Ana y Miguel eran una pareja atípica, se conocieron ya en la madurez después de haber tenido ambos una vida tradicional, haberse casado, tenido hijos, divorciarse y con sus hijos ya mayores comenzaron a vivir una segunda juventud y libertad. Miguel era un tipo extraño, tímido y callado al contrario que Ana, una mujer sociable, cariñosa y amante de su familia bastante numerosa aunque en algunos aspectos Miguel era mucho más lanzado e incluso morboso y aunque ella seguía su ritmo e incluso le excitaba y alentaba sus fantasías en algunas ocasiones ella se sorprendía al comprobar que no tenía límites pero ese aspecto en parte le agradaba y era una más de los encantos de su pareja, su compenetración era perfecta en todos los sentidos a pesar de llevar poco tiempo juntos y los dos pensaban que había merecido la pena haberse conocido ya en la madurez y en el momento justo en el que los dos lo necesitaban.
Ese día de verano había amanecido caluroso, tórrido y desde la mañana ya se oía el zumbido continuo y desesperante de las chicharras en la campiña, así que decidieron llamar a toda la familia para reunirse todos en la casa campestre familiar en la que celebraban todos los eventos familiares, cumpleaños, presentaciones de novios de los hijos, e incluso sin ningún motivo más que el de pasar un día en familia. Ella estaba más acostumbrada a esas reuniones y aunque para Miguel era como entrar en un nuevo mundo, también le agradaba la idea a pesar de su timidez y de haber vivido una situación familiar muy diferente. Prepararon algo de comida después de llamar al resto de la familia y organizarse para saber que llevaría cada uno y cuando el calor ya estaba haciendo acto de presencia cargaron el coche y subieron Ana, Miguel, Sofía la hija mayor de Ana, Pedro el novio de Sofía, y Judith la hija pequeña de Ana y tomaron rumbo a la casa del campo hasta llegar al polvoriento camino que les llevaba a la casa.
A pesar de la prisa que se dieron en salir, cuando llegaron pudieron comprobar que no eran ni mucho menos los primeros en llegar, ya estaban allí sus hermanas con sus respectivos maridos y sobrinos y algún noviete invitado de alguna de sus sobrinas que a tenor de su timidez se veía que ese día sería su presentación en familia. Al llegar todos les saludaron burlándose por su tardanza y haciendo bromas pícaras sobre lo que habrían estado haciendo antes de salir. Descargaron todos los víveres del coche y los pusieron junto a los que habían traído el resto de la familia, como siempre había comida como para que un regimiento pudiese estar aislado durante un mes sin que les faltara de nada como es tradicional en cualquier reunión familiar que se precie y sin más preámbulos comenzaron a sacar cervezas de las neveras para comenzar a combatir el calor. Los más jóvenes y los niños fueron los primeros en tirarse a la piscina (alguno que otro no se tiró, lo tiraron incluso con la ropa) mientras los cuñados se reían y gastaban bromas ya con una segunda cerveza en la mano.
El día fue transcurriendo entre risas, charlas, remojones en la piscina de vez en cuando para combatir el calor, comida y cervezas y cuando dieron las cuatro de la tarde ya algunos se metieron en las habitaciones para dormir la siesta y los niños se bajaron al sótano para jugar. Ana y Miguel se quedaron en la piscina refrescándose agarrados al borde uno al lado del otro boca arriba chapoteando con sus piernas y charlando sobre los defectos y virtudes de cada integrante familiar. En ese momento Miguel decidió quitarse el bañador para sentirse más libre, cosa que le recriminó Ana temiendo que saliera alguien de la casa y lo viese desnudo pero Miguel la tranquilizó diciéndole que si eso ocurriese se metería hacia el fondo para que no vieran sus partes y esa situación consiguió excitar a Ana.
Mientras él chapoteaba con sus piernas, su pene sobresalía fuera del agua y ella mirando previamente hacia la puerta de la casa por si salía alguien atrapó con su mano derecha la polla de Miguel y la empezó a acariciar junto a sus huevos. Miguel se sentía en la gloria tanto por el masaje como por la situación de imaginar que pudiera salir alguien y ver cómo su pareja le sobaba la polla, el morbo de Miguel comenzaba a hacer estragos en su mente. Cuando comenzó a ponerse duro su miembro Ana no pudo resistirse, se soltó del borde de la piscina y deslizando la piel del glande hacia atrás comenzó a comérsela, primero pasando la lengua suavemente por su capullo para después metérsela por completo en su boca. A Miguel le encantaba como ella se la chupaba y con una mano soltó el nudo del bikini de ella para dejar fuera sus preciosas tetas y pellizcarle los pezones mientras su otra mano bajaba para tratar de quitar el nudo de la braguita de su bikini y al conseguirlo se soltó del borde de la piscina y tomándola a ella por la cintura la sentó en el borde, abrió sus piernas y comenzó a lamer su clítoris mientras introducía dos dedos en su coño que ya estaba muy mojado. A él también le volvía loco su coño, totalmente depilado y con unos labios grandes que le encantaba atrapar con sus labios y chuparlos, ella estaba sentada y reclinada hacia atrás con sus manos apoyadas sobre el césped y mientras Miguel devoraba su coño miraba hacia arriba para ver sus preciosas tetas con sus pezones erectos por el frío del agua y por el placer que estaba recibiendo.
Cuando llegó a su primer orgasmo le pidió a Miguel con desesperación que la follara, quería sentir su polla bien dura dentro y él la volvió a tomar por la cintura, la sumergió en el agua y apoyada contra la pared de la piscina le clavó la polla de una sola embestida. Ella se agarró a su cuello y lo rodeó con sus piernas por encima de su culo para apretarlo más contra ella y notar sus huevos completamente pegados a su culo con una penetración completa mientras Miguel se movía con movimientos lentos dejando entrar y salir su polla dentro del coño de ella para volver a clavársela mientras apretaba con fuerza sus pechos.
Tan extasiados estaban que no se percataron de que su cuñado, el marido de la hermana pequeña de Ana había salido de la casa y se tiró de cabeza a la piscina y eso fue lo que los sobresaltó y les hizo volver a la realidad. Trataron de quedarse así abrazados sin moverse para que su cuñado no se diese cuenta de su situación, pero cuando sacó su cabeza del agua lógicamente se dio cuenta de que estaban desnudos y abrazados por lo que supuso que estarían haciendo algo más, así que se disculpó e hizo el amago de salirse del agua para volver dentro pero el morbo de Miguel siempre había sido directamente proporcional a su grado de excitación y en ese momento estaba rozando sus límites, así que le dijo a su cuñado que no era necesario que se fuese, que a ellos no les molestaba que estuviese allí lo cual sorprendió tanto a su cuñado como a Ana que lo miro con ojos de desaprobación porque ya le había contado a Miguel que su cuñado una vez le hizo proposiciones deshonestas aunque solo consiguió darle más motivos a Miguel para aumentar su morbo y se limitó a sonreír pícaramente lo cual no le hizo mucha gracia a Ana pero lo aceptó porque ella también estaba muy excitada con la polla aún dura de su pareja dentro de ella.
Juan, el cuñado de Ana no se hizo de rogar puesto que para el también era una situación que había soñado muchas veces, ver a su cuñada desnuda y más aún ver como follaba aunque desgraciadamente no era con él, pero solo de sumergirse bajo el agua y ver su coño penetrado por el miembro duro de Miguel era más de lo que había imaginado en sus fantasías, lo que hizo que tuviera él también una tremenda erección por lo que decidió salirse ya de la piscina por sentir el miedo de que ellos se dieran cuenta de su excitación aunque consiguió todo lo contrario porque al salir del agua, bajo su bañador se notaba el bulto de su tremendo miembro en erección lo que llamó la atención de la pareja que se sonrieron mirándose y Miguel para completar su estado de excitación propuso a su cuñado que no entrase a la casa así o llamaría la atención de la familia, que si lo deseaba se metiera en la piscina, se quitase el bañador y se masturbase al lado de ellos para disfrutar los tres, a lo que Ana no se opuso sobre todo porque sabía que no tenía nada que hacer aunque a ella no le agradase mucho la situación. Juan aunque sorprendido hizo caso a Miguel, tímidamente volvió a meterse en la piscina, se quitó el bañador y Ana se sorprendió del tamaño del falo de su cuñado, jamás hubiera imaginado que lo tuviera así de grande, se colocó al lado de la pareja y comenzó a masturbarse viéndolos cómo follaban y sin que Ana se diese cuenta, Miguel agarró una mano de Juan y la puso en el culo de ella para que lo sobase mientras se pajeaba lo que consiguió un guiño de aprobación de su cuñado, cada vez se iba convirtiendo más en realidad ese sueño de tener así a su cuñada, ante él, desnudos y tocándole el culo.
En ese momento todos saltaron sobresaltados al ver que la puerta de la casa abría y asomaba la cabeza de María, la hermana pequeña de Ana y mujer de Juan para decirles que iba a cerrar la puerta para que no entrase el calor sin percatarse de lo que estaban haciendo los tres. Ese momento de mayor intimidad para ellos y la mente calenturienta de Miguel, hizo que sacando su polla del coño de Ana, de un salto saliera de la piscina e invitó a los dos a que salieran del agua indicándole a ella que se quedase sentada al borde de la piscina mientras ellos dos se colocaban a ambos lados de ella con sus pollas bien duras para que ella se las agarrara cada una con una mano y se las llevara a la boca. Al principio ella era reacia tomar la polla de su cuñado pero al ver su tamaño y dureza le picó la curiosidad de cómo sería y al principio tímidamente y después de forma más firme la agarró y alternativamente metía en su boca la polla de Miguel dejándola bien empapada de saliva, escupiéndole y haciendo lo propio con la de Juan hasta que ella tiró de las dos pollas dejándose llevar por la excitación, juntando los dos capullos y metiéndoselos al mismo tiempo en su boca. Para los dos hombres fue una sensación extraña la de tener otra polla junto a la suya, para Miguel porque siempre había imaginado una situación así y le gustaba y para Juan por todo lo contrario, porque nunca su ego de macho hubiera permitido que le rozara otra polla y ahí estaba, con otro capullo junto al suyo y lo más alucinante, en la boca de su cuñada, la que tantos ríos de leche le había hecho correr en sus fantasías.
Miguel se había convertido en el director de orquesta de la situación e instó a sus dos acompañantes a que se volvieran a meter en la piscina y una vez dentro del agua preguntó a Juan si no le importaba que le tocase su polla, nunca había tocado el miembro de otro hombre y sentía curiosidad por saber cual era el tacto de otro que no fuese el suyo, Juan asintió dejándose llevar por el momento y bajo el agua Miguel atrapó la polla de Juan, la palpó, tocó sus huevos, la apretó y movió su piel adelante y atrás lo que le produjo una sensación rara pero agradable, le dijo a Ana que se agarrase al borde de la piscina boca abajo y que abriera sus piernas flotando en el agua y sin soltar la polla de Juan la acercó a su coño, la frotó por su clítoris y apuntándola hacia su vagina agarró el culo de Juan y lo empujó hasta que la polla de Juan entró en su cuñada la cual dio un grito de placer al sentir como entraba la tremenda polla de Juan que también soltó un suspiro de alivio, de haber cumplido un sueño que si no hubiese sido por Miguel jamás se hubiese hecho realidad. Agarró a Ana por las piernas y empezó a moverse lentamente, metiendo su polla hasta que sus huevos rozaban su clítoris mientras Miguel salía de la piscina, se sentaba en el borde y acercaba la boca de Ana a su polla para que se la chupara. Los tres estaban sintiendo un placer indescriptible cada uno por una razón distinta, uno por dar rienda suelta a su morbo, otro por cumplir su sueño y ella por recibir placer de dos machos al mismo tiempo.
Pero en ese momento pasó algo que ninguno esperaba aún a pesar de que sabían a lo que se estaban exponiendo, María, la hermana de Ana volvió a salir de la casa encontrándose de cara con tremendo espectáculo y esta vez no había forma de disimularlo, estaban los tres follando claramente y todos se quedaron petrificados, María no daba crédito a lo que estaban viendo sus ojos, su propia hermana estaba siendo follada por su marido al aire libre y sin ocultarse, se frotó los ojos para asegurarse de que no era una pesadilla pero no, era una situación real que la dejó sin saber cómo reaccionar, se quedó quieta antes de preguntar a Juan que coño estaba haciendo pero Miguel como director de orquesta hizo un signo llevando su dedo pulgar a los labios indicándole silencio y le hizo una seña para que se acercara para hablar con ella.
Maria no daba crédito a lo que estaba sucediendo e hizo caso a Miguel como una zombie, se sentó al borde de la piscina al lado de Miguel y este la convenció para que no hiciera una escena delante de toda la familia y estropeara el día familiar y las consecuencias posteriores que eso conllevaría aunque ella apenas escuchaba lo que decía Miguel y asentía como por hipnosis, no podía dejar de mirar ese espectáculo estando allí sentada al lado de su cuñado, viendo cómo su hermana agarraba y lamía su polla para mantenerla dura y lo más fuerte para ella, viendo a su marido dentro del agua follándose a su hermana. Miguel seguía hablándole tratando de tranquilizarla, y diciéndole que si lo pensaba bien no estaban haciendo nada malo ni cometiendo ningún crimen, solo estaban dándose placer aunque bien es cierto que se lo habían ocultado pero la situación y la excitación los llevó hasta ahí sin darse cuenta y ya no pudieron parar.
Miguel aprovechando el estado de shock de María aprovechó para tomar su mano y llevarla hasta sus huevos mientras su hermana comenzaba de nuevo a lamer su capullo, y mirando de reojo a Juan para ver su reacción metió su mano bajo el sostén de su bikini para agarrar su pecho y al ver que ella no se negaba fue bajando su mano hasta introducirla bajo la braguita de su bikini y tocar su clítoris con suavidad mientras ella cerraba sus ojos y dejaba caer su cabeza hacia atrás notando ya cierto placer después del disgusto. Juan miraba la escena viendo como por primera vez en su vida veía como otro hombre tocaba a su mujer y se sentía extraño y con celos aunque pensó que como iba a oponerse cuando él estaba follándose a su propia hermana.
Miguel hizo que Ana retirase su boca de su polla con suavidad haciéndole un guiño para que Juan siguiera follándosela pero un poquito más retirados y cuando notó que María empezó a tener una respiración más profunda por el placer que estaba sintiendo al tener los dedos de Miguel dentro de su coño, se tumbó en el borde de la piscina y le insinuó a María que se la chupara. En ese momento ella no lo pensó ni le dio reparo, para ella era como una venganza hacia su marido y su hermana y se lanzó a meterse la polla de Miguel en la boca hasta la garganta para demostrarle a su marido que ella también podía ser una puta con la polla de otro hombre devorándola y cuando estaba bien dura ella misma se quitó la braguita de su bikini y sentándose en cuclillas encima de Miguel clavó su polla dentro de ella mientras miraba cómo su hermana era penetrada por su marido. Ninguno de los cuatro se había percatado de que había alguien observándolos....
Pedro, el novio de Sofía estaba sentado en una hamaca delante de la puerta de la casa, había salido hacia un momento y al ver lo que estaba ocurriendo en la piscina y debido a su juventud, se excitó al instante y se masturbaba tocando por encima de su bañador su pene. Ninguno se había percatado de su presencia y eso para él era perfecto porque era como ver una de las miles películas porno de maduros que había visto por internet pero en riguroso directo y con pase VIP solo para él. Había fantaseado muchas veces con su suegra, se había excitado viéndola en braguitas cuando iba a su casa a ver a su novia y verla allí follando con dos hombres era para el espectacular......hasta que se llevó la tremenda sorpresa de que allí de pie a sus espaldas estaba Sofía, no solo viendo cómo su novio se estaba masturbando, sino viendo a su madre y a sus tíos follando en la piscina aunque quizás Sofía era la más abierta y comprensiva y no dijo nada y con suavidad para no asustar a su novio, pasó su mano por detrás y agarró su pene por encima del bañador a lo que Pedro no pudo evitar dar un respingo del susto, lo que hizo que todos se percataran de la presencia de ambos.
Ana lógicamente fue la que más se sorprendió y quiso que la tragara la tierra al ver que su hija la estaba viendo en una situación tan privada pero Sofía les hizo un gesto de tranquilidad y les dijo que continuaran, que no pasaba nada mientras ahora si, metía su mano bajo el bañador de Pedro agarrando la tremenda dureza de una polla joven y bajando su bañador comenzó a chuparsela mientras con la otra mano se quitaba ella misma el bikini para sentarse encima de la polla de su novio y cabalgarlo mientras miraba cómo su madre, el novio de su madre y sus tíos se estaban follando entre los cuatro, se comían los coños y las pollas entre todos y aunque era una situación extraña para ella no le sorprendía tanto como le sorprendió a Ana ver a su hija follar con su novio sin sentir vergüenza de hacerlo ante ellos. Pedro también se vio atrapado por la excitacion y acercando la cara de Sofía, le dijo en voz baja al oído algo que a ella le hizo sonreír mientras seguía moviéndose al ritmo que su novio le imponía agarrándole el culo para clavársela más profundamente hasta que Sofía sintió el estremecimiento de un orgasmo mientras Pedro agarraba sus tetas.
Ella se levantó dejando la polla de Pedro durísima y de una voz le dijo a su madre que le dejaba un regalito mientras ella se volvía a vestir y se metía de nuevo en la casa, así que Pedro se metió en la piscina y se acercó a ellos mientras Miguel sin mediar palabra sacó su polla del coño de Ana, agarró la de Pedro y se la clavó en el coño de su suegra, así él también había cumplido su fantasía de follarse a su suegra mientras Miguel después de estimular durante unos minutos el ano de su pareja conseguía metérsela por el culo haciendo que ella tuviera un orgasmo instantáneo al sentir la polla de su pareja y la de su yerno al mismo tiempo. María y Juan estaban follando entre ellos pero quisieron unirse y él le pidió a Miguel que hiciera lo mismo con su mujer a lo que Miguel no puso ninguna pega, estimuló el culo de María y lentamente se la clavó hasta notar los huevos de Juan rozar con los suyos agarrando las tetas de María para atraerla más hacia él. Para todos era un sueño, todos habían soñado alguna vez una situación así pero ninguno se atrevió a llevarla a cabo y mucho menos dentro de la familia.
Ana loca de pasión y de excitacion dijo que quería recibir leche de los tres machos que se la habían follado mientras Sofía volvía a salir a la calle para comprobar cómo iban y para vigilar la puerta para que no saliera nadie. Salieron todos de la piscina y las dos hermanas se pusieron de rodillas en el césped mientras Sofía se colocaba a su lado pero solo como observadora, ellos se pusieron de pie uno al lado del otro con los rabos a punto de explotar y las dos hermanas agarraron las tres pollas chupándolas y masturbándolas con fuerza hasta que los tres casi al unísono explotaron su torrente de leche en la cara, la boca y las tetas de las dos hermanas. Ana agarró un pecho de su hermana y pasó su lengua por él para lamerle toda la leche y pasando al otro lamió su pezón para limpiarlo también a lo cual Maria hizo lo propio y tomando las tetas de su hermana entre las manos las lamió para limpiar toda la leche de los tres y guardándola en sus bocas. Miguel se acercó a las dos besándolas y tragándose también parte de la leche de los tres mientras Sofía con su dedo índice también recogía parte de la leche que quedaba por el pecho de su madre y de su tía y lo metía en sus bocas para que lo lamieran.
De repente oyeron de nuevo la puerta y todos se tiraron al agua porque esta vez eran todos los niños que se habían hartado de jugar y querían bañarse de nuevo, así que como pudieron se pusieron dentro del agua los bañadores y bikinis y trataron de poner caras de indiferencia y aburrimiento
Ese día de verano había amanecido caluroso, tórrido y desde la mañana ya se oía el zumbido continuo y desesperante de las chicharras en la campiña, así que decidieron llamar a toda la familia para reunirse todos en la casa campestre familiar en la que celebraban todos los eventos familiares, cumpleaños, presentaciones de novios de los hijos, e incluso sin ningún motivo más que el de pasar un día en familia. Ella estaba más acostumbrada a esas reuniones y aunque para Miguel era como entrar en un nuevo mundo, también le agradaba la idea a pesar de su timidez y de haber vivido una situación familiar muy diferente. Prepararon algo de comida después de llamar al resto de la familia y organizarse para saber que llevaría cada uno y cuando el calor ya estaba haciendo acto de presencia cargaron el coche y subieron Ana, Miguel, Sofía la hija mayor de Ana, Pedro el novio de Sofía, y Judith la hija pequeña de Ana y tomaron rumbo a la casa del campo hasta llegar al polvoriento camino que les llevaba a la casa.
A pesar de la prisa que se dieron en salir, cuando llegaron pudieron comprobar que no eran ni mucho menos los primeros en llegar, ya estaban allí sus hermanas con sus respectivos maridos y sobrinos y algún noviete invitado de alguna de sus sobrinas que a tenor de su timidez se veía que ese día sería su presentación en familia. Al llegar todos les saludaron burlándose por su tardanza y haciendo bromas pícaras sobre lo que habrían estado haciendo antes de salir. Descargaron todos los víveres del coche y los pusieron junto a los que habían traído el resto de la familia, como siempre había comida como para que un regimiento pudiese estar aislado durante un mes sin que les faltara de nada como es tradicional en cualquier reunión familiar que se precie y sin más preámbulos comenzaron a sacar cervezas de las neveras para comenzar a combatir el calor. Los más jóvenes y los niños fueron los primeros en tirarse a la piscina (alguno que otro no se tiró, lo tiraron incluso con la ropa) mientras los cuñados se reían y gastaban bromas ya con una segunda cerveza en la mano.
El día fue transcurriendo entre risas, charlas, remojones en la piscina de vez en cuando para combatir el calor, comida y cervezas y cuando dieron las cuatro de la tarde ya algunos se metieron en las habitaciones para dormir la siesta y los niños se bajaron al sótano para jugar. Ana y Miguel se quedaron en la piscina refrescándose agarrados al borde uno al lado del otro boca arriba chapoteando con sus piernas y charlando sobre los defectos y virtudes de cada integrante familiar. En ese momento Miguel decidió quitarse el bañador para sentirse más libre, cosa que le recriminó Ana temiendo que saliera alguien de la casa y lo viese desnudo pero Miguel la tranquilizó diciéndole que si eso ocurriese se metería hacia el fondo para que no vieran sus partes y esa situación consiguió excitar a Ana.
Mientras él chapoteaba con sus piernas, su pene sobresalía fuera del agua y ella mirando previamente hacia la puerta de la casa por si salía alguien atrapó con su mano derecha la polla de Miguel y la empezó a acariciar junto a sus huevos. Miguel se sentía en la gloria tanto por el masaje como por la situación de imaginar que pudiera salir alguien y ver cómo su pareja le sobaba la polla, el morbo de Miguel comenzaba a hacer estragos en su mente. Cuando comenzó a ponerse duro su miembro Ana no pudo resistirse, se soltó del borde de la piscina y deslizando la piel del glande hacia atrás comenzó a comérsela, primero pasando la lengua suavemente por su capullo para después metérsela por completo en su boca. A Miguel le encantaba como ella se la chupaba y con una mano soltó el nudo del bikini de ella para dejar fuera sus preciosas tetas y pellizcarle los pezones mientras su otra mano bajaba para tratar de quitar el nudo de la braguita de su bikini y al conseguirlo se soltó del borde de la piscina y tomándola a ella por la cintura la sentó en el borde, abrió sus piernas y comenzó a lamer su clítoris mientras introducía dos dedos en su coño que ya estaba muy mojado. A él también le volvía loco su coño, totalmente depilado y con unos labios grandes que le encantaba atrapar con sus labios y chuparlos, ella estaba sentada y reclinada hacia atrás con sus manos apoyadas sobre el césped y mientras Miguel devoraba su coño miraba hacia arriba para ver sus preciosas tetas con sus pezones erectos por el frío del agua y por el placer que estaba recibiendo.
Cuando llegó a su primer orgasmo le pidió a Miguel con desesperación que la follara, quería sentir su polla bien dura dentro y él la volvió a tomar por la cintura, la sumergió en el agua y apoyada contra la pared de la piscina le clavó la polla de una sola embestida. Ella se agarró a su cuello y lo rodeó con sus piernas por encima de su culo para apretarlo más contra ella y notar sus huevos completamente pegados a su culo con una penetración completa mientras Miguel se movía con movimientos lentos dejando entrar y salir su polla dentro del coño de ella para volver a clavársela mientras apretaba con fuerza sus pechos.
Tan extasiados estaban que no se percataron de que su cuñado, el marido de la hermana pequeña de Ana había salido de la casa y se tiró de cabeza a la piscina y eso fue lo que los sobresaltó y les hizo volver a la realidad. Trataron de quedarse así abrazados sin moverse para que su cuñado no se diese cuenta de su situación, pero cuando sacó su cabeza del agua lógicamente se dio cuenta de que estaban desnudos y abrazados por lo que supuso que estarían haciendo algo más, así que se disculpó e hizo el amago de salirse del agua para volver dentro pero el morbo de Miguel siempre había sido directamente proporcional a su grado de excitación y en ese momento estaba rozando sus límites, así que le dijo a su cuñado que no era necesario que se fuese, que a ellos no les molestaba que estuviese allí lo cual sorprendió tanto a su cuñado como a Ana que lo miro con ojos de desaprobación porque ya le había contado a Miguel que su cuñado una vez le hizo proposiciones deshonestas aunque solo consiguió darle más motivos a Miguel para aumentar su morbo y se limitó a sonreír pícaramente lo cual no le hizo mucha gracia a Ana pero lo aceptó porque ella también estaba muy excitada con la polla aún dura de su pareja dentro de ella.
Juan, el cuñado de Ana no se hizo de rogar puesto que para el también era una situación que había soñado muchas veces, ver a su cuñada desnuda y más aún ver como follaba aunque desgraciadamente no era con él, pero solo de sumergirse bajo el agua y ver su coño penetrado por el miembro duro de Miguel era más de lo que había imaginado en sus fantasías, lo que hizo que tuviera él también una tremenda erección por lo que decidió salirse ya de la piscina por sentir el miedo de que ellos se dieran cuenta de su excitación aunque consiguió todo lo contrario porque al salir del agua, bajo su bañador se notaba el bulto de su tremendo miembro en erección lo que llamó la atención de la pareja que se sonrieron mirándose y Miguel para completar su estado de excitación propuso a su cuñado que no entrase a la casa así o llamaría la atención de la familia, que si lo deseaba se metiera en la piscina, se quitase el bañador y se masturbase al lado de ellos para disfrutar los tres, a lo que Ana no se opuso sobre todo porque sabía que no tenía nada que hacer aunque a ella no le agradase mucho la situación. Juan aunque sorprendido hizo caso a Miguel, tímidamente volvió a meterse en la piscina, se quitó el bañador y Ana se sorprendió del tamaño del falo de su cuñado, jamás hubiera imaginado que lo tuviera así de grande, se colocó al lado de la pareja y comenzó a masturbarse viéndolos cómo follaban y sin que Ana se diese cuenta, Miguel agarró una mano de Juan y la puso en el culo de ella para que lo sobase mientras se pajeaba lo que consiguió un guiño de aprobación de su cuñado, cada vez se iba convirtiendo más en realidad ese sueño de tener así a su cuñada, ante él, desnudos y tocándole el culo.
En ese momento todos saltaron sobresaltados al ver que la puerta de la casa abría y asomaba la cabeza de María, la hermana pequeña de Ana y mujer de Juan para decirles que iba a cerrar la puerta para que no entrase el calor sin percatarse de lo que estaban haciendo los tres. Ese momento de mayor intimidad para ellos y la mente calenturienta de Miguel, hizo que sacando su polla del coño de Ana, de un salto saliera de la piscina e invitó a los dos a que salieran del agua indicándole a ella que se quedase sentada al borde de la piscina mientras ellos dos se colocaban a ambos lados de ella con sus pollas bien duras para que ella se las agarrara cada una con una mano y se las llevara a la boca. Al principio ella era reacia tomar la polla de su cuñado pero al ver su tamaño y dureza le picó la curiosidad de cómo sería y al principio tímidamente y después de forma más firme la agarró y alternativamente metía en su boca la polla de Miguel dejándola bien empapada de saliva, escupiéndole y haciendo lo propio con la de Juan hasta que ella tiró de las dos pollas dejándose llevar por la excitación, juntando los dos capullos y metiéndoselos al mismo tiempo en su boca. Para los dos hombres fue una sensación extraña la de tener otra polla junto a la suya, para Miguel porque siempre había imaginado una situación así y le gustaba y para Juan por todo lo contrario, porque nunca su ego de macho hubiera permitido que le rozara otra polla y ahí estaba, con otro capullo junto al suyo y lo más alucinante, en la boca de su cuñada, la que tantos ríos de leche le había hecho correr en sus fantasías.
Miguel se había convertido en el director de orquesta de la situación e instó a sus dos acompañantes a que se volvieran a meter en la piscina y una vez dentro del agua preguntó a Juan si no le importaba que le tocase su polla, nunca había tocado el miembro de otro hombre y sentía curiosidad por saber cual era el tacto de otro que no fuese el suyo, Juan asintió dejándose llevar por el momento y bajo el agua Miguel atrapó la polla de Juan, la palpó, tocó sus huevos, la apretó y movió su piel adelante y atrás lo que le produjo una sensación rara pero agradable, le dijo a Ana que se agarrase al borde de la piscina boca abajo y que abriera sus piernas flotando en el agua y sin soltar la polla de Juan la acercó a su coño, la frotó por su clítoris y apuntándola hacia su vagina agarró el culo de Juan y lo empujó hasta que la polla de Juan entró en su cuñada la cual dio un grito de placer al sentir como entraba la tremenda polla de Juan que también soltó un suspiro de alivio, de haber cumplido un sueño que si no hubiese sido por Miguel jamás se hubiese hecho realidad. Agarró a Ana por las piernas y empezó a moverse lentamente, metiendo su polla hasta que sus huevos rozaban su clítoris mientras Miguel salía de la piscina, se sentaba en el borde y acercaba la boca de Ana a su polla para que se la chupara. Los tres estaban sintiendo un placer indescriptible cada uno por una razón distinta, uno por dar rienda suelta a su morbo, otro por cumplir su sueño y ella por recibir placer de dos machos al mismo tiempo.
Pero en ese momento pasó algo que ninguno esperaba aún a pesar de que sabían a lo que se estaban exponiendo, María, la hermana de Ana volvió a salir de la casa encontrándose de cara con tremendo espectáculo y esta vez no había forma de disimularlo, estaban los tres follando claramente y todos se quedaron petrificados, María no daba crédito a lo que estaban viendo sus ojos, su propia hermana estaba siendo follada por su marido al aire libre y sin ocultarse, se frotó los ojos para asegurarse de que no era una pesadilla pero no, era una situación real que la dejó sin saber cómo reaccionar, se quedó quieta antes de preguntar a Juan que coño estaba haciendo pero Miguel como director de orquesta hizo un signo llevando su dedo pulgar a los labios indicándole silencio y le hizo una seña para que se acercara para hablar con ella.
Maria no daba crédito a lo que estaba sucediendo e hizo caso a Miguel como una zombie, se sentó al borde de la piscina al lado de Miguel y este la convenció para que no hiciera una escena delante de toda la familia y estropeara el día familiar y las consecuencias posteriores que eso conllevaría aunque ella apenas escuchaba lo que decía Miguel y asentía como por hipnosis, no podía dejar de mirar ese espectáculo estando allí sentada al lado de su cuñado, viendo cómo su hermana agarraba y lamía su polla para mantenerla dura y lo más fuerte para ella, viendo a su marido dentro del agua follándose a su hermana. Miguel seguía hablándole tratando de tranquilizarla, y diciéndole que si lo pensaba bien no estaban haciendo nada malo ni cometiendo ningún crimen, solo estaban dándose placer aunque bien es cierto que se lo habían ocultado pero la situación y la excitación los llevó hasta ahí sin darse cuenta y ya no pudieron parar.
Miguel aprovechando el estado de shock de María aprovechó para tomar su mano y llevarla hasta sus huevos mientras su hermana comenzaba de nuevo a lamer su capullo, y mirando de reojo a Juan para ver su reacción metió su mano bajo el sostén de su bikini para agarrar su pecho y al ver que ella no se negaba fue bajando su mano hasta introducirla bajo la braguita de su bikini y tocar su clítoris con suavidad mientras ella cerraba sus ojos y dejaba caer su cabeza hacia atrás notando ya cierto placer después del disgusto. Juan miraba la escena viendo como por primera vez en su vida veía como otro hombre tocaba a su mujer y se sentía extraño y con celos aunque pensó que como iba a oponerse cuando él estaba follándose a su propia hermana.
Miguel hizo que Ana retirase su boca de su polla con suavidad haciéndole un guiño para que Juan siguiera follándosela pero un poquito más retirados y cuando notó que María empezó a tener una respiración más profunda por el placer que estaba sintiendo al tener los dedos de Miguel dentro de su coño, se tumbó en el borde de la piscina y le insinuó a María que se la chupara. En ese momento ella no lo pensó ni le dio reparo, para ella era como una venganza hacia su marido y su hermana y se lanzó a meterse la polla de Miguel en la boca hasta la garganta para demostrarle a su marido que ella también podía ser una puta con la polla de otro hombre devorándola y cuando estaba bien dura ella misma se quitó la braguita de su bikini y sentándose en cuclillas encima de Miguel clavó su polla dentro de ella mientras miraba cómo su hermana era penetrada por su marido. Ninguno de los cuatro se había percatado de que había alguien observándolos....
Pedro, el novio de Sofía estaba sentado en una hamaca delante de la puerta de la casa, había salido hacia un momento y al ver lo que estaba ocurriendo en la piscina y debido a su juventud, se excitó al instante y se masturbaba tocando por encima de su bañador su pene. Ninguno se había percatado de su presencia y eso para él era perfecto porque era como ver una de las miles películas porno de maduros que había visto por internet pero en riguroso directo y con pase VIP solo para él. Había fantaseado muchas veces con su suegra, se había excitado viéndola en braguitas cuando iba a su casa a ver a su novia y verla allí follando con dos hombres era para el espectacular......hasta que se llevó la tremenda sorpresa de que allí de pie a sus espaldas estaba Sofía, no solo viendo cómo su novio se estaba masturbando, sino viendo a su madre y a sus tíos follando en la piscina aunque quizás Sofía era la más abierta y comprensiva y no dijo nada y con suavidad para no asustar a su novio, pasó su mano por detrás y agarró su pene por encima del bañador a lo que Pedro no pudo evitar dar un respingo del susto, lo que hizo que todos se percataran de la presencia de ambos.
Ana lógicamente fue la que más se sorprendió y quiso que la tragara la tierra al ver que su hija la estaba viendo en una situación tan privada pero Sofía les hizo un gesto de tranquilidad y les dijo que continuaran, que no pasaba nada mientras ahora si, metía su mano bajo el bañador de Pedro agarrando la tremenda dureza de una polla joven y bajando su bañador comenzó a chuparsela mientras con la otra mano se quitaba ella misma el bikini para sentarse encima de la polla de su novio y cabalgarlo mientras miraba cómo su madre, el novio de su madre y sus tíos se estaban follando entre los cuatro, se comían los coños y las pollas entre todos y aunque era una situación extraña para ella no le sorprendía tanto como le sorprendió a Ana ver a su hija follar con su novio sin sentir vergüenza de hacerlo ante ellos. Pedro también se vio atrapado por la excitacion y acercando la cara de Sofía, le dijo en voz baja al oído algo que a ella le hizo sonreír mientras seguía moviéndose al ritmo que su novio le imponía agarrándole el culo para clavársela más profundamente hasta que Sofía sintió el estremecimiento de un orgasmo mientras Pedro agarraba sus tetas.
Ella se levantó dejando la polla de Pedro durísima y de una voz le dijo a su madre que le dejaba un regalito mientras ella se volvía a vestir y se metía de nuevo en la casa, así que Pedro se metió en la piscina y se acercó a ellos mientras Miguel sin mediar palabra sacó su polla del coño de Ana, agarró la de Pedro y se la clavó en el coño de su suegra, así él también había cumplido su fantasía de follarse a su suegra mientras Miguel después de estimular durante unos minutos el ano de su pareja conseguía metérsela por el culo haciendo que ella tuviera un orgasmo instantáneo al sentir la polla de su pareja y la de su yerno al mismo tiempo. María y Juan estaban follando entre ellos pero quisieron unirse y él le pidió a Miguel que hiciera lo mismo con su mujer a lo que Miguel no puso ninguna pega, estimuló el culo de María y lentamente se la clavó hasta notar los huevos de Juan rozar con los suyos agarrando las tetas de María para atraerla más hacia él. Para todos era un sueño, todos habían soñado alguna vez una situación así pero ninguno se atrevió a llevarla a cabo y mucho menos dentro de la familia.
Ana loca de pasión y de excitacion dijo que quería recibir leche de los tres machos que se la habían follado mientras Sofía volvía a salir a la calle para comprobar cómo iban y para vigilar la puerta para que no saliera nadie. Salieron todos de la piscina y las dos hermanas se pusieron de rodillas en el césped mientras Sofía se colocaba a su lado pero solo como observadora, ellos se pusieron de pie uno al lado del otro con los rabos a punto de explotar y las dos hermanas agarraron las tres pollas chupándolas y masturbándolas con fuerza hasta que los tres casi al unísono explotaron su torrente de leche en la cara, la boca y las tetas de las dos hermanas. Ana agarró un pecho de su hermana y pasó su lengua por él para lamerle toda la leche y pasando al otro lamió su pezón para limpiarlo también a lo cual Maria hizo lo propio y tomando las tetas de su hermana entre las manos las lamió para limpiar toda la leche de los tres y guardándola en sus bocas. Miguel se acercó a las dos besándolas y tragándose también parte de la leche de los tres mientras Sofía con su dedo índice también recogía parte de la leche que quedaba por el pecho de su madre y de su tía y lo metía en sus bocas para que lo lamieran.
De repente oyeron de nuevo la puerta y todos se tiraron al agua porque esta vez eran todos los niños que se habían hartado de jugar y querían bañarse de nuevo, así que como pudieron se pusieron dentro del agua los bañadores y bikinis y trataron de poner caras de indiferencia y aburrimiento