Campamento Exxxtraño 12

Lobo85

Estrella Porno
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Mar 29, 2011
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Saludos, aquí les dejo otro capitulo de esta singular historia, espero la disfruten, bye

Capítulo 3



Habían pasado un par de días desde que el Gordo y James fueron testigos de una verdad inesperada, el viejo conserje Bond había descubierto alguna clase de criatura de la cual se podía sacar un aceite para controlar a las mujeres, o al menos eso entendieron, resultaba imposible de creer, pero antes pudieron ver como el medicucho y el director habían tenido un trió con una campista, quien a la mañana siguiente no recordaba nada de lo pasado, si acaso estaba adolorida, aunque eso pronto lo justificaron diciendo que durmió mal, torcida, por lo que necesitaba descansar cómoda, sin saber qué hacer, ambos jóvenes, decidieron aprovechar su descanso para ir a buscar a esa cosa, aunque debían ser cuidadosos, pues el diario de Bond, indicaban que había otras criaturas más, pero también según indicaban, este ser podía ser descubierto por su olor dulce, detalle que hizo sonreír a James, pues recordaba haber olido algo parecido cuando vio a su compañero impaciente y a la campista gordita coger como conejos, pronto se fueron al bosque, casi como si fuera la suerte, el mismo grupo de chicos jugando soccer, decidieron volar la pelota para molestarlos, aunque tuvieron la mala fortuna de que uno de los maestros, el de disciplina los viera, por lo que mientras el gordo y James iban por la bola, los campistas se quedarían haciendo ejercicio hasta que estos volvieran como castigo, quizás la suerte les llegó hasta ahí, pues al encontrar la bola, un animal que nunca vieron de gran hocico del que le salían unos enormes colmillos les vio, gruño molesto, mostrando sus intenciones de atacar, lo que causó que ambos chicos tuvieran que huir, empezando una persecución que sólo acabó cuando se toparon con lo que buscaban un bulbo gigante que soltaba un olor dulce, que con su sola presencia hizo que la fiera huyera despavorida, aunque todo indicaba que estaba dormido, James vio con sorpresa esa cosa, era tal como estaba en el libro de Bond, fue algo difícil, pero según las indicaciones, tenían que frotar los tentáculos, vaya situación de lo más desagradable, tendrían prácticamente que masturbar a esa cosa hasta que soltó aquel liquido, un aceite viscoso de color claro.

Oye seguro que es este – dijo James.

Seguro, es casi idéntico, pero vamos, crees que Bond era buen dibujante – señaló el Gordo.

Pues ni idea, pero si tú lo dices – respondió James.

Ambos estaban por hacer eso cuando la criatura reaccionó, y al notarlos cerca intentó atacarlos, de la forma que este sabía, no les quedó de otra que escapar, pues a decir verdad ambos estaban horrorizados con esa cosa, teniendo que regresar a toda velocidad, mientras la criatura los perseguía, aunque no era tan rápida, por suerte el olor era bastante fuerte, así que la fiera no se les acercó, pero aún así estaban un tanto molestos, sólo se arriesgaron por nada, además el olor era difícil de aguantar, si hasta les dio chance de ir por la pelota que hallaron mordisqueada por esa cosa, aún así volvieron, para toparse con el maestro quien les dijo:

Y esa peste a mariquitas, hombres – dijo el tipo un intento de soldado.

Vera, es que al ir por la bola nos topamos con una fiera salvaje – dijo el gordo.

Así que tuvimos que salir corriendo, y lo perdimos al ocultarnos entre la maleza donde había flores, y creo que se nos quedó pegado el olor – añadió James.

Pero ahorita nos bañamos, que ya nos dio nausea – dijo el gordo.

Es eso, o se la pasaron en el cambo de flores mariquitas – añadió severo el maestro.

Pues mire como quedó la bola, la agarró la fiera – y enseño la pelota destrozada.

A carajo, no pos viendo esto les daré la razón, y todo por un grupo de chistositos, campistas, perdimos una pelota por su bromita 50 lagartijas todos, y por cada queja se sumaran 10 – ordenó el intento de soldado a los campistas que se quejaron de inmediato duplicando su castigo.

Sin más remedio se devolvieron para bañarse, pero la mala suerte les volvió a jugar en contra, pues al intentar irse a las duchas, les tocó que una de las encargadas de cabaña llegara para imponerles un trabajo, aunque no pertenecían a su grupo de trabajo, y es que las compañeras, se habían fugado por qué no soportaban a la mujer, tendrían que ayudarle en un salón donde hacían practicas, en esa ocasión seria de danza, y la verdad no estaban muy motivados:

Eh ustedes 2, vengan a ayudar, no estén de holgazanes, aquí todos trabajan – dijo molesta.

Estamos en nuestro descanso y vamos a bañarnos, pues no nos dejaron tranquilos – dijo el Gordo.

Si, apestamos en este momento – dijo James.

Pues a mí no me parece, ahora vengan o los reportaré con el director – amenazó la encargada.

La tipa no les dio otra opción así que ahí estuvieron apoyando, lo que a la larga les daría un agradable resultado, dividieron a las campistas en 2 grupos para darles una clase de danza, las mayores de 12 por un lado las menores por otro, era baile clásico o Ballet, así que no había muchas chicas, sólo tenían que ayudarles con algunas rutinas, pero todo eso se alargaría al menos 3 horas, volviéndose una verdadera molestia, por un volado, lanzaron una moneda, al gordo le tocaron ir con las mayorcitas, mientras que a James le tocó ir a cuidar a las más jóvenes, con buenos resultados, pues entre estas vería al grupito que tanto le gustaba, Rosita, Luz, Roxana e Isabella, lo mejor es que iban con mayas o leotardos, así que se notaban muy bien sus formas, pues algunas prendas eran tan ajustadas que se les notaba sus pezones o hasta sus vulvitis, todo eso en poses que en su inocencia lucían tan sugestivas, abriendo sus piernitas o levantando sus nalguitas, así se mantuvieron los chicos ocupados hasta pasadas las horas, de hecho sudaron bastante en toda esa acción, sin darse cuenta que las niñas durante ese tiempo se volvieron más inquietas, o al menos así fue para James, pues el gordo, siendo más avispado fue jugándose la suerte para notar como en ocasiones, por “accidente” tocaba ya fuera los pechos o culos de las chicas, pero en vez de recibir una queja, las chiquillas suspiraban ansiosas, no lo supieron pero el olor que tenían era bastante afrodisiaco, le faltaba el efecto narcótico del aceite que nublaba la mente, sin embargo era como tener encima una feromona que los haría irresistibles, aunque el gordito comenzaría a sospechar eso, tras terminar la clase, no obstante, el encargado de disciplina los encontraría ahí trabajando, aun tenían olor dulce que calaba desde lejos, pero mezclado con sudor, así que diría:

Vaya, huelen un poco mejor, pero la peste a mariquita sigue ¿Por qué no se bañaron? Me da dolor de cabeza con solo estar cerca de ustedes – dijo el jefe de cabaña y maestro de disciplina.

Estaban de holgazanes y los puse a trabajar – dijo la maestras prepotente.

Pero si estaban en su descanso, es más perdieron una parte por la indisciplina de unos chicos y ahora usted – dijo molesto el hombre.

No, estaban de holgazanes y los puse a trabajar – se defendió la maestra.

Mire señora, aprenda a leer – y para mala suerte de la tipa el maestro traía los horarios de descanso – a esa hora le tocaba a ellos su descanso, a quienes vi muy tranquilas es a sus monitoras que estaban fumando en la entrada, así que tendré que reportarlas a todas con el director, chicos vayan a las regaderas, su olor me da asco.

Los chicos salieron a toda prisa, apenas tendrían tiempo de tomar un cambio de ropa e ir al baño donde se asearon, quitándose parte del olor, mientras se volvían en la burla de los campistas al lado, sin imaginar la buena suerte que estaban por disfrutar más adelante. Aunque cabe decir que el Gordo les comenzó a dar notas de esto a James, diciendo que las campistas se dejaban manosear muy fácilmente, quizás el olor era útil también, pero no debían confiarse, o al menos eso decía, eso le pareció interesante al chico, quien recordaba como su colega entusiasta se montaba a la campista, quizás tenía razón y el olor era afrodisiaco, tendría que probar, pero no debía ser tan obvio, así que al terminar se vistieron y cada uno por su lado, eran parte de distintas cabañas, por lo que debían apoyar con sus respectivos grupos, por desgracia no había descansado nada, aunque más tarde se darían un par de gustos.

Para el gordo, quien estaba en su cabaña, no le quitaba la vista a todas las mujeres, por una parte una monitora le gustaba mucho, Ivana, una chica de cuerpo delicioso, esas que uno ve, pero sabe que nunca tendrá oportunidad, siendo de bello rostro, de aspecto coqueto seductor, cuerpo delgado, pero con piernas torneadas que sobresalían gracias a los shorts que usaba que sólo le cubrían parte de los muslos y un busto generoso que siempre parecía a punto de romper las playeras, de piel morena clara, de vez en cuando ayudaba en la alberca donde presumía su preciosa figura, y donde no le faltaban los chiflidos de los campistas, pues usando un bikini blanco que resaltaba con su tono de piel, se volvía el centro de atención sin problemas, y de hecho muchos volteaban a verle casi babeando pues su redondo culo que se tragaba de forma deliciosa la tela trasera llamaba poderosamente la atención, se notaba que sabía lo que tenía, manejaba muy bien a los chicos alrededor, quienes se volvían un espectáculo lamentable frente a ella, mientras que los monitores no muy distintos a estos, cada que podían le hacía cumplidos o halagos, que por lo general ignoraba, esta chica sabía manejarse muy bien frente a los hombres, así que no se dejaba manipular, hasta uno que otro maestro le coqueteaba, pero esta no daba su brazo a torcer con ninguno, así que por momentos era intocable, o por lo menos así era, pues una vez que el gordo llegó aún con el olor de la extraña criatura encima, aunque de manera más ligera, le hizo marearse un poco, logrando que esta no le quitara la vista de encima, lo que daría una oportunidad como pocas:

Vaya gordito, hoy no apestas – dijo la chica con cierta maldad.

Deja tus juegos, que ya me los sé, vamos a trabajar – dijo el gordo cansado, pues sabía que con ella no tenía chances.

Comenzando sus labores con los odiosos chicos, que no dejaban de fastidiarlo, pero conforme pasaba el tiempo.

Oye gordo, ¿Qué pasa contigo? – dijo la chica.

¿Qué pasa de qué? No empieces a molestar, ya me cansé de tus insultos – respondió el gordo.

Oh, vamos, estoy aburrida quiero platicar – respondía la chica.

Platicamos después, que el jefe de la cabaña está nervioso, y eso no es bueno – indicó el gordo.

No quedando de otra que alejarse de la chica que lo seguía con la mirada, detalle que se dio cuenta el monitor, de hecho se fijaba que muchas campistas y compañeras lo miraban, aún le quedaba el olor dulce, así que eso le daba una idea, aunque tendría que esperar. Como sólo había una cabaña para bañarse había horarios de uso, por lo general a los monitores les toca al final, pero por su situación (la del gordo y James) les tocó usarla a antes, ya pensaba en algo para tomar a Ivana, pero debía aguantarse un rato, y así lo hizo, la cena era a las 8 de la noche, mientras los campistas cenaban, las monitoras iban a limpiarse, para después ya por eso de las 9 era el turno de los chicos, sólo cuando había lluvia o algún otro imprevisto eso cambiaba, así que como esperó todo siguió su curso, sin embargo como este no tenía porque ir se quedó trabajando un poco, con tan “mala” suerte que ayudando en la cocina se manchó, y tuvo que volver a ir a lavarse, aunque en realidad contaba con eso, se dio cuenta que el aroma de esa cosa era bastante penetrante y no se quitaba con facilidad, mientras estuvo ahí, llamó la atención tanto de campistas como monitoras, se mantuvo cerca de estas para ver sus reacciones, antes dijo que había algo en el aire que cambiaba a las chicas, ahora tenía idea de lo que era, así que cuando fue a asearse, los chicos se estaban saliendo, muchos no tardaban nada, y es que aprovechaban para tener faje entre ellos o con las chicas, o por lo menos aquellos con la etiqueta de galanes, pero no era lo mejor, el encargado de disciplina ya se conocía esos trucos así que pronto respondía, uno tenía que ser muy astuto y para eso se pintaba el gordo, quien esperaba una intromisión, pronto estuvo en el baño, limpiándose como de costumbre, deseando la invasión de Ivana, y a los pocos minutos alguien entró, se estaba desvistiendo, para ese momento los chicos se habían ido desde hace como 15 minutos, el terminaba de lavarse, sólo se sacaba la espuma del cabello cuando al voltear vio a otra monitora, Clara, una chica delgada, sin mucho pecho, de cabello corto castaño, cara un poco inocente, pero de buenas piernas y culo redondo, ya había tenido su encuentro con ella antes, y la verdad no estuvo mal, aunque deseaba que Ivana llegara, pero ella no le parecía mala opción:

¿Qué pasa Clara? Quieres un poco de esto – y el gordo se agarró la verga que se estaba levantando.

Si – dijo un poco desesperada la chica.

Y se lanzó a besarlo, desesperada, jugando con sus lenguas por unos momentos, mientras restregaba su cuerpo uno contra otro, pronto las pequeñas tetas de la joven se frotaron contra el pecho de este, y la vulva apenas con unos pequeños vellos salientes fue frotada contra la estaca, que al sentir esa piel reaccionó de manera obvia, las manos del gordo se lanzaron a tocar el culo redondo, logrando que la chica comenzara a gemir, entre caricias los dedos tocaron cada parte de esas redondas masas eróticas, antes de que uno de esos dedos alcanzara el ano, que fue irrumpido sin previo aviso, logrando que esta se quejara, el besuque no duro mucho, la chica estaba realmente caliente, así que sin necesidad de nada, se fue agachando para alcanzar la verga del gordo para comenzarla a lamer, la chica no era tan diestra en esto, a veces rosaba con sus dientes la suave piel de la pija, volviendo ligeramente la situación como algo doloroso, mientras chorreaba de saliva que escurría hasta el suelo, la situación de peligro, pues el lugar, la hora pronto creó un morbo en el gordo quien se prendió, su verga estaba erecta hasta el límite, lista para clavarla, así que jaló a la chica y la puso contra la pared mientras le alzaba el culo:

Esto querías verdad zorra – dijo el gordo.

No soy zorra, pero no sé qué me pasa – dijo la chica caliente.

Aja, y por eso vienes con un chico al baño y te desnudas, eres una zorra – dijo el gordo mientras sobaba la entrada de su vulva con la punta de su verga.

Es que no me gustaba como te veían otras – dijo Clara.

Oh, estabas celosa, mira que zorrita – y antes que reaccionara la chica el gordo la clavo.

Se la fue metiendo lentamente, en un vaivén caliente, la chica recibió esa estaca con un gemido al que le faltó el aire, pero una sonrisa se dibujaba en su cara, mientras el monitor jugaba con sus nalgas, para disfrutar mejor las penetraciones, ah, como lo estaba disfrutando, Clara se veía muy por debajo de Ivana, sin embargo a la hora de coger, todo agujero serbia, o eso pensaba el gordo mientras disfrutaba de la sesión de sexo, no le quedaba la menor duda, el aroma de esa criatura le había ayudado, pues se cogía a su compañera nuevamente, mientras esta se entregaba sin problemas, dejándose dominar por su ritmo, sintiendo el movimiento de las caderas que iban de un lado a otro, al tiempo que los gemidos de la chica llenaban el lugar, dejándole a este disfrutar con sus manos o lengua cada parte, y como si eso no fuera se aferró de las tetas para jugar con los pezones, y aunque eso pasaba con el gordo, este no dejo de tener una duda ¿Qué sería de James?

Por otra parte, James se había dado cuenta de la situación, pero como sus objetivos eran diferentes debía ser más cuidadoso, no podía moverse tan libremente, así que necesitaba pensarse bien las cosas, aunque en su momento no tuvo que hacer nada tan elaborado, una vez apagadas las luces, una campista fue a buscarlo para pedir su ayuda, no era la primera vez que pasaba, la verdad es que muchas monitoras tenían una pésima actitud con las niñas, algunas eran verdaderos bodrios, gordas de mal carácter, trabajando porque no consiguieron mejores cosas que hacer en verano, así que a nadie le sorprendía que las niñas fueran con los monitores, en especial si era el caso del que les gustaba o alguno que fuera guapo, en este caso fue Mariela, la cegatona del grupo quien le pedía que la llevara al baño, y James contento de “ayudarla” así lo hizo, esperando ver cómo actuar, pero no hizo falta al ir regresando la chiquilla le pidió que si pudieran hablar un poco, a lo cual el monitor no se negó, de hecho la notaba tan inquieta, igual que Pamela, así que imagino para donde iba todo:

Y bien que quieres hablar conmigo – dijo James.

Hay monitor, es que no sé cómo empezar – dijo tímida la chica.

Sabes que no podemos tardarnos, así que vamos, no seas tímida – dijo ansioso.

Bueno, es que, hay monitor, me da mucha pena – dijo Mariela.

Sospechando como iban las cosas, y confiado por el aroma de la criatura, James se acercó a la niña quien sin saber cómo reaccionar sólo se quedo paralizada cuando este le dio un beso en los labios:

Que linda eres Mariela, te lo han dicho – dijo coqueto James.

No, nunca – respondió tímida la chica.

Lo eres, siempre quise hacer esto – y la volvió a besar.

La niña prácticamente se derretía en sus brazos, mientras el monitor aprovechaba para besarla al principio siendo sólo el inocente toque de labios propio de un niño, para no espantarla, pero mientras notaba que se iba relajando, fue metiendo su lengua entre los pequeños labios, logrando que esta se sorprendiera, por suerte no se alejaba, aunque se notaba que siquiera sabía qué hacer, era demasiado inocente en ese aspecto, detalle que aprovecharía James, pues mientras la sorprendía con esos besos adultos, la atrajo con su mano derecha, logrando que esta quisiera mantener distancia con sus manitas, pero sin realmente hacer fuera por alejarse, una vez cerca, de hecho fue tan osado que la acomodó sobre sus piernas, este aprovecharía para acariciarle las piernitas, algo delgadas, aunque entre más subiera se acercaban a unas nalgas bastante redondas que llamaban la atención, y que le hacían ver muy bien, demonios, pensaba James, si tuviera más tiempo no dudaría en metérsela hasta el fondo, aunque debía comprobar que tan dispuesta estaba, pero eso se descubría fácil, sólo tenía que jugar, la entretenía con su labios, mientras acariciaba su espalda, pobre Mariela, por sus lentes de culo de botella nadie notaba lo linda que estaba, así que aquel contacto con uno de los monitores “guapos” le resultaba increíble, tanto, que su pobre cabecita apenas entendía que pasaba, pues la mano izquierda del chico, sin que pudiera notarla, fue sobando sus piernas, pero como traía un camisón esta tuvo casi libre paso para ir llegando a donde deseaba, que sensación el elástico de la panti, además de la suave piel de los glúteos, aparte la sensación de ser descubiertos en cualquier momento le resultaba sumamente excitante, así que alzaba el ánimo, junto al miembro del monitor, quien sin problemas alcanzó a tocar la vulvita de la niña, quien al sentir eso, se soltó un poco jadeante, mientras los dedos comenzaban su rose erótico, logrando que la chica gimiera, al tiempo que este le fue hablando en el oído:

Así te quería tener Marielita, como me gustas nena – dijo James.

Hay monitor, no pensé que le gustara yo – dijo sonrojada.

Si me gustas mucho – aseguro James – los lentes no te ayudan, pero se cuan linda eres.

Pensé que las otras le gustaban más – dijo Mariela antes de gemir.

El monitor le besaba el cuello mientras sus dedos alcanzaban la piel de su pequeña vulva, logrando con sólo eso que empezara a mojarse, acariciaba con fuerza su punto de placer, mientras la niña pegaba su carita contra el pecho del monitor, para ahogar sus gemidos, este la abrazaba con cuidado, para no asustarla, pero buscaba que gozara, de esa forma podría disfrutarla después, pronto sus dedos comenzaron a mojarse, y los deditos de la niña se aferraban con más fuerza a la playera de este, los suspiros eran cada vez más fuertes, casi parecía que se iba a orinar, y en un tremendo orgasmo, se terminó corriendo, empapando la mano, este se separó, lamiendo sus dedos para saborear las mieles de la chiquilla, quien gemía copiosamente, completamente perdida por las nuevas sensaciones vividas, ambos se besaron un poco más, asegurando de esta forma que aquello se repetiría, pero debían volver, pues no faltaba que algunos maestros hicieran vigilancia, estaban de regreso cuando justo uno de esos los encontró:

¿Qué paso monitor? ¿Por qué tan tarde y afuera con una campista? – dijo con cara de pocos amigos un maestro.

Lo siento maestro es que la niña tenía que ir al baño – dijo James.

¿Baño? – dijo sin creerlo.

Si – afirmó la Mariela.

Lo siento, me tardé porque – en ese momento hizo un movimiento y le tronó la rodilla – bien ya se me calmó el dolor, es que me caí por lo oscuro que estaba, y la rodilla me molestaba.

Al oír eso el maestro se calmó un poco, así que los dejó pasar, ese era un truco que sabía hacer James, para justificar tardanzas, pues lo que hizo con Mariela no era nada raro en el, ya se había besuqueado con algunas otras nenas, algunas vecinas de por su casa, y para evitar problemas tenía una serie de trucos guardados, por lo que sabía cómo manejar esas situaciones, finalmente volvieron los 2 a la cabaña, dejando a la campista, pero sabiendo que la chiquilla pronto iría a estar entre sus brazos, y quizás podría hacer mucho más con ella, sólo debía trabajarla un poco más, en cuanto a las cosas que ocurrían en el campamento, quizás debería prestarles más atención antes de usarlas, algo realmente extraño pasaba y no sabía que era.
 
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