, pero la pregunta era, que la podría hacer calentar al punto que ella estuviera al límite.

Al salir del internet había tenido una gran revelación, llevar al límite a mi abuelita, así que al entrar casa siendo ya algo más de noche, pude al fin ver a mi abuela la cual estaba preocupada por mi, pues la verdad si me había demorado más de lo prudente por estar perdido en mis ideas.

– Mijo, que pasó vea la hora – decía con una bata larga de color azul oscuro con un saco de lana gris en la parte superior.

– Nada abuelita, lo que pasó fue que me entretuve más de la cuenta en el ciber además como no me querías ver. – le dije haciendo pucheros, buscando que me llevará la contraria.

– Como va a decir eso mijo, usted sabe que me importa mucho es solo… – se quedó un momento en silencio. – tenía mucho que hacer .

Sabía que le había traído a la cabeza lo que había pasado en la tarde así que camine hacia el comedor mientras ella me miraba, mientras le quitaba la ropa quedando solo en bóxer.

– Que hace mijo? – dijo ruborizada mientras mi pene estaba algo erecto bajo el bóxer.

– Nada abue, me voy a bañar porque? – le dije inocente pasando frente a ella sin bajarme el bóxer pero sabiendo que lo estaba mirando.

Si le gustaba ver eso ya era obvio ahora tenía que ir por la segunda parte de mi plan, tras una breve ducha, hice todo lo posible para salir duro de la ducha mientras caminaba con la toalla exponiendo mi erección, como ya les había dicho teníamos un solo cuarto con mi abuela así que cuando entre como ya era tarde, pues mi abuela ya estaba allí viendo sus programas de TV, pero al entrar se quedó viéndome, así que era la hora quite la toalla y mostré mi erección, a lo cual ella solo se quedó mirando.

– Perdón abue, es solo que después de lo de hoy he estado muy excitado, pero tranquila estaré en la cama para calmarme un poquito.

Al decir eso ella se quedó en silencio y siguió vi no su programa de TV, mientras hice todo lo posible para darle un show pues abrí mis piernas para mostrarle como me tocaba, cerrando un poco los ojos para que mi abuela no se sintiera intimidada, empezando a jadear y tocando mi pen de arriba hacia abajo.

– Si abuelita, así pasa tu lengua que rico… – decía para que ella escuchará, mientras oía como le baja al TV, estaba interesada, abriendo suavemente uno de mis ojos para ver qué hacía, había bajado un poco sus cobijas mientras seguía mirando.

– Que rico, me encantas abuelita, eso súbete quieres mi lechita, dilo abuelita… – decía mientras ella seguía mirando algo incómoda, se le notaba, pero no sabía si era porque estaba molesta o se estaba excitando.

– Eso abuelita, mételo quiero llenarte, ahhj que rico abuelita. – dije mientras vi como su lengua salía de su boquita estaba excitada, ahora estaba confirmado, pero que debía hacer ahora, eso pasaba por mi cabeza, así que era todo o nada, abrí los ojos y me quedé mirando a mi abuela la cual quedó en shock al cruzar miradas conmigo.

– Abuelita no puedo llegar puedes ayudarme? – le dije mientras me levante para acercarme a ella.

Ella solo guardaba silencio hasta que llegue hasta su cama mientras ella solo miraba mi pene.

– Me ayudas? – le dije muy excitado.

– Mi niño te dije que eso no se repetiría.

– Pero mira como estoy abue. – le dije tocando mi pene mientras ella solo suspiraba.

– Abre la boquita. – le dije en un tono más fuerte, ella no se esperaba eso y yo tampoco espere decirlo solo me fluyo, pero parecía gustarle, porque abrió la boca mientras la punta de mi pene, Sentía el calor y humedad de su boca, era maravilloso ver cómo mi pene estaba en su boca.

– Abre más. – le decía mientras continuaba haciéndome caso ahora jugando con su lengua mientras seguía chupando que maravilla, pero entonces mi mente se tornó en solo lujuria y pasión.

Bajando mi mano, decidí tocar sobre sus pantys, los cuales estaba húmedos mientras ella solo seguía chupando con los ojos cerrados, negándose de alguna forma a saber de quién era ese pene que chupaba, mientras mis manos exploraban sobre sus pantys los cuales estaban expuestos pues ella había abierto las piernas dejando subir su falda de pijama, estaba súper húmeda pero mi pene estaba al límite, justo en ese momento lo saque, viendo el hilo de saliva de su boca y los jadeos que hacía ahora más intensos.

– Quítate los pantys mi damita. – no se si por la excitación o por el hecho de estarle ordenando pero me hizo caso, se quitó los pantys dejándome ver su vagina llena de vellos canos, mientras me subía encima de ella, no sabía que decir pero la mirada de excitación era clara.

Y sin mediar palabra la penetre, muy suave y lentamente, estaba muy apretada, así que su mirada fue de dolor, pero penetrando muy suave y lento empezó a jadear mientras sus manos se agarraban de mi espalda y sus piernas se cruzaban con las mías, no quería que me bajara y yo no deseaba bajarme su vagina era demasiado cálida, suave, apretada me encantaba, estaba en el éxtasis máximo, mientras ella solo tenía y jadeaba, era un conjunto de placeres difícil de describir, pero entre jadeos y suspiros, nuestras bocas se encontraron y se fusionaron en un beso suave que mientras mis embestidas aumentaban, hacían que el beso fuera aún más apasionado con mucha lengua y saliva, para aquellos que han besado con tal pasión sabrán a que me refiero, demasiada pasión y lujuria, mientras ella me toma aún más fuerte entre espasmos y jadeos, había llegado, que locura yo solo seguía penetrando mientras ella estaba abierta de piernas dejando que mi pene entrara y saliera.

– Dame lechita mi niño – decía entre jadeos.

Esas palabras solo me hacían penetrar más duro mientras ella solo gemía, y sin previo aviso ni control descargue mi primera vez dentro de ella, no sé cuánto sería pero cuando saque mi pene, mi semen también salía, mientras ella solo miraba, con una gran sonrisa, todo había cambiado esa noche ahora yo sabía que le gustaba que la mandarán y ella sabía todo lo el placer que le podía dar.
 
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