CinÉfilos

roman74

Pajillero
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Sara estaba nerviosa, esa noche habÃ*a quedado con el chico que habÃ*a conocido unos dÃ*as antes, se lo presentaron en la fiesta de cumpleaños de una amiga, ella enseguida se sintió atraÃ*da por él, y por supuesto el sentimiento fue mutuo.
Esa noche habÃ*an quedado para ir al cine, la pelÃ*cula que elegirÃ*an era lo de menos, ella estaba nerviosa porque por fin iban a estar juntos, en un sitio oscuro, intimo.
Sara es una chica de 19 años fÃ*sicamente no esta nada mal, es una chica rubia, de pelo largo y rizado, ojos oscuros, ni muy alta ni muy baja, 1,67 mas o menos, delgada, su familia opina que demasiado delgada, incluso su madre ha pensado alguna vez que es anoréxica, pero os aseguro que no lo es, simplemente no engorda, su cuerpo no esta muy desarrollado, a pesar de que su culito es muy bonito, yo opino que es lo mejor de su cuerpo, es respingón y duro, asÃ* que sabe muy bien donde miran los chicos cuando pasa. sus pechos son pequeños, pero eso sÃ*, están bien firmes, sus pezones rosados resaltan en el centro de sus pechos, son muy abultados y cuando esta nerviosa o excitada destacan mucho a través de su blusa, tanto que a menudo sale a la calle sin sujetador ya que no lo necesita y sus pezones llaman la atención a los que con ella se cruzan. Del resto de su fisonomÃ*a esta muy orgullosa, tiene un rostro bastante aniñado y bonito, y desde luego tiene bastante éxito entre los chicos.
El chico con el que habÃ*a quedado era bastante agraciado también, empezaré por decir que su nombre es Luis, es un chico moreno, sus ojos son marrones, o como dice él color miel, que suena mejor, su complexión es fuerte, no es muy musculoso, pero las apariencias engañan, y a pesar de lo que pueda parecer a primera vista en realidad es un chico muy fuerte.
Bien, como iba diciendo habÃ*an quedado para el cine aquella noche, lo que ninguno de los dos podÃ*a adivinar eran los acontecimientos que se iban a suceder durante su cita.
Se encontraron a la hora prevista en la puerta de casa de Sara, su saludo fue un largo beso, preludio de los hechos que acaecieron después, durante el cual sus lenguas se encontraron por primera vez en esa noche y lo que empezó como un dulce beso de encuentro acabó en algo apasionado y excitante.
Él vestÃ*a muy informal pero elegante a la vez, pantalón vaquero azul y una camisa de seda negra, encima de la cual se habÃ*a puesto una cazadora gris.
Ella se habÃ*a decidido por unos zapatos de tacón bajo, negros, medias también negras, transparentes, una falda que no por ser elegante dejaba de ser muy sensual, lo que más impresionaba era su longitud, apenas si tapaba algo por debajo de sus muslos, era la minifalda preferida de Sara, se la ponÃ*a en los grandes acontecimientos, ella sabia que cuando se vestÃ*a con ella provocaba algo mas que malos pensamientos, era una minifalda negra, de tela elástica que se pegaba a su cuerpo, su blusa era fina, ya que era una noche de calor, una blusa semitransparente que dejaba entrever su sostén de encaje, que aunque como dije antes sus pechos no eran grandes el solo hecho de ver su ropa interior a través de su blusa seguro que hubiese vuelto loco a mas de uno. Aquel que se fijase un poco podÃ*a adivinar una marca fina al final de su espalda, lÃ*nea que aparecÃ*a perfilada en su falda, lÃ*nea que desaparecÃ*a entre sus nalgas, era la marca formada por su tanga negro, visible gracias a la forma en que su falda se pegaba a su cuerpo.
Él la agarraba por su cintura mientras se encaminaban al cine, como si temiese que se le fuese a escapar.
Ella metió una de sus manos en el bolsillo de la parte de atrás del pantalón de Luis, notando con su mano que Luis debÃ*a de hacer algún deporte, porque lo que estaba tocando parecÃ*a una piedra, Luis pudo notar como de vez en cuando Sara no se conformaba solo con tocar sino que también apretaba sus nalgas de vez en cuando.
Sacaron sus entradas de una no muy importante pelÃ*cula y de mutuo acuerdo se sentaron en la fila de atrás del cine.
Al empezar la pelÃ*cula comprobaron que no debÃ*a de tener mucha aceptación, ya que aparte de ellos dos solo habÃ*a
unas diez personas mas viendo la pelÃ*cula, dos parejas como ellos y el resto de los espectadores lo componÃ*an un grupo de amigos que seguramente se habÃ*an reunido después de algún tiempo separados y no tuvieron nada mejor que hacer que entrar a ver una pelÃ*cula.
Esto animó a la pareja a mirarse y cruzar sus labios otra vez nada mas se apagaron las luces, al principio ambos se contenÃ*an, el beso no pasaba de ser el mero contacto de sus labios, pero cuando se apagaron las luces sus labios se abrieron, para dar paso a sus lenguas, lenguas que se buscaron ansiosas, deseosas de compartir sus sabores y fluidos.
Sus manos se buscaron mientras la excitación de ambos iba es aumento, debido sobre todo al contacto de sus lenguas, no sabÃ*an cuanto tiempo llevaban besándose, pero sabÃ*an que ninguno de los dos tenia ganas de acabar con aquel beso, Sara sintió como una de las manos de Luis buscaba sus pechos por debajo de su blusa, mientras la otra se acomodaba en su muslo, sobre la minifalda, alcanzando las dos manos su objetivo, ya que Sara no tenia intención de impedir los movimientos de las manos de Luis.
Ni corta ni perezosa Sara se aventuro a volver a sentir la dureza del trasero de Luis, mientras que con la otra mano trataba de sentir otra clase diferente de dureza, aquella que ella estaba provocando, la sintió crecer bajo sus caricias, no parecÃ*a acabar de crecer nunca, y Sara se sintió muy excitada viendo el efecto que provocaban sus caricias, a la vez que Luis alcanzaba uno de sus pezones, ya duro y firme, y lo pellizcaba.
La mano de Luis habÃ*a abandonado su antigua ubicación para pasar a ocupar la cara interna de los muslos de Sara, y no se detenÃ*a allÃ*, sino que iba subiendo, Sara daba permiso para que Luis explorase su intimidad abriendo ligeramente sus piernas, a la vez que de su boca se escapaban suspiros capaces de excitar a un muerto.
Sara habÃ*a soltado ya tres de los botones de la bragueta de Luis, metiendo su mano en su interior y tocando directamente su tesoro. La mano de Luis seguÃ*a avanzando, llegando ya al fino triangulo de tela que tenia por única protección la intimidad de Sara.
Sara empezó un movimiento de vaivén con su mano, que Luis agradeció apartando la tela de la braguita de Sara y masajeando su parte más sensible, formando pequeños cÃ*rculos que trazaban el limite del placer de Sara, haciendo que esta, a la vez que miraba como la enorme dureza de Luis se acomodaba entre sus manos, desease que uno de aquellos dedos empezase un masaje mas intimo, cosa que sucedió no mucho mas tarde, cuando uno de sus dedos se coló literalmente dentro de la rajita de Sara, y digo que se coló porque resbalo y estuvo dentro de Sara antes de que Luis tuviese intención de introducirlo.
Lo que pasó después fue el principio de una cadena de sucesos que iban a desembocar en algo irrefrenable, Sara se arrodillo entre los asientos, Luis lo vio y al principio no reacciono, pero en pocos segundos se habÃ*a percatado de las pretensiones de Sara, sacando su arma de entre los pliegues de su pantalón y ofreciéndoselo como una sabrosa golosina a su pareja.
Sara cerro los ojos, no sabia lo que pasaba, nadie la estaba tocando su entrepierna, pero aun asÃ* la sentÃ*a arder, y un cosquilleo recorrÃ*a sus muslos a la vez que empezaba a lamer suavemente la verga de Luis, con la lengua la recorrÃ*a de arriba a abajo, a la vez que sus manos subÃ*an y bajaban por el miembro de Luis, como ya he dicho a Sara no le hacia falta que una de sus manos tocase su intimidad, ya que cada vez que lamÃ*a la verga de Luis se sentÃ*a como si fuese ella misma la receptora de tanto placer.
De vez en cuando Sara levantaba la mirada y podÃ*a comprobar los efectos que su trabajo producÃ*a en el rostro de Luis, Sara dejó de masajear el miembro con sus manos, Luis miro a su rostro, ella abrió la boca y se introdujo la verga de Luis en su boca.
lo que antes realizaban sus manos lo hacia ahora su boca, sus labios se curvaban hacia dentro cada vez que se introducÃ*a su verga entera, cuando Sara sentÃ*a el vello de Luis en su rostro y la punta de su verga tocaba su garganta paraba para iniciar el movimiento inverso, sus labios se curvaban ahora hacia afuera, y cuando Sara sentÃ*a cerca de sus labios la punta del miembro de Luis dejaba que sus dientes lo rozasen, para acabar su movimiento con una especie de beso, como cuando una niña se saca u
n caramelo de la boca, para evitar que ninguno de los fluidos que empezaba a verter la verga de Luis se le escapase de la boca.
Faltó poco para que Luis diese por terminada su aventura en ese punto, pero se supo contener, con sus manos que hasta entonces se encontraban encima de la cabeza de Sara acompañando sus movimientos, agarro el pelo de Sara, deteniendo su movimiento, indicándola asÃ* que no querÃ*a acabar tan pronto.
Sus rostros se encontraron otra vez en un largo beso, Sara estaba ahora en cuclillas, posición en la que se sentÃ*a especialmente mojada.
Luis entonces en un susurro, con sus labios muy cerca del oÃ*do de Sara dijo unas palabras que por poco hicieron que Sara se desmayase. le dijo que querÃ*a hacer el amor en esa misma butaca, que no querÃ*a esperar a acabar la pelÃ*cula, que querÃ*a sentir el calor del interior de Sara en ese mismo momento. Sara no sabia que decir, por toda respuesta solo acertó a besar a Luis, a la vez que sus manos trataban de desembarazarse de sus braguitas, cosa que consiguió no sin esfuerzo debido a lo incomodo de su postura. Cuando logró bajar sus braguitas hasta los muslos Luis se percato de ello, la hizo darse la vuelta, quedando Sara de pie mirando hacia la pantalla y Luis a su espalda sentado.
Luis levantó la falda de Sara, cosa que no se supuso mucho esfuerzo debido a la elasticidad de la misma, cuando vio que los glúteos de Sara empezaban a mostrarse se detuvo, Sara entendió lo que debÃ*a de hacer y poco a poco muy despacio se fue sentando sobre las piernas de Luis, a la vez que ella separaba todo lo posible las suyas.
Luis tocaba la entrada de su sexo con una mano mientras que con la otra fue orientando su miembro para que al sentarse Sara se la fuese clavando muy despacio. Sara sintió los muslos de Luis en sus glúteos, lo que indicaba que el recorrido de la verga de Luis habÃ*a llegado a su fin.
El la agarro ahora de sus caderas, iniciando un movimiento de vaivén que era complementado por los sinuosos movimientos circulares de Sara.
El coñito de Sara envolvÃ*a y apretaba la verga de Luis, ella apoyaba sus manos en los reposabrazos, para facilitar asÃ* el movimiento ascendente y descendente de su cuerpo.
Ella se esforzaba por mirar en la oscuridad hacia las filas de adelante, para poder asÃ* ver si alguno de los otros espectadores se habÃ*a vuelto y se habÃ*a percatado de lo que sucedÃ*a en la fila del fondo. Sara no lo entendÃ*a, pero el hecho de tener esa tensión, ese nerviosismo, esa inquietud de que en cualquier momento alguien podrÃ*a verles y formar un escándalo la excitaba sobre manera, haciendo que su entrada mas intima se humedeciese mas de lo que hasta ahora estaba, aunque pareciese imposible si tenemos en cuenta el estado de humedad en que se encontraba la entrada de su cueva momentos antes.
Mientras la penetraba Luis la susurraba al oÃ*do que iba a acabar de un momento a otro, sus manos recorrÃ*an los pechos de Sara, su cintura, su cara, sus dedos se introducÃ*an en su boca, recorrÃ*an su rostro, mientras los dos se esforzaban por ahogar sus gemidos, para evitar asÃ* ser oÃ*dos.
Luis empujó a Sara hacia arriba en el momento en que sentÃ*a que iba a estallar, los movimientos de Sara fueron como calculados ya de antemano, ya que en menos de un segundo estaba otra vez de rodillas, con la verga de Luis en su boca, curiosamente ese fue el momento en que ella se corrió, ella acabó tocándose con una de sus manos, sintiendo ese intenso orgasmo provocado sin duda por la excitación de la idea de ser descubierta por los otros espectadores, a la vez que sentÃ*a el sabor de la verga de Luis, mezclado con el dulzón sabor de su rajita.
Luis siempre susurrando dijo que tuviese cuidado, que se iba a correr y que no querÃ*a que ella lo recibiese en su boca sin quererlo, Sara por toda respuesta miro a Luis sonriendo y después volvió a meterse toda su verga en la boca, eso fue demasiado para Luis, que volteando su cabeza hacia atrás estallo en un orgasmo brutal, uno de los mas largos de su vida, mientras que en la mente de Luis estallaban fuegos artificiales, Sara se esforzaba por no derramar nada sobre los pantalones de Luis, cosa que consiguió a duras penas y ya se iba a dar por vencida dejando escapar algo por la comisura de sus labios cuando gracias al cielo Luis acabo su orgasmo, tregua que aprovechó Sara para acabar de tragar to
do lo vertido por Luis, limpiando seguidamente la verga de Luis hasta que esta se relajó del todo.
Este hecho de la perdida de tamaño de la verga de Luis favoreció los juegos de Sara permitiendo a esta tenerla entera en la boca jugando como una niña con ella, volteándola con la lengua sintiendo todos y cada uno de sus pliegues, explorándola entera con su lengua y sus labios, este juego que encantaba a Sara y como no, a Luis le volvÃ*a loco, continuó hasta que Luis amarrándola por las axilas reclamo un beso de los labios de Sara.
Mientras se besaban las manos de Luis colocaron en su sitio las braguitas de Sara. Y esta volvió a su asiento, para acabar de ver siempre agarrada de la mano de Luis el final de una pelÃ*cula que en ningún momento habÃ*a despertado su interés.
Al salir del cine una empleada de la sala estaba haciendo una encuesta sobre las pelÃ*culas emitidas, extrañándose cuando al dirigirse a la pareja ambos al unÃ*sono dijeron que habÃ*a sido la mejor pelÃ*cula que habÃ*an visto jamás.
Luis acompañó a Sara a su casa, prometiendo que habrÃ*an de repetir la experiencia.
 
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