Con una empleada madura

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Virgen
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Ene 16, 2012
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Tenía un departamento de soltero en la capital. Era un profesional joven y por mi trabajo viajaba mucho por el país.
Contrate a una señora para que realizará el aseo, además como lavandera y cocinera, iba tres veces a la semana, le pagaba bien nunca he sido amarrete y era bien pagado.
Me hacia muchos postres caseros y mantenía el departamento limpio junto con toda mi ropa. Con eso al final era un ahorro. La veía poco.
Era una conocida de la administradora del edificio, cuando la conocí me impresiono de inmediato, era una madura muy bella, no muy alta pero delgada, pelirroja natural con unos bellos ojos azules, y un cuerpo muy deseable para una mujer de su edad.
Tenía bellas piernas y un pecho lleno para el tamaño de su cintura. Paso el tiempo, por su amiga me entere que tenía 3 hijas, todas muy bellas pero locas, estaban en el mundo del modelaje y de la TV.
Una de ellas ya tenía un hijo como madre soltera. De las tres no se hacia una, puteaban de lo lindo con productores, cantantes, publicistas.
Así que mi empleada no era muy alegre que digamos, era muy seria, alguna vez tuvo ilusiones y sueños de un futuro mejor.
Siendo tan bella pudo tener más y llegar más lejos, pero se caso por amor y el marido resultó un fracaso.
Estaba separada y el marido vivía en otra ciudad. Ella llegaba temprano. Yo cada vez que la veía en las mañanas, la miraba y admiraba, ella se daba cuenta que recorría con la vista sus bellas piernas, su busto relleno, su bello pelo.
Pero era muy seria y no me permitía nada. Tomaba mis instrucciones y se iba a la cocina hasta que yo me iba.
Una cosa que me llamaba la atención que siempre usaba medias negras, en distintos tonos. En eso era muy coqueta,
Por supuesto yo tenía una erección de sólo verla. Poco a poco nos fuimos siendo amigos, una vez que se iba a la cocina, antes de entrar se dio vuelta y me vio como la seguía, se sonrió y entro en la cocina, ese día estaba muy bella con sus medias negras y con su traje de empleada azul y blanco, que yo le había comprado y que era un poco más corto que sus faldas habituales.
Sabia que le tenía ganas, sólo había que esperar. Una día llegue de un viaje en la noche, tuve que volver un día antes por orden de mi jefe para estar en una reunión al día siguiente.
Tuve que hacer milagros y tomar el último avión a la capital desde la ciudad donde me encontraba, más encima se atraso el vuelo.
Cuando entre al departamento ya muy tarde, note algo raro, claro la puerta no estaba con doble cerradura como yo tenía ordenado, empecé a recorrer y en la cocina me di cuenta que el vestido de ella no estaba en el lugar que siempre lo dejaba, llegue a mi dormitorio y ahí estaba ella en mi cama durmiendo, no prendí la luz, de afuera entraba suficiente.
Me acerque y me senté en el borde. Se había sacado el vestido y estaba en ropa interior, sostenes y medias, se había destapado y lo podía ver en toda su hermosura.
No pude resistir, con cuidado comencé a acariciar su bello cuerpo, tenía su vientre plano, baje la mano y llegue al borde de su calzón, se lo levante y llegue hasta sus labias, estaba depilada, frote sus labias hasta que se humedeció, ahí le metí el dedito, si estaba muy húmeda.
Levante la vista y ella me miraba, pero no dijo nada. Me agache y le bese el vientre, mientras comenzaba a lamerla hacia arriba, pase por sus senos y los bese, sus pezones se notaban erguidos, me puso la mano en mi cabeza, le aparte el sostén y comencé a chuparlos, ya movía sus caderas.
Me baje los pantalones y ella se puso a chupar mi pene con unas ganas locas, si que necesitaba sexo.
No la deje terminar aunque mis caderas si lo querían, me desnude totalmente, ella se bajo sus calzones y abrió las piernas para recibirme, me puse entre ellas, llevando mi pene hasta la entrada de su vagina, cuando la toque dio un gemido, estaba muy húmeda, mi pene entro sin problemas mientras sus jugos me lo bañaban, sus labias se pegaban a mi pene, la sensación era deliciosa, tenía una vagina pequeña, la llenaba completamente, subió sus piernas a mis hombros para ofrecerse aun mas, yo quería disfrutar sacaba y metía mi pene, cada vez mi glande lo frotaba en sus labias, ella quería solo tenerlo adentro así que bajo sus piernas y las cruzo en mi cintura mientras movía sus caderas, sentía como mi pene tocaba el contado de su vagina y sus labias, no me pude aguantar mas, buscamos placer sin pausa, ella me araño y me mordió, alcanzo uno, dos orgasmos mientras yo eyaculaba dentro de ella, llenándola de semen, mucho semen, terminamos agotados yo dentro de ella, saque mi pene y un hilo de semen salio de su vagina derramándose hacia su rajita.
Nos tendimos uno a lado del otro, yo le acariciaba la pierna, ella finalmente se levanto al baño, al rato la seguí, estaba en la ducha lavándose la vagina con la ducha desmontable, me metí adentro y puse la ducha en su sitio y di toda el agua para tomar un baño caliente juntos. Yo me puse detrás, con mi pene en su trasero, tome el jabón líquido y la enjabonaba y la acariciaba con él.
Ella también eso lo mismo, ya tenía de nuevo una erección, ella se agacho y bajo la ducha me comenzó a lamer y a chupar. Era una golosa, no termino, se dio vuelta y se agacho, abrió las piernas ofreciéndome su trasero.
Estaban sus dos hoyitos a mi disposición, tome mas jabón y le eche en el ano, ella no se quejo, le eche mas y se lo metí hacia adentro, ella se dejaba hacer, sabia que a todos los hombres les gusta por ese lado, es la sumisión de la mujer, ella agachaba la cabeza, era mi esclava sexual, podía hacer con ella lo que quisiera, era su macho, le había dado placer, le daría mas y ahora marcaría mi territorio en su ano. Le eche suficiente jabón, y le masaje su hoyito, puse mi pene en la entrada, presioné como siempre y sus músculos cedieron, la tome de la cintura para metérselo hasta el fondo, era muy rico.
No termine, entraba y salía, pero sólo fue placer, el placer de la entrega de la hembra a su macho. La levante y la bese, apoyo su cabeza en mi pecho, mientras yo le acariciaba la espalda y su trasero.
Me había sido fiel, era una buena hembrita, dócil y obediente como debe ser, sabia su lugar, obtendría orgasmos y placer por que yo se los daría y ella estaría agradecida. Nos terminamos de bañar y volvimos a la cama.
Ella partió a la cocina a buscar algo para comer y darnos energía. Mientras tanto, saque de mi colección privada de DVD uno para la ocasión, que podía ser: no gay por supuesto, tenia algunos por que algunas amigas se calientan con eso, uno de teen tampoco, ella solo quería olvidar a sus hijas y ver a jovencitas chupando penes y siendo empaladas no sería de su agrado, uno de orgías podía ser, tenía uno de maid francesa, una bella empleada que era cogida por todos los miembros varones y gozada por las mujeres de una familia francesa, tampoco, lo mejor una de un cartero italiano muy pícaro que se servía a distintas dueñas de casa insatisfechas de sus maridos y ansiosas de vergas.
Estaba en eso cuando regreso, puse el DVD y volví a la cama. Traía una bandeja con pan, quesos, huevos revueltos, mermelada, jamón y los postres que me gustaban mas café negro, nos pusimos a comer mientras mirábamos la película, nos besábamos y acariciábamos mientras ella me pasaba pan con algo y tomábamos café. Estábamos desnudos, pero eso pronto lo remedie, estaba preparado, le pase un bello negligé negro transparente, se veía muy sensual, ella se levanto y se puso las medias negras, no dije que era obediente.
Por eso se gano un beso donde ustedes saben. Como otros no ensucio el lugar donde me divierto, así que nada de comida por ahí. Me contó que estaba enojada con las hijas por que la segunda estaba embarazada de un productor casado. Se repetía la historia de la mayor. Así que no quería volver a su casa.
Ella ya no podía tener más niños, se había operado después de la tercera hija, y después de que se fue el marido no había estado con hombres, me digo muy seria y le creí, sus ansias de sexo eran por algo.
Mientras tanto el cartero italiano hacia de las suyas con escenas cada vez más calientes, ella me había tomado el pene y me masturbaba despacio, yo le acariciaba sus labias, habíamos dejado de comer, me levante y fui a dejar la bandeja a la cocina, cuando volví ella a su vez se masturbaba mirando la película, el cartero enculaba a una bella rubia, me puse entre sus piernas y comencé a lamer sus bellas labias, se levanto y me puso de espaldas atravesado en la cama, arriba mío me ofreció sus labias nuevamente mientras ella se dedicaba a lamer y a chupar mi pene. La puse en cuatro en la cama y la penetre por sus labias húmedas.
Su coño se pegaba a mi pene, mientras yo me tendía encima para agarrar sus senos, nos dimos vuelta para mirar la película, yo la penetraba y ella gemía mientras miraba y movía sus caderas, al final la penetre una y otra vez hasta que alcanzo un orgasmo y yo eyacule dentro de ella juntando mis bolas con sus labias, la penetre totalmente.
Ella trajo confort del baño, así que limpiamos en la cama pero fuimos igual al baño. Ella fue primera, al volver ella estaba tapada y dormida.
Estaba de lado, así que me instale detrás de ella, abrazándola. Me quede dormido. Al despertar ella seguía durmiendo de lado, no tenía calzones, así que me puse de lado con mi pene en sus nalgas, poco a poco la fui abriendo buscando su ano con la puntita. Para ayudarme busque una crema que tenia en el velador convenientemente.
Me unte un dedo y busque su ano para untarlo. Me eche también en mi pene, quedo totalmente lubricado, ahora fue más fácil. Lo puse en la entrada, presione y entro con suavidad, ella estaba muy calientita. Se había despertado pero me dejaba hacer, yo la acariciaba y la besaba mientras sacaba y metía mi pene. Finalmente me aparto y se puso en cuatro echada hacia delante.
Me puse por detrás y nuevamente la penetre, la crema ayudaba mucho. La hice mía mientras me inclinaba para tocar sus tetas, estaba excitada con los pezones erguidos, me salí y me puse un preservativo, seguí con sexo vaginal hasta que eyacular dentro de ella mientras aporreaba su bello trasero. Se acostó y quede sobre ella. Ahora fui yo al baño primero, me tenía que sacar toda la crema de mi pene. A continuación, dormimos, al despertar nuevamente hicimos el amor estaba en la posición del misionero mientras nos besábamos y acariciábamos.
Ahora ella se subió encima mió dándome la espalda, subía y bajaba y yo veía como sus labias se pegaban a mi pene ya tenía poco semen así que eyacule un poco pero ella tuvo un bello orgasmo doblando su espalda.
Quedo encima mió, con su trasero en mi estomago. Se dio vuelta y ahora sus tetas calentitas estaban sobre mi pecho. Yo le acariciaba la espalda. Tenía que ir a la reunión con mi jefe así que estuve un rato más con ella encima y me tuve que ir a duchar.
Ella se quedaría todo el día y me esperaría en la noche.
Así comenzó mi aventura con una madura que duró varios años, mas adelante se quedaba los viernes y todo el sábado.
Era el día completo de sexo. Andábamos desnudos o ligeros de ropa y cogíamos como conejos en todas las posiciones imaginables por todos lados del departamento. Ella se convirtió en mi esclava sexual, sin humillarla hacia todo lo que yo quería, obedecía mis órdenes y tomaba las posiciones de una esclava, inclusive la amarraba a la cama de pies y manos, ella sabia que sólo me tenía que decir y yo la soltaría.
Con sólo una orden se ponía de rodillas sumisa para chupar mi pene o se ponía en cuatro para ofrecer su ano.
También aprendió a darme masajes por todo el cuerpo con sus bellos pechos, una gracia que me hizo una putita hace muchos años y que me volvió loco por un tiempo. Yo la adoraba, le compre muchas cosas, le subí el sueldo y le compre ropa sensual: bodys transparentes con una abertura muy conveniente, catsuits, corsets, medias, badydolls.
Y más DVDs, le gustaba el porno. Y también un par de consoladores para sus hoyitos ansiosos, bolas anales y para mi anillos para el pene con roce para ella. Con ese nivel de sexo no me quería casar hasta que me presento a su hija menor, que resulto ser la más cuerda, recién se estaba iniciando en el modelaje y no quería terminar como sus hermanas, por supuesto que no le contamos que su mama era mi amante y esclava sexual. Finalmente me case con ella para alegría de mi madre y de mi futura suegra que se aseguraba un amante, por que seguimos siendo amantes después de mi matrimonio. No falta la ocasión.
 
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