Cosas que pasan

roman74

Pajillero
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Ene 9, 2008
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Estaba acostada, serian casi las 2 de la mañana y por algún extraño motivo no era capaz de conciliar el suelo. Hacia calor y aunque tenia la ventana abierta de par en par, no corrÃ*a ni una sola gota de aire capaz de aliviar mi agobiamiento.
Hacia rato que me habÃ*a quitado la camiseta para ver si conseguÃ*a refrescarme, pero no habÃ*a mucha diferencia, al principio, nada mas quitármela, sentÃ* un poco de alivio, pero a los pocos segundos, estaba de nuevo muerta de calor.
Por alguna extraña razón, recordé una noche que me quede a dormir en casa de una amiga, tambien hacia mucho calor y ella me dio un consejo " Cuando sientas calor, acaricia suavemente tu piel, la carne se te pone de gallina y el cuerpo piensa que es por el frÃ*o, se auto engaña y el mismo se refresca ", lo habÃ*a probado solo una vez y era totalmente cierto. AsÃ* que dispuesta a quitarme aquel asfixiante calor, suavemente comencé a acariciar mi vientre con la yema de los dedos.
Rápidamente mi cuerpo reacciono, la piel se me erizo y una placentera sensación de frescor me cubrió de pies a cabeza. Respire mas aliviada, haciendo circulitos cerca de mi ombligo y paseando la mano de mi vientre a mi cuello, realmente eso me hacia sentir mucho mejor.
En una de las pasadas de vientre a cuello, note la forma del comienzo de mi pecho izquierdo. No era una chica delgada, por lo que tenia unos pechos generosos, acaricie la forma de mi pecho, me gustaba como era y la sensación que tenia al hacerlo, era redondeada, la piel de mi pecho tambien estaba de gallina, no fui consciente de que estaba sonriendo hasta que al girar la cara pude ver mi imagen reflejada en el espejo de la puerta del armario.
Aunque era de noche, la luz de la luna entraba por la ventana, abierta y podÃ*a verme reflejada casi por completo en la puerta espejada. No era muy alta, pero estaba bien orgullosa de mi metro 65, como dije antes, mis pechos eran generosos y redondeados y mis caderas marcadas. Me puse de lado y pase mi mano por mis caderas, subiendo por mis costillas.
La imagen de verme reflejada en el espejo, casi desnuda y acariciándome me pareció excitante.
VolvÃ* a acariciar esta vez en sentido descendente, deslizando lentamente la yema de mis dedos desde las costillas hasta las caderas, de las caderas al vientre y del vientre los pechos, perfilando su contorno y llegando a mi axila.
Un pequeño escalofrÃ*o me recorrió por completo e hizo que me encogiese. Ya no sentÃ*a calor, la verdad es que aquel frescor engañoso que estaba produciéndome yo a mi misma era muy agradable.
Mis ojos bailaron de mi mano a mis caderas, de mis caderas a mi cara y de mi cara a mis pechos. Cuando me fije, los vi bastante redondeados y con los pezones sobresaliendo de forma extraña. Muchas veces los habÃ*a visto asÃ*, dÃ*as de frÃ*o, cuando me metÃ*a en la ducha y el agua estaba muy caliente ... pero ahora, ni tenia frÃ*o, ni calor, estaba en un estado bastante agradable, fresco y placentero.
Mis dedos bailaron curiosos por mis pechos, notándolos duros, hasta llegar a mis pezones. Cuando la yema del dedo indice acaricio el contorno de mi pezón izquierdo, sentÃ* como el aire de mi garganta se transformaba, era mas dulce y me hacÃ*a cosquillas al pasar de mis pulmones a mi boca. Presione suavemente el pezón como si lo quisiera introducir de nuevo en su pequeña cavidad rosada y un nuevo cosquilleo surgió en mi, esta vez no en mi garganta, si no en mis piernas.
EntreabrÃ* los labios para tomar aire mas fácilmente y rápidamente se me secaron, observe gracias al reflejo, como mi lengua los humedecÃ*a mientras mis dedos seguÃ*an jugando con mi pezón, tirando de el suavemente, masajeando y acariciándolo con la palma, sintiendo en esta como algo duro me producÃ*a cosquillas. El cosquilleo de mi entrepierna aumento considerablemente mientras mas jugaba con mi pezón.
Lleve mis dedos a mis labios, los acaricie, no eran muy carnosos, pero me gustaba mi boca, pequeña, inocente y dulce. Bese mi dedo indice suavemente y luego lo mordÃ*, sin dejar de mirarme al espejo, me resultaba divertido verme a mi misma, con esa mirada lasciva y ese deseo contenido. Introduje el dedo en mi boca y lo lamÃ* suavemente, para luego, seguir acariciando mi pezón. Era muy agradable acariciarlo mientras la humedad de mi saliva lo hacÃ*a despertar aún mas.
Cambie la posición de mi cuerpo, me tumbe boca arriba, pero gire la cabeza para poder seguir viéndome reflejada en aquel espejo que me estaba haciendo descubrir algo que nunca antes habÃ*a echo, verme mientras exploraba mi cuerpo. No era la primera vez que me proporcionaba placer a mi misma, pero nunca lo habÃ*a echo mientras me miraba. Ahora jugué con mi pecho derecho, excite el pezón tanto que me dolÃ*a, deje de tocarlos un segundo y vi como sobresalÃ*an salvajemente de mis aureolas rosadas, como mis pechos, perfectamente redondos deseaban seguir siendo acariciados.
Con la mano derecha, acaricie mi pecho derecho, el contorno, luego lo masajee. Era muy blandito y manejable, sentÃ*a el duro pezón clavándose contra mi palma, para nada de forma dolorosa, mas bien, de forma muy placentera, masajeaba mi pecho mientras estimulaba aun mas mi pezón, ese que me quemaba del placer que sentÃ*a.
Mi mano izquierda siguió acariciando mi vientre hasta que llegue al elástico del cullotte rosado que tenÃ*a. Mis piernas se flexionaron, apoyando la planta de los pies contra el colchón y entreabriéndose suavemente, mi propio cuerpo era quien me decÃ*a que deseaba, y por las cosquillas que ahora mismo sentÃ*a en mi sexo, sabÃ*a de sobra que estaba pidiendo a gritos que le prestara atención a esa zona de mi cuerpo.
Los dedos de mi mano izquierda, se introdujeron juguetonamente por debajo del elástico y mis piernas se abrieron mas, haciendo una linea imaginaria de rodilla a rodilla, aun apoyaba la planta de los pies en la cama. Al abrir las piernas de par en par, los labios de mi sexo se separaron provocandome una oleada de placer al notar como se tensaba mi clÃ*toris, aun no me habÃ*a tocado, pero podÃ*a notar como mi sexo desprendÃ*a un calor apetecible.
Mirándome en el reflejo, pensé que mas de una persona pagarÃ*a por ver eso y sonreÃ*, era morboso pensar que alguien podÃ*a verte, quizás algún dÃ*a me atreviese a comprobar cuanto morbo podÃ*a proporcionarme eso, tocarme mientras alguien me veÃ*a.
Mi dedo indice, se deslizo por el contorno de mis labios inferiores, estaban muy cálidos y ligeramente húmedos, blanditos y suaves, alto entre ambos labios palpitaba con fuerza, no lo podÃ*a ver y aun no lo tocaba, pero sabia perfectamente que estaba muy húmedo e hinchado y si tuviera boca, estarÃ*a rogándome que centrara mi atención en el.
Mi mano derecha seguÃ*a masajeando mi pecho derecho y tirando intermitentemente de ambos pezones, mientras mi lengua tenia que humedecer constantemente mis labios para que no se resecaran
Me percate de que mi respiración se habÃ*a alterado, era rápida, apenas pasaba un segundo entre la inspiración y la expiracion y era dulce, mi saliva mas liquida y mi deseo mas grande.
Coloque mi mano izquierda sobre mi sexo y con el dedo indice, acaricie suavemente el espacio que habÃ*a justamente entre mi ano y la entrada de mi cuerpo, mis piernas hicieron un pequeño ademan inconsciente por cerrarse pero no se movieron del sitio. Mi clÃ*toris palpito con mas fuerza aun, un palpito que me hizo estremecerme de placer.
Acaricie la entrada de mi cuerpo, me sorprendÃ* de lo húmeda que estaba, mi dedo se deslizo por su contorno fácilmente, estar tan húmeda solo significaba una cosa, mucho placer.
Introduje nada mas que la primera falange de mi dedo indice para comprobar su temperatura y suspire al notarla tan elevada, al sacar el dedo, un fino hilo de mi néctar lo acompaño hasta que se poso sobre el clÃ*toris.
Tan hinchado, tan húmedo ... acaricie solo una vez el contorno, su extensión y al presionarlo, como hice la primera vez con mi pezón, mis piernas quisieron cerrarse nuevamente, no por que desease hacerlo, si no porque mis músculos se tensaban tanto que era la reacción que mi cuerpo tenia.
Lentamente, deslice mi dedo, impregnado de mi néctar, desde un lado hasta el otro de mi clÃ*toris, en sentido vertical, de arriba a abajo. El calor y el cosquilleo fue poco a poco liberándose para ir en todas direcciones, mi corazón latÃ*a mas rápido y mi mano apretaba mas mis pezones, provocandome un doloroso y calenturiento placer.
Deseaba verme, ver como mis dedos jugaban con mi clÃ*toris, pero desde esa posición tan cómoda no podÃ*a, asÃ* que me senté en la cama, pegando mi espalda contra la frÃ*a pared y abriendo mis piernas, dejando que cayesen por fuera de la cama.
PodÃ*a ver nuevamente mi reflejo y aunque no podÃ*a apreciar con todo detalle mi sexo, ver como mi mano jugaba en esa zona me provocaba mucho morbo. La próxima vez que lo hiciera, me grabarÃ*a, para poder verme después con todo detalle. Solo de pensarlo el placer aumentaba.
Mi dedo seguÃ*a jugando, de arriba a abajo, era un placer incomparable con ningún otro, mi respiración era tan rápida que podÃ*a oÃ*r como pequeños gemidos se escapaban de mi boca, mi lengua seguÃ*a humedeciendo mis labios y mis dientes atrapaban mi labio inferior de vez en cuando para evitar asÃ* que un gemido demasiado sonoro saliera de mis labios.
Mi mano derecha dejo descansar a mis pechos para bajar tambien a mi entrepierna. Ahora, el dedo indice de mi mano derecha era el que acariciaba mi clÃ*toris, mientras el dedo indice de la izquierda masajeaba la entrada de mi cuerpo, encorve mi espalda contra la pared, pegando los hombros y despegando la columna, verme en esa posición era tan morboso ...
Introduje la primera falange de mi dedo en mi interior y todo mi sexo se contrajo, mi clÃ*toris palpito y esta vez, no pude reprimir un gemido. Los colores se me subieron, solo de pensar que alguien podÃ*a haberme escuchado me hizo excitarme aun mas.
Introduje hasta la segunda falange de mi dedo y acaricie mis paredes interiores, tan blandas, suaves y llena de bultitos que otro gemido se me escapo. Cada vez que gemÃ*a, mi clÃ*toris palpitaba y cada vez que palpitaba, mi sexo se contraÃ*a.
Ahora, introduje mi dedo por completo, muy lentamente, note como mi interior se contrajo varias veces seguidas a la vez que mi clÃ*toris se hincho mas, cada caricia de mi dedo sobre el era alucinante, solo necesitaba rozarlo para desear el orgasmo con todas mis fuerzas.
A partir de ahÃ*, mi dedo indice empezó a salir muy lentamente de mi cuerpo mientras mi otro dedo aumentaba la velocidad en mi clÃ*toris, una vez estuvo fuera, volvió a entrar, haciendo que palpitase todo mi cuerpo nuevamente.
AbrÃ* todo lo que pude mis piernas, forzando lo máximo que podÃ*a para sentir tirante mi sexo. Una vez mi dedo estaba dentro, buscaba un par de segundos algo, querÃ*a encontrar algo que todo el mundo conocÃ*a como punto " g " pero que hasta el momento, no habÃ*a encontrado. Tras esperar 2 segundos sin encontrarlo, lo volvÃ*a a sacar. AsÃ* todo el rato, cada vez un poquito mas rápido y mas fuerte.
El verme me estaba poniendo a 100, necesitaba mas placer, un dedo ya no era suficiente, asÃ* que esta vez, metÃ* dos. La primera vez, lentamente, la segunda, mas rápido y la tercera, a un ritmo frenético.
En ese mismo momento me di cuenta de una cosa, mis manos no me satisfarÃ*an por mucho tiempo, tendrÃ*a que encontrar algo con lo que jugar, algo que simulase un pene, algo que me hiciera desear tener a un hombre sobre mi demostrándome lo que era el verdadero placer.
Mi mente divago, aunque tenia los ojos abiertos, no venia la realidad, estaba viendo como de la nada, un hombre fuerte caminaba desnudo hacÃ*a mi, con el pene bien erecto y palpitante, con la mirada llena de lujuria.
El hombre imaginario, al cual podÃ*a ver de forma casi real, se arrodillo en mi cama y acaricio mis piernas, un leve cosquilleo me recorrió, luego, lamió el interior de mis muslos y acerco su lengua a mi sexo, imagine que el dedo que acariciaba mi clÃ*toris era su lengua, que la acariciaba, desee que realmente ese hombre estuviera allÃ* y me succionase y mordiese el clÃ*toris suavemente.
A los pocos segundos, el hombre imaginario dejo de lamer mi sexo para ponerse frente a mi y esta vez, imagine que los dos dedos que entraban y salÃ*an de forma frenética de mi sexo era su pene, erecto y salvaje.
Desee que fuera real, que realmente un pene duro me estuviera penetrando en vez de mis dos dedos, que su cuerpo chocaba contra el mio cada vez que entraba y salia de mi interior, que su lengua recorriera mi cuello y sus dientes mordieran mis pezones.
Con esa imagen en mi mente, mi cuerpo no tardo en vislumbrar lo que en pocos segundos sera un orgasmo bien sonado, tenia la espalda bien curvada contra la pared, las piernas bien tensas y los dedos bien húmedos.
Hacia tiempo que habÃ*a dejado de preocuparme que alguien me escuchara. GemÃ*a con fuerza, entre mis gemidos se escapaban pequeños monosÃ*labos
- Oh si -
Susurraba mordiendo mi labio inferior mientras imaginaba aquel pene salvaje azotando mi interior
- Mas -
GemÃ*a mientras deseaba que los dientes de aquel hombre destrozasen de forma placentera mis pezones
- mas fuerte -
Rogaba al sentir como algo en mi interior estaba apunto de escapar y de la nada, un calambre empezó a recorrer mi cuerpo, primero, se concentro en mi sexo, la respiración se esfumo, mis pulmones se quedaron vacÃ*os y mis ojos se cerraron con fuerza. Mi sexo empezó a palpitar con mucha fuerza mientras apretaba mis dedos húmedos en mi interior, provocandome un placer, digno del mayor de los orgasmos, cuando me di cuenta, estaba casi gritando de placer, gimiendo y rogando que aquello no parase, mi sexo estaba tan contraÃ*do que solo de mover mis dedos dentro de el, me provocaban la sensación de estar teniendo 1000 orgasmos seguidos , mi clÃ*toris estaba tan sensible que a cada pasada, mis caderas se movÃ*an de alante a atrás, pidiendo mas y alejándose de mis dedos, una y otra vez ...
y asÃ*, sentÃ* un orgasmo salvaje, un orgasmo fuerte ... el hombre imaginario y su pene palpitante desaparecieron de pronto, me vi reflejada en el espejo, con la cara desencajada por el placer, con la boca seca, la garganta adolorida de gritar, con mis dedos arrugados y llenos de mi néctar y mis piernas tensas
Poco a poco la respiración volvió a mis pulmones y fui consciente de que habÃ*a tenido el orgasmo mas fuerte hasta el momento ...
 
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