La señora Rosa Martín dio un suspiro de alivio cuando se despertó y descubrió que el barco ya no se agitaba en la tormenta... Ella y sus dos hijas adolescentes finalmente podrían subir a cubierta. Su camarote apestaba y necesitaba airearse porque las tres habían se habían mareado mucho y vomitaron.
Pero cuando las tres llegaron a la parte alta de la cubierta, se horrorizaron al ver que su barco estaba solo... ¿Qué había pasado con los cinco galeones y la fragata de la Armada española que los escoltaba?
- “Capitán, ¿dónde está el convoy?”, preguntó Lady Rosa
- “Mi señora, se han esparcido por el mar durante la tormenta... Hay una cita señalada a la que deberíamos llegar en unas pocas horas.
- “¿Y los piratas de Port Royal?... ¿Estamos en peligro?”
- “Un barco solo en estas aguas siempre está en peligro, pero nos reuniremos con el convoy en unas horas... Tendríamos que tener muy mala suerte de encontrarnos con un barco pirata en tan poco tiempo.”
- “Pero, ¿y si nos encontramos con uno?
- “Entonces haremos todo lo posible para luchar contra ellos... Hemos creado un escondite para ustedes tres en la bodega y si nos encontramos con piratas, les daré a cada una pistola cargada.”
- “¿Esperas que nos defendamos con sólo tres pistolas?”
- “No, mi señora, sólo quiero darles la oportunidad de suicidarse en lugar de ser capturadas... Los piratas no tienen respeto por las mujeres y odian a cualquiera que pertenezca a la nobleza... Si las capturan vivas, se las darán a la tripulación y lo usarán brutalmente... Si sobreviven hasta llegar a Port Royal, serían vendidas en el mercado de esclavas y terminarías como puta en un burdel... Así de claro se lo digo para que lo sepan.”
- “Entiendo... Mis hijas y yo volvemos a nuestro camarote para hablar de esto que me ha dicho.”
Lady Rosa tenía 39 años y había estado casada durante 20 años... Había tenido 4 hijos y entendía completamente de lo que había estado hablando el Capitán... Su hija Juana tenía 19 años y su otra hija, Ana sólo tenía 18 años recién cumplidos... Ambas eran vírgenes y nunca le habían hablado sobre sexo... Esa era la costumbre en la España del siglo XVII... Las madres les hablaban a sus hijas sobre el sexo unos días antes de que se casaran.
Cuando llegaron a su camarote, Ana preguntó a qué se refería el Capitán con todo eso que había escuchado de ser usadas brutalmente y Juana quería saber lo qué era prostituta y burdel.
Lady Rosa suspiró y les dijo a sus hijas:
- “Normalmente, os explicaría esto antes del día de vuestra boda... Tiene que ver con cómo las mujeres tenemos bebés... Os recordaría lo que ya habéis visto en muchas ocasiones... Animales apareándose y cómo el macho inserta una cosa larga, como una vara, en la hembra... Nosotros hace casi lo mismo, excepto que lo hacemos cara a cara”
- “Como habréis visto a vuestros hermanitos mear, la orina sale de lo que la gente educada llama pene y la gente grosera, polla.”
- “Cuando tenemos nuestra menstruación, la sangre sale de lo que la gente educada llama vagina y la gente vulgar, coño.''
Lady Rosa hizo un túnel con el pulgar y los dedos de la mano izquierda y movió el índice derecho hacia adelante y hacia atrás dentro del túnel mientras continuaba con la explicación.
- “Cuando hombre y mujer se aparean, el pene del hombre cambia de tamaño y se vuelve mucho más ancho, largo y rígido... La mujer se acuesta boca arriba con las piernas abiertas... El hombre se acuesta encima de ella y desliza su pene dentro de su vagina... Lo mueve hacia adentro y hacia afuera hasta que sale un líquido blanco espeso llamado semen... Nadie comprende el proceso, pero el semen es lo que hace que las mujeres tengan bebés... A menudo se compara a las mujeres con un campo fértil que un hombre ara y siembra... El semen es la semilla.”
- “Suena desagradable”, dijo Ana haciendo una mueca.
- No es doloroso excepto las primeras veces... Si el hombre es gentil y lo hace lento puede dar un gran placer”, le aclaró su madre.
Juana interrumpió para preguntarle a su madre:
- “Escuché que las mujeres sangran cuando pierden su virginidad... ¿Es eso cierto?
- “Sí, todas tenemos una membrana delgada en nuestra vagina... La primera vez que tenemos relaciones de sexo, el pene del hombre rompe esa membrana y sangra... Este sangrado se detendrá por sí solo y el dolor no durará mucho.”
“Si tanto el hombre como la mujer quieren tener esas relaciones de sexo, decimos que están haciendo el amor... Pero los hombres son mucho más grandes y fuertes que las mujeres y pueden tener sexo con incluso si ella se opone... A eso lo llamamos violación.”
- “Ya lo entiendo, mamá”, le dijo Juana.
“Para responder a la pregunta que me hizo antes Ana, quiero explicaros que hay mujeres que están dispuestas a tener sexo con cualquier hombre siempre que éste pague por ello... A estas mujeres las llamamos putas... A veces, varias putas trabajan en el mismo edificio... A eso lo llamamos un burdel... ¿Lo tienes claro, Ana?”
- “Si, mamá”, respondió esta.
- “¿Queréis saber lo que es una violación en serie?, led dijo su madre.
- “Sí, mama”, dijeron ambas hijas casi al unísono.
- “Bien... Ana, acuéstate de espaldas en el suelo... Ahora separa los brazos y las piernas hasta que formen una letra X... Puede ser que los hombres te sujeten por las muñecas y los tobillos o que te aten a estacas... Imagina que estás completamente desnuda y puedes ver una fila de hombres... Un hombre acaba de terminar de violarte... Se sale de tu cuerpo y es reemplazado inmediatamente por el siguiente hombre de la fila... Esto es una violación en serie.”
- “Esto es terrible, mama”, dijo Ana horrorizada.
- “Ahora tú, Juana... Levántate y pon tus manos detrás de tu espalda... Imagina que tienes las muñecas atadas y estás totalmente desnuda... Estás en los camarotes de la tripulación... Un hombre te está violando y cuando termina eres empujada hacia otro hombre que comienza a violarte... Eres usada por hombre tras hombre hasta que se cansan de ti... Esto es también otro ejemplo de violación en serie.”
- “Horroroso, mamá”, respondió muy seria Juana.
- “Pues eso es lo que quiso decir el Capitán cuando dijo que nos pasaría si nos capturan los piratas... Estaríamos desnudas e indefensos y un hombre tras otro nos violarían hasta el extremo que puedan hacernos tanto daño, que muramos.
- Pero si sobrevivimos, nos venderán desnudas en el mercado de esclavas de Port Royal y el dueño que nos ha comprado nos llevará a uno de los muchos burdeles que hay allí... Nuestros dueños nos golpearan y torturaran hasta que nos sometamos a trabajar como putas... El dinero pagado por los hombres que usen nuestros cuerpos ira a nuestros dueños para resarcirse por lo que han pagado por nosotras.
Ana y Juana palidecieron y comenzaron a llorar.
- “El Capitán dice que nos dará pistolas si somos atacados por piratas... Quiere que podamos elegir entre el suicidio y una vida de violaciones repetidas.”
- “Mamá, ¿qué vas a hacer si los piratas capturan el barco?, le preguntó su hija Ana.
- “Si estuviera sola, me dispararía en la cabeza antes de ser capturada... Pero no te dejaré sola... No debes pensar que puedo protegerte... Estaremos completamente indefensas a manos de hombres brutales y despiadados... Puedo intentar convencerlos de que le pidan un rescate a tu padre, pero es casi seguro que prefieran nuestros cuerpos, al dinero.
- “Pero Madre, la Iglesia dice que el suicidio es un pecado mortal”, le increpó su hija Juana.
- “Sí, pero no creo que Dios nos castigue por elegir la muerte antes que toda una vida de violación”, respondió su madre.
La conversación continuó durante mucho tiempo... Lady Rosa estaba casada con un oficial del ejército desde hace ya 20 años... La mayoría de sus amigas también eran esposas del ejército... A ella le habían hablado del saqueo de ciudades capturadas por piratas... No se hacía ilusiones sobre lo que podían hacer los hombres cuando no había limitaciones.
Sus hijas, eran jóvenes e inocentes y no querían morir... Estaban seguras de que Dios las protegería... Su madre no pudo convencerlas de que la muerte era mejor que la captura, pero no estaba dispuesta a dejarlas solas a su suerte... La decisión final fue que no se usarían las pistolas.
Las tres mujeres regresaron a la cubierta del barco.
- “Capitán, ¿podría pedirle a alguien que limpie nuestra camarote?”
- “Por supuesto, señora... ¿Han pensado que hacer ante el riesgo de ser capturadas?”
- “Sí, y agradezco su oferta de pistolas, pero mis hijas no están dispuestas a usarlas... Consideran que el suicidio es un pecado mortal y no creen lo que les dije sobre la captura.”
El Capitán suspiró y le dijo:
- “No puedo aconsejarle... La decisión es suya.”
- “Sí, pero mientras tanto podemos disfrutar del aire fresco a menos que se oponga a que estemos en cubierta.”
Eres bienvenido. La tripulación disfruta de la oportunidad de mirar a mujeres tan hermosas.
La familia todavía estaba en cubierta cuando el vigía gritó:
‘¡Vela a estribor!... A dos puntos de la proa de estribor.’
- “¿Es el convoy?”, preguntó el capitán.
- “No, señor... Solo un barco y no lo reconozco.”
- “¡Listos para el combate!... ¡Escolta a las damas a la bodega!”, gritó el capitán.
- “Capitán, ¿son piratas?, preguntó lady Rosa.
- “No lo sé, pero es más seguro prepararse para lo peor.”
Las tres mujeres fueron conducidas a la bodega... Les habían despejado un pequeño espacio rodeado de pesados barriles y bultos. Estaba por debajo de la línea de flotación, lo que significaba que estaban a salvo de los disparos de cañón... Es casi seguro que si las buscaban, las encontrarían y, en cualquier caso, la falta de comida y agua, las sacaría de su escondite en unos días.
Pero era lo mejor que se podía hacer en esos momentos.
Esperaron que la extraña vela fuera un barco amigo y temiendo que fuera pirata... El sonido de un cañón les dijo que era un barco pirata... Los disparos de los cañones pronto fueron seguidos por fuertes gritos y el choque de espadas cuando el barco fue abordado.
Las chicas estaban llorando y todo lo que Lady Rosa pudo hacer fue abrazarlas y decir:
-“Sed valientes... Debemos orar y confiar en el Señor.”
La lucha duró unos minutos... Fue seguido por gritos y el sonido de hombres explorando el barco... Entonces escucharon un grito:
- “¡Encontré un camarote llena de ropa de mujer!... ¡Ropa cara y algunas joyas!”
- “¡Buscar en la bodega!... ¡Las perras se esconden allí!”
Pronto se descubrió su escondite... Las tres mujeres intentaron resistir cuando las sacaron de su escondite, pero fueron sometidas por fuertes golpes en el vientre que les sacaron el aire de los pulmones... Llevaban las manos atadas a la espalda y las tres colgaban de los hombros de los hombres más grandes.
Los dejaron en la cubierta superior y las pusieron en pie... Los rostros familiares de la tripulación y el capitán no se veían... Los piratas vitorearon:
- “¡Tenemos una gallina y dos polluelos!.”
Las mujeres no fueron molestadas por un tiempo mientras los piratas continuaban registrando el barco... El Capitán de los piratas nombró a 10 hombres como tripulación para llevar el barco capturado a Port Royal, mientras que su propio barco pasaría otro mes en el mar buscando más capturas.
Lady Rosa suplicó:
- Por favor, capitán, mi esposo es rico y pagará un buen rescate por nosotras.”
- “¿Quién es tu marido y dónde está?”
- Es el Mayor Juan Martín, el segundo al mando de la guarnición en la ciudad de Panamá.”
- “Debe ser el hombre que colgó a seis de mis hombres... Puedo devolverte a él cuando las tres tengan barrigas grandes y estén bien marcadas como putas.”
Dirigiéndose a la tripulación del barco capturado, les dijo:
- “Nos llevaremos a estas tres putas con nosotros... Desnudarlas y que puedan tener una hora para follar con la perra mayor antes de zarpar.
Las chicas que gritaban pronto quedaron completamente desnudas frente a los hombres que reían... Su madre también estaba desnuda, pero se mordía el labio para contener los gritos... No quería que los hombres supieran que estaba asustada.
Ahora que las tres estaban desnudas, el parecido familiar era obvio... 165-170 cm de altura, 55-60 kilos de peso, buenos pechos (los de Lady Rosa están un poco flácidos por la lactancia) pero las de sus hijas son firmes y sobresalen bien, cinturas estrechas y caderas anchas... Eran un buen material para follar.
El capitán pirata señaló a la madre y le preguntó:
- “¿Cómo te llamas?”
- “Señora Rosa Martín.”
Él le dio una bofetada en la cara y le dijo:
- “¡No nos mientas!... Una dama no estaría desnuda frente a hombres extraños.. Sólo una puta haría eso... Debes responder ‘Rosa, la puta’.
Señaló a una de sus hijas y le preguntó su nombre, pero ella estaba sollozando tanto que no respondió.
El capitán cogió uno de sus pechos en su mano y lo apretó muy fuerte y le dijo:
- “¡Te haré algo por lo que llorar!”
- “Soy Ana”, gritó jadeando.
El capitán señaló a la última mujer:
- “¿Tu nombre? “
- “Juana... Por favor no nos lastimes.”
El capitán le dio varias palmadas en los pechos y luego, se dirigió a la tripulación para darles su premio... Les dijo:
- “Tenéis una hora para convertir a esta perra mayor en una puta.”
Rosa fue arrojada al suelo de la cubierta y cuatro hombres la sujetaron por las muñecas y tobillos, abriéndola en X... Ana y Juana se vieron obligadas a pararse a ambos lados de ella... Les echaron la cabeza hacia abajo para que pudieran ver cómo follaban a su madre.
La tripulación del premio de diez hombres se alineó y el primero montó a Rosa... Ella no trató de resistirse... El pirata sabía que sólo tenía unos minutos, así que empujó rápida y profundamente su polla hasta que soltó un gruñido, disparó su esperma en ella y se levantó.
El siguiente hombre la montó inmediatamente y Rosa gritó y comenzó a pelear... Fue inútil y abandonó la lucha tras el quinto hombre que se la folló... Ella simplemente lloró mientras los cinco hombres restantes montaron y la violaron.
Sus hijas que estaban observando se quedaron sin aliento cuando vieron la primera entrada y gimieron ante cada una follada adicional que le hicieron a su madre... Se sorprendieron cuando un líquido blanco espeso comenzó a gotear de su maltratado coño.
Comenzaron a gritar:
- “Por favor, parad!... ¡Dejadnos!... ¡En el nombre de Dios, tened piedad!''
No estaba claro si estaban suplicando que no las violaran o que se oponían a que las manos exploradoras acariciaran sus pechos, pellizcaran sus pezones, corrieran por sus costados y vientre y jugaran con sus arbustos peludos... O tal vez se oponían a que los dedos jugaran con sus clítoris y se los metieran en el culo.
Esto no importaba porque los hombres continuaban haciendo lo que les apetecía e ignoraban las protestas femeninas.
Cuando el último hombre de la fila terminó, pusieron a Rosa de pie y volvió a atarle las manos a la espalda y llevaron a las tres mujeres al barco pirata.
Incluso los piratas necesitan disciplina y orden en el mar... La tripulación se dividió en las guardias habituales de babor y estribor... Utilizaban un sistema de vigilancia de cuatro horas y luego cuatro horas de descanso.
El capitán anunció que la guardia de estribor estaba fuera de servicio y se dispuso a deshacerse de sus cautivos.
El carpintero del barco había hecho lo que parecía un gran marco de dos metros de alto y un metro veinte de ancho... Rosa fue colocada allí con los tobillos y las muñecas atadas sin apretar a las esquinas... Ella podría retorcerse pero no podría protegerse... El capitán dijo que la mantendrían en el marco durante dos días y dos noches.
- “La guardia fuera de servicio puede hacer lo que quiera con ella durante 48 horas, pero tratad de no matarla... Hemos de venderla a un burdel en Port Royal.
Mientras Rosa estaba en el marco de la violación, el Capitán tendría uso exclusivo de Ana y los seis oficiales y suboficiales compartirían el uso de Juana.
Cuando Rosa hubiera cumplido su tiempo, colocarían a Juana en el marco durante dos días y dos noches y el Capitán pasaría a Ana a los oficiales.
Ana reemplazaría a Juana después de 48 horas más y cuando Ana fuera liberada del marco, encontrarían otras formas para que las tres putas entretuvieran a la tripulación.
Y así comenzó la degradación de estas tres pobres mujeres.
El Capitán no estaba de guardia, pero era llamado cada vez que el oficial de cubierta necesitaba nuevas órdenes de navegación.
Mientras tanto, era libre de disfrutar de Ana en la privacidad de su camarote... Después de que la tripulación terminó de mirar su cuerpo desnudo, la llevó a su cabina y los oficiales fuera de servicio llevaron a Juana a la sala de oficiales.
Ana estaba llorando y le rogó:
- “Por favor, no me lastimes.”
El Capitan la abofeteó la cara repetidamente hasta que la sangre goteó por la esquina de su boca... Luego comenzó a golpearle los pechos hasta que se pusieron rojos... Esa fue la advertencia de que haría con ella lo que quisiera.
El Capitán se quitó la ropa dejando al descubierto su gran y rígida polla... La atrajo hacia él hasta que su polla estuvo bien apretada contra su vientre... Luego la arrojó sobre la cama, le abrió las piernas y se arrodilló entre sus muslos... Su peso le impidió luchar mientras él guiaba su polla hacia su coño virgen.. Lo tenía muy cerrado y requirió mucho tiempo hasta que estuvo completamente dentro de ella.
Ana gritaba, pero el Capitán le escupió en la cara y le dijo:
- “¡Cállate, puta!”
Una vez su gran polla dentro de ella, se tomó su tiempo, sacándola casi por completo y luego empujándola hacia adentro... Ella gemía cada vez que él llegaba al final de su carrera.
Él gruñó mientras disparaba su semen profundamente en el coño de Ana... Luego rodó hasta quedar acostado en la cama junto a ella... Su mano recorrió su cuerpo y la metió entre sus piernas donde sus dedos se cubrieron con su sangre y su semen... La obligó a lamerlos para limpiarlos.
Pasó algún tiempo acostado a su lado y pasando sus manos por su cuerpo mientras ella sollozaba.
Con el tiempo, volvió a excitarse de nuevo y la arrastró hasta una mesa... La inclinó sobre ella, escupió en un dedo y lo usó para lubricar su agujero anal también virgen... Su polla hinchada era un impedimento para metérselo por tan pequeño orificio pero lentamente la fue empujando hasta quedar profundamente metida en su culo... Esa noche la desvirgó también por ese agujero.
Cómo es natural, el capitán ignoró sus frenéticos gritos mientras sus largos y lentos movimientos de polla la violaban en su agujero anal.
Después de disparar su semen en sus intestinos, la obligó a arrodillarse y le ordenó que le limpiara la polla con la lengua.
Ana sacudió su rostro surcado de lágrimas negándose a ello, pero eso le valió más bofetadas seguidas de sus dedos apretando su nariz para cerrarla... Desesperada por respirar, sacó la lengua y lo lamió hasta dejarlo limpio.
El capitán la desató y le dijo:
- “Pequeña zorra, acuéstate en el suelo junto a mi cama... Puedes dormir ahí hasta que quiera follar de nuevo contigo.”
Ana ya no estaba atada, pero se dio cuenta de que no podía escapar... La única forma de salir de la cabina conducía a la cubierta del barco pirata y eso sería terriblemente peor.
Los ronquidos que escuchaba le dijeron que el Capitán estaba dormido y ella se acurrucó en una bola y lloró hasta quedarse también dormida.
La despertó una patada en las costillas.
- “¡De espaldas y extiéndete!”
El Capitán le pasó los pies descalzos por los pechos y el vientre y la obligó a besarlos.
- “¡De rodillas frente a mí!... Pasa tus dedos por mi polla... Ahora lame y bésala... ¡Abre la boca!”, le ordenaba.
- “Mete mi polla en tu boca y ni siquiera pienses en morder a menos que quieras pasar un día muy doloroso.”
- “Ahora mueve tu cabeza hacia adelante y hacia atrás, pasando tus labios y lengua sobre mi polla.”
El Capitán cogió un puñado de su pelo y la obligó a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo por su tiesa polla.
- “Estoy listo para tirar mi leche en tu boca... ¡Trágatela toda!”
Y se corrió en su boca poniéndole una mano sobre su boca y apretó sus fosas nasales con la otra mano hasta que tragó todo.
- Eso que me has hecho se llama ‘mamada’... no olvides ese nombre... Ahora que eres una guarra, le darás mamadas a cualquier marinero que quiera una.
Y cansado por la corrida se tumbó en la cama volviéndose a dormir.
El Capitán se despertó al amanecer y despertó de nuevo a Ana, a patadas... Le ató las manos a la espalda y la hizo arrodillarse frente a él mientras le daba el desayuno y un poco de agua... La hizo salir del camarote y subir a cubierta... Su semen y su sangre se habían secado en sus piernas, en su culo y en sus labios vaginales, para que cualquier hombre que la mirara supiera que ya no era virgen.
- “Eres una esclava... Puedo hacer lo que quiera contigo y debes obedecer cualquier orden que te dé”, le dijo.
Hizo que un marinero le atara una cuerda a las muñecas atadas y la levantara hasta que estuvo de puntillas... Ella gritó por el dolor de sus brazos torcidos.
- Cuando un hombre se te acerque, debes decirle: 'Por favor, señor, toque mis pechos y mi coño'... Y cuando termine, le dices 'Gracias, señor'... Se quedará así hasta que diez hombres la palpasen así.
El Capitán ordenó a uno de los marineros que fuera el primer hombre y le dijo que llevara la cuenta... Ella tenía que hablar alto y claro o no se contaba.
El marinero la engañó contando mal... Estuvo allí colgada durante dos horas y fue palpada por 20 hombres antes de que el Capitán diera orden de que la soltaran.
La mantuvo desnuda y con las manos atadas detrás de ella en cubierta durante el resto del día... La obligó a arrodillarse frente a la tripulación que miraba mientras la alimentaba y la daba de beber a mano.
Al anochecer, la llevó de vuelta a su camarote y le soltó las manos.
- “¿Disfrutaste la mañana?... Voy a mantenerte desatado esta noche, pero espero que trabajes duro para complacerme... Si me das problemas, dejaré que los hombres jueguen contigo un poco más.”
Ella gimió y las lágrimas corrieron por su rostro, pero asintió con la cabeza para mostrar que obedecería.
- “¡Habla!... ¿Entiendes que eres una esclava?”
- “Sí.”
Le dio una bofetada en la cara lo suficientemente fuerte como para tirarla al suelo.
- “Me debes llamar Amo y dime lo que entiendes sobre tu condición de esclava... Ahora levántate.”
- “¿Entiendes que eres una esclava?, le volvió a preguntar.
- “Sí, Amo, entiendo que soy su esclava.”
- “Esa frase no es del todo correcta... No debes usar ‘yo’, cuando te refieras a tí misma como esclava... ¿Entiendes?”, le explicó.
- “Sí Amo... Tu esclava comprende que es una esclava.”
- “Eso esta mejor... Quiero que entiendas que te estoy haciendo un favor... Serás vendida en el mercado de esclavas de Port Royal... Tu nuevo dueño te pondrá a trabajar como puta... Si no complace a sus clientes, tu Amo te golpeará... Lo que te enseño puede que te ahorre algunas palizas.”
- “Ahora déjame verte bien... Pon tus manos detrás de tu cuello y separa bien tus piernas... Y, ¡Sonríe!... No se quiere que tus clientes te vean llorar o fruncir el ceño”, le dijo.
- “Ahora, manten las manos detrás del cuello e inclina tu cuerpo hacia atrás... Dóblate más... Tus clientes quieren ver el agujero del coño entre tus piernas... A las esclavas no se les permite la timidez.”
- “Camina un poco y mueva las caderas mientras me desvisto.”
Cuando estuvo desnudo, le dijo:
- “Ven hacia mí y apégate... Pon tus brazos alrededor de mí cuerpo... ¡Más apretado!... Presiona tu cuerpo contra el mío... Ahora inclina la cabeza hacia atrás para que pueda besarte.”, la dirigía.
- “¡No!... Eso no sirve... Te estás dejando besar en lugar de besar... Saca tus labios e inténtalo de nuevo.”
- “Eso está mejor... Ahora acuéstate en la cama... Manos detrás del cuello, piernas abiertas... Ahora tienes que darle al hombre un fácil acceso a tu coño... A ver como lo haces.”
Se acostó a su lado y comenzó a pasar una mano por su pecho mientras la otra mano se movía hacia abajo sobre su estómago y a través de su vello púbico hasta que sus dedos entraron en su coño y comenzaron a jugar con su clítoris.
El Capitán comenzó a besar sus labios y movió su boca por su cuello hasta que estuvo besando sus pechos y chupando un pezón.
- “Acostúmbrate a esto... Tendrás que hacerlo 20 o 30 veces por noche cuando seas puta... Por cualquier resistencia, lucha o signo de disgusto te dará una paliza... Quizás debería hacerte golpear para que sepas lo qué te espera.”
- “Por favor, Amo... Por favor... No golpees a tu esclava
Se dio la vuelta para quedar encima de ella.
- “Pon tus brazos a mi alrededor, abrazándome.”
Él deslizó su polla dentro de ella y le dijo:
- “Ahora levanta las piernas y envuélvelas alrededor de mis muslos... Mueve tus caderas mientras empujo mi polla dentro de tu coño.”
El Capitán la hizo responder a su follada hasta que soltó un gruñido y se corrió profundamente dentro de ella... Luego se apartó y le dijo:
- “Esto es un comienzo, pero necesitas usar más tus caderas... Mañana vas comenzar dos días de práctica con los oficiales antes de que te entregue a la tripulación para que siga follándote... Debes moverlas mucho más de que lo hiciste ahora o te pegarán.”
- Ahora ponte junto a la cama con las manos detrás del cuello hasta que te diga que te muevas.”
El Capitán se acostó en su cama y comenzó a pasarle una mano por sus caderas, culo y pubis hasta que su polla volvió a ponerse tiesa de nuevo... Luego se sentó y le dijo:
- “Arrodíllate entre mis piernas y besa y lame mis bolas... Al mismo tiempo coge mi polla entre tus dedos y pásala suavemente hacia arriba y hacia abajo por el tronco tieso... Eso es... Sigue lamiendo y besando mi polla... Ahora abre la boca y métetela.... Mueve la cabeza para que tus labios suban y bajen por mi polla... Usa tu lengua para acariciarlo... Continúa, estoy a punto de correrme... ¡Traga todo!”
Cuando Ana terminó de tragar toda la leche que le tiró, le dijo:
- “Necesitas práctica, pero la tripulación te dará bastante en estos días que faltan para llegar a puerto... Ahora acuéstate y duerme un poco... Usaré tu culo después de que dormir la siesta.”
Ella lloró hasta quedarse dormida y fue despertada por una patada.
- “Sube a la cama y acuéstate de lado a mi ofreciendo tu culo.”
La rodeó con un brazo y le sujetó el pecho con la mano... Con su otra mano guió su polla hasta metérsela por su culo y luego agarró su otro pecho... Sus manos le apretaron sus pechos a Ana al mismo tiempo que sus embestidas... Ella gritó de dolor y suplicó:
- “Por favor, no eso... Me duele mucho.”
Pero el Capitán no le hizo caso y le apretó más fuerte sus pechos y empujó más rápido su polla dentro de su culo.... Cuando estuvo listo para correrse, se retiró y le dijo:
- “Mírame y deslízate hacia abajo hasta que tu cabeza pueda meterse mi polla en tu boca y mámamela hasta que me corra... Recuerda que no debes gritar, ni llorar cuando un cliente disfruta contigo... Mañana te daré una buena paliza que te enseñará la locura de hacer eso y luego te entregaré a los oficiales para que continúes tu educación.
Pero cuando las tres llegaron a la parte alta de la cubierta, se horrorizaron al ver que su barco estaba solo... ¿Qué había pasado con los cinco galeones y la fragata de la Armada española que los escoltaba?
- “Capitán, ¿dónde está el convoy?”, preguntó Lady Rosa
- “Mi señora, se han esparcido por el mar durante la tormenta... Hay una cita señalada a la que deberíamos llegar en unas pocas horas.
- “¿Y los piratas de Port Royal?... ¿Estamos en peligro?”
- “Un barco solo en estas aguas siempre está en peligro, pero nos reuniremos con el convoy en unas horas... Tendríamos que tener muy mala suerte de encontrarnos con un barco pirata en tan poco tiempo.”
- “Pero, ¿y si nos encontramos con uno?
- “Entonces haremos todo lo posible para luchar contra ellos... Hemos creado un escondite para ustedes tres en la bodega y si nos encontramos con piratas, les daré a cada una pistola cargada.”
- “¿Esperas que nos defendamos con sólo tres pistolas?”
- “No, mi señora, sólo quiero darles la oportunidad de suicidarse en lugar de ser capturadas... Los piratas no tienen respeto por las mujeres y odian a cualquiera que pertenezca a la nobleza... Si las capturan vivas, se las darán a la tripulación y lo usarán brutalmente... Si sobreviven hasta llegar a Port Royal, serían vendidas en el mercado de esclavas y terminarías como puta en un burdel... Así de claro se lo digo para que lo sepan.”
- “Entiendo... Mis hijas y yo volvemos a nuestro camarote para hablar de esto que me ha dicho.”
Lady Rosa tenía 39 años y había estado casada durante 20 años... Había tenido 4 hijos y entendía completamente de lo que había estado hablando el Capitán... Su hija Juana tenía 19 años y su otra hija, Ana sólo tenía 18 años recién cumplidos... Ambas eran vírgenes y nunca le habían hablado sobre sexo... Esa era la costumbre en la España del siglo XVII... Las madres les hablaban a sus hijas sobre el sexo unos días antes de que se casaran.
Cuando llegaron a su camarote, Ana preguntó a qué se refería el Capitán con todo eso que había escuchado de ser usadas brutalmente y Juana quería saber lo qué era prostituta y burdel.
Lady Rosa suspiró y les dijo a sus hijas:
- “Normalmente, os explicaría esto antes del día de vuestra boda... Tiene que ver con cómo las mujeres tenemos bebés... Os recordaría lo que ya habéis visto en muchas ocasiones... Animales apareándose y cómo el macho inserta una cosa larga, como una vara, en la hembra... Nosotros hace casi lo mismo, excepto que lo hacemos cara a cara”
- “Como habréis visto a vuestros hermanitos mear, la orina sale de lo que la gente educada llama pene y la gente grosera, polla.”
- “Cuando tenemos nuestra menstruación, la sangre sale de lo que la gente educada llama vagina y la gente vulgar, coño.''
Lady Rosa hizo un túnel con el pulgar y los dedos de la mano izquierda y movió el índice derecho hacia adelante y hacia atrás dentro del túnel mientras continuaba con la explicación.
- “Cuando hombre y mujer se aparean, el pene del hombre cambia de tamaño y se vuelve mucho más ancho, largo y rígido... La mujer se acuesta boca arriba con las piernas abiertas... El hombre se acuesta encima de ella y desliza su pene dentro de su vagina... Lo mueve hacia adentro y hacia afuera hasta que sale un líquido blanco espeso llamado semen... Nadie comprende el proceso, pero el semen es lo que hace que las mujeres tengan bebés... A menudo se compara a las mujeres con un campo fértil que un hombre ara y siembra... El semen es la semilla.”
- “Suena desagradable”, dijo Ana haciendo una mueca.
- No es doloroso excepto las primeras veces... Si el hombre es gentil y lo hace lento puede dar un gran placer”, le aclaró su madre.
Juana interrumpió para preguntarle a su madre:
- “Escuché que las mujeres sangran cuando pierden su virginidad... ¿Es eso cierto?
- “Sí, todas tenemos una membrana delgada en nuestra vagina... La primera vez que tenemos relaciones de sexo, el pene del hombre rompe esa membrana y sangra... Este sangrado se detendrá por sí solo y el dolor no durará mucho.”
“Si tanto el hombre como la mujer quieren tener esas relaciones de sexo, decimos que están haciendo el amor... Pero los hombres son mucho más grandes y fuertes que las mujeres y pueden tener sexo con incluso si ella se opone... A eso lo llamamos violación.”
- “Ya lo entiendo, mamá”, le dijo Juana.
“Para responder a la pregunta que me hizo antes Ana, quiero explicaros que hay mujeres que están dispuestas a tener sexo con cualquier hombre siempre que éste pague por ello... A estas mujeres las llamamos putas... A veces, varias putas trabajan en el mismo edificio... A eso lo llamamos un burdel... ¿Lo tienes claro, Ana?”
- “Si, mamá”, respondió esta.
- “¿Queréis saber lo que es una violación en serie?, led dijo su madre.
- “Sí, mama”, dijeron ambas hijas casi al unísono.
- “Bien... Ana, acuéstate de espaldas en el suelo... Ahora separa los brazos y las piernas hasta que formen una letra X... Puede ser que los hombres te sujeten por las muñecas y los tobillos o que te aten a estacas... Imagina que estás completamente desnuda y puedes ver una fila de hombres... Un hombre acaba de terminar de violarte... Se sale de tu cuerpo y es reemplazado inmediatamente por el siguiente hombre de la fila... Esto es una violación en serie.”
- “Esto es terrible, mama”, dijo Ana horrorizada.
- “Ahora tú, Juana... Levántate y pon tus manos detrás de tu espalda... Imagina que tienes las muñecas atadas y estás totalmente desnuda... Estás en los camarotes de la tripulación... Un hombre te está violando y cuando termina eres empujada hacia otro hombre que comienza a violarte... Eres usada por hombre tras hombre hasta que se cansan de ti... Esto es también otro ejemplo de violación en serie.”
- “Horroroso, mamá”, respondió muy seria Juana.
- “Pues eso es lo que quiso decir el Capitán cuando dijo que nos pasaría si nos capturan los piratas... Estaríamos desnudas e indefensos y un hombre tras otro nos violarían hasta el extremo que puedan hacernos tanto daño, que muramos.
- Pero si sobrevivimos, nos venderán desnudas en el mercado de esclavas de Port Royal y el dueño que nos ha comprado nos llevará a uno de los muchos burdeles que hay allí... Nuestros dueños nos golpearan y torturaran hasta que nos sometamos a trabajar como putas... El dinero pagado por los hombres que usen nuestros cuerpos ira a nuestros dueños para resarcirse por lo que han pagado por nosotras.
Ana y Juana palidecieron y comenzaron a llorar.
- “El Capitán dice que nos dará pistolas si somos atacados por piratas... Quiere que podamos elegir entre el suicidio y una vida de violaciones repetidas.”
- “Mamá, ¿qué vas a hacer si los piratas capturan el barco?, le preguntó su hija Ana.
- “Si estuviera sola, me dispararía en la cabeza antes de ser capturada... Pero no te dejaré sola... No debes pensar que puedo protegerte... Estaremos completamente indefensas a manos de hombres brutales y despiadados... Puedo intentar convencerlos de que le pidan un rescate a tu padre, pero es casi seguro que prefieran nuestros cuerpos, al dinero.
- “Pero Madre, la Iglesia dice que el suicidio es un pecado mortal”, le increpó su hija Juana.
- “Sí, pero no creo que Dios nos castigue por elegir la muerte antes que toda una vida de violación”, respondió su madre.
La conversación continuó durante mucho tiempo... Lady Rosa estaba casada con un oficial del ejército desde hace ya 20 años... La mayoría de sus amigas también eran esposas del ejército... A ella le habían hablado del saqueo de ciudades capturadas por piratas... No se hacía ilusiones sobre lo que podían hacer los hombres cuando no había limitaciones.
Sus hijas, eran jóvenes e inocentes y no querían morir... Estaban seguras de que Dios las protegería... Su madre no pudo convencerlas de que la muerte era mejor que la captura, pero no estaba dispuesta a dejarlas solas a su suerte... La decisión final fue que no se usarían las pistolas.
Las tres mujeres regresaron a la cubierta del barco.
- “Capitán, ¿podría pedirle a alguien que limpie nuestra camarote?”
- “Por supuesto, señora... ¿Han pensado que hacer ante el riesgo de ser capturadas?”
- “Sí, y agradezco su oferta de pistolas, pero mis hijas no están dispuestas a usarlas... Consideran que el suicidio es un pecado mortal y no creen lo que les dije sobre la captura.”
El Capitán suspiró y le dijo:
- “No puedo aconsejarle... La decisión es suya.”
- “Sí, pero mientras tanto podemos disfrutar del aire fresco a menos que se oponga a que estemos en cubierta.”
Eres bienvenido. La tripulación disfruta de la oportunidad de mirar a mujeres tan hermosas.
La familia todavía estaba en cubierta cuando el vigía gritó:
‘¡Vela a estribor!... A dos puntos de la proa de estribor.’
- “¿Es el convoy?”, preguntó el capitán.
- “No, señor... Solo un barco y no lo reconozco.”
- “¡Listos para el combate!... ¡Escolta a las damas a la bodega!”, gritó el capitán.
- “Capitán, ¿son piratas?, preguntó lady Rosa.
- “No lo sé, pero es más seguro prepararse para lo peor.”
Las tres mujeres fueron conducidas a la bodega... Les habían despejado un pequeño espacio rodeado de pesados barriles y bultos. Estaba por debajo de la línea de flotación, lo que significaba que estaban a salvo de los disparos de cañón... Es casi seguro que si las buscaban, las encontrarían y, en cualquier caso, la falta de comida y agua, las sacaría de su escondite en unos días.
Pero era lo mejor que se podía hacer en esos momentos.
Esperaron que la extraña vela fuera un barco amigo y temiendo que fuera pirata... El sonido de un cañón les dijo que era un barco pirata... Los disparos de los cañones pronto fueron seguidos por fuertes gritos y el choque de espadas cuando el barco fue abordado.
Las chicas estaban llorando y todo lo que Lady Rosa pudo hacer fue abrazarlas y decir:
-“Sed valientes... Debemos orar y confiar en el Señor.”
La lucha duró unos minutos... Fue seguido por gritos y el sonido de hombres explorando el barco... Entonces escucharon un grito:
- “¡Encontré un camarote llena de ropa de mujer!... ¡Ropa cara y algunas joyas!”
- “¡Buscar en la bodega!... ¡Las perras se esconden allí!”
Pronto se descubrió su escondite... Las tres mujeres intentaron resistir cuando las sacaron de su escondite, pero fueron sometidas por fuertes golpes en el vientre que les sacaron el aire de los pulmones... Llevaban las manos atadas a la espalda y las tres colgaban de los hombros de los hombres más grandes.
Los dejaron en la cubierta superior y las pusieron en pie... Los rostros familiares de la tripulación y el capitán no se veían... Los piratas vitorearon:
- “¡Tenemos una gallina y dos polluelos!.”
Las mujeres no fueron molestadas por un tiempo mientras los piratas continuaban registrando el barco... El Capitán de los piratas nombró a 10 hombres como tripulación para llevar el barco capturado a Port Royal, mientras que su propio barco pasaría otro mes en el mar buscando más capturas.
Lady Rosa suplicó:
- Por favor, capitán, mi esposo es rico y pagará un buen rescate por nosotras.”
- “¿Quién es tu marido y dónde está?”
- Es el Mayor Juan Martín, el segundo al mando de la guarnición en la ciudad de Panamá.”
- “Debe ser el hombre que colgó a seis de mis hombres... Puedo devolverte a él cuando las tres tengan barrigas grandes y estén bien marcadas como putas.”
Dirigiéndose a la tripulación del barco capturado, les dijo:
- “Nos llevaremos a estas tres putas con nosotros... Desnudarlas y que puedan tener una hora para follar con la perra mayor antes de zarpar.
Las chicas que gritaban pronto quedaron completamente desnudas frente a los hombres que reían... Su madre también estaba desnuda, pero se mordía el labio para contener los gritos... No quería que los hombres supieran que estaba asustada.
Ahora que las tres estaban desnudas, el parecido familiar era obvio... 165-170 cm de altura, 55-60 kilos de peso, buenos pechos (los de Lady Rosa están un poco flácidos por la lactancia) pero las de sus hijas son firmes y sobresalen bien, cinturas estrechas y caderas anchas... Eran un buen material para follar.
El capitán pirata señaló a la madre y le preguntó:
- “¿Cómo te llamas?”
- “Señora Rosa Martín.”
Él le dio una bofetada en la cara y le dijo:
- “¡No nos mientas!... Una dama no estaría desnuda frente a hombres extraños.. Sólo una puta haría eso... Debes responder ‘Rosa, la puta’.
Señaló a una de sus hijas y le preguntó su nombre, pero ella estaba sollozando tanto que no respondió.
El capitán cogió uno de sus pechos en su mano y lo apretó muy fuerte y le dijo:
- “¡Te haré algo por lo que llorar!”
- “Soy Ana”, gritó jadeando.
El capitán señaló a la última mujer:
- “¿Tu nombre? “
- “Juana... Por favor no nos lastimes.”
El capitán le dio varias palmadas en los pechos y luego, se dirigió a la tripulación para darles su premio... Les dijo:
- “Tenéis una hora para convertir a esta perra mayor en una puta.”
Rosa fue arrojada al suelo de la cubierta y cuatro hombres la sujetaron por las muñecas y tobillos, abriéndola en X... Ana y Juana se vieron obligadas a pararse a ambos lados de ella... Les echaron la cabeza hacia abajo para que pudieran ver cómo follaban a su madre.
La tripulación del premio de diez hombres se alineó y el primero montó a Rosa... Ella no trató de resistirse... El pirata sabía que sólo tenía unos minutos, así que empujó rápida y profundamente su polla hasta que soltó un gruñido, disparó su esperma en ella y se levantó.
El siguiente hombre la montó inmediatamente y Rosa gritó y comenzó a pelear... Fue inútil y abandonó la lucha tras el quinto hombre que se la folló... Ella simplemente lloró mientras los cinco hombres restantes montaron y la violaron.
Sus hijas que estaban observando se quedaron sin aliento cuando vieron la primera entrada y gimieron ante cada una follada adicional que le hicieron a su madre... Se sorprendieron cuando un líquido blanco espeso comenzó a gotear de su maltratado coño.
Comenzaron a gritar:
- “Por favor, parad!... ¡Dejadnos!... ¡En el nombre de Dios, tened piedad!''
No estaba claro si estaban suplicando que no las violaran o que se oponían a que las manos exploradoras acariciaran sus pechos, pellizcaran sus pezones, corrieran por sus costados y vientre y jugaran con sus arbustos peludos... O tal vez se oponían a que los dedos jugaran con sus clítoris y se los metieran en el culo.
Esto no importaba porque los hombres continuaban haciendo lo que les apetecía e ignoraban las protestas femeninas.
Cuando el último hombre de la fila terminó, pusieron a Rosa de pie y volvió a atarle las manos a la espalda y llevaron a las tres mujeres al barco pirata.
Incluso los piratas necesitan disciplina y orden en el mar... La tripulación se dividió en las guardias habituales de babor y estribor... Utilizaban un sistema de vigilancia de cuatro horas y luego cuatro horas de descanso.
El capitán anunció que la guardia de estribor estaba fuera de servicio y se dispuso a deshacerse de sus cautivos.
El carpintero del barco había hecho lo que parecía un gran marco de dos metros de alto y un metro veinte de ancho... Rosa fue colocada allí con los tobillos y las muñecas atadas sin apretar a las esquinas... Ella podría retorcerse pero no podría protegerse... El capitán dijo que la mantendrían en el marco durante dos días y dos noches.
- “La guardia fuera de servicio puede hacer lo que quiera con ella durante 48 horas, pero tratad de no matarla... Hemos de venderla a un burdel en Port Royal.
Mientras Rosa estaba en el marco de la violación, el Capitán tendría uso exclusivo de Ana y los seis oficiales y suboficiales compartirían el uso de Juana.
Cuando Rosa hubiera cumplido su tiempo, colocarían a Juana en el marco durante dos días y dos noches y el Capitán pasaría a Ana a los oficiales.
Ana reemplazaría a Juana después de 48 horas más y cuando Ana fuera liberada del marco, encontrarían otras formas para que las tres putas entretuvieran a la tripulación.
Y así comenzó la degradación de estas tres pobres mujeres.
El Capitán no estaba de guardia, pero era llamado cada vez que el oficial de cubierta necesitaba nuevas órdenes de navegación.
Mientras tanto, era libre de disfrutar de Ana en la privacidad de su camarote... Después de que la tripulación terminó de mirar su cuerpo desnudo, la llevó a su cabina y los oficiales fuera de servicio llevaron a Juana a la sala de oficiales.
Ana estaba llorando y le rogó:
- “Por favor, no me lastimes.”
El Capitan la abofeteó la cara repetidamente hasta que la sangre goteó por la esquina de su boca... Luego comenzó a golpearle los pechos hasta que se pusieron rojos... Esa fue la advertencia de que haría con ella lo que quisiera.
El Capitán se quitó la ropa dejando al descubierto su gran y rígida polla... La atrajo hacia él hasta que su polla estuvo bien apretada contra su vientre... Luego la arrojó sobre la cama, le abrió las piernas y se arrodilló entre sus muslos... Su peso le impidió luchar mientras él guiaba su polla hacia su coño virgen.. Lo tenía muy cerrado y requirió mucho tiempo hasta que estuvo completamente dentro de ella.
Ana gritaba, pero el Capitán le escupió en la cara y le dijo:
- “¡Cállate, puta!”
Una vez su gran polla dentro de ella, se tomó su tiempo, sacándola casi por completo y luego empujándola hacia adentro... Ella gemía cada vez que él llegaba al final de su carrera.
Él gruñó mientras disparaba su semen profundamente en el coño de Ana... Luego rodó hasta quedar acostado en la cama junto a ella... Su mano recorrió su cuerpo y la metió entre sus piernas donde sus dedos se cubrieron con su sangre y su semen... La obligó a lamerlos para limpiarlos.
Pasó algún tiempo acostado a su lado y pasando sus manos por su cuerpo mientras ella sollozaba.
Con el tiempo, volvió a excitarse de nuevo y la arrastró hasta una mesa... La inclinó sobre ella, escupió en un dedo y lo usó para lubricar su agujero anal también virgen... Su polla hinchada era un impedimento para metérselo por tan pequeño orificio pero lentamente la fue empujando hasta quedar profundamente metida en su culo... Esa noche la desvirgó también por ese agujero.
Cómo es natural, el capitán ignoró sus frenéticos gritos mientras sus largos y lentos movimientos de polla la violaban en su agujero anal.
Después de disparar su semen en sus intestinos, la obligó a arrodillarse y le ordenó que le limpiara la polla con la lengua.
Ana sacudió su rostro surcado de lágrimas negándose a ello, pero eso le valió más bofetadas seguidas de sus dedos apretando su nariz para cerrarla... Desesperada por respirar, sacó la lengua y lo lamió hasta dejarlo limpio.
El capitán la desató y le dijo:
- “Pequeña zorra, acuéstate en el suelo junto a mi cama... Puedes dormir ahí hasta que quiera follar de nuevo contigo.”
Ana ya no estaba atada, pero se dio cuenta de que no podía escapar... La única forma de salir de la cabina conducía a la cubierta del barco pirata y eso sería terriblemente peor.
Los ronquidos que escuchaba le dijeron que el Capitán estaba dormido y ella se acurrucó en una bola y lloró hasta quedarse también dormida.
La despertó una patada en las costillas.
- “¡De espaldas y extiéndete!”
El Capitán le pasó los pies descalzos por los pechos y el vientre y la obligó a besarlos.
- “¡De rodillas frente a mí!... Pasa tus dedos por mi polla... Ahora lame y bésala... ¡Abre la boca!”, le ordenaba.
- “Mete mi polla en tu boca y ni siquiera pienses en morder a menos que quieras pasar un día muy doloroso.”
- “Ahora mueve tu cabeza hacia adelante y hacia atrás, pasando tus labios y lengua sobre mi polla.”
El Capitán cogió un puñado de su pelo y la obligó a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo por su tiesa polla.
- “Estoy listo para tirar mi leche en tu boca... ¡Trágatela toda!”
Y se corrió en su boca poniéndole una mano sobre su boca y apretó sus fosas nasales con la otra mano hasta que tragó todo.
- Eso que me has hecho se llama ‘mamada’... no olvides ese nombre... Ahora que eres una guarra, le darás mamadas a cualquier marinero que quiera una.
Y cansado por la corrida se tumbó en la cama volviéndose a dormir.
El Capitán se despertó al amanecer y despertó de nuevo a Ana, a patadas... Le ató las manos a la espalda y la hizo arrodillarse frente a él mientras le daba el desayuno y un poco de agua... La hizo salir del camarote y subir a cubierta... Su semen y su sangre se habían secado en sus piernas, en su culo y en sus labios vaginales, para que cualquier hombre que la mirara supiera que ya no era virgen.
- “Eres una esclava... Puedo hacer lo que quiera contigo y debes obedecer cualquier orden que te dé”, le dijo.
Hizo que un marinero le atara una cuerda a las muñecas atadas y la levantara hasta que estuvo de puntillas... Ella gritó por el dolor de sus brazos torcidos.
- Cuando un hombre se te acerque, debes decirle: 'Por favor, señor, toque mis pechos y mi coño'... Y cuando termine, le dices 'Gracias, señor'... Se quedará así hasta que diez hombres la palpasen así.
El Capitán ordenó a uno de los marineros que fuera el primer hombre y le dijo que llevara la cuenta... Ella tenía que hablar alto y claro o no se contaba.
El marinero la engañó contando mal... Estuvo allí colgada durante dos horas y fue palpada por 20 hombres antes de que el Capitán diera orden de que la soltaran.
La mantuvo desnuda y con las manos atadas detrás de ella en cubierta durante el resto del día... La obligó a arrodillarse frente a la tripulación que miraba mientras la alimentaba y la daba de beber a mano.
Al anochecer, la llevó de vuelta a su camarote y le soltó las manos.
- “¿Disfrutaste la mañana?... Voy a mantenerte desatado esta noche, pero espero que trabajes duro para complacerme... Si me das problemas, dejaré que los hombres jueguen contigo un poco más.”
Ella gimió y las lágrimas corrieron por su rostro, pero asintió con la cabeza para mostrar que obedecería.
- “¡Habla!... ¿Entiendes que eres una esclava?”
- “Sí.”
Le dio una bofetada en la cara lo suficientemente fuerte como para tirarla al suelo.
- “Me debes llamar Amo y dime lo que entiendes sobre tu condición de esclava... Ahora levántate.”
- “¿Entiendes que eres una esclava?, le volvió a preguntar.
- “Sí, Amo, entiendo que soy su esclava.”
- “Esa frase no es del todo correcta... No debes usar ‘yo’, cuando te refieras a tí misma como esclava... ¿Entiendes?”, le explicó.
- “Sí Amo... Tu esclava comprende que es una esclava.”
- “Eso esta mejor... Quiero que entiendas que te estoy haciendo un favor... Serás vendida en el mercado de esclavas de Port Royal... Tu nuevo dueño te pondrá a trabajar como puta... Si no complace a sus clientes, tu Amo te golpeará... Lo que te enseño puede que te ahorre algunas palizas.”
- “Ahora déjame verte bien... Pon tus manos detrás de tu cuello y separa bien tus piernas... Y, ¡Sonríe!... No se quiere que tus clientes te vean llorar o fruncir el ceño”, le dijo.
- “Ahora, manten las manos detrás del cuello e inclina tu cuerpo hacia atrás... Dóblate más... Tus clientes quieren ver el agujero del coño entre tus piernas... A las esclavas no se les permite la timidez.”
- “Camina un poco y mueva las caderas mientras me desvisto.”
Cuando estuvo desnudo, le dijo:
- “Ven hacia mí y apégate... Pon tus brazos alrededor de mí cuerpo... ¡Más apretado!... Presiona tu cuerpo contra el mío... Ahora inclina la cabeza hacia atrás para que pueda besarte.”, la dirigía.
- “¡No!... Eso no sirve... Te estás dejando besar en lugar de besar... Saca tus labios e inténtalo de nuevo.”
- “Eso está mejor... Ahora acuéstate en la cama... Manos detrás del cuello, piernas abiertas... Ahora tienes que darle al hombre un fácil acceso a tu coño... A ver como lo haces.”
Se acostó a su lado y comenzó a pasar una mano por su pecho mientras la otra mano se movía hacia abajo sobre su estómago y a través de su vello púbico hasta que sus dedos entraron en su coño y comenzaron a jugar con su clítoris.
El Capitán comenzó a besar sus labios y movió su boca por su cuello hasta que estuvo besando sus pechos y chupando un pezón.
- “Acostúmbrate a esto... Tendrás que hacerlo 20 o 30 veces por noche cuando seas puta... Por cualquier resistencia, lucha o signo de disgusto te dará una paliza... Quizás debería hacerte golpear para que sepas lo qué te espera.”
- “Por favor, Amo... Por favor... No golpees a tu esclava
Se dio la vuelta para quedar encima de ella.
- “Pon tus brazos a mi alrededor, abrazándome.”
Él deslizó su polla dentro de ella y le dijo:
- “Ahora levanta las piernas y envuélvelas alrededor de mis muslos... Mueve tus caderas mientras empujo mi polla dentro de tu coño.”
El Capitán la hizo responder a su follada hasta que soltó un gruñido y se corrió profundamente dentro de ella... Luego se apartó y le dijo:
- “Esto es un comienzo, pero necesitas usar más tus caderas... Mañana vas comenzar dos días de práctica con los oficiales antes de que te entregue a la tripulación para que siga follándote... Debes moverlas mucho más de que lo hiciste ahora o te pegarán.”
- Ahora ponte junto a la cama con las manos detrás del cuello hasta que te diga que te muevas.”
El Capitán se acostó en su cama y comenzó a pasarle una mano por sus caderas, culo y pubis hasta que su polla volvió a ponerse tiesa de nuevo... Luego se sentó y le dijo:
- “Arrodíllate entre mis piernas y besa y lame mis bolas... Al mismo tiempo coge mi polla entre tus dedos y pásala suavemente hacia arriba y hacia abajo por el tronco tieso... Eso es... Sigue lamiendo y besando mi polla... Ahora abre la boca y métetela.... Mueve la cabeza para que tus labios suban y bajen por mi polla... Usa tu lengua para acariciarlo... Continúa, estoy a punto de correrme... ¡Traga todo!”
Cuando Ana terminó de tragar toda la leche que le tiró, le dijo:
- “Necesitas práctica, pero la tripulación te dará bastante en estos días que faltan para llegar a puerto... Ahora acuéstate y duerme un poco... Usaré tu culo después de que dormir la siesta.”
Ella lloró hasta quedarse dormida y fue despertada por una patada.
- “Sube a la cama y acuéstate de lado a mi ofreciendo tu culo.”
La rodeó con un brazo y le sujetó el pecho con la mano... Con su otra mano guió su polla hasta metérsela por su culo y luego agarró su otro pecho... Sus manos le apretaron sus pechos a Ana al mismo tiempo que sus embestidas... Ella gritó de dolor y suplicó:
- “Por favor, no eso... Me duele mucho.”
Pero el Capitán no le hizo caso y le apretó más fuerte sus pechos y empujó más rápido su polla dentro de su culo.... Cuando estuvo listo para correrse, se retiró y le dijo:
- “Mírame y deslízate hacia abajo hasta que tu cabeza pueda meterse mi polla en tu boca y mámamela hasta que me corra... Recuerda que no debes gritar, ni llorar cuando un cliente disfruta contigo... Mañana te daré una buena paliza que te enseñará la locura de hacer eso y luego te entregaré a los oficiales para que continúes tu educación.