Habían pasado un par de días desde la aventura en el local de intercambio, y mi madre, estaba esquiva conmigo. Desde entonces apenas habíamos intercambiado los saludos pertinentes al cruzarnos por casa, y poco más. Aunque yo ya la miraba con otros ojos. Esa mujer seguía siendo mi madre, si, pero a mis ojos también era un objeto de deseo. Me excitó mucho hacerle las fotos desnuda, y mucho más verla follar con aquel tipo, mientras yo me follaba a su mujer. La había visto follando, y ella me había visto a mi. Tenía todas las fotos que le había hecho ese día, y no podía más que masturbarme con ellas. Me excitaba el recuerdo de su cara desencajada, gimiendo de placer. Verla a cuatro patas, mientras aquel hombre la penetraba por detrás El recuerdo de sus pechos asomando por el escote, o bailando al son de las acometidas salvajes. Su coñito, bien arreglado. Si. Era una mujer atractiva pese a sus 55 años. Y yo ahora deseaba tenerla. Ella llegó a casa casi a la hora de cenar. Yo ya llevaba un buen rato en casa, había puesto la mesa, y preparado una ensalada templada con gambas para cenar, así que en cuanto entró por la puerta, me dirigí a ella
- Mamá, creo que tenemos que hablar. ¿No crees?
- Si, creo que si – respondió – Veo que has hecho la cena. Dame unos minutos que me ponga cómoda, cenamos y hablamos. ¿Te parece?
- Perfecto. No tengas prisa.
- Lo siento – dijo – lo de la otra noche no debería haber pasado. No estuvo bien. Soy tu madre, y me cuesta asimilar que tu me hayas visto en esa situación. Tu eres joven, impulsivo, y a veces llevas las cosas más allá de lo que es necesario. Y esa noche te pasaste. Pero tampoco yo hice nada por pararlo. Y se supone que yo he de tener más sentido común que tu.
- No le des más vueltas – repliqué – Lo hecho, hecho está, y no podemos cambiarlo. Para mi no supuso un trauma verte en esa situación. Ni pienso que por haber hecho eso eres una mujer fácil, puta o irresponsable. Solo una mujer que necesitaba dar un cambio a su vida y lo ha dado. Y me siento orgulloso que hayas sido tan valiente, y te atrevieses a dar ese paso.
- Dime.. ¿disfrutaste con Paco?
- Si. si que disfruté, si. Hacia tiempo que no me sentía tan deseada por un hombre, y hacía tiempo, mucho tiempo, que no me hacían el amor de esa manera. Era un volcán, era fuerza, intensidad. Si. Realmente si, disfruté.
- Bien bien... aunque quizás Paco no disfrutó contigo todo lo que debiera
- ¿Tu crees? - replicó - ¿Crees que hubo cosas que no le gustaron?
- Si. creo que en general le encantaste. Pero en algo has fallado.
- ¿Si? ¿En qué? - me replicó - ¿Que crees que fue lo que ha podido no gustarle?
- Mamá... eres una mujer inteligente. Me sorprenda que no lo sepas. O quizás es que no quieres decírmelo, por pudor, aunque sabes perfectamente de que te hablo.
- El sexo oral – dijo de repente – lo se. Es algo que por ciertos motivos, nunca he practicado. A tu padre no le gustaba, y con las parejas que tuve, no tenía la aun la suficiente confianza como para hacer eso con ellos.
- Pues habrá que ponerle remedio, ¿no crees? Es una lastima que una mujer como tu, hermosa y fogosa, tenga una carencia tan grande en ese sentido.
- Ay hijo, no empieces. Que te doy la mano, y no es que cojas el brazo. Coges el cuerpo entero.
- Pero mamá... no es eso. Yo tan solo pretendo ayudarte. De la misma forma que en mi adolescencia tu me ayudaste a mi, a tener sexo seguro, y a conocer un poco a las mujeres. Ahora, creo que es hora de devolverte esa formación.
- ¿Y cómo lo harías? Dime – preguntó – ¿que idea loca vas a proponerme esta vez?
- Sencillo. Me he tomado la libertad de grabar un DVD esta tarde. A título meramente de enseñarte ciertas cosas. Que tu las veas, y tomes nota de ellas
- Verás... esto es como un deportista de élite. Tiene que trabajar su técnica, sobre todo aquellos puntos donde flaquea un poco.
- Hijo, por favor – gritó - ¿Crees que es normal que me pongas algo así? Soy tu madre, ¿recuerdas?
- Perfectamente, madre – respondí- Si no lo recordara, no lo pondría. Es tu gran fallo, tu handicap, y debes trabajarlo y mejorarlo. Y nada mejor que verlo para saber como se hace.
- ¿Donde vas? - increpé – Si te vas, si lo evitas, nunca aprenderás. Siéntate y observa.
- Bien mamá , ¿Que te ha parecido? ¿Has visto algo que te halla llamado la atención? Dime... ¿Que crees que puedes aprender de esto?
- No se – respondió – Sinceramente no lo se. He visto cosas distintas, totalmente diferentes a lo que yo hago, pero no se si seré capaz de llevarlas a la práctica.
- Poco a poco mami, poco a poco -le respondí -
- Ya ya.. si te entiendo – respondido – pero con un desconocido no es la mejor forma de practicar el sexo oral. En un tiempo, si vuelvo a tener pareja medianamente estable, lo haré
- Entonces, madre, si no practicas sexo oral, poco van a durarte las parejas.
- ¿Y entonces? ¿Que quieres que haga
- Sencillo madre,,, practicar y dejarte llevar.
- Ya has tenido la teórica . Dije – ahora, es el turno de la práctica
- Hijo por favor, vale ya.
- Lo estás deseando. Hazlo. Deja que te enseñe. Ven.
- Ves Rosa, no es tan difícil – en ese momento, preferí llamarla por su nombre. Haberla llamado madre podría hacer que se hubiera asustado -
- Venga Rosa, se buena, saca tu lengua, abre tus labios.
- ¿Ves? No pasa nada.. Ahora, deja de estar inerte y comienza a hacerlo tu... demuéstrame lo que has aprendido.
- Abre más la boca, y cómete un poquito más de mi polla, venga -
- No tanto Rosa, no tanto... no la abras tanto.. solo lo justo para que puedas comerte la polla sin hacer daño.. que tus labios apenas rocen mi polla. Y una vez en tu boca, deja que la lengua choque con mi glande... acaricialo con ella. Venga.. hazlo, practica.
- Ahora hacia abajo... venga. Sácate la polla de la boca, saca tu lengua, y lame toda mi polla, del capullo a la base... venga... y sigue luego por el escroto. Besa y acaricia con suavidad mis huevos... venga, hazlo, sigue así
- No, no, no, no – corregí – Así no. más suave con la lengua. Sin apretar mucho, pero sin quedarte corta tampoco... venga, inténtalo
- La fuerza, caray. Modula la fuerza..
- No se que me quieres decir – respondió abriendo la boca por primera vez desde que empezó a comerse mi pene – No le veo el por qué a más o menos fuerza..
- ¿No? ¿No ves diferencia? Bien bien.. para, y levantate. Ven, arrodillate aquí, frente a mi.
- A esto me refiero -
- ¿Te ha gustado la caricia?
- No.. al contrario – respondió – Me has hecho un poco de daño.
- ¿Ves a que me refiero con la modulación? - Dije – Como puedes ver, tus pezones no reaccionan de la misma forma a una suave caricia que a un magreo brusco... aunque a veces hacerlo un poco brusco, también es excitante. Ahora, venga, ven, intentalo de nuevo
- Rosa – le dije casi entre gemidos – ahora vas a tomar el postre
- ¿Donde vas? - pregunté
- Al baño, tengo que lavarme.
- Espera, esto aún no ha acabado.
- Yo ha recibido mi dosis de placer, ahora te toca a ti.
- Para, para, por favor – Dijo
- ¿Ahora? - contesté – ni lo sueñes. Si no querías esto, haberlo pensado antes
- Relájate y disfruta. Quiero oír como te corres.
- ¿No estuvo tan mal, verdad? - pregunté
- No lo se – contestó – mal no estuvo, pero no creo que sea correcto.
- No pienses en eso, piensa en el placer. Solo en el placer que acabas de recibir.
- Te espero en el sofá, ¿vale?. Cuando termines de asearte, vente a el.
- No volverá a pasar. - me dijo-
- Quien sabe, madre, quien sabe – respondí
- Yo lo sé – añadió -
- Dime, ¿ha sido muy complicado comer bien una polla? Porque lo has hecho de miedo.
- No – respondió – bueno, no se, me cogiste un poco desprevenida. Después de ver esos videos, tan solo hice lo que recordaba de ellos. Nada más
- No importa. Lo que realmente importa – añadí – es que ya has encontrado el camino. Ya sabes como hacer para que un hombre disfrute del sexo oral contigo.
- No se. Quizás no me atreva a hacerlo con otra persona. Al menos de esta forma.
- Ya veremos, madre, ya veremos.... ahora tendrás que ligar un poquito, para saber si estas clase te ha sido útil o no... y también para seguir practicando el arte de la felación.
- No me atrevo – dijo – si el otro día, pero porque iba contigo, me sentía segura, había bebido algo más de la cuenta y tu lo hiciste todo. Pero yo sola es otro cantar. Soy tímida con los hombres
- Nada nada... mañana lo arreglaremos entonces. No hagas planes para la noche, si no tienes, y recibirás una nueva lección.
- Hijo no. Esto se acabó. Soy tu madre y no me siento cómoda compartiendo mi vida sexual contigo. Y mucho menos, acostándome contigo.
- Tampoco hace falta que lo veas así – añadí – tu disfrutas, yo disfruto, y además, has aprendido algo nuevo. Y que coño, estas muy buena aun. Tienes unas tetas capaces de hacer perder la razón a cualquier hombre. Así que habrá que quitarte esos complejos. Ahora ya es tarde, y mañana la noche igual es larga. Será mejor que nos vayamos a dormir
- Hasta mañana, madre. Descansa