Con 5 Obreros

heroher

Virgen
Registrado
Jul 31, 2012
Mensajes
238
Likes Recibidos
50
Puntos
0
Hola me llamo Sonia, soy una chica normal, nada exuberante ni excesivamente atractiva. Me describiré un poquito para que juzgueis vosotros, tengo una estatura normal-bajita (1,66) y peso 65kg, mi pelo es liso y negro, tengo la piel morena pero porque me gusta tomar el sol, al natural soy blanquita. Mis pechos y mi culo no son nada extraordinario, medianitos y en su sitio. Ahora os contaré lo que me pasó hace casi un año, y que hasta ahora es la experiencia más excitante y morbosa que he tenido.

Mis vecinos de al lado empezaron a hacer obras, mi casa se lleno de ruidos, polvo y otras incomodidades. Debían tener prisa por terminar todas las obras, pues trabajaban hasta los sábados, incluso por la tarde. Cada día al salir de mi casa o al volver, me encontraba con alguno de ellos, eran lo menos cinco o seis, y todos me saludaban amablemente. Uno de ellos me resultaba guapísimo, era joven, alto y fuerte, además de ese había dos o tres inmigrantes hispanos, otro que era muy fuerte y grande pero no muy agraciado de cara, y otro mayor que supongo que sería el albañil jefe. Me molestaba mucho al principio el olor a sudor que dejaban en el pasillo, pero creo que de tanto tiempo me acostumbré y dejo de molestarme.

Un sábado por la tarde, me disponía a salir de fiesta, me había arreglado más de lo normal (más que a diario), lo suficiente para verme sexy. Un vestido oscuro corto y escotado, tacones, medias y algo de maquillaje sin exagerar. Al salir de casa siempre miro antes por la mirilla, me gusta evitar si puedo encontrarme con alguien, pero ese día ya llegaba tarde y salí rapidamente de casa. Nada más salir ví que estaban allí todos los obreros sentados tomándose una cerveza, debía ser la hora del descanso, y me dió bastante vergüenza sentirme observada por tantos ojos, que no me quitaban la vista de encima. Creo que hasta me puse colorada solo por la situación.

Me dispuse a intentar pasar para coger el ascensor, pero ocupaban todo el rellano, asi que empece a sortear los obstáculos, mientras lo hacía uno de ellos, el mayor, me dijo:

"que chavalita, jeje, ¿te has vestido así para ir de caza?"

Yo miré avergonzada y dije - "no, solo me voy a una fiesta con mis amigas"

Mientras hablaba no sabía donde ni a quien mirar, pero la mayor parte del tiempo daba miradas furtivas al chico joven que me gustaba, y alguno de sus compañeros debió darse cuenta, porque le hicieron una señal golpeándole con el codo.

"solo a una fiesta con amigas dice, jajaja, se te va a poner la nariz de pinocho niña" - dijo el obrero mayor

Yo estaba indignada con la actitud despota del viejo, y le dije enfadada:

"seguro que me lo paso mejor que usted" e hice el amago de irme

pero el guapo dijo algo y me volví otra vez hacia ellos:

"¿que pasa? ¿que no nos invitas a tu fiesta?"

"No os dejarían entrar a ninguno con esas pintas y ese olor a sudor" - dije yo todavía enfadadilla

Entonces el chico se acercó un poco más a mi y me dijo desafiante:

"¿quieres decir que para que me lleves a tu fiesta tengo que quitarme esta sucia ropa?"

Mientras yo decía "más o menos eso quería decir..." se empezó a desnudar rápido y mirandome en todo momento a los ojos. Se abrió la cremallera del mono hasta abajo mostrando su pecho y luego se bajo el mono dejándoselo en las rodillas. Yo no me lo podía creer me quede petrificada y embobada mirando, no llevaba nada de nada debajo! No sabía que decir, pero él si, me dijo:

"ahora si me llevas contigo, o prefieres hacer la fiesta aquí" - me dijo mientras se acercaba mucho a mí.

Yo no le miraba directamente a ninguna parte delicada, ni a los ojos, ni a su entrepierna... lo miraba al pecho, pero de refilón podía casi ver como su pene estaba moviéndose palpitante y levantándose solito. No sabía ni que hacer ni que decir, estaba totalmente bloqueada, cada vez tenía más calor, y entre el calor y su olor corporal que ahora que estaba tan cerca notaba muchísimo más, estaba medio mareadilla.

Hice el amago de irme de allí, pero él me agarró del brazo con fuerza, y cuando ya volvía a estar frente a él me lo fue soltando con suavidad hasta que llegó a mi mano, me cogió la mano y se la llevó a sus labios, mientras le daba un beso me miraba directamente a los ojos y noté que me moría de calor. Seguidamente bajó mi mano y me la puso sobre su polla, que ahora estaba completamente en erección, cuando mi mano la rodeó sentí un escalofrio en todo mi cuerpo, era enorme, estaba durísima, mojada y ardiendo. Dirigió mi mano en un movimiento acompasado a lo largo de aquel hierro candente. Fue un momento en el que todo el calor que tenía se transformo en una excitación enorme y noté como me mojaba muchísimo sin poder evitarlo.

"¿te gusta cariño?" me decia mientras yo tenia los ojos cerrados y la boca entreabierta, pero no le respondía.

Me había olvidado por completo que allí había mas gente, hasta que note ruidos a mi alrededor, y al abrir los ojos vi que todos ellos estaban en su sitio anterior, pero ésta vez habían liberado sus penes y se los tocaban lentamente mientras nos miraban. Eso no se porque me excito aun más a la vez que me daba mucha vergüenza.

"vas a ser buena con nosotros ¿verdad?" me dijo mientras pasaba su mano por mi culo

Sus manos ya no controlaban mi mano, ahora yo la movía solita sobre su pene, sus manos estaban ocupadas tocando mi cuerpo por encima del vestido, a lo que yo no oponía resistencia, estaba tremendamente excitada y esas caricias me excitaban aun más. Poco a poco me fue quitando el vestido y me quedé solo con el tanga, las medias y los zapatos.

Hasta ese momento estaba realmente excitada, pero entonces el resto de obreros se acercó a nosotros y me rodearon, me asusté, al verme rodeada de todos ellos, con sus penes en la mano y mirándome de esa manera agresiva y lujuriosa.

"no pongas esa cara niña, que vas a disfrutar más que en tu fiesta" - me dijo el viejo y todos rieron

Empecé a sentir innumerables manos sobre mi cuerpo, tocándome en todos los sitios, palpando, acariciando, apretando y hasta pellizcando. Tocaban mis pechos, mis pezones, mi culo, me mordían... También notaba de vez en cuando alguno de sus penes golpear o rozarse sobre mi piel, yo no sabía que hacer, pero sabía que era inútil resistirse, y también sabía que me gustaba, mi excitación era otra vez enorme y tenía el tanga y los muslos empapados.

El chico joven puso su pene en mi boca y yo comencé a lamerlo y a chuparlo instintivamente, me gustaba muchísimo sentir aquella maravilla caliente y rígida en mis labios y en mi boca, se la chupaba con verdadera pasión mientras clavaba mis uñas en sus firmes gluteos. Estaba tan concentrada en eso que casi no note que alguien había metido sus dedos entre mis piernas y los movía dentro de mí, mientras notaba lenguas en mis pechos y sobre mi piel, no sabía ni de quien ni donde exactamente pero no me importaba ya. No dejaba de escucharles decirme obscenidades.

"umm esta niña está bien rica jeje"

"mira como le gusta chupar, parece una putita hambrienta"

"está chorreando la muy guarra"

Estaba silenciosa, chupando mientras otros me chupaban a mí, hasta que noté que ya no se conformaban con tener sus dedos dentro de mí, y algo más grueso y caliente luchaba por entrar en mi vagina. Cuando me la metieron de golpe, tuve que dejar de chupar para gritar porque aquello casi me rompe, ya no podía estar en silencio, no mientras aquella polla no dejara de entrar y salir de mi con esa fuerza, me deje llevar...

"Ahhhhhhhhhhhhhh siiiiiii ahh ahhh ahhh ahhh ay sigue sigue por favor aaaahhhhh sigue cabron"

"toma zorra, te gusta que te den caña eh"

Ya no solo era uno de ellos el que entraba en mí, se iban turnando para penetrarme, y sabía cuando iban a cambiar cuando dejaban mi vagina vacia un poco más de lo normal, hasta que otra polla dura y ardiente entraba en mí y me taladraba con desesperación. Mientras uno me penetraba, los demás esperaban tocándome y pasando sus pollas mojadas por mis jugos por mi cuerpo, y ahora incluso jugaban con sus dedos en mi ano, metiéndome un dedo al mismo ritmo que me penetraban.

Sabía que no se iban a conformar con eso, y tardaron muy poco desde que cambiaron ese dedo por una de sus pollas. Intentaba entrar en mi ano, nunca antes nadie habia entrado en mi por ahí, y le estaba costando penetrarme, y a mi me estaba doliendo una barbaridad, se me saltaban las lágrimas pero ninguno de ellos paraba en su cometido, tenía la boca llena, mi vagina también, y alguien luchaba por entrar en mi culito virgen.

Cuando tenía la cabeza de su pene dentro de mí, empezó a empujar con mucha fuerza, al sentirla clavarse dentro de mí por completo grité, y estuve a punto de desmayarme allí mismo, ensartada por todos mis orificios, llena de fluidos, saliva, sudor...

Los orgasmos se sucedían en mí, uno detras de otro, sintiendo cada una de sus diferentes pollas introducirse y follarme en cada uno de mis orificios, estaba mojada, agotada, desecha, de rodillas en el suelo, con todos ellos a mi alrededor, masturbándose encima de mí con sus pollas hinchadas, a punto de explotar.

Empezaron a correrse sobre mi cara, notaba su semen escurrir por mi cara y mi cuerpo, chorros de semen que ardían en mi piel mientras resonaban sus gemidos apagados, me hicieron abrir la boca, tragarme parte de su esperma, el resto lo extendían con sus pollas sobre mi cara, estaba completamente cubierta y pringosa, con un olor fortisimo a semen y sexo.

Me dejaron allí, sentada en el suelo, mojada, desnuda y cubierta de leche, cogí mi vestido y el bolso del suelo y me dirigí gateando a mi casa. Cuando estuve dentro me senté apoyada en la puerta.

Tenía una sensación dificil de explicar, entre satisfacción y humillación, entre deseo, excitación y asco. No me apetecía responder las llamadas y mensajes que me habían hecho mis amigas por no acudir a la fiesta. Acabé sentada en el suelo detrás de la puerta, masturbándome pensando en lo sucedido, todavía cubierta del sudor y el semen de todos ellos, de su olor...
 
Arriba Pie