Cambio de Pareja I
Eran nuestros mejores amigos, con ellos siempre salíamos por lo menos 1 vez al mes con otras parejas o sólo los cuatro, ella siempre me había gustado, era una rubia natural pequeña pero con grandes pechos y una cintura estrecha, para mi que se las había arreglado, mi amigo era un poco mas alto que ella pero fornido le gustaba hacer deporte como a mi esposa que es fanática del gym y vive en buzo.
Mi señora es alta, morena de ojos verdes, por que sabe que la va bien siempre lleva el pelo corto.
Había estudia arte y seguía con un aire de intelectual, cuando la conocí solo vestía de negro onda beatnik, las góticas llegaron después. Una vez se disfrazo de prostituta francesa para una fiesta de disfraces, todavía hay amigos eyaculando con su falda de cuero, bellas piernas con medias de seda negra, tacones altos y una polera roja que se puso sin sostén, la polera no dejaba ver nada pero se notaba que estaba sin sostén, hombre que pasaba tenía una erección, se veía fabulosa. Yo pague el precio, estuve un mes de rodillas haciéndole sexo oral, que le encanta.
Con los años cada vez teníamos menos sexo para nuestros estándares. Yo ya había soñado con mi amiga rubia, después de alguna salida con ellos me desquitaba con mi esposa metiendo mi miembro en ella pero pensando en los grandes pechos de mi amiga rubia. Mi mujer con su sexto sentido sin duda se daba cuenta, salíamos con ellos y al regreso yo se lo metía como nunca.
Mi amigo a su vez deseaba a mi esposa, siendo más pequeño que ella claro que deseaba esas largas piernas, ese trasero firme con tanto gym y sus labios de puta francesa en su miembro. Poco a poco, cada pareja cambiada se fue haciendo mas amiga, cada vez tocaba mas a mi amiga y ella me lo permitía y mi esposa estaba cada vez mas cerca de él.
El problema era como hacíamos el cambio. Como siempre las mujeres fueron más prácticas que los hombres, una noche después de ir al teatro pasamos a un bistró francés del barrio intelectual, era bastante oscuro, las mesas sólo tenían una velita para iluminar, entonces se produjo el cambio, nos sentamos cambiados sin querer, yo quede al lado de la rubia y mi esposa al lado de mi amigo, cada matrimonio frente a frente, así las mujeres podían conversar de sus cosas.
Con mi amigo el tema de conversación era la tecnología, era un fanático, tenia Dvds, bluray lcds por toda la casa, se conectaba al satélite en forma pirata, tenia un disco duro servidor para las películas, a mi no me engañaba mas acceso a la tecnología significaba sólo más porno y del bueno en su caso. Seguramente tenía una videoteca porno considerable y su mujercita había visto suficientes penes y penetraciones así que no era una santa.
La primera ley del porno es: una vez que has visto porno nunca se olvida. Y la segunda ley: siempre quieres más porno. Con mi mujer también veíamos porno para entrar en calor pero ya no tanto como antes. Tenía que actualizar mis Dvd porno.
Estábamos conversando con mi amigo cuando note un quiebre en su voz, un salto, fue pequeño pero no lo note, mirando vi que mi mujer tenía su mano bajo la mesa, seguramente en la pierna de él, entonces fue mi amiga que puso su mano en mi muslo, se habían puesto de acuerdo, sólo unas miradas entre ellas, mi amigo trataba de simular seguramente ya tenía erección y mi mujer estaría acariciando su miembro por encima del pantalón, a mi me paso lo mismo, la rubia también comenzó a pasar su mano por encima.
Todos disimulaban y se hablaba cualquier tontera, nosotros éramos los más angustiados, ellas gozando de la situación.
Finalmente mi esposa le propuso a mi amigo ir a ver galería de arte que estaba cerca, él quería comprar un grabado y necesitaba consejo, con la excusa partieron, era claro que querían estar solos, en cualquier esquina oscura mi esposa se lo chuparía, era su debilidad, le encantaba chupar mi pene, cuando comenzamos a salir, la segunda vez que salimos en mi auto me bajo los pantalones y me chupo hasta que eyacule en su boca. Le gustaba mi semen siempre se lo tragaba, era una viciosa me lo chupaba en todos lados. (continua...)
Eran nuestros mejores amigos, con ellos siempre salíamos por lo menos 1 vez al mes con otras parejas o sólo los cuatro, ella siempre me había gustado, era una rubia natural pequeña pero con grandes pechos y una cintura estrecha, para mi que se las había arreglado, mi amigo era un poco mas alto que ella pero fornido le gustaba hacer deporte como a mi esposa que es fanática del gym y vive en buzo.
Mi señora es alta, morena de ojos verdes, por que sabe que la va bien siempre lleva el pelo corto.
Había estudia arte y seguía con un aire de intelectual, cuando la conocí solo vestía de negro onda beatnik, las góticas llegaron después. Una vez se disfrazo de prostituta francesa para una fiesta de disfraces, todavía hay amigos eyaculando con su falda de cuero, bellas piernas con medias de seda negra, tacones altos y una polera roja que se puso sin sostén, la polera no dejaba ver nada pero se notaba que estaba sin sostén, hombre que pasaba tenía una erección, se veía fabulosa. Yo pague el precio, estuve un mes de rodillas haciéndole sexo oral, que le encanta.
Con los años cada vez teníamos menos sexo para nuestros estándares. Yo ya había soñado con mi amiga rubia, después de alguna salida con ellos me desquitaba con mi esposa metiendo mi miembro en ella pero pensando en los grandes pechos de mi amiga rubia. Mi mujer con su sexto sentido sin duda se daba cuenta, salíamos con ellos y al regreso yo se lo metía como nunca.
Mi amigo a su vez deseaba a mi esposa, siendo más pequeño que ella claro que deseaba esas largas piernas, ese trasero firme con tanto gym y sus labios de puta francesa en su miembro. Poco a poco, cada pareja cambiada se fue haciendo mas amiga, cada vez tocaba mas a mi amiga y ella me lo permitía y mi esposa estaba cada vez mas cerca de él.
El problema era como hacíamos el cambio. Como siempre las mujeres fueron más prácticas que los hombres, una noche después de ir al teatro pasamos a un bistró francés del barrio intelectual, era bastante oscuro, las mesas sólo tenían una velita para iluminar, entonces se produjo el cambio, nos sentamos cambiados sin querer, yo quede al lado de la rubia y mi esposa al lado de mi amigo, cada matrimonio frente a frente, así las mujeres podían conversar de sus cosas.
Con mi amigo el tema de conversación era la tecnología, era un fanático, tenia Dvds, bluray lcds por toda la casa, se conectaba al satélite en forma pirata, tenia un disco duro servidor para las películas, a mi no me engañaba mas acceso a la tecnología significaba sólo más porno y del bueno en su caso. Seguramente tenía una videoteca porno considerable y su mujercita había visto suficientes penes y penetraciones así que no era una santa.
La primera ley del porno es: una vez que has visto porno nunca se olvida. Y la segunda ley: siempre quieres más porno. Con mi mujer también veíamos porno para entrar en calor pero ya no tanto como antes. Tenía que actualizar mis Dvd porno.
Estábamos conversando con mi amigo cuando note un quiebre en su voz, un salto, fue pequeño pero no lo note, mirando vi que mi mujer tenía su mano bajo la mesa, seguramente en la pierna de él, entonces fue mi amiga que puso su mano en mi muslo, se habían puesto de acuerdo, sólo unas miradas entre ellas, mi amigo trataba de simular seguramente ya tenía erección y mi mujer estaría acariciando su miembro por encima del pantalón, a mi me paso lo mismo, la rubia también comenzó a pasar su mano por encima.
Todos disimulaban y se hablaba cualquier tontera, nosotros éramos los más angustiados, ellas gozando de la situación.
Finalmente mi esposa le propuso a mi amigo ir a ver galería de arte que estaba cerca, él quería comprar un grabado y necesitaba consejo, con la excusa partieron, era claro que querían estar solos, en cualquier esquina oscura mi esposa se lo chuparía, era su debilidad, le encantaba chupar mi pene, cuando comenzamos a salir, la segunda vez que salimos en mi auto me bajo los pantalones y me chupo hasta que eyacule en su boca. Le gustaba mi semen siempre se lo tragaba, era una viciosa me lo chupaba en todos lados. (continua...)
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