Disfrutando de la enfermedad (y culo) de la tia malena 2

tezcatlipoca12

Estrella Porno
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Por si se lo preguntan, si, las primeras veces que jugué con el cuerpo inconsciente de tía Malena, una vez que me venía, y mi cabeza se aclaraba, me sentía bastante culpable y avergonzado conmigo mismo.

De hecho, tras las dos primeras sesiones, me jure que no lo volvería a hacer. Pero claramente era cuestión de que ella tuviera una nueva crisis, para que me olvidará rápidamente de mi promesa y me volviera a dominar por el deseo y la calentura.

Yo no pensaba con la cabeza era mi verga la que me controlaba, mi cuerpo me pedía mucho sexo y la situación de tía Malena era demasiado perfecta como para no aprovecharla.

Por otro lado, era consciente de que lo que le hacía era un abuso sexual y francamente me aterraban las consecuencias si era descubierto. Pero cada vez me quedaba más que claro, que hiciera lo que hiciera, tía Malena no se enteraba de nada.

Tanto ella como mi madre, no paraban de agradecerme y felicitarme, por mis cuidados y ayuda con la situación. Muy lejos estaban de sospechar las muchas guarradas que cometí contra el inconsciente cuerpo de mi tía durante esos meses.

Así que poco a poco fui dejando de lado las dudas y preocupaciones. Y me dedique de lleno a explorar todos los placeres que me podía ofrecer el maduro cuerpo de la tía. Aunque nunca deje de ser cuidadoso y no dejar prueba alguna de mis fechorías.

Antes de darme cuenta, mis asaltos contra la tía, se volvieron rutinarios, como si fuera un acto normal, uno que yo disfrutaba muchísimo.

Durante todos esos meses, tía Malena jamás usaba ropa interior, supongo qué por comodidad. Lo que solo me hacía más fáciles las cosas.













En cuanto le servía las gotas de medicamento en un vaso de agua, mi verga ya estaba bien dura, se lo daba a beber y me bastaba esperar cinco minutos para que ella quedara totalmente noqueada y la fiesta empezará.

Me gustaba acostarla boca arriba, le levantaba la blusa para dejar expuestas sus gordas tetas, me dedicaba a masajearlas un buen rato, centrándome en sus pezones tirando de ellos, para luego darle una buena comida de tetas, no paraba hasta dejárselas cubiertas de saliva, con los pezones bien duros y gordos de tanto que los succionaba.

Después de eso le abría las gordas piernas blancas, y metía la cabeza entre ellas, siempre disfrute mucho de enterar mi cara entre tanta carne madura. Me bastaba con hacer de lado su pantalón corto y así tenía a mi entera disposición esa panocha bien peluda y madura.

Usaba mis dedos para abrírsela de par en par, para exponer su rosado interior y al mismo tiempo, aspirar el dulce aroma de la vagina de mi tía Malena.

Me dedicaba a mamar esa panocha por muchos minutos, me estaba volviendo adicto a ello, me encantaba meterle la lengua y moverla contra las paredes. Bebía muchos jugos de panocha y eso me volvía loco.

A veces, solo a veces, tras mucho mamar panocha, podía notar que tía Malena respiraba de forma agitada. Pero más allá de eso y de que obviamente su vagina se mojaba muchísimo. Nunca recibí más señales de su cuerpo, es decir no tengo idea de si alguna vez la hice disfrutar o hasta tener un orgasmo.

Aunque me cuesta pensar que alguien aguante tantas sesiones tan largas de mamadas, sin venirse alguna vez. Y no es que yo fuera un experto mamador, pero lo compensaba con muchas ganas y constancia.

La tía Malena era tan recta y religiosa, que estoy más que seguro, de que consciente, jamás le había permitido a alguien hacerle tantas cosas. Se que soy el único hombre que de verdad la disfruto a placer, tratándola como puta y haciéndole las cosas más cerdas posibles.

Durante un tiempo, ese era todo mi juego, exploraba a tía Malena con manos, ojos y boca, mientras no paraba de masturbarme, viniéndome dos o tres veces por sesión. Pero siempre teniendo cuidado de no mancharla con mi leche.

Pero el punto de inflexión, fue la última sesión que narre en el capítulo anterior. Cuando me dedique a masturbar su panocha por horas, primero con un solo dedo, pero la lujuria me llevo a meterle casi toda la mano y con ella castigar su inconsciente panocha.

Esa tarde en el colegio, me sentía muy preocupado. ¿Qué tal que tía Malena al despertar sentía su vagina abierta? Eso me podría meter en serios problemas.

Pero no, de nuevo no hubo consecuencia alguna. Así que una nueva y muy morbosa idea se empezó a formar en mi cabeza, quizá sería posible cogerme a tía Malena.

La idea al inicio me pareció demasiado, una cosa era jugar con su cuerpo y otra muy distinta violarla. Pero una vez que lo pensé, la idea no se iba de mi cabeza, debía hacerlo, debía aprovechar la situación y gozar bien de ella, aunque fuera mi tía, era una vagina y yo siempre había querido probar el interior de una.

Así que, tras mucho debatirme, decidí que en definitiva no iba a dejar pasar la oportunidad. Iba a follar bien follada a la tía Malena.

Pero decidí que primero debía estar completamente seguro, de que podía usar su panocha, sin que ella se diera cuenta.

Para la siguiente crisis de la tía, yo ya estaba bien preparado, tenía perfectamente claro como procedería.

Una vez quedó inconsciente, realice mi rutina de siempre, primero les dedique un rato a sus tetas, las cuales dejé descubiertas, para bajar a darle su ración de chupadas a su caliente y jugosa panocha.

Una vez saciado de mis ganas de mamarle la vagina a la tía Malena, me dispuse a jugar de otra forma con ella.

Primero con cuidado, introduje un dedo, luego dos y estuve un buen rato bombeándola, masturbando a la tía Malena de forma cerda, como seguro que nunca dejo hacer a nadie.

Tras eso, inicie mi verdadero plan, mi idea era que, si le introducía objetos más grandes que mi verga en la vagina y ella seguía sin darse cuenta. Entonces, esa sería la señal de que el camino estaba listo para mí verga.

Así que primero estuve un buen rato metiéndole una zanahoria en la panochita, si bien no era más gruesa que mis tres dedos, si era bastante más larga.

Fui cuidadoso, no quería lastimar la de alguna manera. Pero no pude contener una sonrisa bastante sádica, al pensar que ni en sus peores pesadillas, tía Malena se habría imaginado que alguien la masturbara con una zanahoria, seguramente se moriría de la vergüenza si se enteraba.

Francamente disfrute muchísimo del espectáculo, era delicioso ver cómo su puchita se comía esa zanahoria, como si fuera un conejo hambriento.

Inicialmente la idea era solo usar la zanahoria, y esperar a su reacción, para ir probando con otros objetos. Pero todo era tan morboso, que no resistí las ganas de probar con más cosas.

Esa mañana la vagina de tía Malena, probó y se comió un sin fin de objetos distintos, todos ellos de diferentes tamaños y grosores.

Yo era un niño con juguete nuevo, feliz probaba todo lo que se me ocurría y para mí sorpresa y placer, su vagina se adaptaba a todos los tamaños.

El último de los objetos fue un pepino de dimensiones importantes, al menos dos veces más grueso que mi verga, y seguramente tres veces más largo.

Sin dudas no era prudente meterle algo tan grande, pero la calentura me tenía dominado. Gracias a que su panocha ya estaba más que dilatada de tanto que había jugado con ella, y súper mojada, el pepino le entró casi por completo. Y digo casi por qué está vez, claramente el pepino topo con pared y no había forma de meter los últimos centímetros.

De nuevo tuve un ataque de risa, ver esa puchita tan expandida, forzándose por tragar tanto pepino, era bizarro y delicioso.

Empecé a moverlo lento, pero empecé a perder el control, me gustaba el sonido de chapoteo que se producía, podía ver cómo las paredes de la vagina se aferraban al pepino y como los labios se abrían a su paso.

- haaaay mamacita linda, exclamé en voz alta al retirar el pepino, la pucha de tía Malena parecía una cueva abierta, húmeda y rosada.

Tuve que masturbarme por tercera vez esa mañana ante tan erótico espectáculo. Y solo por qué dios es grande, contuve las ganas de arreglar toda mi leche al interior de esa cueva, que parecía una boca abierta pidiéndome que la alimentará con semen.

Aunque al final me quedé bastante preocupado, la pucha no cerraba, y si eso permanecía así, no habría forma de que tía Malena no se enterará de lo que le había hecho a su pobre puchita dormida.

Tras varios minutos, al fin la vagina dio muestras de empezar a cerrarse, limpie y acomode a tus Malena a conciencia. Pero me quedé tan intranquilo que no fui a la escuela, alegando dolor de estómago. Quería estar presente cuando ella despertara.

Tía Malena, paso muy rara el fin de semana. Afortunadamente no fue por mis sucios y violentos juegos con su vagina, no, tenía malestar, pero gracias a dios, era por qué le llegó su periodo. Nunca sabré si el haber estado introduciendo cosas en su vagina, se lo había provocado.

Cómo sea, de nuevo me salí con la mía, tía Malena seguía comportándose con toda naturalidad. Pero me quedo claro que al menos por unos días, debía dejar su vagina en paz.

Lo cual no fue tan terrible, pues en mi sucia y pecaminosa cabeza, otra idea había sufrido. Antes de perder la virginidad con tía Malena, se me había ocurrido disfrutar de su boca.

Esa boca que solo servía para dar largos sermones religiosos, ahora sería utilizada para el placer de su abnegado sobrino.

El lunes siguiente pude poner mi plan en marcha, en cuanto la tía quedó dormida, la acosté boca arriba, seguía con su periodo, así que esa mañana no le di su típica comida de concha. Pero en cambio, era hora de que ella me devolviera los favores orales.

Le puse varias almohadas bajo la cabeza, para que así quedara inclinada y, totalmente desnudo me arrodille sobre su pecho, con mis piernas a los lados de la cabeza. Quería ir de a poco, tomarme mi tiempo en disfrutar, no había prisas y quería disfrutar plenamente de esa ocasión, pues era la primera vez que tía Malena iba a estimular la verga de su sobrino directamente, pese a estar inconsciente.

Pensando que probablemente tía Malena, jamás había mamado una verga y que incluso capaz que ni le habían acercado una a la cara. Quince hacer que ella también experimentará de primera mano lo que es atender a su macho.

Así qué con toda la felicidad y morbo del mundo, empecé por pasarle los huevos por toda la regordeta cara blanca. Su apacible expresión al dormir, contrastaba con el hecho de que su cara era acariciada por dos huevos, peludos y sudados.

Su rostro era suave y tibio, jamás mis huevos habían conocido semejante caricia. Me gustó sentir su naricita entre ellos. Los dejé ahí un buen tiempo, sintiendo su pesada respiración resoplar contra mí escroto.

- ¿Te gusta como huelen tía? ¿Te gusta el bolero de los huevos de tu sobrino? Le hable por primera vez en voz alta, pero es que la excitación era incontrolable.

- ahora huéleme la verga puta...siiii huele la verga de tu sobrino jajajaj

Yo parecía poseído por el diablo, empujaba mi glande contras sus fosas, como si quisiera meterle la verga por ahí.

Tras eso mi verga recorrió toda la carita, con gusto ví que le dejaba manchas de precum por todos lados, pues de lo caliente que estaba, mi verga babeaba bastante.

Apunte a su boca y empecé a pasarle la verga de un lado al otro, por entre los labios, como si le estuviera poniendo labial. Me quedé así unos momentos pasando una y otra vez el glande entre sus labios, me gusta ver cómo se le movían, haciendo que se viera muy graciosa, pero, además, había un gustito muy rico, ya que se sentía un poco de la lubricación de la saliva en el interior de los labios.

- ¿Ya has chupado verga tita? ¿Se la chupaste a tu marido alguna vez? Seguro que no, por eso te dejo, se ha de haber ido con una mujer menos frígida...pero no te preocupes ahorita te voy a poner a mamar verga, vas a ver qué te va a encantar. Te voy a enseñar a ser una puta bien mamadora jajaja.

- abre bien grande esa boquita Tita puta, chuparle la verga a tu sobrino que tanto te quiere y te cuida muy bien todas las mañanas, mientras hablaba, usé mis dedos para separar los dientes y sin más, fui dándole de tragar verga a tía Malena.

- hummmmm que calientita boca, gracias tira, gracias por dejar que tu sobrino te dé a comer verga, es mi primera vez, así que esfuérzate mucho en hacerme gozar puta, tía puta.

Y era real, el interior de la boca de tía Malena era cálido, muy cálido en comparación con el exterior, además se sentía húmedo, pero lo mejor de todo era saber que estaba violando oralmente a la tía, que mi verga estaba conociendo al fin, la boca de una mujer.

Me quedé quieto así, concentrándome en las sensaciones que la cabeza de mi verga recibía de esa cavidad. Era rico no hay duda, pero distaba mucho de lo que pensaba que se sentiría.

Tiempo después, cuando recibí una mamada en toda regla de una noviecita. Supe que hay una gran diferencia entre una mamada de verdad y meter la verga en una boca inconsciente, simplemente no hay comparación.

Aun así, el morbo de tener mi verga dentro de la boca de mi recta tía, era suficiente aliciente para querer explorarla más. Así que empecé a pajearme el tronco, mientras que con el movimiento la cabeza se tallaba por el interior de las mejillas y la lengua de mi tía.

- veo que te gusta ¿No Tita? Te gusta que tu sobrino use tu boquita ¿Verdad? Le decía, mientras que veía su rostro dormido y apacible, lo que contrastaba con su boca abierta con mi verga clavada en ella.

Decidí empezar a moverme, como si le follara la boca, así mi verga fue entrando y saliendo cada vez más profundo, lo hacía lentamente, pues no quería ahogarla. Me movía por inercia, imitando lo que tantas veces había visto en las películas porno.

Y de pronto...vi estrellas, algo realmente placentero ocurrió, una sensación maravillosa en la cabeza de mi verga. Algo suave y caliente me apretó, dándome el mayor placer que hubiera sentido en mi joven vida.

Llevado por el impulso de follar la boquita de la tía Malena, no me di cuenta que mi verga había entrado casi hasta las pelotas, la sensación que tenía, era ni más ni menos que el cogote de tía Malena, su cerrada garganta me estaba estimulando bien rico el glande.

No pude ni pensar, simplemente empecé a bombear las caderas, mis huevos se estrellaban contra su barbilla, aferré la cabeza con ambas manos y de forma desesperada saque y metí la verga de la garganta de la tía una y otra vez.

- hoooooooo tía Malena, tía Malena hooooo que rico huuuuuu así has gozar a tu sobrino ¿Te gusta verdad? Te encanta mamarle la verga a tu sobrino pinche puta....hooooo dios mioooooooo huuuuyyy.

Era un delirio, no me preocupo ahogarla o que fuera a despertar al sentirse ahogada, yo solo me dedique a gozar como poseso.

Me deje llevar por el placer, aplastaba su cabecita regordeta contra la almohada y mi pelvis, mis huevos chocaban con su barbilla y cuello, use su boca sin importarme nada más que mi propio placer.

Tía Malena, se había convertido en mi juguete sexual.

Por más que mi cabeza me decía que no debía venirme en su boca, no lo pude evitar, simplemente no podía parar de mover las caderas como loco, disfrutando de su garganta. Hasta que eyacule dentro de ella, dándole a beber mi leche.

Francamente me sentí feliz, era la primera vez en mi vida que usaba la boca de una mujer, que la llenaba de leche, que hacía que una puta tragara mi semen. Y esa mujer había sido mi gorda y madura tía Malena. Y probablemente era le porner hombre que le daba a beber semen.

Pero toda mi felicidad, se borró, cuando al despertar, tía Malena, dijo sentir un sabor raro en la boca y quejarse de un dolor de garganta.

Ahí lo supe, usar su boca conllevaba riesgos, debía usarla lo menos posible para no ser descubierto. Por otro lado su pucha aún seguía sin poder ser usada por algunos días debido al perdido.

Yo me moría de ganas de perder mi virginidad con la tía dormida. Necesitaba meterle la verga, cogerla bien rico.

Si su boca y vagina estaban fuera de mi alcance, la decisión era simple, quedaba un hueco más que podía usar.

Si amigos míos, ese día decidí que iba a encular a tía Malena, y eso sería bastante justo, su culo era el orificio perfecto para mis planes, por ahí no había riesgo de embarazo, estaba seguro que se sentiría super rico y si lo hacía con cuidado, no me descubrirían, pues no quedarían marcas visibles.

Además era justo, pues al ser tan religiosa, seguramente su culo sería virgen, así que así, ambos perderíamos la virginidad juntos.

Yo no lo sabía, pero el culo de la tía Malena, están por convertirse en la fuente de mis más grandes placeres.
 

Oshino Saiga

Virgen
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Jajaja cual es el lado obscuro de la fuerza??? Gracias por comentar
Encontré tus otros relatos en sexosintabues30.com.... Mi única queja es que no continuarás los de las 3 hermanas u.u.Igual esta buenísimo este, me recordó al de Mary XD más específico la mamá amazona de los hermanos incestuosos.
P. S:drogoooon un gusto, que 2 grandes aún sigan por este foro
 
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