Caliente Nuera

heranlu

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Caliente Nuera

Aquello ocurrió mientras Laura, mi nuera, se mudaba a una nueva casa, situación de la que ya les hable. También les conté que, junto al terreno donde construían la nueva casa de Laurita, había otro más pequeño a la venta y que yo compré, allí construí una muy acogedora, aunque pequeña, casita.



Se trata de un bonito departamento con todo lo necesario y todas las comodidades que un maduro soltero como yo necesita. En realidad no eran muchas, mi departamento contaba con lo indispensable. En la planta baja tenía una cocina/comedor/bar, una acogedora sala y un baño para visitas. En la planta alta la recámara ocupaba casi todo el ambiente, además del bañó principal. Allí tenía algunos sillones y una amplia librera en donde guardaba mis libros favoritos, soy un amante de la lectura.



Afuera de la casa tenía un jardín bastante bello, con un alto y frondoso encino dando sombra, plantas de café, pasto y flores. Me encanta coger en mi jardín, especialmente sobre las bancas de madera que coloqué allí. Un muro perimetral separa mi propiedad de las ajenas, menos de la de Laurita, en donde no hay más que una pequeña valla de madera que comunica con el inmenso y hermoso jardín de mi nuera.



Como verán solo mantengo en mi departamento lo necesario, pero ¿quién dice que un maduro soltero no puede darse sus lujos y caprichitos? A un costado de la casita, mandé construir una habitación, más o menos amplia, en donde instalé un jacuzzi y un sauna, separados por una pared de madera. Además, aparte del pick up que utilizo normalmente (y con el que trabajo en mi finca) poseo un pequeño volvo compacto del año, full equipo, de color corinto, hermoso, es el automóvil que utilizo para salir a pasear por la capital… ¡y ****** la Vida Loca!



¡Cómo me encanta atravesar el jardín de mi nuera, principalmente porque del otro lado está ella, mi nuera! Laura rápidamente se aficionó a mi leche, desde la primera ver que cogimos ("Haciéndole Compañía a mi Nuera") a tal punto que acudía a mi departamento regularmente para ser "amamantada". Siempre más o menos a las 8 o 9 de la mañana, cuando su esposo de turno se hubiera ido ya a su trabajo (recuerden que anda, además de mi hijo Kike, con Alberto y Bianca) y Kikín y Estelita, mis nietos, a sus colegios. Casi siempre llegaba cubierta por una bata, que se quitaba al entrar a mi departamento. Debajo, nunca llevaba nada más que algunas piezas de lencería fina y muy sensual, talvez un baby doll, un top transparente y muy ceñido, un conjunto de brasier y tanga de encajes, o incluso, una escueta brasilera haciendo el mate de cubrir algo.



Multiorgásmica en extremo, con un amante hábil y resistente puede alcanzar tantos clímax como su cuerpo soporte, ha llegado incluso a desmayarse. Apenas hay que tocarla para conseguir que se humedezca y si se excita mucho su vagina parece fuente. Jamás en mi vida conocí hembra tan caliente, pareciera que siempre está dispuesta al sexo, lista para cualquier lid con… ¡con quien sea!



Tiene una piel morena suave como la seda, llena de turgencia y redondeses que volverían loco a cualquiera: un culo redondo, duro y bien parado, un par de tetas grandes, firmes, con una ligera desviación hacia los lados y con un pezón oscuro, de aureola delgada, y puntiagudo. Cintura estrecha, piernas firmes y estilizadas, y sobre sus hombros, un rostro precioso, como me muñeca tallada en arcilla o porcelana. Y todo eso en no más de 1.65 de un cuerpo delgado y esbelto.



Es una amante extraordinaria, como ya dije, ha atesorado un considerable cúmulo de experiencia a lo largo de su vida… bueno, por lo menos desde los 20 años. ¿Algunas de sus técnicas? Bueno, ¿saben por qué le dicen Garganta de Cuero? Si no, hoy se van a enterar…



Con ella cojo cada vez que tenemos ganas, siempre que vengo a la capital, todo dependía de quién esté en su casa como su cónyuge ese día. Si es Alberto trataba de mantener un poco mi distancia, es bastante celoso aun sabiendo el calibre de puta que tiene de esposa. Si es Kike no importa… ¡a los 2 juntos me los cojo! Si es Bianca también guardo mi distancia, ella es muy celosa y cuida mucho su espacio, además de que es una feminista recalcitrante.



Recuerdo cierto día lunes, apenas unos meses después de que ella se pasara a vivir allí y que yo hiciera lo mismo, decidí ir a verla. Abrí la pequeña puerta de la valla que separa su propiedad de la mía y me dirigí al interior. Aquel día, a Laura le tocaba ser de Bianca, y como no vi su carro asumí que ya se había ido a trabajar.



La llamé desde la sala pero nadie me contestó, así que decidí subir. Eran como las 8 de la mañana, yo ya había desayunado, había salido a correr y había hecho mis ejercicios matinales. Subí al segundo piso, esperaba ver a algunos de mis nietos correteando por allí, pero tampoco, tan solo vi que la puerta de su habitación estaba entreabierta.

¿Bianca? ¿Se te olvidó algo mi vida o tenés ganas de más? – dijo mi nuera, saliendo sensualmente de su habitación totalmente desnuda – ¡Tito, Dios mío, que vergüenza! – dijo al verme parado en las gradas.

¡Perdoname Laurita! ¡Fue mi culpa, perdón!



Laura entró a su cuarto apresuradamente y se puso una bata, saliendo nuevamente después. No sé cual de los 2 estaba más apenado y más rojo.

- Perdón, debí tocar antes de pasar adelante…

- No se preocupe Tito, hay confianza, hay confianza…

- ¡Pero no Laurita! La encontré desnuda…

- ¡Como si fuese la primera vez que me mira así! – me dijo con descaro.

- Pues yo sé que no… pero es que… hay que respetar la intimidad. – le logré responder.

- Tito… a mi no me importa que usted penetre dentro de mi intimidad. – me respondió – Mi vida ya es un desorden, créame cuando le digo que usted es bienvenido en mi desorden…



Me preguntó si no quería desayunar y yo le dije que ya había comido, luego que si no quería un poco de café, eso si le acepté. La veía muy desalineada, con visibles chupones en el cuello, sudada y desvelada, me imagino la noche que Bianca le daría.

¿Cómo se siente Tito? – me preguntó sobre mi separación de Kika, ya sentados en la mesa de su amplia cocina.

Mmmm… bien, bastante mejor… la extraño bastante, es cierto… pero bueno, supongo que con el tiempo todo mejorará, cada día me duele menos.

Así es Tito, tiempo es lo único que necesita… además no está solo tiene a su familia.

Si, gracia Laurita, gracias… yo sé que tengo a mi familia para lo que necesite… en el más amplio sentido de la palabra. – le dije bromeando y los 2 rompimos en carcajadas.

¡En el más AMPLIO sentido de la palabra! – agregó ella, tocándose los pechos como queriendo acomodarlos.

¿Le son incómodos por la lactancia? – le pregunté, no llevaba mucho tiempo de haber dado a luz a su cuarto bebé, hijo de Alberto.

Un poco… es que las tengo muy crecidas y no me gusta que me cuelguen mucho… es que tampoco tengo puesto brasier.

Bueno, si quieres suba y póngaselo. – le dije, pero ella tenía otros planes.

Me cuelgan por tanta leche que tengo en ellas… y mi bebé tampoco mama tanto como para que se me acabe… ¿no me quiere ayudar Tito? – me dijo, abriéndose la bata y dejándola caer al suelo, sus hermosos e impresionante pechos quedaron al aire, tan hinchados como podían.



Se me acercó con un paso lento pero decidido, yo veía excitadísimo como se mecían esas preciosas tetas en el aire, morenas e inflamadas, surcadas de venas y con las aureolas infladas como las de toda mujer lactante. La verga se me despertó de inmediato, recuerden que la tengo casi automática, y estuvo lista para entrar en combate en cuanto la cosa se ofreciera.



Lala se sentó en mis piernas, de frente a mi, podía sentir su sexo caliente sobre la tela de mis bermudas (era una mañana calurosa… no sabía que se pondría más) y su aliento acercándose a mis labios.

¿No tendrás problemas por esto con Bianca? – le pregunté.

No… ella sabe cómo es mi vida y como soy yo, y así me quiso… además, con una verga como la suya Tito, ella sabe que no me voy a resistir. – nos besamos entonces apasionadamente.



Para que sus senos quedaran a mi altura, se apoyó con las rodillas sobre mis muslos, ofreciéndome sus preciosas mamas repletas de leche materna con las manos. Las tomé con mis labios con delicadeza y empecé a chupar como si fuera un niño, bebiéndome sus suaves y dulces jugos. ¡Vaya que si mi nuera es una excelente nodriza! Por más que bebía siempre había más que tomar, más que beber, parecía una fuente.



Mientras tanto yo le acariciaba y sobaba las nalgas, colando mis dedos en medio de su raja, manoseándole desde la vulva hasta el ano. Los huevos me empezaron a doler… les voy a contar por qué pero no quiero que crean que es presumir. Tengo un problema en los testículos… me producen demasiada esperma. Tanta, que si no me vacía por lo menos una vez al día, al segundo día el dolor empieza hasta volverse insoportable el tercero. Mientras mi difunta esposa vivió nunca llegué a los dolores insoportables, y luego era Kika la que me aliviaba. Pero desde que terminé con ella empecé a tener problemas, sobre todo porque no me gusta masturbarme. Si tengo un mango de 30 x 6, no es para usarlo solo ni para esconderlo… ¡es para compartirlo!



Mientras mamaba como un niño de pecho, Laura lograba, muy hábilmente dada su incómoda posición, bajarme la bermuda, dejando mi pene parado como un auténtico mástil de carne. Empezó a moverse en círculos, buscando frotarse la vulva con mi glande tieso y hambriento, yo empujaba un poco con las caderas cada vez que sentía su caliente y tierna vagina.

¿Le gusta el sabor de mi leche?

Mucho… chomp, chomp, chomp… sabe delicioso…

Yo quiero tragarme su leche…

¿La quiere mucho?

¡Muchísimo! Sabe que soy adicta a la leche de macho…



Dejé que se bajara de encima mío y se arrodillara entre mis piernas, bajándome por completo la bermuda, yo me despojé de mi camisa para quedar desnudo igual que ella. Tomó la cabeza de mi pene entre sus labios y, sin utilizar las manos, se la introdujo entre la boca, junto con media verga mía, de una fuerte succión. Comenzó a mamármela como solo ella sabe, succionando en medio de un mar de saliva y fluidos, subiendo y bajando hasta tragársela en más de ¾ partes.

¿Me querés enseñar por qué te dicen Garganta de Cuero Lalita? – le pregunté, sabiendo de antemano que a ella le encanta demostrarlo.



Sin decirme nada se acostó boca arriba sobre la mesa, con la cabeza colgando hacia el suelo. De pié frente a su cara, con la verga apuntándole, ella misma me fue acercando agarrándome con las manos. Se la metió en la boca y me indicó que empezara a empujar, despacio y suave, mientras ella me dejaba a mí y se asía de los bordes de la mesa.



¡Qué sensación! Sentía como mi pene se deslizaba despacio a través de la garganta de mi nuera, sentía su humedad y su calor, la estrechez de conducto. ¡El solo hecho de saber que me estaba cogiendo a una mujer por la garganta, sabiendo el tamaño excepcional de mis partes, me excitaban más todavía! ¡Y máxime si tomamos en cuenta el tremendo morbo que me daba el saber que era mi propia nuera a la que me estaba cogiendo así!



Es admirable la capacidad que ha adquirido para sostener su respiración y controlar el reflejo de vómito, me la cogía como por 30 o 40 segundos antes de permitirle tomar una nueva bocanada de aire. Le sostenía la cabeza agarrándola de la nuca, veía su carita preciosa enrojecer y sus ojos empezar a derramar lágrimas, no de dolor o sufrimiento no tenían nada. Han de saber que el lagrimeo es un reflejo natural cuando algo largo penetra en nuestra garganta.



A veces estiraba una mano y constataba en su empapada vagina que, en realidad estaba disfrutando de este trato, casi brutal. Laura en verdad disfruta de ser sometida de esta forma, puede comportarse tanto como una dominatriz así como una esclava sumisa y sin voluntad. Tras 5 minutos de cogérmela en esa posición decidí que ya era suficiente, tampoco era cuestión de torturarla de verdad.

¡Te quiero coger ya! – le dije, sacándole la verga del interior de su boca y girándola rápidamente sobre la meta hasta dejarla frente a mi y con las piernas abiertas.

Sírvase con confianza Tito… – me dijo, sonriéndome como una auténtica puta.

No traigo condón Lalita…

No importa, me falta como un día para mi regla… de todas formas no me acabe dentro.



De una sola estocada se la clavé hasta los huevos, hasta que topó en su matriz. Pegó un fuerte respingo y un saltito, tomándose de las tetas y estrujándoselas, se dispuso a entregarse. Comenzó un ir y venir, un mete y saca firme y fuerte pero no muy rápido, para darle oportunidad a su vagina de acomodarse. Pero como ya estaba más fogueada que la selección nacional no tardó en abrazarla como si fuese un guante mojado, muy mojado.

¡¡¡OOOOUUUUUHHH!!! ¡¡¡TITO, ME MATA TITO, ME MATAAAAAGGGGGHHHH!!! – me encanta escuchar los gemidos desesperados de mis amantes, me excita mucho – ¡¡¡AYY!!! ¡¡¡AYY!!! ¡¡¡AYY!!!… ¡¡¡¡AAAAAAARRRRRGGGGHHHHH!!!!



Laura se aferraba con fuerza a la mesa, veía sus grandes pechos bambolearse violentamente al compás de mis embestidas y largas líneas de fluidos salir del interior de su vagina y caer al suelo. Lalita no paraba de gemir y de gritar, el sudor nos cubría y ella se acercaba vertiginosamente al final.

¡¡¡AAAAHHH!!! ¡¡¡AAAAHHH!!! ¡¡¡AAAAHHH!!!… ¡¡¡TITO, TITO!!!

¡Gozá Lala, gozá!

¡¡¡AAAAHHH!!! ¡¡¡AAAAHHH!!! ¡¡¡DÍGAME PUTA, DÍGAME PUTA TITOOOOGGHHH!!!

¡¡ORGASMEATE COMO UNA PUTA LAURA!! ¡¡SOS UNA PERRA, LA PERRA QUE SE CASÓ CON MI HIJO!!

¡¡¡¡AAAAGGGGHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAGGGGHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAGGGGHHH!!!! ¡¡¡¡TITOO!!!! ¡¡¡¡TITOO!!!! ¡¡¡¡¡OOOOOOUUUUUUGGGGGHHHHHHMMMMFFFFF!!!!! ¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIGGGGHHHH!!!!! ¡¡¡MAS, MAAAAAAAAASSSSSSSS!!! – Laura acabó en un fuerte y Ruidoso orgasmo que la hizo estremecer por completo.



Yo continuaba barrenándola son compasión, su delgado y menudo cuerpecito era elevando en el aire por mis fuertes manos para dejarlo caer violentamente sobre mi terrible ariete que la abría y penetraba hasta el alma. Me encanta cogérmela así, ella se deja manipular como una muñequita de trapo, como un divino y precioso maniquí.



Pasé como media hora cogiéndomela en la cocina en todas las posiciones que me imaginaba, ella solo se dejaba sin parar de gemir como una desesperada. La puse en 4 sobre el suelo; de espaldas a mi, parando el culito y sostenida de la mesa; en el suelo con las piernas abiertas y las rodillas junto a sus oídos, en fin, como a mi se me dio la gana.



Para el final, y adivinando sus deseos, la dejé tirada en el suelo, empapada de sudor, con la cuca mojada y babeante, jadeando y gimiendo en voz baja como una perra. Tomé un vaso y comencé a pajearme sobre este. Para ayudarme a alcanzar el orgasmo, se acuclillé sobre la carita de muñeca de mi nuera, ella automáticamente empezó a lamerme el ano.



Quiero aclarar algo, puedo parecer un oso de lo peludo que soy, pero siempre llevo escrupulosamente depilada toda la raja en medio de las nalgas, no tengo un solo pelo alrededor del ano. Luego de Kika me he vuelto más o menos vanidoso. Me cuido es cierto, hago muchos ejercicios, llevo una muye buena dieta y evado todo tipo de vicios, además de que utilizo productos de belleza, pero no llego a extremos. Creo que llevar el ano depilado es una atención para mis amantes, a muchos podrá gustarles un hombre hirsuto, pero no a todos (de hecho a pocos) un ano lleno de pelos.



Podía sentir la suave lengua de mi nuera recorrer todo mi anillo anal, tratarse de meter dentro (algo que no le era difícil pues mi ano está muy bien entrenado en todo tipo de lides), lengüetearlo por todo lo largo, chuparlo con deleite. Su lengua es divina sencillamente.



Menos de un minuto me tomó para alcanzar el clímax, eyaculé como una catarata dentro del vaso de cristal, llenándolo casi hasta la mitad. El sudor resbalaba por mi frente, mi pecho se inflaba y desinflaba al compás de mi respiración agitada, las piernas casi me temblaban y esa dulce lengua continuaba dándome placer por abajo… si, la vida es bella.



Me puse de pié y le mostré a mi nuera el recipiente lleno de mi leche. Ella abrió los ojos como platos y abrió golosamente la boca, inclinando la cabeza hacia atrás y revolviéndose como una lombriz sobre el pavimento. Por supuesto que le iba a regalar mi semen, pero se lo iba a dar como yo quería, así que, inclinando el vaso, dejé caer un fino chorrito que fue a parar directamente dentro de su boca ávida. Pero tan solo fue cerca de la mitad, el resto fue a dar a su cuerpo a pesar de sus protestas.



La regué con semen desde la barbilla hasta su ombligo, ella continuaba revolviéndose como una loca, masturbándose enérgicamente con su mano izquierda mientras con la derecha se restregaba toda mi esperma y se la esparcía sobre toda su piel, comos i de una crema de belleza de tratase.



Y como después de la tormenta viene la calma, 10 minutos después de aquello la levantaba del suelo, Laura estaba como en un trance, apenas si me respondía con palabras cuando le hablaba. Su cuerpito empapado se me escurría entre los dedos, la llevé hasta la sala, en donde tomé asiento con ella sobre mis muslos. La abracé como a un bebé y ella se dejaba hacer. Y así quedamos por cerca de media hora, simplemente sentados y mimándonos.



No quiero que crean que me estoy enamorando de mi nuera, lo que ocurre es que nuestra relación es así. He tomado un papel más bien paternal a su lado, como ese papá tierno y cariñoso que ella jamás tuvo.​
 
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