Al Cuidado de mi Nieta

heranlu

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Cuando mi hijo y su esposa me pidieron para dejar a mi nieta Rosa de 19 años de edad permanecer conmigo mientras ellos se fueran de viaje a Europa, Yo estuve encantado de decir sí.

Ella llegó a mi hogar con tres maletas enormes y una gran sonrisa. Vestía una blusa azul que me hacia preguntarme si llevaba ya sostén, la respuesta fue negativa. Pese a tener unos pechos bastante desarrollados para su edad todavía no había empezado a usarlo.

El segundo día yo la estaba buscando por la casa para que viniera a desayunar y la encontré en el baño. Yo no había tocado a la puerta pero estaba entreabierta y me quede observando. Ella se sentó sobre el borde de la bañera. Mi nieta estaba totalmente desnuda. Su cuerpo se veía mucho mejor sin ropas. Sus senos eran del tamaño de dos peras y sus pezones estaban erectos. Ella tenia sus ojos cerrados mientras se acariciaba la piel con la esponja, yo aproveche el momento para estudiar sus hermosas tetas. Vi que ellos eran el arte del erotismo en su forma más pura. Mis ojos viajaron hacia más abajo y noté algo extraño. Mi nieta tenia algo sobresaliendo en sus partes privadas. La cosa era grande y morada, debí de haber hecho algún ruido que la alerto, porque los ojos de mi nieta se abrieron de par en par y ella dejo escapar un alarido de sorpresa. Estiró su brazo derecho a través de sus senos y sujetó sus piernas juntas intentando taparse para que no la viera, la cosa morada todavía permanecía en el lugar.

Ella me exigió qué le dijera que hacia yo en el baño. Yo le recordé que aquel era mi baño y que yo le había dejado usarlo. Me amenazó con contar a su madre que la espiaba y le contesté que podía hacer lo que quisiera porque yo contaría a su madre lo de su juguete morado. Esto hizo que se callara y al rato intento comprar mi silencio, me pidió qué le dijera lo que yo quisiera y le dije que quería ver sus pechos otra vez, con una pizca de timidez movió su brazo y me dejo mirar sus hermosas tetitas. Noté sus pezones estaban bastantes duros y me dijo que se había excitado, el bulto de mis pantalones le indicaba lo mismo de mi, le dije lo preciosos que eran sus pechos y se ruborizó agradeciéndome el piropo.

Le pedí que abriera las piernas y me dejara ver aquel objeto morado de nuevo. Esta vez tarde mas en conseguir su confianza y al final mi perseverancia fue premiada. Allí estaba, clavado en el coñito de mi nieta como si fuera una gran polla se encontraba el bote del desodorante. No me escandalicé, me sentí feliz y me llené de lujuria.

"¿Lo haces frecuentemente?" Le pregunte..

Su cara estaba totalmente colorada pero aun así me contesto insolentemente y me contó que lo hacia todos los días. Yo sonreí y le sugerí que fuéramos a su habitación donde ella podría contármelo mejor. Ella sacó el bote de desodorante que usaba como pene artificial de su coño y me precedió hasta su habitación. Yo no podía dejar de mirar como se movían sus nalgas cuando ella caminaba y me ponía mas cachondo.

Una vez allí, mi nieta me miro de arriba abajo y se tumbo sobre su cama. Le pregunte si le gustaba meterse objetos en su joven vagina. Ella se mordió su labio inferior y me dijo un "SI" con voz zalamera. Rosita abrió sus piernas y pude ver su coñito, tenia unos pocos pelitos rubios, como su larga melena, y su rajita era fácilmente visible por ese motivo.

Ella llevó una mano abajo y se empezó a masturbar, le empujé su mano lejos y usé mi mano para masturbar su lindo coño, dejo escapar unos cuantos jadeos al tiempo que movía sus caderas acompañando el ritmo de la paja que yo le hacia, obviamente mi nieta disfrutaba de lo qué yo le hacía. Paré la paja y abrí los labios exteriores de su coñito comprobando que era todo rosado y mojado.

Rosa cogió su juguete morado y me mostró como se frotaba arriba y abajo los labios de su coño. Me instruyó en el arte de estimular el clítoris con la lengua, cosa que nunca había probado, y aprendí rápido ya que de mis lengüetazos provoqué su primer orgasmo, se sacudió y sacudió como si se estuviera electrocutando, al principio me alarmé pero entonces me di cuenta de que ella tenía un orgasmo.

Finalmente clavé mi dedo medio en su agujero, sus músculos interiores apretaban y parecían absorber mi dedo, meneé mi dedo dentro de ella, sus caderas se alzaban sin control, clavé un segundo dedo en mi nieta y empecé a joderla con los dos dedos hasta que conseguí que se corriera de nuevo.

Entonces sentí que no podía esperar más. Ella me podía rechazar, pero yo sentiría siempre haber perdido la oportunidad de una vida si no intentaba por lo menos follarme a mi nietecita.

Saque mis dedos fuera de su mojado coño, me coloque entre sus piernas y refregué mi polla contra los labios de su vagina. Mi nieta cerró sus ojos y dejo su pequeña boca un poco abierta. La penetré con todas mis ganas, estaba muy caliente y mojado dentro de su coñito, se sentía apretadito pero no demasiado, ella puso sus brazos alrededor mí y yo empece a follármela. Nadie de nosotros dijo una sola palabra, mi mejilla pegada a la suya y su aliento se sentía rápido en mi oreja. Yo agite mis caderas y ella hizo su trabajo. Nosotros estabamos follando.

Yo había olvidado ya con la vejez cuan bueno era follarse a una chica adolescente. Su cuerpo era tan firme; sus músculos eran tan fuertes; sus senos eran tan duros contra mi pecho. Su coño era estrechito, mojado y palpitante. Hice el amor con mi nieta con un lento, cortés, y amoroso ritmo.

Su cuerpo entero se movía por mis embestidas. Pensaba en ella,19 años de edad, con toda una vida de sexo por delante y pense entonces qué mujer mas maravillosa era ella para compartir esto con su abuelo. Gradualmente aceleré la marcha, podía sentir su corazón acorralado. Repentinamente, mi nieta boqueó y se corrio, sus músculos se contrajeron sobre mi polla en su interior pero continué follandomela, recordando como ella se había corrido antes sobre mis dedos. No tarde mucho en unirme a mi nieta en el orgasmo, mi semilla voló en su joven matriz y yo continué avanzando en ella como venía haciendo hasta ahora, pare y miré el hoyo que había estado follándome, su vagina boqueaba llena de semen como una boca pequeña que se había comido algo, y lo lamí.

Me coloque sobre la cama con mi nieta y la retuve tiernamente en mis brazos. Ella puso su cabeza en mi hombro y jugó con los pelos sobre mi pecho. Nosotros estabamos en silencio, entonces ella me pregunto que si me daba cuenta que las cosas habían cambiado entre nosotros, yo lo admití. Me dijo que ella quería dormir en mi cama de ahora en adelante. Desde la muerte de mi esposa, hace diez años, había habido mujeres en mi cama, pero ninguna tan hermosa y excitante como mi nieta.

El cambio se hizo, ella abandonó su habitación y vino a la mía esa misma noche. La primera cosa que hizo mi nieta fue mamarme la polla. Que un hombre de mi edad, tuviera una treceañera hermosa mamándole la polla no es algo corriente, especialmente si ella es su propia nieta, lo cual me ponía mas a tono.

Estabamos ambos desnudos, yo sobre mi dorso y ella en posición fetal a la altura de mi pecho bajó su cara a mi órgano tieso y comenzó a besarlo por todo, pero mayormente sobre la cabeza gorda, lamió mi pene, lamió el tronco, lamió mis pelotas, lamió el glande. Lamer era un paso corto para tomarlo en su boca, primero mamó la cabeza. Ella parecía tener una cantidad infinita de saliva en su boca, usó sus labios y lengua para darme gran placer. Gradualmente, ella tomó más y más de mi polla en su boca. Su cabeza sacudía arriba y abajo cuando ella mamaba mi polla, mi polla estaba realmente en su garganta. Yo quise mirar, pero encontré mis ojos cerrados, y mi boca que abierta mientras gruñía con el placer extremo del momento.

Todavía, mi nieta mamaba mi rabo, yo era suyo y tuvo mi órgano más vital en su boca. Yo no sé cuánto tiempo mamo mi polla, el tiempo parecía no tener significando después de aquel maravilloso largo rato entrando en su boca. A algunas mujeres no les gusta el gusto de la corrida, mi nieta parecía amarlo. Ella levanto la cabeza hasta que solo quedaba en su boca mi glande hinchado y lo mamó. Solté un nuevo chorro de semen que ella tragó y entonces mamó algunos centímetros mas de mi polla. Ella parecía sazonar el gusto como si fuera un vino fino. Yo reí suavemente, por la edad ella no tenia permitido beber vino, pero ella se permitió beber semen. Cuando mi polla estaba ya mullida en su boca, ella reptó arriba como una tigresa y quedo en lo alto de mí. Mi nieta me había conquistado definitivamente y ahora se había colocado victoriosa.

Cuando ya me había recuperado algo le devolví el favor, mi nieta abrió sus piernas sobre mi cara y le comí el coño. Traté de hacer tan bueno trabajo sobre ella como ella lo había hecho sobre mí. Yo usé mi lengua y labios como ella me enseño, mamé las dobleces de su conejito. Lamí su rajita y usé mi lengua sobre su clítoris. Le abrí los labios exteriores y lamí adentro del coñito de mi nieta, empujé mi lengua tan lejos en su hoyo como podía conseguirlo. Rocé, mastiqué, lamí, mamé e hice que tuviera un orgasmo nuevamente. Ella parecía encantada de lo qué su abuelo podía hacer con su cara enterrada entre sus piernas.

Luego monté a mi nieta y me la follé, ella se tumbo de espaldas y yo conduje mi pene a la entrada de su coño, mi pene estaba duro como un clavo, durante un rato nos estuvimos besando como dos enamorados, mientras mi polla se deslizaba dentro y fuera de su vagina constantemente. Volví a notar los muslos de mi nieta apresarme, eran firmes y músculosos, y agarraban mis caderas impulsoras, eso me recordaba que me estaba follando a mi nieta de trece años, y alimentó la lujuria en mi corazón.

Mi nieta se volvió a correr y después de su orgasmo continué follándomela como un león. Entonces alcancé mi límite y tuve mi orgasmo, avancé mas profundo con mi polla en el coño de mi nieta y simplemente deje a la naturaleza tomar su curso llenando de semen las entrañas de mi nieta Rosa. Mi polla se hinchó y escupió toda la leche en su infantil vagina, mi nieta me había ordeñado y mientras descargaba en su interior notaba como sus músculos contraidos apretaban mi polla, obviamente el orgasmo había sido mutuo, cosa que era, desde luego, de una gran belleza.

Cuando nosotros habíamos terminado de follar, me coloque sobre ella enviando el mismo mensaje que ella me había enviado anteriormente. Yo fui el varón dominante, que había exitosamente atendido a la hembra. Mi nieta me dejo disfrutar la victoria, entonces ella me empujó fuera.

Una noche, después de un ronda más agradable de sexo, nosotros estuvimos hablando. Me entere que mi hijo solía también follarse a su hija, mi nieta. Lo que oí me dejo totalmente indignado, pero ella rápidamente me indicó que yo no tenia derecho a indignarme ya que me la follaba demasiado.​
 
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