El Manso Embravecido
Pajillero
Mi querido y adorado Borja:
Me pides que ponga en conocimiento de las autoridades lo que te está pasando en la cárcel. Pero me da la sensación que comienzas a disfrutar con la situación y tampoco quisiera hacer el ridículo ante el juez y el fiscal.
Es curioso, no quieres que te lleve esperma de mis amantes esparcido por mi chocho y pubis, de contrabando, pero me pides que lleve en el próximo vis a vis un dildo. Pues que sepas que si quieres que te sodomice con un consolador bien gordo y largo (de esos que utilizo con Olaya), vas a tener que saborear mi almeja toda aderezada con cuajada de mis machos. Todos los días me trajino a dos o tres, por separado o al mismo tiempo. Para cuando vaya a visitarte, ¿quién crees que me llevará en coche al centro penitenciario? Pues uno de ellos. Por el camino algo haremos y como supondrás, no me dará tiempo de asearme y cambiarme.
No pude evitar mojar las bragas cuando me hablaste de Jack, tu chulo. ¿Le queda mucho para salir de prisión? Si le queda mucha condena, intenta agenciarme un vis a vis con él. Sabes que me pierden los malotes. Cuando estéis los dos fuera podríamos montar un trío, siempre y cuando tú estuvieras conforme en hacer de mamporrero (para lamernos las entrepiernas), mientras follamos. Te convertiríamos en un auténtico cuckold de cine porno. Me pondría en cuclillas y vaciaría mi chocho, todo lleno de semen, en tu boca.
Yo soy ultraconservadora, ultracatólica… y muy puta. Como todas y todos los de nuestro partido. Cuando estoy con mis amantes, soy yo la que les pide que (mientras me dan caña poniendo en práctica casi todas las posturas del Kama Sutra), me digan cosas feas sobre ti, eso me excita muchísimo. Es todo un juego, no te enfades ni te ofendas, cariño. Alguno me dice: “Cuando tu marido salga de la trena nos lo calzaremos, para comprobar si es una buena puta barata. Y tú le harás un swapping con nuestra lefa”. Son cosas que se dicen para ponerme más cachonda, si aún se puede más. Tú tranquilo, mi amor.
Le estoy cogiendo gusto a los sándwich sexuales. Un amante tumbado en el suelo y yo sobre él (unas veces dándole la espalda y otras veces, cara a él), mientras otro amante sobre mí, me folla a gusto. Un tercero me mete su rabo en la boca para que no chille tanto. Se la chupeteo y exprimo con mis labios hinchados.
Con Olaya y Álvaro el sexo es más romántico, aunque a mí, comer sushi no me agrada demasiado. Pero estoy cautiva de este matrimonio. Olaya cada día está más desatada. Ahora quiere que me beba su orina y que le lama el trasero con restos de chocolate. Yo sí que lo estoy pasando mal. Tú te quejas de vicio.
Me pones los dientes largos cuando me cuentas que un grupo de macarras, barriobajeros y mafiosos sebosos te montan como a una zorra poligonera. Que practican gang bang y bukkake contigo y te dejan el cuerpo y la cara embadurnados en lefa. Es el sueño de cualquier mujer libre de ataduras morales carcas… y tú vas camino de convertirte en una buena hembra. Seremos como hermanas cuando salgas de prisión. Nos follaremos a muchos machos y tú te comerás el “sushi” de sus hembras, ya que a mí no me entra ese plato. Me dan arcadas.
Olaya tiene pensado aplastarte el chumino en la cara durante horas, para que se lo succiones con fuerza. Quiere que le provoques un prolapso uterino. Mientras, Álvaro (en la postura del misionero), te rompería el culo. No para de decirme “He convertido en cornudo a Borja y estoy deseando convertirlo en chapero. A ver si le dan pronto un permiso, para trajinarme vuestros culos al mismo tiempo”. Se pone como una moto solo de pensar el follarnos a los dos al mismo tiempo, mientras le comes el berberecho todo ensangrentado a su mujer.
Del dinero que tenemos escondido en un Paraíso Fiscal, poco queda ya. Me lo estoy puliendo todo. Mantener a tantos amantes no sale barato. Pero como en la trena estás aprendiendo a ser un buen chapero, quizás gracias a ello, cuando salgas de la cárcel te tengas que dedicar a ese digno oficio, para mantener el tren de vida que merece tu familia… y sobre todo tu esposa.
El mundo es un pañuelo. Un carcelero que trabaja en tu centro penitenciario vive cerca de nosotros y resulta que me contó que disfrutas mucho con tus amantes. Te estás convirtiendo en una buena puta-chapero.
Álvaro me hizo una confidencia. Me contó que Cayetano va a ingresar en las próximas semanas en tu centro penitenciario. Todos sabemos que Cayetano es muy refinado y culto. Sus amaneramientos no puede ocultarlos. En la cárcel será un caramelito. Te va a sacar clientela. Es una fuerte competencia, más joven y afeminado que tú. Espero que no lo metan en el mismo módulo que a ti. Jack podría darte de lado en favor de Cayetano y eso, seguro, perjudicaría mi futuro vis a vis con tu chulo.
Gracias a mis amantes, y sobre todo a Álvaro, sé lo que son, en verdad, 20 cm. Me tenías engañada. El rabo de Álvaro me desgarró el esfínter anal cuando me desvirgó. Debería haber accedido a que tú me sodomizaras el primero. Con tu picha de 16 cm (ahora sé lo que mide de verdad la tuya), pues el desvirgue no sería tan cruento. Pero me guardé santa, por la puerta de atrás, y cuando llegó Álvaro con sus extorsiones, pues tuve que sufrir las embestidas salvajes de su pollón. Eso sí que es sufrir una condena y no lo que tú estás pasando en ese hotel de cinco estrellas lleno de maromos musculosos y malotes dispuestos a darte placer del bueno.
Yo tengo que comer coño de Olaya y ser sodomizada por Álvaro. Entre dolor y dolor, mentiría si dijera que no obtengo unos cuantos orgasmos, pero yo sufro una condena al aire libre, y a esta condena la llaman libertad. Tú vives en un paraíso sobrecargado de lujos y de buenos chulapos y a eso lo llamas prisión. ¿Quién de los dos lo está pasando peor? No me reprendas por haberme gastado todo el dinero (robado y escondido), en viajes, lujos y amantes. Es la penitencia que debo cumplir. Tú, en el centro penitenciario estás a mesa y mantel. Tienes techo y calefacción. También tienes a un proxeneta que te protege y te cuida. Pero yo estoy sola en esta jungla llamada mundo. Trabajar me produce urticaria y de algo hay que vivir.
No te quejes tanto, cariño. Piensa que peor estoy yo.
Dentro de una semana nos vemos en el vis a vis. Te sodomizaré. Te comerás mi chocho aliñado con esperma de mis machos. Y me dirás cuándo tendré el vis a vis con Jack, tu chulapo malote. Se me mojan las bragas… me despido y me voy a frotarme el higo.
Besos, cariño, de tu Rebeca. Siempre con la mente puesta en ti.
Me pides que ponga en conocimiento de las autoridades lo que te está pasando en la cárcel. Pero me da la sensación que comienzas a disfrutar con la situación y tampoco quisiera hacer el ridículo ante el juez y el fiscal.
Es curioso, no quieres que te lleve esperma de mis amantes esparcido por mi chocho y pubis, de contrabando, pero me pides que lleve en el próximo vis a vis un dildo. Pues que sepas que si quieres que te sodomice con un consolador bien gordo y largo (de esos que utilizo con Olaya), vas a tener que saborear mi almeja toda aderezada con cuajada de mis machos. Todos los días me trajino a dos o tres, por separado o al mismo tiempo. Para cuando vaya a visitarte, ¿quién crees que me llevará en coche al centro penitenciario? Pues uno de ellos. Por el camino algo haremos y como supondrás, no me dará tiempo de asearme y cambiarme.
No pude evitar mojar las bragas cuando me hablaste de Jack, tu chulo. ¿Le queda mucho para salir de prisión? Si le queda mucha condena, intenta agenciarme un vis a vis con él. Sabes que me pierden los malotes. Cuando estéis los dos fuera podríamos montar un trío, siempre y cuando tú estuvieras conforme en hacer de mamporrero (para lamernos las entrepiernas), mientras follamos. Te convertiríamos en un auténtico cuckold de cine porno. Me pondría en cuclillas y vaciaría mi chocho, todo lleno de semen, en tu boca.
Yo soy ultraconservadora, ultracatólica… y muy puta. Como todas y todos los de nuestro partido. Cuando estoy con mis amantes, soy yo la que les pide que (mientras me dan caña poniendo en práctica casi todas las posturas del Kama Sutra), me digan cosas feas sobre ti, eso me excita muchísimo. Es todo un juego, no te enfades ni te ofendas, cariño. Alguno me dice: “Cuando tu marido salga de la trena nos lo calzaremos, para comprobar si es una buena puta barata. Y tú le harás un swapping con nuestra lefa”. Son cosas que se dicen para ponerme más cachonda, si aún se puede más. Tú tranquilo, mi amor.
Le estoy cogiendo gusto a los sándwich sexuales. Un amante tumbado en el suelo y yo sobre él (unas veces dándole la espalda y otras veces, cara a él), mientras otro amante sobre mí, me folla a gusto. Un tercero me mete su rabo en la boca para que no chille tanto. Se la chupeteo y exprimo con mis labios hinchados.
Con Olaya y Álvaro el sexo es más romántico, aunque a mí, comer sushi no me agrada demasiado. Pero estoy cautiva de este matrimonio. Olaya cada día está más desatada. Ahora quiere que me beba su orina y que le lama el trasero con restos de chocolate. Yo sí que lo estoy pasando mal. Tú te quejas de vicio.
Me pones los dientes largos cuando me cuentas que un grupo de macarras, barriobajeros y mafiosos sebosos te montan como a una zorra poligonera. Que practican gang bang y bukkake contigo y te dejan el cuerpo y la cara embadurnados en lefa. Es el sueño de cualquier mujer libre de ataduras morales carcas… y tú vas camino de convertirte en una buena hembra. Seremos como hermanas cuando salgas de prisión. Nos follaremos a muchos machos y tú te comerás el “sushi” de sus hembras, ya que a mí no me entra ese plato. Me dan arcadas.
Olaya tiene pensado aplastarte el chumino en la cara durante horas, para que se lo succiones con fuerza. Quiere que le provoques un prolapso uterino. Mientras, Álvaro (en la postura del misionero), te rompería el culo. No para de decirme “He convertido en cornudo a Borja y estoy deseando convertirlo en chapero. A ver si le dan pronto un permiso, para trajinarme vuestros culos al mismo tiempo”. Se pone como una moto solo de pensar el follarnos a los dos al mismo tiempo, mientras le comes el berberecho todo ensangrentado a su mujer.
Del dinero que tenemos escondido en un Paraíso Fiscal, poco queda ya. Me lo estoy puliendo todo. Mantener a tantos amantes no sale barato. Pero como en la trena estás aprendiendo a ser un buen chapero, quizás gracias a ello, cuando salgas de la cárcel te tengas que dedicar a ese digno oficio, para mantener el tren de vida que merece tu familia… y sobre todo tu esposa.
El mundo es un pañuelo. Un carcelero que trabaja en tu centro penitenciario vive cerca de nosotros y resulta que me contó que disfrutas mucho con tus amantes. Te estás convirtiendo en una buena puta-chapero.
Álvaro me hizo una confidencia. Me contó que Cayetano va a ingresar en las próximas semanas en tu centro penitenciario. Todos sabemos que Cayetano es muy refinado y culto. Sus amaneramientos no puede ocultarlos. En la cárcel será un caramelito. Te va a sacar clientela. Es una fuerte competencia, más joven y afeminado que tú. Espero que no lo metan en el mismo módulo que a ti. Jack podría darte de lado en favor de Cayetano y eso, seguro, perjudicaría mi futuro vis a vis con tu chulo.
Gracias a mis amantes, y sobre todo a Álvaro, sé lo que son, en verdad, 20 cm. Me tenías engañada. El rabo de Álvaro me desgarró el esfínter anal cuando me desvirgó. Debería haber accedido a que tú me sodomizaras el primero. Con tu picha de 16 cm (ahora sé lo que mide de verdad la tuya), pues el desvirgue no sería tan cruento. Pero me guardé santa, por la puerta de atrás, y cuando llegó Álvaro con sus extorsiones, pues tuve que sufrir las embestidas salvajes de su pollón. Eso sí que es sufrir una condena y no lo que tú estás pasando en ese hotel de cinco estrellas lleno de maromos musculosos y malotes dispuestos a darte placer del bueno.
Yo tengo que comer coño de Olaya y ser sodomizada por Álvaro. Entre dolor y dolor, mentiría si dijera que no obtengo unos cuantos orgasmos, pero yo sufro una condena al aire libre, y a esta condena la llaman libertad. Tú vives en un paraíso sobrecargado de lujos y de buenos chulapos y a eso lo llamas prisión. ¿Quién de los dos lo está pasando peor? No me reprendas por haberme gastado todo el dinero (robado y escondido), en viajes, lujos y amantes. Es la penitencia que debo cumplir. Tú, en el centro penitenciario estás a mesa y mantel. Tienes techo y calefacción. También tienes a un proxeneta que te protege y te cuida. Pero yo estoy sola en esta jungla llamada mundo. Trabajar me produce urticaria y de algo hay que vivir.
No te quejes tanto, cariño. Piensa que peor estoy yo.
Dentro de una semana nos vemos en el vis a vis. Te sodomizaré. Te comerás mi chocho aliñado con esperma de mis machos. Y me dirás cuándo tendré el vis a vis con Jack, tu chulapo malote. Se me mojan las bragas… me despido y me voy a frotarme el higo.
Besos, cariño, de tu Rebeca. Siempre con la mente puesta en ti.