El Cambio de Mama a Puta 002

heranlu

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Mi madre llegó mucho después que nosotros a la casa, venía impecable por lo que era evidente que había tenido el cuidado de pasar primero por algún sitio donde pudiera recuperarse un poco así como acicalarse, seguramente un hostal. También se preocupó por comprar unas medias idénticas a las que le prestó Sonia y que Lorenzo había reservado para si. Entró intentando mostrarse amena y de inmediato nos contó toda una historia de un trabajo donde podría desempeñarse por días eventuales, algo de una empresa de encuestas y sondeos de mercado, lo único malo era que a veces, no siempre, tendría que ausentarse algunos días, pero no sería a menudo ni muchos, lo bueno era que pagaban bien, afirmó.

Descorchamos una botella de vino que habíamos tenido cuidado de llevar y, cosa increíble porque mi mamá era absolutamente abstemia, nos acompañó con dos copitas lo que era, más que un record, una transgresión audaz de su parte. Luego nos dijo que estaba molida y que lo único que quería hacer era descansar, Sonia aprovechó para sugerirle un masaje previo que la relajara y la dejara lista para dormir "con los angelitos". Como mi mamá dudara yo comenté que Sonia hacía unos masajes formidables que a mi me hacían mucho bien y que me dejaban súper relajado lo que me permitía dormir como un bebé, mi madre aceptó la propuesta. De inmediato la dejamos en braguitas y sujetador y la echamos en su cama, yo me traje la botella de vino y le serví otra copa, como la rechazó Sonia delicadamente insistió "vamos suegrita sólo un sorbito que te va ayudar a soltarte". Le llevó la copa a los labios y mi mami, según dijo, por no ser desatenta aceptó otro sorbito lo que aprovechó Sonia para como sin querer empujarle la copa entera, mi mami se rió un poco achispada y comentó que de seguir así se iba a meter la primera borrachera de su vida.

En realidad nosotros no pretendíamos tanto todavía, por eso habíamos escogido vino, tan sólo que se entonara un poco, sabíamos que después le vendría la depresión, las reflexiones sobre su día, el sentimiento de soledad. El vino contribuiría a que todo eso se acentuara.

Sonia comenzó a hacerle un masaje en serio sin intentar propasarse, yo me coloqué a los pies de la cama y le cogí uno de sus piecesillos y se lo acariciaba con delicadeza intentando proporcionarle descanso, le frotaba la planta, los deditos y así hasta el tobillo, no quise ir más allá. Me encantaba la vista que tenía desde allí, a veces Sonia le hacía abrir las piernas o flexionarlas lo que a mi me producía descargas eléctricas, después de un rato la volteó y continuó su trabajo. La recorrió toditita, siempre sin que pudiera haber la más mínima sospecha de que hubiera algo fuera de lo permisible, de todos modos desde mi posición pude ver que las braguitas de mamá se empezaban a humedecer, entonces ella nos informó que ya era suficiente, que había sido estupendo y que seguramente se dormiría enseguida, es más que no tomaría ningún medicamento para ello, cosa que había pensado hacer al principio.

Yo también anuncié en voz alta que me dolía un poco la cabeza y que quería descansar así que yo sí me vería en la obligación de tomarme dos pastillas para dormir a menos que Sonia aceptara hacerme a mí otro masaje, a lo que ella contestó que ni hablar, que a mi mamá sí porque estaba enamorada de ella pero que a mi no me soportaba y que además era tardísimo así que se iba a su casa, se despidió de mi mami con un beso en la boca y a mí me dio la mano cosa que hizo que mamá se riera con ganas.

Después que se fue mi mamá tuvo que levantarse a sacarme las pastillas del botiquín que quedaba en su baño, lo que yo aproveché para apreciarla en todo su esplendor, tenía el culo paradito y costaba mucho trabajo aguantarse frente a ese cuadro, cuando me despedí la abracé tomándola de la cintura, ella me pasó los brazos por el cuello y me besó en los labios, yo le dije que la amaba mucho y que no podría vivir sin ella lo que ocasionó que los ojos se le humedecieran, delicadamente con la yema de los dedos le acaricié durante un par de segundos los muslos más torneados y duros debido a que se había empinado para abrazarme y me separé; "bueno me voy a la cama" anuncié. Mi mamá se quedó mirándome como pensando algo y por fin se animó a decirme, "por qué no te quedas a dormir conmigo, hoy me daría pena dormir solita, a sido un día algo duro, ya sabes que nunca en mi vida había trabajado".

Yo la volví a abrazar y suavemente recorría con mi mano desde sus muslos hasta su cintura, pasando por la parte lateral del culo. "me encantaría, le dije, pero con semejante cuerpazo me temo que terminaría sacándole la vuelta a Sonia". Ella se rió y me dio un palmazo en el culo mientras me llamaba atrevido, yo la jalé hacia mí, le estampé un soberbio beso en los labios, ella me puso las dos manos en el pecho y me los acarició, lo que aproveché para introducirle la punta de la lengua en la boca. Con eso tenía suficiente para que en la noche se pusiera a pensar en mí, así que ahora sí me despedí de verdad haciendo hincapié en que me tomaría las dos pastillas, que eran algo fuertes, por lo que no me despertaría ni un terremoto. Salí de allí con el cuidado de dejar la botella de vino sobre su mesita de noche.

En mi dormitorio, después de pasar las pastillas por el desagüe, coloqué un vaso medio vacío de agua con las envolturas en mi velador, me quedé sólo con un slip y me eché sobre la cama a esperar los acontecimientos, tenía la pija que se me salía por encima del slip de lo grande que la llevaba.

Durante los primeros minutos no escuché nada pero luego sentí claramente el tintinear de la botella contra el vaso por lo que era evidente que mi mamita no había resistido la tentación de la botella de vino. Después de un rato mi mamá abrió la puerta de su cuarto y se acercó sigilosamente al mío, yo me puse boca abajo para que no pudiera ver la tremenda erección que presentaba, golpeó la puerta con suavidad, al no recibir respuesta abrió,

¿Cariño? Me llamó desde la entrada. Se acercó a mi cama, sentí como cogía las envolturas de las pastillas y las volvía a colocar en su sitio. ¿Amor? Insistió. Dado que no obtenía respuesta se sentó a la altura de mis piernas, pude darme cuenta de que se tomaba un trago largo, había llevado la botella de vino con ella. Amor, ¿duermes? repitió.

Al ver que yo no reaccionaba se atrevió a poner una mano sobre la parte posterior de mi muslo y así estuvo acariciando mi pierna un rato, de pronto subió y me empezó a recorrer el culo, era una sensación deliciosa, sin embargo duró poco ya que de improviso se levantó como si se hubiera asustado de lo que hacía y regresó a su dormitorio. Yo estaba feliz porque veía que todo marchaba más o menos como habíamos imaginado Sonia y yo. En su cuarto mi mamita seguía sirviéndose vino. Aproveché para colocar la camarita en un lugar desde donde podría tomar la escena completa cuando volviera. Pasaron otros diez minutos y sentí que nuevamente salía de su dormitorio y se acercaba al mío con sigilo.

Yo estaba convencido de que se la había pasado reflexionando sobre el tremendo día que acababa de vivir y sobre la vorágine en que se había involucrado casi sin darse cuenta. En su ánimo pesaría mucho el creer que era su responsabilidad sostener a la familia, pagar mis estudios y hacer lo posible porque nuestro ritmo de vida no cambiara sustancialmente. Había intentado por todos los medios conseguir un empleo que pudiera solventar todos esos gastos y no tuvo éxito alguno, de mi padre no tenía noticias. Ahora, mientras consumía la botella de vino que tuvimos el cuidado de dejar a su alcance, un revoltijo de sentimientos y pensamientos la asaltarían, su nueva condición de puta y la necesidad de continuar prostituyéndose si quería conservar para mí el mundo que había tenido hasta esa fecha así como los avatares que le depararía su nuevo empleo.

Sin ninguna duda en ese momento mi mamita estaba necesitando a gritos un hombre fuerte, comprensivo, que la abrazara, la engriera, con el que pudiera confiarse, al que pudiera contarle todo, en cuyo hombro pudiera desahogarse y descansar y el único que tenía a mano entonces era yo. Abrió la puerta sin llamar y vino a sentarse de nuevo en mi cama.

Amor, ¿sigues durmiendo? Pregunto con un tono de voz que me conmovió el alma y que me removió la polla hasta sus cimientos.

Naturalmente yo continué en mi papel de dopado absoluto. Sentí cómo apuraba un trago más, ya había perdido la cuenta de los que llevaba pero estaría a punto de terminar con la botella lo que para ella era una borrachera ciclópea. Colocó la copa en el velador y se recostó a mi lado, me pasó un brazo por la cintura y se pegó a mí dándome un beso en el hombro. ¡Estaba sin sujetador! No había podido percatarme de ello porque mantenía los ojos cerrados y todo lo que he narrado hasta ahora lo deducía por los ruidos que producían sus acciones. Sentí sus maravillosas tetas desnudas sobre mi espalda, firmes y grandes, tuve que contenerme muchísimo para no voltearme en ese instante y comenzar a chuparle los pezones con las ansias desaforadas que llevaba por dentro. Lo conseguí a duras penas aunque no me fue posible evitar un estremecimiento que ella percibió.

Mi pequeño, dijo en un susurro, y cruzó una de sus deliciosas piernas por sobre mí.

Dios sabe todo lo que tenía que aguantarme, pero bien valía la pena por el programa que tan minuciosamente habíamos preparado con Sonia. Dejé hacer a mi mamita sin participar más que pasivamente.

Ella empezó un movimiento pélvico frotándose en contra de mi culo, como si me estuviera follando, lo hacía despacio, temía despertarme, yo me dejaba pero en un momento casi sin querer se apretó con más fuerza, creo que tuvo un orgasmo, y me giró boca arriba. Aunque estábamos en silencio pareció como si la noche y el mundo se hubieran callado aún más, noté que ella contuvo la respiración, lo haría por si me despertaba y la encontraba en esa situación comprometidísima y también porque al girar yo su pierna derecha quedó sobre mi pinga que estaba de una dimensión que jamás sospeché que pudiera alcanzar. Estoy seguro de que nunca se imaginó que su "pequeño" pudiera poseer tamaña pieza de colección entre las piernas.

Continuó inmóvil sin atinar a hacer nada, pasados unos instantes murmuró nuevamente, "¿cariño, duermes?". Por fin pareció convencerse de que nada ni nadie podría despertarme esa noche y se tornó mucho más osada. Se atrevió a prender la luz del velador y se dedicó a observarme la polla con atención, yo sentía como me palpitaba el miembro con su carita tan cerca de él e imaginaba su estupor ante ese espectáculo. Posó su rostro en mi abdomen y delicadamente con los dedos recorrió mi pinga por sobre el slip. Aunque intentaba mantenerme sereno y relajado me era imposible, mi respiración se hizo más agitada y mi cuerpo se estremecía. Ella se incorporó un poco sin dejar de acariciarme y me observaba detenidamente el rostro, yo tenía los labios medio abiertos y emitía unos suspiros sordos, entrecortados, arrechísimos.

De pronto sentí que se echaba encima mío y me besaba con pasión en los labios, me metía la lengua y la movía dentro de mi boca como si buscara algo, me la introducía intentando llegar hasta la campanilla, luego me recorría con ella las encías, los dientes, el paladar, la lengua, me llenó la boca de saliva, se separó ligeramente y me escupió dentro de ella y volvió a comenzar sus besos, su comerme la boca, su sorber. Empezó a frotarse sobre mí, me cabalgaba con las piernas a los lados, dejó de besarme y apoyando sus manos en mis pechos, presionando mis tetillas, se impulsaba y se dejaba caer sobre mi pelvis. Se detuvo un instante y se sacó el calzón, yo tenía la polla al aire porque con sus movimientos se me había descubierto, sentí que me la cogió con la mano, que se la colocó en la entrada de su maravilloso coñito y se sentó sobre ella de un solo envión.

Sencillamente no podía hacerme el dormido después de eso, sólo atiné a hacerme el cojudo. Como si volviera de un lugar profundo empecé a murmurar y hacer como si despertara, ella quiso levantarse pero ya era muy tarde, la sujeté de la cintura y, todavía con los ojos cerrados, murmuraba; "Sonia, cariño, te amo, sigue así por favor, no te detengas", mientras le empujaba la polla desde abajo al principio con suavidad y luego con fuerza.

Ella no quería salirse violentamente, me imagino porque temería que eso pudiera hacer que me despertara del todo y quedara en evidencia, de modo que se dejó coger y no pudo reprimir unos gemidos que delataban que se le venía un orgasmo, yo me arriesgué un poco más y aprisioné uno de sus pezones con mis labios y lo succionaba y chupaba con fruición, ella se inclinó un poco hacia delante y su carita quedó más allá de mi cabeza así que por el momento podía continuar con la pantomima de que no sabía que era mi mamá, claro que no por mucho tiempo de manera que antes de que tuviera un orgasmo, contaba con que se quedara a medias para que después se masturbara pensando en mí, "por fin me percaté de a quien me estaba follando". ¡Mamá! Grité, claro que sin soltarle la cintura, la tenía abrazada y seguía penetrando su coñito mientras la miraba a la cara con ojos de estupefacción. ¡Ah! si la cámara hubiera podido tomar la cara de tristeza y consternación que puso mi mamita, en verdad es una mujer muy hermosa y así, encima mío, con mi polla que estaba de unas dimensiones nunca vistas metida en su coño, con el rostro desolado por haber sido sorprendida aprovechándose del sueño de su hijo se le veía todavía más linda si eso es posible.

Lamentablemente la cámara tomaba la escena desde atrás y solo grabó el culo perfecto de ella y su coño siendo penetrado por mí. De todos modos las tomas eran muy buenas como comprobamos luego con Sonia cuando hicimos la edición de esa segunda "peli" de mi mamita.

Intentó algunas excusas.

Cariño...yo...por favor...no creas que...en realidad, y se puso a llorar.

Yo la tranquilizaba pero no le sacaba la polla del coño, incluso como sin querer seguía empujándosela, claro que más suavemente y como quien no se percata de lo que hace aunque ella sí seguiría sintiendo las consecuencias de mis movimientos. Yo intentaba consolarla mientras continuaba tirándomela despacito.

Ya mamita, no te preocupes, yo te entiendo, de veras te entiendo, no a sido nada, la soledad, la necesidad de cariño, de sentir que puedes contar conmigo, no te preocupes. Eso sí, por favor levántate porque estoy a punto de eyacular dentro tuyo y creo que no deberíamos llegar a tanto.

Ella se puso de pie inmediatamente, yo ya la había soltado, y se quedó parada al costado de la cama sin saber que actitud tomar. Me miraba desamparada esperando que yo le dijera qué seguía ahora. Le resbalaban por la parte interna de los muslos los fluidos producto de la cogida y su excitación

Mira mamita, te suplico que no te preocupes por nada y que te calmes. Lo mejor será que te vayas a dormir a tu cuarto y ya mañana con más serenidad podremos hablar de esto. Te aseguro que podremos manejarlo bien, pero por favor vete a tu cuarto porque lo que he sentido hoy ha sido lo más delicioso que he experimentado en la vida y si te quedas aquí mi cuerpo me va a pedir que te posea durante toda la noche sin descanso. Llévate la botella de vino que veo que está aquí y bébete lo que resta que eso te va a ayudar a relajarte y a ver las cosas con tranquilidad.

Efectivamente, cogió la botella y se fue caminando completamente calata ya que yo tenía en mi mano su calzón y por supuesto no hice el menor amago de entregárselo. Ella tampoco se animó a pedírmelo.

Una vez solo eyaculé sobre las bragas sin necesidad de cogerme la polla tal era el estado de excitación que traía, emití unos sonidos sordos, contenidos, pero lo suficientemente altos como para que ella los escuchara desde su dormitorio. Al poco rato volví a escuchar el eco de la botella contra la copa, entonces me dormí como un bebé.



A la mañana siguiente desperté fresco cual una rama en primavera, nunca me había sentido de tan buen humor, ni Sonia ni yo imaginamos que nuestro plan pudiera salir tan perfecto. Ausculté tras de la puerta del cuarto de mamá, al parecer dormía. Bajé a la cocina y le preparé un jugo de naranjas y unas tostadas con mermelada de fresa que le gustan mucho y subí llevándoselas, entré con la bandeja y su calzón en la mano. El cuadro que presentaba era hermoso, estaba completamente desnuda boca abajo de medio perfil con una pierna flexionada hacia delante, el culo levantado, el rostro algo transpirado, era la vista mas maravillosa que imaginarse pueda, la botella tirada sobre la alfombra junto con la copa, se apreciaban algunas manchas de vino en las sábanas y el olor a licor era evidente.

Luego de colocar la bandeja en el velador me cuidé de retirar las sábanas y arrojarlas al suelo al lado de la cama para que cuando la despertara no pudiera cubrirse y tuviera que oír mi discurso calatita delante de mí, me saqué la polla y me masturbé con pasión muy rápido, pronto eyaculé una buena cantidad de semen sobre su calzón aunque cuidé de derramar unos chisguetazos sobre las tostadas y el vaso de jugo, ahora tenía leche fresca y de la noche anterior seca sobre las bragas y su desayuno, era el momento de despertarla.

Al principio se sobresaltó un tanto, era lógico, de golpe debieron volver a su mente las escenas de la noche anterior y si a eso le sumamos la resaca que evidentemente tenía se explicaba la tristeza de su rostro. Al verse desnuda por completo buscó con la mirada las sábanas para cubrirse y cuando las vio tan lejos y tan cerca la frustración vino a sumarse a la pena en su linda carita. Si quería recogerlas tendría que agacharse de modo que me ensañaría el culo en toda su magnifica dimensión, y su nivel de autoestima sería tan bajo en ese momento que no se atrevió a pedírmelo a mí. Se quedó allí echadita calata como una diosa en desgracia esperando lo que tenía que decirle.

En realidad no era mucho. De acuerdo a nuestro plan, donde lo principal era romperle el culo a mamá y no meterle sólo un polvito más, ahora debía tranquilizarla para dentro de una semana exacta informarle que me iba de la casa y, era la idea, ella ya no pusiera resistencia con tal de impedir mi salida. Le dije entonces lo necesario para ello y añadí:

Ahora mamita me voy al gimnasio, quédate tranquila que yo lo estoy. Toma, ayer olvidaste tu calzón en mi cuarto y, como ya te he dicho, me pareces tan bella que no pude evitar masturbarme ayer mismo y esta mañana sobre él.

Lo siento mucho, estoy muy avergonzado pero espero que comprendas que después de sentir tu cuerpo sobre mí, chuparte las tetas y meter mi polla dentro de tu coñito me a sido imposible dejar de hacerlo una vez que me di cuenta que lo habías olvidado en mi cuarto.

Ella extendió la mano en silencio y yo se lo deposité cuidando que la parte que presentaba más semen quedara sobre su palma embadurnándola toda. Luego me despedí con un beso intachable en la mejilla aunque rocé deliciosamente la comisura de sus labios. Luego salí.

Hice como si me fuera a la calle, golpeé la puerta con algo de fuerza para que creyera que ya había salido y muy rápido me di la vuelta por el jardín con la cámara lista para las tomas de rigor. Mi mamá estaba sentada sobre la cama, seguía desnuda y miraba al vacío, era evidente que estaría reflexionando sobre lo acontecido. De pronto reaccionó, tomó una tostada y empezó a lamer la mermelada como hacía siempre que comía eso, parecía una chiquilla cada vez que desayunaba tostadas, luego se puso a mordisquearla con gusto, terminó con todas saboreándolas y bebió de un golpe el jugo de naranja.

Se recostó en la cama, seguía con el calzón en la mano, jugaba un poco con él, de pronto se lo llevó a la nariz y lo olió profundamente, fue una aspiración poderosa inhalando con fuerza varias veces, a continuación se lo restregó durante unos segundos por el rostro con placer, abrió las piernas flexionándolas y se metió dos dedos al coño, se pajeaba con deleite y seguía frotándose la carita con sus bragas, cuando empezó su orgasmo, o mejor dicho sus orgasmos, se lo introdujo en la boca y parecía que se lo iba a tragar, lo chupaba absorbiendo todo lo que podía, en el clímax soltó un gemido grueso como de animal, prolongado, todavía con su exquisito calzón en la boca.
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Una vez allí le conté con lujo de detalles todo lo que había ocurrido desde que se fue. Luego nos pusimos a ver el video de lo grabado, culeamos como si fuera el fin del mundo, una tremenda borrachera de sexo nos embargaba, además yo había decidido y se lo había dicho, no volver a tener sexo ni pajearme durante siete días exactos, después de los cuales, estábamos seguros, le rompería el culo a mamá. Tomé esa decisión, aunque fuerte, porque quería juntar la mayor cantidad de leche posible para vaciarme dentro del culo de mi mamita y que ella sintiera litros de semen hirviendo que la inundaban, sabía que no sería fácil pero el amor que sentía, y siento por ella, me impulsaban a hacer ese sacrificio, bien se lo merecía. Me arrechaba muchísimo pensar la cantidad de semen que podría juntar si así no más sin abstinencia ella era capaz de hacerme producir galones. Sonia estuvo de acuerdo y me dijo que eso haría que todo fuera más hermoso el día señalado.

Fue una prueba durísima, me pasé los siete días en el gimnasio masacrándome a punta de cargar pesas, tenía el cuerpo marcadísimo, las abdominales impresionantes, incluso pienso que mi nivel de testosterona debió aumentar junto con el de semen porque, aunque parezca presumido, noté que algunas compañeras del "gim" me observaban con cierto descaro y me dedicaban insinuantes sonrisas. También se sumó a ellas una hermosa transexual que desde su lugar me dedicaba flagrantes aunque a la vez tímidas miradas.

Con mi mamá la cosa marchaba. Debido a que contaba con dinero producto de su primer día de trabajo con Lorenzo, nos invitaba a salir casi todos los días, íbamos al cine, a comer a la calle, a los bolos, etc. Yo como estaba aguantadazo no podía evitar mostrarme algo distante, ensimismado, lo que fue una suerte porque ella pensó que era debido a su pequeño desliz durante mi sueño. Sonia inteligentemente contribuía a preocuparla todavía más preguntándome qué me pasaba, que por qué estaba así y comentando que estos días me notaba muy extraño. La verdad es que yo estaba a punto de darme de cabezazos contra la pared cuando por fin llegó el día indicado.

Me levanté con la arrechura de siempre, hacía cuatro días que tenía la polla permanentemente erecta, me vestí con una sudadera ligera sin slip que permitía apreciarla en toda su imponente dimensión y fui al encuentro de mi mamita que estaba en la cocina.

Buenos días mamá, saludé.

Ella se volteó y se quedó muda al ver la colosal tranca que se marcaba debajo del pantalón de la sudadera. Antes de que reaccionara comencé:

Mamita, créeme que siento mucho lo que te voy a decir pero te juro que no encuentro mas remedio. Tu sabes cuanto te amo y esto es muy difícil para mí, pero la verdad es que desde la noche que te metiste mi polla en el coño, no he dejado de pensar en tu cuerpo, de desearlo, me masturbo constantemente pensando en tus tetas y en tu bello culo, quisiera penetrarte por todos lados, gozar contigo y hacerte gozar, convertirte en mi mujer.

Ella me observaba callada, con los brazos cruzados sobre el busto, la carita un poco inclinada hacia abajo, el cerquillo lacio y rubio sobre las cejas, cuando le mencioné el culo se puso colorada seguro pensando en que mi papá se había ido de la casa precisamente porque ella se negó siempre a entregárselo. Continué.

No encuentro otra salida que marcharme de la casa, porque sé que mis deseos no pueden ser cumplidos y que nadie ni la sociedad ni tú lograran nunca entenderme. La verdad es que te amo, pero te amo como mujer y cuando te veo me excito sexualmente, se me para la polla, deseo clavártela, y no puedo vivir así para siempre. Me iré, no sé donde, lejos, y trataré de olvidarte. Cuídate mucho mamita y sobre todo no dudes nunca que si hago esto es justamente porque te amo.

Cogí un maletín que ya había preparado con algunas de mis cosas y salí, cuando me iba sentí que mi mamita me miraba desde su lugar con ojos de desolación.

Llegué a casa de Sonia en un estado casi cataléptico, allí nos pusimos a esperar la llamada de mi mamá, estaba muy nervioso y a medida que pasaban las horas me ponía peor, por fin llamó hacia las cuatro de la tarde. Sonia le confirmó que sí, que yo estaba con ella, pero que me iría en un par de días. Mi mamá le pidió que fuera a la casa para conversar. Ahora sí todo estaba listo. Sonia metió lo necesario en su maletín y se fue para allá, esta vez yo era el que quedaba a oscuras, claro que por poco tiempo porque luego Sonia me contó con lujo de detalles su conversación.

Lo primero que hizo fue darle de tomar de una botella de pisco, que es un licor de uva que aunque pasa suave trepa muchísimo, de manera que a las dos horas ya mi mamá estaba completamente borracha y hasta le confesó llorando que se había convertido en puta por mí y que ahora yo la abandonaba. Sonia la consolaba y le propinaba deliciosos besos en la boca metiéndole la lengua y persuadiéndola de que aun no estaba todo perdido, que había que hablar conmigo, que había que dar el siguiente paso, que era todo muy natural y que en realidad si ya yo me la había tirado la noche anterior no tenía nada de malo que terminara la faena rompiéndole el culo, que era un sacrificio que ella debía hacer por amor a mí y que así yo me quedaría para siempre a vivir con las dos convertido en amante de ambas.

Como a las ocho de la noche Sonia me llamó y de frente me dijo:

La tengo listita para ti. No te demores.

Llegué a la casa y me senté en el sillón de la sala. Sonia trajo a mi mamá de la mano. La había vestido con un traje de licra rojo de manga corta muy pegado al cuerpo, y cuya falda le llegaba unos centímetros nada más debajo del culo. Llevaba las medias caladas que había comprado para reemplazar las que le prestara Sonia, sujetas con un liguero que se veía casi todo debido a que la falda no lograba cubrirlo y los mismos zapatos que usaba cuando Lorenzo la convirtió en puta. Se le marcaban los pezones de las tetas haciéndose evidente que no tenía sujetador. Se detuvo en frente de mí y comenzó su discurso:

Cariño, tu eres lo que más quiero en...

Carlos, tu mamá se a convertido en puta por ti y no es posible que ahora te marches así no mas dejándola abandonada. Intervino Sonia que no pensaba escuchar una larga arenga después de todo lo que habíamos esperado.

Ella se puso de rodillas y colocó su cabeza en mis piernas, no se atrevía a verme a la cara, sollozaba amargamente. Yo comencé a acariciarle el cabello mientras le decía.

OH mamita eso es tan hermoso, me encanta que hayas sido capaz de convertirte en puta por mí. Eso me demuestra cuanto me quieres, estoy convencido de que te va a ir magnífico como puta porque eres la mamá más bella del mundo, precisamente por eso es que debo marcharme, porque tu belleza me lastima. Ahora mismo tengo la polla enhiesta al sentir tu rostro sobre mis piernas y me cuesta un gran esfuerzo no metértela en la boca, pero lo que más me gusta de ti es tu maravilloso culo, todas estas noches he soñado que te lo rompía y no sabes el placer que me da imaginarte debajo mío siendo sodomizada por mí.

Cariño, puedes hacer conmigo lo que quieras, me dijo con un hilo de voz.

Lo que tu mamá quiere decir es que debes romperle el culo ahora mismo, Carlos, intervino Sonia. Suegrita tal vez deberías ser más explícita para que no le queden dudas de tus deseos, añadió.

No mamá, protesté, no quiero que hagas ninguna inmolación por mí, ya has hecho suficiente, yo quiero culearte sólo si tú también lo deseas, si es para ti un sacrificio prefiero marcharme lejos.

Hijito, contestó, quiero que me rompas el culo por favor, ahora que soy puta cualquier cliente lo hará, prefiero mil veces que lo hagas tú primero, así yo seré tu puta y tú mi caficho, podrás hacer conmigo lo que te de la gana para siempre sólo no me abandones nunca, quédate aquí conmigo como mi marido, mi dueño, mi cachero, conviérteme en tu esclava, me alegro de que nunca aceptara que lo hiciera tu padre, así ahora mi culito virgen va a ser violado por primera vez por ti.

Culazo, corrigió puntillosamente Sonia.

No lo sé, alargaba las cosas yo.

Sonia la puso en cuatro patas y le subió la falda alabando su culo.

Mira Carlos, jamás has visto un culo tan perfecto como el de tu mamá, dijo mientras se lo sobaba delicadamente, quiebra la cintura suegrita, así, saca el culo para arriba, eso es, mira que buena perra esta hecha tu mamita para ti, no debes hacerla sufrir más, tu deber de hijo es romperle el culo sin tardanza y terminar de convertirla en la puta que ya a comenzado a ser.

Me pareció que ya era suficiente de manera que accedí:

Esta bien lo haré mamá, te convertiré en mi puta pero primero quiero que me chupes la polla bien chupada y después de metértela por el coño te partiré el culo como la cereza del postre, consentí.

Acto seguido me bajé el pantalón de la sudadera y apareció mi polla que traía unas dimensiones desmesuradas, me llegaba hasta casi el ombligo y estaba de gruesa que parecía un leño. Incluso mi mamita que ya había probado las de Lorenzo y el negro se quedó estupefacta. Sonia la cogió de la cara y le iba dando indicaciones:

Saca la punta de la lengua suegrita, así, lame esa polla estupenda como si fuera un chupete, dedícate a la cabeza primero.

Mi mamá no necesitó mucho rato para seguir sola con su trabajo, cosa que Sonia aprovechó para recoger la cámara y con total descaro decirle:

Levanta la carita suegra para que Carlos pueda ver bien tu cara de puta gozando, eso siempre será muy excitante para tus clientes.

Ella abrió los ojos y la vio con la cámara en la mano filmándola con mi pene dentro de su boca pero ya no dijo nada, estaba completamente derrotada y entregada, con una mano lo cogía mientras se lo metía todo lo posible hasta la garganta, luego lo iba sacando mientras movía la lengua sin descanso, al llegar al glande lo envolvía y lo frotaba con su lengua húmeda y volvía a comenzar la faena, a veces se lo sacaba y se dedicaba a chuparme los huevos introduciéndoselos por completo en la boca y luego de un instante retornaba a meterse la polla hasta la campanilla.

Su imagen, de rodillas frente a mí, con el culo levantado, la falda subida hasta la cintura, las piernas abiertas y mi pene dentro de su boquita estuvo a punto de hacerme eyacular, me pareció prudente dejar reposar un poco mi polla no fuera a estropearlo todo.

La levantamos y la sentamos en el sillón, le bajamos la parte del cuerpo del vestido y se lo dejamos en la cintura como si fuera un cinturón, nosotros nos sentamos a los lados, cada uno tenía una pierna de mi mamita flexionada y abierta sobre sus muslos y se la acariciaba con delicadeza, comenzamos a lamerle los pezones, los dos lo hacíamos a la vez y de la misma manera, se los toqueteábamos con la punta de la lengua, pronto se le llenaron de nuestra saliva, así se segrega mucho, e incluso algunos salivazos pendían de ellos hacia el suelo, ella gemía con placer, pasamos a chupárselos, los cogíamos con los labios y succionábamos con la lengua, producíamos unos sonidos como chasquidos, mi mamita nos acariciaba a ambos el cabello, las orejas, el rostro mientras nos alentaba;

Así hijitos, así, háganme gozar, Dios qué placer, continúen por piedad.

Nosotros seguimos un buen rato y luego cambiamos hacia abajo. Le quitamos las braguitas que estaban sencillamente empapadas y se las metimos a la boca, ella seguía sentada en el sillón pero nosotros nos colocamos de rodillas en la alfombra casi como antes había estado ella. La manteníamos con las piernas flexionadas y bien abiertas, Sonia se dedico a lamerle el clítoris y yo, fue hasta ese momento la emoción y el placer más grandes de mi vida, le metí la lengua en su maravilloso culo. El placer que sentí fue de tal índole que casi eyaculo sin mas, logré contenerme por medio de un gran esfuerzo mental y tenía cuidado de no rozar con mi polla siquiera un milímetro de piel de mi mamita, tenía una de sus piernas sobre mi hombro y Sonia la otra sobre el suyo, le acariciábamos los muslos y ensalivábamos cada uno la parte que le correspondía, el culo de mi mamá respondía con entrega, le pasaba la lengua por el ano mojándolo totalmente y sentía como se dilataba un poquito cada vez. Sonia me pidió que le dejara meterle la legua en el culo a mamá y yo accedí gustoso.

La observé un rato hacerlo con amor, era muy concienzuda, mi mamá seguía con su calzón en la boca, gemía mientras lo chupaba y lo absorbía. Cogí la cámara de sobre la mesa donde la había puesto Sonia y me dediqué a filmar todo con acercamientos y tratando de captar los mejores ángulos y detalles. Me eché debajo de Sonia para tomarlas desde allí, luego me ocupé de la carita preciosa de placer de mi mamita. Al rato sentí que el peligro de mi eyaculación había pasado, así que como ya estaba de pie le introduje la pinga en la boca reemplazando sus braguitas, seguí filmándolo todo desde allí y la toma era muy buena con Sonia abajo intercalando sus chupadas entre el culo y el coño y mi mamá tragándose mi polla.

Después de eso separe a Sonia y le di la cámara. Coloqué a mi mamá de nuevo en cuatro patas con la mejilla apoyada en el asiento del sillón, yo me puse detrás, con una mano abrí su bellísimo culo y volví a introducirle la lengua con fruición mientras con la otra mano le introducía dos dedos en el coño pajeándola con potencia, ella no pudo más y liberó su primer orgasmo con un gemido de loba en celo, sentía como sus fluidos vaginales empapaban mis dedos y toda la mano, seguí introduciéndosela con más rapidez y casi toda, su concha se dilató mucho, no descuidaba lamerle bien el culo que era lo que mas me interesaba a mí y ella no paraba de gemir gozando con ímpetu de mis caricias. Sonia no pudo ser indiferente y se sentó frente a ella le cogió la cara y la obligó a lamerle el clítoris, de inmediato la acompañó en el orgasmo, le acariciaba la mejilla y le hablaba con un ronquido.

Así suegrita, que linda puta que tenemos en casa, sigue así bonita, como me gusta que seas nuestra esclava, ah suegrita puta si pudieras verte como yo te veo desde acá, pero no temas que todo lo estamos filmando y luego tú misma podrás apreciar como la enorme pinga de tu hijo te parte en dos el hermoso culo de puta que tienes.

Me coloqué de rodillas detrás de mi mamita y puse la punta de mi polla en los labios de su coño empapado, se la introduje de un envión lo que hizo que ella gritara de placer, estaba tan encharcada que una espesa capa blancuzca le salía de la concha manchando mi pene, como vimos después en la filmación. Yo empujaba rápido y duro, me acuclillé lo que hizo que me inclinara un poco hacia delante, con una mano me apoyé en el sillón y con la otra le aprisioné uno de sus riquísimos pezones, estaba duro como mi polla. Continué bombeando el coño de mi mamá un buen rato hasta que ella llegó a otro orgasmo lo que produjo la inmediata respuesta de Sonia.

Decidí que por fin había llegado el momento, Sonia se colocó con la cámara debajo de ella como si fuera a hacer un 69 para filmarlo todo sin perder detalle de la primera enculada de mamá. Ubiqué mi polla a la entrada de su ano y empecé a empujar despacio, poco a poco, entraba con dificultad porque estaba bien cerrado ya que ni siquiera le habíamos metido el dedo para dilatarlo, queríamos que lo primero que sintiera dentro de ese templo fuera mi polla. De pronto sentí que se habría el agujero abrazando la cabeza de mi pene, empujé un poquito más y entraron unos centímetros en su culo, mi mamita no pudo evitar un gemido de dolor, la pobre tendría que aguantar mucho ya que yo llevaba la pinga de una dimensión desconocida para mí, así la tuve unos segundos para que se fuera habituando y luego continué empujando despacito, poco a poco iba introduciéndosela toda, mi mamita gemía de dolor pero no me pedía que parara o que se la sacara, se portó como la buena puta que ya era y aguantó bastante bien mi empuje, yo estaba en el cielo. Llegué hasta la mitad dentro de ella y Sonia me pidió que parara para tomarle la carita, salió de donde estaba y se sentó nuevamente frente a ella diciéndome:

Ahora amorcito debes meterle lo que resta de un solo envión para que sufra el dolor de la rotura de culo y así poder filmar su carita de sufrimiento, es necesario que le duela de todas maneras y que llore un poco siendo enculada, eso será muy bueno para la película y para su carrera de puta.

Mi mamita levantó su carita y se quedó mirando a Sonia, o mejor dicho a la cámara, ya que esta no dejaba de filmarla ni un instante, estaba asustada.

Por favor eso no, se los ruego, nos dijo, siento que me abraza el culo, es un dolor insoportable, sólo lo hago por ti carlitos, por favor no me revientes el culo porque me voy a desmayar de dolor.

Pero Sonia se mostró inflexible.

Lo siento suegrita, pero es inevitable, yo sé que al principio es doloroso pero después me lo vas a agradecer, luego del dolor aparecerá un placer como no has experimentado jamás, esa será la prueba de que tu camino hacia el puterío ya no tiene retorno, será algo así como tu doctorado de puta.

Por favor Sonia, te lo ruego, no dejes que Carlos me reviente el culo, sé que no podré resistirlo, así despacito estoy a punto de colapsar, no se lo permitas. Insistió mi mamita. De todos modos ya soy vuestra puta, no lo dejes te lo ruego.

A Sonia le pareció suficiente diálogo y me hizo una seña con la cabeza, en ese mismo instante de un solo tirón le empotré lo que me restaba de pinga en el culo a mamá, la pobrecita dio un alarido. Y ahora sí no pudo soportarlo y empezó a suplicar.

- Carlos, hijito, por piedad sácamela, me estás matando, te juro que no puedo soportarlo, me pedía mamá con desgarradores sollozos.

Yo seguía penetrándola con fuerza le sacaba casi toda la polla hasta el agujero y luego de un solo envión la volvía a encular. Sonia la animaba.

Así suegrita, llora como una buena putita, suplica, pídele a tu hijo que pare de reventarte el culo, lo haces de maravilla, tú Carlos dale con más fuerza, demuéstrale a tu madre lo puta que es, ¡vamos! reviéntale el culo, pórtate como un hombre.

Por fin mi mamita no resistió y se desmayó. Quedó laxa como una muñequita rota sobre la alfombra. Sonia la filmó un ratito más y me pidió que la siguiera enculando unos segundos así desmayada, porque eso vendría magnífico para la película, así que seguí un poco y luego la dejé para que se recuperara. Sonia se me tiró encima y me dijo que me amaba con toda su alma, que yo había demostrado sobradamente cual era mi temple y que siempre estaría enamorada de mí. Empecé a follármela mientras le daba descanso a mi mamita.

Al rato volvió en si. Sonia la colocó nuevamente echada sobre el sillón con la cabeza apoyada en el espaldar y las piernas bien abiertas y levantadas. Le cogió la mano y la obligó a palparse el agujero del culo, mi mamá soltó una exclamación de sorpresa ante las nuevas dimensiones de su ano, luego trajo el espejo del baño y lo dispuso frente a ella para que pudiera apreciar con claridad lo dilatado que le había quedado, parecía una caverna palpitante, mi mamita lo miraba todo con atención, estupefacta, sin dejar de recorrer la cavidad con sus dedos.

Con sus ojos verdes entornados, el pelo lacio que le caía sobre la frente, los labios rojos y húmedos, la boquita medio abierta, las piernas flexionadas y apretadas contra sus tetas y el rostro de diosa embarrada en el fango mirándose el orto destrozado, estaba hermosísima. Me di cuenta de que yo no podría resistir por mucho tiempo más sin eyacular y así se lo hice saber a Sonia.

Ella instaló a mi mamita casi de cabeza, la puso con la cabeza en la alfombra, la espalda apoyada en la parte que queda bajo el asiento del sillón y sus piernas echadas hacia atrás con los pies a la altura de las orejas de mi mamá, parecía a punto de darse un volantín, Sonia le sostenía las piernas en esa posición para que no se saliera de la misma, aprovechó para jugar un poco con el espejo y mi mamita pudiera ver como yo me ubicaba de pie con la polla sobre su ano. Tuve que hacer un gran esfuerzo para doblármela hacia abajo y así poder introducírsela nuevamente en el culo que, debido a la posición estaba todavía mas abierto. Sonia dispuso el espejo de manera que mi mamá pudiera ver con claridad mi polla entrando y saliendo de su ano, ella, mi mamita, se sostenía las piernas sujetándolas de los tobillos y la tensión hacía que los músculos de las pantorrillas y la parte posterior de los muslos se marcaran con fuerza sobre las medias, el culo también se destacaba mucho más, ella gemía y me alentaba ya sin tanto dolor y sintiendo más placer.

Así hijito, como me encantan todas estas posiciones de puta que me obligan a adoptar, penétrame el ano y déjamelo abierto para siempre, después quiero que me introduzcan la cámara por allí, dios mío estoy gozando como nunca, que delicia es convertirse en puta, ah Dios mío gracias por darme este hijo con esa polla tan enorme y esta nuera tan buena y hermosa y gracias por hacerme conocer el verdadero placer de ser puta, desde hoy seré puta para siempre, ah Dios mío esto es el mayor placer que he experimentado jamás.

Sonia no pudo controlarse y dejando el espejo por allí se colocó sobre ella obligándola a que le lamiera el coño y el clítoris mientras ella le hacía lo mismo, yo frente a ese cuadro no pude contenerme más, sentí que torrentes de leche partían desde mis testículos y explotaban por mi polla dentro del culo de mi bella y amada mamita, daba alaridos de placer mientras mi mamá al sentir sus entrañas inundadas de leche entró en un orgasmo salvaje, aullaba de delectación, le mordía el coño a Sonia, eyaculaba cantidades de un líquido amarillento transparente bañándole la cara, yo seguía eyaculando dentro de ella y me retorcía, literalmente diluviaba con mi pinga atravesando el culo de mamá, parecía que no iba ha acabar nunca, Sonia empezó a orinarse sobre su carita y a gemir y a llorar, se aferraba a sus nalgas hundía la cara en su coño mientras le bañaba el rostro con su meada calientita, mi mamita volvió a redoblar sus orgasmos, fue como un nuevo impulso ya que no había dejado de sentirlos desde que comencé a eyacular dentro de ella, el sonido del meado de Sonia sobre el rostro de mi mamita adorada fue demasiado para mí, casi me desmayo, así y todo Sonia terminó primero de orinar sobre ella que yo de eyacular, tanto era lo que había producido durante mi semana de abstinencia y la sesión de sexo con ella, por fin con unos estertores como gruñidos terminé.

Estaba rendido, a punto de derrumbarme en el piso, Sonia tuvo que sostenerme ya que no podía desengancharme del culo de mi mami y las piernas no me sujetaban, fue necesario esperar así un instante hasta que poco a poco mi pene fue saliendo del orto produciendo un sonido como un chapoteo. Sin embargo Sonia le prohibió a mi mamá que dejara la posición y fue por una copa de vino. Luego tuvo el cuidado de voltear a mi mamita y sentarla nuevamente sobre ese maravilloso sillón, con celo suficiente para no perder una sola gota de la leche que le rebosaba por el ano, como vio que no sería suficiente el envase me envió a mi por otra, la obedecí con las justas porque la verdad es que ya no daba un paso más. Sonia llenó dos copas de vino hasta el borde con la lechada que recogió del culo de mi adorada mamita. Luego la tomo de su rubio cabello, la obligó, un poco violentamente la verdad, a voltear la cara hacia arriba y desde la distancia de su brazo estirado delicadamente y con lentitud chorreo ese néctar hacia la boquita de mi mamita que lo esperaba con los labios bien abiertos y la lengua completamente afuera, luego se dedicó a besarla con fruición metiéndole la lengua hasta el fondo de su garganta, chapándole toda la boca y escupiéndola de vez en cuando. Mientras miraba ese hermoso espectáculo me prometí amarlas a las dos para siempre y por sobre todas las cosas. Hasta el día de hoy mi amor no sólo no ha disminuido sino que ha aumentado, sobre todo al ver con cuanta pasión mi mamita querida se entregó desde aquella noche a su bellísima carrera de puta.



Como al año que mi papá nos abandonó apareció nuevamente por la casa con cara de perro apaleado. Evidentemente la puta con la que había reemplazado a mi mamita lo había abandonado después de dejarlo en la ruina. Volvía, según dijo, a retomar sus funciones y responsabilidades de jefe de familia y a cuidar de nosotros y a resarcirnos por el dolor que pudiera habernos causado. Lo habían vuelto a tomar en su antiguo trabajo aunque con un sueldo mucho menor, por estúpido, según le explico su jefe, pero lo importante es que de ahora en adelante nada sería capaz de separarnos.

Mi mamita lo mandó a la mierda y le obsequió una copia de su última película, en donde la cogen una transexual muy bella con una polla ciclópea y un enano de circo con otro buen pedazo. No hemos vuelto a tener noticias de él.​
 
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