La sorpresa que me lleve fue mayúscula cuando una mañana, cuando termino de hacer la casa suelo entrar en Internet, a chatear con algunas amigas, y también con alguno que se mete por ahÃ*, y al abrir el ordenador me encontré un e-mail que mi hijo le habÃ*a mandado a un amigo y que se habÃ*a olvidado borrar. En él, le contaba, como el dÃ*a anterior se habÃ*a hecho una paja pensando en mi después de haberme estado espiando. Le decÃ*a: " tu ya sabes lo buena que esta mi madre" lo cual me descubrió que se lo mandaba a alguno de los que vienen por casa, " la tenias que haber visto, cuando dijo que iba a salir y fue a cambiarse para marchar, yo la seguÃ* hasta su dormitorio, me quedé en el pasillo mirándola ya que no cerró la puerta pensando que yo estaba abajo viendo la tele Se quito el vestido que llevaba y se quedó en bragas y sostén, y después se desnudo entera para cambiarse la ropa interior, tenias que haber visto esas tetas que tanto te gustan, y la mata de pelo que tiene en su chocho. En cuanto se marcho me hice una paja que no veas"
La verdad me quedé sorprendidisima al leer esto, y además ser motivo de conversación con sus amigos sobre mis tetas. En ese momento no supe que hacer, pense en hablar con él, luego pense que mejor contárselo a su padre y que fuese él quien hablase, en fin que me dejo hecha un lÃ*o el conocer esto. Luego pensé que lo mejor era dejarlo pasar que son cosas de chicos propias de la edad y asi lo hice.
Pero no hacÃ*a mas que darle vueltas. Incluso me sorprendÃ* observándome desnuda frente al espejo del baño pensando en que aquellas tetas eran motivo de pajas de los chicos de la edad del mÃ*o. La verdad es que siempre he tenido unas tetas de las que sentirme orgullosa, las tengo grandes, uso una 100, y bien tiesitas aun, con unos pezones grandes y oscuros y la verdad siempre me ha gustado presumir de ellas y nunca hago nada por ocultarlas asi que suelo llevar buenos escotes.
Pero luego pense que quizás no fuese una chiquillada y resultase con el tiempo un problema. Que igual no era normal. Asi que decidÃ* observar con mas atención los comportamientos de mi hijo.
Una tarde que iba a salir y él estaba allÃ* dije, para que me oyese, que me iba a vestir y que estuviese en el salón atento por si llamaban al teléfono. SubÃ* y deje adrede la puerta entreabierta. Nada mas meterme en el dormitorio abrÃ* una puerta del armario que tiene espejo dentro y la deje de tal forma que pudiese ver el pasillo.
Enseguida vi que mi hijo no me habÃ*a hecho caso y en lugar de quedarse en el salón estaba allÃ* espiándome ya. Me desnudé lentamente y una vez desnuda me paseé por el dormitorio recogiendo las cosas y ordenando ropa y observando que hacÃ*a mi hijo. Con las tetas al aire y de frente a él para que me pudiese ver bien él "esa mata de pelo que tiene en el chocho", como le ponÃ*a a su amigo, empece a doblar ropa y agachándome sobre los cajones enseñarle bien el culo de su madre con los muslos abiertos para que pudiese también verme el chocho por detrás.
Yo seguÃ*a observándolo por el espejo del armario, y la verdad no sabÃ*a si aquello que estaba haciendo estaba bien, si dejándole ver todo con tranquilidad le iba a quitar aquella fijación, ni tampoco que querÃ*a conseguir con ello, y que reacción provocarÃ*a. Bueno la inmediata ya la veÃ*a porque se habÃ*a empezado a tocar y se restregaba la mano por un bulto enorme que tenia en el pantalón.
SeguÃ* desnuda y sacaba vestidos que me los ponÃ*a delante para ver como me quedaban y los volvÃ*a a guardar para que se hartase de ver a su madre, luego empecé a hacer lo mismo con los sujetadores, y me asusté cuando vi que se habÃ*a sacado la polla del pantalón del chandal y se la estaba meneando. En ese momento no supe que hacer. Pensé en vestirme rápidamente y marcharme, pero luego pensé que asi no lograba nada. Confiado porque me veÃ*a hacer cosas se habÃ*a bajado el pantalón por debajo el culo y se la meneaba con fuerza. Y pensé que lo mejor era salir y sorprenderle para que tuviese que decirme algo y poder hablar sobre el tema. Y asi lo hice salÃ* de golpe y allÃ* le pillé. "¿Qué haces aquÃ*? No te dije que estuvieses abajo por si llamaban, y además ¿ Que estas haciendo?"
No sabÃ*a que decir allÃ* plantado en el pasillo con su polla fuera y espiándome no le salÃ*a palabra.
"¿ Dime, que estas haciendo aquÃ* a la puerta de mi habitación y en esas labores?"
"Mama lo siento, perdóname" y se puso a llorar
" Venga dime ¿qué té pasa?, ¿Que hacÃ*as? "
Cogiéndole del hombro lo pasé a la habitación "Venga siéntate, ¿qué hacÃ*as ahÃ* parado?
" Mama es que me gustas mucho"
" Hijo las que te tienen que gustar son las chicas de tu edad, ¿no tienes amigas?"
" No mama no tenemos ninguna amiga" me contesto sin parar de llorar.
" Venga no llores, soy tu mama y puedes contarle todo lo que te pase" y le abracé tratando de consolarle.
Y él abrazado a mi no paraba de llorar, no se consolaba.
" Hijo tranquilÃ*zate y deja de llorar, es normal, eres un chico que le empiezan a gustar las mujeres, y yo soy una mujer eso es todo, lo que pasa es que tienes que ir por ahÃ* y relacionarte con chicas de tu edad".
Asi abrazados notaba que la polla de mi hijo seguÃ*a muy dura bajo el pantalón, la sentÃ*a sobre mi vientre, y en ese momento me di cuenta que seguÃ*a desnuda notando enseguida que las palmas de las manos de mi hijo se posaban abiertas del todo sobre mis nalgas apretándolas Se estaba tranquilizando de la llorera y en ese momento no sabÃ*a que hacer si separarme o dejar que se terminara de tranquilizar, estaba violentisima y lo habÃ*a provocado yo. Sus manos se habÃ*an movido hacia la raja y sus dedos se hundÃ*an en ella apretándome contra él. SentÃ*a su polla cada vez mas dura en mi vientre y una sensación entre violenta y agradable me recorrÃ*a. Enseguida fui consciente que contra mi voluntad los pezones se habÃ*an puesto duros y notaba en mi vagina fluir lÃ*quidos.
No puede ser, me decÃ*a a mi misma, no puede excitarme mi hijo, y en esta situación. Pero mi inconsciente no respondÃ*a y cada vez estaban mas duros y cada vez estaba mas mojada. Rezaba para que se separara y se fuese a su habitación, pero no lo hacÃ*a se pegaba mas y más y sus manos estaban ya clavadas en mi raja y me abrÃ*a con ellas el culo separándome las nalgas. SentÃ*a su cara sobre mis pechos sentÃ*a su aliento entrecortado, y deseaba que me los besase que me los comiera. No podÃ*a ser. SentÃ*a como movÃ*a sus caderas y suavemente restregaba su pene en mi vientre, sentÃ*a su calor en mi. Me notaba muy mojada, notaba que pronto caerÃ*an por mis muslos los jugos de mi vagina. Me repetÃ*a no puede ser no puedes. Pero mi cuerpo no respondÃ*a.
CogÃ* entre mis manos la cara de mi hijo, le bese en la mejilla, " ¿Estas bien cariño? ¿Estas más tranquilo?. No me contestaba y apretándome del culo se pegaba de nuevo a mi.
No podÃ*a casi respirar de la angustia, mis tetas pegadas a él parecÃ*an reventar, notaba mis muslos mojados, me repetÃ*a no puede ser, terminemos con esto, pero no me respondÃ*an las fuerzas. Bajo su cabeza y me beso los pechos. Un escalofrÃ*o recorrió mi cuerpo hasta terminar en mi vagina. No me podÃ*a mover, y de nuevo bajando la cabeza me los volvió a besar pero esta vez en los pezones. Creo que era ahora yo la que me apretaba contra su verga. Notaba mis labios abiertos, notaba como caÃ*an mis jugos. SentÃ*a calor por todo el cuerpo. Y deseo sentÃ*a muchÃ*simo deseo. Pero no podÃ*a desear a mi hijo, no podÃ*a ser. SentÃ* que habÃ*a abierto mis muslos para sentir su polla mas cerca de mi vagina. Trataba de buscar justificación a aquella situación era una locura no podÃ*a ser. Le deseaba, deseaba sentir su polla entrar en mi vagina, deseaba ser follada por aquel muchacho con una polla enorme y dura aunque fuese mi hijo. Mis manos se agarraron al elástico del pantalón deseaba bajárselo, pero no. ¡Siiiiii!. Tiré del él. Sin poder contenerme se lo empece a bajar mientras apretaba mis pechos contra su cara, no podÃ*a mirarlo cerraba mis ojos, se los bajé, enseguida noté el calor de su polla en mi vientre. ¡Ummmm que rico! Que sensación más rica. SentÃ*a la polla joven, tiesa, dura, grande de aquel muchacho que era mi hijo. La sentÃ*a clavarse en mi vientre mojármelo, ¡Ummmm me estaba volviendo loca!. No pude más, baje mi mano y lo cogÃ*, lo rodeé con mi mano, sentÃ*a la fuerza de aquella polla, la deseaba, deseaba sentirla llenar mi vagina.
Como una zorra caliente, lo empujé hasta la cama, cayo de espaldas, le terminé de bajar los pantalones, miraba su polla levantada como un mástil, gorda, dura.
" ¡Mama! ¿Que haces?"
Pero mama no podÃ*a pensar no oÃ*a, me arrodille sobre él con los muslos abiertos colocando mis labios, mi vagina, sobre aquel palo grande y duro, y bajando, fui bajando hasta que abriendo mis labios se fue clavando en mi. ¡Ummmmm agggg!.
SentÃ* fuego en mi vagina, me quemaba, que placer sentir aquella polla llenarme entera ¡Ummmmmmm!
Empecé como una loca subÃ*a y bajaba por aquel mástil, subÃ*a y bajaba y él me cogÃ*a y apretaba las tetas, se agarraba a mis caderas, gemÃ*a.
Estaba a punto de correrme cuando un chorro de leche golpeó mi vagina y un suspiro ahogado de pudor y vergüenza salió de la boca de mi hijo, en ese momento un latigazo me azotó todo el cuerpo corriéndome en un orgasmo como nunca habÃ*a tenido y un grito salió de mi boca como una poseÃ*da.
No nos podÃ*amos mirar a la cara. Los dos sentÃ*amos vergüenza. Yo no sabÃ*a que decir, no sabÃ*a que hacer. Aún inmóvil, con su polla dentro de mÃ*, sintiéndola aún dura, me levanté, sentÃ*a como iba saliendo.
Le dije, que su madre debÃ*a velar por él, enseñarle todo lo que la vida le iba a exigir, y que por eso habÃ*a ocurrido aquello. Que lo habÃ*a hecho por él. Que era algo que nadie, ni ningún amigo de aquellos que se pajeaban con sus tetas, debÃ*a saber.
Salió en silencio de la habitación, y yo me quede sentada allÃ* al borde de la cama. Avergonzada, confundida, con la sensación de haber hecho algo horrible y de haber echado el polvo de mi vida.
La verdad me quedé sorprendidisima al leer esto, y además ser motivo de conversación con sus amigos sobre mis tetas. En ese momento no supe que hacer, pense en hablar con él, luego pense que mejor contárselo a su padre y que fuese él quien hablase, en fin que me dejo hecha un lÃ*o el conocer esto. Luego pensé que lo mejor era dejarlo pasar que son cosas de chicos propias de la edad y asi lo hice.
Pero no hacÃ*a mas que darle vueltas. Incluso me sorprendÃ* observándome desnuda frente al espejo del baño pensando en que aquellas tetas eran motivo de pajas de los chicos de la edad del mÃ*o. La verdad es que siempre he tenido unas tetas de las que sentirme orgullosa, las tengo grandes, uso una 100, y bien tiesitas aun, con unos pezones grandes y oscuros y la verdad siempre me ha gustado presumir de ellas y nunca hago nada por ocultarlas asi que suelo llevar buenos escotes.
Pero luego pense que quizás no fuese una chiquillada y resultase con el tiempo un problema. Que igual no era normal. Asi que decidÃ* observar con mas atención los comportamientos de mi hijo.
Una tarde que iba a salir y él estaba allÃ* dije, para que me oyese, que me iba a vestir y que estuviese en el salón atento por si llamaban al teléfono. SubÃ* y deje adrede la puerta entreabierta. Nada mas meterme en el dormitorio abrÃ* una puerta del armario que tiene espejo dentro y la deje de tal forma que pudiese ver el pasillo.
Enseguida vi que mi hijo no me habÃ*a hecho caso y en lugar de quedarse en el salón estaba allÃ* espiándome ya. Me desnudé lentamente y una vez desnuda me paseé por el dormitorio recogiendo las cosas y ordenando ropa y observando que hacÃ*a mi hijo. Con las tetas al aire y de frente a él para que me pudiese ver bien él "esa mata de pelo que tiene en el chocho", como le ponÃ*a a su amigo, empece a doblar ropa y agachándome sobre los cajones enseñarle bien el culo de su madre con los muslos abiertos para que pudiese también verme el chocho por detrás.
Yo seguÃ*a observándolo por el espejo del armario, y la verdad no sabÃ*a si aquello que estaba haciendo estaba bien, si dejándole ver todo con tranquilidad le iba a quitar aquella fijación, ni tampoco que querÃ*a conseguir con ello, y que reacción provocarÃ*a. Bueno la inmediata ya la veÃ*a porque se habÃ*a empezado a tocar y se restregaba la mano por un bulto enorme que tenia en el pantalón.
SeguÃ* desnuda y sacaba vestidos que me los ponÃ*a delante para ver como me quedaban y los volvÃ*a a guardar para que se hartase de ver a su madre, luego empecé a hacer lo mismo con los sujetadores, y me asusté cuando vi que se habÃ*a sacado la polla del pantalón del chandal y se la estaba meneando. En ese momento no supe que hacer. Pensé en vestirme rápidamente y marcharme, pero luego pensé que asi no lograba nada. Confiado porque me veÃ*a hacer cosas se habÃ*a bajado el pantalón por debajo el culo y se la meneaba con fuerza. Y pensé que lo mejor era salir y sorprenderle para que tuviese que decirme algo y poder hablar sobre el tema. Y asi lo hice salÃ* de golpe y allÃ* le pillé. "¿Qué haces aquÃ*? No te dije que estuvieses abajo por si llamaban, y además ¿ Que estas haciendo?"
No sabÃ*a que decir allÃ* plantado en el pasillo con su polla fuera y espiándome no le salÃ*a palabra.
"¿ Dime, que estas haciendo aquÃ* a la puerta de mi habitación y en esas labores?"
"Mama lo siento, perdóname" y se puso a llorar
" Venga dime ¿qué té pasa?, ¿Que hacÃ*as? "
Cogiéndole del hombro lo pasé a la habitación "Venga siéntate, ¿qué hacÃ*as ahÃ* parado?
" Mama es que me gustas mucho"
" Hijo las que te tienen que gustar son las chicas de tu edad, ¿no tienes amigas?"
" No mama no tenemos ninguna amiga" me contesto sin parar de llorar.
" Venga no llores, soy tu mama y puedes contarle todo lo que te pase" y le abracé tratando de consolarle.
Y él abrazado a mi no paraba de llorar, no se consolaba.
" Hijo tranquilÃ*zate y deja de llorar, es normal, eres un chico que le empiezan a gustar las mujeres, y yo soy una mujer eso es todo, lo que pasa es que tienes que ir por ahÃ* y relacionarte con chicas de tu edad".
Asi abrazados notaba que la polla de mi hijo seguÃ*a muy dura bajo el pantalón, la sentÃ*a sobre mi vientre, y en ese momento me di cuenta que seguÃ*a desnuda notando enseguida que las palmas de las manos de mi hijo se posaban abiertas del todo sobre mis nalgas apretándolas Se estaba tranquilizando de la llorera y en ese momento no sabÃ*a que hacer si separarme o dejar que se terminara de tranquilizar, estaba violentisima y lo habÃ*a provocado yo. Sus manos se habÃ*an movido hacia la raja y sus dedos se hundÃ*an en ella apretándome contra él. SentÃ*a su polla cada vez mas dura en mi vientre y una sensación entre violenta y agradable me recorrÃ*a. Enseguida fui consciente que contra mi voluntad los pezones se habÃ*an puesto duros y notaba en mi vagina fluir lÃ*quidos.
No puede ser, me decÃ*a a mi misma, no puede excitarme mi hijo, y en esta situación. Pero mi inconsciente no respondÃ*a y cada vez estaban mas duros y cada vez estaba mas mojada. Rezaba para que se separara y se fuese a su habitación, pero no lo hacÃ*a se pegaba mas y más y sus manos estaban ya clavadas en mi raja y me abrÃ*a con ellas el culo separándome las nalgas. SentÃ*a su cara sobre mis pechos sentÃ*a su aliento entrecortado, y deseaba que me los besase que me los comiera. No podÃ*a ser. SentÃ*a como movÃ*a sus caderas y suavemente restregaba su pene en mi vientre, sentÃ*a su calor en mi. Me notaba muy mojada, notaba que pronto caerÃ*an por mis muslos los jugos de mi vagina. Me repetÃ*a no puede ser no puedes. Pero mi cuerpo no respondÃ*a.
CogÃ* entre mis manos la cara de mi hijo, le bese en la mejilla, " ¿Estas bien cariño? ¿Estas más tranquilo?. No me contestaba y apretándome del culo se pegaba de nuevo a mi.
No podÃ*a casi respirar de la angustia, mis tetas pegadas a él parecÃ*an reventar, notaba mis muslos mojados, me repetÃ*a no puede ser, terminemos con esto, pero no me respondÃ*an las fuerzas. Bajo su cabeza y me beso los pechos. Un escalofrÃ*o recorrió mi cuerpo hasta terminar en mi vagina. No me podÃ*a mover, y de nuevo bajando la cabeza me los volvió a besar pero esta vez en los pezones. Creo que era ahora yo la que me apretaba contra su verga. Notaba mis labios abiertos, notaba como caÃ*an mis jugos. SentÃ*a calor por todo el cuerpo. Y deseo sentÃ*a muchÃ*simo deseo. Pero no podÃ*a desear a mi hijo, no podÃ*a ser. SentÃ* que habÃ*a abierto mis muslos para sentir su polla mas cerca de mi vagina. Trataba de buscar justificación a aquella situación era una locura no podÃ*a ser. Le deseaba, deseaba sentir su polla entrar en mi vagina, deseaba ser follada por aquel muchacho con una polla enorme y dura aunque fuese mi hijo. Mis manos se agarraron al elástico del pantalón deseaba bajárselo, pero no. ¡Siiiiii!. Tiré del él. Sin poder contenerme se lo empece a bajar mientras apretaba mis pechos contra su cara, no podÃ*a mirarlo cerraba mis ojos, se los bajé, enseguida noté el calor de su polla en mi vientre. ¡Ummmm que rico! Que sensación más rica. SentÃ*a la polla joven, tiesa, dura, grande de aquel muchacho que era mi hijo. La sentÃ*a clavarse en mi vientre mojármelo, ¡Ummmm me estaba volviendo loca!. No pude más, baje mi mano y lo cogÃ*, lo rodeé con mi mano, sentÃ*a la fuerza de aquella polla, la deseaba, deseaba sentirla llenar mi vagina.
Como una zorra caliente, lo empujé hasta la cama, cayo de espaldas, le terminé de bajar los pantalones, miraba su polla levantada como un mástil, gorda, dura.
" ¡Mama! ¿Que haces?"
Pero mama no podÃ*a pensar no oÃ*a, me arrodille sobre él con los muslos abiertos colocando mis labios, mi vagina, sobre aquel palo grande y duro, y bajando, fui bajando hasta que abriendo mis labios se fue clavando en mi. ¡Ummmmm agggg!.
SentÃ* fuego en mi vagina, me quemaba, que placer sentir aquella polla llenarme entera ¡Ummmmmmm!
Empecé como una loca subÃ*a y bajaba por aquel mástil, subÃ*a y bajaba y él me cogÃ*a y apretaba las tetas, se agarraba a mis caderas, gemÃ*a.
Estaba a punto de correrme cuando un chorro de leche golpeó mi vagina y un suspiro ahogado de pudor y vergüenza salió de la boca de mi hijo, en ese momento un latigazo me azotó todo el cuerpo corriéndome en un orgasmo como nunca habÃ*a tenido y un grito salió de mi boca como una poseÃ*da.
No nos podÃ*amos mirar a la cara. Los dos sentÃ*amos vergüenza. Yo no sabÃ*a que decir, no sabÃ*a que hacer. Aún inmóvil, con su polla dentro de mÃ*, sintiéndola aún dura, me levanté, sentÃ*a como iba saliendo.
Le dije, que su madre debÃ*a velar por él, enseñarle todo lo que la vida le iba a exigir, y que por eso habÃ*a ocurrido aquello. Que lo habÃ*a hecho por él. Que era algo que nadie, ni ningún amigo de aquellos que se pajeaban con sus tetas, debÃ*a saber.
Salió en silencio de la habitación, y yo me quede sentada allÃ* al borde de la cama. Avergonzada, confundida, con la sensación de haber hecho algo horrible y de haber echado el polvo de mi vida.
