Con la Madre de mi Novia en Vacaciones – Capítulos 01 al 03

heranlu

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Con la Madre de mi Novia en Vacaciones – Capítulo 01



- Jorge, me ha dicho mi madre que me vaya con ella de vacaciones!

- Pero nena, ya habíamos planeado irnos nosotros solos una semana!

- Joder, hace dos meses que se ha separado de mi padre, y no me apetece dejarla sola!

- Ya, pero dejarme a mí sólo si que te da igual!

- No me da igual! Además, le he dicho que ya lo teníamos planeado y me ha comentado que no le importa que te vengas con nosotras. Es más, ella correrá con todos los gastos de las vacaciones!

- Joder, que generosa! Dije con sarcasmo.

Yo tenía entonces veinte años y llevaba saliendo dos con Lucía que tenía mi edad. Estaba enamorado de ella y nos entendíamos muy bien en todo, sobre todo en el sexo. La verdad es que estaba muy buena además de ser guapa. Era bajita, uno sesenta y cinco, comparada conmigo que mido casi el uno ochenta, pero estaba muy bien conformada. Un culo perfectamente redondeado, unas tetas medianas con unos pezones que se le ponían duros como piedras y que me volvía loco comérselos viento como se excitaba. Su piel era de un moreno suave que lo adornaba con una media melena que se solía teñir de rojo. Sus ojos verdes y su boca grande, con labios sensuales, le daban un atractivo especial.

Vivíamos cada uno en casa de nuestros padres por falta de recursos y manteníamos sexo cuándo podíamos, que no era siempre que queríamos. Su madre me caía bien, pero parecía que nos iba a estropear la semana, una semana que pensaba pasármela follando con Lucía hasta reventar.

El padre de Lucía se había pirado de casa con otra tía, pero las había dejado bien acomodadas dado que tenía una empresa que daba mucho dinero.

Viendo que parecía no haber más opciones cedí ante la presión de Lucía.

- De acuerdo, iré con vosotras, pero espero que tu madre no nos incordie demasiado!

- Tranquilo, tendremos nuestra habitación y me ha prometido no incordiar!

- Menos mal! Pensaba que nos iba a hacer dormir separados!

- Desde que se ha marchado mi padre ha cambiado mucho!

Me dijo abrazándome muy contenta y pegándome un morreo como ella sabía darlos. La verdad es que el roce de su cuerpo ya me ponía cachondo.

- Lo mismo se escandaliza cuando estemos follando y te oiga gritar!

Le dije con sorna.

- Ya te he dicho que ha cambiado, y si es preciso morderé la almohada cuando me metas hasta el fondo ese pedazo de polla que tienes, cabron!

Me contestó con entusiasmo y excitación.

- Te comeré el coño todos los días como desayuno, zorrita!

- Y yo te dejare la polla en carne viva, cerdo!

Estás frases eran muy habituales en nuestras conversaciones, nos gustaba el sexo y también hablar de él.

Por fin llegó el día de la partida y me presenté en casa de Lucía con mi maleta. Allí estaban Lucía, y su madre, Carmen, esperándome en la puerta con el coche ya cargado.

“ Ostias! “ Dije casi en voz alta al verla. Carmen siempre había sido muy recatada y religiosa con un vestuario austero, y ahora iba con unos shorts tan cortos como los de su hija y una camisa que parecía que le iban a estallar los botones. Pude ver que tenía un culo redondo y apretado seguido de unos muslos impresionantes. Las tetas me impresionaron aún más al ver lo grandes que eran, siempre las había disimulado con ropa ancha. Su piel era algo más morena que la de Lucía, pero tenía la misma cara, con ojos verdes y labios gruesos pintados de un rojo intenso. El pelo castaño adornaba su cara perfectamente.

Las dos se habían vestido igual y casi parecían hermanas. Carmen tenía cuarenta y cuatro años, y nunca antes me había fijado en ella, seguramente por la ropa que se ponía.

Cuando me acerque, Lucía me dio un tierno beso en los labios y su madre dos en las mejillas que me llegaron a parecer más largos y sensuales que los que me solía dar.

- Me alegro que vengáis a pasar las vacaciones conmigo, hijo!

Me dijo con una amplia sonrisa como nunca se la había visto antes. Lo de llamarme hijo se había vuelto habitual desde hace varios meses.

Nos dijo que podíamos montarnos los dos atrás si queríamos ir hablando y así lo hicimos. La guarra de mi novia fue manoseándome la polla todo el camino y llegué con una inflamación tremenda. Llevaba unos pantalones cortos y veía que se iba acabar saliendo el capullo por uno de los cañones.

Cuando llegamos me quedé alucinado, era una casa en medio de un bosque, aunque muy cercana a un pequeño pueblo. Tenía una gran cantidad de terreno vallado por una pared alta de piedra, pero vamos, creo que te podías perder sin salir de la valla. Y lo mejor, una piscina en la parte trasera. Se notaba que la señora manejaba dinero.

Solo tenía dos habitaciones, algo que me consterno un poco, pues dormiríamos pared con pared. También solo había un baño común en el pasillo que tendríamos que compartir con su madre, pero bueno, en general me pareció un sitio ideal para pasar unos días follando sin ruidos.

Nos metimos en una de las habitaciones a deshacer las maletas y Carmen hizo lo mismo en la otra.

- Diosss, que zorra eres! Traigo la polla que me va a reventar!

- No te gusta que te la ponga dura?

- Si, pero no en el coche, y con tu madre conduciendo. Seguro que se ha dado cuenta como estaba cuando hemos salido!

- Bueno, pues que se vaya acostumbrando. Creo que te va a ver a menudo con el pantalón abultado! Jajaja!

Rió con ganas mientras me abrazaba para besarme.

La agarré del durito culo y la apreté contra mi polla que estaba como un tronco de madera.

- Creo que te voy a bajar el hinchazón para que no salgas así a la piscina!

Me dijo quitándose la camiseta y el sujetador. Me desabrochó el pantalón con su torso desnudo y me empujó contra la cama. Cuando tiro de la tela hacia abajo, mi polla apareció tiesa y erguida apuntando al techo.

- Ummm, que buen aspecto tiene! Dijo mientras subía y bajaba la tersa piel que envolvía el tronco lleno de hinchadas venas.

Se arrodilló entre mis piernas y comenzó a lamerme el capullo como si fuera un helado. Su boca era deliciosa, y me encantaban las mamadas que me hacía. Mi polla tiene un buen tamaño y nunca había conseguido tragársela entera, pero sentía chocar mi capullo contra su garganta y eso me ponía como una moto. Siempre pensaba que algún día sería capaz de tragársela entera para sentir mi capullo atravesando su garganta, eso debía de ser la leche!

Comencé a sobarle las tetas sintiendo como se le ponían duros los pezones. Ella abrió la boca y comenzó a succionar el capullo que lucía un rojo intenso. Succiono hasta meterse media polla en la boca mientras me la sujetaba con una mano y sobaba mis huevos con la otra. Comencé a tirar de sus pezones sabiendo como eso la ponía de cachonda.

- Vamos zorrita, métetela más, que tú puedes! Era la frase que le decía casi siempre pensando que algún día pasaría, pero tampoco fue ese día.

Ella siguió a lo suyo, pegándome unas chupadas que no tardaron en hacerme jadear. Llevaba tanto tiempo con la polla dura y no tardé en correrme.

- Chupa, chupa! Que ya llega! Le grité apretándole las tetas.

- Te voy a llenar la boca de leche! Vamos perra, no pares! Tragártela toda!

Eran mis frases habituales, aunque innecesarias, siempre se tragaba todo lo que salía, y así lo hizo de nuevo.

Mi polla comenzó a soltar leche como una manguera, y mi novia se la tragó como si fuera una rica cerveza en un día caluroso de verano. Siguió chupando y tragando hasta que salió la última gota. Cuando se la sacó de la boca estaba limpia y brillante. Me sonrió relamiéndose los labios y viendo que mi erección no acababa de bajar del todo.

- Creo que necesito otra mamada! Le dije de guasa.

- Pues va a tener que ser más tarde. Mi madre estará esperándonos en la piscina. Le he dicho que saque una cervezas y se van a calentar!

Contestó riéndose con sorna.

Se quitó las bragas, que era lo único que le quedaba, y se puso un bikini.

- Te gusta? Me lo compré ayer!

- Joder! Estás para comerte con él!

Era un pequeño tanga naranja que contorneaba sus muslos deliciosamente. La tira trasera se perdía entre la raja del culo y dejaba ver sus duros y preciosos glúteos. El sujetador también era pequeño, tapaba lo justo para que no se le vieran sus bonitos pezones, aunque los marcaba claramente. El color naranja hacia su piel más hermosa y atractiva.

- Pues mi madre se ha comprado otro igual!

- No me jodas! Se va a atrever a ponerse algo así?

- Ya te he dicho que ha cambiado mucho. Además, creo que lo vas a comprobar en breve!

Salimos a la piscina y allí estaba Carmen, sentada en una de las cuatro sillas que había alrededor de una mesa redonda de jardín con tres cervezas sobre ella. Al vernos se levantó, y mi polla que seguía con cierta erección, dio un respingo bajo el bañador. Se había levantado para que la viéramos con el bikini naranja de infarto.

- Te queda muy bien mamá! Se apresuró a decir Lucía.

Carmen me miró a mi con una sonrisa preciosa algo interrogante, quería oír mis palabras.

- Está… estupenda, Carmen!

Es lo primero que me salió, aunque las palabras de mi mente eran “ Está para follársela! “. No sé si el bikini era de la misma talla que el de Lucía, pero la carne que se veía era más abundante y muy bien puesta.

- Gracias chicos!

Contestó muy complacida mientras mis ojos estaban como platos y mi boca casi babeante, creo que era el morbo que me producía ver con ese bikini a una mujer tan recatada. Mi polla comenzó a coger consistencia de nuevo y di un trago a la cerveza y me lancé a la piscina. Lucía hizo lo mismo y después de dar unas brazadas nos encontramos en el lado opuesto a donde estaba Carmen. Lucía enroscó sus piernas a mi cuerpo y sus brazos a mi cuello para después darme un beso metiéndome la lengua hasta la campanilla.

Sus tetas se apretaban contra mi pecho y su coño contra mi polla, y me era imposible doblegar la tremenda erección.

- Para, para! Si sigues así no voy a poder salir!

- Por qué?

- Porque tengo la polla como una columna de mármol y tú madre se va a dar cuenta!

- Pues se tendrá que ir acostumbrando. Pienso mantenértela así todas las vacaciones! Además, si no es tonta, sabe que vamos a follar como locos! Dijo con sonrisa perversa y volvió a lamer mi boca a la vez que mordisqueaba mis labios.

Comenzamos a juguetear en el agua mientras Carmen nos miraba con sonrisa complaciente.

- No sé si tú madre se va a aburrir si solo va a estar mirándonos todas las vacaciones! Le dije a Lucía algo compasivo.

- Bueno, podemos invitarla a que juegue con nosotros!

- Joder, a que juegue! Y que va a hacer, chapotear a nuestro lado mientras nos metemos mano? Dije sarcástico.

- Bueno, le damos un poco de marcha!

- Como?

- No sé joder, nos pasamos la pelota, puedes darla unas vueltas sobre el agua como me haces a mi, o la subes a caballo que seguro que le gusta!

- Vale, pero no sé si habrá cambiado tanto como dices para subirse a caballo sobre mi!

- Bueno, pues si no quiere, que se joda y que mire, joder!

Noté que mi negacionismo la irritaba y opté por callarme. Además, lo mismo aceptaba ese tipo de juegos y tendría que tragarme las palabras.

- Mamá, quieres meterte con nosotros a jugar un rato!

Carmen no lo dudó ni un instante. Se levantó y entró por los escalones que tenía la piscina al otro lado. Cuando llegó a nuestro lado tan solo dijo.

- Vale, pero no me torturéis mucho!

Sus grandes tetas flotaban sobre el agua como dos pequeños balones de playa y esa visión mantenía las palpitaciones de mi polla a un buen ritmo. Chapoteamos un poco y nos lanzamos la pelota riéndonos cuando salpicaba.

- Dale vueltas como me las das a mi sujetándola por la espalda! Túmbate boca arriba mamá, que Jorge te sujeta. Ya verás qué bien se va!

- Cómo?

- Échese, que yo la sujeto para que no se hunda!

Le dije poniéndole una mano sobre la espalda cercana al cuello. Carmen se fue recostando a la vez que levantaba los pies del suelo hasta quedar horizontal. Mi otra mano ya la sujetaba por la parte baja de la espalda casi pegada al culo. Ahora la visión fue peor para las palpitaciones de mi polla, sus tetas emergían poderosas sobre su torso y los pezones, que me parecieron enormes al verlos tan de cerca, se abultaban amenazantes bajo la tela mojada. También podía ver sus muslos, con el pequeño tanga marcando unos voluminosos labios genitales. Yo ya estaba que me salía y me entraron ganas de empezar a comerle todo.

- Ahora relájese y le daré unas vueltas suaves!

- Vale cariño, pero no dejes que me hunda!

Me dijo algo nerviosa con los brazos extendidos sobre el agua. Comencé a girar con suavidad mientras Lucía se ponía a mi espalda metiendo las manos bajo el agua para tocarme el miembro a la vez que me mordisqueaba la oreja.

- Te gusta mamá?

- Síii, síii! Pero se me hunden las piernas!

Creo que yo ya estaba más nervioso que ella sintiendo a la cabrona de mi novia manoseándome la polla.

- Bajé la mano un poco más y la puse con timidez bajo su hermoso culo. No sabía que reacción podría tener.

- Ahora mucho mejor, jajaja! Rió Carmen algo nerviosa.

Mi novia ya me había puesto la polla como el mármol y dejó de toquetearme.

- No la metas mano, a ver si le va a gustar!

Me susurró Lucía al oído para joderme más mientras se restregaba el coño contra el culo. Creo que el morbo la estaba divirtiendo más que a mí.

- Bueno, voy a nadar un rato mientras juagáis!

Dijo Lucía dejándome empantanado con su madre sobre mis manos.

A Carmen parecía no haberle importado que le pusiera la mano bajo el culo, a si que ahora que se había alejado Lucía decidí ponerla a prueba para ver si realmente le había gustado. Bajé la mano algo más a la vez que hundía los dedos en esa deliciosa carne.

- Uy qué bien! Sigue, sigue dándome vueltas que se está fenomenal!

Intenté no sonreír ante su expresión, lo de las vueltas parecía que sobraba pues estaba claro que se refería al apretón. Sus manos subían y bajaban bajo el agua como si ayudará en el movimiento y comencé a notar que cada vez rozaba más mis piernas. Apreté su culo más descaradamente, vamos que ya era un sobo lo que la estaba dando.

- Uy, que delicia! Sigue hijo, sigue, que me está gustando esto que me haces!

Dijo torciendo la cabeza para mirarme con una sonrisa que no supe definir. Lo que si noté fue su mano palpando mi bañador bajo el agua hasta tocar mi polla que no paraba de cabecear.

Lucía parecía agenda a la situación y en ese momento le sonó el teléfono. Salió del agua y lo cogió alejándose de la piscina.

Yo ya estaba cardíaco sin saber que hacer, seguía o me paraba? El dilema era grande con ese pedazo de mujer entre mis brazos y tocándome la polla. Me lie la manta a la cabeza y tiré a lo derecho, tenía que oírla decir algo más claramente.

- Le gusta lo que le hago Carmen?

Le pregunté sobándola el culo descaradamente.

- Me está encantado hijo! Y a ti, te gusta?

Contestó apretándome el miembro por encima del bañador. Ya no sabía si se refería a que yo tocará su culo o a que ella me palpara la polla.

Me había quedado estupefacto, no hubiera esperado nunca algo así de esa mujer púdica y recatada, pero el problema ahora era que hacía? Nos íbamos a limitar a los manoseos bajo el agua o podríamos… llegar a más? Andaba yo divagando con mis preguntas mentales cuando volvía oír su voz.

- De verdad que me queda bien el bikini, o lo has dicho para alagarme?

Ya no me contuve y le solté lo que pensaba.

- Con éste bikini, está para comérsela!

- Uy, que cosas me dices hijo. Nunca me habían dicho algo así, jajaja!

- Pues es la verdad, Carmen, está para darla un buen revolcón!

Continúe con mi verborrea de salido contenido sin saber dónde acabaría esto.

- Ufff, como me gustan las cosas que me dices, aunque solo sea para complacerme!

Me miró con cara de pillina y tocándose las tetas me susurró.

- Te parecen bonitas? No crees que son demasiado grandes?

Yo ya estaba que me salía del bañador. Mi mente se desbordaba y le solté otra bomba.

- Son tan deliciosas que se las comería ahora mismo si no estuviera su hija!

Sonrió mordiéndose el labio y miró hacia donde estaba Lucia. Volvió la cara de nuevo hacia mi con una mirada que desprendía un brillo especial.

- Pues es una pena que esté, porque me encanta que me las chupen, aunque mi marido apenas lo hacía!!

“ Joder, que me ha dicho que si no estuviera su hija me dejaría que le chupara las tetas! “.

Mi mente totalmente perturbada trabajaba a gran velocidad y no tardé en hacer una sugerencia.

- Pero la mano que tengo debajo del agua no la ve!

- La mía tampoco! Jijiji!

Rió como una niña traviesa mientras manoseaba mi miembro. Eso sugirió otra pregunta en mi mente perversa.

- Y a usted, le gusta lo que toca?

- Ufff, me está gustando mucho! Pero me encantaría verla fuera del agua!

- Ahora no pude ser, pero seguro que encontraremos un momento para ello!

Contesté sin pensarlo dos veces, aunque nada más hacerlo me vine abajo, estando solos los tres iba a ser difícil encontrar ese momento. Le volví a manosear el culo abriendo los dedos de la mano y profundice con el pulgar entre sus grandes muslos hasta tocar la tela del tanga. Sentí sus gruesos labios genitales y pasé el dedo por la raja que formaban. Noté un ligero temblor en su cuerpo.

- Uffff, que bien! Sigue, sigue!

Me dijo abriendo más las piernas. Continúe pasando el dedo a la vez que lo hundía en la raja y sus suspiros se hicieron más largos y sonoros. Se mordía el labio constantemente para ahogar los gemidos que salían de su boca, y su mano apretaba con más fuerza mi miembro a través del bañador. Llegó un momento en el que ya estaba muy excitada y temí que Lucía se diera cuenta.

- No podemos seguir Carmen, Lucía se va a dar cuenta!

Le dije soltando la mano del culo para que se incorporara.

- Ay hijo, es verdad, pero me estaba gustando tanto!

Contestó algo consternada ya de pies frente a mi con sus grandes tetas flotando a escasos centímetros de mi pecho. Miró hacia donde estaba Lucia y al ver que estaba de espaldas aplastó sus tetas contra mi pecho y me dio un beso en los labios sin lengua pero muy ardiente.

- Gracias hijo! Me ha gustado mucho!

Sus boca y sus ojos emanaban deseo mirándome y no dude en preguntar.

- Le gustaría… jugar en otra ocasión… en la que no estuviera Lucía delante?

Era una pregunta arriesgada aunque ella casi me lo había sugerido unos minutos antes.

- Si, síii! - Se apresuró a contestar, y sin cortarse continuó – Estoy deseando ver tu pene!

“ Joder con la púdica de Carmen, lo único recatado había sido llamar a mi polla ‘pene’!” Pensé casi riéndome. Me estaba empezando a gustar la conversación y quise saber hasta donde estaría dispuesta a llegar.

- Solo lo miraría?

Le dije esperando su reacción. Se volvió a morder el labio mirando hacía Lucía que seguía al teléfono.

- Ufff, es que he notado que es muy grande y nunca he visto un pene a parte de el de mi marido!

La respuesta no había sido concluyente y el morbo se había apoderado de todo mi cuerpo. La seguía tocando el culo bajo el agua y ella tampoco paraba de manosear mi polla por encima del bañador. Mi mente ya no era lúcida y solo pensaba en cómo follarme a esa tímida y sensual mujer. El problema sería como separarnos de Lucía al menos media hora. Como no podíamos hacer mucho más decidí satisfacer mi curiosidad y aumentar el morbo de la situación con una pregunta más directa.

- Y que hacía con el pene de su marido?

- Me vas a poner colorada, jajaja!

Rió nerviosa ante la pregunta. Sus tetas flotaban a escasos centímetros de mi boca y yo cada vez estaba más desquiciado. La miraba su extensa boca de gruesos labios y me imaginaba penetrando con mi polla entre ellos, vamos, que ella se habría puesto colorada, pero seguro que mi capullo estaría morado a punto de engangrenarse.

- Solo es curiosidad, la tenía por una mujer recatada y me ha sorprendido gratamente!

Le dije para relajar la situación, además de darle confianza.

- Era mi marido el que quería que fuera así, yo tan solo le obedecía! A mi me gusta divertirme y pasármelo bien, y ahora que ya se ha ido me voy a desquitar de tantos años de sumisión!

Parecía que se estaba soltando y aproveché ese speed.

- Entonces… no practican mucho sexo?

- Solo cuando el quería y como quería. A mi no me dejaba opinar sobre mis gustos!

No sé por qué, pero la seguía tratando de usted a pesar de lo que habíamos hecho, creo que era porque alimentaba el morbo que me estaba produciendo aquello. Estaba casi babeante, mirándola sumido en las fantasías sexuales que podría llegar con ella cuando volvió a sorprenderme.

- Me hubiera gustado hacer más cosas aunque las he tenido que reprimir!

Estaba claro que se había soltado y ahora podía profundizar más. Tan solo tendría que darle más confianza abriéndome yo.

- A Lucía y a mí nos gusta todo y practicamos de todo!

- Ufff, me estás poniendo los dientes largos pero no quiero romper vuestra relación, me parece que estáis muy enamorados y lo pasáis muy bien!

- Tranquila Carmen, no la romperá! Esto tan solo sería una diversión agradable, si lo desea!

Se volvía morder el labio, creo que era un signo de autorrepresión.

- Ufff, no sabes cuánto lo deseo, pero si se enterara Lucía, me sentiría muy mal!

- No se enterará! – le dije volviendo a sobarla el culo en un estado de salidismo total – lo mantendremos en secreto y lo pasaremos muy bien! – le dije con una sonrisa cómplice totalmente descontrolado y añadiendo – Estoy deseando comerle sus preciosas tetas!

- Ufff, hijo, me pones caliente tan solo con tus palabras!

- Pues imagine como se pondría si la comiera el chochito!

Le había dicho “chochito”, una palabra que no había utilizado nunca pero que fue lo que creí más apropiado para una mente como la de ella.

- Jijiji, que bandido que eres! Vas a hacer que me moje y no va a ser de agua de la piscina!

En ese momento Lucía colgó el teléfono y se acercó hasta la piscina.

- Quién era? Pregunté con rapidez para disimular.

- Sandra, que tiene unos apuntes que me ha pasado, pero en el teléfono no se ve una mierda!

- Y que vas a hacer?

- No sé, miraré a ver si hay algún sitio en el pueblo donde los puedan imprimir!

Dijo volviendo para sentarse en una de las sillas alrededor de la mesa.

“ Joder, que buena oportunidad si se va y nos deja solos! “ pensé cada vez más excitado por la situación que se presentaba. Mi polla no paraba de palpitar bajo el bañador y no podía sacármela.

- Que tal lo estás pasando mamá?

- Muy bien hija! Jorge me está haciendo cosas muy divertidas! Contestó bastante nerviosa.

“ Y tan divertidas! “ pensé con la mente en plena fase de depravación mental.

- Te ha montado a caballo?

- No!

- Pues que te monte ya verás qué divertido!

Dijo mirando al teléfono sin prestarnos atención.

“ Joder, el que tengo ganas de montarla soy yo! “ pensé totalmente ofuscado.

Lucía estaba lo suficientemente lejos como para no oírnos si hablábamos en voz baja.

- Quiere subirse a mi grupa, Carmen?

- Ufff, yo encantada de montarme en un potro joven y apuesto!

Contestó bajito intentando dar connotaciones de picardía a su modo.

- No le da miedo? Le dije mientras me agachaba un poco bajo el agua para que subiera.

- Que va hijo! No le tengo miedo al agua. Nado y buceo de maravilla!

- Su hija pensaba que le daría algo de miedo!

- Mi hija no sabe muchas cosas, jajaja! - Rió con ganas – luego si quieres te hago una demostración! Acabó diciendo con una mueca que me pareció algo perversa.

Ya la tenía a mi espalda, abrazada a mi cuello con las tetas aplastadas sobre mi piel. Sujeté su hermoso culo que se abrió al colocar una mano en cada nalga y no pude evitar imaginar ese ojete abierto y mi polla penetrando en el. Ufff, creo que sudaba a pesar de estar dentro del agua.

- Preparada para galopar? Dije en voz alta para ver si Lucía miraba, pero no nos hizo ni puto caso, estaba fija en el teléfono.

- Preparada para un galope salvaje! – contestó ella con entusiasmo – Espero que me agarres de donde tú sabes para disfrutar más de este hermoso caballo!

Me susurró a la oreja donde podía notar el roce de sus labios.

Comencé a caminar mientras intentaba llegar con los dedos al centro de sus muslos. Ella aflojó las piernas de mi cintura dejando que flotara su cuerpo para facilitarme la labor. Por fin llegué a los voluminosos labios de su coño y los presioné con los dedos.

- Ufff, que bien galopa este potro! Más, Masss! Susurró de nuevo al sentirlo.

Con Lucía allí sentada tenía pocas opciones de darla un buen sobo, por lo que decidí seguir calentandola a base de verborrea.

- Pues no veas que ganas tiene este potro de comerse lo que está tocando!

- Ufff, de verdad? Quieres comérmelo?

Me susurró como si no se lo creyera.

- No quiero comérmelo, quiero devorarlo!

Continúe subiendo el tono del mensaje.

- Diosss, hijo, cada vez estoy más caliente!

Volvió a susurrar aplastando sus tetas con más fuerza contra mi espalda.

Me fui acercando a la pared que estaba más cercana a Lucía, donde apenas nos podía ver el borde de la cabeza.

- Pues no vea cómo estoy yo! Tengo el bañador que me va a reventar!

Sabía que no podíamos seguir así, en cualquier momento Lucía se levantaría y se acercaría hasta nosotros. Mientras pensaba que hacer, Carmen volvió a susurrarme.

- Esta yegua también está dispuesta a comerle la verga al potro!

Estuve a punto de soltarla y sacarme la polla allí mismo. Esa mujer, aparentemente tímida y recatada, volvía a sorprenderme, acababa de decirme que me iba a comer la polla en su verborrea equina.

Eso ya fue demasiado, si no salíamos me la iba a follar allí mismo. Notaba como movía su pelvis intentando que los dedos profundizarán más y pensé que era mejor dejarlo, de momento. Tenía el bañador tan abultado que si me tumbaba iba a parecer una tienda de campaña.

- Mejor salgamos. Vaya usted primero, ahora saldré yo!

Tenía que hacer que ese tronco de alabastro que tenía bajo mi bañador disminuyera como fuera. Si Lucía me veía así podría sospechar que nos habíamos pasado jugando. Me puse a nadar como si estuviera compitiendo para intentar bajar la inflamación. Después de un par de largos salí y me senté junto a Lucía.

- Que pasa? Te aclaras de algo?

- Pues no, pero he encontrado un sitio en el pueblo que me lo pueden imprimir!

- Pues solucionado, noo!

- Creo que sí! Iré por la tarde!

- Que tal con mi madre? He notado que se reía bastante!

- Como tú dices, ha cambiado! Casi todo lo que le he propuesto lo ha aceptado y se lo ha pasado en grande!

- Como me alegro! Creo que necesita reírse y algo de cariño!

Tragué saliva al oír lo de ” algo de cariño “, creo que le había dado más de lo que su hija pensaba.

- Creo que está encantada con que hayamos venido, sobre todo tú! Me da que le agradas más de lo que suponía, jajaja! Habló de nuevo Lucía.

Yo seguía mudo, sin saber que decir. Ya no sabía si por mi cuerpo resbalaba el agua de la piscina o era sudor.

- Bueno, la verdad es que se lo ha pasado bien y no le ha importado que la agarrara del culo para montarla a caballo, jajaja! Reí yo para quitar hierro a esa frase cargada de veneno.

- Perdona, por lo de agarrarla del culo!

Dije de inmediato como para disculparme.

- Jajaja, no, no! Estoy encantada de que se lo pase bien, así estaremos todos mejor! Incluso podrías coquetear un poco, creo que necesita sentir que algún hombre se fije en ella para superar lo de mi padre y por aquí hay pocos, vamos, que solo estás tú, jajaja!

Rió de nuevo totalmente agena a mis pensamientos depravados.

- Y que pretendes que haga, que la corteje como un noble caballero de la edad media?

- No seas capullo! Tampoco es tan antigua, jajaja! Dile cosas bonitas, que está guapa, que la ves atractiva, algún roce involuntario, dale crema para el sol! Joder cosas de esas que nos gustan a las mujeres!

Una amplia sonrisa se dibujó en mi mente, Lucía me estaba facilitando esa cercanía a su madre sin que se mosqueara.

- Vale, vale! Pero luego no te pongas celosa si me la ligo! Intenté bromear.

Continúe con la broma.

- Jajaja, no seas gilipollas!

Rió ella sin dar absoluto crédito a mis palabras.

En ese momento apareció Carmen con otra remesa de cervezas.

- Hace mucho calor y pensado que querríais otra cerveza! Comentó con una amplia sonrisa.

- Gracias mamá! Realmente la necesito!

- Tienes mucho lío hija?

- Pues sí, tengo que intentar ver unas cosas antes de imprimirlo. Esta tarde me acercaré al pueblo para que me lo pasen a papel! Te importa dejarme el coche?

- Que va hija! Puedes usarlo cuanto quieras!

- No te importa quedarte con Jorge? Creo que tardaré un par de horas! Podéis bañarnos, tomar el sol, dar un paseo!

Comenzó a sugerir cosas como si intentará evitar una negativa de su madre.

- No te preocupes hija, ya nos entretendremos con algo! Hasta ahora no lo hemos pasado bien!

- Y a ti Jorge, te importa? Preguntó Lucía cómo si yo no supiera nada.

- Estaré encantado de acompañar a una bella dama!

Paula se rió y me dio un beso en la mejilla aprovechando para susurrarme.

- Eres un cabron encantador y te voy a echar un polvo después de comer que te voy a dejar seco!

Lucía volvió a su teléfono y su madre dijo que se iba a preparar la comida.

- Bueno, te dejo que sigas! Comenzaré mi compromiso de coqueteo e iré a ayudar a tu madre! Incluso, a lo mejor le canto algo al oído!

- Jajaja! Gracias caballero! – dijo con sorna – estaré en media hora!

- Pues me voy en busca de mi bella dama! Le dije con la misma sorna.

- Eso, a ver si la pones cachonda, jajaja!

Por supuesto, Lucía lo había dicho totalmente en broma, pensando que su madre no sería capaz de nada parecido.

Entré hasta la cocina y la visión era espectacular, ver a Carmen con ese bikini naranja por detrás era como un sueño lleno de sensualidad. Su redondo y gran culo adornado con la tira del tanga que se perdía entre su gran raja, sus estupendos muslos llenos de carne prieta alargados por las sandalias de tacón alto que le hacían unas piernas más largas, ufff, creo que volvía a empezar a sudar.

- Puedo ayudarla Carmen?

- No hace falta hijo. Ya traía la comida preparada, solo hay que calentarla!

- Entonces… la miraré mientras lo hace!

Le susurré acercándome más hasta rozar mi pelvis contra su hermoso culo. Paró en seco sus manos al sentir el roce de mi miembro.

- Ufff, si te pegas tanto no sé si podré seguir!

Pase las manos rodeando su cintura pegándo todo mi cuerpo a su espalda.

- Ufff, como me ponen tus caricias cielo! Pero nos podría descubrir Lucía!

- Tranquila, me ha dicho que necesita media hora para ver todo lo que le han enviado, además, me ha pedido que coquetee un poco con usted!

Subí las manos hasta sus grandes tetas mientras hablaba y sobe la deliciosa carné tocando los grandes pezones con las yemas de los dedos a través del bikini. Claro, mi polla volvió a coger consistencia de inmediato sin poder evitarlo.

- Ufff, eso te ha dicho?

- Si, quiere que se lo pase bien estas vacaciones, aunque no me ha especificado cuanto cariño tengo que darle!

Tiré hacia abajo de la tela y los gordos pezones saltaron fuera de su prisión para sentirlos entre mis dedos.

- Ufff, hijo, creo que ella lleva razón a si que… dame todo el cariño que puedas!

Dijo sin ya cortarse. Comencé a pasarle la lengua por el cuello, lamidas suaves y húmedas, haciendo que el deseo manara de cada gota de saliva que dejaba en su piel. Percibí como movía el culo para sentir más mi miembro, que ya estaba de nuevo como una columna de mármol. Pellizque los pezones con suavidad hasta arrancar un gemido de su gran boca.

- Ufff, potrillo! No sabes cómo estás poniendo a esta yegua!

A Carmen parecía gustarle la verborrea equina y le seguí el lenguaje.

- Pues no sabe cómo esta yegua pone la verga del potro!

Se dio la vuelta con ojos chispeantes y en ese momento vi por primera vez sus pezones. Eran grandes, como los había imaginado al tocarlos, pero verlos ya fue la ostia. Tiré más de su bikini dejando que sus tetas afloraron por completo. Realmente eran grandes y preciosas, adornadas con dos grandes aureolas con los gordos pezones en su centro que sobresalían de una forma espectacular. Su extensa boca entreabierta mostraba unos abundantes labios de los que manaba una sensualidad desbordante. No pude reprimir besarlos y pegue mi boca a la suya. Se abrazó a mi cuello como si quisiera que la salvará en medio del océano, y el deseo contenido de largos años pareció explotar como un volcán. Sentí como su lengua, larga y carnosa, devoraba el interior de mi boca mientras aplastaba sus tetas contra mi pecho. Fue un beso descarnado, lleno de deseo y pasión. Frotaba su pelvis buscando mi miembro durante el largo beso, un beso tan húmedo y sensual que acabó llenando de saliva nuestras ávidas bocas. Sentí un torrente de lujuria penetrar en mi boca y correr por todo mi cuerpo como un río desbordado. Su excitación se palpaba en el ambiente y bajó una mano con nerviosismo buscando mi miembro. Ahora no se conformó con tocármelo a través del bañador, metió la mano dentro y lo abrazó con sus largos dedos.

- Dios mío! Que grande es! Dijo abriendo su deliciosa boca en forma de sorpresa.

Mi cuerpo sintió un calambrazo al notar el apretón de su mano y me lancé contra sus tetas como un depredador hambriento. Metí uno de los gordos pezones en mi boca y lo lamí y lo chupé con un deseo casi incontrolado.

- Síii, dios mío! Síii! Como me gusta!

Casi gritó al sentir mis chupadas. Pasé al otro pezón y lo lamí como un perro sediento para después succionarlo con fuerza. Parecía una fiera ante esas grandes tetas, no sabía lo que le gustaba, ni como le gustaba, pero sus jadeos y la presión de su mano sobre mi cabeza aplastando mi boca contra sus tetas fue una señal de aprobación. Busqué con la mano el centro de sus grandes muslos y sentí los gruesos labios marcando poderosamente la fina tela. No esperé más, no quería que me pasará como en la piscina, y metí la mano por encima del tanga para desplegar todos mis dedos por esa deliciosa carne. Instintivamente abrió las piernas y uno de mis dedos se introdujo entre ellos, fue una sensación como si esa tremenda raja me lo absorbiera y su cuerpo comenzó a temblar como un flan.

- Ahhh, uffff, Ahhh!

Fueron unos leves jadeos y al momento noté como mojaba mis dedos. Su mano apretaba tanto mi cabeza contra sus tetas que casi me quedé sin aire.

- Ahhh! Dios mío! Creo que me he mojado!

- Pero Carmen, si apenas la he tocado!

- Hijo mío, llevo tanto tiempo sin sentir las manos de un hombre, ufff, que no he podido aguantar!

Yo no sabía que decir, su corrida exprés me había descolocado. Si se había corrido con tan solo unos roces, ¿que sería cuando le metiera la polla? Empecé a alucinar pensando en todo tipo de cosas, cuándo me la follaría? De que maneras? Si me llenaría la boca de corridas cuando la comiera el coño? Si querría chuparme la polla?

- En cinco minutos estoy!

La voz de Lucía gritando desde el jardín me hizo casi pegar un salto y todos mis lascivos pensamientos cayeron como un castillo de naipes. Cinco minutos acababa de decir, vamos, que la media hora se había quedado en algo más de diez minutos y yo con otro calentón. Carmen se dio la vuelta de inmediato y volvió con la comida dejándome con el bañador plenamente abultado.


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heranlu

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Con la Madre de mi Novia en Vacaciones – Capítulo 02


Mi polla volvió al letargo antes de que Lucía apareciera por la cocina y cuando llegó ya estaba la mesa puesta. Comimos y después de recoger nos fuimos a nuestras habitaciones.

- He notado a mi madre muy contenta!

- Creo que le ha gustado el detalle de que le ayudará a preparar la mesa!

Contesté intentando justificar la amplia sonrisa de Carmen.

- Me alegro de que os llevéis bien. Temía que discutiríais a los cinco minutos de llegar!

- Yo también lo pensaba, pero como bien dices, tu madre ha cambiado mucho, y para bien!

- Creo que le están gustando tus atenciones de caballero medieval, jajaja!

- Crees que la debo rescatar de la torre?

Le dije para seguirle la broma.

- No estaría mal!

- Lo mismo cae rendía en mis brazos!

- Jajaja! Eso sí que no me lo perdería!

- No crees en un apuesto caballero como yo?

- Pues sí, creo que le gustas, para mi sorpresa! Si no te importa, sigue coqueteando con ella. Me gusta verla contenta y creo que tú lo estás consiguiendo!

Ahora el sorprendido era yo, no sabía hasta donde llegaba el coqueteo que suponía Lucía, ni tampoco hasta donde pretendía que llegara.

- Tendré que repartir mi cariño con las dos! – le dije incidiendo sobre el tema – Dos besitos para ti, uno para ella!

- Jajaja! No está mala el reparto… si ella se deja!

- No te pondrás celosa?

- Jajaja! Para nada! Por verla así de feliz estoy dispuesta a ceder algún beso o alguna caricia… si a ella le gustan!

- Vale, pues luego se lo pregunto!

- Que tonto que eres! Crees que esas cosas se preguntan?

Yo seguía con las bromas a la vez que sondeaba a Lucía. Tenía que asegurarme que si me pillaba en una situación comprometida, como un beso o una caricia, pareciera algo del cariño que habíamos hablado.

- Es que no me quiero arriesgar a darla un abrazo con beso y que me suelte una ostia!

- Jajaja! Eso sí que me gustaría verlo, aunque no creo que llegara a eso, supongo se tan solo se mostraría ofendida, pero como te decía, son los riesgos del atrevimiento!

Parecía que me había dejado claro que los besos estaban permitidos, incluso alguna caricia, mientras mi imaginación iba mucho más allá pensado en lo delicioso que sería follarme a su madre.

Después de la conversación, nos besamos con pasión devorándonos las bocas. No tardé en sentir su mano metiéndose en mi bañador para sacar mi polla, de nuevo erecta.

- Diosss, como me gusta tu polla!

Susurró mirando el hinchado capullo. Después de los dos calentones que había tenido con su madre me comenzaban a doler los huevos y tenía ganas de descargar una buena dosis de leche. Vi cómo su lengua rodeaba mi capullo, cómo lo lamía con una lascivia de perra caliente y salida, vamos, como a mí me gustaba. Su cuerpo apenas envuelto en el delicioso bikini naranja excitaba todos mis sentidos. Agarré sus tetas con deseo y las estrujé con lujuria.

- Que caliente me pones putita!

- Tú sí que me pones zorra, cabron!

(Nuestra verborrea habitual antes del sexo).

Abrió sus calientes labios y succiono mi capullo deseoso de entrar en esa cueva caliente y húmeda. Noté como la lengua lo lamía en el interior de su boca mientras su mano amasaba mis doloridos huevos. Me dio varias chupadas hasta sacarme algún gemido. Estábamos sentados en la cama frente a la puerta que se había quedado semiabierta. Lucía se había inclinado sobre mi regazo y su cabeza comenzó a bajar hasta engullir la mitad de mi polla, mientras yo la sobaba el duro culo que tenía. Levanté la cabeza con la boca jadeante y vi a su madre asomándose mínimamente por el resquicio que había quedado. Di un respingo y Lucía dejo de chupar.

- Tranquilo, esto solo es un aperitivo! – dijo ajena a la mirada de su madre – el resto te lo daré a mi vuelta!

Volvió a engullir mi polla y continuó chupándola empleándose a fondo. Carmen siguió apostada sin dejar de mirar la mamada que me estaba haciendo su hija. Después de apretarle el culo con ganas, subí la mano por su espalda hasta llegar a la cabeza y comencé a empujarla a un buen ritmo, quería que Carmen viera lo que le esperaba. La bajé de nuevo hasta el culo y retiré el hilo de tela buscando la entrada del esfínter. Metí la punta del dedo y noté como empezó a chupar más deprisa, sabía lo que eso la excitaba, y la reacción que produciría. Ella misma movió más el culo como indicativo que quería más estímulo. Profundicé en su esfínter poco a poco hasta introducir todo el dedo y pude ver a Carmen, ya más visible, con la boca semiabierta y cierto asombro dibujado en su cara. Imaginé que nunca había visto algo así y comencé a masturbar el culo de Lucía con lentitud, quería que viera como entraba y salía todo mi dedo. Ya era demasiado poderosa mi excitación y no pude aguantar más, mi polla explotó en la boca de Lucía soltandole varios chorros de leche. Comenzó a tragar sin dejar de chupar hasta que acabaron mis estertores. Las mamadas de Lucía eran excepcionales, sobre todo las últimas chupadas tragándose todo hasta dejarme la polla sin una gota. Había cerrado los ojos para sentir más ese final delicioso, y cuando los abrí, Carmen ya no estaba.

- Eres la ostia cariño! Pude decir entre jadeos.

- Me encanta comerte la polla y ver cómo te excito hasta que me sueltas un buen chorro de leche!

Me quedé postrado sobre la cama con el bañador bajado y la polla colgandera mientras Lucía se iba al baño. Cuando volvió, todavía no se había serenado mi respiración. Se puso algo de ropa y se acercó para darme un beso.

- Mi madre está tumbada en el césped. Por qué no vas y le das un poco de marcha! Tardaré un par de horas y no quiero que se aburra y se ponga a pensar!

- Salgo como un caballero con la lanza en ristre, o me pongo el bañador?

- Jajaja! Mejor ponte el bañador, a ver si ve ese pedazo de polla y echa a correr!

Me dijo después de una carcajada.

- Dale un poco de crema, eso le gusta a todo el mundo!

- Por todos lados?

- Jajaja, por donde te deje, eso es cosa suya!

A Lucía cada vez la veía más desprendida y abierta, parece que no le importaba que le diera un buen sobo a su madre, o quizás suponía que ella no se dejaría.

Cuando me puse el bañador mi polla seguía medio erguida, parecía que la mamada no había sido suficiente para aplacarla. Lucía comenzó a reírse al ver que todavía se abultaban algo mi bañador.

- Jajaja! Eres increíble, parece que es difícil serenarte la polla!

- Crees que puedo salir así ante la señora Carmen?

Le pregunté de cachondeo.

- Bueno, a lo mejor disfruta mirando y se pone hasta caliente! Ya te he dicho que se va a tener que acostumbrar a verte el bañador abultado!

Las palabras de Lucía cada vez me alentaban más, parecía que estaba dispuesta, mejor dicho, parecía que me alentaba a poner caliente a su madre.

Salimos al jardín y se acercó hasta su madre que estaba postrada boca arriba sobre una toalla con las gafas de sol. Sus tetas se esparcían majestuosas sobre su torso y el pequeño tanga adornaba excitantemente el centro de sus muslos. Le dio un beso en la mejilla y

- Me voy al pueblo a solucionar esto. Me han dicho que son cerca de dos horas a si que divertiros hasta mi vuelta!

- Gracias hija! Tú soluciónalo y no te preocupes por nosotros, ya haremos algo!

Intenté no reírme al oír a Carmen mientras acompañaba a Lucía hasta el coche.

- Gracias cariño por ser tan comprensivo! Y lo dicho, dale un buen sobo con la crema para que se sienta bien!

- Tranquila cielo! Le daré un sobo tan bueno que querrá repetir!

- Jajaja! Rió Lucía despreocupada y ajena a lo que estaba pasando.

Arrancó el coche, abrió las puertas automáticas y desapareció tras ellas. El sonido que produjeron al cerrarse me sonó a la campana de salida de la maratón de dos horas que iba a comenzar.

Cuando regresé a la piscina vi a Carmen tumbada, pero ya se había quitado la parte de arriba y sus grandes tetas al aire me volvieron a parecer maravillosas.

- Ya se ha ido?

- Si, y me ha dicho que le dé un buen sobo de crema!

- Ufff, quiero ese sobo, pero sin crema!

Me tumbé recostado a su lado disfrutando de la visión de su sensual cuerpo estirado sobre la toalla. Estaba deseando follármela, pero quería hacerla disfrutar primero hasta dejarla con tantas ganas que no quisiera parar. Ella se mantenía quieta, expectante, esperando a que yo tomara la iniciativa. Noté su respiración algo alterada viendo subir y bajar sus tetas, seguro que por los nervios que le producían esa situación. Acerqué mi dedo índice a su boca y lo pasé lentamente sobre sus carnosos labios semiabiertos, a la segunda pasada sentí su lengua húmeda lamiéndolo. Se lo introduje y lo chupó con deseó, como si fuera una pequeña polla.

Se lo saqué de la boca totalmente ensalivado y fui bajando lentamente por su barbilla, su cuello y sus maravillosas tetas. Le rocé un pezón y después el otro para sentir como se endurecían hasta ponerse como dos caramelos de fresa. Me estaba deleitando con la vista mientras sentía como mi polla martilleaba bajo el bañador. La mano de Carmen se fue acercando con timidez hasta llegar al inflado bañador, metió la mano por la parte de arriba y no tuvo que buscar mucho para encontrar la dureza aprisionada.

Me incliné acercando mi boca a la suya para besar sus sensuales labios mientras sentía ya sus dedos aferrados a mi polla. Introduje la lengua en su boca y la saboree lentamente a la vez que amasaba sus grandes tetas con la mano. Ella intentaba reprimir sus deseos dejándose llevar por mi lentitud, pero podía notar su impaciencia en la mano que aferraba el miembro.

Chupé y mordisquee sus labios el suficiente tiempo para bajar mi mano hasta el tanga. Pasé los dedos sobre él sintiendo los gruesos labios genitales. Era delicioso sentirlos a través de la fina tela y logré arrancarla su primer gemido a la vez que mordía mi labio inferior, volvía a hacer gala de su extrema sensibilidad.

Dejé su boca para bajar a sus tetas, y comencé a chupar los gordos y duros pezones. Me sentí un sabueso yendo de uno a otro, chupándolos, lamiéndolos, eran como dos cerezas coronando dos grandes tartas. Sus jadeos aumentaron y metí la mano bajo el triángulo del tanga para sentir la carne de los dos gruesos labios a la vez que succionaba con fuera uno de los pezones.

- Ahhhhh! Diosss! Como me gusta! Chupa más! Masss!

Como un autómata hice lo que me pedía, succione esa gran cereza sonrosada a la vez que la mordisqueaba, y aumentaron sus jadeos notoriamente. Era el momento adecuado para meter mi dedo en su extensa raja. Lo hundí entre los gruesos labios y sentí el calor y la humedad del interior de su vagina, una vagina grande y ardiente. Metí dos dedos para llenarla y penetraron con facilidad asombrosa. Seguía chupando sus pezones, yendo de uno a otro, pero mi mente ya deseaba bajar a esa cueva y saborear sus caliente jugos. Repte con mi lengua por su vientre hasta llegar a lo más alto de la tremenda rajá y volví a asombrarme al ver esos gruesos labios partidos con una raja que se perdía entre sus exuberantes muslos. Abrí la boca y devoré toda esa carne que se abultaba para finalmente meter mi lengua entera. Carmen se mordió la mano para no gritar cuando llenó mi boca con una cascada de flujo caliente. Me gustó su sabor y lo lamí como un perro buscando su clítoris, algo que fue fácil dado su estado de dureza. Esta un garbanzo duro y delicioso que tintinee con la lengua para después sorberlo con deleite. Otro gritó contenido precedió a una nueva bocanada de flujo que se esparció por mi cara.

- Diosss, que me estás haciendo potrillo! Me tiembla todo el cuerpo!

Su lenguaje con connotaciones equinas empezaba a gustarme y la contesté en la misma jerga. Dejé de chupar ese manjar para quitarme el bañador. Mi polla erguía como una estaca clavada en el bajo vientre.

- Este potro va a montar a la hermosa yegua!

Me tumbe con delicadeza sobre su cuerpo sintiendo como mi carné se adosaba a la suya. Orienté el miembro entre los abultados labios genitales y sentí como profundizaba entre ellos. Antes de que penetrara por completo se aferró a mi culo desnudo clavándome las uñas.

- Vamos potro, aprieta! Quiero toda la verga dentro!

Mi polla entró por completo en la jugosa cueva y sentí sus alterados jadeos sobre mi boca.

- Ahggg! Diosss! Que ganas tenía!

- Te gusta?

- Me encanta! Dale fuerte a esta yegua!

La recatada Carmen parecía haberse desatado con una furia increíble. Comencé a bombear metiendo toda la polla dentro a cada embestida y al momento sentí mi polla chapoteando dentro de su gran vagina. Se había vuelto a mojar y ya no sabía si había corrido dos veces, tres, o era una corrida continua. Pare unos segundos para dejarla respirar.

- No pares! Sigue, sigue!

Me pidió cuando pudo hablar sin dejar de apretarme el culo. Su ansía solo hacia que excitarme más.

Saqué la polla empapada y la induje a que se diera la vuelta.

- Quiero está yegua a cuatro patas! Le dije siguiendo su jerga.

Apenas tardó en coger la posición, ahora podía ver su gran culo abierto y el coño mojado asomando entre sus muslos. Fue una visión deliciosa antes de volver a clavarle la verga. Primero introduje dos dedos que se mojaron de inmediato. Los saqué y los pase por el centro de su hermoso culo que reaccionó de inmediato.

Introduje tan solo el capullo en su gran coño que parecía querer engullirlo. A la vez comencé a penetrar su esfínter con uno de los dedos mojados.

- Vamos! Vamos! No me tengas así!

- Tranquila, cuanto más dure más te gustará!

Su culo se abrió más rápido de lo que había pensado y todo mi dedo se perdió en el interior sé si recto.

- Ufff, eso también me gusta!

Dijo sin preguntárselo moviendo sus caderas como si le dieran calambres.

Comencé a pajearla el culo a la vez que introducía mi polla con lentitud en su coño.

- Ay dios mío! Que verga tienes! Jadeó sin parar de balancear su cuerpo.

- Te gusta, ehh!

- Si, síii! Mucho! También quiero chupártela como lo ha hecho mi hija!

Me dijo de repente, y me acordé que había estado viéndonos.

Esa sensual mujer me estaba poniendo salvaje y le clave toda la polla de un fuerte empujón.

- Ahggg! Diosss! Así es como me gusta!

La saqué lentamente sintiendo como su cuerpo ya temblaba. Su culo se había abierto tan generosamente que decidí meterle dos dedos. Comenzó a resoplar al sentir los dos dedos penetrando y aproveché para darle otra buena embestida.

- Ahggg! Dios mío! Que me estás haciendo! Me vas a volver loca!

Sabía que si la embestía varias veces seguidas se correría de nuevo y quise mantenerla en ese punto de deseo, pero que digo, yo estaba peor que ella. Quería metérsela por el culo y por la boca, quería hacerla de todo, pero mi estado de euforia solo me permitió embestir como un animal.

Fue un largo minuto en el que no paró de gemir y de gritar, todo su cuerpo se movía como un flan a cada empujón y sentí como se mojaba su coño de nuevo antes de que mi polla reventara.

- Ahggg! Diosss! Ahggg! Síii! Más fuerte!

Gritaba descontrolada cuando sintió mis chorretones llenando su vagina.

Cuando acabé se derrumbó quedando boca abajo sobre la toalla y todo mi cuerpo totalmente exhausto sobre el suyo. Jadeaba sobre su nuca sintiendo que me faltaba el aire, había sido un polvo bestial!

- Ufff, cariño, qué gusto, diosss! Que placer, cómo necesitaba algo así!

Me volteé para retirarme de encima de su hermoso cuerpo sudoroso y todavía excitado. Giró su cabeza para mirarme y acarició mi mejilla con una sonrisa totalmente placentera.

- Ufff, que potro que eres! Nunca me habían follado así, tengo el coño ardiendo y deseando que lo vuelvas a llenar con tu verga!
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Con la Madre de mi Novia en Vacaciones – Capítulo 03



“Joder con la recatada!” Pensé mientras me arrastraba hasta la piscina. Necesitaba un buen refresco, todavía quedaba casi una hora hasta que regresara Lucía y no sabía cuándo podría tener otra oportunidad.

El agua fresca fue un buen estímulo y sentí como todo mi cuerpo perdía la tensión. Vi a Carmen levantarse y ponerse el tanga, sus tetas seguían majestuosas dominando todo su tórax. Pensé en Lucía, si le pudiera ver la cara a su madre en este momento creo que le encantaría ver la felicidad que desprendía.

Bajo los escalones de la piscina y dio varias brazadas para llegar hasta mí, realmente parecía dominar el medio acuático. Dejé que se pegará a mí y me besara con sus carnosos labios. Sus grandes tetas volvieron a aplastarse contra mi pecho y la reacción de mi polla no se hizo esperar.

Sus besos eran como los de su hija, sedosos a la vez que descarnados, es decir, despertaban la lujuria de inmediato.

- Ufff, cielo, como me ha gustado! Seguro que haces disfrutar a mi hija de lo lindo!

- Nos lo pasamos bien, aunque nuestro lenguaje es algo más fuerte!

Le dije para probar hasta donde podía llegar con el vocabulario.

- Ah, si? Y que os decís?

- No sé si le gustaría oírlo!

- Prueba a ver!

Contestó con cara de pilla restregandome las tetas con descaro.

- Pues cosas como “ te voy a reventar el coño putita!”.

- Ufff, si que son fuertes! Y ella que te dice?

- Pues… “te voy a chupar la polla hasta dejarte seco, cabron!”

- Jajaja! Rió algo nerviosa.

- Sabes una cosa!

- Qué?

- Creo que me gustaría oír esas cosas mientras me follas!

- A mi no me importaría decírtelas. Y tu, te atreverías a decírmelas a mi?

Realmente no me imaginaba a esa señora tímida y recatada, bueno, el recato ya lo había perdido por completo, pero todavía le quedaba algo de timidez, pues eso, que no me la imaginaba diciéndome guarradas.

- Uy, jijiji, pues no sé si me atrevería!

Contestó alargando su mano bajo el agua para tocarme la polla. La manoseó un poco y añadió.

- Aunque con esta verga dentro, creo que sería capaz de decir cualquier cosa! Jijiji!

No dejaba de sorprenderme a cada minuto que pasaba, y me sentía a gusto con ella enseñándome sus tetas a la vez que me sobaba la polla bajo el agua.

- La verdad es que la tenía por una mujer muy recatada!

- Esa no era yo, mi marido me tenía muy reprimida y me dejaba manejar por él, pero yo deseaba salir de esa burbuja en la que me había enclaustrado.

- La verdad es que es una mujer preciosa! Le dije para animarla a que siguiera.

- Solo teníamos sexo cuándo el quería y cuando salía a la calle me obligaba a ir muy tapada.

- Y el sexo con él, que tal era? Fue una pregunta muy indiscreta, pero estaba seguro que se abriría por completo.

- Pues muy soso y tradicional. Tú me has hecho disfrutar más en un rato que él en todos los años de casada.

Ya había conseguido ponerme la polla dura de nuevo, aunque tengo que reconocer que tampoco era difícil en aquella época.

- Creo que has logrado estirarme la verga de nuevo! Le dije utilizando su jerga.

- Ummm, ya la siento! Y estoy deseando chuparla!

Me dijo sin cortarse y de seguido me devoró la boca de nuevo aplastando sus tetas contra mi pecho. Todavía nos quedaba algo de tiempo y la agarré de la mano y salimos de la piscina para volver a las toallas. Nos tumbamos y no tardó en bajarme el bañador y sacarme la polla. Estaba de nuevo como una estaca, mi corazón bombeaba sangre sin parar manteniendo las venas que rodeaban el tronco totalmente abultadas. El capullo estaba hinchado y sonrosado, adornando la punta como la bandera del mástil de un barco pirata.

Vi como brillaban sus ojos mirándola mientras la masajeaba. Estuvo deleitando su vista antes de sacar la lengua y lamer mi glande como la bola de un helado. Sentir su lengua, carnosa y húmeda, era una delicia. Abrió sus grandes y sensuales labios y vi como mi capullo penetraba entre ellos. Lo mantuvo en la boca dándole lengüetazos en su interior. Su boca cálida y húmeda estaba proporcionando la cueva perfecta para mi hinchado capullo. Avanzó con los labios adheridos al venoso tronco y todo mi cuerpo se tensó al sentir como mi capullo chocaba contra su garganta. Mantenía una mano agarrada al bajo tronco y con la otra masajeaba mis huevos, no sé si estaba copiando lo que había visto hacer a su hija o es que esa mujer sabía lo que se hacía. Sacó el tronco de su boca y lo volvió a engullir mientras no dejaba de lamer con la lengua en el interior.

No pude evitar dar un largo suspiro de placer, aquella mamada comenzaba de una forma deliciosa. Se había arrodillado perpendicularmente a mi cuerpo y acaricié su espalda comenzando desde el cuello hasta llegar a una de sus fabulosas nalgas. Su piel era suave y tersa y su culo más duro de lo que parecía. Percibió que mi mano no llegaba más lejos y movió su cuerpo para ofrecerme su extenso culo. Aquella visión fue maravillosa y acrecentó aún más mis deseos de reventarle el culo con mi polla. El agujero amarronado parecía palpitar y los labios genitales sobresalían abultados bajo él.

Después de pasarlele los dedos por el coño la inste con la mano para que pasara una pierna por encima hasta colocarse de rodillas con el coño contra mi cara. Ufff, eso fue total para la vista. Le di unas lamidas y los grandes labios se abrieron brillantes y jugosos. Ella seguí succionando mi polla pero ahora sentí como avanzaban más los labios de su gran boca y engullían mi polla por completo. “Diosss, en la primera mamada había conseguido tragarsela entera!” Pensé con todo el bello de mi cuerpo erizado. Podía sentir mi capullo penetrar en su estrecha garganta para salir de nuevo.

- Diosss, que zorra eres! Me atreví a gritarle entre lamida y lamida de coño.

Noté que aumento el ritmo al oírme y después de varias chupadas se la sacó para respirar. La oí jadear antes de decirme.

- Te gusta cabron? Me encanta comerte la verga y te voy a dejar seco! Y volvió a hacer que penetrara en su boca entera.

Parecía que había aprendido rápido el lenguaje, y desde luego a chupar una polla. Nunca me habían hecho una mamada tan brutal.

Estaba ya super excitado y busqué el clítoris para chuparlo, succionarlo, lamerlo y morderlo. Comenzó a gruñir sin dejar de chuparme la polla. Yo ya estaba a punto de reventar y no pude aguantar más. Mi polla estalló en su boca soltando un gran chorretón y al momento sentí como su coño se llenaba de flujo empapando mi boca y parte de la cara. Ella siguió chupando y tragando se cada chorretón que soltaba mi verga, como si estuviera sedienta de varios días. Tuve que parar la cuando mi polla dejó de manar semen. Se la sacó de la boca y tomó aire con ansia, parecía que había dejado de respirar hasta tragarse todo. Se retiró de mi cara para tumbarse boca arriba jadeante, recuperando su respiración agitada.

Parecía que todavía le quedaban fuerzas para hablar.

- Te ha gustado potro?

La oí decir mientras sus tetas subían y bajaban por la agitada respiración.

- Ufff, ha sido la ostia! Nunca me la habían chupado así!

- Ummm, pues a mí me ha encantado tragarme toda esa verga! Y sobre todo recibir toda la leche en mi boca! No veas que guarra me ha puesto!

Madre mía, esa mujer si aprendía con rapidez, tanto los actos como el lenguaje.

Me fui de nuevo al agua totalmente desnudo para desprenderme del calor que emitía mi cuerpo. Carmen se pudo el tanga y se volví a tumbar con las tetas desparramadas.

No habían pasado dos minutos cuando apareció Lucía por la puerta. Vio a su madre tumbada sin el sujetador del bikini y a mi flotando en el agua con la polla al aire.

- Vaya, que está pasando aquí?
-
 
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