amor paternal

stan13

Virgen
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Isabel se levantó tarde. Ni si quiera habÃ*a escuchado el despertador y de no haber sido por su padre, quien fue a despertarla, no hubiera asistido al colegio.


-Isabel, levántate hija!.- su padre le sacudÃ*a del hombro gentilmente.- levántate dormilona, se te hace tarde para el colegio.


Ricardo, su padre, se encontraba ya vestido de traje. Era abogado y tenÃ*a un temperamento fuerte pero el hecho de ser padre soltero le daba ánimos para siempre tratar de ser lo más paciente posible con su hija.


-Hola papá…- murmuró Isabel tratando de abrir los ojos.


-Abre los ojos hija, ya es demasiado tarde.- Ricardo miró su reloj y entonces si gritó.- Hija! Por favor, sal ahora mismo de la cama y alÃ*state para el colegio!- tomó la sábana que cubrÃ*a el cuerpo de su hija y de un solo golpe se la quitó exponiendo el bello cuerpo de Isabel al frÃ*o viento matutino que en esa época hacÃ*a.


Isabel, sin dejar de bostezar, abrió inmediatamente los ojos y se apresuró a levantarse pues no querÃ*a hacer enfurecer a su padre tan temprano.


-Ya voy, ya voy…- dijo al ponerse de pie. Su bata de dormir era muy corta por lo que, al hacerlo, mostró una buena parte de sus muslos desnudos.


Ricardo barrió con la mirada las largas y bien torneadas piernas de su hija y luego le dijo:


-Te veo en la cocina en 10 minutos…


Isabel bostezó una vez más. Si tan solo no se hubiera quedado despierta hasta las 4 de la mañana no tendrÃ*a esa enorme flojera. Pero su amigo Daniel estaba tan devastado por el accidente de su hermano que debÃ*a apoyarlo asÃ* que no tuvo otra opción que pasarse varias horas hablando con él por teléfono. Tomó una ducha, luego se puso unos jeans y una blusa y se maquilló un poco. Aún con el pelo mojado bajó a la cocina donde su padre ya tenÃ*a su desayuno listo.


Ricardo al ver llegar a su hija le hizo le dio la indicación de que desayunara a base de señas mientras atendÃ*a a un cliente por teléfono:


-No les digas nada hasta que llegue ahÃ*. No te pueden sacar una confesión ni por la fuerza ni sin la presencia de tú abogado asÃ* que no les digas nada!


Apenas colgó su hija dijo:


-Al parecer será un dÃ*a difÃ*cil…


-Cuando no lo es? Aún asÃ* amo mi profesión y creo que el dÃ*a que no lo sea será peor que todos estos dÃ*as…


Luego subieron al auto y ya rumbo al colegio de su hija ésta le dijo:


-Daniel me traerá de vuelta a casa. Pasaremos a comer a la plaza después del colegio…


-Mientras tengas tu celular encendido sabes que no hay ningún problema hija.


Al dejar a su hija en el colegio, Ricardo se preguntó que serÃ*a de la relación de su hija con Daniel. Acaso serÃ*an ya novios? EstarÃ*an teniendo sexo? Ésta última idea hizo que el estómago se le retorciera con solo pensarlo y es que como iba ser posible que su pequeña ya estuviera inmiscuida en el mundo del sexo? Y peor aún, él sin saberlo. Conforme siguió manejando trato de sacudirse la idea de la mente y lo logró, al menos por el momento.


Más tarde, durante el trayecto de vuelta a su casa, Isabel conversaba con su amigo Daniel:


-No me digas que no has notado como te observa?- le decÃ*a Isabel a su amigo. – Esta loca por ti! Eso es más que obvio!


-Tal vez pero no la creo capaz de romper con su novio por mÃ*… llevan más de 2 años de relación!- Al arribar a casa de Isabel notaron la presencia de su padre por el carro estacionado afuera.- No es ese el carro de tu papá?


-Si, al parecer llego más temprano de lo habitual.


Isabel se apresuró a despedirse de su amigo con un enorme abrazo y un beso en la mejilla. Daniel pudo sentir los senos de su amiga repegándose sobre su pecho al hacerlo y sintió un cosquilleo en la verga.


-Papá?- llamó Isabel al entrar en su casa.


-Estoy en la cocina hija.


-Que haces en casa tan temprano?


-Las cosas salieron bien y nos evitamos cientos de trámites legales. Es un buen motivo de celebración no crees?- En ese momento Ricardo se tomó de un trago su vaso de brandi.


Era el tercero o el cuarto, la verdad Ricardo no habÃ*a llevado el conteo pero comenzaba a sentirse un poco mareado. Al menos habÃ*a olvidado por un rato lo referente a la vida sexual de su hija quien si bien no era ya independiente, si tenÃ*a edad suficiente como para iniciar su vida sexual. Además, quien demonios fija la edad para que una chica comience a tener relaciones? El estado? La sociedad? La misma naturaleza la fija y en cuanto una joven esta desarrollada pues entonces ha llegado el momento…


Aún asÃ*, al verla entrar en la cocina lo primero que pensó fue: acaso ha regresado de tener sexo con el tal Daniel?


-Con calma papá que no es agua lo que estas tomando…- le dijo Isabel con una enorme sonrisa al verlo beber tan de prisa.


Ricardo, al ver que su hija parecÃ*a estar de muy buen humor, no pudo más y soltó la pregunta que tanto habÃ*a estado haciéndose:


-Tienes relaciones con Daniel?


A Isabel le sorprendió la pregunta. Daniel era su mejor amigo y si, le gustaba mucho pero lejos de ahÃ* no habÃ*an llegado a más.


-No papá…


Ricardo se sintió aliviado. Sirvió un vaso más y lo bebió en seguida.


-Que quieres de cenar hija?


Su hija lo miró incrédula. Su padre le acababa de preguntar si tenÃ*a sexo con su amigo y ahora daba un giro de 360° a la conversación: Hombres!- pensó.


-Pizza…


Ricardo tomó el teléfono y como si nada hubiera pasado ordenó una pizza tratando de no pensar en el hecho de que su hija acababa de admitir ser virgen aún.


Al dÃ*a siguiente era sábado por lo que Isabel se sorprendió mucho cuando su padre la despertó muy temprano.


-Que te pasa papá? Es que acaso hoy también debo ir a la escuela?- preguntó Isabel con voz modorra y aferrándose de sus cobijas.


-No iras al colegio pero si saldremos de paseo…


Inmediatamente, Isabel, emocionada, se sentó en la cama lanzando las cobijas al suelo y preguntó:


-A donde?


-Iremos a la casa del lago. Tiene mucho que no vamos, creo que la última vez que fuimos fue antes de que tu mamá…


-Genial!- gritó Isabel y se apresuró a empacar.


Una hora después ya iban rumbo a la casa del lago que su padre habÃ*a comprado hacÃ*a ya algunos años.


Isabel adoraba aquella casa porque la mayor parte de sus veranos los habÃ*a pasado allá. Fue el lugar donde dio su primer beso, fue con su primo pero aún asÃ* contaba para ella.


2 horas después arribaron a la casa y se apresuraron a desempacar. El olor a madera era impregnante adentro de la casa.


-La veo más chica…- decÃ*a Isabel asombrada de cómo cuando uno es niño suele ver los lugares más grandes de lo que son.- mira, la foto de mamá…- señaló Isabel una foto colgada en la pared y su padre se sintió nostálgico entonces.


-Era hermosa…- susurró Ricardo.


-Si, muy hermosa…


-Como tú…


En ese momento Ricardo abrazó a su hija y un sentimiento de culpa lo invadió al poco rato por estar abrazándola tan apretadamente. Se alejó tan pronto como pudo pero no lo suficientemente rápido como para evitar que su hija sintiera su verga semi erecta presionada contra su estómago.


Isabel se quedó inmóvil al sentirla. Sin saber porque ni como un calorcito invadió su vagina y sintió como un liquidito mojaba sus pantaletas. Trato de concentrarse en la foto de su mamá y parecÃ*a que ésta le decÃ*a: Hazte cargo de tu padre ahora que no estoy…


Su padre inmediatamente se alejó con la excusa de ir a revisar si no faltaba nada. En su mente iba deseando que su hija no hubiese sentido su erección momentos antes.


-Papá?


-Si cariño?


-Iré a nadar al lago quieres venir conmigo?


Quieres venirte conmigo? Fue lo que Ricardo parecÃ*a estar escuchando. Avergonzado de sÃ* mismo se sacudió las ideas de su cabeza y le dijo:


-No hija gracias, creo que estaré revisando los detalles de la casa… procura mantenerte alejada de lo profundo del lago.


-Papá, no soy una niña. Además, recuerda que se nadar…


Isabel corrió a ponerse su bikini, se envolvió en una toalla y salió rumbo al lago antes de que su padre pudiera verla.


Ricardo tomó su tiempo cuidando de los detalles de la casa. Abrió las ventanas para que entrara aire fresco y desempacó sus cosas con calma.


De pronto se sentó en la cama de su habitación. Era la misma cama que habÃ*a compartido con su esposa tantas veces que aún podÃ*a oler el aroma de su mujer. Tomó una almohada y la abrazó con fuerza. Sintió tanta paz que terminó por quedarse dormido.


En ese lapso tuvo un maravilloso sueño. Un perfecto cuerpo desnudo montaba su verga con fiereza mientras el amasaba aquél maravilloso par de senos con fuerza. Estaba tan apretada que su pene difÃ*cilmente se movÃ*a dentro. Estaba a punto de vaciarse en el interior de su… hija?


Isabel era quien estaba montándole, no su esposa! SubÃ*a y bajaba como una cabalgadora de vergas experta. Su inocente hija, completamente desarrollada le estaba dando una cogida de pelÃ*cula!


Se despertó gritando el nombre de su hija. HabÃ*a terminado derramando la leche como un adolescente novato.


-Papá!!!- escucho un grito y pensando que era parte de su mismo sueño se llevo las manos a la cara como queriendo despertar.


Una vez más volvió a escuchar el mismo grito y esta vez se percató de que no era un grito de placer si no de pánico. Recordó que su hija habÃ*a salido al lago y de inmediato salió corriendo en busca de su primor.


-Ayúdame!!- le gritó su hija al verlo de lejos.


Ricardo corrió a sacar a Isabel del agua y cuando lo logró le pregunto:


-Que sucedió?


Isabel temblaba de miedo. Abrazó a su padre una vez a salvo y le dijo:


-Me dio un calambre, no podÃ*a salir del agua. Porque tardaste tanto? Llevaba años gritándote.


Ricardo recordó lo que habÃ*a estado haciendo, la abrazó con fuerza y le pidió perdón. Ni si quiera se percató de lo fuerte que la estaba abrazando.


El bikini de Isabel era tan diminuto como su cintura, fácilmente podÃ*a tomarla de las caderas con sus manos y los senos lucÃ*an tan apetecibles que ganas le dieron de amasárselos con fuerza. Tuvo que retirarse pues una vez más su pene comenzaba a excitarse y su hija una vez más lo estaba sintiendo.


Al poco tiempo ambos fueron a la casa y, mientras Isabel tomaba un baño, Ricardo preparaba la cena.


Al estar en la ducha, Isabel no paraba de recordar como el cuerpo de su padre habÃ*a reaccionado minutos antes. Un deseo incontrolable recorrió su cuerpo y de su vagina comenzaron a emanar jugos. SabÃ*a que estaban jugando con fuego pero el sentimiento era tan intoxicante que la obligaba a seguir pensando en ello.


Al cerrar la regadera en lo único que podÃ*a pensar era en lo grandioso que era Ricardo como padre y lo maravilloso que era como hombre. En ese momento creyó escuchar una risita femenina. Acaso habÃ*a alguien más con ellos?


Se puso un short y una blusa y salió en busca de las voces que oÃ*a. Se detuvo al ver que su padre conversaba con una mujer bastante atractiva que usaba kilos de maquillaje y vestÃ*a una blusa por donde resaltaban sus caros senos falsos. Los ojos de la desconocida parecÃ*an los de una leona cazadora de hombres.


Quien demonios es esa puta?- pensó Isabel llena de odio y coraje y arrimándose a su padre le dijo ignorando del todo a la mujer presente.- Cenamos papá?


-Si hija, en un momento. Primero quiero presentarte a Susana, vive a 2 kilómetros de aquÃ*…


-Vi su carro esta mañana asÃ* que decidÃ* venir a conocer a nuestros vecinos.- dijo Susana.


-Nuestros vecinos? AsÃ* que es casada?- preguntó Isabel con un tonito burlón.


-No, vivo con mis 2 hijos, seguido venimos de paseo asÃ* como ustedes.


Isabel sonrió hipócritamente.


-Susana se quedará a cenar hija, porque no preparas la mesa?


Isabel estaba molestÃ*sima. Como se atrevÃ*a su padre a estar coqueteando con la vecina después de haberle pegado la verga erecta a ella en el abdomen?


Además, Isabel sabÃ*a distinguir a una puta con solo verla y Susana lo era. Puso la mesa sin más remedio y cenó a lado de la pareja de ‘recién amigos’ que lo único que hacÃ*a era hablar y reÃ*r ignorándola completamente a ella.


-Si me permiten creo que me iré a dormir…- dijo Isabel harta de no ser tomada en cuenta por su padre.


-Recuerdo cuando tenÃ*a su edad…- le dijo Susana al papá de Isabel quien se disculpaba por la actitud de su hija.


La idea de llevarse a Susana a la cama en la mente de Ricardo estaba más presente que nunca. DebÃ*a liberar toda la tensión sexual que traÃ*a cargada y que mejor que con aquella mujer de implantes y aspecto lujurioso.


-Porque no vamos a mi casa? Mis hijos no están pero me gustarÃ*a mostrarte como llegar…- al fin Susana dijo las palabras mágicas y en menos de un minuto Ricardo ya se estaba despidiendo de su hija.


-Iré a conocer la casa de la vecina pero vuelvo en seguida ok?


Isabel ni siquiera le contestó.


Al llegar a casa de Susana rápidamente Ricardo tomo cartas en el asunto y cuando menos lo esperaba ya la tenÃ*a de rodillas mamándole la verga.


-Aahhhh…- que bien le venÃ*a una mamada de verga después de un dÃ*a tan tenso.


Ricardo pensó que al fin se liberarÃ*a del monstruo lujurioso que habitaba en su ser pero mientras Susana le mamaba la verga no pudo evitar pensar en que se sentirÃ*a que su hija le mamara la verga? Acaso se la lamerÃ*a primeramente como si fuera una paleta o la devorarÃ*a desde un inicio?


El imaginarse a su hija mamándole el palo fue demasiado para él en aquél momento y en cuanto pudo soltó grandes chorros de semen que fueron a parar directo a la garganta de Susana.


-Wow…- dijo Susana sorprendida de la cantidad de leche que soltó.- Vaya, al parecer sabes tirar leche eh?


Pero eso no serÃ*a todo por la noche, pronto ambos invadirÃ*an la habitación de Susana y follarÃ*an como locos la mayor parte de la noche.


Isabel por su parte no podÃ*a lograr conciliar el sueño. SabÃ*a que su padre en ese momento estaba en los brazos de aquella mujer y la idea la atormentaba. Terminó por ponerse de pie y tras limpiar la cocina y ver televisión le dieron las 3 de la madrugada. Su padre aún no llegaba…


Trataba de pensar que tal vez estaba platicando y nada más pero sabÃ*a que la realidad era otra.


Media hora después la puerta se abrió y su padre entró. Se veÃ*a muy contento y relajado, era obvio que habÃ*a tenido sexo. Incluso probablemente muchas veces. Al ver a su hija se sorprendió:


-Pensé que estarÃ*as durmiendo…


-El único que se fue a la cama fuiste tú… como pudiste haber dormido con esa prostituta?


-Tranquila Isabel, porque te molesta tanto?


-Tú sabes bien porque… como pudiste? Ella no te merece….- el rostro de Isabel reflejaba dolor y las lágrimas tristeza.


Ricardo estaba paralizado. Su hija estaba actuando como una esposa celosa cuando no tenÃ*a el derecho a hacerlo.


-No es de tu incumbencia hija…


-No pero tu si te puedes meter en mi vida personal no es asÃ*? O es que acaso el otro dÃ*a no me preguntaste si tenÃ*a sexo con Daniel?


-Hija, que sucede?


-OlvÃ*dalo! Quiero irme a casa… empacare en la mañana. No puedo estar ni un solo dÃ*a más en esta maldita casa! Y si tu no me llevas le pediré a Daniel que venga por mÃ*…


Ricardo se enfureció al oÃ*r aquél nombre:


-Esta bien, mañana mismo nos vamos.


Su hija volteó a verlo en los ojos y, antes de retirarse, le gritó:


-Y no quiero que en tu vida me vuelvas a tocar entendiste?


Ricardo se sintió como si le hubieran dado una bofetada certera. Su hija con eso le habÃ*a dejado en claro que habÃ*a sentido las erecciones. Caminó a la cocina y se sirvió una taza de café mientras reflexionaba.


Que debÃ*a hacer? De un tiempo acá Isabel se habÃ*a convertido en la reina de sus pensamientos. Era la primera persona en la que pensaba antes de dormir y al despertarse. Al parecer habÃ*a echado todo a perder.


Isabel mientras tanto miraba el techo de su habitación sin poder dormir. Ahora más que nunca estaba segura de lo que sentÃ*a. Para ella Ricardo ya no era solamente su padre. Era el hombre del que estaba enamorada. Al dÃ*a siguiente serÃ*a su cumpleaños y al parecer su padre ni siquiera lo recordaba…


Ambos no pudieron conciliar el sueño, cada uno por separado reflexionaba sobre sus actos. A la mañana siguiente mientras desayunaban en silencio antes de partir, Ricardo sacó del refrigerador un precioso pastel de cumpleaños. Al parecer no habÃ*a olvidado su cumpleaños como ella creÃ*a.


Sin embargo, Isabel no estaba dispuesta a ceder tan fácil y, aunque agradeció el detalle a su padre, terminaron regresando a la ciudad.


Su papá la llevó al cine y le compró un sin fin de cosas en la plaza. Al parecer estaba más que dispuesto a reconquistar a su hija. Y vaya que lo estaba logrando.


Al término del dÃ*a Isabel sentÃ*a que su cumpleaños habÃ*a sido uno de los mejores. HabÃ*a pasado todo el dÃ*a con su padre y éste habÃ*a centrado toda su atención en ella.


-Quieres abrir el último regalo?- le dijo su padre ya estando en su casa.


-La cara de Isabel se iluminó y con una enorme sonrisa le dijo:


-Por supuesto, me encantan los regalos!


Ricardo sacó de su bolsillo derecho un pequeño paquete. Desde que lo habÃ*a visto en la tienda pensó que serÃ*a el mejor regalo que pudiera darle a la mujer que más amaba en el mundo y lo compró sin titubear dos veces.


-Wow!!- gritó Isabel al ver la marca del paquete. No podÃ*a ser otra cosa que un zafiro rosa rodeado de diamantes.- es perfecto!- Inmediatamente se puso el anillo en el dedo adecuado y corrió a abrazar a su padre. Su corazón latÃ*a de alegrÃ*a. Su padre la habÃ*a reconquistado.


Ricardo estaba paralizado. La noche anterior creyó que su hija jamás lo volverÃ*a a tocar y ahora la tenÃ*a nuevamente en sus brazos.


-te amo tanto papá….- le murmuró su hija en el oÃ*do mientras se apretaba más contra su pecho.


Ricardo tenÃ*a la verga más dura que nunca. Su pene se apretaba en el abdomen de su hija rÃ*gidamente y a ésta parecÃ*a no importarle.


Isabel lo besó en la mejilla firmemente. Luego lo volvió a besar una y otra vez hasta que…


-Bésame papi… quiero que me beses.- le dijo Isabel sintiendo como la verga de su padre estaba a punto de estallar en su abdomen. Sus labios temblaban y los ojos de su padre parecÃ*an un océano misterioso y profundo.


Ricardo sabÃ*a que si la besaba no serÃ*a capaz de controlarse. Lo pensó un poco y tras un enorme gruñido la sujetó del culo con una mano y la besó como loco en los labios.


SabÃ*a tan deliciosa que perdió la cabeza en segundos. Sus manos subieron hasta los senos de su hija y le amasó las tetas con pasión. Con un pequeño esfuerzo logró quitarle la blusa y el sostén. La primera vista de sus tetas fue inigualable. Eran preciosas.


-Las palabras no son suficientes para describir lo hermosa que eres hija… eres perfecta.


Inmediatamente se lanzó como un lobo sobre los senos de Isabel y comenzó a mamárselos.


Isabel nunca antes se habÃ*a sentido tan caliente y húmeda. Su papá le estaba comiendo las tetas y a ella le fascinaba!


Entre tropezones, sin dejar de besarse y acariciarse, fueron a dar a la habitación de Ricardo quien fue desabotonando lentamente los jeans de su hija. El suspenso lo estaba matando. No podÃ*a esperar a ver aquella virgen conchita.


Casi rasgándole los jeans se los quitó y ahora sÃ*, habÃ*a llegado el momento. Era toda suya!


Lamió su vagina por encima de las pantaletas e Isabel comenzó a gemir escandalosamente.


-Aaahhh papá Hmmm


SabÃ*a dulce y saladita a la vez. Movió las pantaletas y comenzó a lamer la conchita con pocos pelitos de su hija. Que maravillosa era…


Las piernas de Isabel temblaban y lágrimas de pasión emanaban de sus lindos ojos. Su vagina no paraba de soltar jugos y la boca tibia de su padre le provocaba una pasión sin lÃ*mites. Todas estas sensaciones eran nuevas para ella pero sabÃ*a que habÃ*a llegado el momento de entregarse como mujer al hombre que más amaba en el mundo.


La verga de Ricardo gritaba en busca de atención. Se quitó la ropa tan rápido como pudo y regresó a la cama. Su hija no paraba de acariciar su velludo pecho. Estaba encantada con su masculinidad. Pronto tomó su verga y su papá gimió con fuerza:


-Hmmmm…….


-AsÃ* se hace papi?- preguntó Isabel moviendo su verga de arriba abajo.


-Si hija… HMMMMMMMMMM... Déjame mostrarte cuanto te amo hija…


Ricardo se colocó en medio de las piernas de su hija y ésta lo rodeo con sus piernas. Apuntó la cabeza de su verga a la virgen entrada de su vagina y…


-Estas a punto de ser algo más que mi hija amor…


Lentamente fue metiéndole la verga a su hija. MetÃ*a un poco y se esperaba a que las paredes vaginales se acostumbraran un poco a su tamaño. Cada milÃ*metro de conchita fue llenado con su verga.


-AHHHHHHHH… Ahora eres mi amante también hija…


Isabel tenÃ*a los ojos en blanco. Estaba sintiendo una mezcla entre dolor y placer pero sabÃ*a que pronto el dolor desaparecerÃ*a y quedarÃ*a puro placer. No se equivocó, en unos pocos segundos comenzó a sentir puro placer.


-AAAHHHH Papiii… Hmmmm


La vagina de Isabel estaba tan apretada que Ricardo sintió que su verga jamás saldrÃ*a estando asÃ* de erecta. Era chistoso, la mujer a la que estaba follando habÃ*a sido creada con su verga y ahora le estaba dando verga… que sensación tan rica!


-AAAAHHHH HIJAAA


-Mande amor Hmmm Mande mi vida…


-me voy a venir AAAAHHH


-Vente papi… Hmmm… lléname con tu semen…


Con duras embestidas, Ricardo terminó explotando y sintió que se iba directo al paraÃ*so.


Isabel gritaba de alegrÃ*a al sentir como la carga de leche caliente la inundaba por dentro. Su diminuta apertura no pudo albergar tanta leche y comenzó a correr por sus nalgas y muslos.


Ricardo abrazó con fuerza a su hija y tras besarla en los labios le dijo:


-No te he lastimado o si?


Su hija movió la cabeza en señal de no y lo besó tiernamente.


-Este será tu lugar en la cama de hoy en adelante amor…
 

milabur20

Virgen
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Isabel se levantó tarde. Ni si quiera hab�*a escuchado el despertador y de no haber sido por su padre, quien fue a despertarla, no hubiera asistido al colegio.


-Isabel, levántate hija!.- su padre le sacud�*a del hombro gentilmente.- levántate dormilona, se te hace tarde para el colegio.


Ricardo, su padre, se encontraba ya vestido de traje. Era abogado y ten�*a un temperamento fuerte pero el hecho de ser padre soltero le daba ánimos para siempre tratar de ser lo más paciente posible con su hija.


-Hola papá…- murmuró Isabel tratando de abrir los ojos.


-Abre los ojos hija, ya es demasiado tarde.- Ricardo miró su reloj y entonces si gritó.- Hija! Por favor, sal ahora mismo de la cama y al�*state para el colegio!- tomó la sábana que cubr�*a el cuerpo de su hija y de un solo golpe se la quitó exponiendo el bello cuerpo de Isabel al fr�*o viento matutino que en esa época hac�*a.


Isabel, sin dejar de bostezar, abrió inmediatamente los ojos y se apresuró a levantarse pues no quer�*a hacer enfurecer a su padre tan temprano.


-Ya voy, ya voy…- dijo al ponerse de pie. Su bata de dormir era muy corta por lo que, al hacerlo, mostró una buena parte de sus muslos desnudos.


Ricardo barrió con la mirada las largas y bien torneadas piernas de su hija y luego le dijo:


-Te veo en la cocina en 10 minutos…


Isabel bostezó una vez más. Si tan solo no se hubiera quedado despierta hasta las 4 de la mañana no tendr�*a esa enorme flojera. Pero su amigo Daniel estaba tan devastado por el accidente de su hermano que deb�*a apoyarlo as�* que no tuvo otra opción que pasarse varias horas hablando con él por teléfono. Tomó una ducha, luego se puso unos jeans y una blusa y se maquilló un poco. Aún con el pelo mojado bajó a la cocina donde su padre ya ten�*a su desayuno listo.


Ricardo al ver llegar a su hija le hizo le dio la indicación de que desayunara a base de señas mientras atend�*a a un cliente por teléfono:


-No les digas nada hasta que llegue ah�*. No te pueden sacar una confesión ni por la fuerza ni sin la presencia de tú abogado as�* que no les digas nada!


Apenas colgó su hija dijo:


-Al parecer será un d�*a dif�*cil…


-Cuando no lo es? Aún as�* amo mi profesión y creo que el d�*a que no lo sea será peor que todos estos d�*as…


Luego subieron al auto y ya rumbo al colegio de su hija ésta le dijo:


-Daniel me traerá de vuelta a casa. Pasaremos a comer a la plaza después del colegio…


-Mientras tengas tu celular encendido sabes que no hay ningún problema hija.


Al dejar a su hija en el colegio, Ricardo se preguntó que ser�*a de la relación de su hija con Daniel. Acaso ser�*an ya novios? Estar�*an teniendo sexo? Ésta última idea hizo que el estómago se le retorciera con solo pensarlo y es que como iba ser posible que su pequeña ya estuviera inmiscuida en el mundo del sexo? Y peor aún, él sin saberlo. Conforme siguió manejando trato de sacudirse la idea de la mente y lo logró, al menos por el momento.


Más tarde, durante el trayecto de vuelta a su casa, Isabel conversaba con su amigo Daniel:


-No me digas que no has notado como te observa?- le dec�*a Isabel a su amigo. – Esta loca por ti! Eso es más que obvio!


-Tal vez pero no la creo capaz de romper con su novio por m�*… llevan más de 2 años de relación!- Al arribar a casa de Isabel notaron la presencia de su padre por el carro estacionado afuera.- No es ese el carro de tu papá?


-Si, al parecer llego más temprano de lo habitual.


Isabel se apresuró a despedirse de su amigo con un enorme abrazo y un beso en la mejilla. Daniel pudo sentir los senos de su amiga repegándose sobre su pecho al hacerlo y sintió un cosquilleo en la verga.


-Papá?- llamó Isabel al entrar en su casa.


-Estoy en la cocina hija.


-Que haces en casa tan temprano?


-Las cosas salieron bien y nos evitamos cientos de trámites legales. Es un buen motivo de celebración no crees?- En ese momento Ricardo se tomó de un trago su vaso de brandi.


Era el tercero o el cuarto, la verdad Ricardo no hab�*a llevado el conteo pero comenzaba a sentirse un poco mareado. Al menos hab�*a olvidado por un rato lo referente a la vida sexual de su hija quien si bien no era ya independiente, si ten�*a edad suficiente como para iniciar su vida sexual. Además, quien demonios fija la edad para que una chica comience a tener relaciones? El estado? La sociedad? La misma naturaleza la fija y en cuanto una joven esta desarrollada pues entonces ha llegado el momento…


Aún as�*, al verla entrar en la cocina lo primero que pensó fue: acaso ha regresado de tener sexo con el tal Daniel?


-Con calma papá que no es agua lo que estas tomando…- le dijo Isabel con una enorme sonrisa al verlo beber tan de prisa.


Ricardo, al ver que su hija parec�*a estar de muy buen humor, no pudo más y soltó la pregunta que tanto hab�*a estado haciéndose:


-Tienes relaciones con Daniel?


A Isabel le sorprendió la pregunta. Daniel era su mejor amigo y si, le gustaba mucho pero lejos de ah�* no hab�*an llegado a más.


-No papá…


Ricardo se sintió aliviado. Sirvió un vaso más y lo bebió en seguida.


-Que quieres de cenar hija?


Su hija lo miró incrédula. Su padre le acababa de preguntar si ten�*a sexo con su amigo y ahora daba un giro de 360° a la conversación: Hombres!- pensó.


-Pizza…


Ricardo tomó el teléfono y como si nada hubiera pasado ordenó una pizza tratando de no pensar en el hecho de que su hija acababa de admitir ser virgen aún.


Al d�*a siguiente era sábado por lo que Isabel se sorprendió mucho cuando su padre la despertó muy temprano.


-Que te pasa papá? Es que acaso hoy también debo ir a la escuela?- preguntó Isabel con voz modorra y aferrándose de sus cobijas.


-No iras al colegio pero si saldremos de paseo…


Inmediatamente, Isabel, emocionada, se sentó en la cama lanzando las cobijas al suelo y preguntó:


-A donde?


-Iremos a la casa del lago. Tiene mucho que no vamos, creo que la última vez que fuimos fue antes de que tu mamá…


-Genial!- gritó Isabel y se apresuró a empacar.


Una hora después ya iban rumbo a la casa del lago que su padre hab�*a comprado hac�*a ya algunos años.


Isabel adoraba aquella casa porque la mayor parte de sus veranos los hab�*a pasado allá. Fue el lugar donde dio su primer beso, fue con su primo pero aún as�* contaba para ella.


2 horas después arribaron a la casa y se apresuraron a desempacar. El olor a madera era impregnante adentro de la casa.


-La veo más chica…- dec�*a Isabel asombrada de cómo cuando uno es niño suele ver los lugares más grandes de lo que son.- mira, la foto de mamá…- señaló Isabel una foto colgada en la pared y su padre se sintió nostálgico entonces.


-Era hermosa…- susurró Ricardo.


-Si, muy hermosa…


-Como tú…


En ese momento Ricardo abrazó a su hija y un sentimiento de culpa lo invadió al poco rato por estar abrazándola tan apretadamente. Se alejó tan pronto como pudo pero no lo suficientemente rápido como para evitar que su hija sintiera su verga semi erecta presionada contra su estómago.


Isabel se quedó inmóvil al sentirla. Sin saber porque ni como un calorcito invadió su vagina y sintió como un liquidito mojaba sus pantaletas. Trato de concentrarse en la foto de su mamá y parec�*a que ésta le dec�*a: Hazte cargo de tu padre ahora que no estoy…


Su padre inmediatamente se alejó con la excusa de ir a revisar si no faltaba nada. En su mente iba deseando que su hija no hubiese sentido su erección momentos antes.


-Papá?


-Si cariño?


-Iré a nadar al lago quieres venir conmigo?


Quieres venirte conmigo? Fue lo que Ricardo parec�*a estar escuchando. Avergonzado de s�* mismo se sacudió las ideas de su cabeza y le dijo:


-No hija gracias, creo que estaré revisando los detalles de la casa… procura mantenerte alejada de lo profundo del lago.


-Papá, no soy una niña. Además, recuerda que se nadar…


Isabel corrió a ponerse su bikini, se envolvió en una toalla y salió rumbo al lago antes de que su padre pudiera verla.


Ricardo tomó su tiempo cuidando de los detalles de la casa. Abrió las ventanas para que entrara aire fresco y desempacó sus cosas con calma.


De pronto se sentó en la cama de su habitación. Era la misma cama que hab�*a compartido con su esposa tantas veces que aún pod�*a oler el aroma de su mujer. Tomó una almohada y la abrazó con fuerza. Sintió tanta paz que terminó por quedarse dormido.


En ese lapso tuvo un maravilloso sueño. Un perfecto cuerpo desnudo montaba su verga con fiereza mientras el amasaba aquél maravilloso par de senos con fuerza. Estaba tan apretada que su pene dif�*cilmente se mov�*a dentro. Estaba a punto de vaciarse en el interior de su… hija?


Isabel era quien estaba montándole, no su esposa! Sub�*a y bajaba como una cabalgadora de vergas experta. Su inocente hija, completamente desarrollada le estaba dando una cogida de pel�*cula!


Se despertó gritando el nombre de su hija. Hab�*a terminado derramando la leche como un adolescente novato.


-Papá!!!- escucho un grito y pensando que era parte de su mismo sueño se llevo las manos a la cara como queriendo despertar.


Una vez más volvió a escuchar el mismo grito y esta vez se percató de que no era un grito de placer si no de pánico. Recordó que su hija hab�*a salido al lago y de inmediato salió corriendo en busca de su primor.


-Ayúdame!!- le gritó su hija al verlo de lejos.


Ricardo corrió a sacar a Isabel del agua y cuando lo logró le pregunto:


-Que sucedió?


Isabel temblaba de miedo. Abrazó a su padre una vez a salvo y le dijo:


-Me dio un calambre, no pod�*a salir del agua. Porque tardaste tanto? Llevaba años gritándote.


Ricardo recordó lo que hab�*a estado haciendo, la abrazó con fuerza y le pidió perdón. Ni si quiera se percató de lo fuerte que la estaba abrazando.


El bikini de Isabel era tan diminuto como su cintura, fácilmente pod�*a tomarla de las caderas con sus manos y los senos luc�*an tan apetecibles que ganas le dieron de amasárselos con fuerza. Tuvo que retirarse pues una vez más su pene comenzaba a excitarse y su hija una vez más lo estaba sintiendo.


Al poco tiempo ambos fueron a la casa y, mientras Isabel tomaba un baño, Ricardo preparaba la cena.


Al estar en la ducha, Isabel no paraba de recordar como el cuerpo de su padre hab�*a reaccionado minutos antes. Un deseo incontrolable recorrió su cuerpo y de su vagina comenzaron a emanar jugos. Sab�*a que estaban jugando con fuego pero el sentimiento era tan intoxicante que la obligaba a seguir pensando en ello.


Al cerrar la regadera en lo único que pod�*a pensar era en lo grandioso que era Ricardo como padre y lo maravilloso que era como hombre. En ese momento creyó escuchar una risita femenina. Acaso hab�*a alguien más con ellos?


Se puso un short y una blusa y salió en busca de las voces que o�*a. Se detuvo al ver que su padre conversaba con una mujer bastante atractiva que usaba kilos de maquillaje y vest�*a una blusa por donde resaltaban sus caros senos falsos. Los ojos de la desconocida parec�*an los de una leona cazadora de hombres.


Quien demonios es esa puta?- pensó Isabel llena de odio y coraje y arrimándose a su padre le dijo ignorando del todo a la mujer presente.- Cenamos papá?


-Si hija, en un momento. Primero quiero presentarte a Susana, vive a 2 kilómetros de aqu�*…


-Vi su carro esta mañana as�* que decid�* venir a conocer a nuestros vecinos.- dijo Susana.


-Nuestros vecinos? As�* que es casada?- preguntó Isabel con un tonito burlón.


-No, vivo con mis 2 hijos, seguido venimos de paseo as�* como ustedes.


Isabel sonrió hipócritamente.


-Susana se quedará a cenar hija, porque no preparas la mesa?


Isabel estaba molest�*sima. Como se atrev�*a su padre a estar coqueteando con la vecina después de haberle pegado la verga erecta a ella en el abdomen?


Además, Isabel sab�*a distinguir a una puta con solo verla y Susana lo era. Puso la mesa sin más remedio y cenó a lado de la pareja de ‘recién amigos’ que lo único que hac�*a era hablar y re�*r ignorándola completamente a ella.


-Si me permiten creo que me iré a dormir…- dijo Isabel harta de no ser tomada en cuenta por su padre.


-Recuerdo cuando ten�*a su edad…- le dijo Susana al papá de Isabel quien se disculpaba por la actitud de su hija.


La idea de llevarse a Susana a la cama en la mente de Ricardo estaba más presente que nunca. Deb�*a liberar toda la tensión sexual que tra�*a cargada y que mejor que con aquella mujer de implantes y aspecto lujurioso.


-Porque no vamos a mi casa? Mis hijos no están pero me gustar�*a mostrarte como llegar…- al fin Susana dijo las palabras mágicas y en menos de un minuto Ricardo ya se estaba despidiendo de su hija.


-Iré a conocer la casa de la vecina pero vuelvo en seguida ok?


Isabel ni siquiera le contestó.


Al llegar a casa de Susana rápidamente Ricardo tomo cartas en el asunto y cuando menos lo esperaba ya la ten�*a de rodillas mamándole la verga.


-Aahhhh…- que bien le ven�*a una mamada de verga después de un d�*a tan tenso.


Ricardo pensó que al fin se liberar�*a del monstruo lujurioso que habitaba en su ser pero mientras Susana le mamaba la verga no pudo evitar pensar en que se sentir�*a que su hija le mamara la verga? Acaso se la lamer�*a primeramente como si fuera una paleta o la devorar�*a desde un inicio?


El imaginarse a su hija mamándole el palo fue demasiado para él en aquél momento y en cuanto pudo soltó grandes chorros de semen que fueron a parar directo a la garganta de Susana.


-Wow…- dijo Susana sorprendida de la cantidad de leche que soltó.- Vaya, al parecer sabes tirar leche eh?


Pero eso no ser�*a todo por la noche, pronto ambos invadir�*an la habitación de Susana y follar�*an como locos la mayor parte de la noche.


Isabel por su parte no pod�*a lograr conciliar el sueño. Sab�*a que su padre en ese momento estaba en los brazos de aquella mujer y la idea la atormentaba. Terminó por ponerse de pie y tras limpiar la cocina y ver televisión le dieron las 3 de la madrugada. Su padre aún no llegaba…


Trataba de pensar que tal vez estaba platicando y nada más pero sab�*a que la realidad era otra.


Media hora después la puerta se abrió y su padre entró. Se ve�*a muy contento y relajado, era obvio que hab�*a tenido sexo. Incluso probablemente muchas veces. Al ver a su hija se sorprendió:


-Pensé que estar�*as durmiendo…


-El único que se fue a la cama fuiste tú… como pudiste haber dormido con esa prostituta?


-Tranquila Isabel, porque te molesta tanto?


-Tú sabes bien porque… como pudiste? Ella no te merece….- el rostro de Isabel reflejaba dolor y las lágrimas tristeza.


Ricardo estaba paralizado. Su hija estaba actuando como una esposa celosa cuando no ten�*a el derecho a hacerlo.


-No es de tu incumbencia hija…


-No pero tu si te puedes meter en mi vida personal no es as�*? O es que acaso el otro d�*a no me preguntaste si ten�*a sexo con Daniel?


-Hija, que sucede?


-Olv�*dalo! Quiero irme a casa… empacare en la mañana. No puedo estar ni un solo d�*a más en esta maldita casa! Y si tu no me llevas le pediré a Daniel que venga por m�*…


Ricardo se enfureció al o�*r aquél nombre:


-Esta bien, mañana mismo nos vamos.


Su hija volteó a verlo en los ojos y, antes de retirarse, le gritó:


-Y no quiero que en tu vida me vuelvas a tocar entendiste?


Ricardo se sintió como si le hubieran dado una bofetada certera. Su hija con eso le hab�*a dejado en claro que hab�*a sentido las erecciones. Caminó a la cocina y se sirvió una taza de café mientras reflexionaba.


Que deb�*a hacer? De un tiempo acá Isabel se hab�*a convertido en la reina de sus pensamientos. Era la primera persona en la que pensaba antes de dormir y al despertarse. Al parecer hab�*a echado todo a perder.


Isabel mientras tanto miraba el techo de su habitación sin poder dormir. Ahora más que nunca estaba segura de lo que sent�*a. Para ella Ricardo ya no era solamente su padre. Era el hombre del que estaba enamorada. Al d�*a siguiente ser�*a su cumpleaños y al parecer su padre ni siquiera lo recordaba…


Ambos no pudieron conciliar el sueño, cada uno por separado reflexionaba sobre sus actos. A la mañana siguiente mientras desayunaban en silencio antes de partir, Ricardo sacó del refrigerador un precioso pastel de cumpleaños. Al parecer no hab�*a olvidado su cumpleaños como ella cre�*a.


Sin embargo, Isabel no estaba dispuesta a ceder tan fácil y, aunque agradeció el detalle a su padre, terminaron regresando a la ciudad.


Su papá la llevó al cine y le compró un sin fin de cosas en la plaza. Al parecer estaba más que dispuesto a reconquistar a su hija. Y vaya que lo estaba logrando.


Al término del d�*a Isabel sent�*a que su cumpleaños hab�*a sido uno de los mejores. Hab�*a pasado todo el d�*a con su padre y éste hab�*a centrado toda su atención en ella.


-Quieres abrir el último regalo?- le dijo su padre ya estando en su casa.


-La cara de Isabel se iluminó y con una enorme sonrisa le dijo:


-Por supuesto, me encantan los regalos!


Ricardo sacó de su bolsillo derecho un pequeño paquete. Desde que lo hab�*a visto en la tienda pensó que ser�*a el mejor regalo que pudiera darle a la mujer que más amaba en el mundo y lo compró sin titubear dos veces.


-Wow!!- gritó Isabel al ver la marca del paquete. No pod�*a ser otra cosa que un zafiro rosa rodeado de diamantes.- es perfecto!- Inmediatamente se puso el anillo en el dedo adecuado y corrió a abrazar a su padre. Su corazón lat�*a de alegr�*a. Su padre la hab�*a reconquistado.


Ricardo estaba paralizado. La noche anterior creyó que su hija jamás lo volver�*a a tocar y ahora la ten�*a nuevamente en sus brazos.


-te amo tanto papá….- le murmuró su hija en el o�*do mientras se apretaba más contra su pecho.


Ricardo ten�*a la verga más dura que nunca. Su pene se apretaba en el abdomen de su hija r�*gidamente y a ésta parec�*a no importarle.


Isabel lo besó en la mejilla firmemente. Luego lo volvió a besar una y otra vez hasta que…


-Bésame papi… quiero que me beses.- le dijo Isabel sintiendo como la verga de su padre estaba a punto de estallar en su abdomen. Sus labios temblaban y los ojos de su padre parec�*an un océano misterioso y profundo.


Ricardo sab�*a que si la besaba no ser�*a capaz de controlarse. Lo pensó un poco y tras un enorme gruñido la sujetó del culo con una mano y la besó como loco en los labios.


Sab�*a tan deliciosa que perdió la cabeza en segundos. Sus manos subieron hasta los senos de su hija y le amasó las tetas con pasión. Con un pequeño esfuerzo logró quitarle la blusa y el sostén. La primera vista de sus tetas fue inigualable. Eran preciosas.


-Las palabras no son suficientes para describir lo hermosa que eres hija… eres perfecta.


Inmediatamente se lanzó como un lobo sobre los senos de Isabel y comenzó a mamárselos.


Isabel nunca antes se hab�*a sentido tan caliente y húmeda. Su papá le estaba comiendo las tetas y a ella le fascinaba!


Entre tropezones, sin dejar de besarse y acariciarse, fueron a dar a la habitación de Ricardo quien fue desabotonando lentamente los jeans de su hija. El suspenso lo estaba matando. No pod�*a esperar a ver aquella virgen conchita.


Casi rasgándole los jeans se los quitó y ahora s�*, hab�*a llegado el momento. Era toda suya!


Lamió su vagina por encima de las pantaletas e Isabel comenzó a gemir escandalosamente.


-Aaahhh papá Hmmm


Sab�*a dulce y saladita a la vez. Movió las pantaletas y comenzó a lamer la conchita con pocos pelitos de su hija. Que maravillosa era…


Las piernas de Isabel temblaban y lágrimas de pasión emanaban de sus lindos ojos. Su vagina no paraba de soltar jugos y la boca tibia de su padre le provocaba una pasión sin l�*mites. Todas estas sensaciones eran nuevas para ella pero sab�*a que hab�*a llegado el momento de entregarse como mujer al hombre que más amaba en el mundo.


La verga de Ricardo gritaba en busca de atención. Se quitó la ropa tan rápido como pudo y regresó a la cama. Su hija no paraba de acariciar su velludo pecho. Estaba encantada con su masculinidad. Pronto tomó su verga y su papá gimió con fuerza:


-Hmmmm…….


-As�* se hace papi?- preguntó Isabel moviendo su verga de arriba abajo.


-Si hija… HMMMMMMMMMM... Déjame mostrarte cuanto te amo hija…


Ricardo se colocó en medio de las piernas de su hija y ésta lo rodeo con sus piernas. Apuntó la cabeza de su verga a la virgen entrada de su vagina y…


-Estas a punto de ser algo más que mi hija amor…


Lentamente fue metiéndole la verga a su hija. Met�*a un poco y se esperaba a que las paredes vaginales se acostumbraran un poco a su tamaño. Cada mil�*metro de conchita fue llenado con su verga.


-AHHHHHHHH… Ahora eres mi amante también hija…


Isabel ten�*a los ojos en blanco. Estaba sintiendo una mezcla entre dolor y placer pero sab�*a que pronto el dolor desaparecer�*a y quedar�*a puro placer. No se equivocó, en unos pocos segundos comenzó a sentir puro placer.


-AAAHHHH Papiii… Hmmmm


La vagina de Isabel estaba tan apretada que Ricardo sintió que su verga jamás saldr�*a estando as�* de erecta. Era chistoso, la mujer a la que estaba follando hab�*a sido creada con su verga y ahora le estaba dando verga… que sensación tan rica!


-AAAAHHHH HIJAAA


-Mande amor Hmmm Mande mi vida…


-me voy a venir AAAAHHH


-Vente papi… Hmmm… lléname con tu semen…


Con duras embestidas, Ricardo terminó explotando y sintió que se iba directo al para�*so.


Isabel gritaba de alegr�*a al sentir como la carga de leche caliente la inundaba por dentro. Su diminuta apertura no pudo albergar tanta leche y comenzó a correr por sus nalgas y muslos.


Ricardo abrazó con fuerza a su hija y tras besarla en los labios le dijo:


-No te he lastimado o si?


Su hija movió la cabeza en señal de no y lo besó tiernamente.


-Este será tu lugar en la cama de hoy en adelante amor…




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