Como follar a tres tias y no morir en el intento!!!!!!!!

Patrick1010

Virgen
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Jul 25, 2011
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Hace unos meses conocí a una chica por internet, el azar quiso que nuestros caminos se cruzaran. Desde el primer momento en que hablé con ella pude darme cuenta de, que aquella chica, no tenía nada de corriente: poseía algo especial que poco a poco hacia que me enganchara a ella, como las más fuerte de las drogas. Durante esos meses hablamos por Messenger, medio que me dio la oportunidad de poder ir conociéndola poco a poco, al mismo tiempo que iba descubriendo cosas fascinantes en ella: mediante sus conversaciones me hizo ver el mundo de forma distinta. Su nombre, Luz, es perfecto para ella pues con sus bellos ojos verdes podría iluminar la noche más cerrada, siendo la envidia de las estrellas más luminosas. Su rostro, de una belleza angelical, despedía una ternura increíble que se complementaba a la perfección con esa picardía oculta que delataba su sonrisa. Su cuerpo parecía estar modelado con gran dedicación, por el mismo Dios, y puesto en la Tierra para que los hombres pecaran. Como he dicho, solo hablamos por internet, y las conversaciones cada vez se producían con más asiduidad y se volvían más íntimas. Nos hicimos buenos amigos en ese corto espacio de tiempo, confiábamos el uno en el otro, por lo que una tarde decidimos dar un paso más, citarnos y vernos en persona. Quedamos una tarde, junto al bello rio que baña la ciudad. Me prepare a conciencia pues, a pesar de habernos visto solo en fotografías, quería causarle la mejor impresión posible, para mí era muy importante y por ello; me duche, me afeite, me perfume y con unos vaqueros y una camiseta salí feliz a nuestro encuentro. Mientras conducía hacia el lugar de la cita sentía un nudo en el estómago, los nervios me atacaban por todas partes e incluso las piernas me temblaban, lo que me perjudico un poco a la hora de aparcar, pero por suerte el hueco era amplio y pude hacerlo sin más problemas. Tras bajarme del coche eché un vistazo al entorno, habíamos quedado en un lugar bastante grande y no concretamos un punto determinado. No muy lejos, vi de espaldas a una chica con una gran melena rubia que cubría su espalda hasta la cintura, llevaba unos pantaloncitos cortos muy ajustados y una blusa suelta y fina: lo normal para aquella tarde tan calurosa. En principio no creí que fuera ella, solo la vi de espaldas, pero lo que me llamó la atención fue que esos ajustados pantalones posibilitaban que luciera un precioso culito. Me acerqué un poco hacia ella hasta que se dio media vuelta y me sonrió, ¡Dios! ¡Sí que era ella! Mis pupilas se dilataron al verla, las fotos no le hacían justicia, era realmente preciosa, con un cuerpo magnifico, y la blusa, al ser tan fina, marcaba con precisión el lugar que ocupaban los pezones en sus pequeños pechos; estaba claro que no usaba sujetador. Nos saludamos con dos besos y decidimos dar un agradable paseo junto al rio. Entre juegos y bromas pasamos una tarde muy divertida y finalmente me invitó a ir a su casa que no quedaba muy lejos de aquel lugar. Yo acepté inmediatamente, me encantaba disfrutar de su compañía y no quería que aquel encuentro terminara. Al llegar a su casa me percaté de que no vivía sola pues la compartía con dos compañeras; María y Sandra. Eran dos chicas realmente bellas y con unos cuerpos de escándalo. Me las presentó e invitó a sentarme en el sofá del salón. La verdad es que no sabía dónde mirar; Sandra llevaba una minifalda escocesa que intuía un precioso culo y un top muy ajustado. Intentaba no mirarla pero me era imposible evitar hacerlo de reojo. En una de esas miradas hacia el culo de Sandra, María se dio cuenta, pero no dijo nada, tan solo se acercó a ella y le dio un gran morreo al tiempo que le agarraba fuertemente el culo, mirándome por encima de su hombro. Tras separar sus bocas se tomaron de la mano y se metieron juntas en un cuarto. Yo no podía dar crédito a lo visto; pensé que eran lesbianas y estuve devorando con la mirada a su novia, ¿Qué pensaría luz de mí? Y… ¿Por qué no me dijo nada María cuando me descubrió? Mientras intentaba encontrar respuestas a esas preguntas, Luz se sentó junto a mí, en el sofá, e inclinándose me susurró en el oído con voz sugerente: - ¿Te gusta el culito de Sandra? -Estaba claro que se había percatado de todo, quizás no fui tan cuidadoso, como yo pensaba, al lanzar esas miradas. - ¡Bueno si, está bien! -Le contesté de forma entrecortada, sin saber si me iba a echar a patadas de su casa. Me quedé helado al ver como cogía mi mano con la suya, la llevaba hasta su culo y mirándome fijamente me dijo: -¿Y el mío? ¿Qué te parece mi culito? No daba crédito a lo que oía, en aquel momento desee que el tiempo se detuviera, quería perderme en esos preciosos ojos que me miraban a corta distancia. La única respuesta que obtuvo fue la mi mano apretando su culo y mis labios acercándose a los suyos hasta besarlos. Aun no sé por qué lo hice, pero mi cuerpo respondió de manera automática. Estuvimos besándonos y manoseándonos por todo el cuerpo unos instantes. Le quité la blusa y quedaron al aire sus menudos y preciosos pechos, muy bien puestos en su sitio. Al verlos desnudos no dude en lanzarme directamente a los pezones y comencé a besarlos, lamerlos y propiciarles pequeños mordisquitos, algo que le gustaba a juzgar por los pequeños gemidos que emitía. -Para -me dijo en tono cortante. -¿Qué pasa luz? ¿Acaso no te gusta? –pregunté inquieto por haber hecho algo mal. -Sí, si me gusta, pero… ¿Quieres pasártelo bien? –respondió sonriente añadiendo algo de intriga. -¡Me encantaría! –respondí totalmente entregado. Se levantó del sofá y alargando su mano para coger la mía me pidió que la acompañara, no me lo pensé; hubiese ido con ella hasta el mismísimo infierno si así lo hubiese querido. Me llevó hasta una habitación que tenía la puerta cerrada, pero cuanto más nos acercábamos, más claramente se podían escuchar los gemidos que procedían de su interior. -¿A dónde vamos? –me pregunté, sin atreverme a hacérselo a ella. En el interior de la habitación debían estar sus dos amigas. Abrió la puerta y efectivamente vi que Sandra y María estaban subidas en una cama muy grande, jugando y besándose mientras con sus piernas se rozaban los sexos mutuamente. La verdad es que no se percataron de que estábamos allí, mirándolas, para ellas parecía ser lo más normal del mundo. Luz soltó mi mano y se dirigió hacia la cama donde sin perder tiempo sus dos amigas la recibieron y rápidamente hicieron desaparecer su pantaloncito y braguitas del cuerpo. Después la tumbaron entre ambas y el juego pasó a ser entres tres en lugar de dos. Yo estaba quieto, en la puerta, era incapaz de moverme o emitir cualquier sonido ante tal escena, creí que estaba soñando y que aquello no podía ser real. Al fin conseguí salir de mi incredulidad cuando la mirada de Luz se clavó en mis ojos y con un pequeño gesto me invito a acercarme a ellas. Ella estaba tumbada boca arriba y mientras Sandra le besaba las preciosas tetas, María ya había pasado a comer su coñito, lo que proporcionaba a Luz un gran placer que demostraba con pequeños gemidos. Cuando estuve a su lado, con la mano bajó mi pantalón, la ayudé y después cayeron los calzoncillos, dejando al descubierto mi polla que para entonces ya estaba muy dura. Sin pensárselo me la cogió con la mano y la fue acercando a su boca, hasta llegar a los labios, donde comenzó a besar y lamer la punta hasta que, de golpe, vi cómo se perdía dentro de la boca y me estremecí. Jugaba con la lengua en mi polla de forma espectacular, me fascinaba como lo hacía. Al mismo tiempo, Sandra, que estaba jugando con sus pechos, se colocó de tal forma que su precioso culo quedó accesible a mi mano, ¡me lo estaba ofreciendo! Aquel esplendido trasero con forma de cereza del que no pude quitar la mirada desde que llegué. Comencé a acariciarlo hasta llegar al coñito que noté muy mojado. Tras jugar un rato con el clítoris no fue nada difícil introducir en la raja un par de dedos que empezaron a entrar y salir cada vez con más velocidad. Ella empezó a gemir y a estar cada vez más húmeda… no pude resistirlo más; retiré la polla de la boca de Luz y la clavé inmediatamente en el coño de Sandra estaba pidiendo a gritos ser penetrado. Con la primera embestida se encorvó hacia atrás, le había metido la polla entera y comenzó a suplicarme que la follara bien follada. Obedecí y empecé a penetrarla violentamente, una y otra vez. Me deleitaba viendo como se retorcía de placer, al tiempo que observaba la cara de Luz plena de placer por la comida de coño que le estaba propinando María. Entre gritos, Sandra consiguió su primer orgasmo y, al terminar, aprovechamos para cambiar de postura. Yo ansiaba follarme a Luz, no pensaba en otra cosa desde que la vi al encontramos y ese era mi momento. Sin pensármelo me coloqué entre sus piernas y le introduje toda la polla en ese coño que María se había encargado de lubricar bien. Mientras, Sandra se colocó sobre la cara de Luz para que ésta limpiara con la lengua los fluidos producidos durante su orgasmo. María se ubicó junto a Sandra y ésta lamió sus pechos al tiempo que los apretaba con una de sus manos, mientras la otra se dirigía hacia el coño y lo estimulaba. -No te vayas a correr María -le dije-, espera que quiero ser yo quien te arranque el orgasmo, no pienses que te vas a escapar. –Añadí con cierta autoridad. Luz no daba para más: entre la anterior comida de coño por su amiga y las posteriores embestidas que le propicié estaba a punto de correrse. -¡Vamos cabrón, sigue! haz que me corra en tu polla. –dijo Luz con lujuria y ansiosa por alcanzar el orgasmo. En ese momento, mientras aceleraba, sentí como la polla se pringaba con su caliente corrida, produciéndome una increible sensación. Después de haber catado y conseguido que se corrieran Sandra y Luz, faltaba María, pero antes necesitaba descansar un poco. Mientras Sandra y Luz se entretenían recorriendo cada recoveco de su cuerpo con las manos y la lengua yo hacía que María se excitase cada vez más con mi mano. Cada vez se movía de forma más violenta, estaba a punto y paré. Sin perder tiempo me tumbé boca arriba y le ordené que se sentara sobre mí. Lo hizo, tragó la polla entera con su coño y comenzó a cabalgarme de forma salvaje, deleitándome con el espectáculo de sus enormes pechos botando arriba y abajo -Si perra, vamos, sigue cabalgando y dame todo lo que tengas guardado. –le dije María totalmente encendido de forma autoritaria. Luz, colocada a mi lado, me besaba el cuello y mientras yo acariciaba su precioso culo. -Aun me queda probar este, estoy deseando taladrarte el culo cariño –le dije susurrando de forma sugerente. -Ummmmm me encantaría que me la metieras –respondió ella con cara viciosa y una voz tan sexy que consiguió que lo deseara más aun. Estaba claro que Luz era mi ojito derecho, y ante esa sugerencia no pude contenerme más. Gracias a Dios que María no tardó en conseguir su orgasmo entre fuertes gemidos y, mientras se restregaba las tetas, reclinó su cuerpo hacia atrás. Tras unos intensos segundos segregando fluidos vaginales terminó por separarse de mí, completamente exhausta. No había tiempo que perder, inmediatamente coloqué en medio de la cama una almohada y ordené a Luz que se tumbara sobre ella, bajo su vientre, de tal forma que su culito quedara bien expuesto. Agarré la polla fuertemente, puse la punta en el ano y la fui metiendo sin prisa. Me fascinó aquella sensación de penetrar su delicioso culo, disfruté de cada centímetro que iba enterrando en el agujerito. Ella también se deleitaba pues lo agradecía con gemidos y pequeños gritos. Cuando estuvo dentro del todo empecé a incrementar la velocidad, chocando mis huevos con su coño al entrar y consiguiendo que gimiera y gritara con más intensidad. -¡Sí, vamos cabrón, fóllame!, ¡Párteme el culo que me encanta! –gritaba totalmente fuera de sí. -Si putita es todo para ti, voy a hacer que te corras y como premio te daré toda mi leche –le respondí mientras creía estar en el cielo. Como pude busque su coño con la mano y empecé a estimularlo mientras la embestía. -¡No puedo masssssssssssssss! -Gritó Luz mientras se corría en mi mano. Yo ya estaba a punto de correrme y rápidamente saqué la polla de su culo, me arrodillé y ella, recogiéndola con ambas manos, comenzó a pajearme mientras la engullía en la boca, la lamía y la mordía levemente. -¡Si, vamos zorra! ¡Sácame toda la leche! ¡Es toda tuya, disfrútala! –le gritaba animándola a emplearse a fondo. No se hizo esperar lo inevitable, le dije que me venía y ella la sacó de la boca sin dejar de pajearme. Un gran chorro de leche salió de la polla llegando a su boca que la recibió abierta y expectante. Un segundo después consiguió arrancarme otro reguero de semen con los labios, sin dejar de exprimirme con la mano. Insatisfecha, quiso succionar hasta la última gota metiéndose la verga por completo y tragando todo el semen para dejar espacio al miembro que la llenaba. Mientras Luz tragaba hasta el último aliento de mi polla, Sandra, sedienta de líquidos, aprovechó para colocarse entre las piernas de Luz y así poder lamer los restos de su corrida. Los tres quedamos tumbados en la cama, realmente exhaustos. Mientras miraba al techo y sin decir una palabra, aun me preguntaba si aquello era real, hasta que me quede dormido, junto a aquellas tres ninfas que me habían regalado el mejor polvo de mi vida. A la mañana siguiente desperté sólo en la cama, me puse los pantalones y me dirigí hacia la cocina siguiendo el agradable olor a café. Al entrar vi que Luz únicamente tenía puesta una camiseta. Sin decir nada me acerqué por su espalda y abracé su cintura. Ella se giró y rodeó mi cuello son sus brazos, clavándome la mirada, sin decir palabra. Acerco sus labios a los míos y me besó, fue el beso más dulce que jamás haya podido recibir en la vida y la prueba de que todo lo que ocurrió la noche anterior fue real. Para no olvidarlo nunca escribo este relato con el recuerdo aún fresco en la memoria.
Dedico este relato a “Aly Gomez”, mi dulce ángel. Sé que no puede compararse con los tuyos, pero he intentado poner en él toda mi alma y todo el cariño que te tengo. Te has convertido en una persona muy especial a través de tus relatos y tus fotografias y esta es mi forma de agradecértelo. Gracias por todo. Espero que te guste y lo disfrutes
 
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