ChuPamela

roman74

Pajillero
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Que demonios? –Se preguntó Rodrigo al ver salir a su hermana semidesnuda!

Esa noche, Rodrigo no habÃ*a podido conciliar el sueño y habÃ*a decidido matar tiempo en la sala masturbándose mientras veÃ*a una cinta en el reproductor de la sala ya que en su cuarto no tenÃ*a televisión.

AsÃ* estuvo, viendo la cinta en volumen bajo y cuidándose de que sus padres o su hermana no le fueran a pillar, hasta que escuchó la puerta del cuarto de su hermana abrirse y bruscamente tuvo que guardarse la verga y apagar el televisor.

Inmediatamente pensó que a su hermana le habÃ*an dado ganas de ir al baño para mala suerte suya. Lo que no se imaginó ni pensó fue que saldrÃ*a semidesnuda! Y bueno, en cierta parte su hermana tenÃ*a la razón al salir con ropa tan escasa pues quien hubiera pensado que alguien se encontrarÃ*a despierto a esas horas de la madrugada.

Esa noche, por más que quiso evitarlo, no pudo dejar de admirar la hermosa silueta de su hermana y es que Pamela, su hermana mayor de 22 años, esta hecha un bombón de infarto que a cualquier hombre le para la verga con tan solo verla. Incluyéndole a él pues a sus 18 años tenÃ*a las hormonas a tope.

Pamela caminó hacia la puerta del baño pero se detuvo un momento.

La verga de Rodrigo, inmediata e involuntariamente, comenzó a reaccionar al ver aquél tremendo forro de mujer. Pamela continuó de pie frente a la puerta del baño sin moverse unos segundos y después, sorpresivamente, giró hacia su izquierda con dirección hacia la habitación de sus padres.

A donde va?- Se preguntó Rodrigo.

La puerta de la habitación de sus padres nunca estaba cerrada por las noches, siempre se encontraba solo emparejada, por lo que Pamela no tuvo ninguna dificultad para abrirla y desaparecer en su interior cerrando la puerta tras de si.

-Tal vez olvidó algo en el baño de mis padres.- se dijo a mi mismo buscando darle explicación a lo acontecido…

Quien lo hubiera dicho:

Pamela sabÃ*a perfectamente que su padre la estaba esperando. Su madre acababa de irse de la ciudad en un viaje de negocios y su padre le habÃ*a estado mirando la cola toda la tarde sin poder hacer nada debido a la molesta presencia de su hermano en casa. Caminó hacia la cama de su padre quitándose la tanga y el brassier en el camino. Fue dejando el par de vestimentas tiradas en el piso y tras meterse debajo de las cobijas, deslizó su cuerpo completamente desnudo hacia en medio de la cama y…

-Hola papi… ya vine…- le susurró a su padre mientras lo llenaba de besos.- te extrañé mucho papito…

-Yo también te extrañé Pamelita linda…- contestó su padre en el momento en que la mano derecha de Pamela se apoderaba de su rÃ*gida verga y comenzaba a masturbarlo.

-En verdad extrañé mucho tu verga gordota papi…- le dijo Pamela a su padre tirando su cabeza sobre el hombro de éste.- Esta podrÃ*a ser nuestra última vez juntos papi… no me gustarÃ*a seguir haciendo esto cuando me case con Mario.

-Te entiendo perfectamente hija… pero no sabes cuanto te voy a extrañar.

Y vaya que la iba a extrañar pues él y Pamela habÃ*an estado cogiendo en los últimos 3 años bastante. De hecho, podrÃ*a decirse que en los pasados 3 años habÃ*a cogido más con su hija que con su esposa. Aprovechaban cualquier rato a solas, sobre todo los viajes de negocios de doña Silvia, que era como se llamaba su mujer, para que Pamela, sin que su hermano se diera cuenta, se metiera por las noches en su padre y se dejara follar a su antojo

Pamela habÃ*a resultado ser la mujer más apasionada, aventurera y excitante en la vida sexual de Don Enrique pues le permitÃ*a a éste realizar cualquier fantasÃ*a sexual que se le viniese a la mente; todo lo contrario a su mujer que ni si quiera se atrevÃ*a a mamársela. Con ella, Don Enrique, que era como se llamaba el papá de Rodrigo y Pamela, habÃ*a follado en todas las posiciones imaginables, experimentado con todo tipo de juguetes sexuales e incluso con uno que otro vegetal. Pero ahora todo era distinto pues Pamela estaba por casarse con aquel joven acaudalado que habÃ*a conocido y esto tenÃ*a que terminar.

-Cuando regresa mamá?- preguntó Pamela justo cuando comenzaba a besar a su padre desde el cuello hacia abajo.

-Mañana por la noche. Por lo cual debemos aprovechar al máximo esta noche y el transcurso del dÃ*a de mañana en lo que tú hermano esta en el trabajo.- le contestó don Enrique justo cuando Pamela se apoderaba de su miembro con la boca y comenzaba a darle una de esas mamadas que tanto le enloquecÃ*an.- Hmmm dios mÃ*o!… Pamela… ohhhh- gimió Don Enrique.

-Pues ya que al parecer es nuestra última noche… hagámosla una noche memorable!- le decÃ*a Pamela a su padre mientras se esmeraba en darle la mejor mamada de su vida.-Quiero que te vengas en mi boca papito… en mi conchita… en mi culo… en mis tetas… mi pelo… quiero que me llenes todo el cuerpo de leche! Trátame como si fuera tu mujer al menos por este dÃ*a!- dejó de hablar y comenzó a mamarle la verga moviendo su cabecita de arriba hacia abajo mientras con su mano derecha le marcaba el mismo movimiento a la verga.

Don Enrique se encontraba en el paraÃ*so; su hija era la mejor chupadora de pollas que habÃ*a conocido sin duda alguna.

La concha de Pamela estaba más que inundada pero sabÃ*a cuanto le gustaba a su padre que se la mamara asÃ* que decidió esperar un poco más para inundarse la verga de su padre hasta el fondo de su conchita.

Pamela y su novio Mario habÃ*an hecho un pacto de no sexo durante un mes antes del matrimonio con la intención de hacer más placentera la luna de miel; lógicamente Pamela no habÃ*a cumplido del todo pero quien imaginarÃ*a que aquella joven preciosa que tanto atraÃ*a a los hombres se la pasaba las noches follando a escondidas con su propio padre?

-Ooohhhh Pamela!!! Que rico la mamas hija.. hmmm que rico!- en eso, su padre no aguantó más y la verga hizo erupción soltando chorros de leche sin parar.

Pamela tragó toda la leche y continuó mamándole la verga hasta dejarla sexa.

-No cabe duda de que nadie suelta tanta leche como tú papi…- le dijo a su padre una vez que terminó de limpiarse los restos de semen que corrÃ*an por la comisura de sus labios.

-Pues déjame decirte que ninguna mujer me hace venir como tú cariño…

Pamela sabÃ*a exactamente que hacer para que la verga de su padre agarrara tamaño y dureza de nuevo asÃ* que comenzó a mamársela nuevamente. Una vez dura no titubeo para posicionarse encima de su padre y enterrarse el tieso pedazo de carne en su cueva.

-Ohhh papi!!- gimió al sentir como la verga de su padre se deslizaba sin ningún problema en su interior y comenzaba a taladrarle la concha.- se siente tan rica tu vergota!- Pamela comenzó a cabalgar la verga de su padre con un ritmo que hacÃ*a que la cama crujiera y su padre la tuviera que sujetar de las caderas por el miedo a que se fuera a caer.

En la sala, Rodrigo comenzó a preguntarse que le habÃ*a pasado a su hermana. Llevaba sentado en la sala más de 40 minutos ya y el solo hecho de recordar lo que habÃ*a visto habÃ*a hecho que su verga se pusiera tan dura que ya tenÃ*a rato sobándosela por encima del short con el que dormÃ*a.

Ya ni si quiera estaba usando su celular pues sus amigos habÃ*an caÃ*do finalmente rendidos, ahora solo estaba esperando a que su hermana saliera de la habitación de sus padres para ver una vez más aquella imagen tan excitante. Pero al ver que no regresaba, se puso de pie y se acercó a la puerta de la habitación de sus padres intentando no hacer ruido. No escuchó nada. A punto estaba de abrir la puerta cuando…

- Que demonios???- No podÃ*a creer lo que estaba escuchando. Eran los gemidos de una mujer. Y esa mujer era… su hermana!!!- Pero y mamá?- se preguntó y en eso recordó que su madre estaba de viaje.

Ahora solo quedaba una explicación: su hermana estaba follando con su padre!

En ese momento Rodrigo quiso gritar, patear, correr, cualquier actitud desenfrenada hubiera bastado para calmarlo un poco pero se negaba en el interior a creer lo que su mente imaginaba asÃ* que decidió abrir la puerta aunque fuera un poco. Al hacerlo, lo que vio fue la imagen borrosa de su hermana completamente desnuda cabalgando a un hombre que seguramente debÃ*a ser su padre.

-Aaaahhhhhhh papi!! Papito! Hmmm…- gritó Pamela sacando de dudas a Rodrigo.- aahhh asÃ*ii!! Siii papito agárrame las tetas papi! Estoy a punto de venirme!

Rodrigo de pie en la sombra miraba atónito como su hermana cabalgaba frenéticamente a su padre. En ese momento ya su verga, que estaba completamente erecta, deseaba ser la que estuviera adentro de su hermanita. Sin embargo al no saber que hacer decidió cerrar la puerta y regresar a su habitación para masturbarse y ya después pensar bien que hacer.

Pamela se colapsó encima de su padre una vez que llegó al punto máximo. El resto de la noche follaron como locos tomando descansos de pocos minutos o a veces ni descansaban. Al terminar Pamela decidió pasar los pocos minutos que faltaban para que amaneciera en la cama de su padre.

-pondré el alarma por si nos quedamos dormidos no se vaya dar cuenta tu hermano hija…- le dijo su padre ignorando el hecho de que su hijo ya conocÃ*a su más Ã*ntimo secreto.

Pamela se acurrucó en el cuerpo de su padre y tras darle un beso en los labios, recordó la primera vez que se le habÃ*a entregado como mujer:

Pamela tenÃ*a 18 años en aquel entonces, recientemente se habÃ*a graduado de la preparatoria y su padre acababa de romperse el tobillo en el trabajo. Le habÃ*an dado incapacidad por 6 semanas y, dado a que su madre trabajaba y su hermano debÃ*a ir a la escuela durante el verano para acreditar varias materias que tenÃ*a reprobadas, ella fue la elegida para cuidar de él.

A su padre le habÃ*an recetado medicamento bastante fuerte que le hacÃ*a estar dormido la mayor parte del tiempo. Las labores de Pamela consistÃ*an en prepararle el desayuno a su padre, darle su medicina y estar con él mientras estaba despierto; lo cual no era muy seguido las primeras dos semanas.

A finales de la primera semana, después de haberle dado el medicamento que lo mandaba a dormir profundamente, Pamela notó que de entre las sábanas que cubrÃ*an a su padre se formaba un enorme bulto. Al principio se puso nerviosa pues sabÃ*a lo que era. Pero después sonrió al pensar que seguramente su padre estaba teniendo un sueño con su mamá. Se sentó en una silla a lado de la cama de su padre y comenzó a leer un libro echando un vistazo de vez en cuando al bulto para ver si este ya habÃ*a disminuido. Vaya que se veÃ*a grande ante los ojos de Pamela aquel bulto pues aunque ya no era virgen, con los 2 chicos que habÃ*a estado jamás habÃ*a visto algo asÃ*.

Después de un rato sin poder concentrarse en su lectura, terminó por irse a leer a la sala. Un par de horas después su padre despertó y la llamó para que le llevase un poco de agua. Cuando lo hizo, el enorme bulto al fin habÃ*a desaparecido.

Al dÃ*a siguiente, después de repetir la rutina del dÃ*a anterior, el bulto volvió a hacerse presente y no tuvo más que volver a irse a leer a la sala. Pero esta vez la distracción no la dejó tan fácilmente pues aunque intentaba leer y se concentraba lo más que podÃ*a, la imagen del bulto seguÃ*a presente en su mente.

Después de un par de dÃ*as, sus pensamientos habÃ*an sido consumidos a una sola idea: que tan larga era la verga de su padre?

A mitad de la segunda semana, estaba tan preocupada por saber el tamaño del pene de su padre que ya estaba dispuesta a vérselo! AsÃ* que, después de darle su medicamento y esperar unos minutos, se aseguró de que su padre durmiera profundamente:

-Papá?- le llamó fuerte.- papi!? -Le llamó más fuerte sacudiéndolo del hombro pero su padre no reaccionó.

TÃ*midamente, Pamela levantó la sábana, se armó de valor y, tras levantarle con mucho cuidado el pantalón del pijama a su padre, por primera vio la verga de éste en plena erección. Era enorme. Apenas la miró un poco, echó la sábana encima del cuerpo de su padre y salió de la habitación a toda prisa dejándole el pene mal acomodado en la pijama.

Estando en su habitación se preguntó como su madre podÃ*a meterse tanta verga en la concha. Era demasiado larga pero lo que más le habÃ*a impactado era lo gorda que estaba! Sintió como le ardÃ*a la concha de lo excitada que estaba y ese mismo dÃ*a quedó de verse con uno de sus ex novios por la tarde y folló más de dos veces para calmar sus ansias sexuales aunque fuera por solo ese dÃ*a pues al dÃ*a siguiente, después de darle la medicina a su padre y asegurarse de que dormÃ*a, volvió a retirar la sábana pero esta vez completamente del cuerpo de su padre.

En esta ocasión su padre no tenÃ*a nada puesto arriba y, aunque ya varias veces le habÃ*a visto sin camisa, nunca antes habÃ*a puesto atención en lo peludo que tenÃ*a el pecho. Aunado a esto, su padre siempre habÃ*a trabajado en construcciones por lo que mantenÃ*a un cuerpo bastante musculoso y atractivo para las mujeres.

Sin saber porque, Pamela comenzó a acariciar el pecho de su padre sintiendo como los vellos se le metÃ*an entre sus dedos. Su mano fue bajando hasta llegar a la monumental verga y, tras prometerse a sÃ* misma que solamente la tomarÃ*a en sus manos por unos segundos para ver que tan gorda era, comenzó a acariciarla y terminó por dejarla entre sus manos varios minutos. Minutos en los que miraba asombrada ni siquiera le cabÃ*a en la mano.

Inconscientemente, comenzó a masturbar a su padre y, cuando menos lo pensó, la verga creció aún más! Fascinada, siguió masturbándolo y, aunque ya tenÃ*a experiencia en corridas, nunca hubiera estado preparado para una corrida como la que ese dÃ*a tuvo su padre.

Pamela se encontraba mirando el duro y velludo pecho de su padre cuando éste comenzó a soltar toda su leche en su mano. Inmediatamente, asombrada por la enorme cantidad de leche, corrió al baño a limpiarse. Al regresar miró la gorda verga de su padre flácida y se asombró de que aún asÃ* se viera tan grande, la limpió con cuidado y antes de guardársela en el pijama, miró las bolas y notó que estas también eran de un tamaño impactante.

Pronto Pamela ya no podÃ*a aguantar a que llegara la hora de darle su medicina a su padre y asÃ* poder masturbarlo mientras este dormÃ*a profundamente. SabÃ*a que no estaba bien pero aquello era simple y sencillamente lo más excitante en su vida asÃ* que no podÃ*a renuncia de ninguna manera a ello.

El tiempo pasó y Pamela no se conformó con tan solo masturbar a su padre si no que su mismo cuerpo le pedÃ*a cada vez más y más y para calmar a su cuerpo decidió intentar algo nuevo: teniendo la verga de su padre en sus manos, se decidió por abrir su boca lo más que pudo y se la comenzó a mamar! Al principio no le cabÃ*a la verga en la boca pero una vez empapada de saliva, le fue más fácil meter y sacársela de la boca. Terminó por comerse toda la leche de su padre y le pareció el sabor más rico y dulce que habÃ*a probado. No habÃ*a duda que verga como la de su padre ninguna!

Ahora ya no iba por pañuelos para limpiar la leche que escurrÃ*a de la verga de su padre. Ahora se dedicaba a limpiársela con la lengua! Y no paraba de sorprenderse pues una vez que terminaba de limpiarla se encontraba con la noticia de que estaba dura de nuevo y habÃ*a que volver a masturbarlo una y otra vez hasta que su verga al fin se durmiera.

El dÃ*a en que acababa de mamársela por tercera ocasión seguida, tras ver su reloj, se percató de que ya habÃ*an pasado más de 2 horas y seguramente su padre estarÃ*a despierto tarde o temprano.

-que estoy haciendo????- pensó Pamela y de inmediato intentó dejar las cosas como estaban antes de que su padre durmiera.

Sin el conocimiento de Pamela, el doctor desde hacÃ*a ya varios dÃ*as le habÃ*a rebajado la dosis de medicina a su padre y aunque esta aún era muy fuerte, ya no era tanto como para mandarlo a dormir como si se tratase de un boxeador recién noqueado.

El primer dÃ*a que su padre se percató de lo que su hija hacÃ*a, estaba a punto de preguntarle que estaba haciendo cuando sintió como su hija le agarraba la verga y lo masturbaba hasta ponérsela erecta.

-Demonios… esto debe ser un sueño!- se dijo a sÃ* mismo.

La sensual y excitante de su hija ya habÃ*a sido factor varias veces antes para que su verga se pusiera dura pero el hecho de que su hija se la pusiera asÃ* con las manos era algo inimaginable para él. Sin embargo, una vez de que se percató de que NO era un sueño, decidió seguir haciéndose el dormido y disfrutar del toqueteo y de la asombrosa mamada que su hija le propinaba dÃ*a con dÃ*a.

Fueron varios los dÃ*as que fingió estar inconsciente y esperaba ansioso a que su hija le mamara la verga y Pamela nunca lo decepcionó.

También con el paso de los dÃ*as Pamela decidió empalmarse aquel pedazo de verga en la concha sin importarle que fuera la de su padre! Y es que estaba tan obsesionada por saber si todo el pene le cabrÃ*a en la concha que solo habÃ*a una forma de saberlo…

-Solo quiero ver si me cabe todo…- pensaba Pamela antes de animarse.- me la meto y veo hasta donde me cabe y me voy a mi cuarto, no va pasar nada malo, solo quiero ver si me cabe…

Al dÃ*a siguiente ya estaba encima de la verga de su padre intentando metérsela en la concha. Echando un poco hacia abajo su cuerpo sintió como la punta de la verga gorda de su papá le perforaba la conchita abriendo los labios vaginales al máximo.

-Oooohhhhh…. Hmmm…- Pamela nunca antes habÃ*a sentido algo igual y animada por el hecho de saber que su padre "dormÃ*a" y no habÃ*a nadi en casa le hizo gemir tan duro que las paredes casi retumbaban.

Mirando hacia su entrepierna se percató de que aún faltaba mucha verga asÃ* que fue bajando poco a poco, enterrándose aquel maravilloso pedazo de carne en su ser. De vez en cuando paraba y se echaba hacia delante tallando sus senos ya desnudos, pues para ese momento ya se habÃ*a quitado toda la ropa, contra el vello del pecho de su padre que le provocaba mayor excitación.

Don Enrique estaba teniendo un momento tan agonizante al no poder moverse que tarde o temprano terminarÃ*a milagrosamente "despertando". La concha de su hija estaba tan apretadita, era tan joven y fresca que nunca antes habÃ*a sentido algo igual en su vida.

Hubo un momento en que su hija dejó de moverse y se desesperó mucho.

-Acaso ya se sentirá llena de verga? Aún queda mucha afuera…- pensó.

Al percatarse de que la verga de su padre punzaba fuertemente adentro de su concha, Pamela entró en pánico al pensar en que este podÃ*a llenarle la concha de semen y con ello provocar un embarazo! Inmediatamente llevada por el miedo sacó la verga de su papá de su concha y se fue corriendo al baño.

-Porque demonios la sacó???- se preguntaba desesperado su padre.

Cuando Pamela volvió pensó en tapar a su padre e irse a su cuarto pero pensó que era enormemente injusto dejar aquella maravillosa verga tan erecta que pronto se encontró mamándosela para sacarle la leche y tranquilizársela un poco.

Como la mayor parte de las mujeres, Pamela ya conocÃ*a el sabor de sus propios jugos pues cuando se masturbaba solÃ*a llevarse los dedos a la boca pero probar sus jugos mezclados a los de su padre le resultó un sabor nuevo y mucho más agradable.

Su padre casi gime cuando soltó toda la leche. De vez en cuando, cuando estaba seguro de que su hija no le veÃ*a, abrÃ*a un poco los ojos y veÃ*a a la sensual y maravillosa mujer que era su hija mamándole la verga con las tetas al aire bamboleándosele de un lado para otro.

Don Enrique continuó pensando en su hija por el resto del dÃ*a. TenÃ*a tanto tiempo que no la veÃ*a desnuda que ahora que al fin la habÃ*a visto no podÃ*a creer lo perfecta que era! Ahora estaba segura de que su hija no era virgen como ella les habÃ*a dicho en alguna ocasión a su esposa y a él, también estaba seguro de que no eran las primeras mamadas que daba pues lo hacÃ*a como toda una maestra pero a quien demonios le importaba cuando al parecer su hija se habÃ*a estado preparando inconscientemente para él? No podÃ*a esperar a que el siguiente dÃ*a llegara… pero el dÃ*a siguiente fue sábado y para mala fortuna de ambos, tanto su mujer como su hijo estuvieron en casa y las visitas de Pamela no pasaban de ser rápidas, acompañadas de discretas y pequeñas mamadas cuando creÃ*a que su padre dormÃ*a.

El fin de semana se le iba tan lento a don Enrique que terminó por tomarse el mismo medicamento para dormir y que se fuera el tiempo más rápido. Para Pamela también se fue bastante lento pero cuando llegó el domingo en la noche estaba decidida a montar la verga de su padre hasta que sintiera que éste estaba por venirse para luego mamársela.

El lunes llegó el momento del ritual sexual padre e hija y cuando Pamela ya estaba bien montada en la verga de su padre, Don Enrique ya no sabÃ*a cuanto tiempo podrÃ*a seguir fingiendo estar dormido. Llegó el momento en que su hija ya no se dormÃ*a y abriendo un poco los ojos vio como esta se inclinaba hacia delante para posar sus preciosas tetas en su vello peludo y luego besarlo ligeramente en los labios.

-Sabes a diosa! Tus labios saben al cielo!- pensó Don Enrique.

En ese momento Pamela sabÃ*a que aquél primer beso tenÃ*a un significado muy especial: en realidad querÃ*a hacer el amor con su padre! Tras estar unos segundos sin moverse, intentando acostumbrarse al tamaño de la verga de su padre, comenzó cabalgándolo con un ritmo lento de arriba abajo.

-Ohhhh- GemÃ*a Pamela y don Enrique cada vez sentÃ*a más cerca su orgasmo.- Oohhh cógeme papi… cógeme hmmm…- comenzó a casi gritar Pamela cuando sintió que la verga de su padre punzaba indicándole su pronta venida.

Ya no habÃ*a forma de que su padre continuara fingiendo estar dormido teniendo a su preciosa hija cabalgándolo y gimiendo de esa manera asÃ* que usando toda su fuerza, Don Enrique la sujeto fuertemente de las caderas para imposibilitarle que se sacara su verga y taladró la concha de su hija con tanta maestrÃ*a y fuerza que…

-Papá!!! AAAHHHHH…- GemÃ*a Pamela cuando no sabÃ*a si pedirle que la soltase o pedirle perdón.

-Aaahhhhh estas lindÃ*sima hija! Hmmm… no digas nada por favor… no digas nada… Ooohhhh… ya lo sé todo… hmmm

-Oooohhh PAPIIII!!! HMMMMM

Ambos explotaron en un maravilloso orgasmo que los llevó a lÃ*mites inimaginarios.

-Hmmm no debiste haberte venido adentro de mÃ* papi…- le dijo Pamela a su padre al terminar.

-No vas a quedar embarazada hija… al rato mismo te doy la pÃ*ldora.

Se besaron en los labios como sÃ*mbolo de su más Ã*ntimo secreto y desde ese dÃ*a, Pamela se volvió adicta a la verga de su padre. La deseaba todo el tiempo…

Y de vuelta en el presente, la alarma sonó y Pamela salió de sus recuerdos de golpe.

-Será mejor que te vayas a tu habitación hija…- le dijo su padre en un susurro.- en pocas horas tu hermano se va levantar para ir a la escuela y tú y yo vamos a continuar disfrutando tu hermoso cuerpo hasta que te cases…

-AsÃ* como están las cosas bien pudieras detener la boda papi…- Pamela le sonrió a su padre y tras darle un beso en los labios salió de la habitación rumbo a su cuarto completamente desnuda pues el único que estaba allÃ* aparte de ellos era su hermano menor y seguramente estarÃ*a durmiendo.

Rodrigo estaba medio dormido cuando la alarma del despertador de su padre sonó. El sonido en la noche suele ser tan ruidoso por más que se esconda…

Mirando su reloj, Rodrigo se percató de que eran las 5:30, una hora poco adecuada para que alguien más que él se levantase. Se sentó en su cama y tras despabilarse un poco, se asomó hacia el pasillo, desde la entrada de su cuarto, donde podÃ*a ver la puerta de la habitación de sus padres claramente. No tuvo que esperar mucho tiempo para que su hermana saliera de la habitación y cuando lo hizo…

-Dios de mi vida! Es un ángel en la tierra…- murmuró Rodrigo al ver a su hermana completamente desnuda caminar por el pasillo hasta su cuarto.- Esto no puede terminar asÃ*…- se dijo antes de meterse a masturbar una vez más…
 
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