Era una tranquila noche, yo recién había llegado a mi casa, algo tarde debido a unas cuestiones de trabajo, y esas cuestiones eran las que solían molestar a mi querida esposa, entre otras tantas, pero al mismo tiempo era el trabajo que tenia lo que nos permitía, ella incluida, tener el nivel de vida que teníamos, pero muchas veces me recrimino que ocupara tanto tiempo en mi oficina, solo para obtener cosas materiales, lo que en si mismo me causaba muchísima gracia, porque ella era casi una apasionada por las cosas materiales. Por ese y por otros tantos motivos, mi matrimonio discurria a aquellas alturas, por caminos tortuosos, y mantener la armonía nos estaba costando cada vez mas, aunque a pesar de todo aun podía presumir de tener una buena esposa que se ocupaba de mis maravillosos hijos, y esa noche, me dispuse a disfrutar de uno de los tantos y cada vez mas escasos momentos de esa armonía familiar, sin saber que el destino nos tenia reservados unos momentos terribles, y para colmo, luego todo se pondría aun peor, pero eso yo todavía no lo sabia.
Mis dos hijos se encontraban en su habitación, preparándose para meterse en la cama, ayudados por nuestra inestimable mucama…una chica que trabajaba en casa y que vivía con nosotros desde que los niños eran muy pequeñitos, y me sente a la mesa, aguardando que mi esposa me sirviera la cena, y con la agradable perspectiva de que ella me acompañara dado que había retrasado la suya esperando a que yo regresara a casa, y mientras ella se encontraba en la cocina, se oyeron unos golpes en la puerta principal. Me levante y en voz alta en dirección a la cocina, le avise a mi esposa que yo iría a ver quien llamaba, a aquellas horas, y en mi mente recordé a la mucama que estaba en una de las habitaciones del piso superior, y la que quizás no había oído nada, mi error quizás fue el de no haberme asegurado quien estaba afuera de la casa llamando a la puerta, y sin pensarlo mucho, la abri…y me encontré con un individuo enorme, mucho mas alto pero también mas ancho que yo…rápidamente me sorprendieron dos cosas, una fue lo primero que captaron mis sentidos, aquel sujeto olía espantosamente, como si no hubiera estado bajo una ducha en meses, y la otra fue la mas preocupante…porque me estaba apuntando directamente a la garganta con una especie de cuchilla. El tipo me estaba diciendo de mala manera que retrocediera, y que no gritara…en realidad no recuerdo en que orden, pero comencé a retroceder aterrorizado, y el terror se acentuo mas cuando oi un ruido terrible en la cocina, y desde allí también la oi gritar a mi esposa…continue retrocediendo hablando entrecortadamente para intentar explicar que no era necesario que le hicieran ningún daño a ella, y si lo que deseaban era llevarse alguna cosa de la casa, solo tenían que tomarla e irse, pero el sujeto no me prestaba atención, solo me apuntaba con la cuchilla luego de obligarme por señas a que me sentara en mi silla, mientras miraba hacia la cocina, como aguardando algo…se oían gritos asustados de ella, y su voz cargada de angustia que decía: “no…no…déjeme”…
Resultaba evidente que habia otro sujeto que había entrado por la cocina, pero como el que me amenazaba parecía estar muy tranquilo intente apelar a la razón para pedirle que no lastimaran a nadie…súbitamente se cruzo por mi mente que mis hijos estaban arriba, pero me contuve y no lo dije con la ilusión de que no repararan en ellos…el tipo solo me ordeno que me callara, y grito: “todo bien?”, y desde la cocina le respondió una voz: “si…todo bien”…que se mezclo con el llanto de mi esposa…la misma voz de pronto dijo: “mira…mira lo que me encontré”…
Cuando ingresaron en el comedor de la casa, me impresiono la desproporción entre el físico del segundo individuo, tan alto y grueso como el primero, con el cuerpo de mi esposa, que no era precisamente una mujer menuda…la traía empujando hacia adelante mientras le atenazaba los brazos por detrás de la cinturita de ella, que mientras tanto no dejaba de llorar, se notaba que había forcejeado porque tenia el cabello y la camisa desordenados, en el mismo momento se oyo un ruido desde el piso superior…de una puerta que se cerraba de golpe…y según lo supe después, se trataba de nuestra mucama que había oído todo el ruido y se había asomado, y luego cerrado la puerta de la habitación. El que traía a mi esposa, se detuvo, y pregunto: “que fue eso?”…ella parecio reaccionar, intento forcejear nuevamente, pero el tipo la tomo por el cabello tirando su cabeza hacia atrás con una mano, mientras que con la otra continuaba sosteniendo sus muñecas, y en esa posición, lo que resalto inmediatamente fue su hermoso par de tetas que sobresalían a través de su camisa semiabierta, y como su faldita estaba algo arremangada debido al movimiento de sus piernas al resistirse a ser empujada por el asaltante, sus muslos de piel sedosa y blanca crearon un agudo contraste con las ropas oscuras y sucias del tipo.
Luego de oír el ruido, actuaron rápido…nos sujetaron a ambos, a ella y a mi, a cada uno sobre una silla, y nos ataron las manos y las piernas a los apoyabrazos y las patas…frente a mi mi esposa no dejaba de llorar y bajaba la cabeza y la movía de un lado hacia el otro como negando lo que sucedía, pero también podia ver el morboso triangulo de su ropa interior de color celeste, e íntimamente agradecí que ninguno de los sujetos lo hubieran notado…hasta ese momento…
El primero de ellos pregunto, sin dirigirse a ninguno de nosotros en particular: “quien esta arriba?”…mi mujer estallo en llanto y se puso aun mas histerica, comenzó a chillar, suplicando que no lastimaran a los niños, y ambos tipos de miraron entre ellos y comprendieron…intente tranquilizarla, diciéndole por lo bajo que se mantuviera en calma…pero continuo chillando, hasta que el segundo sujeto se canso de oírla, y le dijo “basta de gritos!!” y le aplico un terrible bofeton que le sacudió toda la cara…le quedo una enorme marca de cuatro dedos en el costado derecho de la cara, ya de por si hinchada por tanto llanto, y de una palidez espectral, lo que hacia casi resplandecer aquella marca.
Fue el mismo individuo el que subió las escaleras casi corriendo, de pronto se pudo oír ruido de una puerta que se abría…la voz del tipo…llantos entrecortados, y una puerta que se cerraba violentamente…a los pocos minutos el tipo bajo…y le dijo al otro: “dos chicos y una mucamita…linda…los deje encerrados en la habitación…vamos a tener que mirar por arriba..alli están las habitaciones, entre tanto mi esposa, había dejado de gritar histéricamente pero no dejaba de llorar, los dos asaltantes estaban juntos, y de pronto ambos la miraron a ella…yo crei notar que el segundo, el mas decidido y agresivo…el que le había pegado, la miraba con mucho mas interés…quizás hubiera notado aquel triangulo color celeste…le dijo a su cómplice alguna cosa que le murmuro cerca del oído, y este que era quien parecía dirigir todo el circo, le respondió: “estamos apurados…aun no revisamos nada…y no sabemos si algún vecino pudo oír el ruido que hiciste al entrar en la cocina…además…arriba, en esa habitación…había algún teléfono?”…y el otro le respondió: “son tres y tengo dos teléfonos, el otro se supone que esta en la habitación de la chica, y no había ningún otro teléfono allí…no pueden llamar a nadie”
El mas grande de ellos, el que indicaba que hacer subio por las escaleras, le dijo al otro: “voy a ver que hay arriba…en otras habitaciones…cuida a esos dos”…la respuesta fue tan ominosa como aterradora: “si…yo me voy a ocupar de estos dos, pero sobre todo de ella”…la calma de mi esposa se hizo añicos…me miro aterrorizada y luego miro al sujeto…comenzó a llorar otra vez…mientras repetía: “no…por favor…no…”, hasta que grito: “nooo….nooo…por favor…” volvió a recibir un bofetón del otro lado de la cara, y se notaba el esfuerzo que hacia para soltar sus ligaduras, sus manitos se estaban amoratando por la presión de los precintos que las mantenían atadas a los apoyabrazos…pero estos no cedieron…yo ya había aplicado la suficiente fuerza en los mios con igual resultado, pero si hubiera logrado desatarme…que hubiera podido hacer?...el tipo estaba diciendo: “basta…me cansaste con tanto grito”…se agacho frente a ella, y sin mediar palabra alguna tomo sus rodillas y las separo…hasta el limite que pérmitian las pantorrillas atadas de ella…ella suplico: “no…no lo haga…nooo”…el tipo metió la mano bajo la faldita y acaricio el lado interno de sus muslos, dijo algo como que “era muy suave…muy suave…suavecita”, pero no pude oírlo correctamente, porque el llanto de mi mujer ahogaba cualquier otro sonido, de pronto dijo, muy enojado: “basta…basta de chillar…”, y mientras le decía eso, hurgaba bajo la falda, y cuando pareció encontrar lo que buscaba, dio un tirón muy violento…se oyo un crujido de tela que se rasgaba, y en la mano del tipo aparecieron los restos de una bombachita de color celeste…y mientras la mostraba en alto como si fuera un trofeo, dijo riéndose…”y debajo de eso estabas aun mas suavecita”
De pronto se asomo el otro tipo desde el piso superior y la dijo a este: “podes hacer que deje de gritar?”…”si” le respondió…”eso es lo que voy a hacer”…hizo un bollo con la bombacha, y le tomo la cara…presiono su carita por ambas mejillas, ella chillo de dolor por el apretón, pero el resultado fue que abrió la boca, y cuando lo hizo lo metió por completo dentro de su boca, y antes de que mi esposa pudiera reaccionar, el tipo metió la mano dentro de su chaqueta sucia y gastada y extrajo un rollo de cinta…en solo un par de segundos froto la cara de ella con su manga mugrienta para secar las lagrimas, y la amordazo…cesaron los gritos pero mi esposa lanzaba una serie de gruñidos, y ronquidos…ella me miraba a mi y luego lo miraba al tipo, era una mirada suplicante, y al mismo tiempo llena de pánico, y a esas alturas tanto a ella como a mi nos parecía que todo era inevitable.
Con una navaja corto los precintos…rápidamente la levanto de la silla, y apunto con la navaja a su garganta, y se coloco detrás de ella, para empujarla hacia la mesa del comedor…ella chillo pero en un gruñido…se oyo como “mmmmgggñññ”, la empujo y cayo hacia adelante, sus tetas rebotaron contra la mesa, y mientras le levantaba la faldita hasta la cintura, le advirtió: “si se te ocurre hacer alguna locura…te abro la garganta, sabes?...ahora vas a poder chillar todo lo que quieras, pero…te aconsejo que no tragues la bombacha porque te vas a ahogar”. Mientras que ella jadeaba, e intentaba recuperar el aire, sus lagrimas resbalaban por su rostro y por la cinta gris que la amordazaba, y me miraba, como buscando una ayuda que yo no podía darle…el tipo ya estaba listo, se había bajado la ropa y exhibia una verga erecta y durísima, que casi estaba amoratada, la visión del culo de mi esposa rendida sobre la mesa y de espaldas a el, y con sus largas piernas abiertas, era lo que causaba aquel efecto. Contrariamente a lo que yo hubiera supuesto, inicialmente el tipo fue bastante delicado…se la fue metiendo lentamente como queriendo saborearla, pero sin detenerse, empujo y empujo hasta que se la enterro por completo, dio unos golpecitos con su cuerpo contra las nalgas de ella, que sonaron como un chasquido, a través de los gruñidos desesperados de mi esposa, le oi decir: “por favor…que mojada estas…si esto era lo que querias solo me lo tendrías que haber dicho”…ella me miraba a través de la mesa con los ojos abiertos como platos, mientras negaba con la cabeza, y continuaba gruñendo, y allí fue cuando el sujeto comenzó a cogerla…entrando y saliendo de ella con mas fuerza cada vez, y empujando con mas fuerza aun cuando se la metia por completo, en el aire comenzó a flotar un aroma perversamente fetido producto de la mezcla de la suciedad y el sudor del individuo que estaba violando a mi esposa, ella pareció rendirse, apoyo su cabeza en la mesa, sus muñecas eran sostenidas por el asaltante por detrás de ella, pero con una mano libre volvió a tomarla por el cabello, le levanto la cabeza con violencia…gruño quejándose, volvió a mirarme, expulsando aire por la nariz, intentando no ahogarse, su mirada ya había dejado se suplicar…ambos cuerpos se hamacaban, con el tipo empujando, y ella que iba y venia cuando el mismo violador la empujaba y luego la atraía hacia el, sus gruñidos se parecieron a algo como “mmmggg”…”mmmggg” sin dejar de repetirlo mientras la cogían y la cogían…y a los pocos minutos, ya no gruñía tanto y se le oia como “muuññ”…”muuññ”.
El delincuente sonreía, mientras la estaba cogiendo, y cada tanto miraba hacia donde estaba yo y nuestras miradas se cruzaban, y en su cara tan torva y aviesa, tan idéntica a la del otro sujeto, con todo su aspecto descuidado y mugriento, se notaba la satisfaccion de estar disfrutándolo. El que estaba arriba, apareció descendiendo la escalera, y llevando en una mano uno de los elegantes bolsos de mi esposa, evidentemente lleno con todos los objetos que había saqueado, y en ese mismo momento a mi me pareció advertir que ella movía las caderas, era algo imperceptible pero ya no tuve dudas, ella las movía, el violador se abalanzo sobre ella casi aplastándola contra la mesa…y entonces sucedió algo increíble…tomo un extremo de la cinta que le cubría la boca y la arranco de un tirón, ella chillo, y sin que el tipo dejara de meterle y sacarle aquella verga rígida como un palo…abrió la boca, empujo con su lengua, y expulso todo el bollo de su bombacha celeste, y lo escupio sobre la mesa con un sonoro “mmmduaajjj”, comenzó a tomar mucho aire por la boca, el tipo le soltó los brazos, y ella apoyo las palmas de las manos, afirmándose…levanto la vista para mirarme…abría mucho los ojos y la boca cada vez que el tipo la embestía…y de una manera que me parecio sumamente lasciva, se paso el dorso de una mano por la cara, limpiando sus lagrimas, limpiando su boca y su nariz, resoplando como si fuera una foca, al pasárse la lengua por los labios, de donde le colgaba un hilo de baba, miro hacia atrás, hacia donde el tipo continuaba dándole una cogida brutal, y comenzó a decir: “mas…mas…mas…dame mas cretino…mas”
pero el tipo no pudo darle mas…porque por sus espasmos y jadeos resulto evidente que estaba acabando dentro de ella…mi esposa también lo noto…porque hizo un gesto mordiéndose el labio…y diciendo “mmmm” mientras no dejaba de mirarme.
Se quito de dentro de ella, su verga estaba mas fláccida y goteaba salpicando nuestra hermosa y muy cara alfombra, pero el proceso no se detuvo allí, porque el mas grande y el que comandaba las acciones reemplazo al otro, pero el, la tomo por un brazo, la dio vuelta y la hizo sentar en el borde de la mesa, mi esposa se abrió de piernas y le rodeo el cuello con sus propios brazos, y el tipo se la enterro de un solo golpe, haciendo que se quejara, y que gimiera…le había dolido a pesar de estar bastante abierta y dilatada, yo no podía saberlo porque sus cuerpos y la mesa me lo ocultaban, pero era una verga tan gigantesca como el propietario de semejante anaconda. Pero ella, gimiendo y quejándose se acomodo al ritmo, y adelantaba las caderas cada vez que el otro la acometía, iniciándose una cogida salvaje, y cuando rodeo la cintura del tipo con sus largas piernas atrayéndolo, yo no podía dejar de mirarlos, especialmente a ella…estaba como hipnotizado y endiabladamente excitado, y el primer violador que descansaba de su trabajo preliminar, lo noto, y le dijo algo al otro…entonces mi esposa, sin soltar el sujeto, dio vuelta la cabeza, me miro y repitió varas veces: “lo siento querido…lo siento”
El otro tambien acabo, y también dentro de ella…entonces la oi preguntar: “mis chicos…están bien?”…ambos respondieron que si…el grandote aclaro que estaban junto con la mucama en su habitación…y mientras lo hacían, mi esposa tomo la vergota y la sostuvo en su mano moviéndola…se inclino hacia el tipo y susurro algo…ambos sonrieron y respondieron: “si…todo lo que vos quieras…pero estamos algo apurados”. Ella se bajo de la mesa…y dijo: “bien…entonces vamos arriba…la quiero toda por el culo y alli tengo crema para manos…la del envase de color rosa”, y el gigante respondió: “no me importa el color mientras sirva para metertela toda”
Jamas había oído antes a mi esposa, usar esas palabras, el gigante le tomo una mano, y la llevo hacia la escalera, paso a mi lado, pude verla con sus marcas en las muñecas, la cara hinchada por los golpes, y sus ojos por haber llorado…estaba prácticamente desnuda, con su camisa abierta y su faldita completamente enrrollada en su cintura, todo me resulto muy excitante…pero aun mas fue ver su entrepierna, sumamente humeda, con pequeñas gotitas de algún fuido que pendían de su vello, y el pensamiento de lo que tenían pensado hacer con ella cuando llegaran al piso de arriba. De camino a la escalera, me toco un hombro, y volvió a decir “lo siento cariño”…y cuando llego arriba, luego de subir moviendo su
generoso culo como si fuera una pantera, se dio vuelta y me dedico un besito con una mano, que apoyo en sus labios tambien hinchados.
Durante un buen rato…una hora y media o un poco mas, yo la oi gritar, y chillar, mientras las voces de ambos tipos se mezclaban con risotadas y jadeos, y cosas que le decían de la manera mas soez, y me quede mirando el bollo de tela celeste que ella había escupido sobre la mesa…Luego bajaron los tres, ella estaba vestida con la misma faldita, en lugar de sus zapatitos tenia un par de zapatillas, se había cambiado la camisa, y tenia en la mano un pequeño bolsito, se disponían a irse…el grandote se acerco y corto mis precintos, senti dolor cuando la sangre comenzó a circular otra vez hacia mis manos…me advirtió: “no hagas ninguna locura, ni llames a nadie…recorda que la tenemos a ella”…mi esposa se acerco, se agacho para apoyar sus manos en mis rodillas, pude sentir el olor horrible de los tipos que impregnaba todo su cuerpo, mezclado con el olor de su propio sudor…me sorprendió que como único maquillaje su hubiera pintado los labios con el labial mas rojo de todos los que ella usaba, me miro a los ojos y me dijo “me voy querido…cuida a los chicos…y deciles que mami…decile lo que se te ocurra”. Se fueron…pero antes ella tomo las llaves y dijo: “ah…nos llevamos el auto querido”.
Yo hice la denuncia de lo había sucedido, solo explique el asalto, la…violación, el robo de dinero, relojes, y joyas…todas las de ella…y del auto…y también…del secuestro de mi esposa…sin aclarar mas nada…y explicar que no sabia quienes eran, y que no los conocía, y mi esposa tampoco. Cuando mis chicos ya estaban muy angustiados, luego de cuatro días…ella apareció…traía de vuelta en su bolsito, todas sus joyas, y olia a demonios. No me explico mucho lo que había hecho durante ese tiempo, o en realidad me lo dijo todo…estuvo en un lugar sordido y mugriento, en donde durante tres días no se cansaron de cogerla…los tres…porque se agrego un amigo, tan salvaje como los otros dos, la trataron bien, pero con algo de brusquedad, porque no eran unos tipos ni muy finos ni muy educados, como si fuera una muñeca de trapo, me dijo…”pero me hicieron gozar querido…goce como una cerda”, y el ultimo día antes de dejarme ir…me dejaron descansar. Al otro día del asalto, yo hice reparar la puerta de la cocina que estaba destruida, y busque la manera de hacerla mas segura, me explico que haber hecho la denuncia fue lo correcto, porque “así el seguro te repone el auto…porque al tuyo, lo hicieron desaparecer”. No la lastimaron y por eso no vio a un medico, y tampoco la preñaron, y no dijo nunca mas nada sobre donde había estado…continuo con su vida de madre y ama de casa suburbana, sin ningún tipo de comentario…salvo que luego de muchos meses, en una noche apacible y armoniosa, mientras estábamos cenando…me dijo: “sabes?...creo que deberíamos hacer instalar una alarma…no te parece?”
Mis dos hijos se encontraban en su habitación, preparándose para meterse en la cama, ayudados por nuestra inestimable mucama…una chica que trabajaba en casa y que vivía con nosotros desde que los niños eran muy pequeñitos, y me sente a la mesa, aguardando que mi esposa me sirviera la cena, y con la agradable perspectiva de que ella me acompañara dado que había retrasado la suya esperando a que yo regresara a casa, y mientras ella se encontraba en la cocina, se oyeron unos golpes en la puerta principal. Me levante y en voz alta en dirección a la cocina, le avise a mi esposa que yo iría a ver quien llamaba, a aquellas horas, y en mi mente recordé a la mucama que estaba en una de las habitaciones del piso superior, y la que quizás no había oído nada, mi error quizás fue el de no haberme asegurado quien estaba afuera de la casa llamando a la puerta, y sin pensarlo mucho, la abri…y me encontré con un individuo enorme, mucho mas alto pero también mas ancho que yo…rápidamente me sorprendieron dos cosas, una fue lo primero que captaron mis sentidos, aquel sujeto olía espantosamente, como si no hubiera estado bajo una ducha en meses, y la otra fue la mas preocupante…porque me estaba apuntando directamente a la garganta con una especie de cuchilla. El tipo me estaba diciendo de mala manera que retrocediera, y que no gritara…en realidad no recuerdo en que orden, pero comencé a retroceder aterrorizado, y el terror se acentuo mas cuando oi un ruido terrible en la cocina, y desde allí también la oi gritar a mi esposa…continue retrocediendo hablando entrecortadamente para intentar explicar que no era necesario que le hicieran ningún daño a ella, y si lo que deseaban era llevarse alguna cosa de la casa, solo tenían que tomarla e irse, pero el sujeto no me prestaba atención, solo me apuntaba con la cuchilla luego de obligarme por señas a que me sentara en mi silla, mientras miraba hacia la cocina, como aguardando algo…se oían gritos asustados de ella, y su voz cargada de angustia que decía: “no…no…déjeme”…
Resultaba evidente que habia otro sujeto que había entrado por la cocina, pero como el que me amenazaba parecía estar muy tranquilo intente apelar a la razón para pedirle que no lastimaran a nadie…súbitamente se cruzo por mi mente que mis hijos estaban arriba, pero me contuve y no lo dije con la ilusión de que no repararan en ellos…el tipo solo me ordeno que me callara, y grito: “todo bien?”, y desde la cocina le respondió una voz: “si…todo bien”…que se mezclo con el llanto de mi esposa…la misma voz de pronto dijo: “mira…mira lo que me encontré”…
Cuando ingresaron en el comedor de la casa, me impresiono la desproporción entre el físico del segundo individuo, tan alto y grueso como el primero, con el cuerpo de mi esposa, que no era precisamente una mujer menuda…la traía empujando hacia adelante mientras le atenazaba los brazos por detrás de la cinturita de ella, que mientras tanto no dejaba de llorar, se notaba que había forcejeado porque tenia el cabello y la camisa desordenados, en el mismo momento se oyo un ruido desde el piso superior…de una puerta que se cerraba de golpe…y según lo supe después, se trataba de nuestra mucama que había oído todo el ruido y se había asomado, y luego cerrado la puerta de la habitación. El que traía a mi esposa, se detuvo, y pregunto: “que fue eso?”…ella parecio reaccionar, intento forcejear nuevamente, pero el tipo la tomo por el cabello tirando su cabeza hacia atrás con una mano, mientras que con la otra continuaba sosteniendo sus muñecas, y en esa posición, lo que resalto inmediatamente fue su hermoso par de tetas que sobresalían a través de su camisa semiabierta, y como su faldita estaba algo arremangada debido al movimiento de sus piernas al resistirse a ser empujada por el asaltante, sus muslos de piel sedosa y blanca crearon un agudo contraste con las ropas oscuras y sucias del tipo.
Luego de oír el ruido, actuaron rápido…nos sujetaron a ambos, a ella y a mi, a cada uno sobre una silla, y nos ataron las manos y las piernas a los apoyabrazos y las patas…frente a mi mi esposa no dejaba de llorar y bajaba la cabeza y la movía de un lado hacia el otro como negando lo que sucedía, pero también podia ver el morboso triangulo de su ropa interior de color celeste, e íntimamente agradecí que ninguno de los sujetos lo hubieran notado…hasta ese momento…
El primero de ellos pregunto, sin dirigirse a ninguno de nosotros en particular: “quien esta arriba?”…mi mujer estallo en llanto y se puso aun mas histerica, comenzó a chillar, suplicando que no lastimaran a los niños, y ambos tipos de miraron entre ellos y comprendieron…intente tranquilizarla, diciéndole por lo bajo que se mantuviera en calma…pero continuo chillando, hasta que el segundo sujeto se canso de oírla, y le dijo “basta de gritos!!” y le aplico un terrible bofeton que le sacudió toda la cara…le quedo una enorme marca de cuatro dedos en el costado derecho de la cara, ya de por si hinchada por tanto llanto, y de una palidez espectral, lo que hacia casi resplandecer aquella marca.
Fue el mismo individuo el que subió las escaleras casi corriendo, de pronto se pudo oír ruido de una puerta que se abría…la voz del tipo…llantos entrecortados, y una puerta que se cerraba violentamente…a los pocos minutos el tipo bajo…y le dijo al otro: “dos chicos y una mucamita…linda…los deje encerrados en la habitación…vamos a tener que mirar por arriba..alli están las habitaciones, entre tanto mi esposa, había dejado de gritar histéricamente pero no dejaba de llorar, los dos asaltantes estaban juntos, y de pronto ambos la miraron a ella…yo crei notar que el segundo, el mas decidido y agresivo…el que le había pegado, la miraba con mucho mas interés…quizás hubiera notado aquel triangulo color celeste…le dijo a su cómplice alguna cosa que le murmuro cerca del oído, y este que era quien parecía dirigir todo el circo, le respondió: “estamos apurados…aun no revisamos nada…y no sabemos si algún vecino pudo oír el ruido que hiciste al entrar en la cocina…además…arriba, en esa habitación…había algún teléfono?”…y el otro le respondió: “son tres y tengo dos teléfonos, el otro se supone que esta en la habitación de la chica, y no había ningún otro teléfono allí…no pueden llamar a nadie”
El mas grande de ellos, el que indicaba que hacer subio por las escaleras, le dijo al otro: “voy a ver que hay arriba…en otras habitaciones…cuida a esos dos”…la respuesta fue tan ominosa como aterradora: “si…yo me voy a ocupar de estos dos, pero sobre todo de ella”…la calma de mi esposa se hizo añicos…me miro aterrorizada y luego miro al sujeto…comenzó a llorar otra vez…mientras repetía: “no…por favor…no…”, hasta que grito: “nooo….nooo…por favor…” volvió a recibir un bofetón del otro lado de la cara, y se notaba el esfuerzo que hacia para soltar sus ligaduras, sus manitos se estaban amoratando por la presión de los precintos que las mantenían atadas a los apoyabrazos…pero estos no cedieron…yo ya había aplicado la suficiente fuerza en los mios con igual resultado, pero si hubiera logrado desatarme…que hubiera podido hacer?...el tipo estaba diciendo: “basta…me cansaste con tanto grito”…se agacho frente a ella, y sin mediar palabra alguna tomo sus rodillas y las separo…hasta el limite que pérmitian las pantorrillas atadas de ella…ella suplico: “no…no lo haga…nooo”…el tipo metió la mano bajo la faldita y acaricio el lado interno de sus muslos, dijo algo como que “era muy suave…muy suave…suavecita”, pero no pude oírlo correctamente, porque el llanto de mi mujer ahogaba cualquier otro sonido, de pronto dijo, muy enojado: “basta…basta de chillar…”, y mientras le decía eso, hurgaba bajo la falda, y cuando pareció encontrar lo que buscaba, dio un tirón muy violento…se oyo un crujido de tela que se rasgaba, y en la mano del tipo aparecieron los restos de una bombachita de color celeste…y mientras la mostraba en alto como si fuera un trofeo, dijo riéndose…”y debajo de eso estabas aun mas suavecita”
De pronto se asomo el otro tipo desde el piso superior y la dijo a este: “podes hacer que deje de gritar?”…”si” le respondió…”eso es lo que voy a hacer”…hizo un bollo con la bombacha, y le tomo la cara…presiono su carita por ambas mejillas, ella chillo de dolor por el apretón, pero el resultado fue que abrió la boca, y cuando lo hizo lo metió por completo dentro de su boca, y antes de que mi esposa pudiera reaccionar, el tipo metió la mano dentro de su chaqueta sucia y gastada y extrajo un rollo de cinta…en solo un par de segundos froto la cara de ella con su manga mugrienta para secar las lagrimas, y la amordazo…cesaron los gritos pero mi esposa lanzaba una serie de gruñidos, y ronquidos…ella me miraba a mi y luego lo miraba al tipo, era una mirada suplicante, y al mismo tiempo llena de pánico, y a esas alturas tanto a ella como a mi nos parecía que todo era inevitable.
Con una navaja corto los precintos…rápidamente la levanto de la silla, y apunto con la navaja a su garganta, y se coloco detrás de ella, para empujarla hacia la mesa del comedor…ella chillo pero en un gruñido…se oyo como “mmmmgggñññ”, la empujo y cayo hacia adelante, sus tetas rebotaron contra la mesa, y mientras le levantaba la faldita hasta la cintura, le advirtió: “si se te ocurre hacer alguna locura…te abro la garganta, sabes?...ahora vas a poder chillar todo lo que quieras, pero…te aconsejo que no tragues la bombacha porque te vas a ahogar”. Mientras que ella jadeaba, e intentaba recuperar el aire, sus lagrimas resbalaban por su rostro y por la cinta gris que la amordazaba, y me miraba, como buscando una ayuda que yo no podía darle…el tipo ya estaba listo, se había bajado la ropa y exhibia una verga erecta y durísima, que casi estaba amoratada, la visión del culo de mi esposa rendida sobre la mesa y de espaldas a el, y con sus largas piernas abiertas, era lo que causaba aquel efecto. Contrariamente a lo que yo hubiera supuesto, inicialmente el tipo fue bastante delicado…se la fue metiendo lentamente como queriendo saborearla, pero sin detenerse, empujo y empujo hasta que se la enterro por completo, dio unos golpecitos con su cuerpo contra las nalgas de ella, que sonaron como un chasquido, a través de los gruñidos desesperados de mi esposa, le oi decir: “por favor…que mojada estas…si esto era lo que querias solo me lo tendrías que haber dicho”…ella me miraba a través de la mesa con los ojos abiertos como platos, mientras negaba con la cabeza, y continuaba gruñendo, y allí fue cuando el sujeto comenzó a cogerla…entrando y saliendo de ella con mas fuerza cada vez, y empujando con mas fuerza aun cuando se la metia por completo, en el aire comenzó a flotar un aroma perversamente fetido producto de la mezcla de la suciedad y el sudor del individuo que estaba violando a mi esposa, ella pareció rendirse, apoyo su cabeza en la mesa, sus muñecas eran sostenidas por el asaltante por detrás de ella, pero con una mano libre volvió a tomarla por el cabello, le levanto la cabeza con violencia…gruño quejándose, volvió a mirarme, expulsando aire por la nariz, intentando no ahogarse, su mirada ya había dejado se suplicar…ambos cuerpos se hamacaban, con el tipo empujando, y ella que iba y venia cuando el mismo violador la empujaba y luego la atraía hacia el, sus gruñidos se parecieron a algo como “mmmggg”…”mmmggg” sin dejar de repetirlo mientras la cogían y la cogían…y a los pocos minutos, ya no gruñía tanto y se le oia como “muuññ”…”muuññ”.
El delincuente sonreía, mientras la estaba cogiendo, y cada tanto miraba hacia donde estaba yo y nuestras miradas se cruzaban, y en su cara tan torva y aviesa, tan idéntica a la del otro sujeto, con todo su aspecto descuidado y mugriento, se notaba la satisfaccion de estar disfrutándolo. El que estaba arriba, apareció descendiendo la escalera, y llevando en una mano uno de los elegantes bolsos de mi esposa, evidentemente lleno con todos los objetos que había saqueado, y en ese mismo momento a mi me pareció advertir que ella movía las caderas, era algo imperceptible pero ya no tuve dudas, ella las movía, el violador se abalanzo sobre ella casi aplastándola contra la mesa…y entonces sucedió algo increíble…tomo un extremo de la cinta que le cubría la boca y la arranco de un tirón, ella chillo, y sin que el tipo dejara de meterle y sacarle aquella verga rígida como un palo…abrió la boca, empujo con su lengua, y expulso todo el bollo de su bombacha celeste, y lo escupio sobre la mesa con un sonoro “mmmduaajjj”, comenzó a tomar mucho aire por la boca, el tipo le soltó los brazos, y ella apoyo las palmas de las manos, afirmándose…levanto la vista para mirarme…abría mucho los ojos y la boca cada vez que el tipo la embestía…y de una manera que me parecio sumamente lasciva, se paso el dorso de una mano por la cara, limpiando sus lagrimas, limpiando su boca y su nariz, resoplando como si fuera una foca, al pasárse la lengua por los labios, de donde le colgaba un hilo de baba, miro hacia atrás, hacia donde el tipo continuaba dándole una cogida brutal, y comenzó a decir: “mas…mas…mas…dame mas cretino…mas”
pero el tipo no pudo darle mas…porque por sus espasmos y jadeos resulto evidente que estaba acabando dentro de ella…mi esposa también lo noto…porque hizo un gesto mordiéndose el labio…y diciendo “mmmm” mientras no dejaba de mirarme.
Se quito de dentro de ella, su verga estaba mas fláccida y goteaba salpicando nuestra hermosa y muy cara alfombra, pero el proceso no se detuvo allí, porque el mas grande y el que comandaba las acciones reemplazo al otro, pero el, la tomo por un brazo, la dio vuelta y la hizo sentar en el borde de la mesa, mi esposa se abrió de piernas y le rodeo el cuello con sus propios brazos, y el tipo se la enterro de un solo golpe, haciendo que se quejara, y que gimiera…le había dolido a pesar de estar bastante abierta y dilatada, yo no podía saberlo porque sus cuerpos y la mesa me lo ocultaban, pero era una verga tan gigantesca como el propietario de semejante anaconda. Pero ella, gimiendo y quejándose se acomodo al ritmo, y adelantaba las caderas cada vez que el otro la acometía, iniciándose una cogida salvaje, y cuando rodeo la cintura del tipo con sus largas piernas atrayéndolo, yo no podía dejar de mirarlos, especialmente a ella…estaba como hipnotizado y endiabladamente excitado, y el primer violador que descansaba de su trabajo preliminar, lo noto, y le dijo algo al otro…entonces mi esposa, sin soltar el sujeto, dio vuelta la cabeza, me miro y repitió varas veces: “lo siento querido…lo siento”
El otro tambien acabo, y también dentro de ella…entonces la oi preguntar: “mis chicos…están bien?”…ambos respondieron que si…el grandote aclaro que estaban junto con la mucama en su habitación…y mientras lo hacían, mi esposa tomo la vergota y la sostuvo en su mano moviéndola…se inclino hacia el tipo y susurro algo…ambos sonrieron y respondieron: “si…todo lo que vos quieras…pero estamos algo apurados”. Ella se bajo de la mesa…y dijo: “bien…entonces vamos arriba…la quiero toda por el culo y alli tengo crema para manos…la del envase de color rosa”, y el gigante respondió: “no me importa el color mientras sirva para metertela toda”
Jamas había oído antes a mi esposa, usar esas palabras, el gigante le tomo una mano, y la llevo hacia la escalera, paso a mi lado, pude verla con sus marcas en las muñecas, la cara hinchada por los golpes, y sus ojos por haber llorado…estaba prácticamente desnuda, con su camisa abierta y su faldita completamente enrrollada en su cintura, todo me resulto muy excitante…pero aun mas fue ver su entrepierna, sumamente humeda, con pequeñas gotitas de algún fuido que pendían de su vello, y el pensamiento de lo que tenían pensado hacer con ella cuando llegaran al piso de arriba. De camino a la escalera, me toco un hombro, y volvió a decir “lo siento cariño”…y cuando llego arriba, luego de subir moviendo su
generoso culo como si fuera una pantera, se dio vuelta y me dedico un besito con una mano, que apoyo en sus labios tambien hinchados.
Durante un buen rato…una hora y media o un poco mas, yo la oi gritar, y chillar, mientras las voces de ambos tipos se mezclaban con risotadas y jadeos, y cosas que le decían de la manera mas soez, y me quede mirando el bollo de tela celeste que ella había escupido sobre la mesa…Luego bajaron los tres, ella estaba vestida con la misma faldita, en lugar de sus zapatitos tenia un par de zapatillas, se había cambiado la camisa, y tenia en la mano un pequeño bolsito, se disponían a irse…el grandote se acerco y corto mis precintos, senti dolor cuando la sangre comenzó a circular otra vez hacia mis manos…me advirtió: “no hagas ninguna locura, ni llames a nadie…recorda que la tenemos a ella”…mi esposa se acerco, se agacho para apoyar sus manos en mis rodillas, pude sentir el olor horrible de los tipos que impregnaba todo su cuerpo, mezclado con el olor de su propio sudor…me sorprendió que como único maquillaje su hubiera pintado los labios con el labial mas rojo de todos los que ella usaba, me miro a los ojos y me dijo “me voy querido…cuida a los chicos…y deciles que mami…decile lo que se te ocurra”. Se fueron…pero antes ella tomo las llaves y dijo: “ah…nos llevamos el auto querido”.
Yo hice la denuncia de lo había sucedido, solo explique el asalto, la…violación, el robo de dinero, relojes, y joyas…todas las de ella…y del auto…y también…del secuestro de mi esposa…sin aclarar mas nada…y explicar que no sabia quienes eran, y que no los conocía, y mi esposa tampoco. Cuando mis chicos ya estaban muy angustiados, luego de cuatro días…ella apareció…traía de vuelta en su bolsito, todas sus joyas, y olia a demonios. No me explico mucho lo que había hecho durante ese tiempo, o en realidad me lo dijo todo…estuvo en un lugar sordido y mugriento, en donde durante tres días no se cansaron de cogerla…los tres…porque se agrego un amigo, tan salvaje como los otros dos, la trataron bien, pero con algo de brusquedad, porque no eran unos tipos ni muy finos ni muy educados, como si fuera una muñeca de trapo, me dijo…”pero me hicieron gozar querido…goce como una cerda”, y el ultimo día antes de dejarme ir…me dejaron descansar. Al otro día del asalto, yo hice reparar la puerta de la cocina que estaba destruida, y busque la manera de hacerla mas segura, me explico que haber hecho la denuncia fue lo correcto, porque “así el seguro te repone el auto…porque al tuyo, lo hicieron desaparecer”. No la lastimaron y por eso no vio a un medico, y tampoco la preñaron, y no dijo nunca mas nada sobre donde había estado…continuo con su vida de madre y ama de casa suburbana, sin ningún tipo de comentario…salvo que luego de muchos meses, en una noche apacible y armoniosa, mientras estábamos cenando…me dijo: “sabes?...creo que deberíamos hacer instalar una alarma…no te parece?”