bonbacha de mama

remixpipo

Virgen
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Sep 14, 2010
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Cuando cumplí 25 años me fui a vivir solo. Tania poca plata y no podía pagar a alguien para que viniera a limpiar el departamento, así que mamá venía una vez por semana a ordenar un poco el desastre. Mamá tiene 62 años y es para mi una de las mujeres más lindas que conozco. Tal vez estoy exagerando pero lo cierto es que desde que era muy chico me he sentido muy atraido por ella. Me acuerdo de que cuando tenía 5, 6 años me gustaba jugar a meterme por debajo de sus polleras, ella me sacaba de ahí pero yo insitía todo el tiempo. Otra vez, también de muy chico estábamos jugando en la pileta de casa y en un momento, por accidente, le bajé el escote de la malla hasta dejarle salir una teta. Nunca pude olvidarme de la visión de esa teta blanca, grande, con un pezón muy grueso y una aureola grande. También recuerdo que mamá se enojo mucho con eso – habrá visto como la miraba – y salió de la pileta.
Cuando era adolescente, mi diversión favorita era entrar en su cuarto y abrir el cajón de la ropa interior. Podía estar horas mirando sus bombachas, sus corpiños y las medias. Me llevaba cada bombacha a la nariz. Desenrrollaba sus medias y me ponía a chuparlas. Lo mejor era cuando encontraba alguna bombacha nueva, era toda una nueva tierra a explorar. La verdad es que me conocía de memoria toda su ropa interior. Después elegía una bombacha, un corpiño y unas medias y me iba a mi cuarto. Ahí me desnudaba y me ponía su ropa. Me encantaba sentir mi pija parada apretada en una de sus bombachas y por encima su medibacha beige. Me acostaba en la cama y me pajeaba fuirosamente. Después de recuperarme, me sacaba la ropa y trataba de limpiar lo mejor posible la leche. Siempre quedaban rastros, obviamente. Con sigilo volvía a la habitación de mamá y guardaba las cosas.
Fue una práctica que mantuve religiosamente durante años. Mamá nunca dio ningún signo de haberse enterado nunca. Ultimamente ya no lo hacía, pero el día anterior a irme de casa me acordé que ya no podría revolver más en sus cajones. Así que decidí llevarme un recuerdo, elegí una tanga roja, una bombacha rosa tipo culotte y un par de mediabachas negras. Con ese tesoro podría seguir disfrutando de mamá en mi departamento.
Y así lo hice por varias semanas, llegaba del trabajo y para relajarme me hacía una paja bestial oliendo una bombacha de mamá. Un día me olvidé una de sus bombachas tirada en el piso. Un error fatal, por que se día venía mamá a limpiar la casa. Cuando volví del trabajo encontré el departamento perfectamente ordenado y sobre la cama toda la rompa que me había lavado. Empecé a ponerla en los cajones y en eso veo, perfectamente doblada y limpia la bombacha rosa. Me aterré. Me maldije por mi distracción. Mamá había visto su bombacha totalmente manchada de leche en el piso de la casa de su hijo. No podía ni imaginar como habrá reaccionado. Al mismo tiempo, había lavado su bombacha y me la había dejado. ¿Qué quería decir eso? ¿Por qué no se la había llevado? Con la bombacha en la mano, podía imaginarmela muy enojada conmigo pero al mismo tiempo algo sorprendida, frotando el semen pegado a la tela de su bombacha. Era una escena hermosa e inmediatamente me empecé a pajear muy fuerte. Había que redoblar la apuesta.
Esa semana mamá no me llamó por teléfono tal como hacía casi todos los días. El día anterior a que viniera a limpiar el departamento le dejé el par de medias negras todas manchadas de leche en la tapa del inodoro, bien a la vista. Cuando volví estaban colgadas para secarse en el tender. Otra vez había pasado. Esto se estaba convirtiendo en un juego estre madre e hijo.
La semana siguiente no fui a trabajar y me quedé esperándola. Cuando entro y me vio no dio ninguna muestra de saber lo que sabía. Le dije que me quedaba a trabajar en casa y ella empezó a limpiar. La notaba totalmente indiferente a la situación. A lado de la cama había colocado su tanga roja después de usarla para pajearme varias veces. Quería ver como reaccionaba. La levantó del suelo y le pasó el dedo por la tela de adelante, dio un resoplo y la puso en la canasta de la ropa sucia. Ninguna reaccón, total normalidad. Después de ver eso no podía más de la calentura, estuve a punto de tirarme arriba de ella. Mientras se lavaba la ropa en el lavarropas, me acerqué a ella.
Ella estaba acodada sobre el lavarropas y me acerqué hasta casi tocarla. Tenía que decir algo pero no sabía qué.
  • Mamá…
No alcancé a articular una frase porque lo que vi me paralizó. Ella estaba apoyada sobre el lavarropas y entre sus manos tenía la tanga roja que recién había levantado del piso. La tenía entre sus dedos, los que pasaba por encima de los manchones de leche seca. Eso me desarmó, no podía crerlo.La abracé y empecé a besarle el cuello con furia. Ella ni se movia pero tampoco me rechazaba.
  • Sos hermosa
  • No podemos hacer esto. Estás loco.
  • No, mamá, dejame.
  • No, no, no
Le abrí el vestido y le saqué una teta y me la metí en la boca.
  • No qué hacés… Dejame…. No lo puede saber nadie esto – dijo ella
  • Nadie se va a enterar.
  • No, nene, no
  • Ma…
Le seguí chupando la teta, era mucho mejor de lo que había imaginado. Con otra mano le tocaba el culo por encima de la pollera. Mamá no se me movía pero ya comenzaba a dar muestras de placer. Una de sus manos me acariciaba la cabeza. No hablaba pero emitía suspiros entrecortados.
  • Te gusta, ma?
  • Y a vos que te parece?
Subí hasta su cara y empezamos a besarnos. Yo le metía toda la lengua adentro, y ella respondía tímidamente. Le puse las dos manos en el culo.
  • Hace tanto que quería que pasara esto, mami
  • Ya lo sé.
  • Cómo lo sabes?
  • Quién crees que lavaba tus calzoncillos y la bombachas todas manchadas de semen?
  • Y a vos que te pasaba cuando veias eso?
  • Al principio me enoje, pero pensé que era una etapa que pasan todos los adolescentes y no te dije nada y lo acepté. Ah, ah…. – dijo mientras yo le bajaba la medibacha para tocarle la concha.
  • Y cuando vi que pasaba el tiempo y seguías haciendolo un poco me empezó a gustar que te fijaras en mi.
  • Sí, mama sos la única en la que me fijé. Me pajeba varias veces al día pensando en vos. Vos te pajeabas pensando en mi?
  • Claro, que pensas, que soy de piedra? Muchas veces no aguante y me pajeaba ahí mismo con tu calzoncillo. Me sentía una hija de puta degenerada.
Ella me había abierto el pantalón y estaba acariciándome la pija. Muy bajito decía “qué hermoso esto”. Le subí la pollera del todo y le manoseaba toda la cola. Ya estaba totalmente desatada. Tenía puesta una bombacha grande, de color negro, de encaje. La parte de atrás era de transparencia así que se le veía toda la raya del culo. No lo tuve que pensar mucho, más bien fue una reacción de tipo reflejo. Me arrodillé ante ese culo y metí la cara en medio de sus nalgas.
  • Ay… qué hacés, levantate
  • No, mamá. Hace años que quería hacer esto. Dejame.
Era glorioso estar chupando y oliendo ese culo, era maravilloso lenguetearle toda la cola por encima de la bombacha. Mi pija tenía una dureza casi dolorosa.
  • Ah… te gusta? Te gusta el culo de mamá, nene?
  • Es lo más lindo que vi en mi vida
  • Que mentiroso… habrás chupado culos más lindos
  • No, te lo juro. Este es el mejor que chupé.
  • Ay, nene, amor… ay, ah, ah
Estaba con la bombacha por las rodillas y yo con la boca que iba y venía entre la concha y el culo. Me encantaba chuparle esos pelitos que tenía, meterle la lengua dura en el agujero del culo. Y me encantaba verla disfrutar tanto y soltar todas esas cosas que decía.
  • Meté la lengua más adentro.
  • Te gusta que te chupe la cola, mami
  • Me encanta amor, me encanta que me chupen el culo.
  • Yo te lo voy a chupar siempre. Hacía mucho que no te lo hacían, ma?
  • Un montón, demasiado tiempo.. uy, ahí, sí, ahí.Me calentaba mucho que me hablara de sus fantasías, pero no esperaba lo que estaba por decirme:
  • La última vez fue con…
  • Con quién, contame, ma
  • Ahhhhh….. no, me da vergüenza, para qué querés que te cuente…. ahhhh, sí, por favor, sí, ahí, nene, ahí….
  • Dale, contame que me calienta mucho
Había dejado de besarle el culo y ahora estaba parado atrás de ella, agarrándole una teta con una mano y metiéndole otra en la concha. Ella, mientras, me daba besitos en el cuello.
  • Quien fue? Decme, ma
  • Uhhh, bueno, hace poco me acosté con el hijo del vecino
  • Qué? Pero si tiene 16 años…
  • No, acaba de cumplir 18. Una vez vino a casa a arreglar un enchufe y terminamos culeando.
  • Y te cojió bien? Ahhh, sí, ma…. Te gustó?
  • Ahhh, sí, no me acuerdo como fue, en un momento me di cuenta que estabamos desnudos en la cama, no sé como pasó…
  • A ese sólo te cojiste?
  • No… no me preguntes esas cosas
  • Sos mi mamá, quiero saberlo – le dije y ella me agarró la cara con desesperación y me metió la lengua en la boca.
  • Hasta hace poco me cogía al verdulero. Nos ibamos a la tarde al hotel de la otra cuadra. Cómo me hacés decirte estas cosas… ah, ah, ah.
Le levanté el vestido y la hice inclinarse sobre el lavarropas. Con cuidado, disfrutando mucho, empecé a metérsela.
  • No, esto no.
  • Cómo que no? No tenés ganas.
  • Sí, nene, qué te parece… Pero no podemos hacerlo….
  • Por favor
  • Bueno, pero esta es la última vez, eh…
  • Sí, sí… la última – yo a esa altura le podía decir cualquier cosa, era la experiencia más alucinante que había vivido.
  • Ahora metémela en la concha de una vez.
Así lo hice y comenzamos a culear muy lentamente, acelerando los movimientos de a poco. Ella no decía nada, apenas largaba unos resoplidos.
  • Así, así… cojeme bien… ayyyy… qué degenerada que soy
  • Sí, ma, es hermoso
  • Más fuerte, más fuerte, por favor
No iba a poder aguantar mucho más. Aceleré a fondo las penetraciones mientras ella largaba grititos que contenía tapándose la boca. La visión de su culo siendo embestido era soberbia.
  • Mamá, voy a acabar.
  • Sí, amor, acabame andentro de la concha. Todo adentro.
Me descargué con furia adentro suyo, un chorro de leche como ningún otro anterior, algo que había estado esperando y deseando hacer desde hacía años. Ella se quedó en la posición en que estaba un rato largo, suspirando y jadeando. Después se bajó el vestido y me dijo como si nada:
  • Alcanzame la bombacha que la voy a lavar.
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Hannibalfck

Pajillero
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¿Quien no se ha masturbado con unas bragas?... Y mas si son las mamá cuando estas con las hormonas a mil durante la adolescencia. Yo disfrutaba de espiar las pantaletas de mi madre cuando se tendia a dormir en un sillón de la sala, era maravilloso ver como algunos pelos negros esortijados se escapaban por los bordes de la prenda... ummm ¡gracias por el recuerdo..!!
 
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