Duerme Profundamente 001

heranlu

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Cuando tenia mas o menos 20 o 21 años, todavía vivía en la casa de mi madre, aunque ya trabajaba y ayudaba en los gastos del hogar ya que no tenia padre desde hacia mas de 5 años. Con mi madre vivíamos también mis dos hermanos y mi hermana la menor.

Mi madre trabajaba en ese entonces de empleada de una fábrica textil y no ganaba mucho dinero con ese empleo, sin embargo a veces asistíamos a excursiones que organizaban algunos vecinos, para distraernos un poco de nuestras labores.

He de decirles que mi madre a pesar de tener ya más de 40 años se conserva bastante bien de su cuerpo y de su rostro al grado de que algunas personas pensarían que es nuestra hermana mayor en lugar de nuestra madre.

Su cuerpo si bien es algo llenito, destaca sobre todo su trasero que es muy grande y sus caderas bastante voluminosas, aunque sus senos no sean de gran tamaño, se puede decir que son de buena forma y tamaño, todo enmarcado por una cintura pequeña y sin vientre, su piel es blanca y le gusta teñirse el pelo de rubio, cosa que a mi siempre me ha encantado, su estatura es mas bien chaparrita (1.57 mts) y sus ojos son como de un color almendrado, eso si bastante guapa y con algunos pretendientes que nunca pasaron de ser sus novios.

El día de la excursión, el autobús salía a las 11 de la noche y solo asistimos mi madre y yo ya que el resto de la familia tenia asuntos pendientes por realizar en sus trabajos o escuela, aunque eso no impidió que el autobús se llenara completamente con algunos invitados de ultima hora.

El autobús arranco con algo de retraso y enfilo hacia la autopista de Cuernavaca, para de ahí dirigirse hacia Acapulco por la libre.

Algunos pasajeros iban tomando cerveza y tequila, como yo conocía a algunas personas me les uní en la fiesta y me tome algunos tragos hasta casi las 2 de la madrugada, mientras mi madre dormia en los asientos que nos habían asignado y que por cierto eran los dos al final del autobús antes del baño, por lo que cada vez que iba al mismo aprovechaba para ver como estaba mi madre, que dormia cubierta por una chamarra mía, sin preocuparse de nada.

También he de comentarles que mi madre tiene el sueño, demasiado pesado, al grado de que cuando suena su despertador, lo escucho y me levanto a despertar a mi mi madre porque ella ni siquiera lo nota además de que siempre amanece en una posición que difícilmente creerían en una persona que se acuesta normalmente, ya que a veces termina con los pies en la almohada o atravesada en mitad de la cama, incluso algunas veces ha despertado con la mitad del cuerpo afuera de la misma.

Pues ella dormia en el autobús con las piernas arriba del asiento, tapada con mi chamarra normalmente, una hora mas tarde regrese al baño y ella estaba casi recostada en el asiento de costado, al pasar por ahí no pude evitar mirar sus caderas y su enorme trasero ya que la chamarra se le había deslizado hacia abajo y ella vestía un pantalón malla de esos que parecen una segunda piel por lo ajustado y delgado de la tela de color azul rey.

Me acerque para levantar la chamarra y colocársela nuevamente y al hacerlo recorrí desde su brazo hasta sus rodillas con mi mano, pasando por sus pechos, cintura y caderas, sintiendo la piel tibia y las carnes macizas de mi madre, que ni por enterada se dio.

Regrese al frente con los bebedores, por una hora mas, y argumentando sueño, me dirigí a mi asiento, cabe decir que desde que salimos a la autopista, el chofer había apagado las luces, así que viajábamos ya en penumbras, pero las luces de otros autos permitían la visibilidad aunque fuera poca, entonces pude ver que mi madre, se había incorporado un poco y se inclinaba hacia la ventanilla, cruzando su pierna para ir mas cómoda.

Me acomode a su lado, abrazándola por detrás, ella solo se movió un poco, volteo y entre sueños me dijo:

Ya duérmete quieres, tengo mucho sueño y frío, abrázame y se volvió a dormir enseguida, yo todavía hice tiempo para que su sueño se hiciera mas profundo, así paso casi otra hora.

Ya casi todos los pasajeros dormían o lo intentaban, y los amigos bebedores habían regresado a sus respectivos asientos, así que el autobús viajaba casi en completo silencio, decidí entonces poner manos a la obra. Saque de mi mochila una playera mía por lo que se pudiera necesitar y la coloque a mi costado.

Me fui acercando poco a poco a mi madre que ni siquiera lo notaba acto seguido y retirándome de ella solo un poco sin hacer ruido, ni movimientos bruscos, fui bajando mi pants y mi truza, liberando mi pene y volví a pegarme a ella con cuidado acomodando mi miembro, ya bien erecto entre sus deliciosas nalgas, quedando justamente en medio de ellas, permitiéndome sentir su calor y tersura, dejándolo en esa posición un rato cosa que me hizo sentir un gran placer.

Después me retire un poco de ella y lo que hice fue, acomodar mi miembro en medio de sus piernas, que tenia un poco separadas porque estaba de costado y empuje un poco para meterlo entre sus piernas para sentir su panochita que se sentía bastante caliente, ¡casi podía sentir sus labios vaginales!, al parecer no se había puesto su tanga o era de las mas pequeñas que tenia ya que el contacto era casi total entre su vulva y mi pene.

Así continué por otro rato, sin atreverme a moverme, solo disfrutando su calor hasta que me percate de algo: mi madre estaba empezando a mojarse, eso lo note por el calor mas fuerte y húmedo que sentí y por los gemidos apagados que emitía entre sueños, para comprobarlo, baje mi mano y la toque, para después llevar mis dedos a mi boca y saborear ese jugo que fluía en gran cantidad.

Después mi madre empezó a moverse como si la estuviesen penetrando desde atrás, con movimientos leves de cadera y susurrando: ¡asii, mi vida, asiii, papi, métemela toda corazón, que ricooo, amor!

mi madre estaba soñando que estaba haciendo el amor con alguien, al tiempo que con la lubricación que salía de su cosita me estaba haciendo sentir, casi como si fuera yo quien la poseía con ese rico vaivén de sus nalgas con mi verga entre ellas, así que yo también empecé a empujar hacia delante al encuentro de ese culo maravilloso, sentí como mi verga encontraba la entrada a su cuevita, y le daba pequeños piquetes tratando de entrar sin conseguirlo por la tela de su malla pero hacían que mama se revolviera de placer, como la tenia abrazada desde atrás yo mismo controlaba mis embates para no despertarla, al tiempo que acariciaba sus pechos por encima de su blusa sintiendo sus pezones duros y erectos como pequeñas balas, sin pellizcarlos por temor a que fuera a despertar, así duramos como 15 o 20 minutos cuando sus jadeos y respiración se aceleraron mucho presentí que se iba a venir y así fue.

Su cuerpo se tenso, apretándome el miembro con sus piernas con tal fuerza que casi hace que me venga yo también, entonces yo también acelere mis acometidas, hasta que casi sentía la leche en la punta de la verga y sentí el orgasmo de mama.

¡¡MI MAMA SE ESTABA VINIENDO EN MÍ!!

Después se relajo y me soltó de su húmeda prisión justo a tiempo para voltearme y disparar contra mi playera espesos chorros de semen, para que no se hiciera un salpicadero, después me limpie con ella misma el pene y pude apreciar la humedad en la entrepierna de mama que sus jugos mojaba casi toda la parte baja de su malla, entre sus piernas.

La limpie con cuidado lo mas que pude con mi playera y me la lleve a la nariz; olía delicioso, a mujer en celo y caliente, así que la guarde de nuevo en mi mochila, con la intención de no volverla a lavar jamás, para conservar ese hermoso olor.

Me acomode otra vez al lado de mi madre, abrazándola desde atrás, dispuesto a dormitar un rato, mientras llegábamos a nuestro destino y tratando de que no pegarme mucho a las nalgas de mama, para no volver a excitarme de nuevo ya que pensaba que algo mejor estaba por suceder, así que la tape de nuevo con la chamarra y me dispuse a descansar también.

Después de descansar durante un rato, llegamos por fin al puerto de Acapulco al amanecer, mi madre despertó de muy buen humor y le pregunte que a que se debía y me dijo sonriendo:


Tuve un sueño delicioso, hace mucho que no descansaba tan bien a pesar de lo incomodo del autobús, así que prepárate para nadar todo el día y para divertirnos hasta la madrugada bailando, estas sobre aviso ¿Oíste?

Llegamos al hotel y procedimos a ocupar las habitaciones que previamente nos habían reservado los organizadores de la excursión. Por ir algo limitados de recursos, acordamos ocupar solo un cuarto para los dos, cosa que es de lo más normal cuando se es familia y así poder ahorrar algo de plata para poder usarla en otra cosa. Desempacamos nuestras cosas y regresamos al autobús para que nos llevara a una playa que esta cerca de un mercado donde venden comidas y ahí desayunamos bastante bien, posteriormente compramos algunos refrescos y cervezas junto con una bolsa de hielo y lo pusimos en la hielera para ir a la playa a divertirnos.

Mi madre y yo pasamos a unos vestidores que están en la playa para ponernos nuestros trajes de baño, siendo yo el primero en salir ya que mi traje consta solo de un bikini de likra, poco después apareció mi madre con su traje de baño que en realidad no es nada espectacular ya que es de una pieza en color azul marino y con un pareo a la cintura por lo que no llamaba la atención en absoluto.

Estuvimos nadando un buen rato y jugando entre las olas, hasta que a mi madre se le ocurrió jugar carreras en el agua y después a arrojarnos y a quitarnos la pelota de tenis que llevamos para divertirnos, así que en su afán de quitarme la pelota se me pegaba por la espalda abrazándome y dejándome sentir sus formas mientras forcejeábamos por lo que la arroje lejos y empezamos a nadar para ver quien la alcanzaba primero, dejándole a ella que la ganara y yo trataba de quitársela mientras ella la ocultaba con su cuerpo, tocándome a mi abrazarla por la espalda, pudiendo sentir su enorme trasero, cosa que me empezó a excitar y mientras trataba de quitarle la pelota, le acaricie como por descuido sus hermosos senos y ella entre risas me decía:


¡A que no me la quitas, Armando, mira que soy mas lista que tu! ¡A ver quítamela si puedes!

Yo la abrace por atrás e intentaba alcanzar la pelota mientras ella la alejaba de mi alcance y el contacto con sus frondosas nalgas, hizo que mi miembro empezara a ponerse rígido y duro, y en el jugueteo se lo empecé a frotar en su inmenso trasero, cosa que ella noto pero no dijo nada ni pareció molestarle, mas bien al contrario, se notaba que le estaba gustando, ya que en cuanto podía, se ponía de espaldas mientras seguíamos con nuestro juego para sentir como la dureza de mi miembro se pegaba con insistencia entre sus nalgas.

Entre juegos y cachondeos se nos paso la tarde, poco después nos dirigimos a comer y luego a descansar, asoleándonos en la playa, mientras nos dirigíamos alguna mirada de complicidad sin que algo pasara en realidad pero yo no perdía detalle cada vez que ella se giraba de espaldas para admirar ese par de nalgas tan excitantes, que yo sabia que ocultaba bajo ese traje de baño nada sexy, y mientras recordaba lo que había sucedido por la noche, empecé a tener otra erección que trataba de disimular ante los ojos de mi madre sin lograrlo, ya que en una de esas al voltear se me quedo viendo, al tremendo paquete que se me había formado en el bañador y sonrió complacida ya que sabia que era ella la causante de esta situación.

Por la noche, en nuestra habitación, acordamos que ella se bañaría mientras yo bajaba por unas cervezas y algo de agua para ella, así que me apure lo más que pude, para regresar lo más rápido posible y al entrar pude oír el agua de la regadera corriendo, así que deje todo en la mesita y me acerque al baño como buscando algo y me di cuenta que no había cerrado la puerta y tampoco había corrido la cortina de la regadera, por lo que tenia una vista magnifica.

Vi como enjabonaba su cuerpo y pasaba la esponja por sus piernas y entrepierna mientras cerraba los ojos, como disfrutando el contacto, tal vez conciente de que yo le estaba mirando y entonces decidió darme una mejor panorámica ya que se giro, quedando completamente de espaldas a mí y empezó a lavar sus pies mostrándome su intimidad por completo, para que yo me deleitara viendo su vulva y labios enrojecidos e hinchados por la excitación y sus negros pelos que la rodeaban, ¡casi hace que me viniera en seco!.

Después tomo su toalla y se envolvió en ella mientras yo me retiraba un poco para que no viera que la estaba espiando, aunque ella lo sabía, para aparentar un poco.

Me metí a bañar dejando la puerta entreabierta, para corresponderle la cortesía y poco después note que me observaba como discretamente mientras me lavaba el cabello y enjabonaba mi cuerpo, así que empecé a frotar mi pene hasta que alcanzo su máxima dureza y entonces voltee hacia donde estaba ella mostrándole todo mi armamento, según yo con los ojos cerrados pero alcance a ver su cara de asombro, y su sonrisa de nerviosismo.

Salí y enseguida me cambié para ir a bailar, como habíamos quedado, y vi que estaba ella tomando una cerveza, cosa que se me hizo raro ya que ella casi no le gusta y se la tomo de dos tragos.


¡Con este calor me cayo de lujo esta cervecita, corazón!


Pero no te las vayas a beber todas, mama, si no al rato no quedara ninguna. Le dije en tono de broma y ella solo sonrió.


Salimos rumbo a una disco de moda y estuvimos bailando hasta la madrugada alternando los bailes con algún cóctel para refrescarnos y alguno que otro roce atrevido, así que al salir de ahí a eso de las 2 de la mañana ya íbamos un poco mareados y un poco calientes pero felices como si fuéramos una pareja en su luna de miel.

Llegando al hotel, mi madre se quito su vestido frente a mí sin pudor alguno y vi que solo llevaba una pequeñísima tanga negra y se puso una pequeña bata de dormir que apenas le cubría sus deliciosas nalgas y me dijo: ¡Estoy muerta de cansancio, hijo, así que si tu quieres puedes ver el televisor o dormirte o hacer lo que quieras pero no cuentes conmigo hasta mañana! ¡Buenas noches, mi amor!


Se acostó en un lado de la cama y se durmió casi de inmediato, mientras yo tomaba una cerveza del refrigerador y encendía el televisor para ver si pasaban alguna película erótica o pornográfica, pero no encontré ninguna así que sintonice un canal al azar y lo mire durante una media hora mientras bebía otras 2 cervezas, sin dejar de observar a mi madre de vez en cuando, para admirarla y pasarle la mano sobre sus caderas que sobresalían demasiado en la posición que dormía, que era de costado.

Su respiración pausada y tranquila me indico que ella dormía a pierna suelta, así que deje el televisor encendido, apague las luces y me dispuse a acostarme junto a ella, aunque lo que menos tenía yo, era sueño.

Levante la sabana que cubría a mi madre y la observe a mi antojo ya que la bata no alcanzaba a cubrirla y la tanga se perdía entre ese tremendo par de nalgas que me tenían loco desde el autobús, me despoje de mi ropa y al quedar en calzoncillo decidí jugarme el todo por el todo y me lo quite también, acto seguido me acosté a su lado pegándome lo mas que pude a ella quien ni siquiera lo noto.

La calidez de su trasero y la forma en que se movía para acomodarse hicieron que mi pene se pusiera erecto de inmediato y lo comencé a frotar entre sus nalgas, suave para no despertarle.

El liquido preeyaculatorio que salía de mi pene, humedeció el trasero de ella por lo que la sensación era de lo mas deliciosa que se puedan imaginar y opte por ponerlo entre sus piernas como en el autobús y levantando con mucho cuidado una de sus piernas se lo comencé a meter, lentamente, ella solo se movió un poco y siguió durmiendo; yo me quede quieto unos momentos por si se despertaba y al ver que no era así, empecé a moverme como si le estuviera haciendo el amor desde atrás, lentamente para que no se diera cuenta.

Empujaba suavemente y después se lo sacaba muy despacio y la sensación de estar teniendo sexo con mi madre era casi real por completo, al grado de que casi me hace tener una eyaculación prematura, ya que podía sentir los labios húmedos de su vulva y sus vellos, y la entrada de su vagina que destilaba jugos de un olor delicioso solo separados de mi pene por el hilo de su tanga, eso hizo que me pusiera a mil mientras acariciaba la curva de sus caderas, su cintura y parte de sus senos, sin dejar de bombear y sin perderme detalle de la panorámica que tenia de mi miembro entrando y saliendo del enorme trasero de mi madre.

Por casi 15 minutos estuve disfrutando de esa delicia, hasta que de repente, ella se giro por completo, quedando de frente a mi y subiendo una de sus piernas sobre las mías, quedamos de frente, enseguida continuo durmiendo, con su cara casi tocando la mía y mi pene justamente en la entrada de su cuevita, por lo que detuve de inmediato mis embates y me quede quieto, mientras me aseguraba que no despertaría.

Mis manos volaron hacia las nalgas de mi madre, acariciándolas suavemente, recorriendo toda la extensión de ellas, hasta sus piernas y regresando hasta sus pechos, poniendo especial cuidado en sus pezones que son oscuros y como pequeñas balas por lo duro que se encontraban, sin pensarlo comencé a besarlo y a pasarle la lengua en círculos, dándole pequeños apretones con mis labios, hasta que mi madre dejo escapar un gemido ahogado y empezó a jadear despacio.

Cuando empezó a jadear, no resistí la tentación de probar su boca entreabierta y mojando mis labios me acerque a su rostro, que ya empezaba a perlarse de una fina capa de sudor a pesar de que el aire acondicionado estaba encendido y recorrí con mi lengua todo el contorno de sus labios, probando el lápiz labial que apenas unas horas atrás, se puso y que tan bella le hacia lucir. Introduje un poco mi lengua en la boca de mi madre para saber a que sabía y roce lentamente su lengua húmeda mientras mis labios se apretaban a los de ella, que mojados por mi saliva, se deslizaron de un lado a otro de su boca en el mas delicioso y caliente beso que jamás había dado yo en mi vida.

Mi pelvis se movía adelante y atrás, hasta que sentía que mi pene tocaba la tela de su tanga, y casi se introducía en mi madre, hasta que ella se movió otro poco, quedando casi recostada sobre mí y mi pierna quedaba entre las de ella, pudiendo sentir el calor y la humedad de su sexo pegado al mío, por lo que ya no me pude mover y me quede en esa posición por unos minutos, mientras me deleitaba con sus pechos y los mamaba a mi antojo.

Después ella se giro, hasta casi salirse de la cama y quedamos en escuadra, ahí pude observar el sexo de mi madre y vi que estaba dilatado, húmedo y brillante, que aun en sus sueños ella se había excitado con mis caricias y aproveche para hacer a un lado la tela del hilo de su tanga y poder acercar mi cara y pasar mi lengua entre sus labios mojados y probé el sabor de su intimidad, que tenia un gusto algo fuerte pero agradable; olía a mujer en celo, caliente y cachonda, por lo que me entretuve bebiendo de su néctar hasta que se volvió a mover, quedando con sus pies casi en mi cara y la suya en los míos.

Con un poco de maña, empecé a meter mi rodilla entre las de ella, logrando que se abriera de piernas y me metí entre ellas quedando ella boca arriba con nuestras piernas cruzadas y nuestros sexos casi rozándose. Con gusto ví que su tanga aun seguía de lado, quedando la entrada de su vagina libre de estorbos, así que decidí jugármela todo a ganador.

Me retire un poco para poder maniobrar mi pene y dirigirlo a la entrada de su pepita, con la intención de meter solo la punta, para sentir su calor y humedad, sin embargo, la sensación era tan deliciosa que poco a poco fui introduciéndolo. Sentía las contracciones de su vagina apretando mi pene y sintiendo cuando aflojaba, lo sacaba todo para volverlo a meter lentamente ya que la sensación de cómo entraba y resbalaba hacia su interior, era desquiciante ya que el calor de su panocha me quemaba y me atraía como si me succionara hasta que lo tenía todo adentro.

Ella empezó a mover sus caderas para ir al encuentro de mi verga y emitía gemidos ahogados mientras me sujetaba con sus piernas y sus manos tomaban las mías, mientras decía en un tono que apenas alcanzaba a escuchar:


¡¡Así, papi, métemelo todo, más, más, sigue mi amor, que rico mi amor, que delicia, papi, me estoy viniendo mi amor, que rico, asssii. Oooh corazón dámelo así, mas, mas, cógeme amor, cógeme, me vengo, papi, me vengo!! ¡¡Oooh, Sííí, Ouuuum!

Se estaba viniendo mi madre con mi verga adentro y se movía delicioso, con un movimiento frenético que por un momento pensé que había despertado, pero me di cuenta que no era así, ya que cuando las contracciones de su vagina se hicieron mas lentas, ella se volvió, deshaciendo nuestro abrazo intimo y quedo recostada boca abajo, con los brazos extendidos a los lados y vi que seguía durmiendo, algo agitada pero dormía aun.

Yo tenia una erección que me resultaba hasta dolorosa, ya que también yo estaba por venirme cuando ella se quito, hasta sentía que me dolían los testículos, así que al quedar ella boca abajo, no tuve otra opción que seguir en el intento, no me importaba cual fuera el precio.

Poco a poco separe sus piernas y vi que la tanga aun seguía hacia un costado, todavía mas mojada por los jugos del orgasmo de mi madre, pero dejando libre el paso, así que me coloque encima de ella, apoyado solo en la punta de mis pies y mis manos, sin subirme en ella para que ella no sintiera mi peso, y dirigí mi tolete hacia el trasero de mi madre, guiándolo como por instinto y sentí cuando encontré la entrada, lentamente empuje y sentí como resbalaba hacia adentro, mientras mi madre, se quejo bajito, al sentir el intruso en su intimidad.

Yo estaba en la gloria pero como no me atrevía a dejárselo ir de un solo empujón, por temor a que se despertara, me conforme con metérselo, casi todo, hasta que sentía en mi pelvis sus redondas nalgas y se lo sacaba lentamente, en una deliciosa sensación ya que como dije ella se encontraba bastante mojada y caliente, lo que me facilitaba mi labor ya que de vez en cuando, mi pene se salía por completo de ella, pero por su lubricación y la mía lo volvía a meter casi sin esfuerzo a la primera como si mi miembro ya conociera el camino de regreso a su dulce cuevita.

Después de casi 10 minutos, cuando ya casi estaba por venirme, mi madre se giro otra vez, y casi hace que pierda el equilibrio, pero me aparte a tiempo y ella quedo otra vez de costado, con la cabeza hacia los pies de la cama y de lado.

Rápidamente me acomode atrás de ella, trate de meterle el pene, pero me encontré con que la tela de su tanga me obstruía la entrada a su vagina, así que me retire y mire hacia el trasero de mi madre, y con mucho cuidado deslice mi dedo entre la tanga y los labios de mi madre y aparte a un lado el diminuto calzoncito el cual sentí mojado y bastante caliente y con un aroma delicioso, el aroma de mi madre en celo.

Me coloque de nuevo a la espalda de mi madre y empecé a introducir de nuevo mi miembro en la conchita de mama. Ella se movió solo un poco, como acercando mas sus nalgas hacia mi y parándolas mas como si estuviera despierta y deseara también recibir mi pene al tiempo que su respiración se aceleraba de nuevo.

Mis ataques a las nalgas de mi madre se hicieron más intensos y mas rápidos y los movimientos de mama también se hicieron mas cadenciosos como si saliera al encuentro de mi verga y después se retirara para recibir otro embate.

El ir y venir del trasero de mi madre se sincronizo con el mió, y yo escuchaba claramente el sonido de mi pene al entrar y salir de ella por la gran cantidad de jugos de mi madre y míos, mezclados en una armónica melodía de lo más caliente que nadie pudiera componer, aunado a eso los jadeos apagados de mi madre y su inminente orgasmo hicieron que mi pene empezara a expulsar chorros de semen caliente hasta el fondo de la matriz de mi madre, quien al sentir esto también se empezó a venir con unas contracciones de su vagina aun mas fuertes que las de su primera venida y yo me sentía morir de placer, mientras me aferraba a los senos y cintura de mi madre; en esos momentos no me hubiera importado que ella se despertara ya que el éxtasis me cegaba por completo.

Poco a poco, como me fui relajando, mi pene abandono esa vagina y esas nalgas tan maravillosas, dejando un rastro de semen y jugos de mi madre en sus nalgas y piernas, que aun estaban cubiertas de sudor de ambos, tome mi playera y limpie lo mejor que pude su peluda panochita y sus labios vaginales, después guarde la playera en una bolsa negra de plástico para que conservara el olor impregnado de la intimidad de mi madre y usarla en otra ocasión, por si esto no se volvía a repetir.

Me salí al balcón que da hacia el mar y encendí un cigarro, pensando en lo que acababa de suceder y si ustedes creen que estaba arrepentido, pues se equivocan ya que si se presentaba la ocasión, lo volvería a hacer las veces que fueran; desde el balcón observe el cuerpo semi desnudo de mi madre y supe que algo había cambiado entre ella y yo, mi amor por ella había pasado del amor del hijo, por el amor del amante, por el deseo carnal y por el morbo de su sexo y todo lo que ella me podía dar, aparte de su amor de madre.



Me dormí a su lado abrazándola y la ame en esos momentos y supe que siempre la había amado, como si lo que sucedió, solo fuera la confirmación de ese amor.

Al despertar ella, entro de inmediato al baño y empezó a bañarse, mientras me gritaba desde ahí: ¿has podido dormir bien, hijo? ¿No te incomodé o te desperté anoche? ¿Sí te deje dormir?


¡Claro que si, mama!, anoche dormí como pocas veces en mi vida, ¡hasta estoy pensando que regresando a México me dejes dormir contigo en tu cama! ¡¡Como ves MAMA!!

Ella salía de la regadera, con su cabello envuelto en la toalla y guiñándome un ojo me dijo con su calida y seductora sonrisa:


Yo también lo estoy pensando, es una buena idea, hijo, es una muy buena idea, MI AMOR. ¡VAMOS A VER!
 
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