Panconator
Virgen
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- Jul 27, 2007
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Después de aquel domingo en el que una bella dama desconocida me devolvió los calzones de mi hermana en el hall del cine, estuvimos asistiendo al teatro París, nuestro preferido por tener palcos privados.
Me había olvidado de aquel engorroso pasaje. Este domingo el París daba "LA USURPADORA", no apta para menores y el Center exhibía "ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS" de seguro que nosotros también haríamos maravillas.
En el Hall, Elena cumplía su ritual dominical y cuando me entregaba sus bragas calentitas para que las bese, vi por encima de su hombro el rostro de aquel ángel que domingos atrás me devolvió esa prenda.
Quedé estupefacto, no supe qué hacer, mi hermana me dijo qué te pasa bobo no las besas? desperté, besé los calzones y desde la distancia esa dulzura me envió un beso volado dirigido a mi boca, porque después de soplar sus dedos se los pusos en la suya, sonrió y me hizo un delicado movimiento con su graciosa mano.
En la platea escogíamos unas butacas delante de una gran columna para que no nos vean, ya que no hay asientos, pero no me dí cuenta del siguiente detalle, si es verdad que quedaba oculto, permite que la persona al inclinarse hacia adelante vea todo el panorama,(ustedes pueden comprobarlo), esa fue la oportunidad que no desperdició tan juvenil espía.
El beso volado me tranquilizó, estaba seguro de que no había peligro y continué como de costumbre. Con mi hermana quedamos que esa tarde nos comportaríamos como caballeros, es decir nada de calatos, sólo nos acariciaríamos, Elena vestía un jumper amplio que sin quitárselo nos permitía toda clase de maniobras, bastaban dos botones de los tirantes a la altura de los hombros, para que los ya abultados senos queden a mi alcance, y sentada al borde la butaca con levantar la falda la tenía dispuesta a brindarme el manjar más delicioso, una riquísima sopa de fideos cabello de ángel, coquetamente llevaba medias nylon muy oscuras que resaltaban la belleza de sus piernas y zapatos de medio taco que la hacían ver como toda una señorita.
Nos acomodamos en espera de que comience la función, nuestras manos entrelazadas, las bocas hacían la parte que les correpondía, nuestro sexos querían liberarse de la ropa y quedar descubiertos para que sepan que estaban de hambre, que querían ser amados, acariciados, besados.
Estaba alerta, sabía que ese bello rostro que me envió un beso volado llegaría pronto y tomaría su lugar secreto, discreto. No pasó mucho cuando sentí la suave caricia de una delicada mano sobre mi nuca, había llegado, estaba detras mío, qué hacer? lo mejor era dejar que el tiempo lo diga.
Sonó la cortina musical y luego comenzó la función, con mi mano izquierda acariciaba las piernas de Elena que las abría, para que llegue al fondo, hasta su virginal y delicada vagina que reclamaba con ansias ser acariciada. Sentí que mi brazo derecho era suavemente llevado para atrás, colaboré y me encontré con dos piernas suaves, calidas, desnudas húmedas estaban muy mojadas, hambrientas, mi mano fue jalada hasta la vulva dilatada que pedía un poco de amor, de caricias. Se puso de pie acercándose a a mi espaldar para facilitar mi trabajo, se estaba arriesgando a ser descubierta pero es que el hambre tiene cara de hereje, esta vagina estaba llena de bellos, un manojo abundante, espeso, un monte muy tupido, qué rico: era un colchón que invitaba a poner la cara y descanzar plácidamente.
Los labios vaginales dilatados, buscando un pene que ingrese hasta el fondo, una boca que los bese, una lengua que los lama, que le arranquen un merecido orgasmo, que saboree sus jugos, que por no tener un comensal se perdían escurriéndose por entre esas bellas piernas, o tan sólo mojando los dedos de esas dos inquietas manos, jugué todo lo que pude descuidando a mi hermana que comenzó a protestar, tuve que disparar a fuego cruzado, dos vaginas que exigían lo suyo.
Elena estaba excitada, me jaló para que me arrodille y le besé su popochita, dejé con pena a mi visitante pero primero es la obligación y después la devoción.
Tomé la abundante sopa que me obsequió mi hermana le arranqué dos orgasmos, estaba mas tranquila, le dije que iba al baño, me jaló y sonrriendo me dijo cuidado que te la corras; esa es tarea solo mía, jajaja.
Al salir no me sorprendió verla, estaba algo turbada, confusa, avergonzada, no supo qué hacer, tomó valor me siguió a los sanitartios y me jaló al de mujeres, sin decir nada me besó ardientemente, señal de que tenía un hambre muy atrasado, lo comprobé porque no demoré mucho en succionar su vagina de meter mi lengua caliente hasta el fondo mordiendo con mis labios su cosita rica que se vació, estremeciéndose y gimió fuerte, la suerte es que no había nadie cerca (debo confesar que el sabor de esta sopa era diferente, no muy abundante la disfruté, me gustó, su pelvis tenía largos y gruesos fideos lacios, negro azabache, me gustó este nuevo menú, el de casa no es nada malo, pero este restaurante tenía otro sabor, otro olor).
Cubrí sus piernas, me levanté, besé su boca, la cogí por el talle estrechándola, le gustó mi contacto, aspiraba el aliento que exhalaba, le dije cómo te llamas? no contestó, sonrió y me dió un trozo de papel doblado, salió muy rápido, no pude alcanzarla, guardé el mensaje y volví a la platea. Debí haber tardado mucho porque Elena me regañó, qué hacías, Fernando? por qué tardaste tanto?...
Continuamos la función, después de un rato y gracias a mi esfuerzo logré hacerle pasar el enojo arrancádole un nuevo orgásmo, jugó plácidamente con mi polla, recibió el semen en un pañuelo, el resto de la función estuvimos besándonos, jugando con nuestras lenguas.
Terminó la función, prendieron las luces, esperamos que los bulliciosos niños salgan apretujándose, me incliné para ver el asiento de nuestra espía y MIERDA! había un bikini negro, tenía que guardarlo, sabía de quién era. Tomé por los hombros a mi hermana la hice pasar por mi delante y al salir me estiré y cogí la diminuta prenda, la estrujé en mi mano y al bolsillo.
Descansando en mi dormitorio, leí el mensaje de mi fugas amante decía "CONNY 2245368 te amo".
Me había olvidado de aquel engorroso pasaje. Este domingo el París daba "LA USURPADORA", no apta para menores y el Center exhibía "ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS" de seguro que nosotros también haríamos maravillas.
En el Hall, Elena cumplía su ritual dominical y cuando me entregaba sus bragas calentitas para que las bese, vi por encima de su hombro el rostro de aquel ángel que domingos atrás me devolvió esa prenda.
Quedé estupefacto, no supe qué hacer, mi hermana me dijo qué te pasa bobo no las besas? desperté, besé los calzones y desde la distancia esa dulzura me envió un beso volado dirigido a mi boca, porque después de soplar sus dedos se los pusos en la suya, sonrió y me hizo un delicado movimiento con su graciosa mano.
En la platea escogíamos unas butacas delante de una gran columna para que no nos vean, ya que no hay asientos, pero no me dí cuenta del siguiente detalle, si es verdad que quedaba oculto, permite que la persona al inclinarse hacia adelante vea todo el panorama,(ustedes pueden comprobarlo), esa fue la oportunidad que no desperdició tan juvenil espía.
El beso volado me tranquilizó, estaba seguro de que no había peligro y continué como de costumbre. Con mi hermana quedamos que esa tarde nos comportaríamos como caballeros, es decir nada de calatos, sólo nos acariciaríamos, Elena vestía un jumper amplio que sin quitárselo nos permitía toda clase de maniobras, bastaban dos botones de los tirantes a la altura de los hombros, para que los ya abultados senos queden a mi alcance, y sentada al borde la butaca con levantar la falda la tenía dispuesta a brindarme el manjar más delicioso, una riquísima sopa de fideos cabello de ángel, coquetamente llevaba medias nylon muy oscuras que resaltaban la belleza de sus piernas y zapatos de medio taco que la hacían ver como toda una señorita.
Nos acomodamos en espera de que comience la función, nuestras manos entrelazadas, las bocas hacían la parte que les correpondía, nuestro sexos querían liberarse de la ropa y quedar descubiertos para que sepan que estaban de hambre, que querían ser amados, acariciados, besados.
Estaba alerta, sabía que ese bello rostro que me envió un beso volado llegaría pronto y tomaría su lugar secreto, discreto. No pasó mucho cuando sentí la suave caricia de una delicada mano sobre mi nuca, había llegado, estaba detras mío, qué hacer? lo mejor era dejar que el tiempo lo diga.
Sonó la cortina musical y luego comenzó la función, con mi mano izquierda acariciaba las piernas de Elena que las abría, para que llegue al fondo, hasta su virginal y delicada vagina que reclamaba con ansias ser acariciada. Sentí que mi brazo derecho era suavemente llevado para atrás, colaboré y me encontré con dos piernas suaves, calidas, desnudas húmedas estaban muy mojadas, hambrientas, mi mano fue jalada hasta la vulva dilatada que pedía un poco de amor, de caricias. Se puso de pie acercándose a a mi espaldar para facilitar mi trabajo, se estaba arriesgando a ser descubierta pero es que el hambre tiene cara de hereje, esta vagina estaba llena de bellos, un manojo abundante, espeso, un monte muy tupido, qué rico: era un colchón que invitaba a poner la cara y descanzar plácidamente.
Los labios vaginales dilatados, buscando un pene que ingrese hasta el fondo, una boca que los bese, una lengua que los lama, que le arranquen un merecido orgasmo, que saboree sus jugos, que por no tener un comensal se perdían escurriéndose por entre esas bellas piernas, o tan sólo mojando los dedos de esas dos inquietas manos, jugué todo lo que pude descuidando a mi hermana que comenzó a protestar, tuve que disparar a fuego cruzado, dos vaginas que exigían lo suyo.
Elena estaba excitada, me jaló para que me arrodille y le besé su popochita, dejé con pena a mi visitante pero primero es la obligación y después la devoción.
Tomé la abundante sopa que me obsequió mi hermana le arranqué dos orgasmos, estaba mas tranquila, le dije que iba al baño, me jaló y sonrriendo me dijo cuidado que te la corras; esa es tarea solo mía, jajaja.
Al salir no me sorprendió verla, estaba algo turbada, confusa, avergonzada, no supo qué hacer, tomó valor me siguió a los sanitartios y me jaló al de mujeres, sin decir nada me besó ardientemente, señal de que tenía un hambre muy atrasado, lo comprobé porque no demoré mucho en succionar su vagina de meter mi lengua caliente hasta el fondo mordiendo con mis labios su cosita rica que se vació, estremeciéndose y gimió fuerte, la suerte es que no había nadie cerca (debo confesar que el sabor de esta sopa era diferente, no muy abundante la disfruté, me gustó, su pelvis tenía largos y gruesos fideos lacios, negro azabache, me gustó este nuevo menú, el de casa no es nada malo, pero este restaurante tenía otro sabor, otro olor).
Cubrí sus piernas, me levanté, besé su boca, la cogí por el talle estrechándola, le gustó mi contacto, aspiraba el aliento que exhalaba, le dije cómo te llamas? no contestó, sonrió y me dió un trozo de papel doblado, salió muy rápido, no pude alcanzarla, guardé el mensaje y volví a la platea. Debí haber tardado mucho porque Elena me regañó, qué hacías, Fernando? por qué tardaste tanto?...
Continuamos la función, después de un rato y gracias a mi esfuerzo logré hacerle pasar el enojo arrancádole un nuevo orgásmo, jugó plácidamente con mi polla, recibió el semen en un pañuelo, el resto de la función estuvimos besándonos, jugando con nuestras lenguas.
Terminó la función, prendieron las luces, esperamos que los bulliciosos niños salgan apretujándose, me incliné para ver el asiento de nuestra espía y MIERDA! había un bikini negro, tenía que guardarlo, sabía de quién era. Tomé por los hombros a mi hermana la hice pasar por mi delante y al salir me estiré y cogí la diminuta prenda, la estrujé en mi mano y al bolsillo.
Descansando en mi dormitorio, leí el mensaje de mi fugas amante decía "CONNY 2245368 te amo".
