Alicia Y Cada Noche... Guerra

sonyspeed

Virgen
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May 17, 2008
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Alicia, era una señora de unos 40 años, pero muy bien llevados. TenÃ*a un pelo rubio al que se le notaba que pasaba asiduamente por la peluquerÃ*a, unas piernas preciosas y un cuerpo, bien cuidado a pesar de la edad.

Trabaja en una biblioteca, en la recepción, cosa que le dejaba bastante tiempo libre, ya que su trabajo era por turnos de mañana o tarde, lo que le permitÃ*a ir a exposiciones y de vez en cuando, poder escaparse a algún viaje de aventura siempre que podÃ*a por vacaciones a destino exóticos; Yemen, Islandia, Egipto…

Acababa de separarse, después de un matrimonio largo, aunque sin hijos, debido a que se acabó el amor, por parte de su marido lo que le hizo pasar malos tiempos. Esto hizo que se abandonara un poco y hacÃ*a que no saliese mucho y lo cierto es que querÃ*a darse un tiempo antes de volver a buscar un corazón.

Le gustaba bastante chatear por Internet, aunque no le gustaba eso de que la gente anduviese buscando pareja por Internet, ya que no lo veÃ*a normal, hasta que un dÃ*a cambió.

Un dÃ*a, aunque ella no se acuerda muy bien, conoció esta página de relatos eróticos y de contactos para conocer gente. Esto se tradujo, que un dÃ*a, curioseando viera una foto de un chico de 20 y pocos.

No era un chico muy guapo, aunque tampoco era feo. Al verlo no sabe muy bien pero de dentro le surgieron las ganas de conocerlo, ya que solo pretendÃ*a conocer gente y compartÃ*an gustos en viajar.

A los pocos dÃ*as, estaban hablando. Él era de un lugar bastante cercano a dónde ella vivÃ*a, por lo que después de un tiempo, se conocieron en lugar intermedio simplemente para hablar y conocerse, aunque no pasó nada.

La amistad continuaba, hasta que ambos, les coinciden las vacaciones y deciden viajar, debido a su instinto viajero. Ese instinto les llevó hasta las Repúblicas Bálticas, conociendo su arte, cultura, gastronomÃ*a…pero siempre como amigos, por lo que a la hora de llegar al hotel, dormÃ*an en camas separadas.

Una noche en uno de estos lugares, ambos no podÃ*an dormir. En la habitación se notaba algo especial entre ellos. Comenzaron a hablar de sus cosas y de los problemas amorosos de ambos.

Ella le contaba sus problemas que habÃ*a tenido con su marido y el a su vez le contaba, que a pesar de su edad, nunca habÃ*a tenido una relación estable con una mujer, ya que habÃ*a tenido problemas de familia y las chicas, lo rechazaban, por lo que a pesar de su edad continuaba siendo virgen. Esto fue el paso definitivo para que ella tuviera la luz verde.

Al poco volvÃ*an a estar durmiendo, pero de repente, algo lo despertó. Era ella, que poco a poco empezaba a besarlo con sus suaves labios, sobre su cuerpo. Él no sabÃ*a que hacer, hasta que ella le dijo, que no hiciera nada, simplemente que todo serÃ*a natural.

Sus labios continúan besando su cuerpo mientras él, le iba quitando el camisón de encaje que ella llevaba. Sus besos comenzaron a hacerse apasionados, él acariciaba con sus manos sus preciosos pechos, eran preciosos, algo caÃ*dos, aunque preciosos.

Ella, solo cerraba los ojos mientras le guiaba. Estaba al rojo vivo, mientras el comenzaba a besar su precioso tesoro. Estaba algo rasurado, pero él no paraba de besarlo, después de tanto tiempo, él por fin, lograba lo que tanto querÃ*a.

Ella, le comenzó a enseñar, querÃ*a agradecerle de la mejor manera, todo lo que habÃ*a hecho por ella, por lo que le dio una noche de auténtica pasión.

No paraba de jadear, porque aunque él no habÃ*a follado nunca, lo hacÃ*a bastante bien y lo cierto es que en ella, conseguÃ*a algo que con su marido no lograba y era disfrutar en la cama. Él no se podÃ*a creer que por fin lo lograba, aunque no querÃ*a que eso acabase nunca.

De vez en cuando él tenÃ*a que parar ya que necesitaba descansar, por lo que ella aprovechaba, para bajarse y comenzar a besar y "comer" suavemente su pequeño soldado. Lo comÃ*a, como quien saborea caviar, poco a poco, degustando, cada parte de su soldado, mientras los ojos de él, estaban en el paraÃ*so.

Ella poco a poco, volvÃ*a a introducir al soldado en la guerra, mientras él, saboreaba sus preciosos pechos. Ella volvÃ*a a comenzar a jadear ya que conseguÃ*a que su punto G, se excitara.

Al poco ella, pidió, que le diese por detrás. Él no querÃ*a. Lo veÃ*a como algo sucio, aunque la pasión que le estaba dando aquel momento hizo que le hiciese caso a ella.

Comenzó poco a poco, como con miedo, ella le decÃ*a que siguiera, hasta que el soldado, alcanzó el frente de la batalla, ella gritó de placer. HacÃ*a mucho, que no disfrutaba, ya que su antiguo marido no le daba la pasión que ella querÃ*a.

AsÃ* estuvieron hasta casi entrado el amanecer. Al dÃ*a siguiente no fueron capaces a penas de conocer la ciudad, ya que ambos estaban muy cansados, pero las 4 noches que les quedaban, las pasaron como si fueran lo último de la existencia, mientras ella, le enseñaba los placeres del sexo.

Hoy en dÃ*a, ambos, viven juntos, a pesar de su edad. A los ojos del resto de la gente, dicen que son compañeros de piso, pero a los ojos de las paredes, son dos guerreros, que van prácticamente cada noche a la guerra.

Uno con su pequeño soldado, dispuesto a morir en combate y otra como su enfermera, dispuesto a curarlo.
 
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