Campamento Exxxtraño 11

Lobo85

Estrella Porno
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Mar 29, 2011
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Saludos, y aquí les va un nuevo capitulo de esta extraña historia, una mezcla de misterio con
erotismo y muchas perversiones, veremos que pasa en este siniestro lugar, sin más adelante:

Habían pasado un par de días desde que descubrió la mirilla de Bond, y por precaución James no iba todos los días a fisgonear, de hecho en veces sólo dejaba su celular para filmar, sacando escenas increíbles, pero lo que más deseaba era poder cogerse a un de las campistas, pues mientras eso pasaba algunos de sus compañeros se veían mucho más activos, de hecho hace unas horas al madrugar vio a uno de sus colegas, el más serio de su grupo particular, meterse al baño con la asistente de cocina, una chica menudita, algo bajita, de cabello marrón oscuro, y no tuvo que ser un genio, si él estaba también en la letrina cuando eso pasó:

El muy sin vergüenza la metió a una de las letrinas, mientras la chica decía:

Rápido que me están esperando – dijo con nervios.

Tu tranquila yo nervioso – dijo el chico.

Mientras escuchaba como la ropa era hecha a un lado, y en unos segundos el monitor empezó a hacerla gemir, o eso pretendía.

Espera, traigo condón – dijo este.

No importa, es un día seguro – respondió la chica.

Antes que se diera cuenta, el lugar estaba resonando con sus gemidos, la estructura se movía por lo fuerte de sus penetraciones, James, sin desear ser fisgón pasó de largo, pero antes pudo ver por un pequeño espacio, como el compañero, un joven de 1.90m le dejaba entrar todo a la chica de apenas 1.52m mientras esta gozaba con las embestidas, logrando correrse en menos de 10 minutos o eso calculó mientras aguardaba afuera, cuando la chica salió de prisa para volver al trabajo, pero no tanto el monitor quien esperó un poco, pero su sorpresa fue mayor al toparse con su colega quien no se dejó ver hasta que lo vio prudente. Sin muchos problemas las actividades comenzaron, aunque una leve lluvia interrumpió el plan, nada fuera de lo usual eso obligaba a los campistas a volver a sus cabañas y sólo salir al baño o por la cena, pues por la hora sólo quedaba esa cuestión, pero tener a un grupo de alrededor de 30 chicos entre los 10 y 15 años encerrados, sin internet o televisión en una cabaña no era sencillo, por lo que se tuvieron que organizar algo, pero la verdad todos los planes se fueron abajo ante la indisciplina de los críos que hicieron lo que deseaban, dejando a los monitores casi a su suerte, y sólo podían vigilarles, mientras la lluvia seguía cayendo. Eso deseaba aprovechar James, quien de manera casi sagaz se fue acercando al grupito que le interesaba, parecía que la suerte se había puesto de su lado cuando una chica abrió la ventana para que se ventilara la habitación, pero no pudo cerrarla dejando que todos se mojaran, momento que aprovechó este para volverla a su lugar, mojándose un poco, pero quedándose en el sitio para evitar que eso pasara, además que puso de escusa no manchar el suelo, pues bajo el se encharcó un poco y de caminar habría ensuciado bastante, así que tomó un banquito, quedándose ahí, viendo a las campistas jugar, o al menos las más jóvenes, pues las mayorcitas se iban con sus grupitos para platicar, seguramente cosas de chicas, aunque de vez en cuando miraban a donde él estaba, antes de quedarse cuchicheando, cercas de James estaban las chiquillas, estas se habían puesto a jugar naipes, pero curiosamente habían hecho algo muy divertido, pues apostaban verdades o retos, quien tuviera la peor mano sufría un castigo, así vio como discutían entre ellas, o hacían cada payasada que le encantaba, en una de esas ocasiones, mientras se hacía el distraído, pudo ver como Luz se bajaba un poco el short dejando ver un calzoncito azul de algodón, en que se marcaba perfectamente su conchita, o momentos después pudo notar a Roxana subirse un poco la playera dejando casi a la vista sus precoces pechos, así mismo en un pequeño pleito entre Isabella y Rose la primera se inclinó de tal forma que su culito quedó expuesto, traía un short de mezclilla estilo cachetero, que dejó ver parte de sus nalguitas, y su calzoncito de estampados infantiles con toda facilidad, en una pose que incitaba a dejársela ir con todas sus fuerzas, sólo que no podía quedársele viendo descaradamente o llamaría la atención, se alejó un poco, sin irse de la habitación como si siguiera vigilando, pues para ese momento ya estaba lo suficiente seco como para hacerlo, dejando pasar el tiempo, pero cuando vio de reojo, avisó a sus compañeros para movilizarse, con toda calma dejó que las chicas siguieran divirtiéndose antes de alzar el reloj, ya era la hora de cenar, aunque el clima estaba muy malo, así que les dijo:

Chicas ya es hora de la cena, prepárense a salir, si tienen paraguas o impermeables adelante – dijo James tomando distancia.

Las chicas aceptaron con un “SI” general y se levantaron, aunque notó como muchas seguían secreteándose, el traía un impermeable amarillo, así que salió a revisar el lugar, gran parte del camino estaba encharcado, casi haciendo un riachuelo, así que buscó un nuevo trayecto, junto al encargado de la cabaña, por suerte la iluminación era aceptable, tanto que a James creyó ver a un niño caminando a la distancia, pero a la primera distracción lo perdió de vista, después de eso empezó a ayudar a los campistas a salir, los chicos no tenían problemas, algunos hasta se divertían con el nuevo camino, los más grandes incluso ayudaban a los chicos, las muchachitas en veces se dejaban ayudar, sólo para acercarse a algún compañero o monitor, y por extraño que pareciera, James tuvo la suerte de ayudar a Mariela, quien no podía casi caminar porque sus lentes se empañaron, así que la tomó de la cinturita para llevarla, incluso cargándola cuando había charcos, detalle que le gusto, pues podía casi abrazarla a su gusto, ya fuera de la cintura o por las nalguitas, según necesitara, pero tocarla un poco era su placer, mientras ella se le abrazaba, pues la muchachita ignorante del deseo del joven, se dejaba manejar sin problemas, sin saber que este se la comía con la mirada. Llegaron sin mayores dificultades al comedor, desde ahí todo se volvió rutinario, la clásica escena de siempre, un desorden bastante ruidoso donde todos querían agarrar su plato favorito antes que otro les ganara, aunque como marco estaba la tormenta y con ella uno de los maestros, quien esperó que las cosas se calmaran lo suficiente, siendo un sujeto de aspecto lúgubre bajo las luces para comenzar a platicar historias de miedo, según el leyendas de ese campamento, que muchos chicos querían oír, aunque después como todos unos críos hasta tuvieran pesadillas, aquello era lo único que podían hacer en esos momentos, pero curiosamente a mitad del relato una de las niñas, Pamela, se acercó a James para pedirle que le llevara al baño, algo que no podía negarle, pues todo estaba oscuro, resbaloso, si hasta más de una monitora se resbaló de camino al comedor, así que aceptó y salieron, llevaba una lámpara, así que no había dificultades, además conocía bien el trayecto, por lo que no tuvo problemas, pero estando halla dejó que la chiquilla entrara, sin esperar que esta luego le llamara:

Monitor James, puede entrar, plis – dijo con cierto nerviosismo la niña.

¿Qué paso? ¿Una araña? – dijo sin meterse.

Entre por favor – insistió Pamela.

Con cierto cuidado, James revisó por todas partes, se notaba completamente solo, así que fue a meterse, fantaseando que esa fuera su oportunidad, dentro estaba muy oscuro, y apenas vio algo con la linterna, seguramente la quería para usar el baño cuando notó a la niña casi frente a él.

¿Qué paso? Algún bicho, Pamela, o quieres la linterna – dijo James viéndola nerviosa.

La niña no respondía, sólo se notaba nerviosa.

¿Se fundió el foco? Te asusta la oscuridad – agregó James.

Pero la chiquilla seguía nerviosa, o más bien inquieta, como si quisiera decir algo, pero no se atrevía por los nervios, así que al notarlo, James vio su oportunidad y jugándose un poco dijo:

O quieres ser una niña traviesa – dijo con un tono más juguetón.

Monitor, es que yo, fíjese que me – quería decir algo más pero eso era lo suficiente para James.

El chico ansioso, viendo su oportunidad se acercó a la niña para robarle un beso, pero fue aceptado al instante, pues la niña incluso se sujeto un poco al monitor, aunque se notaba demasiado nerviosa, detalle que no le importó al chico, quien disfrutaba de ese acercamiento.

Eres una niña traviesa ¿verdad? Por suerte también muy linda – dijo James.

No es que yo – quería decir Pamela.

Pero no le dio oportunidad James, sabía que debía ir tranquilo, pero seguro, así que la volvió a besar, a lo cual la niña se dejaba manejar sin problemas, aferrándose al muchacho, mientras aprendía como besar con él, pues al principio sólo recibía el contacto de los labios, no obstante, este fue irrumpiendo en su boquita con su lengua, comenzando un juego con ella por demás excitante, y cansado de la situación, la levantó un poco, pues ella medía sólo 1.30m y el con 1.85m le sacaba mucha altura, así que la cargó para sentirla mejor, además Pamela se abrazó a este casi desesperada, sus manos fueron hábiles, y la sobaron hasta que logró posarse bajo su playera, comenzando a tentar la piel de su espalda, era muy suave, hasta sentía el olor de su sudor, que lejos de molestarle, era bastante excitante, tanto que una fuerte erección le molestó en el pantalón, su verga apuntaba al coñito de ella, pero le resultaba imposible, pues ambos seguían vestidos, aún así sus manos siguieron tocándola, y con cierta cautela, fue bajando para tocar delicadamente bajo el pantalón, alcanzando su calzoncito, todo iba bien, la pequeña Pamela se entregaba a sus caricias, soltaba su boquita para besarle el cuello, quería ver su reacción, mientras sus dedos alcanzaban su ano, pasándose su panti, ella solo dio un quejidito, pero no intentaba detener el avance, así que tentó por fuera un poco, mientras lograba que la niña se fuera excitando cada vez más con esos tocamientos.

Espera, ya me cansé – dijo james de repente.

No James, más – pedía Pamela.

Pero el chico no pretendía detenerse, antes bien se metió a un cubículo del baño, donde se sentó, ahí la puso encima de sus piernas y siguió besándola, ante eso la niña se abrazó de nuevo, dejándole al morboso monitor estar más cómodo, con sus dedos fue jugando con el pequeño cuerpo, tocando al principio sus pezones, que por el frio o la excitación estaban erectos, además gracias a la playera se podían sentir con facilidad, con un brazo la sujetó para tocarle sus nacientes tetas, pero su otra mano tenía la misión más importante, pronto fue sobando sus muslos, acariciándole la vulva sobre el pantalón, era incomodo en extremo, su verga era apretujada, sintiendo el redondo culito, sin embargo necesitaba ser paciente, y no asustarla, así que sólo la sobaba con intención de calentarla, nuevamente besó su cuello para cerciorarse, ahora daba ligeros gemidos, y de nuevo un pequeño pujido, cuando en un acto algo impulsivo metió su mano dentro del pantalón, casi tocando su punto de placer, pero antes que pudiera quejarse le volvió a besar, para empezar a masturbarla, quería que la niña se ahogara en placer, que se enamorara a través de la lujuria, así que le daba un gusto enorme, la hacía retorcerse de las sensaciones, sus dedos ya masajeaban su rajita, sin intentar meterlos, solo caricias, sabía que si lo hacía bien, podría seguir gozándola en siguientes días, así que mantenía la calma, manipulándole hasta que se fue mojando, lo suficiente como para a los pocos minutos sentir sus dedos empapados, pero apenas fue el comienzo, pues no la soltó hasta se corrió, casi como si se hubiera orinado, la pobre desfallecía, pues Pamela no dejaba de tener 10 años, y las sensaciones que sintió fueron demasiado intensas, demasiado nuevas para su corta edad, se agarraba al monitor, mientras respiraba con fuerza.

Si te portas bien luego repetimos – dijo James.

Si James, quiero más – dijo desfalleciente Pamela.

Si, incluso te podría enseñar cosas de mayores – añadió James – pero tienes que guardar el secreto, entendido.

Si monitor James, enséñeme todo – dijo la chiquilla

Esas palabras le gustaron al pícaro chico, quien esperó hasta que la niña se repusiera lo suficiente, aunque sabía que no debía tardar tanto, aunque antes bien escuchó algo extraño, era el médico del campamento, al parecer platicaba con una campista, pues escuchaba:

Ya ves Melinda, se te dijo que no comieras de más, ahora tienes que pasar la noche en la enfermería, y yo que quería ver el partido de fut, pero que se la va a hacer – decía el siniestro medico.

Una vez que la cosa se relajó ambos salieron, apenas se componía la niña, pero era necesario volver, o de lo contrario seguramente habría problemas, James la ayudó sabiendo que tendría más oportunidades de divertirse con la niña, de hecho la notaba más linda, si no fuera por la situación se la habría llevado para seguir en la cama, pero no era posible, cuando regresaron el monitor que contaba historias iba a mitad de una, y aún contó otras 2 antes de acabar, la mayoría de los campistas terminaron su cena, ya todo estaba oscuro, pero la lluvia se mantenía fuerte, de hecho no parecía que fuera a cesar en toda la noche, al terminar todos debieron volver a sus cabañas, para dormir, era lo de siempre, o casi, pues durante esos arreglos se fue la luz, algo que hasta cierto punto a nadie le hubiera importado, sino fuera porque en la cabaña comedor, si se descongelaban los alimentos pasarían hambre, así que llamaron a los encargados de eso, por desgracia era el de la cabaña roja, un hombre atlético de 1,80, algo calvo, pero contratado justo por saber arreglar esos desperfectos, y para colmo de males a James le tocaría acompañarlo, y todo para ¿qué? Si en menos de 5 minutos la falla, un fusible que debía ser cambiado, solucionó el problema, asco de situación, al menos eso pensó el monitor cuando tuvo una malvada idea, recordando al médico, se fue a dar una vuelta a su cabaña, diciendo que iría al baño, justo para toparse con su compañero el gordo, quien ya estaba ahí viendo la escena:

Oh, tú también te diste cuenta – dijo el gordo.

Si, por acompañar a pam al baño – agregó James.

Que tanto le hiciste – cuestionó el gordo.

Nada todavía, pero ya la tengo en mis manos, ahora podre gozarla cuando quiera – confesó James.

Perfecto, si vas de más las asustas y pierdes, mejor ve con calma, no como esos – dijo el gordo.

Y apuntando a la cabaña se daba una verdadera escena pesada, la chiquilla una cría de cómo 12 años, con apenas una leve pelusilla en su concha era penetrada salvajemente por el loco medico quien le dejaba meter toda su estaca en un ritmo por demás acelerado al tiempo que bufaba en cada golpe, esta tenía sus manos atadas en un barandal de la cabecera de la cama, mientras sus piernas estaban completamente abiertas, apenas usaba su playera la cual fue levantada para dejar sus nacientes tetillas, una linda copa A, completamente desnudas, mientras que su pantalón y calzón se notaban a un lado, tirados por el impaciente hombre, quien dejaba ver un rostro degenerado por su deseo, este se hallaba desnudo, gozando ver como entraba y salía su miembro de la menor vagina, enrojecida.

Que loco, se la está follando con todo – dijo James.

Si, la metió y le habló un poco, la asustó para darle un “tratamiento”, el viejo es un infeliz, usó un aceite extraño para ponerla así, mira como gime la campista, igual a perrita en celo, es por eso que puede cogérsela sin problemas – dijo el gordo.

En serio – cuestionó James.

Si, al principio entró muy adolorida, así que le dio una pastilla y se calmó, pero antes de eso quiso darle un chequeo, ella no estaba segura, sin embargo este la sometió contra la cama, y bajándole el pantalón le metió el dedo con un liquido aceitoso, no sé qué pasaría, aunque mira nada mas, la niña se dejó manejar, pronto le quito los pantalones le abrió las piernas, se la está metiendo con toda libertad, te perdiste de mucha acción – confesó el gordo.

Mientras veía como el desquiciado se cogía con todo a la campista, el par de monitores miraban desde la ventana, ocultos por las sombras de la noche, y gracias a un deseo exhibicionista del viejo es que no había cortinas, así que la virtual violación estaba a vista de esos 2, pero se hallaba lejos de terminar, pues de repente la entrada se habría, dejando parar al director del campamento, uno de esos viejos rabo verdes que se cuidaban mucho, para lucir bien a pesar de tener más de 50 años, canoso y de cuerpo ligeramente tornado, y dijo:

Y bien ¿Cómo está el experimento? – Decía el director – sirvió esa cosa, o estas violando otra vez, sabes que no podre cubrirte por siempre.

Funciona – dijo el médico – está hecha una perrita en celo.

Y soltando las manos de la niña, la levantó para sentarse este en la cama, y metérsela en el culo, mientras la chiquilla pujaba por la invasión, pero no intentaba nada, solo gozaba, después el director se acercaba a quitarle la playera y chupar los pezones.

Vez, hasta hace poco era virgen del culo y no se ha quejado – dijo el médico – adelante, que te la chupe para que te nos unas.

Ya voy – decía el viejo director.

Y en ese momento se la metió en la boca a la campista, dejando que esta le mojara la verga en saliva, la chiquilla se dejaba manejar, y el viejo movido por el morbo no tardó en ponerse caliente como adolecente, su estaca se alzó con un tamaño considerable a los pocos minutos.

No es tan buena con la lengua – decía el director.

Era su ultimo agujero virgen – se burlo el viejo medico.

Ja, gracias, me lo dejaste ¿no? – dijo el director.

Por eso somos amigos – respondió el pseudo doctor.

Así se mantuvieron jugando un poco, pero cuando se iba a correr el directivo, se la sacó a la niña, no quería correrse en su boca, pues no soportaría mucho, así que viendo eso, el doctorsucho la levantó para abrirle las piernas, sin dejarle de meter la verga, le dejó expuesta su conchita, lo cual el otro viejo deseaba probar, a pesar de ya haber sido usada esta apretó bastante bien, de hecho al estar algo jugosa lo disfrutó más, y comenzaron a cogérsela entre los 2, la pobre chiquilla era víctima de 2 viejos morbosos, siendo embestida de manera salvaje, mientras se perdía entre los bufidos de ambos, pero ella sólo gemía perdida mientras casi parecía estarse corriendo por los jugos que soltaba, mientras era sobada por los cuerpos de esos 2 que se restregaban entre sí para incrementar su placer al sentir la pequeña figura sin casi desarrollo de la campista, de no ser por sus piernas bien torneadas, su culito respingón, una cinturita breve, pero en cuanto a pechos no tenía nada que presumir, aunque su carita de muñeca ayudaba mucho para haber sido elegida, quedando en esa doble penetración, siendo embestida de forma desesperada, antes de que ambos se corrieran dejando llenos sus agujeros, antes de dejarla cubierta de sudor en la cama, y mus satisfechos a los 2 tipos, quienes salieron agotados a fumar afuera:

Que buen hallazgo, y pensar que saldría de la cabaña del inmundo Bond – dijo el medicucho.

Eh, no lo insultes, que ya está muerto, antes bien brindemos por el infeliz que hayo algo excelente – dijo el directivo – si no fuera por él, este sería otro maldito campamento viendo a las mocosas y no darles palo.

Cierto, quizás fue por eso que se murió el bastardo – agregó el medicucho – halló algo que no fue capaz de controlar, aunque estoy seguro que antes se debió haber cogido a las campistas que se quedaron atrás.

Seguramente – dijo el director – eran las más lindas, de hecho yo quería cogérmelas, pero es imposible hacerlo sin consecuencias, hasta que te topaste con ese aceite, Gracias Bond, maldito diablo, donde quiera que estés…

Eso decía el directivo cansado y contento mientras fumaba un cigarrillo, todo siendo escuchado por los 2 campistas, quienes no se quedaron ahí más tiempo, debían retirarse antes de ser descubiertos, además que el frio ya les estaba calando, pero no volvieron directamente a sus cabañas, antes llegaron a la del antiguo conserje Bond, un pobre diablo que según los rumores se murió el año pasado llevando a las campistas, una directora y cierta maestra de vuelta a casa, pero que tuvieron un accidente, ahora todo eso quedaba en duda, para ambos, quienes entraron por una ventana, para toparse desgraciadamente, no con el supuesto aceite, pero si con un extraño cuaderno de notas, que guardaría el gordo, para revisarlo después, ya que habían tardado demasiado, debían volver a sus cabañas…
 
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