El Manso Embravecido
Veterano

No me canso de admirar tu cuerpo, ¡qué talle tan bien esculpido tienes!
Con dos trencitas pelirrojas, top beis y mini a cuadros me vienes.
Te me acercas al oído y me sueltas: “Vengo sin medias y sin bragas, el chumino lo llevo muy fresquito”.
Yo te pido que, con disimulo, te metas dos dedos en la almeja y me des la prueba, ¡mmmm, rico, rico!
En el pub no hay mucha visibilidad y repetimos este juego varias veces más.
Te pido permiso para toquetearle el trasero a la chica de al lado, tú me lo das.
Me espero bronca con su chico o un silencio espectral.
Por suerte, para mí, sucedió lo segundo y tú me dices: “Con estos dos me espero una bacanal”.
Te las ingenias para romper el hielo con esos dos tortolitos.
Yo también pongo de mi parte y los convencemos a unirse a unos sensuales ritos.
Mi autocaravana está cerca y hacia allí nos dirigimos.
Ya dentro, le como los morros a Sandra, la chica invitada, y nos metemos en el nido.
Felipe, el novio de Sandra, resultó ser bisex, ¡qué suerte la mía!
No tengo competencia ¡Tres furcias a mi servicio!
Sandra me comenta: “Si quieres catarme, primero debes encular a mi hombre”. ¡Qué marchosa la tía!
Tú, Noemí, que no te quedas atrás, les informas que no hay problema, que Jonathan, o sea yo, no tiene ningún prejuicio.
¡Ay, Noemí (BitchOnTheBeach para los amigos del foro), tu nick no es postureo!
Incluso diría que se te queda pequeño, eres una buena puta todo terreno. ¡Cómo te deseo!
Sé que deseas montar un castillo de tres pisos: yo abajo enculando a Felipe y tú subida sobre él, clavándote su rabo… y teniendo a Sandra comiéndote el higo.
Todos aceptamos. Aunque yo acepto a regañadientes y en el fondo te “maldigo”.
Sabiendo que tengo como premio calzarme a Sandra, se me pone la polla enhiesta.
Felipe, el muy maricón, aprovecha la circunstancia y se inserta mi rabo en sus entrañas hasta chocar huevos con huevos. ¡Sandra y tú aplaudís la gesta!
Noemí, mi amor, ahora te colocas sobre Felipe y en tres emboladas te sodomizas hasta el fondo con su polla.
Sandra no pierde ni un segundo en morrearte la panocha rosada y chorretosa, mientras su novio te folla.
Felipe no tarda mucho en correrse y llenar de lechada tu culo.
Os desacopláis y Sandra se apresura a beber el esperma que sale de tu zulo. ¡10 ml, calculo!
Yo me desengancho del trasero de Felipe y le exijo a Sandra que me dé su premio.
Esta se pone a cuatro patas y me pide que me la tire sin contemplaciones, con genio.
Después de estar casi treinta minutos zurrándole el chocho y sentir su corrida y squirt en mi verga;
no puedo reprimir por más tiempo el vaciarme, busco dejarla preñada. Sandra blasfema, en su jerga.
Tú, Noemí, te colocas debajo del chumino y cuando me desacoplo de Sandra, sorbes toda la lefa que suelta la puerca.
La compartes con Felipe, le pegas buenos escupitajos y te suenas los mocos mezclados con esperma sobre su rostro. A Sandra tanta cochinada la desconcierta.