Con la madre de Raquel

roman74

Pajillero
Registrado
Ene 9, 2008
Mensajes
2,925
Likes Recibidos
60
Puntos
48
 
Siempre me han atraÃ*do las mujeres maduras. Ya de pequeño, en el colegio, soñaba despierto con actos de los más explosivos con mi profesora de geografÃ*a, algunos tan candentes, que harÃ*a sonrojar a la mismÃ*sima Cicciolina.
Aunque soy una persona con una vida sexual que podÃ*a ser calificada como intensa, lo cierto es que, a pesar de tener constantemente este tipo de fantasÃ*as eróticas, me refiero al acto con mujeres maduras, nunca me he planteado, el intentarlo al menos, con una mujer de esas caracterÃ*sticas.
La causa de esto, quizás sea, que todos mis pensamientos eróticos, mis fantasÃ*as sexuales, mis anhelos más privados y calenturientos, estén enfocadas a una sola persona, Vitoria.
Vitoria, es la madre de una amiga de la pandilla. Morena, alta, delgada, no un pecho lo suficientemente grande, pero en conjunto, tiene un buen tipo, y se conserva bien. Es más, yo dirÃ*a que tras tener 2 hijas, y con sus 45 años, se conserva mejor que muchas de las chicas jóvenes que he conocido en mi vida.
Vive sola junto a sus dos hijas, Raquel y Ana en una preciosa casa que les correspondió en el reparto de bienes en su separación matrimonial. Y aunque ya lleva más de 7 años que esta se produjo, no se le ha conocido relación alguna, cosa que intensifica el morbo mucho más.
Como tiene una casa grande, en un pequeño terrenito a las afueras de la ciudad, suele ser sede de nuestras continuas reuniones y fiestas, que pueden prolongarse hasta largas horas, ya que al no tener vecinos colindantes, no se molesta a nadie, y a ella, el hecho de tener a sus hijas cercas, le vale más que la molestia que podamos ocasionarle hasta bien entrada la madrugada. Yo, muchas veces, le insisto para que comparta con nosotros las veladas, moción que suele ser bien acogida y aplaudida por todos, ya que es una persona agradable y divertida, y desde el primer momento ha congeniado bien con todos nosotros.
Una tarde que decidimos hacer una fiesta por comienzo de las vacaciones, nos dirigimos hacia su casa, como tantas otras veces, habÃ*amos comprado comida china, frutos secos, y varias botellas de alcohol. Estábamos efusivos, pues por fin habÃ*an terminado las clases, y querÃ*amos disfrutar al máximo de aquella velada, asÃ* que llevábamos pelÃ*culas para ver y algún que otro juego de mesa.
La velada transcurrió como esperábamos, entre risas, y más risas, comida, bebidas, juegos, más risas, … lo cierto es que lo estábamos pasando muy bien, y como de costumbre, una vez más, se propuso que Vitoria participase de la velada. Esta vez, Vitoria, no estaba en su mejor momento, ese dÃ*a, hacÃ*a 8 años de su divorcio, y parecÃ*a ser, que no lo habÃ*a superado del todo.
AsÃ* que como no nos gustó verla con ese estado de ánimo, insistimos más que de costumbre a que se uniera a la fiesta, siempre con la consigna de que "Ã*bamos a alegrarle la noche". Y asÃ* fue, lo cierto, es que rápidamente entro en la dinámica y se olvido de que fecha era, y asÃ* entre juegos y risas, fueron pasando las horas. Como a las 3 de la madrugada, y ya pasados un poco todos de rosca a consecuencia del alcohol, se propuso jugar a el juego de verdad o prenda. Juego, que por prescripción, no se recomienda mezclar con altas horas de la madrugada ni con alcohol, por que tiende a teñirse de un aire picarón, cosa que asÃ* ocurrió.
Algunas prendas fueron sujetadores, enseñar el trasero, y cosas similares, y las preguntas os podéis imaginar,… hasta que le tocó el turno a Vitoria, que eligió pregunta. Todos habÃ*amos bebido bastante, y Susana, que debÃ*a hacer la pregunta, más que algunos, por lo que yo creo que se le fue la cabeza al preguntarle, que si para cubrir tanto tiempo de ausencia masculina se masturbaba…. Se hizo un silenció total, Vitoria que se puso colorada como un tomate, miraba nerviosa para los lados, yo creo que buscando el rostro de sus hijas, y todos percibimos la tensión en el ambiente… asÃ* que para cortar con la situación, me levanté de un salto, diciendo: "- ya está bien de tonterÃ*as,… vamos a jugar a otra cosa".- como habÃ*a bebido, y llevábamos un largo rato sentados en el suelo, el levantarme tan rápidamente produjo en mi mente un mareo que me tumbó, situación que divirtió a todos, y que hizo desviar la atención de lo que habÃ*a sucedido.
Propusimos jugar a ese juego, en el que un tablero, te obligaba a poner una mano en un sitio, un pie en otro, luego otra mano, para después el otro pies, y luego a una pareja lo mismo, produciendo situaciones realmente divertidas. Para mi dicha, a mi me tocó como pareja Vitoria. Fueron minutos que disfruté como un niño pequeño con una caramelo, el contacto con su cuerpo, estar tan cerca, respirar su fragancia, … me estaba poniendo a cien… querÃ*a abrazarla, besarla, tomarla…. Lo cierto es que tanta fantasÃ*a acompañado por tanto contacto, produjo en mi un efecto obvio, mi pene se ensanchó. Cuando volvÃ* a la realidad, y me percaté de qué sucedÃ*a, me tiré al suelo perdiendo asÃ* la partida, pero es que era mejor perder, de que todos se dieran cuenta de que estaba con una erección, y creedme, se notaba.
Vitoria, me ayudó a reincorporarme, y cuando me puse a su altura, me di cuenta de que estaba sonrojada, y evitaba el mirarme a los ojos… cosa que me hizo plantear que quizás ella si se habÃ*a dado cuenta de lo sucedido.
Me volvÃ* a mi lugar como si tal cosa, y seguimos jugando. Como a las 5 de la madrugada, habÃ*amos caÃ*do prácticamente todos. Las chicas estaban repartidas entre las habitaciones de Raquel y de Ana, Vitoria en la suya, y los chicos esparcidos por el salón. El alcohol es lo que tiene, te tumba de verdad, y todos estábamos rendidos.
Al rato de estar durmiendo, me entraron ganas de orinar, y tras una lucha momentánea de si me levantaba o me aguantaba, por no tenÃ*a maldita la gana de levantarme, llegué a la conclusión, de que o iba al baño, o me lo hacÃ*a encima, asÃ* que decididamente me levanté y me dirigÃ* al baño que estaba en el pasillo. Justo cuando estaba llegando, y con un solo ojo abierto, vÃ*, que Raquel se me adelantaba, y me cerraba la puerta en mis propias narices…a lo que solo fui capaz de decir… "- espera que me meo"- la puerta se abrió súbitamente, y Raquel con cara también de zombi, me respondÃ*a… "- ve al otro, al final del pasillo, a la izquierda, y al final a la derecha - cerrando de nuevo la puerta en mis narices.

La casa era grande, pero intentad recorrerla en estado de semiembriaguez y medio dormido, que os va a parecer muchÃ*sima mas grande. Además me meaba, asÃ* que acelerando el paso, … final del pasillo, a la izquierda, y al final de ese otro pasillo,… a la…. ¿habÃ*a dicho derecha o izquierda?... bueno, la puerta de la izquierda estaba entre abierta, asÃ* que empezarÃ*a por esta…. Pero cual no fue mi sorpresa, al encontrar que no era el baño, era el dormitorio de Vitoria, y …. No me lo podÃ*a creer, mi corazón se aceleró de o a cien, y mi pene se estiró completamente, tenÃ*a frente a mi, a Vitoria, tirada en la cama, masturbándose con un consolador de plástico… rápidamente retrocedÃ*, cerrando la puerta dejándola solo unos centÃ*metros abierta, lo suficiente para que pudiera verlo todo, y que ella no se percatara de ello.
Era una situación impresionante… allÃ* estaba yo, mirando a la mujer de mis fantasÃ*as como se dejaba penetrar con un artilugio de plástico, mientras con una mano se masajeaba un pecho, y gemÃ*a, .. ¡PodÃ*a oÃ*rla gemir!... con el pene de plástico se acariciaba los labios del chocho, tocando su clÃ*toris, se la metÃ*a, se la sacaba, se masajeaba toda la concha, a la vez que con la otra mano, seguÃ*a acariciándose el pecho, luego los labios, luego se chupaba el dedo…
Mi pene iba a hacer un agujero en el pantalón del pijama, comencé a acariciármelo, y no tuve más remedio que sacármela, y comenzar a pajearmela allÃ* mismo, … aquello estaba al rojo vivo, .. pero mayor fue mi sorpresa, cuando entre los gemidos, la oÃ* decir… "… si… si… dame más… si… Antonio… métemela toda, hazme tuya…."…. aquello me hizo parar en seco… habÃ*a oido bien?... habÃ*a mencionado mi nombre… bueno, lo cierto es que Antonio habÃ*a muchos, pero que gusto oir mi nombre en su boca, en su lujuria…. Ella continuaba…. "- más, si… antes te empalmaste conmigo ¿eh?... ahora hazme toda tuya… dame más… si…-" ¿Qué decir? Estaba hablando de mi, estaba fantaseando conmigo, mi pene parecÃ*a cobrar vida propia, creo que nunca en mi vida se habÃ*a puesto tan dura, tan firme, … mi mente ardÃ*a, no podÃ*a aguantar más, … necesitaba!.... no se como me atrevÃ*, pero abrÃ* la puerta de golpe, y allÃ* estaba yo, bajo el marco de la puerta, parado, los pantalones bajados, y una estaca firme, poderosa, pidiendo guerra…. Vitoria se sobresaltó, la habÃ*an pillado in fraganti… pero, la situación la tuvo que agarrar de mayor sorpresa aun, pues no supo reaccionar.. alli estaba, quieta, desnuda, con un consolador en una mano, y mirándome fijamente los atributos…. AsÃ* que sin pensarlo, me acerqué a su cama, y dejando los pantalones en el camino, metÃ* mi cabeza entre sus piernas… Comencé chupándole toda la concha, cada rincón, cada pliegue, jugaba con mi lengua y su clÃ*toris, querÃ*a comérmela toda, ella jadeaba, gemÃ*a, ….habÃ*a tirado el consolador, ya no lo necesitaba… yo le agarraba sus piernas y la cerraba sobre mi cabeza, comiéndoselo todo… estaba empapada, su coño estaba humedÃ*simo, bien lubricado, el jugo almacenado de mucho tiempo en desuso… Mientras le lamÃ*a el chocho, aprovechaba usaba mi dedo para masajearle el ano, usaba el mismo jugo de su concha para ello, y poco a poco, a la vez que con mi lengua rozaba su clÃ*toris, comenzaba con mi dedo a darle por el culo… asÃ* estuvimos un rato, hasta que no aguantó más, y se corrió… pegó un grito, que amortiguó con su propia mano para no despertar a nadie… entonces, me levanté, y sin dejarla respirar ni un segundo la volteé, y poniéndola a cuatro patas se la metÃ* por el ano, de golpe, sin miramientos… ella solo fue capaz de decir…." Espera…"- pero ya era tarde, yo estaba fuera de mi, se la metÃ*a se la sacaba, ella gemÃ*a, jadeaba, "… si, si…. Si…. Más…." – era puro instinto animal, la abrazaba con fuerza, mientras se la metÃ*a, cogiendole los pechos, acariciándole el chocho… tuvo un nuevo orgasmo, y yo mete, saca, mete… se me iba la vida en ello, asÃ* estuvimos hasta que por fin me corrÃ* en ella, estábamos exhaustos… agotados, …. Nos besamos, durante un rato, y al final nos quedamos dormidos….
Yo me desperté como a la hora y la deje en la cama, dormida, sonriente,… no podÃ*a dejar que todos se despertaran y no me encontrarán en el salón, asÃ* que me fui al baño que estaba en la puerta de enfrente, oriné, me lavé, y me dirigÃ* al salón donde de nuevo me acostaba como si nada hubiese ocurrido.
A la mañana siguiente, nos fuimos despertando progresivamente, aunque tarde, y continuamos con la fiesta. Vitoria, no estuvo con nosotros, pues estaba muy cansada, por falta de costumbre a madrugar, pensaron todos, aunque yo sabÃ*a la verdadera razón.
Hoy aun somos amantes a escondidas, y yo sigo animando a que se una a nuestras veladas, corre el rumor que tiene una relación, pero que nadie ha visto nunca, yo por supuesto, me rÃ*o para mis adentros cada vez que esta conversación sale, pero ahora más que nunca, debe ser una relación secreta, … yo salgo con Raquel con el consentimiento de Vitoria, y aunque es fantástica en la cama, ni punto de comparación con su madre, mi fantasÃ*a realizada… y aunque soy muy feliz, asÃ* es el hombre que nunca está conforme con lo que tiene, ahora tengo otro anhelo oculto, hacérmelo con madre e hija, pero eso será en otra ocasión, sino, tiempo al tiempo…
 
Arriba Pie