Jugodevida
Estrella Porno
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¡¡DE PROFESION PUTA!!
Parte lll
A la hora de comer julio me dijo que me invitaba en el restaurante que él solía ir, también se vino su ahijado Luis, cosa natural, el chico estaba muy vinculado
con su padrastro, incluso le llamaba papá no tendría más de doce años cuando se quedó sin padres, Julio le rehizo su vida.
El restaurante era lujoso, pocas veces he comido en uno parecido, tenía un amplio salón pero nosotros nos dirigimos a unos reservados, se trataba de pequeñas salas cerradas donde comías en intimidad, al entrar en ella había un señor muy elegante que se levantó de la silla para saludarnos, estrecho la mano de Julio y después de Luis, mi jefe nos presento
--Carla, este señor es Adrián, un buen cliente de nuestra empresa y gran amigo mío.
Yo le di la mano y dos besos en las mejillas
--hola Adrian un placer conocerlo.
--el gusto es mutuo, eres una chica muy guapa, este Julio tiene buen gusto para las mujeres, siempre fue así.
--es cierto Adrián, las consigo guapas, pero no sé conservarlas por mucho tiempo, al poco se me van, se ve que no se tratarlas como se merecen. Jajaja
eron todos, yo marcaba una leve sonrisa, no sabía si me afectaba este chiste, ya que era mi primer día y tan solo era una trabajadora.
--perdona nuestro patético humor,
no ha sido un buen chiste, pero era necesario de reírse, es un lema de empresarios, ¡reír de un mal chiste
antes de hacer un feo a un cliente!
jajaja, no sé si ha sido peor el cosido
que el roto, lo importante es estar alegre.
Me daba gusto de verlos, les caían las lágrimas a los tres de la risa, ya calmados nos sentamos a comer, pidieron una especie de carne mechada junto a patatas asadas al horno con guarnición de tomate berenjena y cebolla, a mí me estuvo buenísima, después un postre de helado
de turron caramelizado y un café, de puta madre todo.
Luis se disculpó y dijo que tenía que irse, iban a llegar los otros empleados y tenía que abrir la oficina, Julio me dijo que no me preocupara por el trabajo, que nos quedaríamos los tres un rato para charlar, pidieron unos combinados y seguimos en la misma sala que comimos, no se bebió alcohol en exceso, pero los ánimos estaban caldeados, mi coño estaba ardiendo, más con estos dos hombres
a mi lado, por mi cabeza pasaban toda clase de fantasías, cuando Julio me dice algo que me dejó helada.
--Carla, quieres ganarte esta tarde mil euros.?
--que dices Julio, en serio.?
--en serio cariño, Adrian los pagaría por una tarde contigo.
--crees que debería hacerlo.?
--esto no tiene nada que ver con tu trabajo, es un extra al que puedes llegar, tan solo es cosa de que tú autoestima no se dañe.
--y tu, que harás mientras.?
--mira Carla, esto me lo ha pedido Adrián, el será quién lleve la iniciativa, el pone su dinero, pero yo también estaré con vosotros, solo que intervendre cuando el o tú me lo pidais.
--bien, dile que si acepto.
--vale, este restaurante tiene habitaciones, es como un hotel, iremos a una de ellas, verás que a gusto te encuentras.
Salimos del comedor, pasamos por una puerta que daba a un amplio Hall en donde estaban los ascensores, montamos en uno y subimos a una quinta planta, allí Adrian abrió una puerta y entramos a una gran habitación, tenía dos camas de cuerpo y medio que podían juntarse, un mueble que servía de mesa con comodas sillas.
Una vez dentro me dijeron que íbamos a darnos una ducha, que pasara yo primero si me apetecía, les dije que si, pues ya iba incómoda por mis jugos derramados, así que pase al baño y me desnude, la puerta permaneció abierta, no sabia si esos mil euros estaban contando ya, oía la tele encendida pero no se asomó al baño ninguno de ellos, parecían dos caballeros.
Cuando salí del baño estaban los dos hombres esperando en calzoncillos, se habían desnudado y colgado la ropa en la percha, tenían preparada una botella de Cava y tres copas, unos dulces selectos y unos bombones, también unas exhuberantes cerezas gordas y negras como moras.
--huuuumm, que rico todo, me haréis pecar, no me puedo resistir a las cerezas.
Exclamé al ver tales manjares, en ese momento Adrian extiende su brazo y me da un sobre con el dinero pactado.
--guardalo en tu bolso, no sea que me de un ataque al corazón antes de irnos y no pueda pagarte, porque estás de muerte de rica, jajaja.
Reímos los tres, a continuación paso Adrian al baño a ducharse, me quedé a solas con Julio.
--espero que no dejes todo el trabajo para Adrián, no sabes cómo te deseo ahora mismo.
--no te preocupes, eres mucha mujer para un solo hombre seguro que no tarda en pedirme ayuda, jejeje.
Adrián no tardó en salir ni diez minutos, salió desnudo del todo, a mí me gustó lo que vi, tenía una erección que trataba de disimular poniendo su brazo delante de su pene, Julio se dio cuenta también, se sonrió y le dijo que no se tapara, que dejara que mis ojos gozarán de su hombría, el se fue al baño y me quedé a solas con Adrián.
--esto es nuevo para mi, ya que no tengo ni novio, no soy virgen desde luego, pero pocas veces he tenido sexo con hombres, lo que está pasando hoy es un nuevo aliciente que le voy a dar a mi vida, deseo gozar de mi predisposición física.
--esto me contó Julio, eres multiorgasmica, me encantará de darte muchos orgasmos, será parte de mi gozo.
En ese momento salió Julio del baño y nos llamó a la mesa, destapó la botella del Cava y dijo que íbamos a brindar por la salud, que era el motor que mueve todos los demás deseos. Yo estaba en una silla sentada, Adrián se agachó a mí lado y comenzó a chuparme un pezón, a Julio se le ocurrió dejar caer un fino hilo de Cava desde la base de mi pecho que iba hasta el mismo pezón, Adrian lo bebía como con pitorro, mi pezón se puso grande y duro del frío de la bebida, lo que Adrian aprovecho para chuparlo con intensidad, uuuuff, qué gusto me daba esos labios y esa lengua, comencé a gemir, Julio se puso de pie al otro lado y me metió su polla a mi boca, Adrián metió su brazo entre mis muslos llegando hasta mi mojada gruta, con los dedos doblados por las falanges, a todo lo largo de mi raja, presionó hasta topar en mi pubis con su pulgar, así comenzó a mover su mano que entraba en lo más ancho de mis labios, hasta darme el primero de los orgasmos.
Jugodevida
Parte lll
A la hora de comer julio me dijo que me invitaba en el restaurante que él solía ir, también se vino su ahijado Luis, cosa natural, el chico estaba muy vinculado
con su padrastro, incluso le llamaba papá no tendría más de doce años cuando se quedó sin padres, Julio le rehizo su vida.
El restaurante era lujoso, pocas veces he comido en uno parecido, tenía un amplio salón pero nosotros nos dirigimos a unos reservados, se trataba de pequeñas salas cerradas donde comías en intimidad, al entrar en ella había un señor muy elegante que se levantó de la silla para saludarnos, estrecho la mano de Julio y después de Luis, mi jefe nos presento
--Carla, este señor es Adrián, un buen cliente de nuestra empresa y gran amigo mío.
Yo le di la mano y dos besos en las mejillas
--hola Adrian un placer conocerlo.
--el gusto es mutuo, eres una chica muy guapa, este Julio tiene buen gusto para las mujeres, siempre fue así.
--es cierto Adrián, las consigo guapas, pero no sé conservarlas por mucho tiempo, al poco se me van, se ve que no se tratarlas como se merecen. Jajaja
eron todos, yo marcaba una leve sonrisa, no sabía si me afectaba este chiste, ya que era mi primer día y tan solo era una trabajadora.
--perdona nuestro patético humor,
no ha sido un buen chiste, pero era necesario de reírse, es un lema de empresarios, ¡reír de un mal chiste
antes de hacer un feo a un cliente!
jajaja, no sé si ha sido peor el cosido
que el roto, lo importante es estar alegre.
Me daba gusto de verlos, les caían las lágrimas a los tres de la risa, ya calmados nos sentamos a comer, pidieron una especie de carne mechada junto a patatas asadas al horno con guarnición de tomate berenjena y cebolla, a mí me estuvo buenísima, después un postre de helado
de turron caramelizado y un café, de puta madre todo.
Luis se disculpó y dijo que tenía que irse, iban a llegar los otros empleados y tenía que abrir la oficina, Julio me dijo que no me preocupara por el trabajo, que nos quedaríamos los tres un rato para charlar, pidieron unos combinados y seguimos en la misma sala que comimos, no se bebió alcohol en exceso, pero los ánimos estaban caldeados, mi coño estaba ardiendo, más con estos dos hombres
a mi lado, por mi cabeza pasaban toda clase de fantasías, cuando Julio me dice algo que me dejó helada.
--Carla, quieres ganarte esta tarde mil euros.?
--que dices Julio, en serio.?
--en serio cariño, Adrian los pagaría por una tarde contigo.
--crees que debería hacerlo.?
--esto no tiene nada que ver con tu trabajo, es un extra al que puedes llegar, tan solo es cosa de que tú autoestima no se dañe.
--y tu, que harás mientras.?
--mira Carla, esto me lo ha pedido Adrián, el será quién lleve la iniciativa, el pone su dinero, pero yo también estaré con vosotros, solo que intervendre cuando el o tú me lo pidais.
--bien, dile que si acepto.
--vale, este restaurante tiene habitaciones, es como un hotel, iremos a una de ellas, verás que a gusto te encuentras.
Salimos del comedor, pasamos por una puerta que daba a un amplio Hall en donde estaban los ascensores, montamos en uno y subimos a una quinta planta, allí Adrian abrió una puerta y entramos a una gran habitación, tenía dos camas de cuerpo y medio que podían juntarse, un mueble que servía de mesa con comodas sillas.
Una vez dentro me dijeron que íbamos a darnos una ducha, que pasara yo primero si me apetecía, les dije que si, pues ya iba incómoda por mis jugos derramados, así que pase al baño y me desnude, la puerta permaneció abierta, no sabia si esos mil euros estaban contando ya, oía la tele encendida pero no se asomó al baño ninguno de ellos, parecían dos caballeros.
Cuando salí del baño estaban los dos hombres esperando en calzoncillos, se habían desnudado y colgado la ropa en la percha, tenían preparada una botella de Cava y tres copas, unos dulces selectos y unos bombones, también unas exhuberantes cerezas gordas y negras como moras.
--huuuumm, que rico todo, me haréis pecar, no me puedo resistir a las cerezas.
Exclamé al ver tales manjares, en ese momento Adrian extiende su brazo y me da un sobre con el dinero pactado.
--guardalo en tu bolso, no sea que me de un ataque al corazón antes de irnos y no pueda pagarte, porque estás de muerte de rica, jajaja.
Reímos los tres, a continuación paso Adrian al baño a ducharse, me quedé a solas con Julio.
--espero que no dejes todo el trabajo para Adrián, no sabes cómo te deseo ahora mismo.
--no te preocupes, eres mucha mujer para un solo hombre seguro que no tarda en pedirme ayuda, jejeje.
Adrián no tardó en salir ni diez minutos, salió desnudo del todo, a mí me gustó lo que vi, tenía una erección que trataba de disimular poniendo su brazo delante de su pene, Julio se dio cuenta también, se sonrió y le dijo que no se tapara, que dejara que mis ojos gozarán de su hombría, el se fue al baño y me quedé a solas con Adrián.
--esto es nuevo para mi, ya que no tengo ni novio, no soy virgen desde luego, pero pocas veces he tenido sexo con hombres, lo que está pasando hoy es un nuevo aliciente que le voy a dar a mi vida, deseo gozar de mi predisposición física.
--esto me contó Julio, eres multiorgasmica, me encantará de darte muchos orgasmos, será parte de mi gozo.
En ese momento salió Julio del baño y nos llamó a la mesa, destapó la botella del Cava y dijo que íbamos a brindar por la salud, que era el motor que mueve todos los demás deseos. Yo estaba en una silla sentada, Adrián se agachó a mí lado y comenzó a chuparme un pezón, a Julio se le ocurrió dejar caer un fino hilo de Cava desde la base de mi pecho que iba hasta el mismo pezón, Adrian lo bebía como con pitorro, mi pezón se puso grande y duro del frío de la bebida, lo que Adrian aprovecho para chuparlo con intensidad, uuuuff, qué gusto me daba esos labios y esa lengua, comencé a gemir, Julio se puso de pie al otro lado y me metió su polla a mi boca, Adrián metió su brazo entre mis muslos llegando hasta mi mojada gruta, con los dedos doblados por las falanges, a todo lo largo de mi raja, presionó hasta topar en mi pubis con su pulgar, así comenzó a mover su mano que entraba en lo más ancho de mis labios, hasta darme el primero de los orgasmos.
Jugodevida