Broma a mi prima Isa 👧

McLOVIN8

Virgen
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Broma a mi prima Isa.

Isa salió de la casa enojada y se acercó a su primo Esteban que estaba en el patio, mirando su celular, aprovechando la privacidad viendo videos porno.


- ¿Qué pasa Isa?
Le preguntó Esteban subiendo la mirada y bloqueando el teléfono.

- ¡A mi hermanito Pepito le da hambre a cada rato!
Reclamó Isa por la poca atención que le prestaba su mamá, al encargarse de amamantar varias veces al día a su hermano Pepito.

- Es porque Pepito es chiquitito y hay que cuidarlo harto.
Le dijo Esteban.

- Sí, pero ahora no me cuidan a mi.
Refutó Isa.

- Tu mamita hizo lo mismo contigo cuando eras chica ¿Te acuerdas cuando tu mamá te daba pecho?
Le preguntó Esteban a Isa.

- No.
Contestó Isa.

- No te acuerdas, pero lo hizo, por eso creciste y ahora estás más grande. Pepito es chiquitito y para que crezca se tiene que alimentar.
Le explicó Esteban.

- Ya.
Respondió la niña balanceándose de lado a lado, y luego preguntó.
- ¿Y que estabas haciendo?

- Nada, viendo mi WhatsApp.
Le contestó Esteban.

- ¿Primo Esteban, me prestas tu teléfono para jugar?
Isa, poniendo una carita tierna con ojos abiertos y brillantes.

Esteban no quería prestarle su celular a Isa y mentalmente preparaba un argumento para respuesta negativa, pero antes de responder miró a su prima. Tenía el pelo castaño, con un moño cola de caballo, tez blanca como la leche, unos ojos brillantes y almendrados color miel, una figura delgada con un traserito tierno de nalgas pequeñas pero redondas y bien formadas que se notaban debajo de un asentadito y cortito short.

Para ser una niña que apenas entraba a la pubertad, era hermosa, claramente una promesa de ser una bella mujer.

Esteban, aún influenciado por lo que estaba viendo en su cel, sintió que crecía una perversidad bajo su pantalón y pensó en hacerle una “especie de broma” a la ingenua niña, aunque el trasfondo era bastante vil.

- Isa. ¿Te cuento un secreto?

- Ya.
Contestó Isa.

- A mi también me sale leche.
Le dijo Esteban, para ver si la niña podía creer en algo así o no.

- ¿Cómo?
Le preguntó Isa.

- ¿Quieres que te muestre?
Contestó Esteban, la pregunta con otra pregunta.

- Ya.
Le contestó Isa.

En ese momento Esteban tuvo que decidir si parar su charada en ese instante o seguir para ver hasta que punto podía creer en eso su primita.

- Ven. Acompáñame. Te voy a mostrar.
Le dijo Esteban, continuando con “su broma” para ver hasta donde podía llegar la cosa.

Esteban tomó de la mano a la niña y, alejándose bastante de la casa, la llevó a la bodega donde se guardaban las cosas para hacer el jardín.

- ¿Segura quieres que te muestre?
Le preguntó Esteban, dispuesto a parar si Isa decía que no y a seguir si decía que sí, como echando un poco a suerte la elección que seguiría.

- Sí.
Contestó Isa. Con lo que Esteban pensó “Ok, veamos que pasa”.

Esteban desabotonó su pantalón, se bajó el cierre y deslizó todo hacia abajo.
Isa pegó un saltito y se rió con una especie de vergüenza al ver que Esteban se bajó los pantalones.

- Por aquí sale.
Le dijo Esteban agarrando y levantando su, aún flácido pene.

- Pero por ahí les sale pipi.
Respondió la niña mirando allí con su dedo índice pero sin tocar.

- Por aquí también nos sale la leche, pero hay que sacarla.
Le explicó Esteban, que se comenzó a masturbar rápidamente, porque sabía que no se podía dar el lujo de estar allí con la niña mucho tiempo. Su pene creció llegando al máximo de su longitud en pocos instantes. Isa lo miraba asombrada con ojos grandes.

- Te creció mucho el pitito.
Dijo Isa alargando la frase, impresionada.

- Sí, así se tiene que poner para que salga la leche. Ven.
Esteban agarró a la niña de un brazo y la acercó a él.

- Cuando yo te diga, la tienes que meter en tu boca y chupar, igual como chupaba Pepito la tetita de tu mamá.

- Ya.
Asintió Isa.

Esteban le tomó la barbilla y ella lo miró hacia arriba.

- Cuando salga la leche te la tienes que tomar toda. ¿Entendiste Isa?
Le ordenó serio Esteban.

- Sí.
Contestó la niña, asintiendo con la cabeza y quedó mirando la punta del pene de Esteban que se lo masajeaba velozmente.

Isa se sorprendió de ver como su primo se agitaba y respiraba rápido y entrecortado.

Esteban ya percibía esa sensación ardiente en que podía eyacular en cualquier momento sin poder revertir la situación.

- ¡Ya!
Exclamó, tomando su duro pene desde su base lo apuntó hacia el rostro de Isa. Su punta estaba inflada y brillante. Isa tuvo menos de un segundo para analizarla ya que Esteban acercó rápidamente el cuerpo de la niña hacia él y tomando su cabecita posó su glande en sus labios pidiendo la entrada.

- ¡Abre, abre Isa!

La niña tuvo que abrir la boca bien grande para poder albergar parte de ese grueso falo.

Aunque las acciones de Isa por chupar eran torpes, Esteban pudo aumentar su excitación para poder eyacular mirando esa escena discordante, morbosa y, para él, excitante, de la tierna carita de Isa, con ese pene de talla grande que apenas cabía en su boquita y sintiendo con la punta de su pene su interior suave y húmedo.

Esteban estaba a punto de eyacular, movía sus caderas adelante y atrás, pero se esforzaba en controlar su vaivén para no atragantar a la niña.
De pronto Esteban paró, y conteniendo a la niña, explotó en su boca.

Isa sintió como ese pedazo de carne que taponeaba su boca por completo ahora bombeaba chorros calientes que la desbordaban.

La nena frunció el ceño, confundida por lo rápida y fulminante emanación que rebalsaba su boca.

- No la botes. Traga traga.
Le dijo Esteban a la impresionada niña.

Isa deglutió un par de veces pero luego no aguantó más y se separó del palpitante pene de Esteban.

Mientras la niña tosía, mirando como el excedente caía desde su boca al suelo, Esteban finalizaba su placer con su propia mano soltando un par de descargas rezagadas.

- La botaste tota.
Le dijo Esteban, limpiando su miembro con papel higiénico, antes de subirse los pantalones.

- Si me la tomé primo.
Le dijo Isa, mirando sus manos abiertas y resbalosas, sin saber como limpiarse.
Esteban le paso el mismo papel y la asistió.

Esteban se dio cuenta que su perverso experimento había dado resultado, pero también tenía bien claro que era incorrecto y luego de estar de acuerdo en mantenerlo en secreto, ese evento quedó en el pasado, sin ser repetido.

*** FIN ***

Fantasear no es malo, pero si tus fantasías pudieran dañar a alguna persona, deben dejarse solo en la mente.

Espero les haya gustado, pueden comentar y expresar su apoyo comentando.
 
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