El Barco se Hundió 001

heranlu

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Mi nombre es Antonio, tengo 24 años de unos 90 kilos aproximados, una altura de 1,85 con una complexión bien definida ya que desde pequeño mi madre me tenía con un nutricionista y un entrenador personal, al igual que mi hermano y mi hermana. Mis padres tenían suficiente dinero ya que mi padre era el CEO de una compañía mientras mi madre era directora de una academia de baile. Y digo eran debido a los sucesos que ocurrieron y cambiaron nuestras vidas.

Todo empezó cuando Jesica cumplió los 18 años donde mis padres se organizaron para salir de vacaciones y recorrer un poco del mundo, así que nos embarcamos los 5 en el yate de la familia y nos fuimos a recorrer el océano pacifico. Estábamos disfrutando del viaje cuando mi padre diviso una tormenta en el horizonte, con su vasta experiencia nos dio indicaciones a mi hermano y a mí de atar todo lo posible para que no se fuese a caer, mientras mi hermana y mi madre ordenaban las cosas dentro. Lo que parecía una tarea de unos minutos se empezó a transformar lentamente en unas horas, debido que el fuerte viento que nos estaba azotando en ese momento nos impedía movernos con facilidad. Poco a poco la tormenta fue llegando y cuando ya por fin nos alcanzó podíamos ver la cara de mi padre convirtiéndose en un poema, no paraba de repetir que todo estaba bien y que debíamos darnos prisa en terminar nuestras tareas. Mi madre y mi hermana que ya habían terminado las suyas salieron a cubierta para ayudarnos.

Las olas eran paredes de unos 10 metros diría yo, totalmente oscuras y que lanzaban espuma al chocar contra nuestra pequeña embarcación. En un momento una ola que llego de la nada y aprovechando que el yate había dado un pequeño salto al salir de una ola más pequeña nos dio vuelta, caímos todos al agua y aunque llevábamos chalecos salvavidas y habíamos tomado clases de natación no podíamos hacer frente al mar en ese momento.

En la desesperación busque a mi familia, pude divisar a mi hermano que estaba ayudando a mi padre aferrarse a la embarcación y que llamaba a mi madre, no vi a mi hermana así que rápidamente la busque solo para verla muy alejada de nosotros, la marea la estaba arrastrando y a cada segundo era mayor la distancia, sin pensarlo nade hacia ella con todas mis fuerzas mientras las olas me movían de un lado para otro. Mi madre al ver esto también nado hacia mí con una cuerda atada a su cintura. Cuando finalmente alcanzamos a Jesica, mamá en un rápido movimiento nos envolvió en la cuerda. Mi hermano y mi padre estaban de alguna forma subidos al yate, sospecho que fue otra ola la que volvió a enderezar la embarcación y ahora se encontraban tirando la cuerda, cuando una ola gigante nos cubrió a todos. Todo se fue a negro y pensé que había muerto.

Al despertar estaba en una playa, podía ver algunas de nuestras cosas que habían naufragado conmigo, recordé el desastre y sin pensarlo empecé a correr por la orilla, mi desesperanza iba aumentando ya que por más que corría no encontraba nada, hasta que de pronto lo vi, dos personas. Acelere el ritmo y cuando estuvieron a una distancia las reconocí, eran mi madre y mi hermana.

Alegre empecé a llamarlas lo que las alerto, cuando me vieron ambas se pusieron de pie y vinieron a mi encuentro, cuando nos pudimos juntar, nos abrazamos y nos pusimos a llorar, estábamos vivos y juntos. Por mi mente surgió una luz de esperanza, si nosotros estábamos ahí existía la posibilidad de que mi hermano y mi padre también estuvieran bien.

Cuando nos pudimos calmar un poco ideamos un plan para poder explorar y buscar ayuda, mi madre se encargaría de hacer una fogata con la madera que se veía a la orilla, mientras yo debía irme hacia la izquierda y Jesica hacia la derecha con el fin de poder encontrar a alguien o lo más importante a nuestra familia restante. Empezamos a andar, poco a poco fui dejando atrás a mi madre, y casi no veía la figura de mi hermana. Camine durante horas, no había indicio de mi familia o alguna civilización. Cuando estaba por volver divise una figura a lo lejos.

Pensé que la deshidratación, el cansancio y el sol habían hecho mella en mí, por lo que seguí caminando. A medida que la noche iba llegando mi visión era más lamentable, por lo que decidí correr para estar seguro que no era una ilusión, a medida que avanzaba la sombra se hacía cada vez más grande y cuando ya estuve completamente seguro que era una persona, empecé a dar gritos de ayuda, mi esperanza se hizo añicos cuando a la que vi fue a mi hermana, mi mente no entendía que pasaba si habíamos tomado caminos diferentes y ahora la veía correr hacia mí.

Cuando llego a mi lado me abrazo con fuerzas, hundió su cara en mi pecho y lloro de manera desgarradora, solo atine a abrazarla. Cuando estuvo más calmada le pregunte de donde venía, su respuesta era la pieza que me faltaba, ya que ella me conto que camino en línea todo el trayecto, había encontrado restos del naufragio y también a mi hermano, cuando lo menciono su voz se quebró nuevamente. Solo esperaba en silencio, algo dentro de mí quería saber de mi hermano y otra parte no quería saber nada, tenía miedo a su respuesta.

Me conto que lo había encontrado cerca de un roquerio, decidí que debíamos ir a verlo, sin embargo Jesica no quiso y prefirió volver con mamá ya que estaría preocupada. Quise discutir con ella de cómo era posible que dejara a nuestro hermano, cuando vi sus lágrimas caer, me imagine lo peor, pero ya era de noche y mi hermana tenía razón, nuestra madre nos esperaba.

Caminamos un buen par de horas hasta que pudimos ver una pequeña fogata en la playa, cuando llegamos pudimos ver a nuestra madre sentada en posición fetal mirando el fuego. Cuando nos escuchó se puso de pie y vino corriendo hacia nosotros. Nos abrazó con fuerza, sus manos se notaba lastimadas, supuse por tratar de prender el fuego.

Contamos nuestra versiones de la expedición, y la noticia que mi hermana nos dio fue lo más duro que podíamos suponer, nuestro hermano se había ahogado y nuestro padre no llego a la isla. Cuando conto eso también nos dio a entender nuestra situación, estábamos varados en una isla sin rastros de civilización, solos, desprotegidos y abandonados. Las dos mujeres se pusieron a llorar, yo por mi parte a pesar de todo lo sucedido trataba de mantenerme calmado, si me rompía seria nuestro fin.

Estuvimos al lado del fuego durante toda la noche, cuando llego la mañana desperté a Jesica y le pedí que me dijera dónde estaba el cuerpo, ella me indico que siguiera hasta el roquerio, y de ahí tenía que asomarme desde una piedra mirando el mar, me pregunto qué iba a hacer, por el momento le dije que le haría una tumba a Carlos y que ella por el momento se encargara de mamá, también si pudiera buscar algo para comer pero que tuviera cuidado, emprendí mi marcha y me tomo cerca de 3 horas en llegar donde me habían dicho, entendí por qué mi hermana se subió a la roca, ya que habían restos del naufragio entre las pequeñas posas de agua, cuando estuve arriba mire como me había dicho mi hermana y ahí encontré al pobre enredado en la cuerda que en su momento nos sostenía para tratar de salvar a Jesica.

Busque la forma de bajar hasta el sin resbalarme en el intento.

Cuando llegue donde el comprobé que no había pulso, pensé por un momento porque Jesica no se devolvió y pensé que si se devolvía al punto inicial que era la fogata aun debía caminar muchas horas para encontrarme y que lo más lógico sería seguir el camino por donde venía para así poder encontrar ayuda más rápido. Mentalmente visualice su desesperación al volver en la dirección donde partíamos y no encontrarme siendo que quizás en algunos metros más podía encontrar ayuda, ponerse en marcha nuevamente, seguir caminando y no encontrar nada. Finalmente cuando ya estaba por devolverse ver una sombra que caminaba hacia ella. Su alegría de encontrar ayuda y que después esta le rompiera el corazón al saber que era yo quien iba hacia ella con la misma esperanza de encontrar ayuda.

Las lágrimas caían sin poder hacer nada, y el sonido del mar me dijo que debía completar primero mi tarea, tome a mi hermano y con mucho esfuerzo pude sacarlo de ahí y llevarlo a la orilla, sentir su cuerpo inerte, frio y mojado solo hacía que la carga fuera más pesada, mis fuerzas me fallaban con cada paso, cuando por fin llegue a la arena y dejarlo acostado ahí caí en la cuenta que le había dicho a mi hermana que le haría una tumba, pero no tenía nada con que hacer un hoyo.

Estaba pensando como lo haría cuando oí el llanto de mamá, me habían seguido las dos y como estaba pendiente de llegar con mi hermano a la orilla no me percate que se iban acercando a la carrera, lloramos su perdida que a pesar de ser tres años mayor que yo, para mí era mi hermano pequeño porque siempre tenía que cuidar de él. Cabe un agujero grande y profundo con mis manos y cuando ya no pude seguir fue mi madre la que se le ocurrió la idea de usar algún palo o algo así, por lo cual los tres buscamos en los alrededores algo con que cavar. Cuando estuvo lista la sepultura lleve a mi hermano a su lugar de descanso, lo tapamos y rezamos una oración, ya iba siendo medio día y no el comer desde que estábamos en el yate ya el hambre se estaba notando, sin saber que hacer o donde buscar me estaba perdiendo en esa idea, fue cuando mi madre me dijo que había encontrado un estero con agua dulce y peces.

Volvimos a la fogata y caminamos un poco hacia dentro de la isla, encontramos el estero del que hablaba mi madre, se notaba que tenía movimiento y que había muchos peces. Íbamos a beber cuándo algo llamo nuestra atención, era una pequeña familia de cerdos salvajes, no solo teníamos carne sino agua dulce, solo faltaban los vegetales, un refugio y que nos salvaran.

Difícilmente pudimos atrapar tres peces ya que no contábamos con nada para atraparlos, los cocinamos bien para evitar cualquier enfermedad o parásitos que pudieran tener y nos dedicamos a reunir ramas para hacer un refugio. El día se nos fue rápido y sin darnos cuenta el segundo día había acabado, decidimos hacer rondas hasta estar completamente seguros de que no había animales peligrosos, estaba rendido, cansado y muy sudado por lo que entre al darme un baño en el estero, cuando volví mi familia hizo lo mismo, mientras yo debía de preocuparme de mantener el fuego de la fogata y tratar de vigilar por si se veía algún barco o avión.

Estaba pendiente de las funciones cuando escuche un grito, rápidamente fui al estero y vi a mi madre y hermana desnudas, aunque fue fugaz la imagen me fije bien en sus cuerpos, mi madre a sus 46 años estaba bien tonificada aunque su coño estaba bastante descuidado luciendo una mata salvaje de pelos, poseía una tetas grande y redondas y una cintura de avispa junto con un vientre plano después de muchas liposucciones, mi hermana por su parte a pesar de tener el cuerpo de mi madre tenía su coño completamente depilada y sus pechos eran un poco más pequeños comparado con su progenitora. Rápidamente recordé que habían gritado por el peligro, por lo que les pregunte, ellas trataron de taparse como pudieron y me indicaron donde estaba su ropa, aun con el miedo en mis venas tome un palo para ver que era aquello que se movía entre las prendas cuando de un salto un pequeño cerdito salió corriendo hacia más adentro de la isla. Cuando me volví hacia ellas, las encontré en el estanque con el agua hasta el cuello, les explique que solo era un cerdito y que por el momento debía dejarlas solas para que se vistieran mientras yo volvía a la fogata.

Eran las primeras mujeres desnudas que había visto en mi vida y aunque estuviera mal me había excitado viendo sus cuerpos. Cuando volvieron traían la ropa húmeda ya que no podían secarse por lo cual ambas se acercaron al fuego, les tendí el pescado y me senté frente a ellas, podía ver como la ropa definía sus cuerpos y nuevamente tuve una erección al recordar lo que había bajo la tela.

Había pasado otra noche más, nuevamente nos turnamos para hacer guardia, esta vez fui el último en la vigilia, por lo que pude dedicarme a pensar en que íbamos a hacer, organice nuestras prioridades de mayor a menor, lo primero armas para defendernos, luego comida, agua, una fogata y por último el refugio, a pesar de que este último era primordial debía esperar ya que no sabíamos cómo hacer uno y nos tomaría mucho tiempo.

Mientras mi familia dormía explore los alrededores en busca de algún palo largo y fuerte que pudiera usar de lanza, al cabo de unos minutos encontré uno, ahora faltaba convertirlo. Busque dos piedras, la primera seria mi herramienta para afilar, la otra seria mi cuchillo por así decirlo, pensé que la tarea sería más fácil, pero me costó mucho.

El ruido que hice despertó a mi madre que se acercó a mí, estaba tan concentrado en lo que hacía que cuando sentí su mano en mi hombro pegue un salto, sentía que el corazón se me salía por la boca.

Me recupere del susto y le indique que descansara, cuando ambas estuvieron despiertas les comente mi plan y lo que necesitábamos. Mi hermana en su momento fue scout por lo que nos ayudó mucho los conocimientos que tenía, por lo que ella se dedicó a buscar comida, mi madre dijo que iba a ver como poder juntar agua, por lo que quedaban las armas y la fogata a mi cuidado.

Me llevo algunas horas pero tuve una lanza improvisada, me dirigí al estero por los peces pensando que iba a pescar rápido, sin embargo no fue así, trate de varias formas hasta que de pronto llego mi madre con algunos recipientes que pudo encontrar de los restos del naufragio.

Uno de ellos era una olla por lo que nos vendría bien si queríamos comer algún guiso o hervir agua para algo. Mi madre se dedicó a llenar los recipientes, cuando en uno de sus viajes perdió el equilibrio y cayó al agua, de inmediato fui a ayudarla a incorporarse note que obviamente su ropa se había mojado y se traslucía.

Ella automáticamente llevo su mano a su pecho a pesar de que andaba con un sostén, me disculpe con ella y me gire. Al estar toda mojada y sin ropa para cambiarse me pidió que me fuera a la fogata mientras ella secaba su ropa al sol.

Dándole privacidad camine hacia la fogata con los pocos peces que tenía cuando una idea paso por mi mente, quería espiar a mi madre por lo que me oculte lo mejor que pude y observe como ella se desnudaba para secar su ropa en una piedra que había cerca del estero, acto seguido pude ver como tomaba un baño. Mi erección era grande debido al morbo y que estaba haciendo algo inmoralmente incorrecto, me había empezado a tocar sobre la ropa cuando un grito de mi hermana me saco de mi trance.

Había vuelto y nos llamaba, mi madre sin saber que yo estaba ahí le contesto con un grito que ya iba, debía moverme rápido o seria pillado así que me aleje del estero en otra dirección, junto con los peces, llego mi madre primero a la fogata ya que me tome el tiempo para que mi erección bajara sola. Cuando llegue me preguntaron donde andaba, había olvidado pensar en que decir, pero los cerditos me salvaron una vez más ya que uno justo salió a la playa y al vernos salió corriendo de vueltas.

-andaba persiguiendo a ese pequeño, quería ver si lo podía cazar pero es más rápido.

-no sería malo cazar alguno, aunque sería mejor si pudiéramos criarlo aún no sabemos cuánto hay en la isla.- dijo mi madre

-cierto pero debemos ir paso a paso primero, aún nos falta el refugio y muchas cosas más.

-bueno encontré estas cosas.

Mi hermana nos mostró unos frutos dulces del porte de una manzana, algunas plantas que parecían comestible y unas setas. Estas últimas no me convencían, sin embargo ella me indico que en una excursión que tuvo con su grupo de scout habían hablado de las setas venenosas y las que eran comestible, las que había recogido eran comestible ya que salían en varios libros. Siempre le ha gustado la botánica, así que confiamos en ella para las frutas y verduras que pudiéramos conseguir.

Juntamos nuestras cosas de la exploración del día, mientras mi madre preparaba un extraño guiso y mi hermana había ido a hacer sus necesidades yo me dedique a preparar más cosas para sobrevivir, cuando Jesica volvió le pedí ayuda para ver con que podíamos amarrar algunos palos. Trabajamos duramente hasta que estuvo la comida pero ya teníamos una pequeña tienda donde se podría dormir.

En la tarde me dedique a explorar la isla encontrando varios puntos de interés y viendo un lugar donde descansar, no había rastros de animales peligrosos que supieran una amenaza para nosotros, por lo que volvía a nuestro campamento, cuando me topé con mi madre haciendo sus necesidades. Al verme se llevó un susto que la hizo perder el equilibrio y cayó con su trasero lo que provoco que quedara con sus piernas abiertas hacia mí, la escena al verla orinar fue extrañamente excitante e hipnótica.

-¡hey! mira para otro lado pervertido- me dijo con un tono enojado, me gire rápidamente y pedí disculpa como pude y salí corriendo de ese lugar, tuve que irme a un lugar tranquilo para masturbarme y así poder alivianar la carga que tenía.

Cuando termine me sentí mal porque me había descargado pensando en mi madre, la culpa y la vergüenza estaban dentro de mí y no sabía cómo volver a verla a la cara, espere un rato y me decidí a volver, si me iban a retar prefería que fuera ahora y no después.

Ahí estaba mi hermana dando los últimos ajustes a nuestro primer refugio, no era mucho la verdad unos cuantos palos puestos en la arena de forma que imitaban una pequeña tienda de acampar, cubierta de un poco de paja y algunas cosas más, mientras mi madre estaba prendiendo el fuego de la fogata. Al verme llegar su cara se puso roja, con un gesto de su mano me llamo hacia donde estaba ella.

-mamá lo siento lo que paso no fue mi intención.

-si yo también lo siento, te grite cosas innecesarias y sé que fue un accidente.- me abrazo de una forma más cariñosa de lo habitual que no supe describir.

Después de comer fui a darme un baño para relajarme, necesitaba sacar de mi mente el cuerpo de mi madre, así que estaba en el agua desnudo cuando volvió el recuerdo de lo sucedido durante la tarde lo que hizo que me empalmara de nuevo y como no quería acabar en la fuente de agua que teníamos, salí del agua en dirección a mi ropa cuando algo llamo mi atención, una persona me estaba espiando y como ya sabía que estábamos solos eso reducía las posibilidades a dos, mi hermana o mi madre.

La vergüenza que me dio en ese momento al estar como dios me trajo al mundo frente a mi familia era grande, así que fingí que no la había visto y me sumergí en el agua, estuve un rato hasta que pensaba que estaba solo. Tome mi ropa, busque para ver si aún estaba siendo vigilado y al no encontrarme a nadie empecé a caminar, quería ir a ver la tumba de mi hermano por lo que en vez de irme por la playa decidí cortar camino a través de los árboles, cuando de pronto escuche ligeros gemidos, pensando que se trataba de algún animal que aún no había visto, me asome lentamente, lo que me encontré no fue un animal sino a mi hermana masturbándose frenéticamente, ver los dedos entrar y salir de esa vagina depilada era fascinante. No pude aguantar más y también empecé a tocarme, estaba mirando con atención cuando de pronto ella me nombro, mi propia hermana me estaba usando como material de pajas.

Mi lado perverso me decía que aprovechara la oportunidad y saliera de mi escondite para follarme a mi hermana, pero mi lado racional me decía que no era buena idea y que respetara a Jesica porque era mi familia. Cuando termino se quedó un rato en silencio, sin hacer ruido me aleje lentamente de ahí.

Aún seguía excitado por lo que busque un lugar en unas rocas que estaban al medio de la isla y me tuve que masturbar un par de veces, aun con mis 24 años no era capaz de tener una compañía femenina debido a lo introvertido que era y porque gran parte del tiempo lo usaba para hacer montañismo, a pesar de tener varias amigas que coqueteaban conmigo. Pero siempre Jesica las corría y hacia que Carlos se quedara con las chicas, nunca pensé en eso hasta hoy, tal vez solo era el calor del momento y me negaba a pensar que mi hermana estuviera enamorada de mí.

Estuve en esa piedra más tiempo del que pensaba y cuando volví a la fogata se me hizo difícil volver a ver a mi hermana o mi madre sin recordar sus cuerpos y empalmarme, así que me mantuve alejado lo más que pude de ellas.

El tiempo fue pasando y nuestra ropa mostraba claros signos de desgaste, el color vivo que tenían nuestras poleras se fue reemplazando por uno incoloro, nuestros pantalones estaban sucios y gastados y sin hablar de la ropa interior. Usar todos los días la misma ropa sin quitártela nada más para lavarla diariamente la iba perjudicando, eso sin mencionar que nuestro aspecto cada vez era más salvaje, me había crecido la barba en estos 15 días parados, no voy a decir que tenía una barba de leñador pero con mi aspecto actual fácilmente podía pedir limosna, mi madre de alguna forma se arreglaba aunque no podía hacer mucho y mi hermana trataba de cuidarse pero también se notaba la falta de las comodidades que estábamos acostumbrados en la vida moderna.

Lo más difícil fue cuando le llego el periodo a mi hermana, no solo se sentía mal por el proceso biológico sino que la falta de nutrientes de calidad provoco que estuviera acostada todo el día, por lo cual nos dividimos las funciones entre mi madre y yo, aunque debo decir que la carga era mayor para mí pero no me quejaba y solo podía descansar cuando debía llevar a mi hermana al baño, por lo que debía cargarla algunos metros y después esperarla para llevarla de regreso. Fue en una de esas excursiones que llevaba a mi hermana al baño cuando la escuche llamarme.

-Antonio ven

-aquí estoy, ¿terminaste?

-si pero quiero pedirte un favor

-dime

-¿me puedes llevar al estanque?

-si claro- la tome en brazos y la lleve, mis años de montañismo, los trabajos que he hecho desde que llegamos y estar cargándola cada vez que quería ir al baño me habían hecho más fuerte.

Cuando llegamos deje a mi hermana en una piedra cerca del agua para que se pudiera lavar, sin embargo ella me pidió que la ayudara porque no tenía fuerza. Así que la desnude dejándola solo en calzones, pero ella me pidió que se los quitara porque se sentía sucia, ahí pude ver la vagina de mi hermana desde cerca, sus pelos estaban creciendo y en poco tiempo iba a tener la misma selva que mamá, la sangre se fue toda a mi pene, lo que no pasó desapercibida a mi hermana.

-¿te pusiste así por mí?

-lo siento Jesica es un impulso involuntario.

-eso lo sé pero no fue lo que pregunte

-si me puse así por ti, es la primera vez que veo a una mujer de cerca.

-¿enserio Tony?, ¿es decir que eres virgen?- me puse rojo de la vergüenza.

-si lo soy, y que me dices de ti, ¿hubo algún chico que durmió contigo?

-no, nunca estuve con ningún hombre

Trague saliva, quería abalanzarme sobre mi hermana y tomarla en ese momento, sin embargo la voz de nuestra madre nos advirtió que estaba cerca, me aleje de mi hermana la distancia suficiente y en el momento oportuno para poder darme vuelta, en eso mi madre se había asomado al estanque.

-aquí están, me preocupe donde no volvían- miro a mi hermana que estaba desnuda de la cintura para abajo- ¿qué haces desnuda frente a tu hermano?

-mamá no estoy desnuda punto uno, dos Tony me trajo hasta acá porque se lo pedí por que no puedo volver a ponerme esa ropa que ya está manchada, tres mi hermano esta de espalda por lo que no me ve, le pedí expresamente que no mirara y cuatro estoy en mis días por lo que no tengo las fuerzas suficientes para poder hacer todo yo sola.

-¿y qué vas a hacer vas andar desnuda por ahí?

-¿y quién me va mirar?- el alza de la voz de mi hermana me hizo girarme

-cuidado con tu tono Jesica, soy tu madre

-si lo sé, pero no ves que estamos varados en esta maldita isla y que han pasado casi 20 días sin que tengamos una respuesta y te preocupas si mi hermano me va a ver o no, en vez de preocuparte por si estoy bien

-yo… aun así no debes de mostrarte desnuda frente a tu hermano, no lo voy a permitir

-¿y si lo hago qué? ¿Qué harás? Mandarme a mi cuarto tal vez.

-basta con eso, harás lo que diga y punto, se acabó la discusión

-hey basta las dos, cállense ahora- alce mi voz de tal manera que ambas se quedaron mirándome.

-los tres estamos cansados, hambrientos y lo único que queremos es salir de esta maldita isla, pero basta de esta mierda, no es la primera vez que se cruzan ustedes y ya me aburrieron- mire a mi madre desafiándola- Jesica tiene razón mamá, no hay nada de malo que yo la haya visto desnuda, entiendo la situación en la que está ahora, no puede ni moverse y me pidió haciendo un esfuerzo porque es la única ropa que tenemos por el momento y debe lavarla, yo la ayude y me aleje para darle su espacio.

-hijo lo sé pero aun así es tu hermana.- por fortuna no contaba con mi erección así que proseguí.

-mira mamá lo voy a decir una vez y esto también va para ti también Jesica, no me importa ayudarlas a ambas cuando estén en sus días, no puedo decir que entienda su dolor o molestia y si puedo ayudar a cualquiera de las dos por mí no hay problema- me volví nuevamente a ver a mi madre- ella me lo pidió, si puedo ayudarla encantado, como podrás ver no tengo una erección, porque es mi hermana y yo por lo menos respeto la cercanía de la familia, no soy como tú.

-¿a qué te refieres?

-que los tres sabemos que papá era un salido de campeonato y que desde que se hizo la vasectomía follaban donde querían, muchas veces los escuchamos, porque estábamos en el cuarto de al lado e incluso cuando estaban en el yate no les importo que estuviéramos cerca. Y ahora estás haciendo un drama por que la vi desnuda porque quería lavarse y lavar su ropa. Entiende de una jodida vez en la situación que estamos, tal vez nunca nos rescaten o que pasemos aquí mucho más tiempo, y debemos aprender a convivir con estos temas.

Mis palabras salieron de mi pecho de manera involuntaria, había querido decirlas desde hace mucho o desde que empezó el roce madre e hija, pero siempre me mostré alejado porque debía proteger la poca familia que me quedaba. El silencio fue incómodo y me pareció que duro una eternidad, mi madre se fue corriendo mientras lloraba, mi hermana estaba con la cabeza baja y también lloraba, por mi parte estaba furioso, con rabia e impotencia.

Cuando me calme un poco me acerque al estero, lave mi cara y después me acerque donde mi hermana, seguía llorando, por lo que la abrace y le susurre al oído.

-Jes, todo va a estar bien, de alguna manera buscare la forma de que salgamos de aquí, siento lo que dije.

-lo sé, se nuestra situación, sé que estás cansado, has trabajado por nosotras tanto sin siquiera quejarte en cambio yo vivo quejándome y ahora soy una inútil, odio esta mierda de la regla.

-tranquila no pasa nada.- la abrace con fuerza y le empecé acariciar la cabeza

-no, no está bien, nuestra situación nos está mandando a la mierda como familia, yo no he podido ayudar.

-hey mírame-cuando mi hermana levanto la vista, nuestras miradas se cruzaron- todo va a estar bien ok? Te voy a dejar un rato sola, voy por mamá creo saber dónde va.

Inconscientemente bese los labios de mi hermana, ella abrió mucho los ojos, sin embargo no hubo un rechazo cuando trate de meter mi lengua sino que al contrario me devolvió el beso. Cuando me separe de ella, tome su cabeza y la lleve a mi pecho, le hice cariño un rato y le susurre que ya volvía. Luego de eso lave a mi hermana, dejando que ella se lavara su vagina, le pase mi polera y se la ate de tal manera que cubriera su sexo y su trasero, acto seguido la tome en brazos y me la lleve a la fogata. Me asegure de dejarle agua y algo para comer, la volví a besar en la boca.

-volveré dentro de un rato, no hagas esfuerzo de mas

-si Tony, aquí te espero.

Me puse de pie y empecé la marcha, me llevaría un tiempo hasta llegar al único lugar donde mi madre visitaba día por medio, la tumba de la familia.
 
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